Colibrí coqueta de Atoyac, la especie endémica de Guerrero que está en riesgo de desaparecer

Texto: Itzel Urieta

Fotografía: Conabio 

2 de marzo del 2023

Chilpancingo

 

El colibrí coqueta de Atoyac o cresticorta es la única especie de ave endémica de Guerrero, su hábitat natural son 30,000 kilómetros cuadrados en la Sierra de Atoyac, espacio que se reducen cada día por la deforestación, por lo que hay un riesgo de peligro de extinción por la NOM-059.

Los datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UNIC) son más graves. En su informe anual 2019 catalogaron al colibrí coqueta de Atoyac como en peligro crítico de extinción.

Se trata de un pequeño colibrí, mide entre siete y 7.5 centímetros y pesa alrededor de dos gramos.

Su color dominante es el verde en el pecho y de la cabeza le brota una especie de copete o cresta roja; suelen ser aves tranquilas y poco territoriales, a diferencia de otras especias de colibrís.

De acuerdo con el catedrático e investigador de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), especializado en ornitología (ciencia del estudio de las aves), Epifanio Blancas Calva, el colibrí coqueta o cresticorta, como también se conoce, es la única especia de ave endémica de Guerrero.

“Más bien sería un microoendemismo”, porque la superficie geográfica donde habita es muy pequeña: unos 30,000 kilómetros cuadrados, en la sierra de Atoyac, Costa Grande de Guerrero.

“Un ejemplo para entender estos términos es el puma. El puma es endémico de América y se distribuye desde Canadá hasta la Tierra del Fuego (Argentina), y su endemismo es todo el continente americano y el área que cubre es muy grande, en el caso del colibrí coqueta, pues, es mucho menor”, explicó Blancas Calva en entrevista.

Justo en este dato radica la importancia de conservar esta pequeña ave, la otra es la situación que afecta a su hábitat natural.

La categoría del colibrí coqueta de peligro de extinción de acuerdo con la NOM-059 y la UNIC-2019 también tiene que ver con que la actividad humana impacta de manera negativa en su hábitat natural.

El académico calcula que existen alrededor de 2,000 ejemplares de colibrí coqueta en la zona serrana de Atoyac, la cual puede disminuir considerablemente ante los cambios naturales que genera el hombre.

El incremento demográfico de la población humana, el cambio de uso de suelo para actividades agrícolas, madereras, ganaderas y la construcción de caminos y vivienda impactan negativamente al ecosistema y acaba poco a poco con la hábitat del colibrí y por ende la reducción de la especie.

En el hipotético caso de la extinción de esta especie se acabaría con millones de años de evolución que hicieron que el colibrí coqueta tuviera características endémicas.

“Esta especie es justamente la respuesta de las aves a las condiciones geográficas, ecológicas, altitudinales producto de un proceso evolutivo de millones de años”, dijo el académico.

Agregó que la zona en la que se distribuye el colibrí coqueta es una de las más ricas en biodiversidad del estado y resaltó la importancia de preservar la especie.

“La protección de este colibrí y su endemismo, en cuanto a aves en el estado, sería deseable porque sería una especie sombrilla que protege a muchísimas otras especies que se distribuyen en esa área y que son exclusivas de esa zona de Atoyac, que es bosque tropical subcaducifolio”.

Las especies sombrilla son algunas plantas o animales muy identificadas que, por su importancia para el medio ambiente, la zona en la que habitan es declarada área natural protegida y automáticamente más especies son beneficiadas y protegidas.

“Se denomina sombrilla porque protegiendo una especie se protegerían a muchas otras”, menciona Blancas Calva.

Sobre la importancia de esa zona para distintas especies, el académico calificó a la sierra de Atoyac como un “nodo de riqueza biológico, porque hay una gran cantidad de especies que inclusive todavía se desconocen. En los últimos 15 años en esa zona se descubrieron alrededor de 15 nuevas especias que no eran conocidas para la ciencia de anfibios y reptiles”.

Para la conservación del colibrí coqueta, pobladores de varias comunidades de la Sierra de Atoyac pretenden destinar parte de sus ejidos a la creación de una área destinada voluntariamente a la conservación. Se trata de los ejidos de San Francisco del Tibor, Santiago de la Unión, Los Valles, El Porvenir y el Limón, ubicados en la sierra de Atoyac.

El problema aquí es que el Registro Agrario Nacional (RAN) no ha certificado desde hace un año las actas para destinar dichos ejidos a la conservación.

Ante esta situación, el diputado de Morena Fortunato Hernández Carbajal, el pasado 22 de marzo, presentó al pleno del Congreso local un exhorto al titular del RAN, Plutarco García Jiménez, para “hacer más eficiente y ágil el proceso de certificación de actas de las áreas destinadas voluntariamente a la conservación”.

Dicho exhorto fue aprobado por unanimidad del pleno; está en espera la respuesta del titular del RAN.

En su exposición de motivos, Hernández Carbajal expuso que esta especie de colibrí enfrenta una problemática ambiental relacionada con los cambios que realiza el hombre en el hábitat de la especie.

“Para ejemplificar esto, un estudio llevado a cabo recientemente demostró que el hábitat potencial primario utilizado por el colibrí coqueta se ha transformado en un 51 por ciento en vegetación secundaria y, como consecuencia, se estima que la población de esta especie disminuye a una tasa de entre 10 y 19 por ciento por década”, mencionó el diputado morenista en tribuna.

Entrevistado al término de su participación, Hernández Carbajal dijo que desde hace un año los ejidatarios entregaron al RAN toda su documentación y hasta esa fecha no respondían.

“Por lo cual es necesario exhortar al titular de la dependencia para que se haga más eficiente el proceso de certificación de actas”, mencionó el diputado.

Imagen del colibrí coqueta de Atoyac. Foto: Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la biodiversidad (Conabio).

Este texto es parte de una iniciativa de Amapola periodismo para sensibilizar a la sociedad acerca del respeto y cuidado de los animales.

En Amapola Periodismo creemos que los altos índices de violencia en México, expresado principalmente en la tasa de homicidios, están relacionados a la falta de respeto a la vida.

El cuidado o maltrato a los animales silvestres y domésticos demuestran nuestra calidad humana.

¡No maltrates, protege!

 

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