Hermenegildo Galeana, el insurgente que aportó armas y hombres a la independencia de México

Hoy 13 de abril es el aniversario del nacimiento de quien fuera brazo derecho de Morelos


Texto: Alberto Ramírez

Foto: Sitio web del Gobierno de México

Sábado 13 de abril del 2024 

Chilpancingo 

 

Hermenegildo Galeana de Bargas, mejor conocido solo como Hermenegildo Galeana, junto a sus familiares, aportaron armas y un cañón a la fuerza militar de José María Morelos y Pavón, cuando ésta era muy pequeña en Tecpan.

Hermenegildo Galeana fue considerado como el brazo derecho de Morelos, fue el segundo al mando.

Foto: Sitio web del Gobierno de México

De acuerdo con el portal Memoria Política de México, Galeana, junto con sus familiares, Pablo, Juan José y José Antonio se unieron a Morelos y Pavón el 7 de noviembre de 1810 en su pueblo natal, Tecpan, ahora Tecpan de Galeana, llamando así en su honor.

Además de haber aportado armas, Hermenegildo Galeana también aportó a hombres que vivieron la lucha de la independencia junto a él, fueron fieles y valientes seguidores que hicieron que la fuerza de Morelos tuviera mayor peso.

Morelos se enfermó, por lo que el coronel Francisco Hernández asumió el mando, sin embargo, durante el primer combate huyó.

La Enciclopedia Guerrerense menciona que Hermenegildo Galeana se destacó por ser valiente y un líder, por lo que los soldados de Hernández le confirieron el poder a él. Luchó contra el realista Nicolás Cosío, jefe de la plaza de Acapulco y resultó victorioso.

Galeana logró que la familia Bravo se uniera a Morelos. Los hermanos Leonardo, Máximo, Miguel y Víctor y el hijo de Leonardo, Nicolás.

Ellos eran dueños de la hacienda de Chichihualco, lugar donde derrotó al jefe español Lorenzo Garrote.

Posteriormente, Morelos fortificó Tixtla y dejó a cargo a Galeana y a Nicolás Bravo.

Muchos de los seguidores de Hermenegildo Galeana fueron temerarios costeños negros, también destacó unos de sus seguidores, quien en su momento fue su asistente, Vicente Guerrero.

Galeana y su ejército se destacaron por cada batalla que luchaban, en cada lugar de lucha causaban destrozos a favor de la independencia.

El nombre de Hermenegildo Galeana fue uno de los que formaron parte de la lista del ejército que apoyaron con su voto en el Congreso de Chilpancingo en 1813 para que Morelos fuera Generalísimo, Galena ya tenía el cargo de mariscal.

Según la Enciclopedia Guerrerense y el portal Memoria política de México, Joaquín de León, del Batallón de Dragones del Sur del ejército realista, le disparó a Galeana el 27 de junio de 1814, cerca de Coyuca, matándolo y después le cortó la cabeza. Fue sepultado en la iglesia de Coyuca.

Galeana fue la mano derecha de Morelos por lo que recibió un fuerte golpe emocional al enterarse de su muerte, se dice que Morelos se sentía incompleto tras la muerte de Galeana.

Hermenegildo Galeana nació el 13 de abril de 1762 en Tecpan.

Tomás Gómez Cisneros, el revolucionario guerrerense que aportó sus recursos a la causa

Texto: Alberto Ramírez

Foto: Facebook Atoyac mi matria 

Sábado 6 de abril del 2024

Chilpancingo

 

Tomás Gómez Cisneros organizó en Los Arenales, municipio de Atoyac, y en San Jerónimo una pequeña fuerza para participar en el movimiento de la revolución mexicana a principios del año 1911, todo esto sin recibir ayuda del maderismo y ningún recurso; utilizó los propios para luchar.

Mientras Gómez Cisneros se enfrentaba con las tropas porfiristas, su casa fue incendiada en El Arenal, de donde era originario, por lo que tuvo que trasladar a su familia a Acapulco, en mayo de 1911, plaza que acababa de tomar.

Para esa fecha Gómez Cisneros ya era comandante del 35 Batallón de Infantería y comandante militar del puerto de Acapulco.

Tomás Gómez Cisneros fue un peón, un empleado, una víctima, como muchos otros, de los ambiciosos españoles que radicaban en Acapulco.

Su carácter rebelde lo convirtió en un líder para el sector trabajador.

General Tomás Gómez Cisneros en la revolución mexicana. Foto: Facebook Atoyac mi matria

En octubre de 1912 Julian Radilla, personaje que se consideraba maderista, pero aparentemente era seguidor de Carranza, se pronunció en contra del gobierno y atacó parte de la tropa dirigida por el coronel Gómez Cisneros, eran solo siete y aún así lucharon durante varias horas para romper el cerco.

Tuvo varios combates en lo que ahora forma parte del estado de Guerrero, en Agua de Perro, Cañada del Zopilote, Huamuxtitlán y Tlapa por mencionar algunos.

El 7 de julio de 1914, Silvestre G. Mariscal, otro militar guerrerense que participó en la revolución mexicana, fue nombrado comandante de Guarnición de Acapulco en sustitución de Luis Guevara. Después de este hecho, se embarcó sin esperar a su relevo, el coronel Tomás Gómez se niega a embarcar y junto con Manuel Villegas le avisa a Julián Blanco,

Quien se apodera de la plaza.

Gómez Cisneros fue asesinado por la espalda el 24 de diciembre del año 1914 en la cuadrilla Las Petaquillas por Desiderio Villegas y Cipriano Lozano quienes obedecían órdenes de Santiago R. Nogueda, todos mariscalistas.

Gómez Cisneros tuvo una estrecha relación de amistad con Julián Blanco, destacado revolucionario. Se conocieron cuando Gómez era arriero, su alianza y amistad duró hasta su muerte.

Gómez Cisneros fue congruente con sus ideales y fiel a sus convicciones, maderista sincero y después constitucionalista que alcanzó todos sus grados por méritos propios.

En el año 1950 el poblado de Arenal del Norte, lugar donde nació el general Gómez el 7 de marzo de 1872, en su honor cambia su nombre por el de Arenal de Gómez.

Heliodoro Castillo Castro, el zapatista que impulsó la educación en las comunidades apartadas

Cuando fue apresaso por gente del presidente Carranza se disparó asimismo; falleció en ese sitio


Texto: Alberto Ramírez 

23 de marzo del 2024

Chilpancingo 

 

El general Heliodoro Castillo Castro, militar mexicano, participó en la revolución mexicana junto al caudillo del Sur Emiliano Zapata.

Fue el 4 de octubre de 1912 cuando se levantó en armas en el poblado de Huerta Vieja municipio de Tlacotepec, que años más tarde adoptaría el nombre del general Heliodoro Castillo.

De acuerdo con la enciclopedia guerrerense, Castillo Castro junto a Encarnación Chon Díaz, Jesús H. Salgado, Julián Blanco y Emiliano Zapata planearon acorralar al huertista general Luis G. Cartón, quien no resistió y tuvo que huir rumbo a Acapulco, pero fue alcanzado en la comunidad de El Rincón y fusilado junto con sus aliados, en 1914.

Después del triunfo zapatista, fue electo como gobernador provisional el general Jesús H. Salgado quien se ausentó por algunos días para atender las tropas del distrito de Aldama.

En su ausencia dejó su puesto en manos de Heliodoro Castillo, tiempo en el que como gobernador encargado equipó escuelas comunales e inició la explotación de la mina La Delfina, en el municipio de Leonardo Bravo.

General Heliodoro Castillo Castro. Imagen: Enciclopedia guerrerense

Otra de las encomiendas de Heliodoro Castillo fue entrevistar al presidente provisional de la República, Eulalio Gutiérrez, para obtener la legalización del Banco Revolucionario de Guerrero, sin embargo no tuvo una respuesta positiva.

Al no obtener el resultado esperado, gestionó con éxito víveres y ropa.

El 1 de enero de 1915 llegó el general Silvestre Mariscal a Chilpancingo y con él un numeroso ejército carrancista para posteriormente llevar a cabo más enfrentamientos cuando, se suponía, que después de la Convención de Aguascalientes los combates habían terminado.

La Soberana Convención de Aguascalientes fue una reunión que tuvo lugar durante el proceso de la revolución mexicana y que se celebró desde el 10 de octubre hasta el 9 de noviembre de 1914.

Uno de los principales objetivos de la Convención era unificar a los grupos de revolucionarios antagónicos, lo cual no se cumplió por completo.

Otro objetivo fue precisar los fines de la revolución y con ello construir las bases de una convivencia social progresista, aspectos que no se cumplieron con la llegada del general Silvestre Mariscal a Chilpancingo.

Cuando el general Heliodoro Castillo tuvo conocimiento acerca de la venta de los pozos de petróleos de Tamaulipas y Veracruz, publicó un manifiesto bajo el título: El nefasto Carrancismo, con el cual dio a conocer su total repudio a estas acciones.

Siguió la lucha en el país y fue herido en enero de 1917, este suceso lo obligó a regresar al pueblo de donde era originaria su esposa Micaela Nava, a Chichihualco, para recuperarse junto a ella.

Fue ahí dónde recibió una carta que lo hizo dirigirse a Zumpango donde fue acorralado junto a su asistente el Chancaseli Alarcón, pero antes de ser apresado se disparó a sí mismo.

Fue sepultado en el panteón municipal de Chilpancingo con todos los honores y reconocimientos por sus acciones, su desempeño y valor durante la revolución en la Rotonda de los Hombres Ilustres de Guerrero.

Baltasar R. Leyva Mancilla: más que el nombre del mercado central de la capital guerrerense

Texto: Alberto Ramírez Santos

Foto: Amapola Periodismo/Archivo

2 de marzo del 2024

Chilpancingo

 

Durante su gobierno, el militar y político Baltasar Reyes Leyva Mancilla realizó obras de gran impacto para la mejora del estado de Guerrero, una de las más destacadas fue la construcción de la carretera que une a Guerrero con Michoacán.

Esta obra impulsó la comunicación entre ambos estados y mejoró el comercio, por lo tanto, contribuyó en la economía de ambos estados.

De acuerdo con la Enciclopedia guerrerense, uno de los primeros actos de gobierno del general fue poner en marcha una campaña de alfabetización en el estado.

Leyva Mancilla fue gobernador de 1945 a 1951. Su gobierno coincidió con el del presidente Miguel Alemán Valdés, también de 1945 a 1951.

 

Leyva Mancilla, Baltasar R.

En este periodo de mandato, el turismo hacia Acapulco recibió un fuerte impulso, pues se construyeron el malecón, los fraccionamientos Hornos y Costa Azul, así como el zócalo.

En Colotlipa se inauguró una planta hidroeléctrica. Se fundó el Colegio del Estado y se establecieron casas de estudiantes en México, Distrito Federal, para los guerrerenses que estudiaban en la capital del país. En marzo de 1950 se inició la construcción de la Escuela de Artes y Oficios, en Acapulco.

Mucho antes de ser gobernador del estado de Guerrero, en el año 1913, Leyva Mancilla fue un militar destacado pues figuró como uno de los cadetes que acompañaron al presidente Francisco I. Madero en la Marcha por la Lealtad, acto que se realizó desde el Castillo de Chapultepec hasta el Palacio Nacional.

La Marcha por la Lealtad en la que participó el general Leyva Mancilla, se llevó a cabo el 9 de febrero del año 1913.

Se le denominó de esta manera a la escolta en columna de honor que realizaron los cadetes del Colegio Militar, al presidente Francisco I. Madero para trasladarse del castillo de Chapultepec al Palacio Nacional con el fin de respaldar al Poder Ejecutivo ante la rebelión de los generales retirados Manuel Mondragón, Bernardo Reyes y Félix Díaz.

Con esta marcha se reafirmó la lealtad de los alumnos del Colegio Militar y el compromiso de respaldar a las instituciones legalmente constituidas.

La Danza de los Manueles y cómo visibilizaron las injusticias en la época novohispana

Texto: Andrea Mendoza
7 de febrero del 2024
Chilpancingo

 

La Danza de las Manueles cuenta la historia de Don Manuel, un hacendado español que vivía en la Nueva España. Era una persona injusta y déspota con su gente: los indígenas y negros.

Don Manuel era alcalde de la zona sur de Nueva España, según las historias que cuentan danzantes como Jorge Alberto Brito Guzmán, maestro de danza folklórica en la ciudad de Taxco, Guerrero. El hacendado vivía con su esposa, una joven castellana, quien tampoco era querida por la población marginada. Trataban mal y eran consideradas personas avaras.

En uno de sus cumpleaños, los negros e indígenas, cansados de los malos tratos de don Manuel y su esposa, hicieron una danza con toques de protesta y burla hacia ellos.

Se personificaron con ropa parecida a la de los españoles y utilizaron máscaras con cara de viejos blancos, mejillas rosadas y bocas chimuelas, haciendo alusión a estos dos personajes.

La caracterización de Don Manuel consistió en un traje negro parecido al de los gachupines, un puro en la boca y una víbora en forma de bastón.

Mientras que la caracterización de Manuela, como se le conoce actualmente al personaje de la esposa, se basó en una ropa similar a la de una española adinerada; vestido largo y unas cuantas joyas, trenzas largas y la máscara de vieja blanca con tan solo un par de dientes.

Danza de los Manueles, una sátira a los ancianos españoles que prevalece hasta nuestros días. Foto: Cortesía

La danza estuvo acompañada de tambores, panderos y jarana; todos bailaron al son de la música.

Al término de la fiesta, don Manuel preguntó el significado de la danza y una persona de su confianza comentó que era para burlarse de ellos.

Don Manuel no se tomó esto como un insulto e invitó a la población a bailarlo en cada uno de sus cumpleaños.

Esta es una de las versiones más contadas por maestros, estudiosos y cronistas de la danza mestiza en Guerrero, actualmente, la Danza de los Manueles recibe el nombre de Danza de los Viejitos en algunas zonas de Guerrero y parte del estado de Oaxaca.

Se baila en fiestas patronales, religiosas y carnavales. La danza se caracteriza por las máscaras de viejos blancos y Manuela, quien siempre lleva trenzas largas y blancas.

Danza de los Manueles, una sátira a los ancianos españoles que prevalece hasta nuestros días. Foto: Cortesía

La mayoría de las danzas de orígenes novohispanas tienen una carga de burla y la exhibición de injusticias por medio del baile.

Era la única forma de los indígenas de mostrar su disgusto al mal gobierno por medio de la sátira, según la opinión del historiador Óscar Mazín Gómez en su libro Iberoamérica. Del descubrimiento a la Independencia.

En Guerrero existen 14 danzas, de acuerdo con el portal oficial del gobierno estatal, entre ellas, las que más destacan, son la danza de los Tlacololeros, la Danza de los Diablos y la Danza de los Manueles.

Estas danzas tienen orígenes prehispánicos y novohispanos, además de una influencia negra e indígena.

La historia olvidada de Amelio Robles, un revolucionario transgénero

Texto: Andrea Mendoza

30 de enero del 2024

Chilpancingo

Amelio Robles Ávila fue un general transgénero que luchó en la Revolución Mexicana, lideró a más de 1000 hombres y se caracterizó por su destreza en planear y ejecutar emboscadas a la gente de Porfirio Díaz.

Durante su infancia, Amelio Robles respondía al nombre de Amelia. Fue una niña rebelde que no se dejó adoctrinar a las costumbres y tradiciones de su pueblo, comentó la historiadora Angélica Noemí Juárez Pérez para BBC News del Mundo.

El general Amelio Robles nació como mujer en el año de 1889 en Xochipala, Guerrero, municipio de Eduardo Neri.

Su infancia y adolescencia se caracterizaron por no seguir los estándares de una buena mujer. No tenía intenciones de ser ama de casa, y tampoco de conseguir un esposo que la mantuviera.

La joven Amelia Robles tuvo otros gustos, como montar a caballo y el manejo de armas, cuando cumplió 21 años, la Revolución Mexicana llegó a su pueblo, Xochipala.

 

Amelia Robles en su juventud, foto: cortesía de redes

Amelia Robles vio en la Revolución Mexicana una aventura y un pretexto para ser lo que su imaginación y ella quisieran ser, por lo que se enlistó en el Éjercito Liberador del Sur a cargo del militar Emiliano Zapata.

Amelia no lo sabía, pero la Revolución Mexicana no solo le daría el dulce sabor de boca de convertirse en general y tener a su cargo a más de 1000 hombres, sino que también encontraría su verdadero género.

Sus habilidades la hicieron notar rápidamente. La historiadora Juárez Pérez comentó en BBC News del Mundo que obtuvo su mando de generala al robarle un caballo a un general del Ejército Federal.

Mientras luchaba y lideraba tropas, Amelia comenzó un proceso de masculinización, un fenómeno común en las mujeres revolucionarias, quienes adoptaban la apariencia de un hombre para infligir respeto ante sus compañeros y defenderse de la violencia sexual.

Sin embargo, en la mayoría de mujeres revolucionarias, al concluir sus batallas regresaban a su aspecto de mujer, pero Amelia no.

Amelia decidió apoderarse de su masculinidad y vivir su identidad de género como el General Amelio ‘el güero’ Robles.
“Amelio Robles transitó de una identidad femenina impuesta a una masculinidad deseada: se sentía y se comportaba como hombre y su aspecto era varonil”, comentó la historiadora Gabriela Cano Ortega para la Secretaría de Cultura.

Amelio ‘el güero’ Robles después de la Revolución Mexicana, foto: cortesía de redes

Al término de la Revolución Mexicana, Amelio Robles regresó a Xochipala, donde vivió el resto de su vida. Se casó con Ángela Torres, con quien decidió adoptar una niña.

Amelio no recibió una pensión militar como sus compañeros de batalla, debido a su cambio de nombre de Amelia por Amelio, pues la Secretaria de la Defensa Nacional tenía solo un registro de Amelia Robles, y no uno de Amelio Robles.

Amelio Robles murió a la edad de 95 años en 1984. Cinco años más tarde, la Secretaría de la Mujer en Guerrero y el Instituto Nacional de Antropología Historia abrieron las puertas de un museo llamado Amelia Robles.

Amelio Robles desafió estereotipos y estigmas al luchar hombro a hombro con hombres en la Revolución Mexicana y encontrar su identidad de género en la misma.

Benita Galeana, la escritora comunista

Esta tarde, el Congreso local otorgará Post Morten a la guerrerense Benita Galeana Lacunza la presea Sentimientos de la Nación. Con base en el libro Benita, escrito por ella misma, aunque una gran parte de su vida fue analfabeta, se cuenta cómo fue la vida de esta mujer, principalmente su experiencia en las filas comunistas


Texto: Marlén Castro

Foto: almomento.mx

13 de septiembre 2023

Chilpancingo

—¿Quiénes son esos que están haciendo escándalo? Preguntó Benita Galeana a un grupo de soldados a quienes conocía como compañeros de trabajo en el Cuartel Mesones, en la Ciudad de México. Aunque no lo específica en sus memorias, probablemente era el año 1928.

—Son unos comunistas que acaban de caer.

—Pobres muchachos, ¿por qué serán comunistas?

—Son unos tontos, porque el gobierno de Calles no los dejará vivos. Dicen que los van a matar a todos.

—¡Pobres! ¿Qué pudiéramos hacer por ellos?

—Nada, si los tienen incomunicados.

—No le hace; hay que hacer algo. ¡Tenemos que salvarlos!

—¿Pero cómo?

—Ustedes deben ir a los periódicos a avisar que aquí hay comunistas presos.

—Bueno, si usted quiere lo haremos.

—Pronto, vayan a la prensa, digan que en esta prisión hay comunistas.

Benita Galeana trabajaba en ese cuartel, al separarse de su marido Manuel Rodríguez, por quien inició su militancia en el Partido Comunista Mexicano. Obvio, no les dice que ella misma es comunista y así se salvó ella y a los presos.

“Los soldados se fueron. Yo no podía comunicarme con los compañeros. Sabía que si los veía, me cogían presa a mí también. Un soldado fue a los periódicos e informó. Por la tarde, los diarios decían que estaban presos como cien comunistas por querer matar al Primer Magistrado. Eso no era cierto, sino que habían caído por luchar contra el Servicio Militar Obligatorio que se quería implantar entonces. Esa misma tarde sacaron a los comunistas”.

Después de este episodio Benita Galeana regresa con su marido, a través de quien conoce a José Revueltas y a Diego Rivera, además de otros militantes comunistas famosos.

Aquí un episodio con Revueltas, precisamente después de que varios comunistas son encarcelados en el Cuartel Mesones.

—Ahora sólo falta ir con los trabajadores de las fábricas y hacer mítines y protestar por la detención de ellos. Vete a ver a José Revueltas para que se pongan de acuerdo y ver cómo le hacen para salvar a esos compañeros, instruyeron en el Partido Comunista a Benita Galeana.

“Salí a buscar a Revueltas. La policía tenía ya órdenes de cogerme otra vez. En eso me encuentro a Revueltas.

Me dice: —Mana, te ando buscando para que hagamos un mitin por los presos. —Pues a eso vengo yo también.

Estábamos en la calle de San Juan de Letrán. En ese momento llega un agente y nos dice: “¡Quedan detenidos!”. Vimos que un compañero se acercaba con propaganda. Entonces yo pegué un grito: “¡Viva el Partido Comunista!”, en señal de que estábamos presos».

Una de las visitas frecuentes en la casa de Benita Galeana era Diego Rivera. Aquí el episodio de cuando lo conoció.

“Un día se me presenta con Diego Rivera en mi casa, por Dr. Lavista. Como yo no conocía a semejante elefante, y tan feo, hasta me dio miedo de pronto. Me dice Manuel: —Es el pintor de quien tanto te he hablado. —Mucho gusto, señor, siéntese. Yo no sabía bien todavía las cosas políticas. Empezaron a hablar del famoso Trotski».

Sus memorias

Benita Galeana escribe sus memorias probablemente a partir de 1939, con la ayuda del periodista Mario Gill, quien escribía en El Machete, el órgano informativo del Partido Comunista. Gill es su pareja hasta 1973, cuando este muere.

Sus memorias arrancan cuando ella tiene seis años, que es el recuerdo más lejano que tiene de su propia vida.

«Las primeras palabras que recuerdo son éstas: —Pero, mujer, ¡si está muy chiquita! —¡Qué chiquita, si ya está bastante grande! ¡Ya tiene seis años! ¡Ya está buena para que ayude a trabajar… y por eso la chingo, para que aprenda!».

Esta escena es entre su hermana Camila, la mayor de todas, quien la cuida al morir la madre y porque el padre se tira al vicio.

Esta parte de la vida de Benita Galeana es bastante triste. Su hermana le pega por todo, aunque se encarga a tan corta edad de muchos de los quehaceres de su casa, encima soporta a su cuñado, a quien le corta dos dedos una noche que quiso abusar sexualmente de ella, cuando sólo tenía ocho años.

Estos son los recuerdos de Benita Galeana de ese momento.

“Estaba muy oscuro. Me levanté sin hacer ruido y fui adonde guardaba los fierros que yo usaba cuando mataba puercos. Cogí un cuchillo y me volví a la cama. Al poco rato volvió la mano a andar tentando. Se la cogí rápidamente y con el cuchillo le di una cortada. Nomás oí un pujido, pero no dijo nada. Dejó un reguero de sangre.

Pedro dejó de venir diez días a la casa. Cuando volvió traía la mano vendada. Le había cortado dos dedos de la cuchillada”.

La vida de esta mujer indómita está llena de aventuras y de desventuras. Creció en un entorno desfavorable y arriesgado para una niña.

“Cerca de la casa donde vivíamos, había un estero. El estero estaba lleno de lagartos. Como estos no tenían que comer, se salían a buscar comida. Seguido se llevaban los animales. Había uno, muy grandote, que le decíamos “El Panteón”, porque se bajaba hasta una vaca. Ya se había bajado a varias. Nosotros nos habíamos familiarizado con los lagartos y ya no les teníamos miedo. Sabíamos cómo defendernos de ellos.

Nunca dejábamos que se nos pusieran de lado. Para luchar con ellos, había que llegarles por delante, porque así no atacan. Luego, les brincábamos al lomo y los cogíamos de las dos patas delanteras y los volteábamos boca arriba. Enseguida, les metíamos una estaca en el hocico para que no mordieran”.

Benita Galeana vivió hasta los 14 años con su hermana Camila, en San Jerónimo de Juárez, donde nació en el año 1904 o 1907, no se sabe con certeza el año. Después, cuando ya no la aguantó más y porque quería casarla con un adulto mayor, se fue a vivir a Acapulco con su hermana Guadalupe, quien también la explotó.

Siempre quiso vivir en la capital del país; después de su estancia en Acapulco, en donde se junta a vivir con un escribiente de un juzgado y tiene una hija, todo lo que hace en la vida es buscar la forma de llegar a la Ciudad de México, cuando lo hace finalmente, conoce a Manuel Rodríguez, por quien se inicia en el Partido Comunista, en donde se convierte en activista por la libertad de presos políticos, por los derechos de los trabajadores y en la creación del Frente Único Pro-Derechos de la Mujer.

 

 

Texto patrocinado por el Congreso del Estado

¿Quién es Juan del Carmen y por qué los diputados exhortaron a la SEP incluirlo en los libros de Texto?

Texto: José Miguel Sánchez
Fotografía: Portada del libro Juan del Carmen: Insurgente en la Costa Chica de Guerrero 
15 de mayo del 2023
Chilpancingo

El coronel Juan del Carmen fue el lugarteniente de Vicente Guerrero y murió en batalla mientras defendía el sitio de Xonacantlán, hoy municipio de Alcozauca, en la Montaña de Guerrero. Por su participación en la Independencia, la actual legislatura del Congreso local exhortó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que lo incluya en los libros de texto para el ciclo escolar 2023-2024.

De acuerdo con la Enciclopedia Guerrerense, Juan del Carmen nació en 1790 en la comunidad indígena de Cuananchinicha, ahora municipio de Tlacoachistlahuaca, a los 21 años se adhirió al Ejército Insurgente y se puso a las órdenes del general Vicente Guerrero.

Por su destacada participación en el movimiento armado fue nombrado lugarteniente de Vicente Guerrero y obtuvo el grado de coronel. A sus filas sumó habitantes de los pueblos originarios y afromexicanos.

Juan del Carmen acompañó a Vicente Guerrero en diversos combates por las hoy regiones de la Costa Chica y la Montaña, zonas ñuu savi y me’ phaa.

En 1817, Juan del Carmen se concentró, junto a Vicente Guerrero, en un fuerte en el cerro de Xonacatlán, lugar donde los realistas lo sitiaron y finalmente murió al recibir los disparos que iban dirigidos a Vicente Guerrero.


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Por tal motivo el Congreso local, en la sesión del 4 de mayo pasado aprobó por unanimidad un exhorto a la titular de la SEP, Leticia Ramírez Amaya, para incluir “la vida y obra del coronel Juan del Carmen en los libros de texto gratuitos correspondientes al ciclo escolar 2023-2024, como reconocimiento a este insigne hombre de la Costa Chica guerrerense que luchó por la libertad de México al lado del general Vicente Guerrero”, se lee en el exhorto.

Al presentar la propuesta, la diputada morenista Claudia Sierra Pérez dijo que hablar de Vicente Guerrero es recordar a sus correligionarios, “quienes en el momento en que la lucha independentista atravesaba por una etapa oscura, casi sin aliento ni esperanza impulsaron al general no sólo a continuar, sino que lo defendieron a costa de su propia vida para poder lograr una patria libre”.

Sierra Pérez mencionó que Juan del Carmen se distinguió “por ser un hábil insurgente que libró batallas sin tener derrota alguna frente a los realistas”.

“El liderazgo del coronel fue tanto, que incluso llegó a ser nombrado el segundo teniente en las filas de la insurgencia, y junto al general Guerrero recorrió lo que hoy es este estado de un extremo a otro, pasando por puntos fortificados y guarnecidos por el enemigo, asistiendo al llamado independentista de José María Morelos y Pavón”.

Los diputados locales exhortaron a la SEP para incluir a Juan del Carmen en la historia oficial para estudiantes de educación primaria por su destacada participación.

“De modo que su nombre sea conocido y recordado a lo largo y ancho del país, pues, gracias a sus proezas, la lucha de Guerrero por nuestra independencia no sólo continuó cuando estaba por extinguirse la llama, sino que pudo llegar a feliz término”, agregó la diputada en tribuna el día que presentó el exhorto y que fue aprobado.


Este  texto es patrocinado por el Congreso del estado de Guerrero

 

José María Murguía y Galardi, el primer presidente del Congreso de Chilpancingo 

Texto: José Miguel Sánchez

Fotografia: INAH

abril del 2023

Chilpancingo

 

José María Murguía y Galardi fue un político, militar y escritor que participó en la independencia de México. Además fue el primer presidente del Primer Congreso de Anáhuac, celebrado en Chilpancingo en 1813.

Antes de ser el primer presidente del Primer Congreso de Anáhuac, Murguía y Galardi tuvo otros cargos políticos importantes en su natal Oaxaca.

Murguía y Galardi comenzó su carrera política en 1876, como alcalde ordinario de la ciudad de Oaxaca, cargo que desempeñó hasta 1809, posteriormente fue el encargado de recolectar los impuestos en el estado.

Para 1812, año en que las tropas de José María Morelos y Pavón entran a Oaxaca, era parte de la Junta de Seguridad y Defensa, por lo que negoció con Morelos para lograr una toma pacífica de la ciudad.

Después de la toma de Oaxaca por las tropas insurgentes, fue nombrado por el mismísimo Morelos como el intendente insurgente del estado de Oaxaca.

Poco se sabe de la relación entre Murguía y Galardi y Morelos, y hasta la fecha los historiadores no explican por qué Morelos dejó en el cargo de intendente insurgente a un personaje que siempre perteneció a la élite oaxaqueña.

La teoría más aceptada, de acuerdo con el artículo José María Galardi y el Congreso de Chilpancingo del historiador oaxaqueño Carlos Sánchez Silva, es que Morelos vio en él un personaje «idóneo que podía servir de puente entre los dos bandos».

«La élite oaxaqueña veía en él (Murguía y Galardi) un personaje perfecto para salvaguardar sus intereses», se lee en artículo de Sánchez Silva.

De acuerdo con el mismo artículo, en el Archivo General de Oaxaca existe un gran número de expedientes en los que las familias ricas de ese estado denunciaban despojos y pleitos por parte de los insurgentes.

«Como un verdadero malabarista, Murguía y Galardi trató de encontrar la solución más salomónica que no perjudicara a los miembros de la élite, pero ya también mantuviera contenta a la dirigencia insurgente».

Para 1813 y ante la insistencia de Morelos de tener un órgano de gobierno formal que dirigiera el rumbo de la causa insurgente convoca para el 13 de septiembre en Chilpancingo al Primer Congreso de Anáhuac.

Por eso, Murguía y Galardi es electo en Oaxaca para representar a su estado en el Congreso de Chilpancingo.

En el acta de la primer sesión del Congreso de Chilpancingo aparece Murguía y Galardi como presidente de la sesión y fue él quien le tomó protesta como generalísimo de las tropas insurgentes.

«Lo cierto es que la labor de Murguía y Galardi fue efímera: el 17 de septiembre aparece como presidente (del Congreso); un día después, el 18, su suplente, el doctor Manuel Sabino Crespo ya lo había sustituido».

Después de eso Murguía y Galrdi regresó a Oaxaca a ocupar su puesto como intendente insurgente hasta la toma de la capital por las tropas realistas a principios de 1814.

Una vez que el gobierno español reconquistó Oaxaca de las tropas insurgentes se colocó un Cabildo Eclesiástico para juzgar a quienes colaboraron con el gobierno insurgente.

El Cabildo Eclesiástico acusó a Murguía y Galardi de «infidencia contra su monarca» y aunque no fue sentenciado a muerte como otros líderes insurgentes sí desapareció de la escena política hasta 1820.

Con la declaración de independencia y la instalación de un Congreso Constituyente para naciente nación, Murguía y Galardi reapareció y fue electo diputado por la provincia de Oaxaca en 1820 y posteriormente primer gobernador de 1823 a 1824.

Durante su gobierno y gestión se promulgaron el Acta Constitutiva del Estado de Oaxaca y la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824.

“Después de una azarosa y exitosa carrera política, Murguía y Galardi se retira a la vida privada para escribir su obra Estadística del estado de Oaxaca, obra de ocho volúmenes que concluyó en 1828 y por el que recibió el apodo de Padre de la estadística oaxaqueña”.

Después de la publicación de su obra, Murguía y Galardi desaparece de la vida pública completamente; se desconoce la fecha exacta de su muerte.


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Carlos María de Bustamante, el historiador del movimiento insurgente 

Texto: José Miguel Sánchez 

Fotografía: Relatos e Historias de México 

marzo del 2023

Chilpancingo 

 

Carlos María de Bustamante fue un filósofo que participó activamente en el movimiento independentista, fue el primer legislador por el estado de Oaxaca y es considerado el historiador de la independencia mexicana.

La Real Academia de Historia (RAH) menciona que Carlos María de Bustamante estudió Filosofía en el Seminario de Oaxaca y posteriormente se graduó en Teología, más tarde, en 1796, empezó la carrera de Jurisprudencia en la Ciudad de México, profesión que ejerció en la Audiencia de Guadalajara.

En 1805 fundó el Diario de México, publicación que utilizó para escribir sobre el pensamiento liberal que se generaba en aquella época.

Al inició de la Guerra de Independencia, en 1810,  Carlos María de Bustamante fue invitado por Ignacio Allende a participar en el movimiento armado, oferta que declinó al considerar que sus aportaciones serían de corte más intelectual.

En ese año inició la que es su obra más conocida, Cuadro Histórico de la Revolución de la América Mexicana, una obra compuesta de cinco volúmenes que da un recuento de toda la Guerra de Independencia.

Para escribirla, Carlos María de Bustamante recurrió a fuentes directas, a los testimonios de personas que participaron en los hechos y que los presenciaron, así como a documentos oficiales de la época.

La obra comienza con el grito de dolores, el 16 de septiembre de 1810, y culmina en 1833.

El Cuadro Histórico de la Revolución de la América Mexicana es, hasta la fecha, la fuente principal de los historiadores para conocer sobre la Independencia de México.

Tras la proclamación en España de la Constitución de Cádiz, en 1812, Bustamante fue uno de los primeros en hacer uso de la libertad de imprenta y publicó el periódico El Juguetillo, de tinte crítico a la corona española y que casi de inmediato fue suspendido por el virrey.

Después de varias amenazas por parte de los realistas, Bustamante huyó a Oaxaca donde se une al movimiento armado que ya comandaba José María Morelos.

Morelos lo nombró inspector general de Caballería, y le encargó editar el periódico El Correo del Sur, uno de los medios de comunicación del medio insurgente en el sur del país.

En 1813 forma parte del Primer Congreso de Anáhuac como diputado por Oaxaca, y de acuerdo con la Enciclopedia de la Literatura en México, fue Bustamante el encargado de redactar el discurso que Morelos leyó ante el pleno del Primer Congreso de Anáhuac, el 13 de septiembre de 1813 en Chilpancingo.

También fue el encargado de redactar, por órdenes de Morelos, el acta de Independencia de la América Septentrional que se proclamó en noviembre de 1813 y aprobada por el Congreso de Anáhuac.

Años más tarde, de 1821 a 1823, publicó La abeja de Chilpancingo, un compilado de todas las sesiones, discursos, decretos y documentos que pasaron por el Congreso de Anáhuac.

Tras la caída de Morelos en 1815 fue arrestado por los realistas y lo enviaron preso al Castillo de San Juan de Ulúa, en el que permaneció de 1817 a 1820.

Proclamada la Independencia en 1821 se unió a las tropas de Antonio López de Santa Anna y se enfrentó a las ambiciones de Agustín de Iturbide que pretendía convertir la naciente república en una monarquía hereditaria.

Esto fue a través de diversas críticas expresadas en su semanario La avispa de Chilpancingo.

Esta actitud le valió de nuevo el encarcelamiento en el Convento de San Francisco, junto a otros diputados a quienes se acusaba de participar en una supuesta conspiración contra Iturbide.

En 1823, tras la destitución de Iturbide, recobró la libertad y al año siguiente fue electo de nuevo para el Congreso como diputado de Oaxaca.

En dicho cargo fue uno de los responsables de elaborar la constitución del naciente país.

De 1824 a 1844 ocupó en diversos momentos su curul como diputado por Oaxaca.

En los últimos años de su vida “hubo de presenciar, con profunda aflicción, la intervención estadounidense en México”, se lee en su biografía.

Falleció por causas naturales a los 74 años.

 


Este texto es patrocinado por el Congreso del estado de Guerrero 

 

José Manuel de Herrera, el canciller del movimiento independentista

Texto: José Miguel Sánchez

Fotografía: Mediateca INAH 

27 de marzo del 2023

Chilpancingo

 

José Manuel de Herrera fue un sacerdote insurgente y diputado; firmó los Sentimientos de la Nación y fue comisionado por José María Morelos y Pavón para representar a la causa insurgente en el extranjero.

De acuerdo con su biografía publicada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), José Manuel Herrera estudió teología en el Colegio Carolino de Puebla, fue cura de Santa Ana Acatlán y de Huamuxtitlán, en el hoy estado de Guerrero.

En 1811 es enviado a la Capellanía de Chiautla, en Puebla, momento decisivo en el que se une a la causa insurgente, comandada por Morelos.

Chiautla fue tomado por las tropas de Morelos, y fue ahí que se adhirió a la causa insurgente y lo acompañó en la toma de Oaxaca en 1812. En la catedral de Oaxaca dio una misa solemne para celebrar ese triunfo.

Dos meses más tarde, Morelos le encargó fundar y dirigir el periódico Correo Americano del Sur, junto con Carlos María de Bustamante.

En septiembre de 1813 fue diputado del Primer Congreso de Anáhuac, en Chilpancingo, en representación de la provincia Tecpan.

En Chilpancingo firmó los Sentimientos de la Nación, primer marco jurídico de América, y posteriormente colaboró en la redacción del Decreto de Independencia en la América Septentrional, y en la constitución de Apatzingán.

En noviembre de 1813, Morelos lo designó para ir a negociar con el gobierno de Estados Unidos en Washington DC el suministro de armas y municiones. Para este viaje, Morelos le encargó la custodia de su hijo Juan Nepomuceno Almonte, pero, tras su muerte, sólo llegaron hasta Nueva Orleans.

José Manuel de Herrera regresó a Puebla, en donde aceptó el indulto ofrecido por el virrey Juan Ruiz de Apodaca.

Regresó a la vida política del país tras la Independencia de México en 1821. Fue nombrado ministro de Relaciones Interiores y Exteriores de 1821 a 1822, por el recién nombrado emperador Agustín de Iturbide.

Posteriormente diputado por Tlaxcala y Ministro de Justicia con Vicente Guerrero en 1829.

José Manuel de Herrera es considera por la historia oficial como el primer ministro de Relaciones Exteriores de México, en 1821 envió a la Secretaría de Estado de Estados Unidos la primera comunicación oficial emanada del México Independiente y estableció las relaciones formales entre los dos países.

Murió en la Ciudad de México en 1831; se desconocen las causas.

 


Texto patrocinado por el Congreso del estado de Guerrero 

José María Liceaga, el representante de Guadalajara en el Primer Congreso de Anáhuac

Texto: José Miguel Sánchez 

Fotografía: Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM)

15 de marzo del 2023

Chilpancingo 

 

José María Liceaga fue un hacendado, militar y médico originario de Guadalajara, que participó activamente en la Guerra de Independencia desde su inicio, en 1810, hasta su muerte, en 1818.

Para conformar el Primer Congreso de Anáhuac, Liceaga participó como legislador por la entonces provincia de Guadalajara.

Como diputado fue uno de los firmantes del Acta Solemne de la Declaración de la Independencia de la América Septentrional, en 1813 y también en la firma del Decreto Constitucional para la Libertad de América Mexicana, en 1815.

Aun cuando son desconocidos los datos específicos acerca de su nacimiento y vida, los datos oficiales proporcionados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) indican que nació en 1780, en una hacienda familiar llamada Hacienda de la Gavia, en el hoy municipio de Romita de Liceaga, Guanajuato.

Liceaga comienza sus estudios de medicina pero los abandona y se enlista en el Ejército realista, donde ascendió al cargo de teniente.

En 1810 se une a Miguel Hidalgo y Costilla para acompañarlo en la Guerra de Independencia, donde es nombrado teniente coronel.

El 30 de octubre de 1810 participó en la batalla del Monte de las Cruces en la que las tropas de Hidalgo se enfrentaron y vencieron a los elementos realistas.

Unos meses después, el 17 de enero de 1811 se enfrentan en otra batalla los insurgentes y los realistas, pero esta vez, los insurgentes resultaron perdedores. Se trató de la batalla del Puente de Calderón en la que las cifras de insurgentes muertos y heridos fueron unos 13,000.

Para los historiadores esta batalla fue el final de la primer etapa de la insurgencia, comandada por Miguel Hidalgo.

Tras los fusilamientos de Miguel Hidalgo e Ignacio Allende, Liceaga no soltó las armas y continuó en la lucha armada en el noreste de México

Por ese motivo fue nombrado vocal de la llamada Junta de Zitácuaro, órgano político y administrativo de los insurgentes, y el antecedente directo del Congreso de Anáhuac.

Ya en 1813 fue nombrado diputado por la provincia de Guadalajara en el Congreso de Chilpancingo, desde el 24 de octubre de 1814 hasta el 5 de noviembre de 1815, y fue uno de los firmantes del Acta Solemne de la Declaración de la Independencia de América y del Decreto Constitucional para la Libertad de América Mexicana.

Después que Morelos es fusilado en de diciembre de 1815, Liceaga se marcha a Michoacán y dos años después, por desacuerdos entre los diputados del Congreso de Chilpancingo, Ignacio López Rayón lo destituye a él y a José Sixto Verduzco de sus cargos como diputados y ordena que sean capturados.

Después de este acontecimiento, José María Liceaga decide retirarse de la vida militar y se va a su hacienda de La Laja, en Guadalajara.

A finales de 1818 Liceaga fue asesinado por el capitán Juan Ríos, desertor de las tropas del comandante insurgente Miguel Borja. En realidad ambos murieron.

De acuerdo con el libro Actores y escenarios de la Independencia. Guerra, pensamiento e instituciones, ‪1808-1825‬, de los historiadores Alfredo Ávila y Enrique Florescano, Juan Ríos cometió varios desmanes en la Hacienda del insurgente retirado Liceaga, por lo que este último decidió atacarlo y en un enfrentamiento ambos fallecieron.

Existe otra versión que indica que Juan Ríos estaba bajo las órdenes del comandante insurgente Miguel Borja, quien ordenó el asesinato de Liceaga; la razón, una deuda que tenía y para evitar pagarla, Liceaga decidió que le quitaran la vida.


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