Siguen sin reponer la velaria del Teatro Hundido en la alameda

Texto: Amapola Periodismo

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

Dos años después de que colapsó la velaria que cubría el Teatro Hundido de la Alameda Granados Maldonado, en Chilpancingo, no es rehabilitada.

El 7 de abril del 2021, todavía en la administración del ex presidente Antonio Gaspar Beltrán, una parte de la velaria de unos 10 metros de diámetro que cubría el Teatro Hundido colapsó y optaron por retirarla para un percanse a las personas que se sientan o pasan por ese lugar.

En ese entonces, Protección Civil Municipal reportó que la causa del colapso fue el deterioro y desgaste de la velaria que fue colocada en el 2013, además «de las fuertes corrientes de aire» que pasaron en esos días.

La velaria fue retirada en su totalidad el 8 de abril del 2021 junto con la estructura que la sostenía.

El gobierno de Gaspar Beltrán comentó que la velaria sería instalada nuevamente, en septiembre de 2021, cinco meses después del incidente, Gaspar Beltrán dejó el cargo como presidente municipal sin colocar la velaria.

El Teatro Hundido es uno de los lugares más visitados por los chilpancingueños, para muchos es un punto de encuentro, para otros un lugar de descanso, principalmente para los estudiantes de las preparatorias y de la secundaria que están cerca del teatro.

Además de ser concurrido, era un lugar donde se realizaban eventos culturales como conciertos, bazares y concursos.

Actualmente el lugar ya no es utilizado para los eventos, el último fue la eliminatoria del certamen de Flor de Noche Buena del barrio de Santa Cruz, en noviembre del año pasado.

En la administración de la actual presidenta, Normal Otilia Hernández Martínez, tampoco han restaurado o intentado colocar una nueva velaría.

En mayo del 2022, Hernández Martínez realizó una remodelación en la Alameda Granados Maldonado; quitó el monumento a los caídos del movimiento de 1960 y una fuente, y colocaron juegos infantiles para niños.

La Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero (APG) se pronunció en contra de dichas remodelaciones y quitaron las resbaladillas y columpios colocados en el lugar.

Aun con la remodelación, la velaria no fue contemplada.

«Yo pienso que sí hace falta, aquí es un lugar donde muchos venimos a descansar un rato después de clases, nos sentamos en las escaleras del teatro y nos cubría del sol, ahora que no hay velaria, pues, nos tenemos que aguantar y más en esta época de calor», mencionó Maritza González, estudiante de la Facultad de Enfermería.

El único cambio que ha tenido el Teatro Hundido en esta administración es la colocación de algunos tendidos de colores y de papel.

Hasta el momento Hernández Martínez no informa si tiene algún proyecto para colocar la velaria que por muchos años dio sombra a los chilpancingueños.

 

Desabasto de agua en Chilpancingo, una historia que no acaba ni acabará

Texto: José Miguel Sánchez

Fotografía: José Luis de la Cruz (Archivo)

Chilpancingo 

 

Desde hace varios años Chilpancingo superó la cantidad de habitantes a los que puede suministrar el agua, los cuatros puntos de captación actuales son insuficientes para atener a las 700 colonias y más de 200,000 habitantes que diario necesitan el abasto.

El abastecimiento eficiente de agua es un problema que ninguna administración municipal y de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (CAPACH) ha resuelto. Muchas familias viven cada día con la incertidumbre de si les llegará a sus casas.

Pedro Nava, vecino de la calle 5 de mayo, en el centro de Chilpancingo, contó que desde hace un mes no le llega agua, «cuando antes, hace unos 10 años, cada tres días nos llegaba».

Casos como el de los vecinos de la calle 5 de mayo, es recurrente en la capital, pero también en zonas más alejadas, donde el desabasto de agua tarda de dos a tres meses

A la ciudad ingresan 250 litros por segundo en tiempo de estiaje y en lluvias asciende a sólo 300 o 400 litros, pero necesitan 650 litros por segundo para abastecer a Chilpancingo de una manera eficiente, de acuerdo con datos de CAPACH.

¿De dónde se abastece de agua a Chilpancingo?

De acuerdo con datos de la CAPACH, son tres las principales fuentes de abastecimiento de agua para las familias de esta capital: Omiltemi, Acahuizotla y Mochitlán.

Omiltemi surte a las colonias del norte, noreste y poniente de la ciudad, mientras que Acahuizotla y Mochitlán a la zona sur y sureste.

En menor medida, el sistema de Peña Rajada surte a algunas colonias del poniente de la ciudad.

Cada una de estas fuentes de abastecimiento generan de manera individual entre 70 y 80 litros por segundos, lo cual es insuficiente para una ciudad de 225,493 habitantes.

El director de atención integral de CAPACH, Arturo Martínez Carranza, aclaró que los tiempos para que Capach otorgue el servicio de agua a determinada colonia dependen de la cantidad o temporada de captación de agua en cualquiera de los tres principales sistemas.

“CAPACH tarda mucho en surtir agua en las colonias porque no tenemos de donde sacar más, debido a que los tres sistemas principales en época de estiaje no captan lo suficiente”, explicó Martínez Carranza en entrevista.

Otro problema para garantizar el abastecimiento es que los tres puntos de producción de agua son los mismos que los de hace 60 años, además de que con los años las colonias y habitantes en Chilpancingo aumentaron.

Hasta en la década de los ochentas eran 60 colonias y cuatro barrios, ahora son más de 700, señala un informe de la Dirección de Barrios y Colonias del Ayuntamiento de Chilpancingo.

Para CAPACH, dijo Martínez Carranza, son dos los principales problemas que enfrentan como institución, lo que impide garantizar a la población el suministro de agua.

El primero es la poca captación de agua en los sistemas, y el segundo es un déficit financiero, según ellos, generado por los usuarios morosos.

De las 42,000 tomas de los usuarios que tienen registradas, sólo 12,000 tienen sus pagos al corriente.

Aumentan protestas por abasto

Desde el inicio de este año, familias de colonias y barrios de Chilpancingo salieron a las calles a protestar por el desabasto de agua.

Han realizado bloqueos en las calles del centro de la ciudad y en los perímetros de los barrios de San Mateo y San Antonio.

En el barrio de San Antonio, el pasado 17 de diciembre hubo una pelea entre los vecinos que bloquearon la calle Abasolo y un automovilista que a golpes intentó cruzar por la protesta.

Es precisamente en los cuatro primeros meses del año cuando se registran estas movilizaciones por ser la época de mayor estiaje.

La administración municipal de la morenista Norma Otilia Hernández Martínez intentó tener una calendarización por día de las colonias que serían abastecidas de agua.

Como una medida de contención para los bloqueos y para informar a los colonos el día de abastecimiento.

Dicha calendarización no funcionó y a los pocos meses dejaron de publicarlo en las redes sociales del ayuntamiento y de la CAPACH.

Los habitantes de la comunidad de Acahuizotla también mantienen tomadas las instalaciones de la planta de suministro de agua del sistema de bombeo.

La toma de esta planta afecta el suministro de agua a un sector de habitantes de Chilpancingo desde el pasado viernes.

Esta acción de los habitantes de Acahuizotla es porque la alcaldesa de Chilpancingo no les cumplió con la realización de obras sociales en su comunidad.

Una de las demandas incumplidas es la segunda fase del sistema de agua en beneficio de esta comunidad.

Denunciaron que en el 2021 realizaron la primera fase de esta obra, pero los trabajos fueron hechos de mala calidad.

Hernández Martínez les propuso que dialogaran con el secretario de Obras municipal, Carlos Leyva Vázquez, pero se negaron porque consideran que el funcionario no tiene la capacidad para darles una solución.

Los habitantes de Acahuizotla también le reclaman a la alcaldesa de Chilpancingo la realización de otras obras, como la pavimentación de calles.

Recordaron que desde que la alcaldesa inició su gobierno se comprometió a llevar a cabo estas obras.

Los pobladores de esta localidad, ubicada a 30 minutos de esta capital, cumplieron tres días con la toma de la planta.

En la imagen, vecinos de la calle 5 mayo bloquean el cruce con Doctor Liceaga para exigir al Ayuntamiento de Chilpancingo el suministro de agua el pasado mes de abril de 2021. Foto: José Luis de la Cruz (Archivo)

 

La alameda Granados Maldonado, el paseo de los capitalinos, era un terreno de Nicolás Bravo

Este espacio no siempre se llamó Alameda Granados Maldonado y en su historia está uno de los personajes más importantes que hubo en el Guerra de Independencia.


Texto: José Miguel Sánchez

Foto: Isaac Rodríguez

26 de mayo de 2021

Chilpancingo

La actual Alameda Granados Maldonado cumple 170 años de existencia. De acuerdo con fuentes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fue Nicolás Bravo Rueda, el caudillo de la independencia y originario de esta ciudad quien pensó que a Chilpancingo le hacían falta espacios para el descanso de los habitantes.

En la actualidad es muy común ver a personas paseando o descansando en la alameda. Por el día disfrutando de un raspado y, en la tarde, un elote o esquite.

Este espacio no siempre se llamó Alameda Granados Maldonado y en su historia está uno de los personajes más importantes que hubo en el Guerra de Independencia.

El 10 de noviembre de 1850 Nicolás Bravo convoco a una reunión a los pobladores de Chilpancingo donde comentó la importancia de espacios públicos para el descanso de la población.

“Es deber de las autoridades y el vecindario procurar por cuantos medios sean posibles la comodidad, ornato y decoro de una población”, dijo el general Bravo en aquella reunión, según la historiadora del INAH, María Teresa Pavía Miller.

Fue así como Nicolás Bravo dona a la ciudad de Chilpancingo un predio destinado a la creación de espacios públicos. Dicha donación consta en un acta de asamblea que conserva el archivo del INAH, delegación Guerrero.

La alameda, lugar histórico

El terreno que donó era de su propiedad. Se ubicaba en un área conocida en ese entonces como El Chapitel. Dicho predio se extendía desde el río Huacapa hasta lo que hoy es la avenida Vicente Guerrero.

El espacio que donó Nicolás Bravo es la manzana donde actualmente se ubica el zoológico Zoochilpan, las instalaciones de la Universidad Autónoma de Guerrero, la Escuela de Música Margarito Damián Vargas y por supuesto la alameda Granados Maldonado.

Por mucho tiempo la alameda fungió como parque central de la ciudad y se le llamaba Alameda del Chapital. De acuerdo con datos de Pavía Miller, el 2 de febrero de 1912, en sesión del cabildo municipal se propuso el cambio de nombre por Jardín Francisco Granados Maldonado.

El cabildo de la ciudad invitó a la población a participar en la remodelación del jardín donando plantas y bancas, o ayudando en el construcción de las jardineras.

Meses después, en la sesión del 27 de abril, los regidores decidieron que el Jardín Francisco Granados Maldonado fuera inaugurado el 5 de mayo de ese año. Así la Alameda del Chapitel cambió su nombre a Alameda Granados Maldonado.

De acuerdo con la Enciclopedia Guerrerense, Francisco Granados Maldonado fue un educador, poeta y dramaturgo. Primer director del Instituto del Estado de Guerrero. Publicó junto con Francisco González Bocanegra una revista literaria titulada Semana de las Señoritas.

Se desconoce la fecha y lugar de su nacimiento solo se sabe que murió el 2 de febrero de 1872 en Chilpancingo.

En la historia moderna del estado, la Alameda Granados Maldonado ha tenido algunos papeles protagónicos.

El 30 de diciembre de 1960, tropas del ejército federal reprimieron el movimiento estudiantil y popular que se había organizado en los meses de octubre, noviembre y diciembre.

Dicho movimiento pretendía la autonomía del Colegio del Estado. En la represión, el ejército asesinó a 19 manifestantes ese día.

Salir de la versión móvil