La repostería casera de Sweet Cookies

Angélica tuvo la idea de emprender su negocio para generar un dinero extra y poder solventar gastos propios. A los trece años comenzó a vender sus galletas en la secundaria


 

Texto: Itzel Urieta

Fotografía: José Miguel Sánchez

10 de febrero de 2022

Chilpancingo

 

Ver a su a abuela hornear pasteles y galletas inspiró desde muy pequeña  a Angélica Morlet Meneces para iniciar en el mundo de la repostería. Las primeras galletas que Angélica realizó las hizo con su abuelita, fue ella quién le dio la receta.

Angélica tenía 13 años cuando horneó sus primeras galletas y se dio cuenta de que  la repostaría le gustaba. Angélica ahora tiene 16 años y ha emprendido su propio negocio al que llamó Sweet Cookies.

Sweet Cookies en español significa dulce galleta. Angélica optó por ponerle este nombre a su emprendimiento por el valor sentimental de haber horneado sus primeras galletas con su abuelita.

El inicio de Sweet Cookies

Angélica tuvo la idea de emprender su negocio para generar un dinero extra y poder solventar gastos propios. A los trece años comenzó a vender sus galletas en la secundaria.

Le pidió a su abuelita apoyo para que sus postres les quedaran iguales en sabor a los de ella. Angélica viene de una familia repostera, su mamá también aprendió a realizar postres.

Los consejos de su abuelita y su mamá le han servido para mejorar en su negocio. Aunque Angélica comenzó muy pequeña a hornear nunca le dio miedo estar en la cocina. “Nunca me ha dado miedo estar en el horno, me daba más miedo que mi negocio no funcionara”, comenta.

Después de aprender a realizar diferentes postres Angélica decidió no sólo venderlos en su escuela, ella quiso ampliarse y aprovechó las redes sociales para crear una página de Instagram donde comenzó a ofrecer sus productos.

Angélica sabe hornear unos 10 postres, entre pasteles, galletas, gelatinas, pays y brownies.

Su especialidad son los brownies a los cuales les ha dado un toque diferente. Ha innovado creándolos en forma de pizza, añadiéndoles topings y han sido bien aceptados pos sus clientes.

Es a través de las redes que ha podido generar ventas y tener sus clientes.

Emprender a corta edad

Angélica comenzó su emprendimiento pequeña, es por ello que siempre a contando con el apoyo de su familia principalmente de su madre quien suele acompañarla a realizar entregas y a algunos bazares.

Los emprendimientos siempre traen retos y dificultades, emprender a corta edad significó para Angélica tener que enfrentar cosas que no estaban en sus manos y que llegaron a hacerla sentir con bajones emocionales.

La pandemia por Covid-19 fue un factor que Angélica no tenía contemplado, sus clientes eran sus compañeros de escuela y de otras escuelas. Al cambiar a clases virtuales se modificó completamente su forma de vender.

Ante ese panorama Angélica optó por usas las redes sociales para vender, si bien siempre le han sido de gran ayuda también llegaron a significar algo muy difícil en un momento de su venta.

Después de un tiempo de abrir su cuenta para vender sus postres, Angélica comenzó a recibir ataques mediante una cuenta falsa que incitaba a que no consumieran sus productos. “Me bajoneó mucho y opté por cerrar mi cuenta”, comenta.

Angélica nunca supo quien creó esa cuenta, con ayuda de sus clientes y su familia comenzó a reportarla hasta que fue eliminada y ya no volvieron a molestarla.

Este suceso fue complicado de llevar para Angélica, ya no quería ornear. “Dejé de hornear ya no quería saber nada de esto”. El apoyo de sus clientes quienes le pedían que volviera a vender la animó para reabrir su cuenta. Ella misma también se dio ánimos y con ayuda de su mamá comenzó a hornear nuevamente.

Angélica aprendió a sobreponerse ante esta situación y si volviera a pasar por algo similar sabría afrontarlo, ya no se enfocaría en los comentarios negativos.

Seguir haciendo lo que le gusta  

Angélica aún no sabe sobre qué estudiará después de concluir su bachillerato, lo que sí sabe es que quiere seguir en el mundo de la repostería. “Aunque estudie otra carrera que no sea parecida a esto yo quiero seguir orneando”, comenta.

Sweet Cookies le ha permitido tener ingresos extra para ella, apoyar a su familia, su abuelita quien es su mayor inspiración ya no ornea para vender, Angélica le ha dado un uso a sus redes sociales para apoyarla.

En temporada de rosca de reyes Angélica ha utilizado su cuenta en redes sociales para promocionarla a ella, es una manera de regresarle un poco lo que aprendió gracias a ella.

El sabor casero es lo que cree ella que la diferencia de otros emprendimientos, por eso ella no ve como competencia a otras personas que realizan los mismos productos, considera todos tienen su esencia.

Registrar su marca es algo que le gustaría hacer y seguir aprendiendo más sobre repostería, poner su local y ampliarse.

Para Angélica dar a sus clientes sabor y felicidad en lo que le piden es algo fundamental en su negocio y es lo que más le da satisfacción. “Poder darles un poco de mí, de lo que hago y que lo disfruten me gusta. “

Su  mayor inspiración para seguir con sus postres es su abuelita. «A mi abuelita le diría gracias por heredarme tu pasión por la repostería, tus consejos y tu ejemplo siempre están presentes».

Entre Letras, arte en madera que crea conexiones

El arte de Monse es un arte plasmado en madera y le gusta porque siente que le da una segunda vida a la madera que muchas veces las personas piensan que ya no sirve


 

Texto: Itzel Urieta

Fotografía: José Miguel Sánchez

2 de febrero de 2022

Chilpancingo

 

Monserrat Moreno García se define como una mujer inquieta que  le gusta crear y hacer diferentes cosas, es amante del teatro, la pintura y la fotografía. Desde que era pequeña tuvo una inquietud de dibujar, realizaba dibujos que le regalaba a su papá.

Monserrat o Monse que es como le dicen sus amigos, es licenciada en ciencias de la comunicación derivado de su carrera decidió dedicarse de manera profesional a la fotografía. Actualmente es una de sus formas de ingreso.

De sus tantas habilidades Monse pensó en buscar algo que le gustara para comenzar a independizarse cuando estaba en el último año de su carrera. Con su gusto y habilidades para la pintura y el dibujo Monse comenzó a pintar separadores de libro, los llevaba a su escuela y los vendía con sus compañeros.

Después de que varios compañeros conocieran el trabajo de Monse, comenzaron a llegar pedidos más grandes de pinturas, comenzó con haciendo pinturas en acuarela.

Entre Letras

Monse comenzó Entre Letras en el año 2015 y decidió poner ese nombre a su negocio porque se enfocaba en vender separadores de libros y pinturas en acuarela.

Fue hace tres años que Entre Letras dio un giro. Derivada de una inquietud que tuvo Monse cuando asistió a una boda y vio que en ese lugar había muchas tablas de madera con humedad y en condiciones difíciles de trabajar.

Al ver a la persona que llevaba las tablas de madera Monse le preguntó qué harían con ellas, la respuesta fue que serían quemadas. Monse tuvo una sensación triste al ver que serían desechadas. “Toda la boda me pasé pensado qué puedo hacer, no puedo rescatar toda la madera pero por lo menos una parte”, comenta.

“Puedo hacer cuadros ahí”, se le ocurrió a Monse, aún conserva el primer cuadro que pintó en madera. Al inicio pintaba los cuadros en madera, posteriormente y gracias a internet encontró otra técnica que le pareció interesante y creyó conveniente aplicar en su arte.

Monse define Entre Letras como la forma de crear una conexión con sus clientes. Ser cómplice de lo que ellos le piden.

“Me gusta que las personas se sientan con la confianza de contarme aunque sea por mensaje un poco de ellos y que es lo que quieren que plasme”, comenta Monse.

De la acuarela al pirograbado 

Monse veía su página de Instagram cuando le apareció la imagen de una joven realizando un cuadro con pirograbado, esto llamó su atención y decidió investigar más sobre lo que es el pirograbado.

El pirograbado es una técnica que se trata de quemar un soporte, ya sea de papel, cartón, o madera, con el pirograbador marcando un dibujo sobre esa superficie.

Monse siempre ha contando con el apoyo de su familia, principalmente de su padre, fue él quien le obsequió su máquina de pirograbado que aún sigue utilizando para realizar su trabajo.

“Fue algo que no me esperaba, estábamos comiendo y mi papá me dijo que había llegado algo para mí, a mí me extrañó porque yo no había pedido nada y al abrirlo era mi máquina de pirograbado”, comparte.

El proceso para que Monse se adaptara a realizar su arte en madera fue un poco complicado, ella nunca había trabajado con el pirograbado, tuvo que meterse a ver tutoriales  en Youtube, hacer prueba y error hasta que pudo aprender a manejar el pirograbado y los diferentes tipos de madera.

El arte de Monse es un arte plasmado en madera y le gusta porque siente que le da una segunda vida a la madera que muchas veces las personas piensan que ya no sirve.

Dificultades

Monse considera que su arte ha sido bien aceptado. Las redes sociales le han ayudado a vender lo que plasma en madera. En la capital son pocos los artistas que se dedican al pirograbado.

“No es fácil ser artista en Chilpancingo”, comenta Monse. Desde su perspectiva considera que las personas no valoran lo artesanal, las personas prefieren el trabajo rápido y el mayoreo.

Monse cree que hace falta más conciencia sobre el consumo local y artesanal en la capital. “Todo esto es artesanal desde las tablas que tengo  mi papá las lija y me ayuda a rescatarlas”, cometa.

El panorama para los artesanos locales es complicado, a Monse le gustaría poder llegar a más personas, que más gente conociera su trabajo, ante la poca valoración del trabajo artesanal y los regateos Monse busca que Entre Letras siga creciendo.

Metas

Monse quiere lograr muchas cosas para Entre Letras, aunque sabe que es complicado vivir del arte es algo que le apasiona ya ha tenido la oportunidad de laborar en otras áreas afines a su carrera profesional a ella le encanta crear, inspirarse y que sus obras transmitan lo que sus clientes quieren contar. Busca que Entre Letras pueda crecer y ser reconocida.

Una de sus metas es implementar más materiales reciclables para su negocio, ampliar sus productos y poder plasmar su arte en tazas y ropa.

Otra de sus metas es  tener una línea de ropa de manta en la que ella pueda dibujar y plasmar todo lo que su mente imagina.

Monse sueña con que su arte en madera y acuarela pueda ser expuesto y vender sus obras. Me veo haciendo esto toda la vida”.

Los murales de Tixtla, una historia que reivindica a Guerrero y a México

Los murales fueron pintado por Jaime Antonio Gómez del Payán, originario de Aguascalientes, para conmemorar el natalicio de Vicente Guerrero.


Texto: José Miguel Sánchez

Fotografía: Itzel Urieta

25 de enero del 2022

Tixtla

Vicente Guerrero levanta su espada al tiempo que una llama de fuego tricolor lo rodea.  Detrás del tixtleco más famoso de esta ciudad, por quien lleva el nombre el estado, hay un águila y un jaguar en posición de ataque. Junto a él están otros insurgentes guerrerenses como Juan del Carmen, Pedro Asencio Alquisiras, y los hermanos Galena y Bravo.

Esta imagen resalta al entrar al ex ayuntamiento de Tixtla. La representación de Vicente Guerrero es parte de un mural de 730 metros, que realizado en el año de 1984.

El mural fue pintado por Jaime Antonio Gómez del Payán, originario de Aguascalientes, para conmemorar el natalicio de Vicente Guerrero.

“Aquí a Vicente Guerrero se le representa como el auténtico consumador de la independencia”, comenta el maestro en artes plásticas, Manuel Hernández Marbán, quien colaboró en el proyecto.

Hernández Marbán, junto a otras cuatro personas acudieron al llamado de Gómez del Payán para la realización del mural, una iniciativa de la Asociación Nacional de Tixtlecos Amigos (ANTA).

La ANTA fue la encargada de gestionar los materiales para el mural. Gómez del Payán y los ayudantes no cobraron nada para realizarlo.

La obra pictórica está plasmada en los corredores de un antiguo edificio que data de la época colonial, ubicado en el corazón de Tixtla.

La historia oral indica que durante la colonia, las familias españolas más poderosas de la región vivieron ahí, posteriormente fue la casa de Vicente Guerrero, y por muchos años albergó al ayuntamiento municipal.

El inmueble consta de un jardín central, los corredores son el lienzo donde Gómez del Payán plasmó la historia de México. Ciclo mural es como lo denomina Hernández Marbán.

Fue diseñado para que desde el jardín central se pudiera admirar. Está dividido en cinco partes: muro sur, poniente, norte, oriente y el vestíbulo.

En el muro sur comienza la obra que se prolonga 180 metros sobre los muros. Hay varios temas, el primero es una descripción pictórica del valle de Tixtla.

“En esta parte tratamos de representar como era el valle antes de fuera habitado”, menciona Hernández Marbán cuando señala parte del mural.

La parte que señala es el valle de Tixtla desde las alturas, y se observa la laguna rodeada por montañas. Ignacio Manuel Altamirano, escritor, dramaturgo, político y diplomático mexicano originario de este lugar, describió a la laguna como El espejo de los dioses.

Por esa razón, el dios mexica Quetzalcóatl se refleja en la laguna.

Continúa el mural en La Conquista, la cual está representada con un guerrero mexica y un jinete español en un enfrentamiento. Luego aparece el suplicio de Cuauhtémoc.

Los murales cuentan la historia de Guerrero y México

Este paraje es una representación del momento histórico donde el conquistador Hernán Cortes le quema la planta de los pies al emperador Cuauhtémoc, para, según los historiadores, dijera dónde ocultaban sus tesoros.

De acuerdo a Hernández Marbán con está pintura se trató de representar el fin del conocimiento y los saberes del pueblo mesoaméricano.

El mural continúa. Ahora se observa la fusión de la cultura de Mesoamérica y española, así como la fundación de Tixtla.

Al extremo del muro sur se plasmó el inicio de la Guerra de Independencia con Miguel Hidalgo, José María Morelos y al último la consumación de la Independencia con Vicente Guerrero. Esa parte del mural se ocupó hace algunos años para ser la portada de los libros de historia de Guerrero de nivel primaria.

Así culmina la primera etapa del mural.

En el muro poniente del edificio comienza la segunda etapa. Ahí está representado el Plan de Ayutla, con sus principales personajes, militares, políticos e intelectuales. Sigue la Guerra de Reforma

La parte que Gómez del Payán denominó La patria nueva está representado con una mujer que  trae el fuego de la sabiduría y está postrada sobre un pedestal con símbolos prehispánicos.

Termina el muro poniente con un homenaje a Ignacio Manuel Altamirano, donde lo representaron en todas sus etapas como escritor, político, militar y poeta.

Hay una parte del muro poniente que esta sin terminar, esta solamente el dibujo a lápiz, para Hernández Marbán esta es una de sus partes favoritas, pues considera que se puede ver el proceso más rudimentario de una obra de arte.

Sobre el muro norte continua el mural, aquí está plasmado el porfiriato, para esta época de acuerdo con Hernández Marbán se quiso representar la explotación del hombre por el hombre que vivió el país en aquellos años.

Más adelante plasman la Revolución Mexicana, son dos hombres en una batalla cuerpo a cuerpo, uno con uniforme militar y un campesino. “Aquí representamos la lucha del pueblo contra el pueblo, porque esa fue la revolución, un pueblo vestido de militar, contra uno vestido de campesino”, comenta Hernández Marbán.

Después de la revolución se pintó la Constitución de 1917 y se pintaron elementos que se contemplaron en la Constitución, el reparto agrario, el derecho a la salud, a la educación y al deporte.

En la última parte del muro norte se comienza a plasmar la historia de Tixtla, con personajes famosos, y una representación del fandango tixtleco, un baile de tarima, con los músicos y el público jubiloso.

El muro oriente es la última parte del mural, ahí lo que se observa son las tradiciones de Tixtla, la peticiones de lluvias que se realizan en la región, la producción de mezcal, leyendas locales, y danzas tradicionales.

Durante el recorrido la última y quinta parte del mural se le conoce como El Vestíbulo, aunque realmente es la entrada al edificio, ahí se pintó a Vicente Guerrero en dos etapas, la militar y la intelectual, junto con otros elementos. En esta parte Vicente Guerrero está acompañado del libertador de Colombia y Bolivia, el militar Simón Bolívar.

Para Hernández Marbán esto se debe a que Gómez del Payan consideró que Guerrero y Bolívar fueron los verdaderos libertadores de América.

“Los dos (Bolívar y Guerrero) fueron fundamentales para lograr la independencia de América”.

El edificio donde están los murales está abierto al público. Fue remodelado y se llama Centro Cultural Vicente Guerrero, continuamente hay exposiciones de arte y conciertos.

 

La alameda Granados Maldonado, el paseo de los capitalinos, era un terreno de Nicolás Bravo

Este espacio no siempre se llamó Alameda Granados Maldonado y en su historia está uno de los personajes más importantes que hubo en el Guerra de Independencia.


Texto: José Miguel Sánchez

Foto: Isaac Rodríguez

26 de mayo de 2021

Chilpancingo

La actual Alameda Granados Maldonado cumple 170 años de existencia. De acuerdo con fuentes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fue Nicolás Bravo Rueda, el caudillo de la independencia y originario de esta ciudad quien pensó que a Chilpancingo le hacían falta espacios para el descanso de los habitantes.

En la actualidad es muy común ver a personas paseando o descansando en la alameda. Por el día disfrutando de un raspado y, en la tarde, un elote o esquite.

Este espacio no siempre se llamó Alameda Granados Maldonado y en su historia está uno de los personajes más importantes que hubo en el Guerra de Independencia.

El 10 de noviembre de 1850 Nicolás Bravo convoco a una reunión a los pobladores de Chilpancingo donde comentó la importancia de espacios públicos para el descanso de la población.

“Es deber de las autoridades y el vecindario procurar por cuantos medios sean posibles la comodidad, ornato y decoro de una población”, dijo el general Bravo en aquella reunión, según la historiadora del INAH, María Teresa Pavía Miller.

Fue así como Nicolás Bravo dona a la ciudad de Chilpancingo un predio destinado a la creación de espacios públicos. Dicha donación consta en un acta de asamblea que conserva el archivo del INAH, delegación Guerrero.

La alameda, lugar histórico

El terreno que donó era de su propiedad. Se ubicaba en un área conocida en ese entonces como El Chapitel. Dicho predio se extendía desde el río Huacapa hasta lo que hoy es la avenida Vicente Guerrero.

El espacio que donó Nicolás Bravo es la manzana donde actualmente se ubica el zoológico Zoochilpan, las instalaciones de la Universidad Autónoma de Guerrero, la Escuela de Música Margarito Damián Vargas y por supuesto la alameda Granados Maldonado.

Por mucho tiempo la alameda fungió como parque central de la ciudad y se le llamaba Alameda del Chapital. De acuerdo con datos de Pavía Miller, el 2 de febrero de 1912, en sesión del cabildo municipal se propuso el cambio de nombre por Jardín Francisco Granados Maldonado.

El cabildo de la ciudad invitó a la población a participar en la remodelación del jardín donando plantas y bancas, o ayudando en el construcción de las jardineras.

Meses después, en la sesión del 27 de abril, los regidores decidieron que el Jardín Francisco Granados Maldonado fuera inaugurado el 5 de mayo de ese año. Así la Alameda del Chapitel cambió su nombre a Alameda Granados Maldonado.

De acuerdo con la Enciclopedia Guerrerense, Francisco Granados Maldonado fue un educador, poeta y dramaturgo. Primer director del Instituto del Estado de Guerrero. Publicó junto con Francisco González Bocanegra una revista literaria titulada Semana de las Señoritas.

Se desconoce la fecha y lugar de su nacimiento solo se sabe que murió el 2 de febrero de 1872 en Chilpancingo.

En la historia moderna del estado, la Alameda Granados Maldonado ha tenido algunos papeles protagónicos.

El 30 de diciembre de 1960, tropas del ejército federal reprimieron el movimiento estudiantil y popular que se había organizado en los meses de octubre, noviembre y diciembre.

Dicho movimiento pretendía la autonomía del Colegio del Estado. En la represión, el ejército asesinó a 19 manifestantes ese día.

El Chato, un tránsito sin uniforme

El Chato es una persona que ante la falta de empleo y oportunidades que hay en nuestro país y en nuestro estado se inventó una ocupación para tener un sustento diario para mantener a su familia.


Texto y fotografía: Itzel Urieta y José Miguel Sánchez

16 de octubre del 2019

Chilpancingo 

Son las de 12 del mediodía en la capital del estado de Guerrero, Chilpancingo, y en el paseo Alejandro Cervantes Delgado (Encauzamiento del río Huacapa) esquina con la calle Leyes de Reforma, a la altura del mercado Benito Juárez, se coloca un personaje muy particular: “El Chato”, cuya labor consiste en mantener el orden vial en las zonas con más tráfico de la ciudad.

El caos del tráfico a las 3 de la tarde es demencial. Los peatones buscan cruzar la calle y los conductores de automóviles pelean el paso para incorporarse al encauzamiento.

Ante la nula señalización y la falta de alguna autoridad vial que regule el caos causado, en parte, por la mala urbanización con la que crece día a día la capital guerrerense, aparece “El Chato” o “El amigo Chato”, como a él le gusta que le digan.

 

¿Quién es El Chato?

El Chato es una persona que ante la falta de empleo y oportunidades que hay en nuestro país y en nuestro estado se inventó una ocupación para tener un sustento diario para mantener a su familia.

Vive al noroeste de la ciudad, en el punto conocido como Barranca Las Calaveras, justo detrás del mercado Baltazar R. Leyva Mancilla. Su hogar está en la ladera de una barranca. Son dos cuartos con techo de lámina. Una televisión, una mesa de plástico, un sillón, una parrilla y dos sillas de plástico moradas son su patrimonio. Es padre de familia, y en su casa viven sus tres hijos, su esposa y su nuera. Le gusta compartir tiempo con sus hijos; ven películas y almuerza con ellos antes de irse a trabajar.

¿Qué hace El Chato?

Trabaja de lunes a sábado de doce a cinco de la tarde bajo los rayos del sol. Regula el tránsito vehicular en una de las vialidades con más tráfico de Chilpancingo. Lleva aproximadamente dos años y medio en esta actividad en tres puntos del encauzamiento Huacapa; a la altura del mercado Benito Juárez, en la calle Nicolás Catalán y en Baltazar R. Leyva Mancilla, a la altura de la ex Comercial Mexicana.

El Chato asume que el tráfico y la mala organización vial han sido temas ignorados por las autoridades. El ahí vio una oportunidad y la aprovechó. Este trabajo que él mismo se creó le permite solventar sus gastos personales y de su familia por las cooperaciones de los automovilistas.

 

La vocación

De lunes a sábado El Chato sale de su casa a las 11:30 de la mañana. Cruza una empinada barranca, camina entre andadores zigzagueantes que antes fueron cauces de barrancas, atraviesa el mercado Baltazar R. Leyva Mancilla y media hora después llega a la calle Leyes de Reforma, donde comienza su jornada de cinco horas como tránsito voluntario, para conseguir entre 100 y 200 pesos para llevar de comer a su familia.

El Chato ha tenido otros trabajos informales. Fue vendedor de chamoyadas, rastreó y rellenó calles, pero el trabajo de tránsito es el que más le ha gustado hasta ahora.

Lo que más le gusta, dice, es que lo saluden y le den las gracias. Esta labor le ha permitido conocer a personas que reconocen su trabajo, como choferes, taxistas y peatones, pero también hay personas que no le reconocen su labor, al contrario, le han gritado y como él dice hasta “mentado la madre”, pero eso no lo desanima él está seguro que su labor es de gran ayuda para la ciudad y para los automovilistas a quienes también les suele dar recomendaciones de no usar el celular mientras conducen, usar correctamente las direccionales y a los motociclistas los invita a usar el casco. Todo esto lo tiene que decir gritando, pues entre el ruido de los autos y el movimiento de los mismos es la única manera de que lo escuchen, por eso mismo muchas personas le han dicho loco o cosas parecidas.

En una ocasión, el presidente municipal de Chilpancingo, Antonio Gaspar, lo invitó a incorporarse a Tránsito Municipal, pero El Chato no aceptó. Su principal argumento fue que no le gusta ese ambiente de oficina y tampoco le gustaría tener un salario y sentir que no hace nada, porque lo que a él le gusta es saber que una moneda que le dio una persona y que tal vez a ellos les serviría para otra cosa se la den a él porque es útil lo que hace.

 

Un sector olvidado

El Chato pertenece a un sector de la población que está en el empleo informal que, según datos del INEGI, es del 52 por ciento, lo que equivale a 14 millones 859 mil 075 personas.

El Chato encontró en el caos vehicular de Chilpancingo una manera de vivir, pero como todo empleo informal no tiene seguridad social y un salario fijo.

Así es como El Chato, el tránsito sin uniforme, sale todos días a hacer una labor que no le corresponde.

Este trabajo fue elaborado por el equipo de Amapola. Periodismo transgresor. Se autoriza su reproducción siempre y cuando se cite claramente al autor.


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