Personas armadas de Olinalá, municipio perteneciente a la región Montaña, persiguieron y detuvieron a dos presuntos delincuentes y les prendieron fuego en el zócalo de la localidad frente a decenas de personas, la tarde de este martes 8 de octubre.
En videos que circularon en redes sociales, se oyen los gritos de: «Quémenlos», en referencia a dos hombres tirados en el piso, amarrados de manos y pies.
Luego, en otro video se ven unas llamas de fuego y se oyen varias detonaciones; también se observa a la gente correr por las calles cuando se oyen los disparos.
Una fuente de la Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó que dos individuos fueron asesinados y quemados por gente de Olinalá y que personal de la dependencia se dirigía al lugar de los hechos para realizar las diligencias e iniciar las investigaciones.
De acuerdo con versiones de los lugareños que circulan en redes sociales, este martes 8, un grupo de hombres armados, a bordo de una camioneta, hirieron de bala a una persona de apellido Reyes, frente al edificio del ayuntamiento, ubicado en el barrio de San Francisco, en el centro de esta cabecera municipal.
Posteriormente, los sujetos, que portaban rifles Ak-47, privaron de su libertad a dos personas y las subieron a la camioneta color gris y se las llevaron, junto con el herido.
Pese a que las autoridades municipales se enteraron del hecho, no hicieron nada para detener a los agresores, por lo que la gente se armó y fueron tras los individuos, logrando detener a dos de ellos en el punto conocido como La Ceiba.
Los lugareños llevan amarrados de las manos a los dos presuntos delincuentes y los exhiben en una cancha deportiva techada ubicada en el centro de Olinalá, donde, los dos individuos son golpeados y son obligados a hincarse en el piso.
La gente pedía que los presuntos asaltantes fueran colgados o quemados.
En un video se ve a los dos sujetos sin vida, ya con la mayor parte del cuerpo incendiado.
A través del mensaje de texto publicado en las redes sociales, se anuncia que la gente de Olinalá va a realizar la búsqueda del resto de los individuos que pertenecen a una banda de delincuentes.
En agosto de este año, pobladores de Olinalá y de Ixcamilpa, esta última del vecino estado de Puebla, se organizaron para emboscar a siete presuntos delincuentes que se habían robado una camioneta Nissan.
La Fiscalía General del Estado informó que este hecho fue una emboscada con un saldo de siete muertos y dos heridos.
El hallazgo ocurre este lunes luego de que el domingo asesinaron a dos mujeres y un hombre en el mercado municipal.
Texto: Amapola Periodismo
Foto: Portal Oficial Fiscalía General del Estado
Martes 8 de octubre de 2024
Chilpancingo
Un joven se 17 años fue hallado decapitado en el municipio de Teloloapan, este lunes 7 de octubre, luego de que el domingo 6 varios hombres irrumpieron en el mercado municipal para asesinar a balazos a dos mujeres y un hombre, informó la Fiscalía General del Estado (FGE).
De acuerdo con versiones de la ciudadanía, el joven decapitado, identificado con el nombre de Juan Daniel «N» y que fue encontrado en la carretera federal Teloloapan-Iguala, es familiar de las dos mujeres y el hombre asesinados.
El adolescente decapitado había sido reportado como desaparecido.
Las dos mujeres, el hombre y el joven asesinados tenían una carnicería en el mercado.
De acuerdo con la FGE, en el hecho violento del domingo, los familiares de las víctimas no permitieron que los peritos llevaran a cabo las diligencias de ley y se llevaron los tres cadáveres a sus domicilios.
En los dos casos, el del domingo y el del lunes, fueron halladas cartulinas con la leyenda: «esto les va a pasar a todos los que apoyen al marrano».
Debido a la inseguridad que prevalece en Teloloapan, la única empresa gasera que opera en este municipio anunció la suspensión del servicio, para proteger a sus trabajadores.
Al menos tres grupos del crimen organizado que se disputan esta región de Guerrero están ocasionando esta ola de violencia, dijeron las autoridades.
La incidencia delictiva en Teloloapan y municipios aledaños no para, a pesar de que se ha reforzado la seguridad con elementos del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Policía Estatal.
Gustavo Alarcón Herrera, suplente del presidente municipal de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, asumirá el cargo de alcalde de la capital del estado y en su gestión, aseguró, continuará con el proyecto y los compromisos del edil asesinado el domingo pasado. “Tenemos que hacerlo, levantar la estafeta en honor de nuestro querido amigo y esto, como lo diré siempre, esto va hacer su trabajo”.
Gran parte del día de ayer, en el que ocurrieron los servicios funerarios de Arcos Catalán, se especuló sobre quién quedaría a cargo de la administración municipal, porque en una breve y única declaración que Alarcón Herrera dio por la mañana a reporteros–porque ya no contestó el teléfono más tarde– dijo que analizaba si asumía o no el cargo.
Hoy informó que lo aceptará, pero hay un procedimiento que debe cumplir. Su decisión la hace pública ya con medidas de protección asignadas. “Ya tenemos seguridad desde el día de ayer, que nos envió el estado, el municipio y estamos aquí tranquilos. Nosotros somos del pueblo”, mencionó esta mañana por teléfono.
El caso del alcalde y el de otros de sus colaboradores también asesinados expone un contexto de inseguridad en la capital que la ciudadanía aquilató desde ayer. En la ciudad hubo menos actividades; hasta las clases fueron suspendida en las escuelas, pero hoy ya reactivaron.
–¿Le preocupa el tema de la seguridad?, –se le preguntó en la llamada telefónica.
–Es un tema que tenemos que ir llevando de la mano, porque fue parte de este escenario y tenemos que seguir trabajando en esto.
–¿Y de su seguridad personal?
–Pues, también, es parte de esto, así lo veo, tendré siempre que llevar toda la capacidad para poder salir adelante.
El alcalde fue decapitado y su cadáver, con una clara manera de exhibir la saña empleada, lo abandonaron en una camioneta en una colonia del oriente de la ciudad. El jueves 3 de octubre asesinaron al secretario general del Ayuntamiento de Chilpancingo, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, en una calle del centro de la ciudad, y el 28 de septiembre mataron a quien sería su secretario de Seguridad Pública, Ulises Hernández Martínez. Todo esto en seis días; Arcos Catalán tomó protesta el 30 de septiembre pasado.
En medio de todo debe darse el relevo de funciones. Para que Alarcón Herrera entre en funciones debe informar al Cabildo su decisión y, entonces, los ediles en su conjunto deberán informarlo al Congreso local. Sabe que esto lleva un tiempo, pero aún no tiene claro cuánto.
La Ley Orgánica del Municipio Libre, en particular el artículo 93, establece que que a falta de cualquier miembro del Cabildo, las funciones son asumidas por sus suplentes. En el caso del alcalde es Gustavo Alarcón Herrera.
El procedimiento que se abría seguido si el suplente no hubiese aceptado, según fuentes legislativas consultadas, es notificarlo al Congreso del Estado para los legisladores procedieran. El Poder Legislativo habría notificado a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda la ausencia del presidente municipal para que, entonces, ella enviara una terna ciudadana entre la que habrían elegido a la presidenta o al presidente municipal. Pero este escenario ya no será, porque el suplente asumirá la alcaldía.
Alarcón Herrera es conocido en la ciudad porque ha intentado tener una carrera política, como otros miembros de su familia. Es hijo del ex alcalde priísta de Chilpancingo, Saúl Alarcón Abarca.
En la pasada elección, antes de quedar registrado como suplente, fue el candidato del PAN por la alcaldía. Al final, la candidatura de Arcos Catalán, de militancia era perredista, pero origen priísta, fue lanzada por la coalición donde quedó integrado su partido (PRI-PRD-PAN). Otro aspecto de quien será el alcalde, es su profesional como médico.
Asistentes al homenaje que se le rindió al presidente municipal de Chilpancingo asesinado el domingo 6 de octubre, Alejandro Arcos Catalán, repudiaron a gritos a la ex presidenta municipal Norma Otilia Hernández Martínez.
Entre la multitud congregada en la plaza Primer Congreso de Anáhuac para despedir a Alejandro Arcos, estaba la exalcaldesa, pero cuando alguien la identificó, la gente empezó a lanzarle gritos de repudio.
«Fuera»… «Eres una hipócrita», le gritaron mujeres a Norma Otilia, mientras perseguían a la exedil y a su hija Valeria, su hermana y esposo Diego Omar Benigno González.
Unas 10 personas protegieron Norma Otilia, quien, llorando, apresuró el paso.
«Que se vaya», «qué se vaya», retumbaron los gritos a espaldas de Norma Otilia, quien portaba un vestido negro.
«Alejandro era un hombre bueno; exigimos justicia», demandó en entrevista la exalcaldesa, quien en septiembre pasado fue expulsada de las filas de Morena, a raíz de que el año pasado se le exhibió en redes sociales en compañía de un jefe de una organización criminal.
En julio de 2023, fueron difundidos un video y fotografías en las que Norma Otilia Hernández se ve en un restaurante con un hombre armado al que la Fiscalía General del Estado (FGE) ubicó como Celso Ortega Jiménez, líder del grupo del crimen organizado Los Ardillos.
Tras la difusión de estos materiales, se desató una ola de violencia en las calles de Chilpancingo, que dejó transportistas asesinados y taxis incendiados.
En febrero de este año, de nueva cuenta se vivió una oleada de violencia, por la pugna entre los grupos del crimen organizado Los Ardillos y Los Tlacos.
«Por tu culpa, Chilpancingo está en esta situación», le reprochó una mujer a Norma Otilia.
Los insultos contra la también ex diputada local se dieron la tarde de este lunes 7, luego de que una carroza se llevó el féretro de Alejandro Arcos, a quien sepultaron en el panteón privado ubicado en la colonia Santo Domingo.
El cortejo fúnebre partió al panteón privado después del homenaje póstumo a Alejandro Arcos frente al edificio del ayuntamiento donde despachó seis días.
Durante los actos de despedida del alcalde asesinado, la gente exigió justicia a gritos.
«Fuera Evelyn»… «Fuera Félix»… «Fuera Morena», fueron los reclamos del gentío arremolinado frente a la catedral de Santa María de la Asunción, donde el sacerdote Mario Mayo Cuenca ofició una misa de cuerpo presente.
Cabe resaltar que a ninguno de los actos de despedida de Alejandro Arcos asistieron funcionarios del gobierno del estado.
Sus restos fueron velados en la iglesia de Santa Cruz, lo que nunca había ocurrido. La ausencia más evidente en el velorio fue la de la gobernadora Evelyn Salgado
Texto y Foto: Margena de la O
Chilpancingo
Lunes 7 de octubre del 2024
El cadáver del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, asesinado ayer por la tarde, fue velado en la iglesia Santa Cruz, ubicada en el barrio con el mismo nombre, muy cerca del centro de esta ciudad, donde nunca se acercaron autoridades o servidores públicos del gobierno estatal.
Esta tarde, después del velorio, hay una misa de cuerpo presente en la Catedral de la Asunción, ubicada en el zócalo de la ciudad. En el cortejo fúnebre se supo que los restos serán llevados al panteón privado de la ciudad.
Es poco usual que el cadáver de una persona sea velado dentro de una iglesia. No existe evidencia de que haya ocurrido antes. Al alcalde lo velaron en un recinto católico desde la una de la mañana hasta alrededor de las tres de la tarde que su féretro fue trasladado a la catedral.
En todas las horas del velorio ni la gobernadora Evelyn Salgado Pineda ni sus colaboradores llegaron al lugar a ofrecer sus condolencias a la familia, aun cuando Arcos Catalán era el alcalde del municipio, en términos políticos y administrativos, más importante del estado; es la capital de la entidad que concentra todos los poderes de gobierno.
Solo a la misa de la catedral acudió Rubén Hernández Fuentes, quien es el coordinador general operativo de la Oficina de la Gubernatura y pareja sentimental de Salgado Pineda. También se vio al titular de la Procuraduría de Protección Ambiental, Carlos Arturo Toledo Manzur.
Es la primera ocasión que un alcalde de Chilpancingo en funciones es asesinado. Arcos Catalán, además, fue decapitado en circunstancias que las áreas de investigación aún no aclaran. Todavía se desconoce cómo ocurrieron los hechos; ayer transcurrieron al menos dos horas para que confirmaran su asesinato.
Después que la Fiscalía General del Estadio (FGE) lo hizo –ya por la noche–, surgieron varias especulaciones sobre la seguridad –o inseguridad que podría surgir– en la ciudad, que mermaron en la cotidianidad.
Las actividades en las escuelas fueron suspendidas, aun cuando de manera oficial reanudaban hoy después de dos semanas sin clases por las lluvias durante y después del fenómeno John que afectó gran parte de Guerrero. No existe una suspensión oficial pero, se supo, que la indicación de las autoridades a los directivos de los planteles fue que tomaran precauciones; de manera interna en las escuelas enviaron circulares para cancelar actividades, la mayoría, con el justificante de las lluvias.
Desde anoche que era oficial el asesinato del alcalde se especuló sobre la suspensión del transporte público. Pero el servicio no fue suspendido, pero sí muy temprano se observaron mucho menos unidades en circulación; con el paso de las horas hubo más flujo.
En momentos complicados de inseguridad son comunes las repercusiones al transporte público. Los ataques a unidades en servicio de parte de grupos criminales es una acción ya conocida en la ciudad.
En la alcaldía de Chilpancingo también pararon algunas actividades, informaron trabajadores. Desde temprano, afuera del inmueble había varias veladoras encendidas que las personas dejaron en memoria del alcalde.
El asesinato del alcalde recién llegado a sus funciones también es el tema que se discute en todos los círculos, donde más se comenta es en el transporte público. En una urvan de la ruta Lázaro Cárdenas-Palacio de Gobierno, una mujer comenzó a decirle a otra que no había dormido pensando en el asesinato del alcalde, eso desató una conversación colectiva del caso.
Aun cuando el flujo de personas en el velorio es evidente, por la mañana, al menos hasta las 10:00 horas, no había presencia de políticos o servidores públicos destacados; la familia Arcos Catalán es muy conocida, independiente de la carrera política del alcalde.
Arcos Catalán fue asesinado y decapitado en el sexto día de sus funciones. Su cadáver lo abandonaron ayer por la tarde en una camioneta en la colonia Villas del Roble. Aun en las condiciones en que fue hallado su cadáver, es una incógnita lo qué pasó con él. No hay reportes de que antes fuera privado de su libertad.
Pasadas las diez de la mañana llegó al velorio el ex gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores; solo estuvo un momento, unos 10 minutos si acaso, para dar el pésame a la familia. En ese tiempo comentó a reporteros que el crimen del alcalde era un acontecimiento “fuerte, reprobable y lamentable”.
Arcos Catalán fue colaborador de Astudillo Flores cuando fue alcalde de Chilpancingo, en su faceta de priísta; fungió como director de Catastro.
El ex gobernador, que ahora milita en Movimiento Ciudadano, comentó que dialogó con Arcos Catalán antes de que tomara protesta, lo que ocurrió apenas el 30 de septiembre pasado. Dijo que estaba lleno de ánimo por su nuevo encargo, en el que solo estuvo seis días.
Comentó que aprovechó para sugerirle que trabajara para todos, porque los chilpancinguenses tenían la esperanza puesta en él. “Es un joven que lamentamos mucho su partida”, insistió. Se sabe que Arcos Catalán tenía 43 años.
Agregó que espera pronto Chilpancingo “encuentre el camino de la paz” y que el caso no debe quedar impune.
Después fueron acercándose al lugar del velorio, hasta llenarse, otros personajes políticos, incluidos algunos dirigentes de los partidos que postularon para el cargo –fue la propuesta de la alianza PRI-PRD-PAN– y conocidos de la familia, pero nunca llegó la gobernadora ni su equipo, tampoco legisladores o líderes de Morena, el partido que ocupa la mayoría de los espacios públicos.
En diferentes momentos del velorio, con mayor insistencia cuando ocurría la misa en la iglesia, antes de llevar el cadáver del alcalde a la catedral, los asistentes corearon la consigna de “¡Justicia!”, lo que se replicó hasta adentro del recinto, donde estaban todos los familiares más cercanos.
Hubo quienes agregaron otras peticiones, como la de paz para Guerrero, para Chilpancingo. Algunos de los asistentes hasta pancartas llevaron para reclamarla. “Queremos paz para Chilpancingo”, se leía en una que portaba un hombre que se plantó frente a los reporteros.
Una persona, entre el tumulto, gritó: “¡Fuera Evelyn!”, y algunos la secundaron de manera tímida.
El alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, fue asesinado y su cabeza cercenada, la cual dejaron sobre la cabina de una camioneta que abandonaron esta tarde en la calle Moctezuma, de la colonia Villa del Roble, ubicada al oriente de esta capital, la tarde de este domingo.
Su asesinato ocurre al sexto día de estar en funciones. Rindió protesta como alcalde de la capital de Guerrero el pasado 30 de septiembre, día en que fueron renovados la mayoría de los ayuntamientos del estado.
El jueves 3 de octubre pasado asesinaron a uno de sus colaboradores más cercanos, el secretario general del Ayuntamiento de Chilpancingo, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, en una calle del centro de la ciudad, y unos días atrás, el 28 de septiembre, antes de que riendiera protesta, asesinaron a quien, se sabía, sería su secretario de Seguridad Pública, Ulises Hernández Martínez.
El resto del cadáver del alcalde estaba dentro de la misma camioneta color blanco abandonada cerca de lo que se conoce como el libramiento a Tixtla, entre los asientos. De acuerdo con los reportes policiacos ahí mismo fue hallada la credencial de elector del alcalde.
Al confirmar los hechos, la Fiscalía General del Estado (FGE) difundió que integraron una carpeta de investigación por el homicidio en agravio del edil. Para que difundieran de manera oficial la confirmación pasaron al menos unas dos horas y media de que circuló la primera versión del crimen.
Pasadas las seis de la tarde se conoció del reporte de un cadáver decapitado en la colonia Villas del Roble –que habrían abandonado desde antes– y con ello circuló la fotografía de una cabeza humana cercenada sobre la cabina de una camioneta; adelantaba del parecido con el alcalde, pero el silencio de las autoridades locales propició la especulación.
Fue hasta la noche que la FGE difundió el comunicado.
Efectivos del Ejército, Guardia Nacional y la Policía Estatal realizaron operaciones en las calles de Chilpancingo, de manera particular, en la zona donde abandonaron el cadáver del edil.
Alejandro Arcos asumió la alcaldía de Chilpancingo el 30 de septiembre; sucedía en el cargo a la morenista Norma Otilia Hernández Martínez, a quien expulsaron de las filas de Morena, luego de que en julio del 2023 fue exhibida en un video al reunirse con un hombre armado, a quien la FGE identificó como Celso Ortega Jiménez, líder del grupo del crimen organizado de Los Ardillos.
Después de la confirmación oficial del crimen, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda posteó en redes sociales –la vía por la que más suele dar información– que la sociedad de Guerrero estaba de luto por el asesinato del alcalde.
“He instruido al secretario de Seguridad Pública del Estado intensificar los operativos de vigilancia y proximidad social en diversos puntos de Chilpancingo. Al pueblo guerrerense le reitero el compromiso de mi gobierno de trabajar en coordinación con las autoridades de los distintos órdenes de gobierno para garantizar la paz y la gobernabilidad en Guerrero, procurando avanzar siempre hacia la pacificación de nuestro estado”, es un fragmento de su postura.
De las últimas actividades oficiales que tuvo el alcalde este domingo fue una visita y un recorrido por las colonias Plan de Ayala y Yerbabuena, donde sus habitantes salieron afectados por las lluvias de John.
En sus redes oficiales hay información e imágenes de la actividad que, por la hora del posteo, habrían ocurrido por la mañana. “Junto a mi equipo visitamos las colonias Plan de Ayala y Yerbabuena para asegurarnos de que las familias estén recibiendo el apoyo que necesitan. Nuestra prioridad es proteger a quienes viven en zonas vulnerables y garantizar que se tomen las medidas necesarias”, es parte de la información que difundieron.
De manera oficial, hasta este momento, no hay detalles de qué pasó con el alcalde después de sus compromisos o actividades institucionales, porque solo difundieron otras actividades sin su presencia, por la tarde comenzaron las especulaciones de su asesinato.
Antecedentes políticos
El 3 de octubre, un individuo armado asesinó a balazos al secretario general del Ayuntamiento, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, cuando caminaba en la calle Teófilo Olea y Leyva, a dos cuadras del palacio municipal.
Llevaba tres días en el cargo, tenía 35 años y militaba en las filas del PRD y durante la campaña de Arcos Catalán fue uno de sus operadores políticos.
Arcos Catalán logró el cargo al ser postulado por la coalición PRI-PRD-PAN. Su contrincante cercano, de hecho con un margen mínimo, fue el candidato de Morena, Jorge Salgado Parra. La administración municipal que cerró hace unos días era morenista.
El 28 de septiembre, el ex director de la Unidad de Fuerzas Especiales (UFE) de la policía estatal, Ulises Hernández, fue asesinado a balazos junto con su pareja sentimental, cuando viajaba en un automóvil en la calle 17 de Febrero, de esta ciudad. Lo ubicaban como el próximo secretario de Seguridad Pública municipal.
Alejandro Arcos, tenía 43 años, fue líder juvenil del PRI durante el gobierno interino de Ángel Aguirre Rivero, en la década de los 90 del siglo pasado.
Con la cercanía al grupo de Ángel Aguirre, quien entonces estaba en el PRD, logró ser diputado local del 2012 al 2015. En el 2021, también como perredista, fue candidato a la alcaldía por la alianza PRI-PRD, pero lo derrotó la morenista Norma Otilia Hernández.
En este 2024 compitió nuevamente por la presidencia municipal; ganó con un diferencia de unos 1,800 votos.
Durante la campaña pasada, Salgado Parra y el también candidato a la alcaldía por Movimiento Ciudadano, Víctor Manuel Martínez Toledo, denunciaron que integrantes de un grupo del crimen organizado les impidió realizar actos de proselitismo en comunidades del Valle de El Ocotito y de la Sierra, donde Arcos Catalán sí pudo entrar.
Con las recientes lluvias volvió a inundarse como con Ingrid y Manuel. La gobernadora Evelyn Salgado solo fue a tomarse la foto, reprochan los afectados.
Texto y Foto: Jesús Guerrero
Domingo 6 de octubre de 2024
Tixtla
Casi la mitad de la población de Tixtla lleva 12 días sin poder regresar a sus viviendas, debido a que éstas siguen inundadas desde que la Laguna Negra se desbordó durante el huracán John .
Hace ocho días, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda visitó familias del barrio Niños Héroes, pero solamente para tomarse la foto, porque la ayuda no ha llegado, denunció Camilo Dircio Juárez, presidente de los afectados del barrio de El Santuario.
Las familias afectadas de los barrios Niños Héroes, El Santuario, San Antonio y Santa Cecilia se reunieron este domingo 6 de octubre en varios de los campamentos de la avenida Insurgentes, y ofrecieron una conferencia de prensa en la que denunciaron el abandono del gobierno del estado.
A unos 10 metros de la concentración, se alcanza a ver el agua acumulada, que ya adquirió una tonalidad verde, lo mismo que cientos de zancudos revoloteando sobre la superficie.
«La gobernadora (Evelyn Salgado) vino a Tixtla, al barrio de Niños Héroes, a un mitin político con sus familiares y después la trajimos aquí al Santuario y se comprometió a ordenar el desfogue de la Laguna, pero no ha ocurrido así», refirió Camilo Dircio.
Comentó que ese mismo día (el 28 de septiembre), después que se fue la gobernadora, llegaron 250 colchonetas y cobertores, además de 200 despensas.
En un video que dieron a conocer los pobladores de Tixtla, se ve a la gobernadora Evelyn Salgado en una reunión con pobladores, acompañada por la titular de la Secretaría de Salud, Aide Ibarez Castro, y el director de la Comisión de Agua Potable y Saneamiento del Estado de Guerrero (Capaseg), Facundo Gastelúm Félix.
«Vamos a sacar toda el agua», les promete la mandataria estatal a las familias afectadas, quienes le aplauden y le echan porras al senador Félix Salgado, padre de Evelyn Salgado.
De acuerdo con la versión de Camilo Dircio, Óscar Sánchez, Esmeralda Robledo, Elazabeth Santana y Juan Manuel Martínez quienes se presentaron como representantes de las familias afectadas dijeron que Capaseg envió dos bombas que, aparte de que solo trabajan dos horas diarias, no serán suficientes para desfogar el agua acumulada en las calles que inunda cientos de viviendas.
Ante la inacción del gobierno estatal, un grupo de campesinos prestó siete bombas para desfogar el agua, pero son de poca capacidad, comentó Camilo Dircio.
Durante la protesta de las familias afectadas, llegó el director de Gobernación estatal, Juan Méndez Nogueda, quien les aseguró que este domingo hay dos bombas que están desfogando 600 litros de agua por segundo de la Laguna Negra.
«Es chismoso»… «hay que retenerlo y amarrarlo», gritaron algunos de los vecinos cuando escuchaban las palabras del funcionario, quien mejor se escabulló entre la gente.
Camilo Dircio calculó que las inundaciones por John dejaron un saldo de 10 mil viviendas inundadas, y dos mil familias refugiadas en algún albergue.
«Además los sembradíos de los cultivos de maíz, frijol, verduras y de flores quedaron bajo las aguas», aseguró.
La gente afectada cuestionó que el gobierno solo tenga el foco en Acapulco y en los municipios de la Costa Chica como zonas de desastre por John, cuando en Tixtla y en casi todo Guerrero hubo devastaciones.
«Ya llevamos 12 días fuera de nuestra casa y no hay para cuando», recriminó la señora Silvia García Lozano, vecina de la calle Vicente Guerrero del barrio de El Santuario.
*»No pude sacar las cosas de mi casa»*
La profesora de educación primaria Modesta Martínez Santos recordó que a las cuatro de la madrugada de uno de los días que no paraba la lluvia, ella y sus dos hijos salieron de su casa y no logró rescatar algunas de sus pertenencias que eran necesarias para esos momentos.
La maestra de una comunidad rural de Tixtla reconoció que cometió el error de creer que la lluvia iba a parar; pero no fue así.
«El primer piso de mi casa se llenó de agua; y con mis dos hijos abandonamos la casa, porque se estaba poniendo muy feo», recordó la maestra.
Hasta este domingo 6, las familias afectadas de Tixtla no habían sido censadas por la Secretaría del Bienestar para recibir algún apoyo.
En las calles, los propios afectados instalaron campamentos donde gente de la sociedad civil les lleva comida caliente.
Durante las noches, un grupo del crimen organizado realiza recorridos para evitar que los delincuentes se introduzcan a las viviendas inundadas para saquearlas.
En el día, los afectados utilizan como lancha una tina para sacar de sus viviendas algunas de sus pertenencias.
Hace 11 años, durante el huracán Ingrid y la tormenta tropical Manuel, se desbordó la Laguna Negra e inundó miles de viviendas de Tixtla.
«En el 2013, vivimos una tragedia; y en aquella ocasión, el gobierno pudo desfogar en 106 días la Laguna Negra, pero hoy, con la poca ayuda que nos da el gobierno estatal, va a tardar mucho más que se regrese a la normalidad», advirtió Camilo Dircio.
En esa ocasión, hubo 15 mil personas afectadas, pero de acuerdo con los datos preliminares de los propios afectados sobre el reciente desastre, hay un censo de 10 mil.
Durante la asamblea en el barrio de El Santuario, las familias acordaron que si el gobierno de Evelyn Salgado no se compromete a resolver el problema de fondo van a trasladarse a Chilpancingo para realizar una serie de protestas.
Habitantes de Coyuca perdieron todo con el paso de Otis hace menos de un año, ahora con el paso de John, de nuevo, lo han perdido todo.
Texto: Animal Político
Foto: Manu Ureste
6 de Octubre del 2024
Chilpancingo
—El agua llegaba por aquí…
Mariana Yuleny, una mujer delgada y menuda de 33 años, estira el brazo para alcanzar la franja de color marrón que en una pared de su salón marca el punto al que subió el agua.
Afuera, en la comunidad Los Cimientos, en el municipio de Coyuca de Benítez, Guerrero, la mujer recuerda que las calles ya no se veían; súbitamente habían dejado de existir. Eran canales de agua marrón, enlodada, que corría con furia por todas partes.
—La verdad es que nos confiamos –cuenta Mariana–. Nosotros aquí tenemos en el pueblo un arroyo, que pasa por un costado. Siempre estamos pendientes de él. Pero como el arroyo no traía agua, por eso estábamos tranquilos, a pesar de las lluvias. Con lo que no contábamos es que lo que se desbordaría es el río que va para Coyuca y que, a su vez, inundó el arroyo.
—El agua nos inundó en segundos, ¡pero así, en segundos! –exclama ahora chasqueando los dedos Alan Hernández, de 40 años, esposo de Mariana, que aun abre mucho los ojos cuando recuerda lo vivido a los pocos días de que el huracán John tocara tierra en Guerrero el pasado 24 de septiembre, dejando al menos 15 muertos en la entidad y millonarias pérdidas económicas.
—Yo crucé la calle para ayudar a mi papá a sacar algunas cosas de su casa, cuando oigo que me grita mi esposa: ‘¡que viene el agua, que viene el agua!’ Me asomo y pues ya venía la ‘corrientada’.
El hombre se apoya en la puerta de un refrigerador completamente inservible, y pasea la mirada por el suelo del salón de su casa, que no se ve por el lodo y el agua que aún se acumula en la vivienda a una semana de paso de John. Afuera, los colchones encharcados y llenos de barro se acumulan en la calle, junto a otra enorme fila de colchones putrefactos de los vecinos. En toda la comunidad de unas 300 personas no quedó ni un colchón en buenas condiciones, ni un refrigerador, ni una estufa, ni una televisión, nada. Todo fue, literal, pérdida total para estas personas que, además, perdieron negocios y herramientas de trabajo.
—Todo pasó en cuestión de unos 30 segundos. El agua entró a las casas y lo inundó todo. Ya cuando teníamos el agua por la cintura, le dije a mi esposa que, ni modo, dejáramos todo y agarráramos a los niños para irnos al refugio. Si nos hubiéramos quedado unos minutos más… ya no hubiéramos alcanzado a salir.
A continuación, Mariana, que dejó a su hijo pequeño adentro de un barreño para bañarlo ante la falta de agua potable y de electricidad, explica que la comunidad ha sido víctima de manera recurrente de los embates del clima. Ya sufrieron graves pérdidas durante el huracán Paulina, en 1997, y con los huracanes Ingrid y Manuel, en 2013, luego con Otis, el año pasado. Aunque asegura que ninguno ha sido tan dañino para esta comunidad que vive del trabajo en el campo como el último fenómeno meteorológico, John.
—Pasamos mucho miedo –dice con voz trémula la mujer, que recuerda haber visto el refrigerador flotando por el salón de su casa–. Todos en el pueblo teníamos mucho miedo, porque este huracán nos dejó a todos pérdida total. En algunos puntos, el agua llegó a subir más de tres metros. Nunca había ocurrido una tormenta así. Nunca.
“Estoy pensando en irme, no quiero que mis hijos vuelvan a pasar por esto”
Verónica Rodríguez, de 34 años, tenía su estética en el interior de una humilde casita de planta baja, con la fachada pintada de un llamativo color rosa mexicano.
En cuestión de segundos –todos en la comunidad repiten que el suceso ocurrió de manera vertiginosa–, se quedó sin su negocio y sustento, y también sin su vivienda, que, literal, se fracturó por la mitad. La segunda, además, que pierde luego de que los huracanes Ingrid y Manuel también desbaratasen la otra casita donde vivía con su familia.
—Se repitió la historia de Ingrid y Manuel –lamenta la mujer resignada, observando la enorme grieta en la pared que deja al descubierto el interior de su sala de estar y la cocina–. Aunque este huracán fue todavía peor para nosotros, porque llovió más, generó más lodo, y provocó que se desbordara el río que inundó a toda la comunidad.
—La verdad –agrega ahora tras unos segundos de reflexión–, sí estoy pensando en irme del pueblo. Por mis niños, porque no quiero que vuelvan a pasar por algo así. Queremos mudarnos para Coyuca.
—¿Por qué? –le pregunta el reportero.
—Pues, por el cambio climático, creo que cada vez va a ser más difícil que esta comunidad permanezca aquí, porque cada vez se generan más huracanes, más lluvias, más lodo, y las casas están más abajo y cada vez se producen más socavones como este –la mujer apunta hacia el enorme hoyo en la parte delantera de su inmueble, que engulló parte de la casa, fracturándola en dos.
La señora Irene Romero, la comisaria y representante del poblado de Los Cimientos, dice que entiende la postura de los vecinos que están analizando la posibilidad de abandonar la comunidad, aunque cree que, “antes de llegar a una decisión así de drástica”, hay otras posibilidades que se deberían explorar.
—Todos sabemos que esto sucede de una forma más recurrente por el cambio climático, y que por eso debemos ya tomar acciones y decisiones diferentes –plantea la comisaria desde el patio de recreo de la escuelita que está a la entrada a la comunidad, donde hay un par de coches volcados por el arrastre del agua.
🔺Irene Romero, comisaria y representante de la comunidad, dice que “la pérdida fue casi total. No hubo casi nada que se pueda rescatar. El agua lo cubrió todo”
🗣️“En media hora, el agua subió a niveles no esperados y toda la comunidad se quedó atrapada”.
—Esta tierra es muy fértil; nos ha dado la vida siempre –dice ahora la mujer con la voz entrecortada–. Se nos haría muy difícil abandonar nuestro pueblo, aunque sí tendríamos que hacer una encuesta a las personas que habitan aquí para saber cuáles son los que quieren salir. Sin embargo, más allá de eso, creo que hay otras soluciones. Por ejemplo, acá hay un arroyo, que se debe desazolvar, porque quiero pensar que eso es lo que provocó que toda esa agua del río se viniera directamente al pueblo. Y el río, ojalá pudieran dragarlo, porque también está azolvado.
Además, la comisaria dice que ahí por donde se fracturó en varias partes una carretera que pasa por delante del pueblito, unos metros más adelante del puente ‘Coyuca II’, se debería hacer un puente “para que el agua no se acumule en ese punto, ni se desborde, y pueda fluir con facilidad”.
—Hay soluciones que no son tan drásticas, pues –plantea conciliadora la comisaria ejidal, aunque asegura que ella misma ha sufrido también los embates del clima.
—El huracán Otis destruyó los techos y provocó algunas pérdidas materiales. Pero nada que ver con el huracán John. Ahorita son mucho más grandes las pérdidas. Hay muchas casas tiradas, inhabitables. La pérdida es prácticamente total en toda la comunidad; casi no hay nada que se pueda rescatar. El agua cubrió todo el pueblo, y gracias a Dios que solo fueron pérdidas materiales, y no humanas.
“No hay nada que salvar”
La señora Santiaga Zúñiga, de 68 años, está descansando sentada en una silla embarrada en la puerta de su casa, un inmueble de fachada pintada de un estridente color verde limón. Tirados sobre el suelo arcilloso de la entrada yacen un colchón inservible y los sillones de lo que era su sala de estar.
—¡Todo se perdió! ¡Todo! –grita mirando de reojo al cielo colmado de nubarrones grises, que ya está dejando caer una tupida lluvia sobre la comunidad, para preocupación de los vecinos–. No quedó nada bueno. ¡Todo se echó a perder! Los muebles, la cocina, todo lo que tenía se fue a la fregada.
A continuación, la mujer menuda, una maestra jubilada que ahora dice que se gana la vida de lo que cosecha en el campo, entra al interior de su casa en donde hay un refrigerador lleno de lodo. Se trata de uno de los refrigeradores que el gobierno del expresidente López Obrador entregó a los damnificados del huracán Otis, y que todos los damnificados entrevistados dijeron que ya también quedaron inservibles, así como los colchones que yacen en las calles, los cuales, también en su mayoría fueron donaciones gubernamentales tras el potente huracán de hace menos de un año.
📍Santiaga Zúñiga, habitante comunidad de Los Cimientos, señala que perdió todo su patrimonio tras el paso del huracán John. Menciona que espera la ayuda del gobierno, pero hay que tener calma.
—Con Otis perdimos todo, y ahora con John lo volvimos a perder todo –lamenta la mujer, de la que hay una fotografía en un cuadro clavado sobre la pared del comedor, a algo más de dos metros de altura. Justo a la altura de los ojos quedó la línea marrón que marca el nivel al que llegó el agua. Prácticamente, hasta el techo de la vivienda.
—Todo el pueblo está igual de mal. No hay nada que salvar, ni un colchoncito, nada. Todo se echó a perder –lamenta amarga la señora Santiaga.
Este texto fue elaborado por #AnimalPolitico y fue publicado con su autorización.
La dirigencia estatal del PRD exigió a las autoridades que realicen una investigación para esclarecer el asesinato del secretario general del ayuntamiento de Chilpancingo, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez.
La tarde de este jueves 3 de octubre, el funcionario municipal caminaba por la calle Teófilo Olea y Leyva, en el centro de la capital guerrerense, cuando fue asesinado a balazos, al parecer, por un individuo.
«La violencia ha permeado en todos los sectores de nuestra sociedad, dejando un saldo trágico que afecta la vida cotidiana de las y los guerrerenses; este escenario no solo afecta a la vida de las y los guerrerenses, sino que también afecta a quienes se dedican al servicio público como, es el caso de Francisco (Gonzalo Tapia), sino a todas las familias que ven amenazada su seguridad y su bienestar», critica el comité ejecutivo estatal del sol azteca en un comunicado, en el que asegura que la violencia en Guerrero se ha vuelto un obstáculo para la paz y el desarrollo en la entidad.
Este viernes 4, familiares, amigos y compañeros de trabajo del Francisco Gonzalo Tapia lo velan en una funeraria ubicada al sur de esta ciudad.
A través de un comunicado del ayuntamiento, el presidente municipal Alejandro Arcos condenó el crimen de Francisco Gonzalo y exigió a las autoridades la detención de los responsables.
Néstor Ortega, director de Comunicación Social del ayuntamiento, informó que Alejandro Arcos visitó colonias para platicar con la gente que resultó afectada por las lluvias del huracán John.
Francisco Gonzalo, quien militaba en el PRD, asumió el cargo este martes 1 de octubre, luego de que un día antes se le tomó la protesta a Alejandro Arcos Catalán como alcalde de Chilpancingo para el período 2024-2027.
Bajo la consigna de que el huracán John no solamente afectó al puerto de Acapulco, el Consejo Regional de Autoridades Agrarias en Defensa del Territorio (CRAADET) exigió al gobierno la búsqueda de una niña y un adulto del municipio de Malinaltepec desaparecidos desde que ocurrieron las lluvias.
La niña Daineri Aburto García y el señor Arquímides Modesto, de comunidades distintas del municipio de Malinaltepec, fueron arrastrados por la corriente de un arroyo, y hasta el momento no han sido localizados.
Daineri Aburto, de la comunidad de Lucerna, iba con su madre caminando cuando se la llevó el agua, informaron los comisarios y comisariados ejidales de esta zona de la Montaña.
Arquímides Modesto, de la localidad de Colombia de Guadalupe, fue arrastrado por un arroyo cuando trataba de cruzarlo a bordo de una camioneta.
A través de un comunicado, el CRAADET solicitó al gobierno que envíe personal de Protección Civil para buscar a ambos desaparecidos y que a sus familias les restituyan los daños que de ello deriven.
Las autoridades de las comunidades indígenas de la Montaña dijeron que a más de una semana del paso del huracán, los gobiernos federal y estatal no han brindado ninguna ayuda a esta región afectada por las lluvias.
En el documento dado a conocer este viernes 4, exigieron la reapertura de la carretera Tlapa-Marquelia, que se encuentra cerrada por los deslaves y derrumbes en varios puntos.
«Es urgente la rehabilitación de todas las líneas de alta tensión y postes con cableado para que las familias de las localidades tengan nuevamente el servicio de energía eléctrica y telefonía», reclama el CRAADET.
Pide que se apoye a la gente de comunidades de los municipios de Malinaltepec y Tlacoapa cuyas viviendas sufrieron daños.
En el escrito, dirigido a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, Germán Cortés Sotelo y Gelasio Ambrosio Santana, presidente y secretario de esta organización piden el envío de víveres, ya que las familias requieren comer, pero no pueden salir de sus comunidades por la destrucción de los caminos.
Las autoridades piden una indemnización por la pérdida de sus cultivos de productos básicos y que envíen brigadas médicas a la zona, ya que hay niños, mujeres y ancianos enfermos.
«No hay medicamentos y víveres», señala el escrito.
El CRAADET reprocha que los gobiernos federal y estatal solamente están viendo las necesidades que enfrenta Acapulco.
«Las lluvias por el huracán no solamente hicieron daños en Acapulco, sino también en La Montaña», expone al organización de autoridades indígenas.
Aquí ocurrió un crimen. Se extinguió una vida. Dos horas y media antes de que la gente volviera a pasar apresurada por aquí, a pie y en carro, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, quien tenía tres días como secretario general del Ayuntamiento, estaba vivo. No era ese bulto boca abajo en la banqueta, frente a la casa mostaza de dos pisos de la calle Teófilo Olea y Leyva, casi esquina con Francisco I. Madero, en el primer cuadro de la ciudad. Es tan fácil morir, basta tan poco.
A una mínima parte de capitalinos, únicamente a los que viven en las dos cuadras entre las calles Morelos y Madero, la cotidianeidad se les trastocó dos horas y media por este homicidio. El asesinato de un funcionario municipal, en el centro, con balazos a quemarropa, fue un contratiempo de dos horas y media. A las seis de la tarde, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez fue baleado por la espalda por un tipo solitario, de acuerdo con los testimonios disponibles. A las ocho y media de la noche, la banqueta donde quedó tirado y corrió su sangre, ya estaba lavada con amoniaco, y la gente volvió a caminar por ahí, sobre el lugar en donde una persona dejó el último aliento.
Algunos ni siquiera supieron que este fue el lugar de un crimen, quienes sí supieron de todos modos pasaron por encima. La vida sigue para los vivos. Hay que caminar, tomar el transporte público, llegar a casa, cenar, dormir. No hay tiempo para contemplar la escena de un crimen, para no pisar donde alguien pasó de un cuerpo tibio a un cadáver.
Los comerciantes y prestadores de servicio del centro de Chilpancingo están familiarizados con los balazos y cadáveres a media calle. A varias personas las asesinaron en un día normal, en una hora normal, en una calle normal. Todo tan normal en un país de más de 300 mil asesinatos.
“Esta vez ni siquiera escuchamos los balazos”, contó una comerciante de Los Portales, un pasillo comercial a un costado de la Iglesia de la Asunción. Explica que, a esa hora, por la víspera del festejo de San Francisco, escucharon cohetes, trompetas y los latigazos de los tlacololeros (personajes de una danza tradicional local). Pero no los balazos.
Hoy viernes 4 de octubre es la fiesta de San Francisco y, en la víspera, realizan la cuelga, un recorrido por las principales calles para anunciar la fiesta. Y de verdad hacen fiesta. Por eso en esta ocasión las balas que quitaron la vida a Francisco Gonzalo no se escucharon.
Francisco Gonzalo tenía tres días en el cargo de secretario general del Ayuntamiento. Protestó el lunes 30, junto a los demás integrantes del gobierno municipal encabezado por Alejandro Arcos Catalán, quien también lleva el mismo tiempo al frente del gobierno capitalino. Arcos Catalán todavía no llegaba al poder cuando ya le habían matado, el viernes 28 de septiembre, a quien sería su secretario de Seguridad Pública, Ulises Hernández Martínez, en el momento más aciago de la contingencia por la presencia del huracán John, fue también en una vía pública y bajo la lluvia.
“Yo no escuché nada y eso que venía hasta adelante de la cuelga”, contó una habitante de San Francisco. A pocos metros de la fiesta ocurrió el asesinato. La cuelga, o sea el recorrido de habitantes y danzas por las calles del barrio de San Francisco, en donde la mayoría no se enteró del crimen, impidió que llegara pronto al sitio del homicidio, la policía y los peritos forenses.
Cuando la policía y los peritos llegaron acordonaron con cintas amarillas dos cuadras céntricas de la ciudad, alrededor de las 6:40. Los autos particulares y las unidades del transporte público dejaron de circular por esas dos cuadras, bajaron por la Morelos y luego subieron por la Galeana y de ahí hacia el mercado. Los comerciantes cercanos, los vendedores de frutas en carretillas, la señora de los elotes, continuaron en sus sitios y hasta vendieron más, porque aparecieron los curiosos, el público antropófago.
-“¡Ya mamá, vámonos! –Imploró un adolescente que llevaba un perro y lo sujetaba por la correa. “¡Ya estuvo bueno!”.
-Pérate, aguanta un ratito más, –respondía la madre. Para unos era dolor, para otros espectáculo.
Como a las 8:10, la unidad del Servicio Médico Forense (Semefo) entró a la zona acordonada a recoger el cadáver. A las 8:20 lo recogió. A las 8:25 lavaron la sangre con agua y amoniaco y tallaron la banqueta con una escoba de cerdas negras. A las 8:30 retiraron las cintas amarillas. A las 8:32 la calle fue libre de nuevo.
El presidente municipal de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, exigió que el crimen del secretario general del Ayuntamiento, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, ocurrido esta tarde en el centro de la ciudad, no quede impune.
El Ayuntamiento emitió un comunicado que se difundió por la vía oficial y también Arcos Catalán lo posteó en sus redes sociales.
En su red social personal, Arcos Catalán expreso que se dirigía a la ciudadanía “con el corazón lleno de tristeza”.
“El trágico homicidio que le arrebató la vida nos ha dejado sin un gran amigo y un servidor público ejemplar”, aseguró.
Agregó: “No podemos permitir que este acto de violencia quede impune”.
“Exigimos justicia para Francisco y para todos aquellos que han sido víctima de la violencia. La paz es un anhelo de todas y todos” y al final compartió: “Te voy a extrañar amigo”.
El comunicado oficial emitido por el Ayuntamiento y posteado por el alcalde en su red social personal indica que Tapia Gutiérrez era “un servidor público honorable, un hombre de firmes convicciones y valores inquebrantables”.
Sostiene sobre la víctima que “su franqueza, su dedicación y compromiso con la verdad marcaron su vida pública y privada”.
En su vida privada, dice, que fue un hombre de familia que vivió con rectitud.
El alcalde Arcos Catalán tiene apenas tres días en el cargo. Asumió esta responsabilidad el 30 de septiembre. Dos días antes de protestar como alcalde, asesinaron a un hombre y una mujer en la colonia Caminos, al oriente de la ciudad. Gente del equipo de Arcos Catalán asegura que una de las víctimas asumiría el cargo de secretario de Seguridad Pública.
Durante su campaña política, Arcos Catalán fue el único candidato que entró a las localidades del corredor del valle del Ocotito. A los otros candidatos, el grupo criminal que controla en lo económico y político esa zona del municipio no les dio permiso de ingresar.
De acuerdo con el mapa criminal de la entidad elaborada por la Secretaría de Seguridad Pública estatal esa parte está controlada por el grupo criminal de Los Ardillos, los que dominan varios municipios de la zona Centro y son contrarios al grupo Los Tlacos, con presencia en la Sierra y una porción de la ciudad de Chilpancingo.