¿No oyes ladrar los perros? Pequeñaseconomías en crisis

Reportería y foto: Rocío Salas Arreola, Susana Rodríguez Y Juan Carlos Salcido

Producción / Diseño sonoro: Jade Ramírez Y Perimetral.Press

Música original: Fabián Machuca

 

Al interior del Estado de Jalisco, México, en las ciudades medianas de alrededor de 172 mil habitantes, si existe la prosperidad económica es por la creación de campus de la Universidad de Guadalajara, pues los corredores industriales solo promueven la mano de obra barata.

A través de la educación pública se descentralizan servicios educativos a nivel bachillerato, licenciaturas y posgrados a tres o seis horas de la capital, Guadalajara, por lo que la movilidad académica se aproxima a un derecho más que un privilegio.

Jóvenes de pueblos o comunidades indígenas acceden a esa educación y ello genera un entramado de comercios que, paralizada la universidad por la pandemia, tuvieron que cerrar hasta extinguirse.

En este episodio relatamos cómo pequeños y medianos comercios, alrededor de los campus en Lagos de Moreno y Ocotlán, batallaron hasta la quiebra, pues no fueron rescatados por el Gobierno de Jalisco; también te contamos qué debió promover la administración del gobernador Enrique Alfaro Ramírez, más allá de solicitar un crédito por 1 mil 200 millones de pesos que sólo benefició a las cúpulas empresariales.

 

* Este texto forma parte del  proyecto Covid y Desigualdad de la Red de Periodistas de a Pie elaborado en colaboración con DW Akademie, con el apoyo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ).

 

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En pandemia ni se piensa ni se trabaja

Reportería: Susana Rodríguez De Alba

Producción / Diseño sonoro: Jade Ramírez y Perimetral.Press

Música Ooiginal: Fabián Machuca

El histórico rezago educativo en México se volvió un botón de muestra para hablar de inequidad y falta de acceso a la educación en condiciones dignas.

Al haberse cerrado los campus universitarios de la Universidad de Guadalajara en regiones al interior del Estado de Jalisco, estudiantes dejaron las licenciaturas en ciudades donde emigraron a adquirir competencias académicas, libertad, vivencias para el mundo laboral y un futuro que no los sometiera al autoempleo.

Pero la pandemia los hizo volver a comunidades pequeñas de donde salieron, aceptar empleos agrícolas y claudicar en la única oportunidad de romper la cadena de desventaja y pobreza. Brincar de la migración planeada, a la forzada.

En este episodio, además, te contamos la doble complejidad en alumnas indígenas y las primeras evidencias de la depresión masiva entre el alumnado a nivel licenciatura que llegó a ideas suicidas en la ciudad de Guadalajara.

 

* Este texto forma parte del  proyecto Covid y Desigualdad de la Red de Periodistas de a Pie elaborado en colaboración con DW Akademie, con el apoyo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ).

 

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Cuando la tragedia no es la misma: Pandemia y muerte en la comunidad migrante poblana en EU

Antes de la llegada de la COVID-19, la comunidad migrante en EU ya enfrentaba otra pandemia, una para la que no hay vacunas: la desigualdad. Entonces a la tragedia se le sumó la incertidumbre y a la marginación, el luto. Hace años, cuando Vicente, Guadalupe y Rosa cruzaron al norte en busca de una vida mejor, jamás pensaron en que su vulnerabilidad como migrantes les pondría tan cerca de la muerte


Texto: Ray Ricárdez / Lado B

Ilustración: Conejo Muerto

8 de febrero del 2022

 

Desaparición y retorno: Vicente

–Mi hermano ya llevaba años allá en Estados Unidos, cerca de 12 o 13 -cuenta Germán López Cruz desde el estado de Puebla-, todo estaba bien, él nunca dejó de llamar, estaba trabajando, siempre apoyó a mis papás económicamente, hablaba muy seguido, pero de hace un año o año y medio para acá, cambió todo.

Hace año y medio Vicente López Cruz, dedicado a la construcción, originario de Zacatlán, un municipio en la sierra norte de Puebla, perdió la vida en un hospital de Manhattan. A su muerte, le siguió su desaparición: su familia localizó sus restos hasta un año después, en una fosa común que los servicios de sanidad locales utilizaban para arrojar los cuerpos no identificados durante la pandemia.

Antes de la tragedia, conocidos de Vicente le contaron a su hermano Germán que él tenía un problema de salud debido a un accidente en el que se había golpeado la cabeza. Su familia no lo sabe bien, pero quizás por eso, a finales de marzo del 2020, se desmayó en la calle y Martín, otro de sus hermanos que también vivía en EU, lo llevó de emergencia al hospital.

A Vicente lo ingresaron al hospital Mount Sinai, ubicado en Queens, Nueva York, el 28 de marzo del 2020. Y esa fue la última vez que su hermano lo vio con vida.

–Perdimos comunicación con él -recuerda Germán.

Quisieron visitarlo en cuanto lo internaron, sin embargo, el personal médico les impedía el acceso argumentando las restricciones sanitarias por la pandemia. Tampoco les proporcionaban alguna información sobre su estado de salud. Y, poco después, el hospital ya no tenía reporte alguno del ingreso de Vicente.

“No hay ningún Vicente aquí”, le decían a su familia.

Entonces Martín emprendió su búsqueda, mientras su familia en Zacatlán hacía lo que podía para intentar dar con él a la distancia.

Martín recorrió las calles de Nueva York, sus hospitales, centros psiquiátricos, morgues y demás lugares donde pudiera existir la posibilidad de encontrarlo. No dejaba de recordar aquella tarde cuando lo acompañó en la ambulancia y lo vio ingresar en aquel hospital donde, de la nada, ya no sabían nada de él.

El tiempo pasaba y Vicente no aparecía. Ni desde Zacatlán, ni en Nueva York, sus amigos y familiares lograron obtener información. Incluso Germán viajó a Puebla para buscar ayuda del gobierno estatal, pero tampoco ahí le dieron apoyo.

“Los consulados están rebasados porque ni tienen el personal, no cuentan con el equipamiento, a veces las personas al frente de ellos no son sensibles con los problemas de las comunidades y además no tienen recursos económicos (…), ni la voluntad política para atender esta situación”, dice Arturo Villaseñor, coordinador de Puente Ciudadano en Puebla, una organización que atiende población en contexto de movilidad.

Martín seguía la búsqueda de su hermano hasta llevarse a sí mismo al límite. Sin trabajo, terminó con sus ahorros al grado de quedarse sin casa debido a que no pudo pagar la renta. A veces dejaba de comer y, cuando la vergüenza no le ganaba, se quedaba a dormir en casa de algún amigo. Desgastado y sin ánimos, luego de seis meses regresó a Zacatlán sin éxito.

Seguían sin saber de Vicente.

Hallazgo y retorno

Un año después, cuando Germán y sus hermanos estaban planeando viajar a los Estados Unidos para continuar la búsqueda, un amigo suyo les compartió una foto que había salido en una página de desaparecidos en Nueva York: era Vicente.

–Desafortunadamente sí era él; es como nos enteramos que ya había fallecido -lamenta Germán.

En más de una ocasión revisaron los registros del sistema forense en Nueva York y no encontraron información alguna de Vicente. Fue hasta que apareció su nombre en aquella publicación de personas desaparecidas, cuando por fin se mostraron también sus datos.

–Increíblemente en el papel, en el reporte, dice que venía del hospital Mount Sinai de Manhattan; sí tenía los datos, no sé por qué un año buscándolo y no nos dijeron nada -reprocha Germán.

A Vicente lo trasladaron del hospital Mount Sinai de Queens al Mount Sinai de Manhattan, donde, según el informe, finalmente falleció el 31 de marzo del 2020, por un derrame tras una lesión en la cabeza. Su cuerpo fue enviado a la morgue y finalmente a la fosa común en la isla Hart, destinada a las víctimas de coronavirus, aunque él no había muerto por eso.

–Algunos migrantes nos cuentan que muchos paisanos cayeron en la fosa común –advierte Arturo Villaseñor. Y dado que la estadística de muertes abarca solamente a cierta población, la que sí pudo ser contada e identificada, hubo personas que quedaron fuera de los registros y por ende sin identificar en estas fosas, ya que no tenían una familia que reclamara sus cuerpos, y ni siquiera un nombre tras su muerte.

Incluso, en su momento, Martín sí fue a solicitar información al hospital donde su hermano murió en Manhattan, sin embargo ahí también le dijeron que no existía registro alguno de Vicente.

–Nosotros no nos explicamos por qué, si salió de ese hospital, si sí tenían el nombre y el registro de todo, ¿por qué cuando hablamos nosotros o por qué cuando se buscó no nos dijeron que sí salía de ahí? Desde el primer día nos hubiéramos ahorrado toda esa búsqueda, toda esa preocupación -lamenta Germán.

Villaseñor explica que cuando fallece una persona migrante en EU se complica su localización por la falta de documentos de identidad oficiales, lo cual impide a su familia saber dónde y cómo está.

Repatriación de Vicente

Fue la familia de Vicente la que, mediante la adquisición de una deuda, asumió todos los gastos funerarios y de repatriación de sus restos. “Lo incineraron y lo trasladaron aquí a México”, cuenta Germán, pues a pesar de que la situación económica era difícil, no encontraron apoyos de ningún tipo. La funeraria cobró entre 7 y 8 mil dólares, y ni los gobiernos de México, del estado de Puebla o de Nueva York aportaron.

La repatriación de cuerpos ha sido en incertidumbre, es un proceso muy largo y costoso, que afectó a las familias en México, sobre todo en lo económico pero también en lo emocional.

Ángelo Cabrera, líder comunitario migrante en el Bronx, investigador en temas de movilidad y fundador de la organización Masa, recuerda casos de familias a las que les llegaron a cobrar entre 10 mil y 15 mil dólares por gastos funerarios, y no recibieron ningún apoyo de parte de las autoridades.

En el caso de Vicente, la repatriación fue lenta: sus cenizas llegaron a su natal Zacatlán tras haber transcurrido cuatro meses, sumándose así a otros casos de Puebla en los que se vivió un proceso largo y complejo.

–Era inaudito pedirle a alguien que hiciera todo ese proceso (de repatriación) cuando está lidiando con el dolor de la pérdida de un familiar -sentencia Cabrera.

Además, al momento de que la familia de Vicente analizó la posibilidad de buscar una indemnización por parte del hospital Mount Sinai, un abogado desde Nueva York les explicó que los hospitales, en tiempos de pandemia, estaban protegidos por el gobierno y por ende, deslindados de toda responsabilidad por las personas fallecidas.

Desempleo, crisis e incertidumbre: Guadalupe

Intubado y con escasos signos vitales, el esposo de Guadalupe, Eriberto Zurita, se despidió de ella a través de una videollamada desde el hospital donde estaba internado, el 6 de mayo del 2020, justo antes de morir a causa de un paro cardiaco resultado del desgaste que le ocasionó el coronavirus.

A su muerte, a ella le aguardaban más problemas: lidiar con los gastos funerarios, el cuidado de sus tres hijos, las deudas y el desempleo.

–Se enfermó, lo internaron por 20 días; de ahí, como tres días antes de que él falleciera le metieron el tubo, me avisaron que, lamentablemente, le había dado un paro -narra Guadalupe Ángel Benítez, originaria de San Felipe Ayutla, una comunidad en Izúcar de Matamoros, municipio ubicado en la entrada de la mixteca poblana.

–Cuando empezaron a llegar los contagios, empezó la tragedia -recuerda Luis Gallegos, especialista en estudios migratorios, que llegó a Nueva York para trabajar con las comunidades migrantes en marzo del 2020, cuando se cerró el tránsito de personas. –Entró el pánico muy acelerado dentro de la comunidad, pero empezó más cuando los contagios estaban mucho más fuertes y la gente empezó a morir.

La primera muerte por COVID-19 en la urbe se registró el 14 de marzo, pero el punto alto se alcanzó el 19 de abril, registrando mil 221 decesos. Hasta abril del 2021, el gobierno de Puebla había reportado la muerte de 660 poblanas y poblanos en EU a causa de COVID-19.

El esposo de Guadalupe era originario de Tepeacatzingo, Puebla, ubicado al suroeste del estado, en el municipio de San Juan Epatlán, caracterizado por la pobreza y vulnerabilidad en la que vive el 75 por ciento de sus habitantes, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Eriberto enfermó a mediados de abril y tras no responder a los medicamentos, tuvieron que internarlo de emergencia. Y a pesar de que no estaban permitidas las visitas familiares debido a las restricciones sanitarias, cuando la situación se tornó más grave, permitieron que Guadalupe, sus hijas e hijo, de uno en uno, pasaran a verlo.

En el hospital les dijeron que buscarían “limpiarle los pulmones”, pero con la advertencia de que tal vez no sería suficiente.

Cuando su estado de salud pasó de grave a crítico, el hospital permitió que su hija e hijo mayores entraran a verlo. A pesar de que “su corazón ya latía despacito”, él podía escucharlos. Y así, vestidos con equipo de protección sanitaria pudieron entrar. Con ambos a su lado, Eriberto falleció.

Paralelamente, mientras la enfermedad desgastaba a su padre, su hijo empeoraba también a causa de esta. Guadalupe, también contagiada, tuvo que gestionar su recuperación. Ella recuerda que a su hijo “se le estaban tapando los pulmones”.

–Yo ya chillaba, yo estaba mal, ya no podía caminar, estaba yo sin comer por seis días, y aún así yo me lo llevé al hospital arrastrando; no sé cómo tuve fuerzas de ver a un hijo que se me está muriendo.

Vinieron las deudas

Viuda y sin papeles de residencia permanente -también conocida como green card-, Guadalupe no pudo acceder a los apoyos de asistencia económica del gobierno de Estados Unidos, de modo que atravesó el duelo en incertidumbre.

Y es que, de acuerdo con Ángelo Cabrera, durante la pandemia, tener un documento de identificación (como el pasaporte) se volvió crucial para acceder a servicios que daba el Estado tales como: salud, fondos de apoyo para trabajadores, apoyos de asistencia en la renta, apoyos para infancias, entre otros.

–Muchas de estas familias quedaron excluidas por la ineficiencia de la representación del gobierno mexicano a través de sus consulados aquí en Nueva York -dice el líder comunitario, pues muchas personas migrantes ingresan al país sin estos papeles y necesitan tramitarlos; pero en pandemia, tardaban mucho en entregarlos.

Desde antes de la pandemia ya se documentaba la precariedad laboral, la carencia de servicios y la falta de acceso a seguridad social y programas de asistencia en que viven las y los migrantes mexicanos en este país. Tan solo en 2017, 8 de cada 10 inmigrantes (principalmente de nacionalidad mexicana) carecía de un plan de pensión y no tenía acceso a servicios de salud a través de un seguro brindado por sus empleadores.

Y sin embargo, las y los migrantes sí pagan taxes (impuestos). Según datos de New American Economy, una organización bipartidista de investigación y defensa de la inmigración, consignados por Los Angeles Times, en 2018 los inmigrantes indocumentados pagaron aproximadamente $31.9 mil millones de dólares.

Con la enfermedad vino el desempleo, y lo primero que Guadalupe tuvo que enfrentar fueron los gastos funerarios, para los cuales la familia de Eriberto y sus amistades le prestaron dinero. En contraste, el gobierno mexicano en EU respondió con negativas.

–Mi hija con amistades, yo con amistades, juntamos (dinero) gracias a Dios, pero se siente bien feo que el propio consulado no me quiso ayudar sabiendo que yo soy mexicana, él es mexicano; no les estaba pidiendo para que yo comiera, les estaba pidiendo para su funeral – reclama. Ni el consulado, ni el gobierno de Puebla la ayudaron con el proceso administrativo y mucho menos con los gastos.

Al respecto el especialista en estudios migratorios Luis Gallegos, considera que no hubo una respuesta adecuada a las circunstancias por parte del gobierno mexicano: “cuando los paisanos empezaron a fallecer y a tener más complicaciones en su vida diaria no fueron apoyados por sus autoridades, por quienes los representan”.

Guadalupe estuvo alrededor de cuatro meses sin trabajo. Antes tenía empleos de limpieza en diferentes apartamentos, después, con la crisis sanitaria, le avisaron que no se presentara.

“Me afectó demasiado porque se me juntó la renta, la luz… se me juntó todo, como no te imaginas”. En el peor auge de la crisis, con las secuelas que le dejó el coronavirus, con las deudas encima y el duelo de su esposo, salía a buscar despensas regaladas por las organizaciones civiles para alimentar a su familia.

Hoy en día ha recuperado algunos de sus antiguos trabajos y pagado algunas deudas.

No más remesas y crisis familiar: Rosa y José juan

Cuando Rosa y José Juan no pudieron enviar dinero a México sintieron frustración. “No tenemos qué comer”, les decían por teléfono la madre y el padre de él. Entonces pedía prestado para mandar algo. De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 7 de cada 10 migrantes en el mundo dejaron de enviar remesas a causa de la pandemia.

Rosa Mota, originaria de Tehuacán, un municipio a 132 kilómetros de la capital poblana, lleva 17 años en el estado de Nueva Jersey viviendo con su hija y esposo. Actualmente funge como niñera, aunque antes de la pandemia se dedicaba a la limpieza de hogares pero, igual que 335 mil 430 inmigrantes mexicanos en EU entre diciembre del 2019 y diciembre del 2020, según cifras del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), perdió su empleo y con ello la oportunidad de enviar remesas a su familia en México.

–Mi hermano falleció y la mamá de mi nuera también (en México) -recuerda Rosa, a causa del virus-, fueron situaciones bien tristes y dolorosas, la verdad: no poder hacer nada, no poder ayudar. Me sentía bien mal.

Su esposo José Juan Montoya se dedicaba a la fabricación de colchones, pero también perdió el trabajo en la pandemia. Ambos quedaron sin sueldo, compensaciones o apoyos del gobierno para resistir la crisis sanitaria con su hija, Celeste.

–Somos inmigrantes, no gozamos de los mismos privilegios que los ciudadanos de aquí, de este país, ellos dejaron de trabajar, pero seguían recibiendo su cheque por desempleo, nosotros no -dice José Juan, quien también tuvo que experimentar la angustia de tener a un ser amado enfermo en México por COVID-19: su padre

En casa también enfermaron Rosa, José Juan y su hija. “Yo estuve tan enferma que tuve miedo, mucho miedo y más que nada por mi nena, porque ella me tiene a mí y a mi esposo”.

Ambos creen que en México existe la sensación de que las y los migrantes que viven en Estados Unidos “viven bien y no les falta nada”. Sin embargo, Rosa asegura que se vive en condiciones complicadas, rodeadas de discriminación y racismo.

–Quiero decirles que se borren esa idea de la cabeza de pensar que aquí los que venimos a este país a trabajar vivimos como reyes, no es cierto, nos rompemos el lomo para ganar un peso y para poder ayudarnos, que no piensen eso de que nosotros somos malos hijos, malos hermanos o malos padres (por no enviar remesas) -sentencia José Juan Montoya.

Resistir en comunidad

–Nueva York es una ciudad de muchísimos recursos, con una infraestructura de gobierno vasta y desarrollada, pero profundamente desigual; y durante la pandemia estas desigualdades se exacerbaron y la gente que vivía marginada económica, social y políticamente se vio sumamente afectada –dice por su parte Marco Castillo, presidente de la junta directiva de la Red de Pueblos Transnacionales, una organización migrante integrada principalmente por personas de origen poblano.

Cuando los gobiernos de México, Estados Unidos y Puebla fueron omisos para atender las necesidades de las y los migrantes, fue la generosidad de la comunidad la que les permitió salir adelante. Berenice Santiago, integrante activa de la Red de Pueblos Trasnacionales y migrante poblana, recuerda que a través de despensas, acompañamiento y entregas de bienes básicos pudieron ayudar a las familias que más lo necesitaban.

–Para nosotros hablar de la respuesta del gobierno mexicano para enfrentar el problema de COVID en Nueva York, y especialmente para brindar apoyo a los connacionales poblanos, fue fatal, fue un insulto -sentencia Cabrera, quien asegura que la representación mexicana actuó hasta que la comunidad empezó a ayudarse.

Rosa Mota lo veía como un compromiso moral, no “soltar la toalla” hasta que la gente saliera de la enfermedad. “Nos ayudamos de parte y parte, porque aquí así es, no hay de otra”.

–Durante la pandemia, las comunidades más devastadas por el COVID fueron las comunidades migrantes, porque ellos no tuvieron el lujo de quedarse en casa para resguardarse por su estatus migratorio, por las leyes anti inmigrantes, desde este proceso de desigualdad de quienes tienen acceso a la riqueza -concluye Cabrera.

 

* Este texto forma parte del  proyecto Covid y Desigualdad de la Red de Periodistas de a Pie elaborado en colaboración con DW Akademie, con el apoyo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ).

 

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Baja demanda de vacunación en Guerrero un tema cultural y de difícil acceso a los puestos de vacunas

Guerrero, penúltimo lugar en vacunación ante cuarta ola de covid-19. Hasta este jueves, en el registro diario de contagios por la Covid-19 indica que hay un total de 3 mil 408 casos activos, y en las últimas 24 horas se registraron dos nuevos casos


Texto: Beatriz García

Foto: Lenin Mosso / Archivo

4 de febrero del 2021

Chilpancingo

 

En Guerrero la distribución de la vacuna contra la Covid-19 por parte de la federación sí se está efectuando, pero hay factores como los culturales y de distancia a los puntos de vacunación que impiden que la población se la aplique, motivo por el cuál la entidad ocupa el porcentaje más bajo de aplicación a nivel nacional, de acuerdo con el delegado federal.

Mientras que la doctora en Ciencias de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), Berenice Illades Aguiar, insistió que la vacunación es un elemento importante para ir frenando la pandemia, además de la responsabilidad de cada persona al siguir las medidas de sanidad impuestas por las autoridades de Salud.

El martes pasado en la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell Ramírez, informó que Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Chiapas tienen el menor número de población vacunada, apenas alcanzan la media nacional que es del 70 por ciento.

Para conocer los factores que está impidiendo que se eleve el número de personas vacunadas, se consultó al delegado federal en Guerrero.

El delegado aseguró que las vacunas que están llegando al estado son suficientes, pero hay otros factores que impiden que una parte de la población decida no aplicársela: el cultural y la lejanía de los puntos de vacunación a sus poblados.

Aseguró que se detectaron desde un inicio de la aplicación de las vacunas, que fue en febrero del año pasado, se han sumado a estrategias para dar solución.

En entrevista el delegado federal en Guerrero explicó que la llegada de las vacunas al estado siempre es por la disposición de vacunas que hay a nivel nacional y se distribuyen en función de las metas que hay en cada estado y del número de población que se tenga. En el caso de Guerrero hay 2.5 millones de habitantes mayores de 18 años en la entidad –población asignada para la vacunación-.

En Guerrero han recibido el esquema completo de vacunación aproximadamente un millón 400 mil personas mayores de 18 años, y con primera dosis cerca de los dos millones, de 2.5 millones que hay en total de este segmento poblacional, aseguró el funcionario.

Hasta este jueves, en el registro diario de contagios por la Covid-19, de la Secretaría de Salud del Estado, indica que hay un total de 3,408 casos activos, y en las últimas 24 horas se registraron dos nuevos casos.

Ante ese panorama, Hernández Díaz, dijo que el tema “bastante complejo” es la aceptación de vacunas en la población.

En regiones como Costa Grande y Región Norte, ejemplificó, la aceptación de la población es “bastante buena” arriba del 70 por ciento, pero en regiones como Costa Chica y Montaña disminuye de manera importante la aceptación.

Según el delegado este panorama mejoró.

“El primer recorrido en la Montaña que tuvimos hasta el 9 por ciento de aceptación, o menos. Ahora aunque ha mejorado, el 25 por ciento,, evidentemente, no hay suficiente”, especificó el funcionario federal.

Hernández Díaz expuso que después de observar la problemática para la aplicación de las vacunas se dio una coordinación entre el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) y la Secretaría de Asuntos Indígenas y Afromexicanos de Guerrero para concientizar en lenguas originarias sobre la importancia de la vacunación.

Aseguró que en localidades completas de la Montaña que decidieron no vacunarse, posteriormente se logró que habitantes sí se las aplicaran, aunque no todos aceptaron.

Además otro de los problemas que se está tratando de resolver son las distancias largas que hay de una localidad a los puntos de vacunación, como en el caso del punto de vacunación que había solamente en la cabecera municipal de Tlacoapa, entonces se determinó instalar otros puntos como en Totomixtlahuaca, y en Acatepec, se instaló también en Mexcaltepec y Yerbasanta.

La pandemia no termina, se debe seguir con las medidas sanitarias: Berenice Illades

La investigadora Illades Aguilar expuso que tan sólo en el Laboratorio de Diagnóstico e Investigación en Salud (Labdis) de la Uagro, las personas que acuden a hacerse una prueba Covid, los resultados, durante enero, en su mayoría fueron positivos; es decir, sigue una alza de contagios después de las vacaciones de diciembre.

Especificó que en el primer corte de enero, del 100 por ciento de quienes se hicieron una prueba, el 38 por ciento salió positivo, un segundo corte, el 19 de enero, de un total de quienes se hicieron la prueba un 44 por ciento resultó positivo y el 31 de enero, el último corte, del 100 por ciento, el 46 por ciento resultaron positivos. Entonces del total de personas que se hicieron una prueba en Labdis durante enero, el 80 por ciento fue positivo y la mayoría estaba vacunado.

Sobre la vacunación en el estado y este porcentaje bajo de vacunados que dijo López Gatell el martes, la doctora coincidió con el delegado federal en Guerrero, porque le consta que no ha sido por falta de campaña de información en la entidad que las personas no se quieran vacunar, que más bien hay lugares en que la población se resiste, y otro factor es la lejanía de puntos de vacunación a algunos poblados.

La catedrática insiste que la vacunación es importante, que eso hace la diferencia, que ciertamente la población se puede contagiar pero la mayoría podrá desarrollar síntomas más leves.

-¿Es probable que la pandemia este año disminuya su efecto?

– Es difícil decirlo, lo que si se está viendo es que ya a nivel global, a nivel del estado, las estadísticas que se encuentran indican que ya vamos en descenso, no muy fuerte, pero sí. Yo creo que esta ola si tardó un mes en subir, todo enero prácticamente, ya empieza la bajada, esperemos que a finales de febrero se comporte igual, eso no lo podemos saber- respondió.

Insistió que nadie asegura que pueda ocurrir una nueva ola de contagios en el estado y por ello es importante mantener las medidas sanitarias: uso de cubrebocas preferentemente KN95, lavado de manos, uso de gel antibacterial, ventilación en lugares aglomerados y sana distancia.

 

 

Ser mujer trans y migrante en pandemia: La historia de Yimel Alvarado

Se fue a Estados Unidos huyendo del odio. Allá logró ser libre y feliz, hasta que llegó la COVID-19. De acuerdo con la ONU, las personas migrantes de la diversidad sexual, como ella, enfrentaron discriminaciones entrecruzadas durante la pandemia que reveló, sobre todo, cuán invisibles pueden ser sus problemas y por lo tanto sus vidas, también del otro lado.


Texto: Beatriz García

Fotografía y video: Franyeli García

Ilustración: Conejo Muerto

31 de enero del 2022

 

Es la noche del 10 de marzo del 2020. El azul brillante de las luces se refleja en la mirada cansada de Yimel Alvarado. El color negro que delínea sus ojos, aun cuando le da mucha profundidad, acentúa su agotamiento.

Trae un vestido negro entallado que ella misma diseñó y cosió. Está en medio de una de sus imitaciones musicales más solicitadas en un bar de la avenida Roosevelt, del distrito de Queens, en Nueva York.

Ese mismo vestido ahora está dentro de una maleta en una habitación de la casa de su madre, en su natal Tlapa, municipio de la región Montaña en Guerrero, uno de los estados con mayores niveles de marginación, ubicado en el suroeste del país.

Yimel es una de las tantas personas de la comunidad LGBTI+ (Lésbico, Gay, Transgénero, Bisexual, Intersexual) que migró a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Aunque tanto allá como en México, la población de la diversidad sexual suele ser invisible, porque en sus historias se configuran varias variables de desigualdad: homofobia, discriminación, odio y rechazo, entre otras.

Yimel se fue a Nueva York en septiembre de 1997. Al inicio, como migrante indocumentada, no tuvo opción y por un tiempo se dedicó al trabajo sexual, lo que la obligó a soportar ataques verbales y físicos bajo las vías elevadas del metro Jackson Heights, como lo documentó The New York Times en un texto sobre COVID-19 que tituló El Epicentro. Luego Yimel se unió con un grupo de amistades de la comunidad LGBTI+ y formó una familia con la que compartía departamento en Queens.

Ese 10 de marzo del 2020, Yimel dio su espectáculo en el Kings Bar de la avenida Roosevelt. Nadie se dio cuenta que no estaba bien, la pandemia todavía se sentía lejana a pesar de estar a la vuelta de la esquina, y Estados Unidos aún no decretaba el confinamiento por el virus SARS-CoV-2 que ya se expandía por el mundo.

Después de esa presentación Yimel regresó a casa y comenzó su martirio en silencio. Trató de aliviarse con tés caseros: pensó que sólo era una tos y un dolor de espalda que pasarían. Además, seis días después tendría otra presentación para la que debía recuperarse pronto.

Ella sabía que la COVID-19 se estaba propagando, pero creyó que su caso sólo era resultado del cansancio y lo asoció a que la noche previa se desveló mejorando su vestuario. Pero para el 13 de marzo seguían sus malestares: ahora le dolía la cabeza, se había intensificado el dolor de espalda y la tos se volvió tremenda.

Sin embargo no le cuenta a nadie de su familia, ni siquiera a su hermana Olivia Aldama Alvarado, que también vive en Queens. Sólo sus compañeros de departamento se dan cuenta que no está bien y le piden que vaya al médico, pero se niega.

Es la segunda vez desde que llegó a Estados Unidos que la pasa mal. La primera fue muy al principio, cuando debió prostituirse para sobrevivir. Pero las cosas que más le habían dolido en la vida, le ocurrieron antes de migrar, en Tlapa, 23 años atrás.

Libre como las mariposas

Es septiembre de 1997. El bullicio y la música de banda reinan en la colonia San Francisco, en Tlapa. Armando, sus hermanas, su mamá y su papá disfrutan de un jaripeo, un espectáculo que consiste en ver qué jinete se queda más tiempo sobre el lomo de un toro. Armando se aparta para reunirse con sus amigos, a quienes su padre llama “los putos”.

Sus hermanas se van, pero Armando se queda. Al verlo, su padre desenfunda la pistola y suelta varios tiros entre los pies de su hijo y sus amigos. Nadie resulta herido, pero Concepción, la madre de Armando, sabe que su esposo intentó matarlo. Ella y sus hermanas se llenan de miedo.

No es la primera vez que su padre lo agrede. Sucede con frecuencia desde que cumplió 15 años y comenzó a autopercibirse como una persona transexual. Una vez su padre le dio un cuchillo y le gritó: “¡Ten, mátate!”. En la región Montaña, como en muchas otras del país, aún hay muchos prejuicios contra personas con orientaciones e identidades sexuales distintas.

Después del jaripeo, Concepción, sus hijas y Armando duermen en casa de una comadre. Tienen miedo de que su esposo lo mate. Esa noche, Armando comenzó a idear su huida. Dos días después, al amanecer, él ya no está en Tlapa.

Hasta una semana más tarde, su madre y sus hermanas supieron que ya estaba en Estados Unidos. Lo que no les contó en ese momento es que durmió en la calle, hizo trabajo sexual y sufrió maltratos, que para llegar allá consiguió dinero que debía reunir y pagar pronto, y que tenía una meta clara: a partir de entonces sería Yimel Alvarado.

La otra realidad

Durante la pandemia de la COVID-19, las personas migrantes lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales pueden enfrentarse a discriminaciones entrecruzadas: tanto por ser migrantes, como por su identidad de género u orientación sexual, han advertido organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Lo cierto es que de la realidad de las personas migrantes de la comunidad LGBT durante la pandemia, poco se sabe. Al menos en México.

Por varios días este medio intentó tener comunicación con organizaciones estatales y nacionales de la diversidad sexual, tanto de México como de EU, para conocer cómo estaba viviendo esta población la pandemia, pero la única información disponible es la relacionada específicamente con crímenes por homofobia.

El representante de la organización local Orgullo Guerrero, Juan Carlos Salvador, dijo que quizás estaban siendo egoístas por no documentar lo que están viviendo sus compañeros y compañeras de la población LGBTI+ en pandemia, porque desconocen totalmente su situación.

De acuerdo con la ONU, las personas LGBTI+ pueden enfrentar discriminación y estigma cuando acceden a los servicios de salud, además de que en algunos países hay leyes en que penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo y criminalizan a las personas trans.

Otras conductas sobre las que advierte este organismo son: estigmatización, discriminación, discursos de odio y ataques contra las personas LGBTI, así como obstáculos para acceder a trabajos y medios de vida, y vulnerabilidad ante violencia y explotación.

Además, debido a las diversas formas de discriminación social y económica que enfrentan las personas migrantes LGBTI+, es más probable que se vinculen en el sector informal y no tengan acceso a licencia por enfermedad remunerada ni a compensación por desempleo, detalla la organización.

La ONU precisa que las personas migrantes transgénero y no binarias son particularmente vulnerables a la explotación, debido a la discriminación laboral por su identidad de género o nacionalidad, lo cual abre una ventana para que los tratantes aprovechen esta vulnerabilidad y muchas veces busquen activamente víctimas trans y no binarias.

El vuelo de la mariposa

Yimel nació en Tlapa, en la Montaña de Guerrero, una de las regiones más pobres del país, el 14 de mayo de 1980.

Para llegar a la casa donde creció y vivió hasta la noche del jaripeo, se camina por la avenida Hidalgo hasta la colonia San Francisco. Es un extremo de la cabecera municipal, cerca de los cerros, donde abundan casas sencillas de concreto. En la puerta de una de esas casas cuelga un moño negro, símbolo de luto. Es la casa de Yimel.

Dentro, en el segundo piso, hay mariposas de cerámica de colores, con alas abiertas sobre una pared azul. Yimel quería ser como ellas: libre. Algunas de esas mariposas las compró ella misma en Estados Unidos, pero ahora adornan la casa de su madre, en su memoria.

Al cruzar la puerta de la entrada, lo primero que se percibe es el aroma de las lilis -como se conocen en esta región a las azucenas- que rodean una gran pintura de Yimel, donde luce una larga cabellera y está sonriendo; se ven sus labios carnosos y sus ojos perfectamente delineados.

Ariana desempolva el maletero donde guardan como un tesoro preciado los vestidos que confeccionó “La Gorda”, como se refiere cariñosamente a su hermana Yimel. Los saca uno por uno, son grandes y vistosos; Yimel era una mujer robusta de 1.90m de estatura.

La Gorda, cuenta su hermana, regresó a Tlapa después de cuatro años en EU, para ver a su familia. Para entonces su madre se había separado del padre, por las peleas constantes relacionadas con la identidad sexual de su hija.

Ella llegó sin los vestidos, las zapatillas y el maquillaje que usaba en Nueva York. Le contó a su madre y sus hermanas que por fin era libre y disfrutaba mucho su trabajo en los bares, principalmente en El Trío o en Kings Bar, donde imitaba a artistas como Paquita la del Barrio, Celia Cruz, Ana Gabriel, Rocío Durcal, Gloria Trevi y Jenny Rivera, con vestidos amplios, de olanes y llenos de brillos que ella misma se cosía.

“Me voy a beber y comer todo lo que pueda, después, cuando sienta que acabó ese tiempo, comenzaré a obtener bienes materiales”, dice la hermana que un día le dijo Yimel a su madre, de quien se hacía cargo y estaba pendiente por teléfono. Su madre construyó la mitad de su casa con el dinero que Yimel ganó en Queens.

Después de tres meses de estancia en Tlapa, regresó a Estado Unidos con los mismos riesgos de ser migrante indocumentada. Creyó que moriría en el desierto: se le acabó el agua, se deshidrató y estuvo a punto de beberse sus orines; sus pies se llenaron de llagas por todas las horas que caminó, pero logró cruzar. Y del otro lado, a diferencia de la primera vez, la esperaban sus amigos en el departamento, a quienes ella misma había ayudado de manera económica hasta que consiguieron trabajo.

Una sentencia que se cumple

Cuatro días después de su imitación más solicitada en el Kings Bar, Yimel se siente peor de salud. Entonces se comunica con su madre y sus hermanas que están en Tlapa para contarles. Les pide que recen por ella.

También habla con su hermana menor, quien vive en Queens. Cuando Olivia escucha su voz agitada y sin fuerza se va a verla. La encuentra dentro de su habitación tirada en la cama.

The New York Times reconstruyó ese día. Olivia llevó a Yimel al hospital: “Llaman un taxi. Pero el conductor, al sospechar que la mujer desplomada en las escaleras tiene el virus, se disculpa y se va. En un fugaz momento de claridad, Yimel dice: llama a una ambulancia”.

Yimel fue trasladada al Hospital Elmhurst, que ofrece atención, sobre todo, a quienes no tienen seguridad social en EU.

“En estos tiempos de pandemia, las personas transgénero encuentran aún más desafíos. La falta de seguro médico, la falta de capacidad para seguir las pautas de distanciamiento social y las pautas de cuarentena hacen que las personas LGBTI+ se enfrenten a una mayor probabilidad de exposición al COVID-19”, advirtió la ONU en un artículo publicado en octubre del 2020.

En Estados Unidos la situación es distinta que en México, asegura en entrevista la coordinadora de Desarrollo Institucional de Casa Arcoíris, un albergue para la comunidad LGBTI+ migrante en Tijuana, Sara Amelia Islas.

Allá las personas de la diversidad sexual tienen derecho a recibir atención médica, y hay organizaciones que velan por sus derechos, dice Islas, quien hace acompañamiento a migrantes LGBTI+ que llegan a la frontera de México con Estados Unidos, para cruzar a ese país mediante la figura de asilo.

Islas afirma que en EU, la comunidad migrante de la diversidad sexual recibe mejor atención de salud que en México, aun cuando sigue padeciendo discriminación, racismo y los crímenes de odio persisten.

En su opinión esto responde a que, en comparación con México, en Estados Unidos hay mayor apertura a la comunidad LGBTI+, porque hay políticas públicas y leyes que les protegen, aunque el grado de aceptación depende del estado, por ejemplo en San Francisco, Washington, Nueva York y California gozan de mejores condiciones y mayor presencia de colectivos que les apoyan.

Hace cuatro días Yimel cantaba en el Kings Bar y ahora está en el hospital debatiéndose entre la vida y la muerte.

El día que ingresó al hospital, los médicos le diagnosticaron neumonía. Después le informaron a Olivia que su hermana sería intubada, porque su respiración y oxigenación disminuía de manera acelerada.

Cuatro días después de que Yimel fue internada en el hospital se declaró la pandemia por la COVID-19 en Estados Unidos. Las autoridades obligaron al confinamiento, pero ella ya estaba en la cama de un hospital, en coma y con todos los síntomas que provoca el virus Sars-CoV-2.

A Olivia le dijeron que el país estaba en alerta y debían restringir las visitas en el hospital, sobre todo en el área en la que estaba Yimel, por lo que se retiró a su casa, pero varias veces al día marcaba por teléfono para saber de su hermana.

El 26 marzo por la noche, Olivia llamó nuevamente al hospital. Se sentía impaciente. La doctora en turno le dijo que Yimel seguía igual, que al menos no había empeorado y que podría considerarla estable. Eso le dio tranquilidad.

Pero, a la mañana siguiente, sonó el celular de Olivia, era una llamada del hospital: Yimel había muerto.

En octubre de 2021 Olivia todavía se resiste a creerlo. Ella cree que su hermana fue desconectada intencionalmente por el aumento de pacientes con COVID-19.

El calvario de las muertes de migrantes por covid-19

De acuerdo con la Secretaría de los Migrantes y Asuntos Internacionales (SIMAI) de Guerrero, el número de migrantes guerrerenses que fallecieron a causa de la COVID-19, tan sólo de marzo del 2020 al 13 de agosto de 2021 eran 451, aunque tampoco se conoce cuántos o cuántas pertenecían a la comunidad LGBTI+.

Desde el 2020, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan ha documentado los casos de migrantes muertos por la COVID-19 en esta región de la Montaña para repatriar sus cenizas, pero poco saben específicamente de muertes de migrantes LGBTI+.

En su último informe (2019-2020), Tlachinollan documentó los casos de 63 personas originarias de la Montaña alta fallecidas por COVID-19 en Estados Unidos, la mayoría en Nueva York.

Tlapa, el municipio de la región donde se concentra la actividad comercial de la Montaña alta de Guerrero, es el centro donde confluyen habitantes de pueblos mixtecos, tlapanecos, nahuas y mestizos. En las últimas cuatro décadas –como lo enuncia Tlachinollan en su informe de actividades– las y los jóvenes que emigran buscan asentarse en NY porque les significa ascender a otro nivel social.

De 63 personas fallecidas por el virus, Tlachinollan gestionó la repatriación de las cenizas de 27. El resto se quedó en ese país porque allá estaban sus familias, explicó el responsable del área de Migrantes y Jornaleros de esa organización, Paulino Rodríguez Reyes.

El costo de la incineración de los cuerpos era de 2 mil dólares, pero lograron que les disminuyeran el costo a mil dólares, pues la mayoría de migrantes sin documentos no recibieron apoyo de los gobiernos de Estados Unidos ni de México durante la pandemia, afirma Rodríguez Reyes.

De acuerdo con la Secretaría de los Migrantes y Asuntos Internacionales de Guerrero, en Estados Unidos hay un registro aproximado de 70 mil 474 migrantes guerrerenses viviendo en ese país, pero tampoco tienen una cifra de cuántas de estas personas pertenecen a la comunidad LGBTI+.

Los migrantes que viven en Nueva York pudieron acceder al sistema de salud, pero por temor de ser deportados o los dieran por muertos en los hospitales, mejor se quedaron en casa, agregó el defensor Paulino Rodríguez.

Yimel regresa a Tlapa

¿Cómo darle sepultura a la hermana y a la hija cuyo cadáver está en Estados Unidos? En Queens, Olivia y las amistades de Yimel se unieron para recuperar su cadáver. Debía ser rápido.

En Tlapa, Ariana tenía temor de que su hermana terminara en una fosa común o que les entregaran unas cenizas que no eran las de ella. En ese entonces había un fuerte rumor de que los cadáveres de migrantes indocumentados estaban siendo enviados a la fosa común.

Era urgente conseguir un crematorio. Recordaron que antes de dedicarse a cantar, Yimel trabajó en una funeraria. Se comunicaron con el dueño, quien accedió a cremar su cadáver de inmediato pero debían cubrir los gastos. Olivia acababa de recibir un ahorro y con eso pudo pagarlos.

Yimel ya no tuvo la oportunidad de recibir su documentación como estadounidense nacionalizada, que llevaba años tramitando, de haberla conseguido, habría logrado ser mujer de manera legal.

Las cenizas no llegaron pronto a Tlapa. El duelo de la familia en Guerrero se prolongó por seis meses, hasta que una comadre de Olivia viajó a México y con ella viajaron las cenizas de Yimel.

Es 5 de agosto del 2020. Una mujer sale del aeropuerto de la Ciudad de México, en sus manos lleva la caja de madera donde están las cenizas de Yimel, que enseguida entrega a Concepción y a Ariana, madre y hermana de Yimel. En cuanto Concepción las recibe, suelta el llanto.

Más tarde, en la entrada de la cabecera municipal de Tlapa, una caravana de amistades, familiares y conocidos de Yimel, la esperan. Hay muchas flores, música de viento, una muñeca gigante –a la que se le llama “mona” o “mojiganga”, hecha de papel y trapo, en cuyo interior, debajo de la falda, se introduce una persona para hacerla bailar, una costumbre típica de las festividades en la región– , que mueven al son de la música, globos y banderas arcoíris.

En su casa de la calle Hidalgo, en un altar con flores multicolores e imágenes religiosas colocan sus cenizas, que al final fueron depositadas en una nueva urna pintada a mano por artesanos de Olinalá, otro municipio de la región.

Con la llegada de Yimel a su casa lo mismo rezaron que bailaron al son de la banda de viento. Sus amigas se pusieron sus vestidos, los que cosió y bordó con esmero, y bebieron y rieron toda la tarde. Después, los restos fueron llevados al panteón municipal de Tlapa. Aunque el presagio de muerte de su padre se cumplió, Yimel logró su sueño y pudo ser libre.

 

* Este texto forma parte del  proyecto Covid y Desigualdad de la Red de Periodistas de a Pie elaborado en colaboración con DW Akademie, con el apoyo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ).

Festeja cumpleaños alcaldesa en plaza pública: Chilpancingo es número 1 en casos de covid-19

Chilpancingo ocupa el primer lugar de casos de Covid-19 activos con mil 167 y Acapulco 907, señala la Secretaría de Salud estatal.


Texto: Jesús Guerrero

Fotografía: Oscar Guerrero

24 de enero del 2022

Chilpancingo

 

La alcaldesa morenista Norma Otilia Hernández Martínez festejó su cumpleaños con marichi y pastel afuera del ayuntamiento este lunes, cuando Chilpancingo ocupa el primer lugar en casos de covid-19.

Funcionarios del gabinete municipal y líderes de colonias rodearon a la edil para entregarle un pastel y algunos regalos.

Los integrantes de un mariachi le cantaron las mañanitas y otras canciones.

El cumpleaños de la alcaldesa fue ese domingo 23 de enero, pero en las redes sociales se convocó a la gente que acudiera al ayuntamiento para hacerle un festejo.

La fiesta en la que había unas 50 personas aglomeradas con cubrebocas se realizó cuando Chilpancingo ocupa el primer lugar de casos de Covid-19 activos con mil 167 y Acapulco 907, señala la Secretaría de Salud estatal.

Este fin de semana en Guerrero hubo 572 personas contagiadas por coronavirus y cuatro fallecimientos, informó esta Secretaría.

Aún de que Guerrero sigue en semáforo verde epidemiológico, los casos de enfermos de Covid-19 han venido en aumento desde a principios de enero de este año después de las fiestas de diciembre.

Por día hay un promedio de 500 contagios de coronavirus, señalan las estadísticas oficiales.

La covid-19 nuevamente le ha pegado al sector salud en Guerrero, ya que según la Secretaria General de la Sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud (SNTS) Beatriz Vélez Núñez, 800 trabajadores, entre médicos, enfermeras, químicos, administrativos, de intendencia y camilleros de los hospitales y centros de salud, están contagiados por el coronavirus.

También decenas de trabajadores de las dependencias del gobierno del estado y del ayuntamiento de Chilpancingo están contagiados del Covid-19, lo que ha provocado que las actividades laborales se hayan reducido en más de un 50 por ciento.

El gobierno estatal publicó en el Periódico Oficial la reducción en un 50 por ciento la apertura de los restaurantes, cafeterías, antros, cantinas para evitar la propagación del virus.

Además de evitar fiestas o eventos públicos

Sin embargo, el mismo papá de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, Félix Salgado Macedonio festejó dos días con decenas de personas su cumpleaños en su domicilio particular en el Fraccionamiento Marroquín en Acapulco y que publicó en las redes sociales.

Aquí en Chilpancingo, la alcaldesa Norma Otilia Hernández Martínez, festejó su cumpleaños con mucha gente.

El 21 de diciembre del 2021, la Secretaría de Salud estatal emitió una sanción administrativa contra las autoridades del ayuntamiento de Chilpancingo por haber autorizado la realización del pendón de la Feria de Navidad y Año Nuevo al que asistieron miles de personas.

Pese a esa sanción que las autoridades sanitarias le impusieron a la edil morenista Norma Otilia, la feria continuó. Hubo jaripeos, bailes de música de banda a la que asistieron miles de personas.

Después de estas fiestas con aglomeraciones al tope, se dispararon los contagios de Covid-19 en Chilpancingo.

“¿Dónde va a ser la fiesta de verdad con comida?”, preguntó uno de los asistentes al festejo de la alcaldesa morenista a quien se le veía contenta bailando la canción “el mariachi loco”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El año de la sindemia: ¿que implicó para la niñez en México?

Durante la pandemia de la COVID-19 en México, las niñas, niños y adolescentes se enfrentaron a múltiples crisis, entre éstas: la profundización de las desigualdades y violencias, el incremento de la pobreza, así como, a la marginación adultocéntrica, racista y machista. 

Por ello, con el objetivo de conocer la situación de la niñez y adolescencia mexicana, la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) público su Informe anual 2021: “Discriminación y violencia contra la niñez durante la sindemia”


 

Texto: Aletse Torres / Zona Docs

18 de enero del 2022

 

La sindemia, ha sido el término que la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) utilizó para evidenciar la relación e interacción que mantienen las desigualdades sociales y los efectos nocivos que ha traído consigo la pandemia de la COVID-19 para ciertos sectores de la población.

Por ello, en su informe anual 2021 “Discriminación y violencia contra la niñez durante la sindemia”, la REDIM denuncia la situación de precariedad y vulnerabilidades que la niñez y adolescencia en el país enfrentaron en medio de este contexto.

En su informe destacan que la crisis de derechos humanos que ya vivía el país expuso nuevas y “dolorosas” cifras sobre la niñez desaparecida, reclutada o asesinada. También, sobre la niñez y adolescencia migrante que se encuentra en México.

A la par de estas situaciones, de acuerdo con su análisis, las niñas, niños y adolescentes se enfrentan a nuevos retos como el regreso a las escuelas, el desabasto de medicamentos y su exclusión en diversos espacios. Por estas razones, la REDIM reconoce que estos resultados tienen el propósito de plantear la agenda pendiente que el país debe cubrir este 2022.

 

La salud es un derecho de todas, todos y todes 

Durante el 2021 hubo una grave desatención en la cobertura de insumos básicos para la plena garantía del derecho a la salud de la niñez mexicana, afirma la REDIM. De tal forma que, las niñas, niños y adolescentes sufrieron la exclusión del plan de vacunación contra la COVID-19, la caída del esquema de vacunación y el desabasto de medicamentos contra el cáncer.

La falta de dotación de medicamentos y de atención especializada ocasionó que 2 mil 077 niños, niñas y adolescentes, entre 0 y 17 años, (897 mujeres y 1,180 hombres) perdieran la vida como consecuencia de tumores (neoplasias) en 2020, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Lamentablemente no solo faltaron las medicinas, también las vacunas pertenecientes al esquema básico. Desde 2019, se ha documentado su desabastecimiento para la inmunización de enfermedades como: tuberculosis (BCG), hepatitis (HepB), sarampión, difteria, tos ferina y tétanos (DPT3, Tdap, TT), según datos del Informe de País del PAI (Programa Ampliado de Inmunizaciones en el contexto del Sistema de Salud). 

Y pese a los esfuerzos de la autoridad por invisibilizar el impacto que ha tenido la pandemia en la niñez y adolescencia, -restando importancia al número de contagios e, incluso, muertes como consecuencia de la propagación del coronavirus en esta población-, para diciembre de 2021 un total de 82 mil 234 niñas, niños y adolescentes habían sido infectados por COVID-19 en México. 

De éstos, 812 niñas, niños y adolescentes habían muerto, según las cifras del Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes SIPINNA. De cara a la magnitud del problema, la REDIM denuncia que se les excluyó del plan de vacunación contra la COVID- 19, sin una explicación, incluso, pese a que diversos países del mundo y Latinoamérica comenzaron las campañas de vacunación para los y las menores de edad.

En cambio, México se vio forzado a incluirlos luego de que los niños, niñas y adolescentes exigieron su derecho a vacunarse frente al Palacio de Gobierno.

 

Sin un plan para la niñez huérfana

México, fue el país con más niñas y niños que enfrentaron la muerte de uno o ambos padres (178 mil), así como, de sus cuidadores primarios o secundarios (275 mil 800), de acuerdo con las cifras del estudio “Orfandad COVID-19” de la revista “The Lancet”, citado por el informe anual de la REDIM.

Lamentablemente, advierte el informe, el Sistema Nacional DIF no ha ofrecido datos oficiales desagregados sobre cuántos son, en qué entidades se encuentran, cúal es su situación jurídica y cuáles son los planes de restitución de derechos para cada niña, niño y adolescente en condición de orfandad por COVID19.

La institución declaró a finales de año que existen aproximadamente 118 mil niñas y niños en orfandad por COVID-19, sin otorgar fuentes verificables o contexto que explique la razón de la cifra.

Esta omisión por parte de las autoridades, deja a las niñas, niños y adolescentes en una situación de vulnerabilidad ante la pobreza, el trabajo infantil, la violencia, sexual, el embarazo temprano y el abandono escolar.

 

El esperado regreso a las escuelas

El comienzo de la pandemia en marzo de 2020 implicó el cierre de todas las escuelas de educación básica, media superior y superior del país, así como, el traslado de la clases a la modalidad remota; por ello, el 2021 se auguraba como un año clave para planear el regreso a clases presenciales. 

A decir de la REDIM, la interminable discusión de “volver o no” mostró el profundo adultocentrismo en las políticas y la cultura mexicanas, debido a que los argumentos estuvieron marcados por una estigmatización de los espacios escolares como “poco seguros y poco responsables”, dando por sentado que niñas y niños no podrían atender a las medidas sanitarias necesarias.

REDIM, insistió en la urgencia de generar una estrategia de retorno gradual y segura, dialogando con las comunidades escolares y con la niñez, tomando como referencia a otros países que no asociaban el retorno a las escuelas con el incremento de contagios.

De tal manera que, para junio del 2021, en Latinoamérica solo tres países habían alcanzado las 50 semanas sin clases presenciales México fue uno de ellos.

La organización, explicó que las escuelas son también un espacio de contención y protección social, por lo que, un año de cierre implica una crisis de aprendizaje, problemas de salud mental, incremento del abandono escolar y trabajo infantil. 

En el ciclo escolar 2020-2021, 1.5 millones de personas de 3 a 18 años en el país ya no se inscribieron al nuevo ciclo escolar por motivos asociados al COVID-19. Además, 529 mil ya no se inscribieron por falta de dinero o recursos y 310 mil personas entre 13 y 18 años tampoco lo hicieron porque tenían que trabajar. 

México Evalúa, estimó que aproximadamente el 67% de la población escolarizada regresó a las aulas, esto implica un alto riesgo de abandono escolar no contabilizado oficialmente. 

Hasta la fecha, las autoridades mexicanas carecen de una estrategia educativa y de articulación interinstitucional para identificar y reintegrar al sistema educativo a los millones de niñas y niños que no regresaron a la escuela, afirma la REDIM..

 

Entre el juego y la guerra 

Tras el inicio de la Guerra contra el narcotráfico y las reiteradas medidas de militarización del país en los gobiernos de Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, las infancias mexicanas han sido víctimas de violaciones a sus derechos humanos. 

Niñas, niños y adolescentes viven en México todas las formas conocidas de violencia ocasionada por la guerra. Y también mueren por ellas. Entre los meses de enero a noviembre de 2020 y 2021 los homicidios de personas entre los 0 y los 17 años aumentaron de 2 mil 182 a 2 mil 240, representando unincremento del 2.7% respecto al año anterior.

La REDIM señaló que estas cifras dan cuenta de los fallidos resultados de las estrategias de seguridad y combate a la delincuencia y el crimen organizado. Cabe mencionar que, la violencia tiene marca de género, ya que “existe una mayor incidencia en prácticamente todos los indicadores de violencia si se trata de las niñas y adolescentes mujeres”.

Entre el primero de enero y el 5 de diciembre de 2021, 12 mil 918 personas entre 0 y 17 años fueron atendidas en hospitales de México por violencia familiar; de éstas, 88.3% eran niñas y mujeres adolescentes (11 mil 409 en total).

De igual forma, 6 mil 814 personas de 0 a 17 años se atendieron en hospitales del país por violencia sexual en el mismo periodo, siendo 92.8% niñas y adolescentes.

“La mezcla del machismo y el adultocentrismo genera una huella que marca múltiples dinámicas sociales en los hogares” declaró la organización en su informe. 

 

12 niñas, niños y niñes desaparecen al día en México

La niñez desaparecida en México continuó siendo un fenómeno en constante crecimiento en el país, el cual se ha invisibilizado por el adultocentrismo de las autoridades y de los propios sistemas de búsqueda.

En el año 2021 se registró una estadística que mostraba que 12 niñas, niños y adolescentes han sido reportados como desaparecidos, no localizados o localizados cada día, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO). Esta cifra es una expresión de la violencia que se materializa en múltiples violaciones a los derechos humanos de la niñez.

Desde que se tiene registro 80 mil 344 personas de 0 a 17 años han sido reportadas como desaparecidas, no localizadas o localizadas en México hasta el 20 de diciembre de 2021. De estos casos, 15 mil 818 continúan en estado de desaparición o no localizados.

Esta epidemia invisible se expresa en todo el territorio nacional. No obstante, resaltan el Estado de México (con 3 mil 626 casos), Tamaulipas (con mil 701) yJalisco ( con mil 247) como las entidades federativas con mayor número de desapariciones de niñez y adolescencia.

 

¿Qué se tiene que hacer? 

La REDIM propone una serie de recomendaciones para reorientar las políticas públicas del Gobierno Federal, así como, de los estatales, en diversos rubros que conciernen a los derechos y la atención a la niñez y adolescencia en México:

  1. Reorientar la atención y contención de la COVID-19al enfoque sistémico basado en los derechos humanos y carácter global de la pandemia. 
  2. Fortalecer el Estado a través de la gobernabilidad democrática, construcción de ciudadanía y prioridad del Interés Superior de la Niñez.
  3. Incrementar la inversión del gasto públicoen frenar el impacto negativo de la pandemia. 
  4. Crear mecanismos institucionales de participación ciudadana desde la niñez, iniciando en las escuelas. 
  5. Fortalecer el sistemas de salud pública y la prevención comunitaria.
  6. Reducir el impacto de la crisis alimentaria y estimular el retorno a una dieta saludable.
  7. Fortalecer la autodeterminación nacional para decidir la política migratoria de México.

 

Este texto fue elaborado por el equipo de Zona Docs y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie.

Cuarta ola de Covid-19 alcanza a dependencias del gobierno del estado y Congreso

Los últimos datos de la Secretaría de Salud indican que hay 1,480 casos activos de Covid-19 en el estado, de los cuales 397 contagios y dos defunciones por esta causa se confirmaron en las últimas 24 horas.


 

Texto: José Miguel Sánchez
Fotografía: Oscar Guerrero
12 de enero 2022
Chilpancingo

 

Al menos dos funcionarios cercanos a la gobernadora Evelyn Salgado y burócratas de dependencias estatales y Congreso local se recuperan por Covid-19. La cuarta ola de la pandemia ha afectado también a las dependencias y cambiado dinámicas laborales.

El director de Comunicación Social, René Posselt Aguirre y el secretario de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, Eduardo Loria Casanova, están confinados debido a que se recuperan por la infección respiratoria.

Posselt Aguirre, quien es el vocero de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, resultó positivo a principios de este año y según versiones de sus allegados en los próximos días se reincorporará a sus labores debido a que tuvo en forma leve los síntomas del virus.

Trabajadores de la Secretaría de la Contraloría, se quejaron de que a pesar de que su jefe Eduardo Longoria se habría presentado a trabajar ya con la Covid-19, los están obligando a mantenerse en las oficinas.

Los empleados de esta Secretaría que pidieron se omitieran sus nombres para evitar alguna represalia dijeron que la semana pasada varios de ellos tuvieron contacto con Loria Casanova y temen haberse contagiado.

Señalaron que ellos no deberían de estar trabajando porque podrían tener el virus y contagiar a más compañeros de trabajo.

 

Nuevas medidas ante cuarta ola

En el Periódico Oficial que publicó este lunes el gobierno del estado establece como medidas sanitarias que en el Palacio de Gobierno todos los trabajadores utilicen el cubrebocas, además que en los accesos de cada edificio se les toma la temperatura y coloca gel antibacterial en las manos.

Personal de la Secretaría de Salud estatal instaló un módulo a un costado del auditorio «José María Izazaga», atrás del Palacio de Gobierno, en donde se les realizan pruebas rápidas a los trabajadores que tengan algún síntoma de la Covid-19.

En entrevista, la dirigente de la Sección VII del Sindicato de Servidores Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG) Socorro Sánchez Salmerón, confirmó que cuatro trabajadores de diversas dependencias estatales están enfermos de coronavirus.

La líder sindical señaló que será hasta el próximo lunes 17 cuando las autoridades estatales den a conocer una determinación sobre si la burocracia sigue laborando en forma normal o se establecen guardias rotativas.

“La indicación de la jefa de personal del Poder Ejecutivo Alicia Ventura es esperar esta semana para poder tomar una decisión adecuada”, dijo Socorro Sánchez.

Esto debido a que los trabajadores de base regresaron a sus funciones el pasado lunes 10 de enero, y a las autoridades se les hace poco tiempo para tener un diagnóstico de la situación sanitaria, a pesar de que los trabajadores de confianza regresaron a trabajar desde el día de 3 de enero, expresó.

Mencionó que en el módulo que instaló la Secretaría de Salud en la parte trasera del Palacio para aplicar pruebas rápidas de Covid-19 sólo se reparten 50 fichas al día cuando la planta laboral en la sede del Poder Ejecutivo es de 3 mil trabajadores.

Las pruebas se empiezan aplicar a las diez de la mañana pero los que acuden para que se les realicen tienen que llegar tres horas antes para hacer fila y obtener una ficha.

Se observó que varias trabajadores que hacían fila tosían o estornudaban.

En el regreso a las labores en el Congreso local, 12 trabajadores administrativos resultaron positivos de Covid-19 luego de que personal de la Secretaría de Salud inició las pruebas rápidas en el estacionamiento de esta sede del Poder Legislativo.

El coordinador de la fracción parlamentaria del PRI, Héctor Apreza Patrón, informó que ninguno de los legisladores que se presentaron a realizarse la prueba resultó positivo de coronavirus.

Ante los contagios de Covid-19 en el gremio burócrata, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, dijo que no se van a cerrar las oficinas del gobierno estatal y que se reforzarán las medidas sanitarias.

«Ya están saliendo los contagios (Covid-19) por todos lados», respondió a una presunta que le hizo un reportero luego de encabezar un acto oficial en la residencia oficial de Casa Guerrero este miércoles a mediodía junto con la nueva secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes.

Rebasan los mil casos activos de Covid-19

Los últimos datos de la Secretaría de Salud indican que hay 1,480 casos activos de Covid-19 en el estado, de los cuales 397 contagios y dos defunciones por esta causa se confirmaron en las últimas 24 horas.

Los casos activos se concentran principalmente en los municipios de Acapulco, Chilpancingo, Iguala, y Taxco.

 

Escuelas en Guerrero: clases híbridas ante aumento de casos por covid-19

En Chilpancingo dos maestros dan positivo al virus


 

Texto: Beatriz García

Foto: Óscar Guerrero

10 de enero del 2021

Chilpancingo

 

Escuelas en el estado optaron por reiniciar clases a distancia y otras más de una manera híbrida que permita no estar todos los días en las aulas, ello, ante el alto índice de contagios por Covid-19 y pese al llamado de las autoridades del estado de regresar a clases presenciales.

Las escuelas de preescolar, primaria, secundaria y telesecundaria que regresaron a las aulas lo hicieron al igual que el inicio del ciclo escolar en agosto del año pasado, asumiendo los costos económicos para tratar de cumplir con las medidas sanitarias.

Sin embargo, las autoridades educativas no han resuelto problemas como el de infraestructura, agua entubada y faltante de maestros, coincidieron maestros de la región centro, Montaña y el secretario general de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), Héctor Torres Solano.

El secretario de Educación, Marcial Rodríguez Saldaña, argumentó que estaba en reunión y no podía atender la entrevista cuyo objetivo fue conocer el panorama de este reinicio a clases.

El reinicio de clases se dio el pasado 3 de enero, pero hubo escuelas iniciaron clases hasta este lunes, ante el temor de que maestros, trabajadores de los planteles y alumnos estuvieran contagiados después de las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

En la inauguración del reinicio de clases presenciales el pasado 3 de enero, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda dijo que era muy importante el regreso a clases, que era la oportunidad de niños y niñas para prepararse.

En el mundo, sin excepción Guerrero, vive la cuarta ola de contagios por la Covid-19 y lo demuestran las cifras que a diario hacen públicas las autoridades de Salud en el Estado. Hasta este lunes el registro es de 1,123 casos activos, los casos nuevos confirmados en 24 horas son 48, pero esta cifra puede ser engañosa porque en fines de semana los registros disminuyen porque además los módulos de vacunación no trabajan, como lo han informado en otro momento las autoridades.

Un registro antes del actual  las autoridades de Salud informaron que en las últimas 24 horas se registraron 293 contagios, y un día antes de este se registraron 267 nuevos casos en ese mismo lapso de tiempo.

En Chilpancingo dos maestros dieron positivo a Covid-19: delegada de la CETEG

En Chilpancingo dos maestros de secundaria dieron positivo por coronavirus la semana pasada, lo que indica el riesgo inminente de regresar a las aulas, dijo en entrevista la delegada DIII-16-02 de la CETEG, Reyna Bello de Jesús.

La dirigente en la región Centro dijo que aunque las autoridades del estado insistan en el regreso a clases presenciales es arriesgado para los alumnos y maestros, porque no se sabe quiénes tuvieron contacto con personas Covid en vacaciones

La profesora dijo que no tenía la precisión de cuántas escuelas regresaron a clases presenciales en la región Centro, pero que la mayoría lo hizo de manera híbrida para evitar estar mucho tiempo en las aulas.

La maestra recientemente dialogo con profesores de la región y coincidieron que hay problemas que agudizan la situación de la pandemia, por ejemplo el hospital del ISSSTE –donde están subrogados los trabajadores de la educación- no les está dando todos los servicios después de los daños que sufrió con el temblor de septiembre pasado, tampoco hay medicamentos.

Agregó que otros problemas que aquejan a los planteles es que la SEG no ha atendido problemas de infraestructura, agua, internet, ni tampoco para mantener la higiene de la escuela, y en la medida de sus posibilidades  los maestros y padres de familia lo solventan.

En el inicio del ciclo escolar en agosto del año pasado, las autoridades de la SEG de la administración  anterior encabezada por el gobernador Héctor Astudillo Flores dijeron que se estaba proveyendo de insumos de higiene a las escuelas. Luego las autoridades del actual gobierno aseguraron que también lo estaban haciendo, pero a cinco meses del inicio de ciclo no es así.

“Quienes están sacando la educación sin recursos, son los docentes y son los más vulnerables, porque mandan a los niños, pero los papás anduvieron en fiestas”, destacó.

La maestra lamentó que el actual secretario de Educación  está impuesto por costos políticos no por experiencia pedagógica, y que entonces a los gobiernos no les importa la educación.


Niños, los más vulnerables ante la cuarta ola de Covid

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La población es la responsable de evitar contagios Covid-19, sostienen autoridades ante cuarta ola de la pandemia

En el mundo y en Guerrero se vive la cuarta ola de contagios por la Covid-19, ahora con una nueva variante, Omicrón, que aun cuando no llega  al estado, los contagios por el virus SAR-CoV-2 continúan. Ante eso, las autoridades aseguran que la población es, en su mayoría, la responsable de prevenir los contagios.

Hasta la segunda ola de contagios, que se desarrolló principalmente en las fiestas decembrinas del año pasado, las autoridades estaban activas en actividades de prevención, información. Multaban negocios y a los choferes del transporte público que incumplían las medidas sanitarias. Esto ocurrió de manera particular en Chilpancingo.

A dos meses de que se cumplan dos años de que se declaró la pandemia de la Covid-19, el 20 de marzo del 2020, las medidas por parte de las autoridades, como un problema de salud pública, mermaron.

El jueves pasado, la secretaria de Salud del estado, Aidé Ibarez Castro, dijo a Amapola . Periodismo transgresor, que aun cuando distribuyen medicamentos en centros de salud y hospitales, hacen pruebas Covid-19 en las jurisdicciones y hospitales, la población tiene una responsabilidad primordial de evitar contagios, siguiendo las medidas sanitarias que las autoridades de salud indicaron, como uso correcto de cubrebocas, gel antibacterial, lavado de manos, sana distancia, evitar aglomeraciones y acudir a espacios cerrados.

A la par de este discurso, en Guerrero, sobre todo en diciembre pasado, las autoridades mantuvieron en pie las ferias de fin de año en los municipios, como en el caso de Chilpancingo y Chilapa, dos municipios de la región Centro que cada año realizan estas  celebraciones con espectáculos artísticos que permiten la presencia de cientos de personas.

En Chilpancingo es un claro ejemplo de lo que no se debía hacer. Expertos y autoridades estatales y federales advirtieron que por motivo de las festividades de diciembre se originaría una cuarta ola de contagios, además de la aparición de la variante Ómicron que propaga más rápido el contagio, pero con menos letalidad.

La alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, planteó de manera reiterada que la Feria de Navidad y Año Nuevo que concluyó ayer en las instalaciones ubicadas en la colonia Los Ángeles, se siguieron todos los protocolos sanitarios como que tomaron la temperatura y aplicaron gel antibacterial a los asistentes, además que solicitaron certificado de vacunación contra el SAR-CoV-2, de lo contrario, realizaron pruebas rápidas para detectar el virus. La feria no se realizó el año pasado.

De acuerdo a una consulta con asistentes a los eventos programados tanto en la plaza de toros Belisario Arteaga y el teatro del pueblo Rubén Mora Gutiérrez este fin de semana, a ninguno les pidieron sus certificado médico para ingresar ni tampoco observaron módulos de pruebas rápidas detección del SARS-CoV-2.

El secretario de Salud municipal, Cipriano Gutiérrez Castro, aseguró en un comunicado del viernes pasado que previo a esta festividad adquirieron 10,000 pruebas rápidas, y que en los 20 días que llevaba la feria aplicaron 1,831 y de éstas 56 fueron positivas, pero que la mayoría eran visitantes de Querétaro, Oaxaca, Sinaloa y Ciudad de México, y de municipios locales como Iguala y Acapulco.

Según dijo el funcionario, la mayoría eran asintomáticos y a los positivos no se les permitió la entrada a la feria ni a sus acompañantes, aunque llevaran certificado de vacunación.

En las instalaciones de la feria se instalaron negocios de diferentes giros: ropa, trastes, comida, bares y juegos mecánicos. Mientras que en la plaza de toros se realizan corridas y bailes amenizados por grupos musicales y solistas. El martes pasado, fue de las noches que más repleta se vieron las instalaciones de la feria, ante la presencia del grupo musical El Recodo; no hubo sana distancia, ni uso correcto del cubrebocas y mucho menos pidieron el certificado de vacunación.

Además en el espacio del teatro del pueblo, todos los días hay conciertos musicales y artísticos, no es posible la sana distancia, además, las personas suelen quitarse el cubrebocas para consumir alimentos.

El 6 de enero, Día de los Reyes, la administración municipal invitó a los niños de Chilpancingo a las instalaciones de la feria para regalarles juguetes y rosca.

En el caso del zócalo de Chilpancingo, como medida de prevención para evitar contagios, las autoridades anteriores decidieron cerrarlo desde marzo de 2020 hasta mayo pasado, pero asumiendo que la población debía responsabilizarse de las medidas sanitarias.

Antes, en el trasporte público, las autoridades de Tránsito y Vialidad hacían operativos para verificar que en las unidades se respetaran las medidas sanitarias, pero ahora nada de este continúa.

En los comercios, tan sólo del primer cuadro de la ciudad, la situación es similar al trasporte, son pocas las personas que ofrecen gel antibacterial y tapetes desinfectantes de calzado.

En los mercados, como el central, el Baltasar R Leyva Mancilla, los comerciantes no suelen usar gel antibacterial y ofrecen fruta a los compradores sin desinfectarla entre las aglomeraciones.

El senador y padre de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, Félix Salgado Macedonio dijo el jueves pasado que en esta semana Guerrero retrocederá a semáforo naranja, ante el alza de contagios de coronavirus, resultado de las fiestas decembrinas. Las autoridades del estado no lo han hecho oficial y las federales informaron que esperarán hasta el próximo 23 para determinar qué pasa con los colores del semáforo.

El módulo de tomas de muestra para detectar SAR-CoV-2 que instalaron las autoridades municipio en la alameda Granados Maldonado, las largas filas son visibles desde el lunes pasado.

En el último registro epidemiológico de las autoridades de Salud del estado que hicieron público ayer domingo, indica que Guerrero mantiene 1,114 casos activos de coronavirus, de estos 293 se registraron en las últimas 24 horas y una defunción en el mismo lapso de tiempo.

Los 1,114 casos activos se concentran principalmente en: Acapulco de Juárez, con 472; Iguala, 170; Chilpancingo, 151; Taxco, 118; Zihuatanejo, 48; Chilapa, 21; Pungarabato, 18; Ometepec, 14; Tixtla, 13 y Tlapa, 11.

De las 477 camas  habilitadas para pacientes Covid con ventilador para respiración artificial, se encuentran ocupadas 34, que representa el 7 por ciento y de las 1,017 camas para atención médica general están ocupadas 563, el 53 por ciento.

 

Texto: Beatriz García – Fotografía: Oscar Guerrero – 10 de enero del 2022 – Chilpancingo


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En México se analizan al mes 2.5% de las muestras de pruebas positivas COVID para conocer la variante


Texto: Andrea Vega / Animal Político

Fotografía: Amapola Periodismo / Archivo

7 de enero del 2022

De todas las pruebas COVID que se hacen en México, solo se analizan para saber qué variante está causando la infección, 2 mil 500 de las muestras que dan positivo por PCR. Las que se usan para test de antígenos no sirven para este análisis.

Las que se analizan se eligen por regiones, para tener una representatividad de todo el país, sobre todo de zonas con mucha población o fronterizas con alta movilidad. Pero las muestras deben tener ciertas características, como una cierta cantidad de material genético. Por eso a las personas no se les dice qué variante tienen, porque son pocas muestras de las que se hace la secuenciación y ese estudio es posterior a que se confirma el positivo.

Así lo explican a Animal Político, cinco integrantes del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómina (CoVigen-Mex), que se conformó para ayudar a la Secretaría de Salud justamente en la identificación y el monitoreo de las variantes de virus respiratorios que circulan en el país.

Para saber qué variante está circulando se hace una secuencia del genoma del virus de una muestra, tomada a una persona que ha dado positivo por PCR. El genoma es el compendio de toda la información genética de un organismo. Lo que se hace es determinar cada una de las bases o de las letras que conforman a un virus.

Con programas de cómputo se comparan las nuevas secuencias con las del virus original, por ejemplo, el de Wuhan, China, y se determina cómo ha variado.

Carlos Arias, coordinador del CoViGen-Mex e investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM, precisa que si hasta hace dos semanas había aproximadamente unas 100 mil muestras positivas al mes y si se secuencian 2 mil 500 en ese mismo periodo, eso da un porcentaje de 2.5%. Pero si suben las pruebas positivas, como está sucediendo, ese porcentaje irá bajando, porque el número que se secuencia se mantiene más o menos fijo.

De la secuenciación de las muestras se encargan el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), el Instituto de Medicina Genómica (Inmegen) y otras instituciones que participan en el CoViGen-Mex como el Instituto de Biotecnología (IBT) de la UNAM, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (Ciad). Todas estas instituciones suben sus hallazgos al Gisaid, una plataforma internacional donde se reportan los datos de las variantes en todos los países.

En esta plataforma es donde se tiene registrado que en México, hasta el momento, hay confirmados 368 casos de ómicron, distribuidos en 15 estados, aunque la mayoría se encuentran en Ciudad de México, donde hay 267.

Hacer la secuenciación del genoma de virus, para determinar qué variante es, es un procedimiento caro, dice Arias. El costo es de más o menos 50 dólares (unos 5 mil pesos) por cada secuencia. “En 2021 tuvimos apoyo para secuenciar 12 mil muestras en todo el año y este año estamos solicitando una ampliación. Tenemos presupuesto para los primeros dos meses, pero Conacyt está interesado en apoyarnos”.

Alejandro Sánchez, también investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM e integrante del CoViGen-Mex, precisa que el Conacyt los apoya, pero con la desaparición de los fideicomisos, deben esperar hasta que baja el presupuesto y demás y el dinero lo irán recibiendo hasta marzo. “Tenemos que trabajar casi dándole crédito al gobierno y eso es un cuello de botella”.

El coordinador del CoViGen-Mex dice que lo secuenciado en México está muy por debajo de los números, por ejemplo, de Dinamarca que secuencia el 70% de sus muestras, pero que aun así ese porcentaje da una idea clara de lo que sucede en el país.

En eso de que se secuencia lo suficiente coincide con él Sánchez. “En Sudáfrica hacían la secuenciación de 500 muestras al mes y encontraron la variante beta, con una población de 60 millones de personas. Claro, en vigilancia genómica más siempre es mejor, pero el problema son los recursos, primero los financieros, después la disponibilidad de material para hacer los muestreos, en el mundo hay escasez de plásticos, y luego los recursos humanos, en cada laboratorio tenemos dos o tres personas que hacen 500 muestras cada semana, más todas las muestras que se procesan para otros fines de investigación”. Arias describe que las muestras que se eligen para secuenciar provienen de todo el país, pero predominan las de estados con mucha actividad turística, como Jalisco, Baja California Sur, Guerrero, también las de lugares que son fronteras con paso internacional como Baja California Norte, Chiapas, y, por supuesto, las de los centros de alta densidad poblacional, como la Ciudad de México.

Los resultados se suben al Gisaid, aunque la información que ahí se presenta tiene un retraso de al menos dos semanas, que es lo que tarda todo el trabajo de determinar las variantes en las muestras y subir la información a la plataforma.

“Como se buscan muestras de ciertas zonas y que tengas ciertas características, como una determinada cantidad de material genético, más o menos tarda una semana reunir 500 muestras y enviarlas, por ejemplo, a nuestro laboratorio. Después tardamos otra semana en hacer la secuenciación y más o menos otros tres o cuatro días en el análisis bioinformático (que es ver los cambios respecto a la secuencia original). Luego se prepara un reporte que se entrega al InDRE y a la Secretaría de Salud y que nosotros hacemos público en la página del consorcio”, explica Alejandro Sánchez.

Ese trabajo podría hacerse más rápido si se contará con equipos portátiles y personal para secuenciar en los hospitales o en los lugares donde se toma la muestra, así se podrían tener los resultados en 48 horas y se tomarían decisiones más rápidas de política pública, pero no hay presupuesto para esto.

¿Una persona debería saber qué variante tiene o no es relevante?

Respecto a si a las personas se les debería comunicar qué variante tienen, los especialistas coinciden en que esto, a nivel individual no es relevante, solo a nivel epidemiológico y para la toma de decisiones de gobierno.

José Campillo, biólogo y virólogo de la Facultad de Ciencias de la UNAM y también integrante del CoViGen-Mex, explica para todos los casos de COVID el tratamiento y las recomendaciones son las mismas, eso no se modifica, por eso para las personas no es relevante saber qué tipo de variante tienen.

“Eso es para los epidemiólogos, para las autoridades sanitarias de los países, para saber qué variantes hay circulando, cuál puede ser la predominante y qué decisiones se toman, si se hacen cercos sanitarios, por ejemplo”, abunda. Para las personas, dice, lo importante es saber si tienen COVID o no, para avisar a sus contactos, hacer cuarentena y estar alerta por cualquier complicación.

Clínicamente no es algo que deba preocuparle a las personas el tipo de variante que tienen, confirma Andreu Comas, médico virólogo y epidemiólogo de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, y también integrante del CoViGen-Mex. La importancia es a nivel epidémico, para conocer del surgimiento de nuevas variantes, cómo se distribuyen, cómo es la importación, cómo es la transmisión local, si hay riesgo de evasión de las vacunas o de los anticuerpos monoclonales.

A nivel paciente, agrega, solo es relevante analizar qué variante está causando la infección cuando, por ejemplo, se empiezan a ver casos graves en personas que no deberían presentar cuadros graves, por su edad o su condición de salud, “sí hay que ver si es una nueva variante, cepa, o subtipo del virus la que está causando cuadros más severos”.

Sobre si importa saber la variante porque hay unas que causan cuadros más severos, como delta y otras más leves, como ómicron, los especialistas coinciden en que aún no hay estudios concluyentes para decir que de verdad ómicron causa cuadros menos graves.

“Todavía no hay evidencia contundente de que ómicron produzca casos más leves, no hay los estudios suficientes aún para decir que por la misma naturaleza del virus los casos no se tornen severos, por eso no hay una ventaja clínica en que cada paciente sepa cuál es la variante que tiene, porque las recomendaciones clínicas son las mismas”, sostiene Guillermo de Anda Jauregui, integrante del CoViGenMex e investigador en ciencias biomédicas.

Aunque, dicen los especialistas, los estudios preliminares y la evidencia parece mostrar que ómicron infecta los bronquios, pero no tanto a otros órganos como el pulmón, los riñones, el corazón, el hígado, como en el caso de otras variantes. La vacunación también es un factor fundamental para que los cuadros no se tornen graves.

Pero las recomendaciones siguen siendo las mismas: vacunarse, ponerse los refuerzos de las vacunas en cuanto sea posible, sana distancia, lavado de manos, cubrebocas bien puesto en nariz y boca y ventilación de espacios, y, por lo tanto, evitar las aglomeraciones y los lugares cerrados y mal ventilados.

 

Este texto fue elaborado por el equipo de Animal Político y lo reproducimos con su autorización.

 

¿Sabes qué afecciones ocasiona el Omicrón y cuáles son los servicios de salud disponibles en Guerrero?

Ómicron se propaga más rápido pero es menos letal: expertos


 

Texto: Beatriz García

Fotografía: José Luis de la Cruz / Archivo

7 de enero del 2021

Chilpancingo

 

De manera oficial la variante Ómicron del virus SAR-CoV-2 no ha llegado a Guerrero, pero si ocurriera hay evidencias científicas que su letalidad es menor a la Delta, la variante anterior, porque aun cuando se contagia más rápido hay menos problemas agudos del pulmón y menos probabilidades de defunciones, explicó la doctora en Ciencias Biomédicas, Berenice Illades Aguiar.

El 30 de diciembre pasado, a través de un boletín, Global Initiative on Sharing All Influenza Data (Iniciativa Global para Compartir los Datos de los Virus Gripales) aseguró que en Guerrero ya había un primer caso con la variante Ómicron, pero las autoridades estatales lo desmintieron.

La secretaria de Salud de Guerrero, Aidé Ibarez Castro, en entrevista confirmó que Guerrero sigue sin ningún caso registrado de la variante Ómicron.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) notificó la existencia de la variante Omicrón el pasado 24 de noviembre en Sudáfrica.

En el último reporte de la Secretaría de Salud (Ssa) del estado (5 de enero) en relación a la evolución de la pandemia de la Covid-19, tiene documentados 440 casos activos, que corresponden del 23 de diciembre al 5 de enero, lo que significa gran parte del periodo vacacional. De esos casos, en las últimas 24 horas se confirmaron 146 contagios y cero defunciones.

 

La variante Ómicron es menos letal que la variante Delta

La catedrática de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), Berenice Illades Aguiar, explicó que a diferencia de otras variantes, donde una persona podía contagiar a otras tres más–en el caso de la Delta una persona podía contagiar hasta cinco más –, el Ómicron podría alcanzar hasta 10  más, pero con resultados menos letales, porque afecta menos el pulmón.

Otras variantes, mencionó, las afectaciones en el pulmón eran la principal consecuencia. Dijo que son 10 veces menos las posibilidades de que el virus se instale en el pulmón y de ahí generar otras complicaciones.

Los síntomas que presenta una persona que contrae el virus de la variante Ómicron, expuso la doctora, son fiebre, dolor de cuerpo y articulaciones, una gripe y dolor de garganta “muy fuerte”, mucho más que las variantes anteriores. También mencionó que se pueden presentar más rápido, en dos a tres días.

La doctora insistió que en el caso de los fallecimientos también están disminuyendo con esta variante y, entonces, se confirma que la letalidad de la pandemia es menor.

Advirtió que es poco probable que se trate del fin de la pandemia, es muy pronto para que eso ocurra, porque sigue habiendo defunciones y complicaciones. Es probable, aclaró, que aparezcan más variantes.

En conclusión, la doctora dijo que esta variante es menos grave que la Delta, de manera especial en personas vacunadas, pero fue clara al no considerarla leve, porque, agregó, está causando hospitalizaciones y defunciones, aun cuando son en menor grado.

Insistió en que la población acuda a la vacunación. La población mundial vacunada contra el virus, recordó, no llega ni en un 70 por ciento.

 

Hospitales y medicamentos para pacientes Covid

La secretaria de Salud del estado informó que si una persona se contagia con la variante Ómicron tendrían problemas en los bronquios y sus síntomas pueden tratarse en el primer nivel de atención: centros de salud, donde les proporcionarían medicamento sintomático, es decir, para fiebre y broncodilatadores.

Pero la recomendación inmediata, dijo, es que se aíslen e ingiera abundante agua.

“En caso de que se pusiera grave porque se descompense de otra enfermedad que tenga el paciente, pueden ir a los hospitales, éstos tienen recursos para ser hospitalizados, darles el tratamiento si necesitan oxígeno, intubación. Sí tenemos los hospitales, recursos para este tipo de pacientes”, mencionó Ibarez Castro.

La doctora comunicó que se entregaron dos lotes de medicamentos a los hospitales y centros de salud; uno lo entregó la Secretaría y el otro lo distribuyó el Ejército. Aseguró que en esta ocasión no se está en las mismas condiciones de la primera y segunda ola de contagios.

Para la secretaria, la población también tiene la responsabilidad de cuidarse, porque de so depende que se mantenga en color verde el semáforo epidemiológico, que indica que hay baja de contagios y defunciones.

La secretaria de Salud precisó que está en espera de que les liberen recursos económicos para instalar nueve módulos de información de la Covid-19.

Las pruebas Covid, dijo, se están haciendo en las jurisdicciones sanitarias regionales y en hospitales generales de los municipios, pero prevé que el siguiente lunes instalen 11 módulos más de tomas de muestras para pruebas Covid-19 por el estado, de 44 que revén colocar en total; aclaró que eso dependerá de los recursos económicos que tengan.

En Chilpancingo se hacen pruebas de detección Covid-19 en el Hospital Genera Raymundo Abarca Alarcón y en la Jurisdicción Sanitaria 03, ubicada en avenida Vicente Guerrero, número 45, colonia Centro.

Las otras jurisdicciones disponibles son la 07 en Acapulco, la 02 en Iguala, la 06 en Ometepec, la 05 en Tecpan, la 01 en Arcelia, y la 04 en Tlapa.

En algunos municipios están instalados módulos de tomas de muestras a cargo de las secretarías municipales de Salud. En Chilpancingo está uno en el kiosco de la alameda Granados Maldonado, donde desde el lunes pasado se han visto largas filas para tomas de muestras.

 

La pandemia en cifras

En el último reporte, la Ssa tiene 440 casos activos de la Covid-19. Desde el inicio de la pandemia, marzo de 2020, en Guerrero van acumulados 77, 867 casos confirmados de coronavirus y 6,330 defunciones.

En el caso de los 440 activos, los lugares con más casos son Acapulco, con 192; Chilpancingo, con 63; Taxco de Alarcón, con 57; Iguala, con 53; Zihuatanejo, con 21; Coyuca de Catalán, con siete; Ometepec, con siete; Pungarabato, con seis; Tlapa, con cinco y Chilapa, con cuatro.

Algunos datos, en enero del 2021 se registraron 6,140 casos, en los primeros cinco días del mes de  2022 suman 123 nuevos casos. Sobre las defunciones, en enero pasado registraron 699, en los primeros cinco días del año han documentado tres.

En el estado hay 33 personas hospitalizadas por coronavirus, de las cuales 30 están en estado de salud grave, de ellas tres intubadas.

Las autoridades de la Secretaría de Salud establecieron 477 camas para pacientes Covid-19 en hospitales, habilitadas con ventilador para respiración artificial. De estas 477 camas están ocupadas 33, que representa un 7 por ciento. En el caso de las 1,017 camas para atención médica general están ocupadas 576, es decir, 57 por ciento.

 

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