Este Festival organizado por tres organizaciones ligadas a la conservación y bienestar animal se realizará en Tixtla los días 14 y 15 de julio próximo
Texto: Andrea Mendoza
Foto: Bio-explora Guerrero
Jueves 27 de junio de 2024
Chilpancingo
Para abonar a que la gente deje de sacrificar o maltratar a las serpientes por miedo o ignorancia se creó el Festival Mexicano de las
Serpientes, cuya tercera edición se llevará a cabo en Guerrero el próximo 14 y 15 de julio en Tixtla, cabecera de un municipio pegado a la capital.
El propósito del Festival organizado por tres organizaciones ligadas a la conservación y bienestar animal, Bio-Explora Guerrero, Natural Serpentes y BIOAAE, es enseñar a la población a coexistir con reptiles, cuidar su hábitat y enseñar la importancia de su presencia en el ecosistema.
Bio-Explora Guerrero es una red de conocimiento para los amantes del bosque, cuidado del ecosistema y enseñanza de animales; en ella participan los biólogos Edgar Salmerón Barrera y Enrique Vázquez Arroyo, coordinadores del tercer Festival Mexicano de las Serpientes, en Tixtla.
Natural Serpentes es una organización sin fines de lucro, fundada en el 2019 con el propósito de dar a conocer información sobre la flora y fauna silvestre en Guerrero.
BIOAAE (Biólogos por el Ambiente y la Actualidad zación Educativa) es una organización sin fines de lucro fundada en el 2017; la conforman biólogos y estudiantes de biología que mediante actividades, pláticas y ponencias enseñan a cuidar el medio ambiente.
Enrique Vázquez Arroyo, coordinador de Bio-Explora, comentó que herpetólogos, biólogos y personas que trabajan en pro del bienestar animal, como Ricardo Palacios, Jean Cristian Blancas, Yesua Nava y Francisco González, se sumaron a esta actividad.
En Guerrero hay más de 90 especies de serpientes, de acuerdo con información de Guerrero Jaguar, una asociación guerrerense sin fines de lucro dedicada a preservar la conservación de flora y fauna del estado y en especial a los felinos salvajes.
De las 90 especies de serpientes que habitan en el estado de Guerrero, 90 por ciento son inofensivas y no tienen veneno, informó el biólogo Francisco Oropeza, egresado de la Uagro.
Entre las serpientes endémicas más conocidas en Guerrero se hallan la serpiente nariz ganchuda, la cual se halla bajo protección especial debido a la escasez de su especie, informó el biólogo.
También se halla la agujilla hormiguera, que como su nombre lo dice, se alimenta de pequeñas hormigas y vive en bosques y hormigueros de la sierra de Guerrero, esta serpiente no es venenosa.
En el Festival se exhibirán cinco ejemplares de especies endémicas y no endémicas que se pueden adquirir con permisos y ser adaptadas para mascotas; el festival también incluye un recorrido por los alrededores de Tixtla, con el fin de apreciar la flora y fauna el domingo14 y el lunes 15 se programaron ponencias acerca de los reptiles y distintos talleres pensados para las niñas y niños. Se espera cerrar el Festival Mexicano con un acto circense y música regional.
Vázquez Arroyo indicó que se propuso hacer una actividad similar en Chilpancingo, sin embargo, aún no se logra concretar nada.
Colorín pecho naranja es una ave endémica de México y una de las más hermosas que se pueden ver en Guerrero, pero por sus llamativas características son víctimas de tráfico para venderlas como mascotas y así condenarlas a vivir en cautiverio.
Depende de la región, el nombre del ave es cambiada por los lugareños. Otros nombres que les asignan son colorín ventridorado, colorín pechinaranja o azulillo pechinaranja, pero el más común es colorín pecho naranja. Su nombre científico es Passerina leclancherii.
Estas aves son muy pequeñas, pero de gran belleza; en su etapa adulta miden 12 centímetros. Los machos tienen el plumaje de sus dorsales color azul, la corona verde y una mancha verde por la espalda; sus ventrales y máscara son de un amarillo brillante y al altura del pecho les nace un tono naranja. Las hembras son pardo oliváceo en el dorso, amarillo limón en las parte ventrales y tienen un anillo ocular amarillo.
De acuerdo con la maestra en Ciencias Biológicas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Marisol Castro Torreblanca, esta ave no está en ninguna categoría de amenaza de las Normas Oficiales Mexicanas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). No hay información puntual que determine que esta especie esté en riesgo o que sea vulnerable.
El ave en realidad habita desde Jalisco hasta Oaxaca, entre ellos está Guerrero. Castro Torreblanca, quien además es bióloga egresada de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), en entrevista explicó que la distribución de esta ave es por toda la franja costera de la entidad; también por la cuenca del río Balsas, y otros puntos donde la vegetación es selva baja caducifolia, bosques arbustivos, zonas de hierbas y áreas de pastos abiertos y tierras de cultivo abandonadas.
La alimentación principal de esta especie son insectos, semillas y en ocasiones frutos, debido a eso ayudan en gran medida a los ecosistemas naturales porque podría considerárseles dispersores de semillas y, además, controlan las poblaciones de insectos que se consideran plagas.
Extracción ilegal, un problema para la vida silvestre
Castro Torreblanca puntualizó que la caza de ésta y cualquier otra especie tiene impactos negativos en el ecosistema, porque las poblaciones pueden disminuir y no habrá quién cumpla las funciones de dispersión de semillas y control de plagas.
El biólogo Enrique Vázquez Arroyo externó su preocupación en la red social de Facebook por la extracción de esta ave para la venta ilegal como mascota, porque, aun cuando no está catalogada en amenaza, consideró que la extracción de cualquier especie de flora o fauna silvestre debe denunciarse.
En el mercado municipal Baltasar R Leyva Mancilla, de Chilpancingo, principalmente los fines de semanas, se observan decenas de aves enjauladas para la venta sin que haya una consecuencia por tráfico de especies.
La maestra en Ciencias Biológicas y coordinadora del Programa Aves Urbanas (PAU) Chilpancingo dijo que las autoridades no han actuado por frenar la caza de esta ave, quizá porque de manera oficial no está en riesgo, sin que esto niegue un problema por la caza ilegal de la especie.
La maestra también comentó que hay ejemplares que probablemente están a la venta y que provienen de alguna Unidad de Manejo Ambiental (UMA) o de Predios o Instalaciones que Manejan Vida Silvestre (PIMVS), espacios donde la vida silvestre es confinada con propósitos de reproducción controlada o son poblaciones para su aprovechamiento con fines comerciales, pero, insiste, los interesados deben cerciorarse de que todo esté en regla al momento de comprarlas.
Hay instituciones que tienen las responsabilidad del cuidado de las especies de flora y fauna y de vigilar y evaluar el cumplimiento de las disposiciones jurídicas aplicables para la restauración, preservación y protección de los recursos naturales, como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Procuraduría de Protección Ambiental del Estado de Guerrero (Propaeg).
Castro Torreblanca comentó que en Guerrero estas instituciones no vigilan ni supervisan la venta ilegal de las poblaciones de las aves silvestres y de la fauna en general.
Dijo que hacer una denuncia para atender la venta ilegal de fauna silvestre es un trámite engorroso porque es un delito federal y, aún así, la supervisión y la vigilancia no se lleva a cabo.
La cascabel cola larga es una serpiente endémica de la Sierra de Guerrero que suele ser cazada con fines comerciales. Por su peculiar belleza suelen adquirirla extranjeros para ser coleccionadas.
Su nombre común es cascabel cola larga de Guerrero y su nombre científico es Crotalus ericsmith.
El biólogo Enrique Vázquez Arroyo, quien tiene conocimiento de la venta ilegal de esta especie, informó que suelen comprarlas por grandes cantidades de dinero en el mercado negro.
Esta especie es de importancia médica toxicológica, es decir, venenosa.
Su belleza está en su piel, moteada por un especie de rombos en los que se entrelazan los colores amarillo, gris, y diferentes tonos de marrón; esta última gama muy parecido al suelo en el que habita; miden entre 84 y 85 centímetros, pero no más de metro de largo. Pero característica más particular es su cola larga; mucho en comparación con otras especies.
De acuerdo con el naturalista René Villanueva, en el documental En busca de la cascabel cola larga de Guerrero Crotalus ericsmith, colgado en el canal de Youtube Historia Natvrae, en 2008 se supo de esta especie por los herpetólogos, expertos en reptiles y anfibios, el mexicano Oscar Flores Villela y el estadounidense Jonathan A. Campbell.
Estas serpientes tienen hábitos trepadores, probablemente para eso les sirve su cola, para sujetarse; se le ha hallado sobre algunos arbustos aún cuando es terrestre. Su hábitat es en los bosques de pino y encino de la Sierra.
La dieta de la cascabel cola larga se basa en lagartijas y roedores. Hace uso de su cola como señuelo para atraer sus presas.
Los hábitos de estas serpientes son diurnos, pero también se mueve por la noche para desplazarse a otros lugares o para alimentarse.
Villanueva explicó que esta especie llega a tener de cuatro a 11 crías. La actividad de copulación se da entre los meses de agosto a octubre y las crías nacen en la primavera, al inicio de las lluvias.
En la red social de Facebook se han teñido algunas denuncias acerca de que algunas personas suben a la Sierra ex profeso a extraer esta especie por el alto valor económico en el mercado negro de esta especie endémica, es decir, que no está en ningún otro lugar del mundo.
Como parte del Reto Naturalista Urbano 2024 se registraron 119 especies en 195 observaciones realizadas en la ciudad de Chilpancingo.
El Reto Naturalista Urbano se lanza cada año por iNaturaList para que la ciudadanía tenga participación en la exploración de su entorno, lo conozca y valore. Consiste en hacer un registro de las distintas especies de flora y fauna conocidas y desconocidas.
Esta actividad ayudará a los investigadores a conocer la distribución y conservación de las especies alrededor del mundo.
En las observaciones realizadas hallaron distintas especies de flora, como la flor de mayo, mejor conocida como cacalosúchil. Su nombre científico es Plumeria rubra.
El cacalosúchil es un árbol pequeño con tronco recto y copa abierta e irregular, oriundo de México, América Central y Sudamérica. Mide de cinco a ocho metros. Las flores son muy fragantes y pueden ser amarillas o en varios tonos de rosa o púrpura. Los frutos son vainas alargadas de 25 a 30 centímetros.
También hicieron observaciones de fauna. Una de las especies localizadas fue el ave llamada mulato común o mulato azul; es endémica de México y puede ubicarse en varios estados de la República.
Es un ave canora de unos 25 centímetros. Los colores de ambos sexos son parecidos, con el plumaje gris azulado oscuro y opaco. Tienen una máscara de plumas negras que se extienden desde la base del pico hasta las mejillas. El pico y las patas son negros. Su nombre científico es Melanotis caerulescens.
Todas las observaciones están registradas en el portal iNaturalistMx. Ahí pueden consultarse las 195 observaciones realizadas.
Para este reto participaron nueve personas organizadas por la comunidad de Observadores de Aves de Chilpancingo. Las observaciones ocurrieron en el bioparque El Ranchito, ubicado en Petaquillas, un pueblo de este municipio.
Hasta el viernes 3 de mayo, Chilpancingo ocupaba el lugar número 41 en registrar 195 observaciones, Monterrey estaba en primer lugar con 76,334.
A nivel nacional realizaron 161,184 observaciones y fueron identificadas 9,840 especies.
El proyecto del Reto Naturalista Urbano junta toda la información de todos los retos que realizan en las diferentes ciudades del país.
Las observaciones estuvieron programadas del 26 al 29 de abril, pero los observadores tienen la oportunidad de subirlas a la plataforma hasta el 5 de mayo; para el 6 será publicado el resultado final.
Los participantes registraron a las especies de flora y fauna a través de la aplicación iNaturalist, agregaron las fotografías de sus hallazgos y una pequeña descripción.
Es una actividad muy relevante e importante porque las personas que participan conocen mucho mejor su entorno y las especies con las que conviven diariamente.
Dasypus novemcinctus es el nombre científico de uno de los animales más longevos en la humanidad: el armadillo. Este animal tiene por lo menos 11,700 años en la tierra y por su evolución lenta aún conservan rasgos físicos semejantes a su antepasado de hace 11 mil años.
En Guerrero cazan al armadillo para prepararlo en adobo y en caldo.
Personas que consumen esta carne dicen que su sabor es similar a la del cerdo, con la diferencia de que es dura.
Esto último no es un impedimento para que la población guerrerense los cace y lo consuman como comida exótica. La Enciclopedia Guerrerense menciona en su portal de internet que además del sabor a cerdo, se puede saborear al final un sabor a tierra, por la alimentación de los armadillos.
La población guerrerense consume la carne por gusto y por los mitos originados en cuanto a la medicina tradicional. Entre los mitos más comunes se dice que su carne es afrodisiaca, otra que cura el asma y también que durante el embarazo alivia malestares como los mareos. Nada de eso está comprobado.
Lo que sí está comprobado es que algunos armadillos pueden originar lepra en quienes los consumen, aun así, el armadillo se degusta en las zonas de Costa Grande, Costa Chica, Chilpancingo y Atenango del Río. Los armadillos prefieren lugares templados y con mar donde les sea más fácil excavar sus madrigueras.
El biólogo Enrique Vázquez Arroyo, del grupo Bio-explora Guerrero, comentó que aunque el armadillo no es una especie en peligro de extinción, hay una gran mortandad de las especies debido a la deforestación, incendios y la caza ilegal no regulada.
Dijo que aunque no es recomendable comer la carne de los armadillos por temas de salud, en algunos pueblos originarios esta comida es un símbolo de identidad y entra en las costumbres y tradiciones del pueblo, por lo que no se puede mantener ilegal.
Opinó que es respetable el consumo del armadillo por temas de costumbres y tradiciones, pero esta línea delgada se rompe cuando personas ajenas al pueblo comienzan a vender de manera ilegal la carne de los armadillos. Por lo que en esta situación se consideraría delito y violencia animal.
En algunas partes de México ocupan su caparazón para hacer charangos, un instrumento musical de cuerdas. El caparazón del armadillo es la parte más fuerte de su cuerpo, estos mamíferos lo ocupan para protegerse de sus depredadores.
Los armadillos no son mamíferos peligrosos. Si un día llegas a ver uno, mantén tu distancia, aprécialo y déjalo ir. Sobre todo, si eres ajeno a las tradiciones gastronómicas de los pueblos originarios, no te los comas por vivir una experiencia gastronómica exótica. ¡No contribuyas a su caza ilegal!
Los árboles de roble rosa son usados comúnmente en las ciudades para embellecer las calles con sus hojas durante la temporada de lluvias y con sus llamativas y coloridas flores en la temporada de sequías.
Las flores de este árbol, como su nombre lo indica, son color rosa en todas sus tonalidades hasta llegar a un color blanco y tienen forma de pequeñas campanas. En psicología, el color rosa se asocia a la calma, a la tranquilidad, a la ternura y al amor. Los robles rosas cuando florean transmiten esa sensación de tranquilidad que es imposible conseguir en las grandes ciudades.
Su nombre científico es Tabebuia rosea y puede llegar a medir de 15 hasta 30 metros de altura y de diámetro hasta 1 metro.
De acuerdo con la doctora Natividad Herrera Castro, directora del Herbario de la Universidad Autónoma de Guerrero ( Uagro), en la ciudad de Chilpancingo, este árbol tiene una función ornamental, es decir, fueron plantados para embellecer la ciudad.
Una característica del roble es que sus raíces no salen a la superficie como lo hacen las de otras especies de árboles que rompen el pavimento.
Esta especie la reproducen en viveros y tiene la capacidad de crecer donde quiera que la planten, por lo que no se clasifica en peligro de extinción o en alguna otra categoría de riesgo.
Pierden sus hojas antes de iniciar con su floración. Las flores se pueden observar a partir del mes de febrero hasta junio, con este proceso anuncian el acercamiento de la primavera en la ciudad de Chilpancingo y muchos lugares más del país y de América Latina.
Los usos principales que le dan al árbol de roble rosa son, aparte del ornamental, para carpintería, leña, para fabricar algunos instrumentos musicales, entre otros.
El roble rosa es una especie que podría utilizarse en plantaciones comerciales y sería un gran éxito, además tiene potencial para reforestación productiva en zonas degradadas de selva.
El ingeniero forestal Gabriel Pintor Alcaraz, egresado de la Universidad Autónoma de Chapingo, mencionó que este árbol también es utilizado en algunos lugares, principalmente en comunidades, para aliviar la disentería, diarrea, calentura y para acelerar el parto. La infusión de las hojas se utiliza como febrífugo (para aliviar la fiebre). La corteza cocida sirve para la diabetes, paludismo, tifoidea, parasitosis. Sin embargo, no está comprobado científicamente que sea eficiente, solo es usada de forma empírica.
Pintor Alcaraz comentó que este árbol es una especie que produce abundante regeneración por lo tanto sugirió a las personas que lo utilizan para algún fin económico, que si cortan algunos de esos árboles cuiden que la regeneración no sea dañada y si se puede mejor que cambien el uso a ornamental ya que son especies con floraciones bastantes llamativas.
En los últimos años en la ciudad de Chilpancingo se han visto cientos de árboles alrededor de la capital, una de las calles que más árboles de roble rosa tiene es la avenida Miguel Alemán, la que por esta temporada está llena de flores.
En esta calle se plantaron decenas de árboles de roble rosa para que cumplieran la función ornamental. Llevan en esa avenida alrededor de siete años. Fueron plantados a finales del año 2016. Más árboles de esta especie se visualizan por el río Huacapa y en otros puntos de la ciudad.
En Guerrero habitan más de 92 especies de serpientes que ayudan al equilibro del ecosistema, de acuerdo con datos de Guerrero Jaguar, asociación dedicada a la conservación de la flora y fauna del estado.
La crotalus intermedius, conocida comúmente como cascabel enana, es una serpiente de la que hay registros en parte de la Sierra de Tecpan de Galeana, en la Costa Grande, lo que la hace una especie endémica del estado.
Esta serpiente es de color gris con pigmentos negros, mide alrededor de un metro. Su veneno es fuerte. No hay registro de esta especie en otros estados de la República.
De acuerdo con datos de Guerrero Jaguar está catalogada en la NOM-059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales Federal (Semarnat) como una especie en peligro de extinción.
Al ser una serpiente endémica del estado y estar en la NOM-059, la hace más vulnerable; no hay más serpientes de ese tipo registradas en otros estados.
«Al rededor del 23 por ciento de las serpientes que hay en México están en el estado», mencionó Fernando Ruiz Gutiérrez, jefe de departamente de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales Guerrero (Semaren) e intengrante de Guerrero Jaguar.
De estas especies la mayoría son inofensivas y sólo unas 11 tienen veneno.
«Es importante que las cuidemos porque muchas de estas especies sólo están aquí en Guerrero, no hay en otras parte», agregó Ruiz Gutiérrez.
Hoy, 16 de julio, se conmemora el Día Internacional de la Serpiente, en ese contexto Guerrero Jaguar, la Semaren y otras instituciones organizaron el primer Festival de las Serpientes, actividad que se hizo en todo el país.
Estos festivales llevan dos años haciéndolos a nivel nacional, en el estado es la primera vez que lo organizan.
Aquí hubo talleres y conferencias para concientizar a las personas sobre las serpientes y quitar algunos estigmas alrededor de ellas.
La importancia de las serpientes en el ecosistema
Eduardo Yeshuar Barrera Nava es biólogo y desde hace seis años trabaja con serpientes. Se dedica principalmente a dar talleres sobre el manejo adecuado de estos reptiles.
Explicó que la importancia de las serpientes radica en que ayudan al control de plagas, como los roedores.
«Si no tenemos conocimiento sobre las serpientes vamos a seguir creyendo que son agentes que están aquí para hacernos daño, que sólo están existiendo de mordernos y de espantarnos, cosa que no es así», dijo.
El agredir o matar una serpiente puede desencandenar consecuencias como enfermedades emergentes, además de cambios en la cadena alimenticia.
Las enfermedades emergentes son aquellas que aparecen por primera vez o que ya existen y aumentan su incidencia.
A través de talleres de manejo de serpientes, Barrera Nava busca crear conciencia entre las personas sobre los beneficios de mantener a las serpientes y no matarlas.
Los talleres los imparte principalmente en la sierra de Atoyac y en la sierra de Tecpan, lugares donde tienen más registro de serpientes.
Barrera Nava también ha impartido talleres en Chilpancingo, en Tixtla y otros lugares de la zona centro.
Aun cuando su función es concientizar sobre las serpientes es para eliminar el estigma de que las «serpientes son seres malignos», Barrera Nava reconoce que con los talleres que imparte ve que las personas de a poco toman conciencia de no matar o agredir serpientes.
«Es un trabajo constante que se tiene que hacer mes con mes, año con año, de decir no las mates. Es un trabajo lento pero que va a rendir frutos».
Pito, zompantle, pemuches, machetes son algunas de las formas que en distintos puntos del país conocen a una pequeña flor roja comestible de la que hay registro desde la época prehispánica. En la zona Centro de Guerrero esta flor es conocida como colorín por su color intenso.
El árbol que da las flores de colorín es grande, puede alcanzar los ocho metros de altura y crece en los cerros de la zona Centro de Guerrero.
Los pétalos de las flores colorín son alargados, parecen pequeñas vainas. En este estado la consumen en caldo, frijoles, hervidas o capeadas.
A partir de los primeros días de diciembre comienza la venta de este producto. Los racimos de colorín cuestan entre 15 y 20 pesos en el Mercado Baltasar R Leyva Mancilla, en Chilpancingo.
Esta flor es vendida por comerciantes locales. Hay familias que salen a recolectar la flor del árbol silvestre desde finales de noviembre hasta enero.
Gelacia Martínez Nava es una mujer adulta que vende este producto en una calle aledaña al mercado central que se mencionó. La coloca junto a otros productos que vende: frijol, lechuga, ejote, cilantro y otras hortalizas.
Entre los diferentes tonos de color verde destaca el colorín con su peculiar tono rojo.
Gelacia viaje desde Chilapa a Chilpancingo, un trayecto de una hora y media, para vender sus productos; no todos los produce ella.
«Lo compran mucho las personas de por aquí de Chilpancingo y los alrededores, la verdad es que cuando es su temporada sí se vende bien», comenta Gelacia.
Ella sabe que este árbol es muy común en Chilapa y que muchas personas tienen en sus casas o cerca de ellas árboles que dan esta flor.
Las flores de colorín son consideradas un platillo ancestral, el árbol es originario del Centroamérica y fue considerado sagrado para los Mayas y los Mexicas, de acuerdo con el Códice Florentino, un documento redactado por frailes españoles en el que relatan las formas de vida de la población originaria.
«Las flores rojas son utilizadas como alimento, muchas personas lo combinan con huevo, en guiso con carne de puerco, para tamales o tortas», cuenta Gelacia.
De acuerdo con Gelacia, el colorín también tiene propiedades que ayudan a ciertos malestares, como el dolor de muelas. De la semilla del colorín se hace una infusión y se bebe para calmar esos dolores.
Después que termina su período de vida del árbol donde crecen las flores del colorín, su madera es utiliza para la elaboración de máscaras artesanales.
El colorín se consume en los municipios de Apango y Chilapa.
Es común que durante la temporada, las familias preparen y consuman la flor de diferentes maneras.
«Muchas personas que no saben creen principalmente que el árbol tiene una función ornamental, pero no saben que sus flores se comen y que también tiene un pasado muy interesante», cuenta Gelacia.
En el ya mencionado Código Florentino existen unos escritos que exponen que las flores se exprimían en la boca de los niños y esto les ocasionaba sueño.
También la semilla del colorín es una especie de frijol rojo que se usa como amuleto, porque existe la creencia de que es símbolo de protección y fortuna.
Cuatro personas caminan entre el bosque, alejados de la civilización, sortean piedras, tepetates, campos de siembra, árboles y espinas. En el recorrido es probable que topen con animales peligrosos.
El camino es angosto, de herradura, solo pasan personas y una que otra vez campesinos con sus burros cargados de leña. Kilómetros atrás quedó la carretera.
El grupo de caminantes consta de un guía y tres biólogos que buscan plantas para la colección del Herbario de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro). La misión principal es hallar dos especies de plantas muy específicas: un tipo de pericón nativo y, probablemente, un nuevo tipo de orquídea que crece en las zonas más alejadas de la región.
El punto de partida fue la comunidad de Axaxacualco, municipio de Eduardo Neri, a unos 40 minutos de Chilpancingo.
En Axaxacualco, el grupo de biólogos junto con otros académicos de la Uagro, realizaron un taller en una primaria para que los niños conozcan la biodiversidad en la que habitan; sus plantas, sus aves, murciélagos, la importancia de los polinizadores y de los fósiles.
Después del taller, el grupo de investigadores se retira y solo se quedan dos biólogas y un biólogo, para internarse en el bosque a buscar plantas nativas del lugar para la colección del Herbario Universitario.
Una moto taxi acerca a este grupo de biólogos hasta donde la carretera se los permite, de ahí caminaran una pendiente de cuatro kilómetros hacía un punto conocido por los pobladores como El Sótano.
El guía Manuel de la Cruz García, un campesino algo regordete, de mirada amable y risueña, va adelante. Siempre que mira suelta una sonrisa que da confianza, no sabe leer ni escribir, sin pena admite que toda su vida la dedicó al campo, pero con su conocimiento ahora acompaña y guía al grupo de biólogos.
Manuel abre paso con su machete. Como acompaña a los biólogos en estos recorridos sabe que plantas faltan por recolectar y a donde hay que ir para hallarlas.
Conoce las plantas, los caminos y las formas de vida de la población, es el campesino que sin estudios es el biólogo, antropólogo y sociólogo de su comunidad.
Detrás de Manuel camina Natividad Herrera Castro, directora del Herbario Universitario. Es la mujer con más experiencia en recolección del grupo, le siguen Luis Javier González Almazán y Celia Gallardo García, biólogos recién egresados de la Escuela Superior de Ciencias Naturales.
El cerro El Epazote
El camino comienza en las faldas del cerro El Epazote, a 1,698 metros sobre el nivel del mar y se avizora una larga caminata hacía el punto más alto del ejido de Axaxacualco.
El camino es estrecho, entre plantas y árboles se hace angosto, la labor de este grupo de biólogos consiste en recolectar plantas con flor, que serán prensadas y llevadas a Chilpancingo para su resguardo.
“Con esto logramos tener un registro sobre diversidad florística que hay en las comunidades», explica Javier González.
Aunque parece una tarea sencilla, la labor va más allá de sólo caminar y cortar flores.
Javier porta una prensa especial para recolección de plantas; un cuadrado que hace mucho bulto. Son dos rejas de madera y en el interior papel periódico y cartón que, como su nombre la indica, prensan las plantas.
La prensa, la herramienta de trabajo más importante, es pesada y aún no lleva nada.
El grupo camina, se adentra en la vegetación espesa y cada cierto tiempo se detiene a recolectar.
Hablan con tecnicismos y nombres científicos. “Parece de la familia Malvaceae, córtala y corroboras”, le indica Herrera Castro a su grupo de biólogos.
Javier González guarda la planta. Después, retoman la caminata.
Primera parada
Durante la primera hora de camino recogen siete plantas. Es hora de hacer una parada.
La parada no es para descansar. Sacan una por una las plantas ya recolectadas. Es hora de prensar. “Es la parte más tediosa de esto”, menciona Javier.
Buscan un lugar para estar cómodos. Javier y Celia se acomodan en el suelo y revisan todo lo recolectado.
De la planta recolectada cortan un tramo. La pieza tiene que incluir el tallo, la hoja y la flor. La ponen sobre papel periódico y en una ficha anotan todos los datos acerca de ella, posible familia a la que pertenece, nombre científico, nombre común, lugar donde se halló, altitud y coordenadas, todo para identificar sus características.
Las plantas puestas sobre el papel periódico van a la prensa y así serán transportadas.
“Las prensamos en papel periódico para que éste absorba toda la humedad”, explica Javier, quien investiga sobre mariposas pero también conoce de plantas.
Después del primer descanso la caminata cerro arriba continúa. El día está nublado, eso ayuda a mitigar la fatiga.
Conforme se sube el paisaje cambia, ya no es una selva tupida, en la cima del cerro de El Epazote hay planicies. Ahí se puede descansar un poco.
Ahí aparece una de los flores objetivo, el pericón silvestre de esta zona del estado.
Javier corta algunas flores y las embolsa, el procedimiento sigue igual, cortar, embolsar y caminar.
La bolsa ya va cargada de plantas por segunda ocasión, es hora de prensar de nuevo.
Se sientan, ya fueron dos horas y media de camino y falta llegar al Sótano, el punto donde puede estar un nuevo tipo de orquídea originaria de la región.
El cansancio y la hora ya no permiten continuar, en poco tiempo anochecerá y no es buena idea que caiga la oscuridad.
“Faltan otros 40 minutos para llegar al Sótano, al paso que vamos tardaríamos otra hora», menciona el guía.
El equipo de biólogos vuelve a prensar todas las plantas recolectadas en la segunda mitad del camino, sentados en piedras y bajo un árbol aprovechan para conversar.
Manuel, el guía, se pierde por un rato, solo se escucha el ruido de su machete.
De repente regresa con una flor amarilla. «¡La encontré!», exclama Manuel con singular alegría. La muestra a los biólogos y después de observarla concluyen que esa no es la flor que buscan.
Deciden regresar. Bajar requiere de dos horas mínimo. A la mitad, se suelta una fuerte lluvia. Cubren la prensa con bolsas e impermeables. En su interior van 80 plantas.
Ya en Axaxacualco, se sabe que a la flor amarilla que halló Manuel se le dice popularmente como flor de sobaco, porque dentro tiene pelitos que parecen bellos corporales.
La orquídea que buscan se conoce como flor de globo, por la manera en que sus hojas envuelven el centro y que en la región es muy popular para ofrendar a los difuntos en las festividades del día de muertos.
Aunque no se halló uno de los objetivos prioritarios, este tipo de recolecciones que realizan los biólogos terminan en el Herbario de la Universidad, un espacio de conservación de la flora local.
El Primer Encuentro Nacional para la Conservación y Bienestar de la Flora y Fauna de México fue cancelado por el biólogo Manuel Alfonso Anzaldo Meneses, quien lo estaba organizando.
Anzaldo Meneses acusó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales Guerrero (Semaren), a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a a la Secretaría de Bienestar y a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, de no interesarse por la Unidades de Medio Ambiente (Umas) ni los Predios de Manejo de Vida Silvestre (Pimvs).
El encuentro se realizaría los días 8, 9 y 10 de septiembre del 2022 en las instalaciones del Parque Papagayo, en Acapulco.
El biólogo anunció la cancelación de este encuentro en favor de la flora y fauna a través de las redes sociales, por donde tenía una amplia difusión.
“Los acuerdos y convenios que alegremente firman son solo documentos vacíos en los cuales, los actores detonantes siguen ausentes”, se quejó el biólogo.
Fernando Ruiz Gutiérrez, jefe de Departamento de Vida Silvestre, informó que esta actividad no era organizado por Semaren Guerrero.
Explicó que Anzalda Meneses se acercó a ellos para solicitar apoyo, el cual brindaron como Secretaría.
“Fue más bien un tema de logística y mala organización, él (Anzalda Meneses) se acercó a nosotros y nos pidió apoyo, pero ya faltaban 15 días. Entre permisos y oficios se fue el tiempo. Apoyamos en todo lo que estuvo en nuestras posibilidades”.
Ruiz Gutiérrez también explicó que se ofrecieron otras alternativas como sede del evento porque en el Parque Papagayo se cobra, trataron de gestionar que el costo disminuyera.
En este encuentro participaría Ruiz Gutiérrez con una ponencia sobre el jaguar, tema que trabaja desde hace varios años.
Por los comentarios emitidos, Ruiz Gutiérrez lamentó el mal entendido por parte de Anzalda Meneses y externó su apoyo y disposición (siempre y cuando se avise con anticipación), por si el encuentro se retoma.