María de Lourdes Rodríguez con el tino de su sazón es la pionera de que este pueblo con bosque y clima ideal sea uno de los sitios preferidos para desconectarse de la ciudad
Texto y Foto: Margena de la O
Xocomanatlán
Viernes 6 de junio del 2025
Detrás de que Xocomanatlán, una pequeña comunidad de Chilpancingo con cordilleras y pinos, sea en la actualidad una opción en el municipio para relajarse y degustar comida sabrosa, está María de Lourdes Rodríguez Martínez, una mujer de 75 años que forma parte de las 10 familias originarias de este lugar que hace unos años era un sitio remoto.
A decir verdad, doña Lulú, como la conocen en Xocomanatlán, nunca planeó contribuir a que la cuadrilla en la que nació, creció, se casó y tuvo ocho hijos fuera un lugar para despejarse. “Ahora dicen que es un lugar turístico”, menciona.
Su propósito de hace seis años, cuando comenzó todo, solo era salir del duelo por la muerte de su esposo, Eleuterio Martínez Lorenzo.
El entorno agradable lo facilitó: el verde del bosque, el fresco de todo el año, la neblina al amanecer y al atardecer, el frío de los inviernos y las costras de hielo en los techos de las casas durante esas mañanas. Xocomanatlán está ubicado a 1,885 metros de altura sobre el nivel del mar.
Después que la muerte visitó la casa de María de Lourdes, en enero de 2019, comenzó a parecerle incómoda, al grado de costarle permanecer ahí. Decidió ocuparse en algo para estar fuera gran parte del día. En junio comenzó a preparar comida los fines de semana por si algún foráneo llegaba al pueblo, recordó que cuando estaban los planes de construirles la carretera, los encargados del proyecto no tenían dónde comer, y se ofreció a prepararles de manera voluntaria.
Durante la semana, su hija Maricruz se dedicaba a invitar a sus compañeros de trabajo a que fueran al pueblo a probar los platillos de su madre. Los tradicionales y especiales de su menú son el pozole, la barbacoa y la pancita.
De lunes a viernes, Maricruz vive en la ciudad de Chilpancingo, un lugar de burócratas y universitarios, porque concentra la mayoría de los edificios u oficinas públicas y las facultades de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro). Lo que significa que los fines de semana se vacíe la ciudad y quienes se quedan buscan dónde salir.
Como el propósito de doña Lulú era estar fuera de casa para sacarle la vuelta a los recuerdos, ocupó las galeras de la parroquia del Santo Patrono Santiago Apóstol para convertirlo en un desayunador. Los habitantes del pueblo usan ese espacio para celebraciones patronales o comunitarias. Lo ocupó por casi cuatro años y a cambio lo mantuvo limpio y despejado.
La pequeña parroquia del pueblo de Xocomanatlán. Foto: Margena de la O.
Su emprendimiento coincidió con otros beneficios recientes para Xocomatlán que, en realidad, eran una deuda pública para comunidades de la Sierra de Chilpancingo. Durante el sexenio federal 2012-2018 comenzaron a construir la carretera de Chilpancingo-Jaleaca, la cual cruza por Xocomatlán. El camino les sacudió su condición de aislamiento, porque los conectó a la ciudad por un trayecto de unos 40 minutos.
La distancia entre el centro de Chilpancingo y Xocomanatlán es de apenas unos 24 kilómetros. Una distancia corta, el problema era lo inaccesible del camino. En pláticas con personas del pueblo se supo que hace algunos años, si querían llegar a la capital debían caminar por veredas hasta La Cañada, un punto que les conecta con Amojileca, el siguiente pueblo que conecta con la ciudad.
Amojileca es otro sitio de Chilpancingo donde se disfruta de comida y mezcal tradicional, que está mejor comunicado con la capital, porque hay ruta del transporte público desde hace tiempo.
La caminata les llevaba a los habitantes de Xocomanatlán hasta tres horas y media, recuerda Maricruz. Un poco menos si usaban sus bestias o si sacaban un aventón con los choferes de los camiones troceros, donde transportan los troncos de madera que empresarios compran, cortan y bajan de esas zonas serranas.
En el pueblo no había transporte público. Este servicio es reciente. Transportistas abrieron la ruta Amojileca-Xocomanatlán apenas el 10 de enero del 2024, en pleno auge de la metamorfosis de Xocomatlán.
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Apenas se deja en el camino la colonia PRD de Chilpancingo y hay un cambio en el entorno: los pinos comienzan a asomarse y el clima es fresco. El camino provoca cierta añoranza por lo que era la ciudad. Una de las referencias más grandes de guerrerenses que no son de Chilpancingo erael clima agradable que tenía la capital, siempre fresco y hasta frío para quienes son de las costas.
Después de un rato de camino, el verde del entorno se vuelve más espeso, comienza el bosque que en Guerrero es nombrado y reconocido como la Sierra. Una acompañante intempestiva puede ser la neblina.
Se sabe que es Xocomanatlán porque en la carretera aparecen unas pequeñas casas de madera de gran estética, son cabañas que habitantes originarios, pero de manera principal foráneos, han construido en el pueblo para ofrecer a los visitantes un lugar dónde alojarse. Maricruz cree que eso le dio cierto realce al pueblo.
Este lugar hace poco dejó de ser una comunidad donde solo convivían, si acaso, 10 familias, porque alcanzan a contarse con los dedos de las manos. El último censo oficial indica que son 42 habitantes.
Eso hizo María de Lourdes, contar con los dedos, cuando nombró a las familias y sus emprendimientos: la gente de Alfonso Rodríguez, dedicados a vender queso; la familia que tenían Los Alcatraces, ahora El Edén, ubicado en la Cueva del borrego, atendido por Guillermina Dimas; Los Girasoles, de Guadalupe Rodríguez; La Esperanza, de Esperanza Ramírez. Antes eran Los Cedros, pero sus hijas abrieron sus propios negocios.
Los de La huerta del abuelo, ahora a cargo de Marbella Viguri; la familia de Alicia Rodríguez, quienes venden fruta de la zona en la entrada del pueblo, y la familia del negocio de las rentas de cuatrimotos, que atiende Lucero Martínez.
Los habitantes supieron que cuando el Ayuntamiento de Chilpancingo les hizo la cancha de usos múltiples (trienio 2005-2008) hubo gente de fuera que reprochó a la alcaldía la obra porque no había niñas y niños suficientes para usarla. En el pueblo hay una pequeña casa madera que funciona como escuela de preescolar y primaria atendida por una profesora del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe). Quienes pueden llevan a sus hijas e hijos a escuelas de Amojileca.
María de Lourdes cree que la apariencia actual de la comunidad, que incluye un pequeña plaza con quiosco, bancas, mesas y sillas, propició que la comunidad sea una de la más visitadas y que sus habitantes ampliarán sus oficios a prestadores de servicios; antes solo se dedicaban al campo, donde siembran maíz, frijol y calabaza, siempre y cuando no sean las fechas heladas. Por el clima en la zona también se da el durazno, la manzana y la pera.
Pero las búsquedas de referencias sobre cómo Xocomanatlán se convirtió en un pueblo de esparcimiento dirigieron a María de Lourdes hace seis años que comenzó a vender comida en las galeras de la iglesia del pueblo.
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Al lado de unas letras a escala en las que se lee Xocomanatlán, ubicadas en parte del perímetro del pequeño zócalo, está el restaurante Santiaguito. Es una galera de madera que permite apreciar todos los cerros y los pinos que rodean la comunidad. Es un lugar donde sirven pozole, barbacoa, pancita, mole, tacos dorados, picadas (una especie de sopes) y otros tantos guisados acompañados de tortillas de maíz hechas a mano recién salidas del comal.
Personas que visitan la comunidad los fines de semana dieron referencia de este lugar para comer sabroso.
Un sábado de mayo pasado, el restaurante era atendido por doña Lulú y su hija Maricruz. Desde hace unos dos años están aquí, en una parte del terreno de su casa; hace poco lo ampliaron para que entraran más personas.
Doña Lulú volvió a casa. Más que sentirse lista por haber superado su duelo, regresó porque sintió cierta presión para dejar las galeras de la parroquia, entiende que es un espacio colectivo y comunitario. Creó uno propio para atender a sus clientes, pero se llevó con ella una parte del contexto de la parroquia, le puso Santiaguito, en honor al patrono del pueblo, del cual es devota.
Santiaguito es uno de varias opciones que hay en el pueblo, tanto de gente de originaria como de foráneos.
Aun cuando reconoce su mérito de ser pionera en la venta de comida tradicional en el pueblo, lo que abrió las puertas a los visitantes, doña Lulú no siente ningún malestar porque el resto de sus paisanos se animaran a hacerlo también. “Cada quien vende lo que hace, ninguno se quita, yo tengo mis clientes”. Le llega gente de diferentes regiones de Guerrero.
Por la efervescencia que generó Xocomanatlán, los foráneos llegaron a abrir negocios de comida los fines de semana, en especial el domingo, el día que más visitantes acuden.
Doña Lulú vende comida toda la semana para atender a los que se quedan alojados en las cabañas de los alrededores, aunque no sean sus clientes directos, o por si alguien llega al pueblo y busca algo de comer. Porque de lunes a viernes Xocomanatlán vuelve a su estado remoto, de unos cuantos habitantes en el esplendor del bosque.
El pequeño zócalo de la comunidad. Foto: Margena de la O.
Algún día -más cerca que lejano- César Rentería Guzmán, de 35 años, tendrá su propio espectáculo en vivo (reality show) en el que los fans de lo harina y la azúcar conocerán cómo es la vida de este pastelero, por lo pronto, está feliz con su aparición en el sexto episodio de la quinta temporada de MásterChef Celebrity, el programa de cocina más popular de la televisión abierta en México.
La presencia del diseñador de pasteles (cake designer) guerrerense, que ostenta el título del segundo mejor pastelero de Latinoamérica, o sea, el mejor de México, en MásterChef Celebrity es uno de sus sueños cumplidos y remasterizados.
Como César dice: “estoy viviendo muchas cosas que soñé y que en la realidad se me dieron mucho mejor”.
Su participación en MásterChef Celebrity llegó de la mano de la intervención de César y su hermana Elio en la segunda temporada de Pasteleros contra el tiempo, el espectáculo en vivo de la plataforma Netflix sobre diseño de pasteles. En julio del 2024 César y Elio fueron una de las seis parejas de pasteleros de Latinoamérica que participaron en el reto.
“Me invitaron a participar porque nos vieron en Pasteleros contra el tiempo y, por supuesto, que acepté”.
El sexto programa en que el aparece César se transmitió la primera semana de mayo.
Ir cumpliendo etapas y sueños
A propósito de su participación en MásterChef Celebrity, Amapola Periodismo entrevistó a César Rentería.
La charla se desarrolla un piso debajo de Rincón Dulce, en el número 33 de la avenida Lázaro Cárdenas, la cafetería que el pastelero abrió en 2022. 12 años antes, en 2010, abrió la pastelería Rincón Dulce, en la calle Valerio Trujano, en el centro de Chilpancingo, cuatro años después del primer contacto del diseñador con el mágico mundo de la mantequilla y la harina.
Es medio día y entre semana, aun así, la cafetería luce lleno total. El espacio en Cárdenas 33 ya es insuficiente para los fans de los pasteles de César. Hay que mudarse o ampliar. El pastelero está haciendo lo segundo, entre los olores a merengue y café, hay una obra en desarrollo.
El pastelero comparte que el nuevo espacio, el que se inaugurará este año, pero aún desconoce cuándo, será un área para la gente que quiera festejar su cumpleaños en Rincón Dulce, para degustar sus pasteles en un ambiente de mayor privacidad.
Este hecho es uno de esos sueños de César mejorado y aumentado. En sus tiempos de chalán en la Panadería Olivia, en la colonia Amelitos de esta ciudad, cuando tenía 16 años, soñó con tener su propia pastelería. La abrió a los 20. El espacio en Valerio Trujano era pequeño para atender la demanda de sus pasteles, 12 años después, en 2022, abrió esta cafetería en la avenida Cárdenas.
En medio de la apertura de las dos pastelerías, en 2015, César participó en el espectáculo en vivo El desafío de Buddy, transmitido por la cadena de televisión Discovery Home & Health, del cual se trajo el título del segundo mejor pastelero de Latinoamérica, determinante en el éxito de su primer local de pasteles y en la apertura del segundo.
En 2019, César contó a Amapola Periodismo cómo ocurrió su participación en el programa El desafío de Buddy, el programa del diseñador de pasteles más famoso de Estados Unidos. Llegó a esta competencia como si fuera un sueño. Un día, como cualquier otro día de su vida de pastelero, César horneaba un pastel y veía El desafío de Buddy, cuando escuchó un mensaje que cayó a su correo electrónico. Se trataba de un mensaje de la producción de ese espectáculo en vivo para invitarlo a presentarse a una prueba (casting).
Al finalizar, El desafío de Buddy césar se convirtió en una marca. Las ventas de las creaciones con los que participó en el espectáculo en televisión aumentaron, entre ellos, el famoso postre de tequila, con el que compitió en la final y quedó segundo lugar.
En febrero del 2022 abrió la cafetería porque necesitaba un espacio más grande. En este 2025 requiere otro espacio todavía más grande. Durante 2024, con la participación en Pasteleros contra el tiempo, la cafetería aumentó sus clientes.
Otra etapa en la vida del pastelero es su escuela de repostería. Este piso debajo de la cafetería es el espacio de la escuela. La cocina ganó terreno a las demás áreas. Se supone que donde se lleva a cabo la entrevista es la oficina, pero la demanda de espacio generó que como en todos lados, aquí haya maquetas de pasteles e insumos dulces en vez de escritorios y computadoras. Pronto la escuela de cakes designer requerirá su propia ampliación.
MásterChef Celebrity Generaciones
En el sexto episodio de MásterChef Celebrity Generaciones, temporada con la que la empresa TV Azteca conmemora los 10 años del espectáculo en vivo y participan artistas e influencers, César Rentería aparece como juez invitado.
Como chef y cake designer, César había visto todas las temporadas del espectáculo. En su opinión, es el programa de cocina en vivo más importante de la televisión abierta en México.
Se imaginó estar ahí. Su participación fue mucho mejor que su anhelo. Se soñaba en MásterChef como competidor. La vida lo colocó ahí como juez y, además, en la temporada de las celebridades para festejar los 10 años. ¿Mejor? ¡Imposible!
Junto con César, en el sexto episodio de la quinta temporada del reality famoso, estuvieron otros cinco chefs expertos en repostería y un crítico gastronómico para probar y calificar las creaciones de los equipos en competencia.
En su participación, el pastelero guerrerense quien apareció en pantalla enfundado en un atuendo negro, optó por ser empático y suave en su crítica con los concursantes.
El postre que degustó titulado Luna de verano, era una panna cotta de maracuyá (la panna cotta es un postre típico de la región italiana del Piamonte) con mango y pistache.
Dijo que el plato visualmente tenía estructura, que la combinación de sabores fluía bien, sin embargo, captó fallas técnicas en la textura. “No se siente el toque de tres leches”, sintetizó. El pastel de tres leches de vainilla es uno de los postres más demandados en la pastelería Rincón Dulce.
“El juez a veces desconoce si los participantes tuvieron las condiciones y los insumos para hacer los platillos”, indicó César en la entrevista, quien explicó que por eso optó por valorar de forma empática debido a que ha estado del otro lado, como competidor.
Dijo que volver a estar en televisión y ahora en un canal abierto, lo que quiere decir que más gente ve el programa, fue de nuevo una grata experiencia que suma a otro sueño: tener su propio reality, el que cree no tardará mucho en concretar.
Ediles del municipio vecino pidieron la intervención del Congreso del estado por lo que sería un riesgo de contaminación en sus mantos acuíferos. Gustavo Alarcón Herrera ataja que Chilpancingo es el dueño del predio del relleno sanitario, donde están invertidos 15 millones de pesos
Texto y Foto: Margena de la O
Chilpancingo
Miércoles 7 de mayo del 2025
El alcalde de Chilpancingo, Gustavo Alarcón Herrera, expuso que su gobierno no ha cambiado ningún plan del relleno sanitario de Matlalapa, aun cuando el Cabildo de Eduardo Neri expuso su oposición de manera oficial al pedir la intervención del Congreso del estado para que sean analizadas otras alternativas que no pongan en riesgo la contaminación de mantos acuíferos que surten de agua a comunidades del municipio.
“No ha cambiado en nada, ese proyecto ya trae más de tres años de evolución, ya tiene toda la infraestructura y los permisos de protección al medio ambiente”, comentó en entrevista por teléfono el alcalde de la capital del estado.
Además, recordó, Chilpancingo es el dueño de ese predio de Matlalapa, comunidad que pertenece a Tixtla.
El alcalde infirmó que en el relleno sanitario, el cual declaró listo hace unas semanas, representa en estos momentos una inversión de unos 15 millones de pesos. Aclaró que es un proyecto que heredó y, después de analizarlo, consideró viable realizar. “No es un proyecto que esté contaminando al medio ambiente”, agregó.
Durante la sesión de ayer martes, el pleno del Congreso local fue notificado del oficio dirigido por los ocho miembros del Cabildo de Eduardo Neri, encabezado por la alcaldesa Sara Salinas Bravo. En el documento disponible en la Garceta Parlamentaria del portal oficial del Congreso local, los ediles exponen, además de su inquietud por el riesgo de daños ambientales, ciertas “preocupaciones técnicas especificas” en la construcción de relleno sanitario, una de ellas, “la deficiente calidad de los materiales utilizados en la construcción del vaso”.
El plan de Chilpancingo es depositar las más de 400 toleradas que son generadas de manera diaria en la ciudad en este nuevo relleno sanitario. El gobierno municipal insiste en que con este proyecto comenzarán a tratar los desechos que recolectan, porque incluye la infraestructura para hacerlo, a diferencia del tiradero a cielo abierto donde todavía depositan la basura.
La infraestructura de ese relleno sanitario está ubicado en terrenos de Matlalapa, que pertenece a Tixtla; el acceso está al margen de la carretera de cuota que va de Chilpancingo a la cabecera de ese municipio. El terreno también colinda con comunidades de Eduardo Neri, lo que justifica la oposición del Cabildo.
Esta imagen del vaso del relleno sanitario fue hecha durante la visita del 19 de marzo pasado, donde el grupo de habitantes opositores al proyecto recibió la visita de un ingeniero que evaluó los materiales usados y manifestó algunas dudas sobre su calidad. Foto: Margena de la O/Archivo.
Los antecedentes exponen que fue planteado como un proyecto intermunicipal para Tixtla, Eduardo Neri y Chilpancingo, pero con prioridad para la capital del estado, porque fue la administración municipal de su momento que compró a particulares el terreno.
Este proyecto arrancó en el periodo del exalcalde Mario Moreno Arcos (2012-2015), pero no avanzó porque siempre hubo oposición.
El exalcalde Marco Antonio Leyva Mena (2015-2018) lo retomó y lo amplió; hablaba de crear también una planta de separación de residuos sólidos, un rastro, una central de abastos y un parque, pero el Cabildo de Tixtla, en ese entonces encabezado por el alcalde Hossein Nabor Guillén, se opuso a la realización del relleno sanitario por una falta de certezas en la no contaminación al ecosistema, incluidos los mantos acuíferos, según la documentación de medios de documentación de medios de comunicación.
Ante la falta de avance, Chilpancingo comenzó a operar el basurero a cielo abierto del Huiteco, ubicado en una localidad del municipio con el mismo nombre, que ya está saturado después de ocho años de funcionamiento. Estaba previsto para tres años, de acuerdo con lo que reportaron en su momento autoridades municipales. Comenzó a operar en 2017, después que fue clausurado el basurero municipal de La Cinca, ubicado al sur de la ciudad de Chilpancingo.
La postura actual del Cabildo de Eduardo Neri, asumida en su momento por Tixtla, los pone en concordancia con un grupo de habitantes de Matlalapa y de Zumpango, cabecera de Eduardo Neri, que insisten en la no operación del proyecto por el riesgo de contaminación.
El miércoles 19 de marzo pasado, algunos de ellos guiaron un recorrido por el perímetro del relleno sanitario, en el que también estuvo un ingeniero con experiencia en la calidad de los materiales para la construcción del relleno sanitario, quien después de pruebas rápidas dudó de la aptitud de los elementos usados. Aquíhay más detalles del recorrido y de otros antecedentes del proyecto.
El grupo de inconformes mantienen su postura en contra de la operación del relleno sanitario. “No estamos de acuerdo con el relleno sanitario ahí donde está. Tienen que buscar otro espacio donde no estén dañando los mantos friáticos”, comentó en entrevista Antonio Colín Ramírez, habitante de Matlalapa. En la comunidad hay habitantes a favor y en contra.
El alcalde y los opositores al proyecto mencionaron en que el próximo 13 de mayo tienen reunión con servidores públicos del gobierno del estado, la segunda de estas últimas semanas, para discutir la operación del relleno sanitario, pero ninguno cede en su posición. Alarcón Herrera, por ejemplo, mencionó que comenzarían operaciones en cuanto el gobierno del estado les indique.
Alejandro Arcos, abanderado por tres fuerzas disminuidas, ganó la alcaldía más importante de la entidad; la FGE planteó como móvil la negativa del alcalde a nombrar en su gabinete a gente impuesta por Los Ardillos, pero colaboradores cercanos aseguran que nombró a todos los que el grupo criminal le impuso, por lo que descartan esa motivación
Texto: Marlén Castro y Margena de la O
Foto: Antonio Castañón
Martes 10 de diciembre del 2024
Chilpancingo
Primera Parte
El día que lo asesinaron, el alcalde de Chilpancingo Alejandro Arcos Catalán (43 años) confió a las 11 personas que iban con él que “tenía que ir a atender un tema, solo”. Eso ocurrió en el entronque de Tepechicotlán, a las doce del día, el 6 de octubre del 2024, apenas seis días después de rendir protesta como primera autoridad municipal.
Cuatro horas y media después, su cabeza decapitada apareció en el toldo de la camioneta Robust, Volkswagen en la que se fue rumbo a Mochitlán, un municipio en el que la gente sabe y lo dice de forma coloquial que se está en terreno ardillo, es decir, en una porción de territorio guerrerense controlado de forma férrea por el crimen organizado conocido como Los Ardillos, compuesto por grupos políticos, económicos, agentes estatales y criminales.
Desde su llegada a la alcaldía pesaba sobre el alcalde una advertencia por el asesinato de quien sería su secretario de Seguridad Pública, Ulises Hernández Martínez, la cual se convierte en una sentencia porque a los tres días de estar en funciones matan a quien nombra como el secretario general del Ayuntamiento, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, caso que le obliga a pedir ayuda al gobierno del estado para su seguridad, pero la gobernadora Evelyn Salgado Pineda nunca le toma la llamada.
Entonces, creó su propio equipo de seguridad, porque tampoco confiaba en los policías municipales a cargo de Germán Reyes Reyes, a quien nombró encargado de despacho de la Secretaría de Seguridad Pública, y a quien detuvieron el 12 de noviembre, acusado como autor intelectual de su crimen. El primer día de estar en funciones, sus escoltas lo dejan andar solo en territorio ardillo, donde ocurre su muerte.
Para líderes del PRD, el asesinato de Alejandro Arcos acabó totalmente con ese partido.
“Siendo él el alcalde de la capital era el dirigente más visible del partido para los próximos años”, compartió el líder de su corriente en el PRD, Celestino Cesáreo Guzmán.
Para el sacerdote Filiberto Velázquez Florencio, quien junto a otros obispos de Guerrero han mediado con grupos criminales durante crisis violentas en Chilpancingo, las motivaciones del crimen de Alejandro Arcos “son más amplias que un simple ajuste de cuentas”.
El sacerdote sostiene que el asesinato del alcalde por parte de Los Ardillos, como estableció la Fiscalía General del Estado (FGE), es una forma de calentar el terreno de manera innecesaria. Recuerda, entonces, que el Estado suele utilizar a “la delincuencia organizada o a ciertos grupos” para generar este tipo de escenarios.
El móvil que sostiene la FGE es por la negativa de Alejandro Arcos en nombrar incondicionales de Los Ardillos en su gabinete, pero hay quienes sostienen, también dentro de lo que fue su equipo, que espacios de la administración debieron otorgarse solo con la anuencia del grupo del crimen organizado, lo que expone dos posibles escenarios: acuerdos o imposiciones.
Una fuente del equipo cercano de Alejandro Arcos expuso que el tema de los cargos en el gabinete no pudo ser la razón del asesinato, porque el alcalde nombró a todos los que le impusieron y debió hacer a un lado a sus colaboradores cercanos.
Alejandro Arcos, un político que desde la infancia trazó destino
Era un día de campaña del proceso electoral local del 2012, en un recorrido por la colonia CNOP, al oriente de la ciudad de Chilpancingo. El resto del equipo avanzó y él, un tanto a propósito, se rezagó. Entró a una pequeña casa que le quedó al paso y fue directo al fogón de la cocina, donde hervía un caldo; tomó un plato y se sirvió, como si estuviera en su casa.
La dueña de aquella casa modesta vio aquel acto con tanto beneplácito que desde entonces fue su seguidora y simpatizante en cada uno de sus proyectos políticos. También enfrentó su asesinato como una doliente directa.
Alejandro Arcos solía hacer este tipo de cosas. En una plática informal, uno de sus colaboradores cuenta que era común que bajara de su carro, saludara y abrazara a las personas, las conociera o no. Por esa razón no le pareció extraño que el día que lo mataron decidiera ir solo a Tepechicotlán para repartir por su cuenta las despensas a los afectados por las lluvias de John.
Alejandro solía tocar a las personas, aun cuando llegara a interpretarse como un acto de exceso de confianza, porque con eso rompía cualquier tensión en el trato, además, siempre utilizaba la palabra “hermano” para referirse a propios y extraños, cuenta el abogado Valentín Sandoval Montiel, uno de sus amigos cercanos.
Tiene un recuerdo entre ambos que cree lo definen. En una ocasión fueron al campo, a un sembradío de elotes, los que más tarde comerían pero, primero, decidieron hervir frijoles en una olla de barro que dejaron abandonada en un anafre. Cuando volvieron, la olla había tronado porque se sobrecalentó. Alejandro se sirvió los frijoles que quedaron a salvo en la cuenca de lo que fue la olla.
En realidad, estas formas en los políticos locales son comunes –como si fueran herencia de una vieja guardia priísta que ocupó la mayoría de los espacios públicos–, que parece se graduaron en la misma escuela.
Arcos Catalán logró la alcaldía como un escalón para conseguir su objetivo de vida: ser gobernador de Guerrero. Trabajó, en cargos públicos y fuera de ellos para tratar de conseguirlo; se graduó como licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública, en la Universidad Sentimientos de la Nación (USN).
En el argot de la clase política se sabe que su gurú era el exgobernador Ángel Aguirre Rivero, quien formó parte de la vieja camada del PRI. Durante los primeros meses de su administración como gobernador por segunda vez (ya como parte del PRD, 2011-2014, no hizo su mandato completo hasta 2015, por el caso Ayotzinapa), lo nombró titular del Instituto Guerrerense para la Atención Integral de las Personas Adultas Mayores (Igatipam) y lo arropó para ser diputado local en el periodo 2012-2015. En ese recorrido proselitista por la CNOP, Alejandro, como candidato del PRD, buscaba las simpatías para ser diputado local.
Arcos y Aguirre se conocieron cuando el primero era adolescente y el segundo, gobernador interino (1996-1999), al suplir a Rubén Figueroa Alcocer, revocado por la matanza de Aguas Blancas.
Existen dos versiones de cómo ocurrió ese encuentro entre ambos en 1996. Queda claro que Alejandro tenía el deseo de convertirse en gobernador del estado desde adolescente.
José Villanueva Manzanares, quien fue el secretario particular de Aguirre durante su interinato, narra una de ellas. Era la inauguración de la primera tienda de autoservicios en la ciudad, ubicada a la altura del paseo Alejandro Cervantes Delgado, y el gobernador y su comitiva estaban en lo que, entonces, era un acto de mucha relevancia. Un jovencito de evidente carisma –tendría entre 15 y 16 años; nació el 12 de febrero de 1981– llegó hasta el mandatario y tendiéndole la mano le dijo: ‘Yo algún día quisiera ser gobernador como usted, ojalá me conceda una audiencia para platicar’.
La otra versión la ofreció el mismo Aguirre. En su anécdota, el encuentro ocurrió en Casa Guerrero, entonces la residencia oficial, durante un acto público. Al término llamó al joven que se hizo notar para preguntarle su nombre y qué quería ser de grande, quien le contestó ‘gobernador, como usted’. Desde entonces, expone, asumió el papel de su “tutor” político.
Las dos narraciones de lo que se supone es un mismo momento fueron publicadas a manera de artículos de opinión por esos personajes políticos en el periódico El Sur, en ediciones distintas después del asesinato de ese joven que, con 43 años, logró convertirse en el alcalde de la capital de Guerrero.
Hay quienes veían en él toda la influencia de Aguirre en su manera de hacer política.
–¿Cómo es Aguirre?,–increpa el empresario local Pioquinto Damián Huato en una entrevista sobre su opinión de lo que ocurre en Chilpancingo, después del asesinato de Arcos Catalán. Pero no consigue respuesta y se responde solo. –Le encanta prometer. Así era Alejandro.
Otras personas que lo conocieron le dan sólo a él, el crédito de sus logros políticos, porque siendo casi un niño trazó su objetivo. “Yo no sé cómo sea la gente en particular, lo que sí sé es que hay gente que tiene claras sus metas. Él (Alejandro) nunca se preguntó si iba a poder ser gobernador, él sabía que iba a ser gobernador”, agrega el abogado Sandoval.
Para ese propósito, comparten otros que también lo conocieron muy de cerca, sabía que necesitaba dos cosas: dinero y que más personas lo conocieran.
Su ocupación personal, un hombre joven casado con Sandra Elena Solís Peralta, padre de un hijo menor de 10 años, era la de comercializador o proveedor de productos en diferentes ramos, hasta en el de medicamentos, a la iniciativa pública y privada. Era miembro de una familia tradicional de una evidente medianía económica. Sus padres, Leonel Arcos Luna y María del Socorro Catalán Chávez, son personas muy conocidas en la ciudad, al igual que sus otros dos hijos, hermanos de Alejandro.
A partir de sus ingresos y gestiones realizaba acciones –aun sin cargos públicos– que en la política gustan nombrar como sociales, cuenta una persona cercana de quien se guarda su identidad.
Buscaba, además, tener círculos de convivencia variados, hasta la de corredor de maratones, para eso su carisma y don de socializar le ayudaron, pero su objetivo era el político. Desde 2005, cuando tenía apenas unos 24 años, fundó la asociación civil Muévete por Guerrero, en la que amparó sus acciones con ese propósito.
“Entendía que esto (las aspiraciones políticas) se movían con dinero y para acceder al cargo tenía que tener dinero, para cuando no había campañas, hacer obras. Entendía mucho el esquema de cómo hacer política”, cuenta alguien más.
Pero el rasgo común que le veían varios es que, al final, jugaba solo. Tuvo la simpatía de Aguirre, pero no era su incondicional, lo consideraba aliado, pero lo mismo trataba con él, como con otros. El exgobernador Héctor Astudillo Flores lo mantuvo como director de Catastro en su administración como alcalde de Chilpancingo (2009-2012).
En 2012, Alejandro tuvo una fricción con Aguirre, comparte uno de sus allegados, porque como diputado local buscó ser el coordinador de la bancada del PRD, en ese entonces con la mayor fuerza a nivel estatal, para convertirse en la máxima figura en el Congreso local, pero no tuvo su apoyo.
En ese trienio legislativo (2012-2015), el coordinador del Congreso local fue Bernardo Ortega Jiménez, el político perredista que es hermano de los líderes del grupo criminal de Los Ardillos, Celso y Jorge Iván Ortega Jiménez, quienes tienen su feudo en la zona donde asesinaron a Arcos Catalán.
Alejandro siguió en su objetivo de ganar simpatías, porque era “perspicaz», “inteligente”, pero, sobre todo, “amigable”. “Así como él era, imposible que no los tuviera”, dice alguien del PRD cuando se le pregunta si tenía amigos adentro del partido. Esto no significa que necesariamente fuera solidario, aclara alguien más cuando lo describe, porque “su ambición era personal”.
Cierta o no esta última interpretación sobre él, muchos en Chilpancingo no se resistieron a su trato, porque en la votación del 2 de junio del 2024, aun con una diferencia pequeña, logró lo que parecía casi imposible: venció a Morena, el partido que tiene todas las mayorías en Guerrero y se quedó con la alcaldía de la capital del estado, la más importante.
Los rasgos políticos que brotan en el crimen de Alejandro Arcos
En la elección local del 2024 nadie quería al PRD, un partido que perdió toda su razón de origen y, como consecuencia, en esta elección su permanencia a nivel nacional, expone una de las personas más cercanas Alejandro Arcos Catalán para tratar de dimensionar lo que este político logró al convertirse en alcalde de Chilpancingo desde esa militancia.
Cree que debió tener simpatías genuinas para conseguirlo, porque tampoco es que el PRI o el PAN, sus aliados, sumaran demasiado, si Guerrero es una referencia nacional sobre la mayoría de Morena. Después del proceso del 2024, el partido guinda se quedó sin Chilpancingo, la alcaldía más importante de entre los cuatro municipios más relevantes del estado, porque tiene en sus manos el Ejecutivo y el Legislativo local.
Desde el lado político, el exsenador Celestino Cesáreo Guzmán, líder de la corriente interna del PRD estatal, Alternativa Democrática Guerrerense (ADG), donde militaba Arcos Catalán, evalúa el asesinato, porque nunca habían asesinado a un alcalde de estas dimensiones, en cuanto a la importancia del municipio.
“Su repentina muerte y la forma en cómo se llevó a cabo nos lastimó profundamente, y también puedo decirte que descabezó al PRD en general, el PRD estatal, porque siendo él el alcalde de la capital, era el dirigente más visible del partido para los próximos años”, menciona. Con esto, expone que los perredistas locales pusieron sobre los hombros de Arcos Catalán un peso mayor a la de ganar una elección, la esperanza de sostener el futuro del partido que con dificultades conserva su registro local.
Arcos Catalán le ganó a Jorge Salgado Parra, el candidato de Morena por poco más de 1,700 votos, en realidad una ventaja mínima, porque los votos nulos fueron casi 4,000, de acuerdo con los resultados disponibles en el portal del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado (IEPC) de Guerrero.
El sacerdote Filiberto Velázquez Florencio, quien junto a obispos guerrerenses medio con líderes de grupos criminales en varios momentos de crisis por la violencia en Chilpancingo, también puso los ojos en los aspectos de corte político, como posibles causas del asesinato.
Por todo el contexto que conoce, a Velázquez Florencio le parece inviable, si la responsabilidad material del caso está orientada hacia uno de los grupos criminales asentados en Chilpancingo –extendidos hasta la zona Centro y Montaña de Guerrero, de acuerdo con la información oficial de la criminalidad–, que fuera un asunto por cuenta propia.
“Sería una tontería generar o calentar el propio territorio donde ellos operan con algo así, o sea, si no hubo de por medio algún acuerdo que beneficiara con el riesgo de que se calentara su propio territorio, o que generara una reacción de desbandada en contra de algún grupo, se me haría tontería haberlo hecho así”.
El cura expuso con contundencia que en Guerrero y el país se vive en una democracia de apariencia donde simplemente no se respetan las libertades, porque existe un Estado que usa grupos de presión para disuadir contrincantes.
Con este comentario como antecedente plantea una hipótesis del caso “más amplia que simplemente un ajuste de cuentas”, porque conoce cómo operan los dos grupos, sus intereses y códigos.
Velázquez Florencio medió en febrero pasado entre Los Ardillos y Los Tlacos para que dejaran de atacarse, donde la ciudad de Chilpancingo fungió como escenario y los transportistas, otra vez, como el blanco, lo que pegaba de manera directa en el grueso de la población que depende del transporte público y que, al igual que los propios transportistas, salen diario a trabajar. En los días previos a la tregua asesinaron a siete conductores del transporte público en la ciudad.
En el caso particular del asesinato del alcalde expone que pudieron involucrase diferentes actores con un fin político: “No puede operar en impunidad un grupo del crimen organizado si no existe, de una manera, en este caso, una estrategia de no confrontación. (…) Uno de los mensajes es medir la fuerza del Estado, tanto federal como estatal, y ya lo estamos viendo, pareciera que no hay una persecución frontal si los perpetradores son los que el mismo Estado está señalando, de ahí vienen otras hipótesis: el propio Estado puede utilizar a la delincuencia organizada o a ciertos grupos para generar este tipo de escenarios que, al final, lo que tiene es un beneficio político, y de alguna manera el Estado se lava las manos al decir que es algo del crimen organizado”.
Una persona que fue muy cercana a Arcos Catalán, de quien su guarda la identidad, dice –en lo que no parece un intento de glorificar su imagen, porque lo reconoce como una persona excesivamente amigable, más no solidaria en el aspecto político– que le cuesta creer que lo que pasó tenga que ver con malos acuerdos entre Arcos Catalán (y su figura como alcalde) y líderes criminales, porque hay más implicaciones políticas de por medio.
Hay quienes sostienen, también dentro de lo que fue el equipo del alcalde asesinado, que espacios de la administración debieron otorgarse solo con la anuencia de Los Ardillos, lo que expone dos posibles escenarios: acuerdos o imposiciones.
Una fuente del equipo cercano de Alejandro Arcos expuso que el tema de los cargos impuestos en el gabinete no pudo ser la razón del asesinato, porque el alcalde nombró a todos los que le impusieron.
En los casos donde Alejandro no podía tomar una decisión, porque implicaba hacer a un lado a gente que lo acompañó y con quienes personalmente se comprometió, esas personas recibieron llamadas amenazantes para que se hicieran a un lado.
“Nos hicimos a un lado, entendimos que esos compromisos eran de otra índole”, aseguró.
Una fuente que conoce la actuación de los grupos criminales comparte con contundencia que Los Tlacos se deslindaron del asesinato del alcalde y del secretario general del Ayuntamiento de Chilpancingo, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, asesinado tres días antes que Arcos Catalán.
No ocurre lo mismo con quien estaba previsto sería el secretario de Seguridad Pública, Ulises Hernández Martínez, un capitán retirado del Ejército y quien ocupó el cargo de coordinador de la Unidad de Fuerzas Especiales en Guerrero, asesinado el 28 de septiembre pasado, antes de arrancar la actual administración municipal. La fuente explica que el posible servidor público vivía fuera de Guerrero y volvió por el cargo, pero olvidó que tenía cosas pendientes con Los Tlacos por sus pasadas acciones policiales.
La investigación oficial expone un único autor intelectual relacionado con Los Ardillos, aun cuando la jueza del caso refutó que la FGE no presentó elementos contundentes para comprobar esa relación.
El empresario local Pioquinto Damián, quien conoce el municipio en su dimensión social y política, no tiene elementos para decir que el trasfondo en el caso del alcalde sea concretamente político, “pero lo cierto es que pasó algo, que ofendió a alguien, le falló a alguien, eso es incuestionable”.
Sus restos fueron velados en la iglesia de Santa Cruz, lo que nunca había ocurrido. La ausencia más evidente en el velorio fue la de la gobernadora Evelyn Salgado
Texto y Foto: Margena de la O
Chilpancingo
Lunes 7 de octubre del 2024
El cadáver del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, asesinado ayer por la tarde, fue velado en la iglesia Santa Cruz, ubicada en el barrio con el mismo nombre, muy cerca del centro de esta ciudad, donde nunca se acercaron autoridades o servidores públicos del gobierno estatal.
Esta tarde, después del velorio, hay una misa de cuerpo presente en la Catedral de la Asunción, ubicada en el zócalo de la ciudad. En el cortejo fúnebre se supo que los restos serán llevados al panteón privado de la ciudad.
Es poco usual que el cadáver de una persona sea velado dentro de una iglesia. No existe evidencia de que haya ocurrido antes. Al alcalde lo velaron en un recinto católico desde la una de la mañana hasta alrededor de las tres de la tarde que su féretro fue trasladado a la catedral.
En todas las horas del velorio ni la gobernadora Evelyn Salgado Pineda ni sus colaboradores llegaron al lugar a ofrecer sus condolencias a la familia, aun cuando Arcos Catalán era el alcalde del municipio, en términos políticos y administrativos, más importante del estado; es la capital de la entidad que concentra todos los poderes de gobierno.
Solo a la misa de la catedral acudió Rubén Hernández Fuentes, quien es el coordinador general operativo de la Oficina de la Gubernatura y pareja sentimental de Salgado Pineda. También se vio al titular de la Procuraduría de Protección Ambiental, Carlos Arturo Toledo Manzur.
En la imagen, aspectos de la misa en la Catedral de la Asunción. Foto: Jesús Guerrero.
Es la primera ocasión que un alcalde de Chilpancingo en funciones es asesinado. Arcos Catalán, además, fue decapitado en circunstancias que las áreas de investigación aún no aclaran. Todavía se desconoce cómo ocurrieron los hechos; ayer transcurrieron al menos dos horas para que confirmaran su asesinato.
Después que la Fiscalía General del Estadio (FGE) lo hizo –ya por la noche–, surgieron varias especulaciones sobre la seguridad –o inseguridad que podría surgir– en la ciudad, que mermaron en la cotidianidad.
Las actividades en las escuelas fueron suspendidas, aun cuando de manera oficial reanudaban hoy después de dos semanas sin clases por las lluvias durante y después del fenómeno John que afectó gran parte de Guerrero. No existe una suspensión oficial pero, se supo, que la indicación de las autoridades a los directivos de los planteles fue que tomaran precauciones; de manera interna en las escuelas enviaron circulares para cancelar actividades, la mayoría, con el justificante de las lluvias.
Desde anoche que era oficial el asesinato del alcalde se especuló sobre la suspensión del transporte público. Pero el servicio no fue suspendido, pero sí muy temprano se observaron mucho menos unidades en circulación; con el paso de las horas hubo más flujo.
En momentos complicados de inseguridad son comunes las repercusiones al transporte público. Los ataques a unidades en servicio de parte de grupos criminales es una acción ya conocida en la ciudad.
En la alcaldía de Chilpancingo también pararon algunas actividades, informaron trabajadores. Desde temprano, afuera del inmueble había varias veladoras encendidas que las personas dejaron en memoria del alcalde.
El asesinato del alcalde recién llegado a sus funciones también es el tema que se discute en todos los círculos, donde más se comenta es en el transporte público. En una urvan de la ruta Lázaro Cárdenas-Palacio de Gobierno, una mujer comenzó a decirle a otra que no había dormido pensando en el asesinato del alcalde, eso desató una conversación colectiva del caso.
Aun cuando el flujo de personas en el velorio es evidente, por la mañana, al menos hasta las 10:00 horas, no había presencia de políticos o servidores públicos destacados; la familia Arcos Catalán es muy conocida, independiente de la carrera política del alcalde.
Arcos Catalán fue asesinado y decapitado en el sexto día de sus funciones. Su cadáver lo abandonaron ayer por la tarde en una camioneta en la colonia Villas del Roble. Aun en las condiciones en que fue hallado su cadáver, es una incógnita lo qué pasó con él. No hay reportes de que antes fuera privado de su libertad.
Pasadas las diez de la mañana llegó al velorio el ex gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores; solo estuvo un momento, unos 10 minutos si acaso, para dar el pésame a la familia. En ese tiempo comentó a reporteros que el crimen del alcalde era un acontecimiento “fuerte, reprobable y lamentable”.
Arcos Catalán fue colaborador de Astudillo Flores cuando fue alcalde de Chilpancingo, en su faceta de priísta; fungió como director de Catastro.
El ex gobernador, que ahora milita en Movimiento Ciudadano, comentó que dialogó con Arcos Catalán antes de que tomara protesta, lo que ocurrió apenas el 30 de septiembre pasado. Dijo que estaba lleno de ánimo por su nuevo encargo, en el que solo estuvo seis días.
Comentó que aprovechó para sugerirle que trabajara para todos, porque los chilpancinguenses tenían la esperanza puesta en él. “Es un joven que lamentamos mucho su partida”, insistió. Se sabe que Arcos Catalán tenía 43 años.
Agregó que espera pronto Chilpancingo “encuentre el camino de la paz” y que el caso no debe quedar impune.
Después fueron acercándose al lugar del velorio, hasta llenarse, otros personajes políticos, incluidos algunos dirigentes de los partidos que postularon para el cargo –fue la propuesta de la alianza PRI-PRD-PAN– y conocidos de la familia, pero nunca llegó la gobernadora ni su equipo, tampoco legisladores o líderes de Morena, el partido que ocupa la mayoría de los espacios públicos.
En diferentes momentos del velorio, con mayor insistencia cuando ocurría la misa en la iglesia, antes de llevar el cadáver del alcalde a la catedral, los asistentes corearon la consigna de “¡Justicia!”, lo que se replicó hasta adentro del recinto, donde estaban todos los familiares más cercanos.
Hubo quienes agregaron otras peticiones, como la de paz para Guerrero, para Chilpancingo. Algunos de los asistentes hasta pancartas llevaron para reclamarla. “Queremos paz para Chilpancingo”, se leía en una que portaba un hombre que se plantó frente a los reporteros.
Una persona, entre el tumulto, gritó: “¡Fuera Evelyn!”, y algunos la secundaron de manera tímida.
El alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, fue asesinado y su cabeza cercenada, la cual dejaron sobre la cabina de una camioneta que abandonaron esta tarde en la calle Moctezuma, de la colonia Villa del Roble, ubicada al oriente de esta capital, la tarde de este domingo.
Su asesinato ocurre al sexto día de estar en funciones. Rindió protesta como alcalde de la capital de Guerrero el pasado 30 de septiembre, día en que fueron renovados la mayoría de los ayuntamientos del estado.
El jueves 3 de octubre pasado asesinaron a uno de sus colaboradores más cercanos, el secretario general del Ayuntamiento de Chilpancingo, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, en una calle del centro de la ciudad, y unos días atrás, el 28 de septiembre, antes de que riendiera protesta, asesinaron a quien, se sabía, sería su secretario de Seguridad Pública, Ulises Hernández Martínez.
El resto del cadáver del alcalde estaba dentro de la misma camioneta color blanco abandonada cerca de lo que se conoce como el libramiento a Tixtla, entre los asientos. De acuerdo con los reportes policiacos ahí mismo fue hallada la credencial de elector del alcalde.
Al confirmar los hechos, la Fiscalía General del Estado (FGE) difundió que integraron una carpeta de investigación por el homicidio en agravio del edil. Para que difundieran de manera oficial la confirmación pasaron al menos unas dos horas y media de que circuló la primera versión del crimen.
Pasadas las seis de la tarde se conoció del reporte de un cadáver decapitado en la colonia Villas del Roble –que habrían abandonado desde antes– y con ello circuló la fotografía de una cabeza humana cercenada sobre la cabina de una camioneta; adelantaba del parecido con el alcalde, pero el silencio de las autoridades locales propició la especulación.
Fue hasta la noche que la FGE difundió el comunicado.
Efectivos del Ejército, Guardia Nacional y la Policía Estatal realizaron operaciones en las calles de Chilpancingo, de manera particular, en la zona donde abandonaron el cadáver del edil.
La imagen de archivo corresponde al momento en que se conoció de su ventaja en los votos, que lo apuntalaba como alcalde de Chilpancingo.
Alejandro Arcos asumió la alcaldía de Chilpancingo el 30 de septiembre; sucedía en el cargo a la morenista Norma Otilia Hernández Martínez, a quien expulsaron de las filas de Morena, luego de que en julio del 2023 fue exhibida en un video al reunirse con un hombre armado, a quien la FGE identificó como Celso Ortega Jiménez, líder del grupo del crimen organizado de Los Ardillos.
Después de la confirmación oficial del crimen, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda posteó en redes sociales –la vía por la que más suele dar información– que la sociedad de Guerrero estaba de luto por el asesinato del alcalde.
“He instruido al secretario de Seguridad Pública del Estado intensificar los operativos de vigilancia y proximidad social en diversos puntos de Chilpancingo. Al pueblo guerrerense le reitero el compromiso de mi gobierno de trabajar en coordinación con las autoridades de los distintos órdenes de gobierno para garantizar la paz y la gobernabilidad en Guerrero, procurando avanzar siempre hacia la pacificación de nuestro estado”, es un fragmento de su postura.
De las últimas actividades oficiales que tuvo el alcalde este domingo fue una visita y un recorrido por las colonias Plan de Ayala y Yerbabuena, donde sus habitantes salieron afectados por las lluvias de John.
En sus redes oficiales hay información e imágenes de la actividad que, por la hora del posteo, habrían ocurrido por la mañana. “Junto a mi equipo visitamos las colonias Plan de Ayala y Yerbabuena para asegurarnos de que las familias estén recibiendo el apoyo que necesitan. Nuestra prioridad es proteger a quienes viven en zonas vulnerables y garantizar que se tomen las medidas necesarias”, es parte de la información que difundieron.
De manera oficial, hasta este momento, no hay detalles de qué pasó con el alcalde después de sus compromisos o actividades institucionales, porque solo difundieron otras actividades sin su presencia, por la tarde comenzaron las especulaciones de su asesinato.
Antecedentes políticos
El 3 de octubre, un individuo armado asesinó a balazos al secretario general del Ayuntamiento, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, cuando caminaba en la calle Teófilo Olea y Leyva, a dos cuadras del palacio municipal.
Llevaba tres días en el cargo, tenía 35 años y militaba en las filas del PRD y durante la campaña de Arcos Catalán fue uno de sus operadores políticos.
Arcos Catalán logró el cargo al ser postulado por la coalición PRI-PRD-PAN. Su contrincante cercano, de hecho con un margen mínimo, fue el candidato de Morena, Jorge Salgado Parra. La administración municipal que cerró hace unos días era morenista.
El 28 de septiembre, el ex director de la Unidad de Fuerzas Especiales (UFE) de la policía estatal, Ulises Hernández, fue asesinado a balazos junto con su pareja sentimental, cuando viajaba en un automóvil en la calle 17 de Febrero, de esta ciudad. Lo ubicaban como el próximo secretario de Seguridad Pública municipal.
Alejandro Arcos, tenía 43 años, fue líder juvenil del PRI durante el gobierno interino de Ángel Aguirre Rivero, en la década de los 90 del siglo pasado.
Con la cercanía al grupo de Ángel Aguirre, quien entonces estaba en el PRD, logró ser diputado local del 2012 al 2015. En el 2021, también como perredista, fue candidato a la alcaldía por la alianza PRI-PRD, pero lo derrotó la morenista Norma Otilia Hernández.
En este 2024 compitió nuevamente por la presidencia municipal; ganó con un diferencia de unos 1,800 votos.
Durante la campaña pasada, Salgado Parra y el también candidato a la alcaldía por Movimiento Ciudadano, Víctor Manuel Martínez Toledo, denunciaron que integrantes de un grupo del crimen organizado les impidió realizar actos de proselitismo en comunidades del Valle de El Ocotito y de la Sierra, donde Arcos Catalán sí pudo entrar.
Aquí ocurrió un crimen. Se extinguió una vida. Dos horas y media antes de que la gente volviera a pasar apresurada por aquí, a pie y en carro, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, quien tenía tres días como secretario general del Ayuntamiento, estaba vivo. No era ese bulto boca abajo en la banqueta, frente a la casa mostaza de dos pisos de la calle Teófilo Olea y Leyva, casi esquina con Francisco I. Madero, en el primer cuadro de la ciudad. Es tan fácil morir, basta tan poco.
Frente a esta casa color mostaza asesinaron al secretario general del Ayuntamiento de Chilpancingo.
A una mínima parte de capitalinos, únicamente a los que viven en las dos cuadras entre las calles Morelos y Madero, la cotidianeidad se les trastocó dos horas y media por este homicidio. El asesinato de un funcionario municipal, en el centro, con balazos a quemarropa, fue un contratiempo de dos horas y media. A las seis de la tarde, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez fue baleado por la espalda por un tipo solitario, de acuerdo con los testimonios disponibles. A las ocho y media de la noche, la banqueta donde quedó tirado y corrió su sangre, ya estaba lavada con amoniaco, y la gente volvió a caminar por ahí, sobre el lugar en donde una persona dejó el último aliento.
Algunos ni siquiera supieron que este fue el lugar de un crimen, quienes sí supieron de todos modos pasaron por encima. La vida sigue para los vivos. Hay que caminar, tomar el transporte público, llegar a casa, cenar, dormir. No hay tiempo para contemplar la escena de un crimen, para no pisar donde alguien pasó de un cuerpo tibio a un cadáver.
Los comerciantes y prestadores de servicio del centro de Chilpancingo están familiarizados con los balazos y cadáveres a media calle. A varias personas las asesinaron en un día normal, en una hora normal, en una calle normal. Todo tan normal en un país de más de 300 mil asesinatos.
Durante dos horas y media, dos cuadras del centro fueron cerradas a los autos y personas por las diligencias forenses del asesinato del funcionario municipal.
“Esta vez ni siquiera escuchamos los balazos”, contó una comerciante de Los Portales, un pasillo comercial a un costado de la Iglesia de la Asunción. Explica que, a esa hora, por la víspera del festejo de San Francisco, escucharon cohetes, trompetas y los latigazos de los tlacololeros (personajes de una danza tradicional local). Pero no los balazos.
Hoy viernes 4 de octubre es la fiesta de San Francisco y, en la víspera, realizan la cuelga, un recorrido por las principales calles para anunciar la fiesta. Y de verdad hacen fiesta. Por eso en esta ocasión las balas que quitaron la vida a Francisco Gonzalo no se escucharon.
Francisco Gonzalo tenía tres días en el cargo de secretario general del Ayuntamiento. Protestó el lunes 30, junto a los demás integrantes del gobierno municipal encabezado por Alejandro Arcos Catalán, quien también lleva el mismo tiempo al frente del gobierno capitalino. Arcos Catalán todavía no llegaba al poder cuando ya le habían matado, el viernes 28 de septiembre, a quien sería su secretario de Seguridad Pública, Ulises Hernández Martínez, en el momento más aciago de la contingencia por la presencia del huracán John, fue también en una vía pública y bajo la lluvia.
“Yo no escuché nada y eso que venía hasta adelante de la cuelga”, contó una habitante de San Francisco. A pocos metros de la fiesta ocurrió el asesinato. La cuelga, o sea el recorrido de habitantes y danzas por las calles del barrio de San Francisco, en donde la mayoría no se enteró del crimen, impidió que llegara pronto al sitio del homicidio, la policía y los peritos forenses.
Cuando la policía y los peritos llegaron acordonaron con cintas amarillas dos cuadras céntricas de la ciudad, alrededor de las 6:40. Los autos particulares y las unidades del transporte público dejaron de circular por esas dos cuadras, bajaron por la Morelos y luego subieron por la Galeana y de ahí hacia el mercado. Los comerciantes cercanos, los vendedores de frutas en carretillas, la señora de los elotes, continuaron en sus sitios y hasta vendieron más, porque aparecieron los curiosos, el público antropófago.
-“¡Ya mamá, vámonos! –Imploró un adolescente que llevaba un perro y lo sujetaba por la correa. “¡Ya estuvo bueno!”.
La vida continúo en la esquina de Teófilo Olea y Leyva/Morelos aunque a pocos metros ocurrió el asesinato del funcionario municipal.
-Pérate, aguanta un ratito más, –respondía la madre. Para unos era dolor, para otros espectáculo.
Como a las 8:10, la unidad del Servicio Médico Forense (Semefo) entró a la zona acordonada a recoger el cadáver. A las 8:20 lo recogió. A las 8:25 lavaron la sangre con agua y amoniaco y tallaron la banqueta con una escoba de cerdas negras. A las 8:30 retiraron las cintas amarillas. A las 8:32 la calle fue libre de nuevo.
En la parte norte de la ciudad, donde se junta el afluente del río Huacapa y la corriente de la presa Cerrito Rico, que sigue con las compuertas abiertas, la corriente de agua de las lluvias del fenómeno John, corre con velocidad y se escucha desde varios metros de distancia, como evidencia de su fuerza.
Pero el caudal, de acuerdo con los vecinos, está manso, en comparación con la madrugada del jueves pasado, cuando abrieron las compuertas de la presa y se llevó varios metros del margen del caudal, y con ello las casas, entre ellas, la de los Carmona.
Esta zona que ya no existe, porque fue arrastrada por la corriente, es la Ampliación Valle Verde, antes Asentamiento Jacarandas; era el acceso a la colonia Amate Amarillo, pero el puente que los conectaba tampoco está; se fue junto con el agua.
En lugar del puente hay una corriente con furia, mucho más amplia que antes. Ahora, los habitantes de esa colonia sólo pueden salir y entrar por la colonia Amate, hasta donde deben de caminar, porque el transporte público llegaba por el puente.
A esta altura estaba el puente que comunicaba con la colonia Amate Amarillo.
Los vecinos afectados, que por casualidad estaban a orilla del caudal observando el paso del agua, calcularon que el afluente se llevó unos 10 o 15 metros de relleno de tierra. Es decir, que el afluente del río ganó ese espacio.
En gran parte está crecido en fuerza y espacio, por la cantidad de lluvia que cayó y porque las autoridades a cargo abrieron las compuertas de la presa para desahogarla, desde la mañana del 25 de septiembre, según informó a la prensa local la entonces alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, porque su capacidad estaba en un 75 por ciento.
Pero los vecinos denunciaron que las compuertas de la presa las abrieron el jueves a las cuatro de la mañana del día siguiente; lo supieron en ese mismo momento, porque oyeron la fuerza del agua y, además, pronto se inundaron.
“Nosotros nos salimos desde el primer momento en que abrieron la presa, a las cuatro de la mañana, fue que subió el agua horrible y nos dijeron sálganse, sálganse, pero ya porque el agua estaba en la puerta”, comenta Amayrani Carmona Jerónimo; aseguró que el personal de Protección Civil nunca les avisó que abrirían las compuertas.
En total, informó Amayrani, los afectados de su familia son siete que, a su vez, tienen sus propios núcleos familiares. A la mayoría de todos ellos, les dio refugio una vecina de una colonia cercana, a la cual reconoció como doña Guille.
“Estuvimos reportando que la presa tenía muchísima agua, que estaba llegando al tope, y nos decían no, le falta, le falta. Protección Civil Municipal, Estatal, le estuvimos marcando y nada, nunca vinieron, hasta las cuatro de la mañana y le abrieron”, agrega.
En el mismo grupo de personas estaba Catalina Gálvez Villegas quien, dijo, vivía en la casa de lámina que, se ve, pende hacia la corriente del río, porque el suelo donde estaba cimentada ya no está. Los integrantes de su familia son seis, además de su madre, que tenía su propia casa.
“Son como 10 familias, más o menos, que perdimos todo”, menciona Amayrani.
Pronto llegaron hasta el caudal del río más personas; creyeron que personal de instituciones oficiales fueron para censarlos y aun cuando supieron que la charla era con intereses periodísticos, pidieron incluir sus nombres, con el propósito de que les llegue algún tipo de ayuda, porque, se quejaron de que nadie se ha acercado.
La mayoría de ellos, denunciaron en diferentes momentos, que la entonces alcaldesa, el jueves muy temprano fue, acompañada de sus colaboradores, a la entrada del asentamiento, hasta donde permitía el nivel del agua, sólo a tomarse una fotografía. Unos compartieron que les dijo que todo estaba bien, pero ya no volvió.
En el grupo de difusión de WhatsApp de la administración de Hernández Martínez compartieron a las 10:37 de la mañana de ese jueves, las fotografías de las que hablan los vecinos, junto a un boletín de prensa, donde se lee, en nombre de la exalcaldesa, lo siguiente: “Hemos iniciado con el traslado de familias de la colonia Amate Amarillo a refugios temporales, con el fin de proteger su integridad física”. Incluyeron unos números telefónicos para en caso de necesitar ayuda, pero la telefonía y la luz fallaron en la ciudad.
Según Inés Jerónimo Alonso, madre de Amayrani, al refugio al que los mandó la exalcaldesa, la escuela primaria cercana al Fraccionamiento Suspeg, no estaba habilitado.
El recuento de daños por las lluvias, producto del fenómeno natural John, coincidió con el relevo de los ayuntamientos. Entre el domingo 29 y el lunes 30 de septiembre varios de los cabildos fueron renovados; en Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán rindió protesta como nuevo alcalde de la capital del estado.
Otro aspecto, que no exponen los vecinos, pero es conocido en la ciudad, es que estos asentamientos son de riesgo, porque están a la ribera del encauzamiento del río Huacapa, que desde hace años funciona como un desagüe a cielo abierto de la ciudad. Muchas familias, a lo largo de su cauce, que cruza de norte a sur, están apostados en los márgenes con casas de diferentes presupuestos. El tema es que varias de estas colonias fueron regularizadas.
Cada temporal de lluvias o de este tipo de fenómenos, en este punto del norte, el río reconoce su cauce y se lleva varios metros de tierra. En septiembre del 2013, durante los fenómenos de Ingrid y Manuel, ocurrió algo similar, se llevó parte de estas mismas casas e inundó algunas de Amate Amarillo.
Algunos de los afectados de la Ampliación Valle Verde que se reunieron a la orilla del río Huacapa para ver su cauce. Del lado izquierdo de la imagen estaban sus casas que se llevó el caudal.
De acuerdo con Amayrani, en el asentamiento que se fue con el agua, los recibos de luz salen con el nombre de Ampliación Valle Verde, lo que habla de cierta formalidad de la colonia evidentemente inestable.
Varias de las casas de la colonia Los Tanques tienen cuarteaduras en el piso producto de las lluvias del huracán John
Texto y foto: Marlén Castro
Chilpancingo
Lunes 30 de septiembre del 2024
Este sábado 28 de septiembre, alrededor de las once de la mañana, América Sánchez salió al patio de su casa, en la colonia Los Tanques, al oriente de la ciudad, cuando notó que una cuarteadura atravesaba por completo su propiedad. Por las lluvias que trajo consigo el huracán John desde el lunes 23 de septiembre se mantenía encerrada en su casa. Esa mañana del sábado salió al patio para alistar algunas cosas para preparar el almuerzo.
Habitantes de colonias del oriente y sur de la ciudad en el gimnasio de la Uagro, habilitado como refugio para los afectados por el huracán John.
“Cuando vi la grieta, inmediatamente entré a la casa y le dije a mi marido no podemos seguir más aquí, de inmediato comenzamos a prepararnos para salir, que fue únicamente ponernos ropa para abrigarnos más porque llovía mucho”.
América contó que fue alrededor de 20 minutos los que tardaron más en su casa. El tiempo que los llevó sacar documentos importantes como las actas de nacimiento de sus hijas y de las escuelas de las niñas, una de 14, una de cuatro y una de tres.
En esos 20 minutos vio como en el patio comenzaron a formarse más cuarteaduras en el suelo. Sintió que incluso no alcanzarían a salir.
“Cuando volví a ver el patio, ya tenía más cuarteaduras, eran muchos cuadritos, como si se estuviera rompiendo el suelo”.
América recuerda que llovía muchísimo cuando salieron. Salieron a pie y se dirigieron a la casa de un familiar en la colonia Ignacio Manuel Altamirano. Llegaron empapados. En la casa de su familiar sólo estuvieron un rato para descansar y secarse. Desde que salieron de su casa pensaron en llegar a un refugio. Días antes, algunos vecinos le contaron que ya había espacios habilitados en la ciudad. Pensó que nunca iba a estar en la situación de salirse de casa y no se informó en dónde estaban esos refugios.
América y sus niñas en el albergue de la Uagro, en dónde están refugiadas desde el sábado 28 de septiembre.
“En la casa de mi familiar en la Altamirano tomamos una combi y cuando llegamos a la parada del centro preguntamos a la gente de ahí si sabían de algún refugio cerca y nos dijeron que en las canchas de la Universidad Autónoma de Guerrero”.
América Sánchez, su esposo y sus tres hijas es una de las 293 personas refugiadas en el área del Gimnasio de la Universidad Autónoma de Guerrero, en la calle Moisés Guevara, muy cerca del centro de la ciudad.
Este lunes, América subió a ver cómo estaba su casa. El sábado salieron sin tiempo de dejarla segura y subió esta mañana para cerrarla. Este lunes, a pesar de la advertencia de la presencia de otra tormenta tropical, en la capital salió un sol brillante. La gente comenzó a salir de sus casas.
“Subí sólo pensando en asegurar mi casa, aunque ya era tarde, ya me robaron el tanque de gas y los tambos en los que guardo el agua”.
A América la perdida de sus cosas no le preocupa mucho. Le preocupó, dice, ver cómo está el cerro que rodea las casas de la colonia Los Tanques, a la que se accede por el punto conocido como el salón Sortilegio, por el carril sur-norte de la carretera federal.
“Es impresionante cómo un cerro que se ve macizo, seguro, se le hicieron unas zanjas enormes. Me sentí minúscula al lado de esas zanjas y muy frágil. Sé que no es seguro regresar a casa”.
América dice que no volverá a su casa por la seguridad de sus niñas y también de ella y su marido. Espera que haya oportunidad de que los reubiquen en otro punto de la ciudad.
“Ojalá tengamos esa oportunidad, sino ya veremos cómo le haremos, pero a nuestra casa no podemos volver”.
Habitantes de las comunidades Pueblo Viejo y Escalerillas, del municipio de Heliodoro Castillo, quienes bajaron a Chilpancingo y no pudieron regresar a sus pueblos por las lluvias habilitaron hoy en la Alameda Granados Maldonado un centro de acopio de víveres para las personas que permanecen en esos pueblos, de los que no pueden salir porque la carretera quedó destrozada.
Habitantes de Pueblo Viejo y Escalerillas, municipio de Heliodoro Castillo, recolectan víveres para la gente que se quedó atrapada en sus comunidades por las lluvias de John.
Godofredo Dimas Valdivia contó que el pasado lunes 23 de septiembre, alrededor de las dos de la tarde, salió a comprar despensa y diferentes mercancías a Chilpancingo. Indicó que con frecuencia, cada 10 o 15 días, viaja a la capital guerrerense porque necesita surtir una tienda de abarrotes que tiene en Pueblo Viejo y comprar para su despensa personal.
Así luce Pueblo Viejo, municipio de Heliodoro Castillo. Los habitantes no pueden salir por las condiciones del camino.
Pueblo Viejo es una comunidad de alrededor 1,200 habitantes, de acuerdo con los mismos pobladores, aunque el censo del INEGI reportó que viven ahí 871 habitantes.
El trayecto de Pueblo Viejo a Chilpancingo es de alrededor de siete horas. Godofredo suele quedarse a dormir en la capital y al día siguiente regresar a Pueblo Viejo. En esta ocasión, narró que sus familiares le indicaron la mañana del martes 24 de septiembre que el camino ya era intransitable y le recomendaron regresar hasta que hubiera condiciones.
Desde entonces, todo empeoró.
El miércoles 25, los habitantes de Pueblo Viejo y Escalerillas, en donde sólo permanecen dos familias, debido al desplazamiento forzado interno que ocasionó la violencia en la zona cerrada, quedaron incomunicados porque un tramo de la carretera de la Sierra del Filo Mayor, en el punto conocido como La Vuelta del Sur, se lo llevó el agua. Este punto se ubica a una hora y media de Pueblo Viejo. En el trayecto de La Vuelta del Sur hay otras rancherías con dos o tres familias que también quedaron incomunicados.
Esta carretera que recorre el Filo Mayor de la Sierra parte del punto conocido como Casa Verde, sobre la carretera federal México-Acapulco, adelante de Zumpango, la cabecera del municipio de Eduardo Neri. Serpentea por varias comunidades de la Sierra baja, como Xochipala, La Escalera y llega hasta Vallecitos de Zaragoza, la parte más encumbrada de la sierra, municipio de José Azueta.
En el centro de acopio instalado en la Alameda están el maestro del Telebachillerato de Pueblo Viejo, Miguel Angel Bernardino Guzmán, Osvaldo Maclovio Hernández, Alberto Oyorzábal González y Sarahí Marcelo Hernández.
Pidieron a la población de Chilpancingo su solidaridad para los habitantes de la Sierra quienes han perdido parte de su patrimonio y, sobretodo, necesitan alimentos para subsistir.
Demandaron al gobierno de Evelyn Salgado Pineda atender con prioridad a las comunidades alejadas de los principales centros urbanos, porque tienen menos posibilidades de resolver sus situaciones con sus propios recursos humanos y económicos.
Contaron que en Pueblo Viejo la gente sigue ahí porque no puede salir, pero sienten temor porque el cerro se deslavó, lo que ocasionó daños, porque las piedras y el lodo cayeron sobre las viviendas.
Dijeron que temen por sus vidas porque en la Sierra sigue lloviendo y creen que el cerro puede deslavarse más. Pidieron al gobierno del estado que lleve maquinaria pesada para habilitar la carretera para que en caso de que haya más deslizamiento puedan salir.
El encauzamiento del río Huacapa sigue cerrado en varios puntos. La corriente todavía fluye con fuerza
Texto: Amapola Periodismo
Foto: Jesús Guerrero
Chilpancingo
Sábado 28 de septiembre del 2024
Debido a que varios puntos de las vialidades que bordean el encauzamiento del río Huacapa están cerrados por los estragos de John, y a que muchos de los habitantes salieron de sus casas para hacer compras y trámites, el tránsito peatonal y vehicular está lento en el centro de la ciudad, lo que ha provocado una aglomeración por las principales vías.
La corriente por el encauzamiento del río Huacapa, aun cuando bajo un poco su nivel, debido a que las lluvias pararon desde ayer al anochecer, todavía corre con fuerza, por ende el riesgo continúa. El Ayuntamiento de Chilpancingo informó mediante un comunicado que lograron evacuar a las personas que viven en los puntos más complicados a la ribera del río; descartó saldos con víctimas mayores.
Esta sábado amaneció sin lluvia y con el cielo despejado, después de que las precipitaciones no pararon desde el lunes por la tarde, a causa de un fenómeno natural que tuvo saltos entre las categorías de huracán, tormenta tropical y ciclón, lo que ocasionó daños en diferentes partes de Guerrero.
Aun con esta tregua del clima, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil Guerrero advirtió que las lluvias continuarían y, además, reportó que se “mantienen en vigilancia y monitoreo una zona de inestabilidad en el Océano Pacífico, la cual podría dar origen a un nuevo ciclón tropical”. Para las 17:00 horas estaba nublado en la ciudad.
Desde temprano se observó en las calles del centro de la ciudad un flujo que desde hace cuatro días era inusual; desde el mercado municipal Baltasar R Leyva Mancilla hasta el zócalo el tráfico es complicado, aun cuando a simple vista hay muchas menos unidades del transporte público en funcionamiento.
Vehículos oficiales del gobierno estatal, en particular en el área del mercado municipal, hacían la labor de trasladar a los habitantes a sus colonias. Unos hombres, que por el chaleco que portaban se entiende que son burócratas, bajaron de una camioneta blanca Pick Up, con insignias oficiales y una lona en la que se leía el nombre de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, para preguntarle a un grupo de personas que a dónde se dirigían para llevarlos. Las personas se subieron en la parte trasera, después de decir que iban hasta el Crucero a Chichihualco.
El pleno zócalo de la ciudad, donde están varias sucursales bancarias, las filas de personas eran largas, las que complicó el flujo porque, además, hoy reabrieron varios de los negocios, de giros distintos, que llevaban días cerrados por las lluvias.
El cierre del paso por el encauzamiento Huacapa, que va de norte hasta el sur, es decir, atraviesa toda la ciudad, limita el flujo sólo a las calles y avenidas céntricas, en particular, Insurgentes, Juárez, Ignacio Ramírez, Lázaro Cárdenas, Álvarez, es decir, los dos sentidos de la parte habitacional interna.
Entre las dos y tres de la tarde, el tráfico era tan complicado, que el tramo del zócalo hasta el mercado podían invertirse hasta unos 40 minutos, cuando en otros momentos el paso es fluido y llevas unos instantes.
Para las seis de la tarde, las lluvias comenzaron otra vez en la ciudad.
El encauzamiento del río Huacapa, que atraviesa Chilpancingo, comenzó a desbordarse alrededor de las 11:30 de este jueves, en lo que es el cuarto día de lluvias que trajo John consigo, primero como huracán, luego como tormenta tropical y este jueves de nuevo como huracán.
Por si fuera poco, alrededor de la una de la tarde tembló.
Fue una sacudida breve, pero intensa, que volvió a traer a la mente el pánico asociado a septiembre y los temblores, casi siempre, en este mes.
El Servicio Sismológico Nacional reportó que el temblor fue de 5.3 grados, con epicentro en Ciudad Altamirano, en la región de la Tierra Caliente.
Momentos antes, alrededor de las 12:40 de la tarde, también se fue la electricidad.
La sacudida del movimiento telúrico estuvo intensa, pero con esta lluvia nadie salió a las calles para ponerse a salvo, porque con las corrientes de agua, no son seguras, además la sacudida fue rápida.
Entre los habitantes de la ciudad hay temor. Las personas a orillas del encauzamiento del Huacapa están pendientes del cauce.
Alrededor de las 11:40 del día, el río se desbordó por varios puntos del norte de la ciudad, por los puentes de las colonias Bugambilias y Galeana, por el sur de la ciudad, donde, casi siempre, el agua brava que baja de las comunidades de la sierra causa estragos.
Unos 20 minutos después también comenzó a desbordarse por algunos puntos del sur de la ciudad, por donde el río termina su paso por la ciudad de Chilpancingo, como las colonias Río Azul y La Cinca.
Por las partes céntricas, las aguas lodosas del Huacapa pasan rugiendo.
Como llueve intensamente, la gente de las orillas solo se asoma un rato, toma fotos y se vuelve a meter a sus casas.