Las aves tenían su hogar en la colonia Ruffo Figueroa, pero las palmeras y árboles donde habitaban fueron podados
Texto: Andrea Mendoza Foto: Antonio Castañon 4 de agosto de 2024 Chilpancingo
Desde hace una semana una parvada de aproximadamente nueve cotorros (Psittacoidea) fueron vistos en el zócalo y alameda de la ciudad capitalina.
Dichas aves se posicionaron en los árboles y palmeras más altas para buscar refugio y comida.
El color verde limón y sus fuertes sonidos se notaron en el zócalo de la ciudad; los pericos revoloteaban de árbol en árbol mientras buscaban frutos y sombra.
La bióloga Marisol Castro Torreblanca, integrante del Club de Observadores de Aves en Chilpancingo y coordinadora del Programa de Aves Urbanas de Guerrero (PAU), informó que estos cotorros llevan más de diez años como parte de la biodiversidad de la ciudad.
Se pueden hallar y escuchar en el norte de la ciudad, donde comúnmente hacen sus hogares.
Comentó que dichas aves tenían su hogar en los árboles y palmeras de la colonia Ruffo Figueroa, al norte de la ciudad pero también es un sitio céntrico, sin embargo, desde hace algunos días algunas personas se percataron de que varias palmeras y arboles fueron podados, por lo que las aves tuvieron que buscar otro hogar.
Los cotorros en el estado de Guerrero suelen hallarse en las costas o en la cuenca del río Balsas, por lo que estos ejemplares en Chilpancingo probablemente fueron puestos en libertad después del cautiverio o escaparon.
La bióloga mencionó que la mejor recomendación para que estos cotorros puedan coexistir en Chilpancingo y ser parte de la biodiversidad que tenemos en la capital es solo admirarlos de lejos.
Informó que hay denuncias de que algunas personas intentan cazarlos para su venta.
Incluso otros los usan como un objeto para lastimarlos por medio de resorteras o con piedras, como una forma de juego cruel, que en palabras correctas, se cataloga como maltrato animal.
Desde el 2017, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) estipuló mediante leyes la venta ilegal y el maltrato animal de aves, por lo que tener una en cautiverio se considera un delito, incluso muy similar al de un secuestro o asesinato.
Por el momento, las aves se hallan en el centro de la ciudad, y probablemente pasen esta temporada de verano e invierno allí, por lo que se podrán observar en días soleados revolotear por el zócalo.
Colorín pecho naranja es una ave endémica de México y una de las más hermosas que se pueden ver en Guerrero, pero por sus llamativas características son víctimas de tráfico para venderlas como mascotas y así condenarlas a vivir en cautiverio.
Depende de la región, el nombre del ave es cambiada por los lugareños. Otros nombres que les asignan son colorín ventridorado, colorín pechinaranja o azulillo pechinaranja, pero el más común es colorín pecho naranja. Su nombre científico es Passerina leclancherii.
Estas aves son muy pequeñas, pero de gran belleza; en su etapa adulta miden 12 centímetros. Los machos tienen el plumaje de sus dorsales color azul, la corona verde y una mancha verde por la espalda; sus ventrales y máscara son de un amarillo brillante y al altura del pecho les nace un tono naranja. Las hembras son pardo oliváceo en el dorso, amarillo limón en las parte ventrales y tienen un anillo ocular amarillo.
De acuerdo con la maestra en Ciencias Biológicas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Marisol Castro Torreblanca, esta ave no está en ninguna categoría de amenaza de las Normas Oficiales Mexicanas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). No hay información puntual que determine que esta especie esté en riesgo o que sea vulnerable.
El ave en realidad habita desde Jalisco hasta Oaxaca, entre ellos está Guerrero. Castro Torreblanca, quien además es bióloga egresada de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), en entrevista explicó que la distribución de esta ave es por toda la franja costera de la entidad; también por la cuenca del río Balsas, y otros puntos donde la vegetación es selva baja caducifolia, bosques arbustivos, zonas de hierbas y áreas de pastos abiertos y tierras de cultivo abandonadas.
La alimentación principal de esta especie son insectos, semillas y en ocasiones frutos, debido a eso ayudan en gran medida a los ecosistemas naturales porque podría considerárseles dispersores de semillas y, además, controlan las poblaciones de insectos que se consideran plagas.
Extracción ilegal, un problema para la vida silvestre
Castro Torreblanca puntualizó que la caza de ésta y cualquier otra especie tiene impactos negativos en el ecosistema, porque las poblaciones pueden disminuir y no habrá quién cumpla las funciones de dispersión de semillas y control de plagas.
El biólogo Enrique Vázquez Arroyo externó su preocupación en la red social de Facebook por la extracción de esta ave para la venta ilegal como mascota, porque, aun cuando no está catalogada en amenaza, consideró que la extracción de cualquier especie de flora o fauna silvestre debe denunciarse.
En el mercado municipal Baltasar R Leyva Mancilla, de Chilpancingo, principalmente los fines de semanas, se observan decenas de aves enjauladas para la venta sin que haya una consecuencia por tráfico de especies.
La maestra en Ciencias Biológicas y coordinadora del Programa Aves Urbanas (PAU) Chilpancingo dijo que las autoridades no han actuado por frenar la caza de esta ave, quizá porque de manera oficial no está en riesgo, sin que esto niegue un problema por la caza ilegal de la especie.
La maestra también comentó que hay ejemplares que probablemente están a la venta y que provienen de alguna Unidad de Manejo Ambiental (UMA) o de Predios o Instalaciones que Manejan Vida Silvestre (PIMVS), espacios donde la vida silvestre es confinada con propósitos de reproducción controlada o son poblaciones para su aprovechamiento con fines comerciales, pero, insiste, los interesados deben cerciorarse de que todo esté en regla al momento de comprarlas.
Hay instituciones que tienen las responsabilidad del cuidado de las especies de flora y fauna y de vigilar y evaluar el cumplimiento de las disposiciones jurídicas aplicables para la restauración, preservación y protección de los recursos naturales, como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Procuraduría de Protección Ambiental del Estado de Guerrero (Propaeg).
Castro Torreblanca comentó que en Guerrero estas instituciones no vigilan ni supervisan la venta ilegal de las poblaciones de las aves silvestres y de la fauna en general.
Dijo que hacer una denuncia para atender la venta ilegal de fauna silvestre es un trámite engorroso porque es un delito federal y, aún así, la supervisión y la vigilancia no se lleva a cabo.
El registro y observación de especies como parte de este reto se llevará a cabo el 28 de abril en el bioparque Ranchito Viejo, en Petaquillas, de Chilpancingo
Texto: Alberto Ramírez
Foto: Marisol Castro Torreblanca
Martes 23 de abril del 2024
Chilpancingo
iNaturaList lanzó el Reto Naturalista Urbano 2024, una iniciativa Internacional que busca conocer y valorar la biodiversidad que habita en las zonas urbanas de la región.
La actividad consiste en que las personas salgan a explorar su municipio y observen, plantas, animales y hongos que encuentren en su recorrido.
Las especies que se observen pueden ser conocidas o nuevas, no hay excepción.
Para participar en este reto es importante descargar la aplicación iNaturalist, es totalmente gratuita y está disponible en App Store y en Google Play.
Al crear la cuenta en esta aplicación es indispensable registrar el municipio en el que te encuentres y seleccionar y unirse al proyecto participante.
En la aplicación se tienen que subir fotos o vídeos de las especies que observaste y agregarle una pequeña descripción.
Las ciudades y municipios que tengan mayor número de observaciones y especies registradas recibirán un reconocimiento. Si bien esto no es una competencia, la actividad sirve para aprender y conectar con la naturaleza.
Participar en el reto ayudará a que conozcan mejor las distintas especies que hay en el entorno, muchas de ellas por no tener tiempo o no poner atención pasan inadvertidas.
Con esto también aportan a la ciencia ciudadana, pues las observaciones realizadas en este reto ayudarán a los científicos a comprender mejor la distribución y conservación de las especies urbanas.
De manera individual, el reto ayudará a conectar con la naturaleza y eso trae beneficios para la salud física y mental.
Se puede participar de manera individual o grupal con familiares y amigos.
El grupo Observadores de Aves de Chilpancingo lanzó el pasado jueves 19 de abril la invitación para las personas que se quieran unir al reto. El grupo organiza en Chilpancingo la realización del Reto Naturalista Urbano 2024.
También se realizará un picnic entre los participantes. La actividad se llevará a cabo en Ranchito Viejo, un bioparque de la comunidad de Petaquillas, el domingo 28 de abril de 8 de la mañana a 2 de la tarde.
El principal requisito es descargar la aplicación iNaturaList en su celular, para realizar el registro y para más información enviar un mensaje a la página de Facebook Observadores de Aves de Chilpancingo.
iNaturaList es un espacio en donde se puede aprender sobre la flora y la fauna de México y del mundo.
Ahí se comparten los registros de lo que se observa en la naturaleza.
Es un espacio formado por profesionistas y aficionados inmersos en lo que pasa con la naturaleza, en específico con los animales y plantas.
La actividad que realiza el grupo de observadores de aves en Chilpancingo consiste en salir a observar las aves y talleres relacionados con la naturaleza con el propósito de registrar y de contar a las aves en las localidades o áreas que se visiten.
Marisol Castro Torreblanca, bióloga egresada de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), es una de las coordinadoras de esta actividad.
La bióloga comentó que salen a realizar caminatas por las mañanas o en las tardes para observar y hacer el registro de aves.
En estas caminatas se comparte la información de las aves observadas de qué colores son, nombre común y científico, entre otros datos.
Toda esta observación se hace con binoculares que ellos mismos les prestan a los asistentes.
Los participantes identifican las aves a través de guías que también les prestan los coordinadores con la finalidad de que aprendan y realicen correctamente el registro.
En ocasiones hacen talleres a la par de las observaciones, donde les enseñan a los participantes a utilizar estas guías y aplicaciones digitales que sirven para la identificación de las aves ya sea en el recorrido, en sus perspectivas casas o en alguna área verde.
Esta actividad es una iniciativa a nivel internacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Esta institución tiene un programa llamado Programa de Aves Urbanas (PAU), que funciona en México y en otros países de América Latina.
El Programa de Aves Urbanas (PAU) promueve la observación, el conocimiento, el cuidado y la protección de las aves y de su entorno, también promueve que cualquier persona pueda ser partícipe de algo que se llama ciencia ciudadana.
La biologa explicó que la ciencia ciudadana tiene como propósito que la ciudadanía conozca a las aves, que sepan cómo se llaman, dónde están, por dónde se mueven y ellos con sus observaciones contribuyan a hacer ciencia participativa.
Al finalizar los recorridos y el conteo de las aves, los encargados suben ese registro a una plataforma que se llama eBird.
En esta plataforma se puede registrar cualquier persona con su correo electrónico y hacer ahí el registro de aves que ven para que los investigadores a nivel mundial sepan cómo se mueven las aves, dónde están, cuándo llegan, de qué se alimentan, entre otros datos.
Estos registros permiten que se haga ciencia ciudadana y a la vez para conocer a las aves que nos rodean y conviven con nosotros en el entorno y que muchas veces pasan inadvertidas.
Las actividades de observación se realizan dos veces por mes, cada dos semanas, regularmente se realizan los días sábados o domingos.
Para conocer las fechas exactas se tiene que estar al pendiente de la convocatoria en la cuenta oficial de Facebook Observadores de aves de Chilpancingo.
En la ciudad de Chilpancingo se inició con esta actividad desde el año 2022. En otras ciudades como Tlapa, Acapulco, Zihuatanejo y San Gerónimo también las realizan, pero se adaptan de acuerdo con el contexto.
Los que coordinan las actividades en Chilpancingo son el maestro Epifanio Blancas, del Instituto de Investigación Científica y la bióloga Marisol Castro Torreblanca, quien además también tiene estudios de posgrado en ciencias biológicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Existen actividades que se realizan en fechas específicas, hay un calendario a nivel global en las que se marcan días concretos.
Las fechas más próximas son del 22 al 26 de abril que se realiza el conteo naturalista, se realiza la caminata y registran todos los organismos, plantas, insectos y mamíferos, entre otros.
Como estas fechas hay muchas más en las que se puede participar, para eso es importante estar al pendiente de las redes sociales para enterarse.
El número de participantes puede ir desde 1 a 30 personas; es conveniente que los grupos sean un poco reducidos para una mejor experiencia y atención porque además los binoculares son pocos.
El uso de binoculares es muy importante porque con ellos se puede ver a las aves a detalle y al no contar con esta herramienta los participantes que no logren observar correctamente puede perder el interés en la actividad.
Castro Torreblanca dijo que cuando los grupos son de muchas personas es un poco más difícil la observación de aves porque hay mucho ruido y las aves se dispersan.
En la actividad pueden participar todas las personas, desde niños hasta adultos mayores, pero es importante considerar que se trata de caminar y a veces resulta un poco pesado para algunos.
El único requisito que se necesita es que tengan interés por aprender acerca de la biodiversidad, gusto por caminar y entusiasmo, no se necesita tener experiencia, esa se adquiere ahí en las actividades.
Los recorridos son gratuitos, a los participantes se les presta binoculares y las guías para identificar a las aves.
En ocasiones puede haber cuotas de recuperación simbólica, pero solo cuando se invita a personas que vayan a dar algún taller de dibujo, alebrijes u otro que se relacione con la naturaleza.
Las observaciones de aves se realizan principalmente en el jardín botánico de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), en las instalaciones de la Escuela Superior de Ciencias Naturales, pero también en las colonias Emperador Cuahutemoc, Rosario Ibarra, la colonia México y en cualquier otra área verde con un permiso .
Los organizadores tratan de hacer estas actividades en espacios seguros para los participantes debido a la inseguridad que se vive.
También reciben invitaciones de parte de los ciudadanos que quieran ques e visite a su comunidad o alguna área verde de alguna colonia.
La venden en el mercado ilegal para que las personas las tengan en casa como mascotas
Texto: Alberto Ramírez Santos
Foto: Enrique Vázquez Arroyo
Chilpancingo
16 de enero del 2024
La Chara Garganta Blanca o Chara de Omiltemi es un ave pequeña color azul opaco, cabeza negra, con una línea blanca que recorre su frente, una especie que de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana (NOM-059) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) está catalogada en peligro de extinción.
Enrique Vázquez Arroyo, biólogo especializado en fauna silvestre, egresado de la Unidad Académica de Ciencias Químicos Biológicas de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) e integrante de Bio-explora Guerrero, explicó que esta especie se localizó por primera vez en 1903 en los bosques vírgenes de Omiltemi, en el municipio de Chilpancingo, por eso también se le conoce como La Chara de Omiltemi.
Con el paso del tiempo y con las investigaciones hay avistamientos y registros en los municipios de La Unión, Zihuatanejo, Tecpan y Atoyac, de la región Costa Grande; Leonardo Bravo, San Miguel Totolapan y Coyuca de Catalán, de la región Tierra Caliente del estado de Guerrero. También hay avistamientos del ave en algunos municipios de Oaxaca.
Su nombre científico es Cyanolyca mirabilis. Pertenece a la familia Corvidae, que son aves de tamaño mediano con picos fuertes y patas robustas. Regularmente se mueven en grupos pequeños, al ras del suelo, entre los arbustos o encima de los árboles para recolectar sus alimentos. Su dieta es omnívora; se alimenta de insectos y de semillas. Habitan en zonas boscosas, en bosques nublados, bosques de pino y bosques de encinos.
Hasta el momento no se tiene registro de que sean cazadas para usarlas como alimento, de lo que sí hay registro es de su venta ilegal para tenerlas cautivas en casas.
En México, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) tiene a La Chara de Omiltemi catalogada en peligro de extinción, pero la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) la considera una especie en vulnerabilidad.
Se ubica dentro de estas categorías porque existe una gran pérdida y fragmentación de su hábitat por los incendios forestales y por el tráfico ilegal para su venta como mascotas.
Estas aves tienen un rol ecológico muy importante en el ecosistema, pues dispersan las semillas de las frutas que consumen, además de comer insectos que se consideran plagas para algunas plantas.
Es una especie bioindicadora, es decir, cuando no existe presencia en su hábitat indica deterioro de la naturaleza.
De acuerdo con Vázquez Arroyo, las autoridades no actúan conforme a lo que les corresponde, pues cada día bajan de Omiltemi camiones con troncos de árboles talados clandestinamente, sin que hagan algo al respecto para frenar este problema. La tala de estos árboles perjudica en gran manera el hábitat de Las Charas Garganta Blanca.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Procuraduría de Protección Ambiental del Estado de Guerrero (Propaeg), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren), esta última del gobierno de Guerrero, en teoría, son las encargadas de frenar las actividades ilícitas, pero no hacen nada para evitarlo.
El tráfico y venta ilegal en mercados y tianguis de esta y muchas otras especies en peligro de extinción o en situación de vulnerabilidad también es evidente y, de la misma manera, las autoridades no atienden este problema.
Vázquez Arroyo comentó que realizaron denuncias públicas en muchas ocasiones y que incluso llamaron a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), sin recibir atención.
La comercialización ilegal de Las Charas de Omiltemi, de otras especies de animales y de plantas en situación de vulnerabilidad, regularmente se realiza con mayor fuerza los fines de semana y por consecuencia las denuncias no son atendidas porque las dependencias no trabajan en estos días.
«Aunque existen varias leyes que deberían proteger a los animales y plantas, realmente no se cumplen», denunció el biólogo.
Hay leyes que solo existen, pero no se aplican, como la ley 491 de bienestar animal. “Muchas veces solo se enfocan en proteger a los animales domésticos como gatos, perros, entre otros, pero a la fauna silvestre la dejan en segundo plano, aunque esta ley habla de todos los animales, sin excepción”.
Para Vázquez Arroyo es muy importante crear campañas de educación ambiental. “La educación es la base de una mejor convivencia con la flora y la fauna”.
Estas campañas de concientización deben de existir en las regiones con más biodiversidad, pero también para las personas que hacen la compra de estos animales, para que puedan dimensionar el daño que les hacen y que se den cuenta de que son partícipes de la extinción de animales y plantas.
Además de las campañas también es importante realizar caminatas o actividades en el campo dónde haya estas aves y plantas para explicar su importancia y su función en el ecosistema.
También se deben de implementar estrategias para que la población genere recursos de otras maneras y no talar árboles y destruir hábitats de animales y plantas.
Se deberían de implementar grupos locales de guías de naturaleza para observar aves y otras especies, y proponer alternativas para un mejor manejo de los recursos naturales.
Vázquez Arroyo labora en monitoreo, investigación y rescate de fauna silvestre, además administra y es el fundador de la página y el grupo de Facebook Bio-Explora Guerrero.
Este grupo y esta página son de difusión. Vázquez Arroyo invitó a las personas que quieran saber más sobre las especies endémicas, tanto de plantas como de animales, sigan estas herramientas de difusión en esta red social. Ahí hay especialistas que pueden aclarar dudas sobre estos temas.
Contenido patrocinado por la clínica veterinaria Zooclinic
Texto y Fotografía: Itzel Urieta (con información de El Jale Noticias)
21 de diciembre del 2023
Chilpancingo
El Programa de Aves Urbanas de Tlapa (PAU-Tlapa) creó el primer registro de aves en el municipio, ubicado en la Montaña de Guerrero, y contabilizaron 140 especies, 40 de ellas migratorias.
Algunas de estas especies son endémicas de la cuenca del río Balsas, es decir, solo se pueden ver en las zonas cercanas a dicho afluente.
De acuerdo con las coordinadoras del PAU-Tlapa, Miguelina y Dulce Vivar Vázquez, las especies registradas son afectadas por el deterioro y alteración del ecosistema provocados por el hombre.
La deforestación, la contaminación de ríos y arroyos merman la población de las aves.
Esta información fue presentada en el Segundo Festival de Aves Migratorias de Tlapa. El PAU pretende creer conciencia en la población sobre la importancia de las aves para el ecosistema.
La guía y los datos de estas especies están disponibles en el sitio web Naturalista, un espacio digital dedicado a la biología.
El registro también fue presentado durante las actividades del Festival que incluyó la presentación de una rodada ciclista, la inauguración de una exposición fotográfica en la iglesia de San Francisco y un avistamiento de aves.
*No podemos proteger lo que no conocemos*
Durante la presentación del registro, Vivar Vázquez explicó la importancia de las aves para el entorno.
“Las aves son importantes en el medioambiente porque son polinizadoras, dispersoras de semillas y controladoras de plagas e insectos que son transmisores de enfermedades”, dijo.
El PAU-Tlapa es una iniciativa de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y forma parte de una red nacional.
El motivo del segundo Festival, de acuerdo con Vivar Vázquez, es “para que la gente conozca el proyecto y sepan que también hemos recorrido los alrededores como Acatenco, Ahuatepec Ejido, Ahuatepec Pueblo e incluso a Cochoapa el Grande y faltan aún más lugares”.
Insistió en que hay especies endémicas de la cuenca del Balsas, como pájaros carpinteros y colibríes.
Agregó que existe una garza que habitaba de manera abundante en Tlapa; su población desciende a medida que bajan los niveles de agua de los ríos y arroyos cercanos.
“En la actualidad sólo las han visto pasar por la mañana y por la tarde”.
El 80 por ciento de los alimentos que consume la especie humana se cosecha gracias a las aves e insectos polinizadores, mencionó el especialista en ornitología, Epifanio Blancas Calva, uno de los autores del libro Aves comunes de la cuenca del Balsas.
El libro está escrito e ilustrado por Marisol Castro Torreblanca y Epifanio Blancas Calva, ambos especialista en ornitología, ciencia que estudia a las aves.
Recopila fotografías y la descripción de más de 300 aves que habitan en Guerrero, específicamente en la cuenca del río Balsas.
Castro Torreblanca realizó la mayoría de las fotografías del libro. Las imágenes son de aves de importancia vital para el ecosistema, como los colibríes polinizadores.
Algunas carroñeras que evitan la propagación de enfermedades y otras controladoras de plagas.
De acuerdo con Castro Torreblanca las fotografías fueron resultado de un esfuerzo conjunto entre ella y Blancas Calva, algunas personas que donaron fotografías y la población del Balsas que apoyo a los investigadores.
Además del trabajo de investigación y redacción donde se habla específicamente de la importancia de cada ave.
Blancas Calva y Castro Torreblanca indican en este libro sobre la importancia de cuidar y conservar estas aves para garantizar la supervivencia de la especie humana.
“El 80 por ciento de los alimentos que consumimos se lo debemos a las aves e insectos polinizadores, sin ellos los anaqueles de las tiendas, mercados y grandes supermercados estarían vacíos”, dicen en este libro.
Mencionan también el daño que los químicos, pesticidas y semillas alteradas genéticamente causan a la naturaleza.
El libro se presentó el miércoles 22 de noviembre en el Museo José Juárez, en el centro de Chilpancingo.
Fue financiado por el Consejo Nacional de Humanidades Ciencia y Tecnología (Conahcyt), mediante un proyecto que realiza el Instituto de Investigación del Área de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro).
El académico y activista por el medio ambiente, Alfredo Méndez Bahena, presentador del libro, llamó a las autoridades ambientales a conocer los problemas reales que afectan el ecosistema y a no tomar decisiones desde un escritorio.
También destacó la importancia de la publicación de este libro, porque hace accesible el conocimiento de la importancia del cuidado de las aves.
Dijo que en la medida que el ciudadano promedio acceda a la información sobre la riqueza natural que lo rodea, podrá valorarla.
“El cuidado nace del conocimiento”, aseguró.
Señaló que la gran mayoría de la población guerrerense no adquirirá ese conocimiento en las aulas, por lo que es importante difundir este tipo de publicaciones para crear un conocimiento que permita conocer y defender el territorio.
El libro tiene un costo de 150 pesos y puede ser adquirido en el Jardín Botánico de la Universidad Autónoma de Guerrero.
Este texto es parte de una iniciativa de Amapola Periodismo para sensibilizar a la sociedad acerca del respeto y cuidado de los animales.
En Amapola Periodismo creemos que los altos índices de violencia en México, expresado principalmente en la tasa de homicidios, están relacionados a la falta de respeto a la vida.
El cuidado o maltrato a los animales silvestres y domésticos demuestran nuestra calidad humana.
Este 14 de octubre es el día mundial de avistamiento de aves, conocido como Octubre Big Day. En reconocimiento a quienes dedican su vida al estudio y cuidado de las aves, Amapola periodismo publica hoy este texto
Texto y fotografía: Itzel Urieta
14 de octubre del 2023
Chilpancingo
Marisol Castro Torreblanca dirige un grupo de observadores de aves en Chilpancingo de los Bravo, capital del estado de Guerrero, y desde ese espacio, además de admirarlas, registra sus migraciones y las estadías que las aves realizan en esta ciudad y en el Jardín Botánico de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), uno de los pulmones de la capital.
Para los especialistas dedicados a la investigación y aficionados a los avistamientos de aves, conocidos comúnmente como pajareros, existen dos fechas muy importantes «que son como el mundial del fútbol», indicó Castro Torreblanca.
El primer día importante es el Global Big Day que se celebra cada año en el mes de mayo y la fecha exacta varía dependiendo del año.
En general, se lleva a cabo el segundo sábado de mayo. Durante este día, los observadores de aves de todo el mundo salen a los parques, jardines, bosques y a otros lugares donde pueden encontrar aves para registrar su presencia y, en algunos casos, tomar fotografías y grabaciones de audio.
El segundo día es el October Big Day que así como el Global Big Day, es una oportunidad para académicos, investigadores y aficionados para observar y registrar aves por todo el mundo. Este 2023, el October Big Day cayó este sábado 14 de octubre.
Esta actividad que, para muchos es un pasatiempo, desde la academia e investigación es muy importante para tener un registro de la fauna que habita el entorno.
Ambas fechas fueron instauradas en el 2015 por el instituto estadounidense Cornell Lab of Ornithology, la instancia más importante de América en investigación de aves u ornitología, como también se le conoce. Tiene el objetivo de involucrar a la mayor cantidad de personas a nivel mundial en la observación y conteo de aves durante un día.
De acuerdo con el sitio web E.Bird, tanto el Global Big Day y el October Big Day son eventos anuales mundiales para documentar la riqueza y diversidad de las aves que habitan el planeta.
Octubre es el mes en el que ocurre un cambio de estación en el hemisferio norte y sur, por ello, los especialistas destinaron un día del mes de octubre a observar las aves migratorias.
La importancia de las aves y su avistamiento
Castro Torreblanca, además de formar parte del Club de Observadores de Aves de Chilpancingo (Coach), es la coordinadora del Programa de Aves Urbanas de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), y desde ahí apunta a generar conciencia sobre la importancia de las aves en la vida de las personas.
«Mas allá de que muchos lo hagan por entretenimiento, el avistamiento de aves nos sirve porque nosotros llevamos un registro a lo largo del año y los meses sobre los cambios que hay en las poblaciones de aves».
Con estos registros se sigue la estacionalidad de las especies, los espacios que frecuentan y la riqueza natural a lo largo de los años.
Todos esos registros que, incluye también un catálogo fotográfico de las aves, está disponible en la página de la Dirección de Investigación Área de Ciencias Naturales de la UAGro y en la página UAGro Etnobiológico.
«Esos registros también nos sirven para conocer la diversidad que todavía tenemos en la ciudad, la cual es muy importante porque las aves nos brindan un montón de servicios que muchos no conocemos».
De acuerdo con los datos del Programa, solo en la ciudad de Chilpancingo, sin contar sus comunidades rurales y serranas, hay un aproximado de 150 especies de aves.
Estas aves cumplen varias funciones esenciales para la naturaleza y sin las que el hombre les sería muy difícil sobrevivir.
Entre sus funciones están la dispersión de semillas. «Muchas aves se alimentan de semillas y cuando excretan y van volando esas semillas caen en cierto lugar y pueden germinar ahí, así reforestan y crecen más plantas».
Otra contribución que las aves brindan es el de la polinización. «Eso permite que haya intercambio entre las plantas y que se generen frutos y por lo tanto haya más diversidad de plantas».
Existen otras aves que son controladoras de plagas y se alimentan de mosquitos e insectos que afectan las cosechas.
A través de los avistamientos, Castro Torreblanca cuenta que pretenden crear conciencia sobre la importancia de las aves en nuestro entorno y su cuidado.
Castro Torreblanca recomendó a la población cuidar a las aves y, hacerlo, es muy sencillo: ponerles agua en temporada de calor y no tirarles piedras porque, algunas veces, aciertan y las dañan.
Otra actividad que ayuda a las aves es que la población reduzca los plásticos de un solo uso. Ante la falta de materiales, las aves podrían utilizarlos para hacer nidos y al ser un material que no transpira, los huevos se mueren.
«No lo vemos pero todo está conectado, hay relación entre toda las especies, no solo de aves, también de reptiles, de insectos, de mamíferos y todas esas conexiones que se generan en los ecosistemas, tanto urbanos, suburbanos, rurales y los ecosistemas de los bosques permiten que haya bienes y servicios eco sistémicos como la madera, las frutas y hasta la ropa».
El colibrí coqueta de Atoyac o cresticorta es la única especie de ave endémica de Guerrero, su hábitat natural son 30,000 kilómetros cuadrados en la Sierra de Atoyac, espacio que se reducen cada día por la deforestación, por lo que hay un riesgo de peligro de extinción por la NOM-059.
Los datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UNIC) son más graves. En su informe anual 2019 catalogaron al colibrí coqueta de Atoyac como en peligro crítico de extinción.
Se trata de un pequeño colibrí, mide entre siete y 7.5 centímetros y pesa alrededor de dos gramos.
Su color dominante es el verde en el pecho y de la cabeza le brota una especie de copete o cresta roja; suelen ser aves tranquilas y poco territoriales, a diferencia de otras especias de colibrís.
De acuerdo con el catedrático e investigador de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), especializado en ornitología (ciencia del estudio de las aves), Epifanio Blancas Calva, el colibrí coqueta o cresticorta, como también se conoce, es la única especia de ave endémica de Guerrero.
“Más bien sería un microoendemismo”, porque la superficie geográfica donde habita es muy pequeña: unos 30,000 kilómetros cuadrados, en la sierra de Atoyac, Costa Grande de Guerrero.
“Un ejemplo para entender estos términos es el puma. El puma es endémico de América y se distribuye desde Canadá hasta la Tierra del Fuego (Argentina), y su endemismo es todo el continente americano y el área que cubre es muy grande, en el caso del colibrí coqueta, pues, es mucho menor”, explicó Blancas Calva en entrevista.
Justo en este dato radica la importancia de conservar esta pequeña ave, la otra es la situación que afecta a su hábitat natural.
La categoría del colibrí coqueta de peligro de extinción de acuerdo con la NOM-059 y la UNIC-2019 también tiene que ver con que la actividad humana impacta de manera negativa en su hábitat natural.
El académico calcula que existen alrededor de 2,000 ejemplares de colibrí coqueta en la zona serrana de Atoyac, la cual puede disminuir considerablemente ante los cambios naturales que genera el hombre.
El incremento demográfico de la población humana, el cambio de uso de suelo para actividades agrícolas, madereras, ganaderas y la construcción de caminos y vivienda impactan negativamente al ecosistema y acaba poco a poco con la hábitat del colibrí y por ende la reducción de la especie.
En el hipotético caso de la extinción de esta especie se acabaría con millones de años de evolución que hicieron que el colibrí coqueta tuviera características endémicas.
“Esta especie es justamente la respuesta de las aves a las condiciones geográficas, ecológicas, altitudinales producto de un proceso evolutivo de millones de años”, dijo el académico.
Agregó que la zona en la que se distribuye el colibrí coqueta es una de las más ricas en biodiversidad del estado y resaltó la importancia de preservar la especie.
“La protección de este colibrí y su endemismo, en cuanto a aves en el estado, sería deseable porque sería una especie sombrilla que protege a muchísimas otras especies que se distribuyen en esa área y que son exclusivas de esa zona de Atoyac, que es bosque tropical subcaducifolio”.
Las especies sombrilla son algunas plantas o animales muy identificadas que, por su importancia para el medio ambiente, la zona en la que habitan es declarada área natural protegida y automáticamente más especies son beneficiadas y protegidas.
“Se denomina sombrilla porque protegiendo una especie se protegerían a muchas otras”, menciona Blancas Calva.
Sobre la importancia de esa zona para distintas especies, el académico calificó a la sierra de Atoyac como un “nodo de riqueza biológico, porque hay una gran cantidad de especies que inclusive todavía se desconocen. En los últimos 15 años en esa zona se descubrieron alrededor de 15 nuevas especias que no eran conocidas para la ciencia de anfibios y reptiles”.
Para la conservación del colibrí coqueta, pobladores de varias comunidades de la Sierra de Atoyac pretenden destinar parte de sus ejidos a la creación de una área destinada voluntariamente a la conservación. Se trata de los ejidos de San Francisco del Tibor, Santiago de la Unión, Los Valles, El Porvenir y el Limón, ubicados en la sierra de Atoyac.
El problema aquí es que el Registro Agrario Nacional (RAN) no ha certificado desde hace un año las actas para destinar dichos ejidos a la conservación.
Ante esta situación, el diputado de Morena Fortunato Hernández Carbajal, el pasado 22 de marzo, presentó al pleno del Congreso local un exhorto al titular del RAN, Plutarco García Jiménez, para “hacer más eficiente y ágil el proceso de certificación de actas de las áreas destinadas voluntariamente a la conservación”.
Dicho exhorto fue aprobado por unanimidad del pleno; está en espera la respuesta del titular del RAN.
En su exposición de motivos, Hernández Carbajal expuso que esta especie de colibrí enfrenta una problemática ambiental relacionada con los cambios que realiza el hombre en el hábitat de la especie.
“Para ejemplificar esto, un estudio llevado a cabo recientemente demostró que el hábitat potencial primario utilizado por el colibrí coqueta se ha transformado en un 51 por ciento en vegetación secundaria y, como consecuencia, se estima que la población de esta especie disminuye a una tasa de entre 10 y 19 por ciento por década”, mencionó el diputado morenista en tribuna.
Entrevistado al término de su participación, Hernández Carbajal dijo que desde hace un año los ejidatarios entregaron al RAN toda su documentación y hasta esa fecha no respondían.
“Por lo cual es necesario exhortar al titular de la dependencia para que se haga más eficiente el proceso de certificación de actas”, mencionó el diputado.
Este texto es parte de una iniciativa de Amapola periodismo para sensibilizar a la sociedad acerca del respeto y cuidado de los animales.
En Amapola Periodismo creemos que los altos índices de violencia en México, expresado principalmente en la tasa de homicidios, están relacionados a la falta de respeto a la vida.
El cuidado o maltrato a los animales silvestres y domésticos demuestran nuestra calidad humana.
Existen alrededor de 40 enfermedades zoonóticas ligadas a las palomas, 30 transmisibles a los humanos y 10 a los animales domésticos
Texto: Itzel Urieta
Fotografía: Óscar Guerrero y Tony Luviano
Chilpancingo
Luis, un niño de cuatro años, alimenta palomas en la Plaza Cívica Primer Congreso de Anáhuac, en Chilpancingo.
Cuando las palomas se acercan, el pequeño suelta el alimento y corre para tocarlas.
Las aves vuelan para alejarse del peligro.
Luis repite la fórmula una y otra vez, aunque nunca logra su objetivo.
Alimentar a las palomas es una de las actividades recurrentes entre las familias chilpancingueñas.
Esta actividad recreativa y de convivencia familiar significa la alimentación de una plaga.
La familia Cortés Bravo, de la colonia Obrera, al oriente de la capital, asiste algunos domingos al zócalo, junto a sus dos hijos, Mariana y Luis, de cuatro y ocho años, a realizar esta actividad.
Llevan una bolsa con arroz. Se sientan en una de las bancas ubicadas frente al quiosco, abren la bolsa, los niños toman un montón de arroz y lo lanzan al piso.
Baja una paloma color gris, a Luis le entretiene ver como poco a poco se acercan más palomas. En cuestión de segundos ya hay más de cinco palomas que comen del arroz.
En la cara de los niños se dibuja una sonrisa, después de que hay varias palomas que comen, Luis intenta atrapar una, de inmediato la paloma se asusta y junto a las demás, se van del lugar.
María Cortés González, la madre, dice que para ellos significa un momento de convivencia familiar.
«Venimos cada ocho o quince días, ahora tardamos un poco más porque en las tardes a veces llueve. Nos parece entretenido, los niños se divierten».
Del otro lado del quiosco está Manuel, un joven de 25 años que comparte migajas de bolillo con las palomas mientras espera a una persona.
«Simplemente ya lo haces porque los demás lo hacen, a mi me parece divertido ver como se acerca una, luego otra y de repente ya son muchas», comenta Manuel.
Manuel no hace esta actividad de manera constante, comenta que, si a caso dos o tres veces la realizó.
Como esperaba a alguien, fue una forma de hacer tiempo.
Después de muchos años, la paloma se reincorporó a la vida citadina acostumbrándose a la presencia de las personas y se generó sobrepoblación porque no existía un controlador biológico.
El nombre científico de estas palomas es Columbia Livia.
El profesor investigador de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), especialista en ornitología (ciencia del estudio de las aves), Epifanio Blancas Calva, explicó que este tipo de aves son una especie exótica distribuida en toda América y en Europa.
“Fue traída desde la conquista, no es una paloma residente oriunda del continente, la trajeron con la conquista nuestros antepasados”, comenta Blancas Calva.
En las ciudades, tiene una tasa de reproducción bastante alta debido a que en las ciudades no tiene depredadores naturales, las aves rapaces.
Blancas Calva comenta que muchas veces estas aves son adoptadas como aves de compañía e incluso como alimento. No están en peligro de extinción, su adaptación a la vida de la ciudad les beneficia, tienen acercamiento con muchas personas que las alimentan.
No es malo que las personas las tengan en sus hogares, ya que son una plaga que se controlaría mejor de esa manera. El problema viene cuando las personas dueñas de esas aves las liberan después de mucho tiempo y tienen que incorporarse nuevamente a la vida silvestre.
En la cuestión de los alimentos, estas aves comen residuos de alimentos y granos.
El ornitólogo explica que estas aves son una plaga debido al acercamiento que tienen las personas con ellas al alimentarlas y su alta tasa de reproducción.
“Las especies exóticas en todo el mundo son un gravísimo problema porque sustituyen a las especies locales que no resisten la presión de sus propios congéneres”.
Uno de los problemas que genera la plaga de palomas es el desplazamiento de aves locales, en nuestro caso las tórtolas, que son con quienes se pelean directamente el alimento.
Sobre la estatua de Vicente Guerrero, que está en la Plaza Civica, hay una paloma sobre su cabeza, lo cual es otro de los puntos negativos acerca de estos animales.
El excremento suele ser muy corrosivo para los monumetos y los edificios históricos.
En el centro de Chilpancingo se observan grandes cantidades de palomas posadas sobre el Museo Regional de Guerrero, el Ayuntamiento municipal y el Palacio de la Cultura, monumentos históricos del centro de la capital.
Además, ligadas a las palomas, existen en la capital alrededor de 40 enfermedades catalogadas como zoonóticas, de éstas hay 30 enfermedades transmisibles a los humanos y 10 a losa nimales domésticos, que causan problemas de salud pública en la ciudad.
Generalmente son transmitidas por los excrementos secos que son transportados por el aire o por tener contacto directo con ellos.
Aunque hay algunas iniciativas en el país para tratar de evitar este tipo de introducción de especies exóticas, “Pero las que ya están, ya están y es muy difícil quitarlas”.
Blancas Calva aclara que no es malo alimentar a estas palomas, finalmente son aves que viven entre nosotros y se debe aprender a convivir con ellas y a respetarlas.
Al ser un animal con el que convivimos día a día es fácil observarlos y alimentarlos, pero no olvidemos que especies como esta, que fueron traídas hace 500 años por los españoles ahora son una plaga sobre la cuál poco se puede hacer para controlarla.
*Este texto es parte de una iniciativa de Amapola periodismo para sensibilizar a la sociedad acerca del respeto y cuidado de los animales.
En Amapola Periodismo creemos que los altos índices de violencia en México, expresado principalmente en la tasa de homicidios, están relacionados a la falta de respeto a la vida.
El cuidado o maltrato a los animales silvestres y domésticos demuestran nuestra calidad humana.