La noche del miércoles, la población taxqueña salió a los balcones de sus hogares para pedir un alto a la violencia.
La iniciativa se hizo viral en redes y por la noche se vio el efecto de la convocatoria.
En punto de las nueve de la noche, a las luces nocturnas, se agregaron cientos de lámparas de celulares, también chiflidos y frases de aliento.
«¡Vamos Taxco! ¡Sí se puede Taxco!»
Otras personas se concentraron en el barrio de La Bermeja y partieron en una pequeña procesión para regalar víveres y agua a familias afectadas por la violencia.
Quienes recibieron esos alimentos son las familias de transportistas, quienes suspendieron sus actividades por la amenaza del grupo criminal La Familia Michoacana.
La ciudadanía comentó en redes que la mayoría de restaurantes y locales de la ciudad cierran máximo a las siete de la noche.
La gente no se siente tranquila en sus calles, ni en sus mismas casas.
Taxco sigue sin transporte público, por lo que el gobierno municipal dispuso que los vehículos oficiales de la Policía Municipal y de Protección Civil lleven a la población que vive en colonias alejadas.
La crisis del transporte se originó el sábado 20 de enero, después del ataque a una unidad, en la que falleció el conductor y una turista fue herida, desde entonces suman cinco asesinatos.
La ciudadanía taxqueña optó inmediatamente por cancelar clases en escuelas y no asistir a sus trabajos.
Texto: José Miguel Sánchez Fotografía: Cortesía 4 de agosto del 2023 Chilpancingo
Eran finales de los años 80 y principios de los 90, y aquel niño de nombre Ignacio Ocampo Rodríguez, que creció en las coloridas y calurosas calles del puerto de Acapulco, se entretenía entre las páginas de los cómics que leía todas las tardes.
Historietas latinoamericanas como Condorito y Mafalda sembraron en Ignacio la semilla de lo que años más tarde sería AcapulCómic, un proyecto hecho desde Guerrero para difundir a través de cómics, videojuegos y tecnología la cultura, el arte, las tradiciones y personajes de Acapulco y del estado.
30 años después, Ignacio ahora es Na’Chok, el nombre artístico con el que firma como ilustrador, escritor y creador de historietas y videojuegos centrados en la cultura de Guerrero.
Durante su infancia, al leer Condorito, una historieta de origen chileno, Na´Chok relacionaba en los personajes con gente real de su pueblo materno, San Jerónimo, ubicado en la Costa Grande de Guerrero.
Condorito se sitúa en el poblado ficticio de Pelotillehue “y siempre se me hacía un parecido con San Jerónimo lo que presentaba Condorito en su pueblo; vi un parecido de ciertos personajes de la historieta con personas de la vida real”.
Su gusto por las historietas llevaron a Na´Chok a estudiar diseño gráfico. Su proyecto de tesis fue un manual sobre cómo desarrollar una historieta desde cero.
También porque no existía un manual o libro en español que orientara para realizar historietas.
En 2012, Na’ Chok inició en la creación de historietas enfocadas en la historia y cultura guerrerense.
Na´Chok creció en las calles de Acapulco, pero sus orígenes son en San Jerónimo, en la Costa Grande de Guerrero.
Fue a través de su abuelo que todos los domingos al término de la comida familiar platicaba sobre las leyendas, historias, mitos y cuentos de San Jerónimo.
Esas charlas inspiraron a Na´Chok a conocer más sobre la cultura e identidad de su región y su estado.
En Acapulco, Na´Chok conoció las historias y las leyendas que contaban las personas fuera del contexto turístico y comercial con el que siempre está envuelto el puerto.
En 2007, con la violencia que se desató en Acapulco, Na´Chok vio que la ciudad que antes era definida como un paraíso tropical y turístico, ahora era noticia nacional por asesinatos violentos y cadáveres hallados en las calles, y decidió contrarrestar estas narrativas a través de su pasión, las historietas.
Inspirado en la leyenda maya acerca de que el fin del mundo sería en 2012, creó Leyenda, el origen de los guerreros del maíz. De mentar simultánea escribió Marea Roja, la que denominó como el primer cómic de Acapulco.
Un cómic sobre Acapulco
Marea roja es una historia de fantasía situada en Acapulco; hay sirenas y leyendas. Está basado en las calles del puerto, sus playas, el pozole y los tesoros.
“Marea Roja surge con la iniciativa, recordemos que es 2012, veníamos de dos años muy violentos en Acapulco, de que el puerto fuera conocido de nuevo por las cosas buenas, y la iniciativa era contrarrestar un poco ese posicionamiento malo de Acapulco y desde la trinchera de los cómics tratar que la gente recuerde el Acapulco antes de la violencia”, menciona.
El niño que conoce el mar por primera vez, el jueves de pozole, el relleno de puerco y la Costera Miguel Alemán son algunos de las escenas que plasma.
“De Acapulco ya hay todo, fotografías, reportajes, muchas películas, ilustraciones antiguas, pero le hacía falta un cómic y fue que dije, voy hacer un cómic de Acapulco”.
Los personajes de Marea Roja se basan e inspiran en personajes reales de Acapulco, tanto por su personalidad como de manea física, pero no por estereotipar, aclara, es para reflejar la diversidad étnica de Acapulco.
“Empezamos a hablar de identidades culturales, sólo que en ese momento no lo sabía, pero sí plasmamos personas afrodescendientes, tradiciones y hasta la forma en la que hablamos”, dice.
A finales de 2012 publicó el primer tiraje de Marea Roja con apoyo de patrocinadores privados y lo presentó en una convención de cómics en el puerto.
Marea Roja llegó después a Guadalajara mediante la Convención Nacional del Cómics (ConCómic), donde incluso, asegura el autor, fue mejor recibida que en Acapulco; imprimieron tres tirajes más.
El cómic Leyenda, el origen de los guerreros de maíz, que trata sobre un super héroe de la cultura Yope, un asentamiento indígena de Guerrero, aún no es publicado porque Na´Chok espera “que sea perfecto y no le falte nada”.
La poca aceptación de Marea Roja en Acapulco hizo que Na´Chok se replanteara su estrategia para dar a conocer la historia y cultura de Acapulco. Incursionó también en la transmedia, una narrativa que se desarrolla a través de diferentes formatos medios y plataformas de tecnología y comunicación para hacer más efectivo el mensaje.
En 2015 Na´Chok creó Cómic Shop, una aplicación para celulares que funciona como un espacio virtual para la venta y lectura de cómics, principalmente de autores independientes, el cual esta disponible en las tiendas digitales de Android y Aios.
Representar la cultura popular. El corrido de Simón Blanco
En 2014 creó un segundo cómic sobre Acapulco, Simón Blanco. En realidad Na´Chok fue invitado a participar en la ilustración con un colectivo y apoyó en algunas partes del guion, es una creación colectiva.
El cómic de Simón Blanco está inspirado en el corrido del mismo nombre que popularizo el cantante Antonio Aguilar. La historia se desarrolla en el poblado de Tres Palos, municipio de Acapulco.
La historia de Simón Blanco plantea que por asistir a una boda fue asesinado por su compadre.
Na´Chok se sumó al proyecto de Simón Blanco porque quería que las juventudes conocieran al personajes oriundos de Acapulco, de quienes se ha contado sus historia en otras narrativas, como corridos y películas.
El corrido y la película sobre Simón Blanco sólo lo mencionan como un personaje que “nada más peca de valiente y de no rajarse, pero tratamos de convertirlo en un héroe que represente Acapulco y que el cómic sea un contenido de eduentretenimiento”.
El eduentretenimiento es un concepto creado a principios del 2000, con la llegada de las llamadas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y se refiere a una modalidad alternativa de educación que combina el entretenimiento con la comunicación de manera integrada, que utiliza diversas herramientas como las radio novelas, obras musicales, de teatro, películas, videojuegos y cómics.
“Por ese motivo quisimos dotarle a esa historia un poco de información histórica, entonces ese cómic trae desde el recuerdo de que Morelos intentó tomar el Fuerte de San Diego hasta la visita que realizó el presidente Lázaro Cárdenas a la laguna de Tres Palos”, cuenta.
Aun cundo el trabajo ya lo terminó, el cómic de Simón Blanco no está impreso por falta de recursos económicos.
Na´Chok ha tocado muchas puertas en el sector público y ha conocido a todos los secretarios de Cultura desde 2014, pero ninguno accedió a costear la impresión de Simón Blanco.
“Les presento los proyectos y no he logrado que lo financien, mi sueño guajiro es que alguien me diga: A ver Na´Chok, ¿qué necesitas?, ¿cuánto necesitas? No ha sido así”, comenta.
La impresión de un tiraje de 1,000 ejemplares de entre 28 y 32 páginas a color y cuesta aproximadamente 50,000 pesos.
Guerrero Legendario
En el mismo 2014, Na´Chok participó y ganó una convocatoria del Programa de Apoyo a las Culturas Comunitarias y Municipales para realizar el cómic Guerrero Legendario, una propuesta para plasmar a través de una historia gráfica las leyendas más representativas de siete regiones de Guerrero.
La intención de Na´Chok era recopilar la historia oral de los pueblos y que sea transmitida de generación en generación para “que no se perdieran esos saberes”.
Esta idea está inspira en la sobremesa de los domingos en casa de sus abuelos, en San Jerónimo, donde platicaban sobre las costumbres, tradiciones y recuerdos de su pueblo.
“Lo que propuse ahí es que no se pierda la transmisión oral, me pareció que era muy importante y que se estaba dando una pérdida porque a las juventudes ya no les interesaba acercarse a escuchar y tener una conversación transgeneracional con sus abuelos”.
Reconoció que el proyecto fue ambicioso y debió recortar presupuesto; ya no hizo el viaje a las siete regiones.
Después pensó en un concurso en el que las personas enviaran sus leyendas y el premio sería ilustrarlas y publicarlas a través del cómic, pero tampoco funcionó.
Al final realizó un Congreso en Acapulco con varios cronistas del estado para recopilar la información.
Así construyó Guerrero Legendario, un cómic donde aborda leyendas populares guerrerenses, como la cucha con zapatillas, la zizihuacoatl, los chaneques y las cajas de Olinalá.
En 2020 la publicó de manera digital y está disponible en la aplicación Cómic Shop. Aún planea hacer una presentación física.
“En realidad es una historia de amor y aventuras donde los personajes recorren las siete regiones en busca de un tesoro que, en este caso, es la caja de Olinalá”, cuenta el autor.
Guerrero Legendario también fue su tesis para titularse como maestro en Gestión del Desarrollo Sustentable, un posgrado que imparte la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) en Acapulco. Su trabajo de investigación llevó el título de Guerrero Legendario, herramienta lúdica didáctica para fomentar el conocimiento de la diversidad cultural de Guerrero.
A través de las historietas no sólo cuenta las historias de Guerrero, también forman parte de su desarrollo profesional.
En la sintonía de incursionar más en el eduentretenimiento, Na´Chok creó en 2015 Marea Dorada, un videojuego para celular inspirado en la cultura de Acapulco.
Está inspirado en los videojuegos de mapas, en este caso con distintos retos en las diferentes zonas de Acapulco.
A través de Marea Dorada, Na´Chok ganó una beca del Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación (Infotec) con la que va a Londres, Inglaterra para participar en una convención de tecnología y presentar el video juego.
Marea Dorada también está disponible en las aplicaciones de compra para celulares.
El videojuego de Guerrero Legendario también está en desarrollo, por el momento sólo existe una versión demo que está en fase de prueba.
AcapulCómic
A través de AcapulCómic, Na´Chok pretende crear espacios destinados al eduentretenimiento que se relacionen con la historia y tradiciones de Guerrero.
“Queremos hacer un imperio como Disney, tener cómics, películas, videojuegos, todo y acercar todas estas historias a los jóvenes”, comenta.
Muchas veces el recurso económico es lo más complicado de conseguir.
Na´Chok costea parte de su trabajo con lo que reúne en concursos y convocatorias o la impartición de talleres.
Na’Chok aún tiene pendientes como la publicación de Simón Blanco y Leyenda, el origen de los guerreros del maíz, además del videojuego de Guerrero Legendario.
Creó la asociación civil Haz Leyenda, el espacio legal con el que Na´Chok quiere cumplir su objetivo de recopilar, plasmar y difundir los saberes ancestrales mediante la narrativa gráfica y herramientas tecnológicas.
Hasta hace un par de años, en los hospitales de México no había intérpretes de lenguas indígenas. En San Cristóbal de las Casas, Chiapas, una organización llamada Ixchel empezó un programa de intérpretes en servicios de salud que podría sembrar la semilla a un cambio nacional
Texto: Arturo Contreras Camero / Pie de Página
Foto: Cortesía Ixchel, acompañamiento en salud.
14 de julio del 2023
Ciudad de México
Hasta antes de la pandemia por covid19, en ningún hospital del país había intérpretes de lenguas indígenas. Ante la emergencia sanitaria, una asociación civil en Chiapas empezó a llevar intérpretes a los hospitales de San Cristóbal de las Casas. Hoy, el trabajo de Ixchel, acompañamiento en salud, perfila una ley y la réplica del sistema de intérpretes en otros hospitales.
“A nivel legislativo nos dice que se debe contar con intérpretes, pero sólo en el área jurídica. Nosotras empezamos investigando en qué otro estado se está impulsando algo parecido, y somos la primera organización a nivel nacional que cuenta con intérpretes en salud, de manera presencial, en hospitales públicos. Nos queda claro que es un servicio básico, que debería cubrir el servicio público, pero no es así”, dice sobre la ruta de este proyecto su coordinadora, Lorena Gaspar.
Lo más normal en todo el país, explica la coordinadora de Ixchel, es que entre el personal de los hospitales haya alguien que hable alguna lengua indígena y así resuelven algunos problemas de comunicación, por esta razón, afirma, es necesario que haya intérpretes dedicados a la ayuda de pacientes.
“Lo que nosotras buscamos es hacer un cambio sistémico, a nivel local, estatal, a nivel institucional, y eventualmente federal. Nosotras plasmamos que existe una necesidad real, no solo en Chiapas”.
-Lorena Gaspar, coordinadora de Ixchel.
El proyecto inició en el Hospital de las Culturas de San Cristóbal y se fue extendiendo poco a poco. Primero al hospital materno del municipio, y después al Hospital de la Mujer.
Eventualmente la voz se corrió, y el programa llegó al hospital del IMSS en San Cristóbal. Las intérpretes de Ixchel acompañan a los pacientes y sus familiares desde la entrada al hospital, hasta su paso por los consultorios y los laboratorios hasta que les dan el alta.
«Ha sido una labor muy bonita, con todo el sentido de la palabra, porque estamos en un espacio donde llegan personas de pueblos indígenas que desde la entrada en el hospital no saben a quién hablar, cómo acercarse con los médicos, cómo pedir una cita, por qué están llegando. Cuando les ofrecemos el servicio, siempre recibimos expresiones buenas de que haya alguien en el hospital que los apoya”, cuenta Lorena.
Sin este programa, muchas personas podrían no seguir con vida, considera Estela Sánchez Méndez, una de las intérpretes del programa Ixchel.
Estela recuerda el caso de una mujer que entró al hospital con su bebé. Ella no hablaba español, su madre y su padre habían muerto y sus hermanos vivían lejos. Su esposo, quien sí hablaba español y con quien había llegado, estaba borracho y quería llevársela a su casa.
“Nos dimos cuenta que necesitaba apoyo emocional, que necesitaba un espacio donde resguardarse y que iba a ser de cuidarla bastante. Ella fue agredida por su esposo, y su bebé quedó internado en el área de Ucin (por las siglas de Unidad de Cuidados Intensivos). Él le echaba la culpa a ella, pero gracias a que pudimos hablar con ella le buscamos un lugar para dormir, para resguardarla”, cuenta sobre una de sus experiencias más memorables.
El trabajo es difícil, cuenta Estela. No tanto por la naturaleza de ser intérprete, sino porque a veces es complicado hablar de los padecimientos de las mujeres.
“Es un poco delicado de hablar de la mujer, porque nuestra cultura como indígenas es como muy reservada o muy privada, pero cuando se trata de una gravedad, se tienen que intervenir”, cuenta Estela sobre el día a día.
“Lo más difícil son los términos médicos, para que yo pueda transmitir su mensaje, decir hemorragia obstétrica o un aborto inminente ¿cómo se hace esa interpretación? Es un poco difícil”.
-Estela Sánchez Méndez, intérprete en Ixchel.
La dificultad no solo se centra en el lenguaje y la terminología médica, explica Darío Elías Espinosa Gutiérrez, quien además de ser intérprete del programa Ixchel cuenta con una amplia carrera académica en el estudio del tseltal.
Por ejemplo, dice, en el caso del tsotsil y tseltal (lenguas mayenses muy difundidas por Chiapas), al hablar siempre se hace referencia al corazón y al alma, y esto hace que traducir el sentido de las oraciones al español sea una tarea compleja.
Reparar una deuda lingüística
Darío tiene una peculariadiad: él nunca tuvo que dejar de hablar su lengua por ser señalado o porque se le prohibiera en ciertos espacios.
Este no es el caso de Estela, hablante de tseltal y tsotsil ( que aprendió a la par en su infancia). Ella dejó de hablar su lengua por varios años, cuando llegó a vivir a San Cristóbal de las Casas. Los motivos: el racismo y la discriminación.
“Si nos oían hablando, seguro que nos decían patarrajada, piojosa. Así no nos quedaba más que aprendernos el español para que en la ciudad no nos discriminaran, para que nos tomaran en cuenta”, recuerda Estela sobre el tiempo que sepultó a su lengua materna dentro de sí.
Este racismo muchas veces es exacerbado por condiciones estructurales.
Por ejemplo, a pesar de que en México se hablan 68 lenguas además del español, su reconocimiento no fue legalizado hasta hace poco. Apenas en 2001, el estado mexicano reconoció que México es un país pluricultural sustentado en sus pueblos indígenas. Esto ocurrió después de una reforma al Artículo 2° de la Constitución.
Dos años después, en 2003, se publicó la primera Ley general de Derechos Lingüísticos de los pueblos indígenas, en donde se vuelve obligatoria la integración de intérpretes al sistema judicial. Y fue hasta el 2020, con una nueva modificación al Artículo 2°, que se reconoció a las 68 lenguas indígenas y sus 364 variantes que se hablan en México como lenguas nacionales.
Ese reconocimiento, sin embargo, no ha ido acompañado de acciones por parte de diferentes dependencias del gobierno, como la del sector salud, o las de muchos otros. Por eso, iniciativas como Ixchel marcan la agenda en las acciones pendientes para volver esos reconocimientos una realidad.
En noviembre de este año, Ixchel iniciará una mesa de trabajo con autoridades de salud en Chiapas para crear un perfil laboral de intérpretes en hospitales públicos de todo el estado. En la mesa participan el Seguro Social y las secretarías de Salud y de Gobierno de la entidad.
El objetivo de Ixchel es impulsar la aprobación de una ley que permita que haya intérpretes contratados por el gobierno en los servicios de salud.
“Lo que se busca es que sea el estado el que absorba la parte de generar los recursos, para que en los espacios públicos tengan un intérprete en lenguas indígenas», cuenta Darío.
Y añade:
«Hablando en materia de salud, en gran parte los pueblos indígenas no quieren ir por el miedo de no saber expresar su sentir. Luego llegan, y como no se entienden, los médicos van a tratar de interpretar como dios les vaya a dar a entender qué es lo que tiene, por eso entre la gente hay ese temor de que voy con algo y regreso con lo mismo, o algo peor”.
-Darío Espinoza, intérprete en Ixchel.
Por su parte, Estela guarda la satisfacción de poder acompañar a las personas que no hablan español.
“Me hace sentir bien acompañar a mi gente. Poder ayudarlos, porque a veces ellos no vienen preparados. No traen dinero, llegan de muy lejos, solo con lo que traen puesto. El poder apoyar me hace sentir bastante bien, me hace sentir útil. Por eso me gustaría que esto se expandiera, no solo en el estado de Chiapas, sino en toda la República”.
Este texto es propiedad de Pie de Página y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Puedes leer el original en este enlace.
La disciplina, constancia y el apoyo incondicional de sus padres durante 14 años hicieron posible que el acapulqueño Giancarlo Escamilla Nogueda sea el número uno de los 100 mejores taekwondoínes en la categoría menos 78 kilos.
El taekwondo es un arte marcial que requiere disciplina. Se usan las manos y los pies para vencer al adversario; su marca distintiva es la combinación de los movimientos del torso con patadas.
México es uno de los 206 países donde se practica el taekwondo, de acuerdo con la información publicada en la página web de los Juegos Olímpicos.
En Acapulco está una promesa en este deporte: Giancarlo, de 17 años, quien es cinta negra cuarto Dan (experto, nivel de perfección técnica). Practica esta disciplina desde los cuatro años.
Giancarlo fue consultado por teléfono porque estuvo por cuarto año en el torneo de los Juegos Conade (Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte), esta vez celebrados en Tabasco. Comenzó cuando cursaba el preescolar.
Sus padres, Nancy Nogueda Abarca y Carlos Escamilla Rezendis, alentados porque su hijo practicara un deporte lo anotaron en la escuela a clases extras de taekwondo. Inició con dos clases por semana, pero se convirtió en su modo de vida.
Giancarlo es modesto pero tiene claro lo que significa el taekwondo en su vida. “Es el deporte de mi vida, es algo increíble, gracias a ello se me han abierto puertas, gracias a ello son quien soy como persona y como deportista”, comentó.
A los 6 años los padres de Giancarlo notaron que ya no era suficiente que su hijo sólo tomara clases de taekwondo en la escuela. Empezó otra etapa de su vida.
Continuó con las clases de taekwondo en la escuela, pero también afuera, para tener un mejor preparación; su objetivo era destacar.
A los 8 años estaba listo para asistir a su primer torneo importante. Fue su primer selectivo para asistir a un torneo en Guadalajara, Jalisco. Lo ganó.
Pero ser ganador y medallista taekowdoín no es fácil, dice Giancarlo. En este deporte no todo es escalada, pero sí siempre firmeza y constancia.
Pasaron los años y Giancarlo siguió forjándose en la disciplina; entrenó con firmeza en su dojo (término empleado en Japón al espacio destinado para la práctica de artes marciales) Taekwondo Olímpico de México Madrid Papagayo, ubicado en Acapulco.
Todo el entrenamiento forjado durante más de 10 años lo llevó a superar su metas. Ser reconocido por la Federación Mexicana de Taekwondo como el número 1 de los 100 mejores taekondoínes de su categoría menos 78 kilos, como todo en la vida, le ha significado sacrificios, como perderse las celebraciones familiares o las salidas comunes con amigos.
Por ejemplo, por ahora está de vacaciones en la escuela, pero diario entrena, porque el siguiente mes representará al estado en un torneo nacional en Queretaro.
“Entre mayor sea el sacrificio más gratificante será el resultado”. Para él es muy importante saber que cuenta con el apoyo de sus padres.
Practicar este deporte le ha ayudado a tener buena salud física, emocional y ser disciplinado, no sólo en el taekwondo, también en otros aspectos de su vida, como en la escuela.
El deporte te ayuda a ser buena persona, tener valores, respeto, compañerismo, el deporte es lo que te fomenta, insistió.
Las barreras del deporte en Guerrero
Para el taekwondo, además de esfuerzo, disciplina y constancia, son necesarios los recursos económicos.
Hay torneos en los que se tiene que pagar inscripción, además de transporte, hospedaje, comidas. A excepción de los Juegos Conade, donde todo es subsidiado.
Sus padres han hecho el esfuerzo de que se mantenga en este deporte y han costeado los gastos que su hijo requiere para los torneos de taekwondo en el país.
Cada año se paga una credencial, una registro ante la Federación; tiene un costo de 1,000 pesos aproximadamente. A veces recibe apoyos de particulares para costear algunas necesidades, como los uniformes.
En Amapola, periodismo transgresor hay más historias de deportistas en el estado, donde han repetido que no existe apoyo económico por parte de las autoridades estatales, como en el caso de Instituto del Deporte.
El joven manifestó que la falta de apoyo económico de las instituciones está reflejado en los resultados de las diferentes disciplinas. Su caso, como lo de otros tantos es extraordinario, y el esfuerzo es personal y de su familia.
Ejemplificó que a diferencia de otros estados, como Jalisco, Nuevo León, Ciudad de México, Estado de México, donde dan apoyo al deporte, y eso es evidente en a través de lo centros de alto rendimiento con los que cuentan, además de que los deportistas asisten a los torneos con psicólogo deportista, fisioterapeuta, uniformes, equipos.
Aun con estas limitantes, Giancarlo logró una de sus principales metas en el mundo del taekwondo, ser parte de la Selección Mexicana de Taekwondo.
Los títulos conquistados
Giancarlo está de vacaciones en su escuela, pero tiene un reto todos los días, acudir a su dojo en Taekwondo Olímpico de México Madrid «Papagayo», con su profesor Marcos Librado Patricio, a prepararse para su siguiente torneo que será en Queretaro el próximo mes.
Estos esfuerzos le han valido tener metas en la vida, irlas cumpliendo y sumar éxitos durante los últimos 14 años de su vida.
El taekwondoín reconoce sus principales logos, como el segundo lugar en los Juegos Conade 2019, el campeonato nacional en el Abierto Mexiquense el mismo año. La pandemia llegó y en el 2020 no hubo competencias. Poco a poco se reanudaron en el 2021 y logró una medalla nacional.
Para Giancarlo el 2022 fue uno de sus mejores años, logró ser campeón nacional y medallista trinacional, lo que le dio el pase para la Selección Mexicana. Como seleccionado asistió a Tijuana a un torneo trinacional junto con Costa Rica y Estados Unidos; obtuvo el tercer lugar.
Ser parte de la Selección Mexicana fue cumplir con una de sus dos metas; su siguiente meta es representar a su país fuera de México, y terminar la preparatoria para seguir con la carrera universitaria de Arquitectura.
Pidió a los jóvenes hacer deporte, porque a él le cambió la vida.
La nueva película de Ernesto Contreras, El último vagón, nos enseña el valor de la educación y el papel transformador que pueden tener los maestros en la vida de los jóvenes. Esta es una historia del campo, sus desigualdades, pero también del amor y la pasión por la enseñanza
Texto: Andrea Sarmiento Pastrana / Pie de Página
Foto: Tomada del trailer oficial
9 de junio del 2023
Ciudad de México
El último vagón es una cinta dirigida por Ernesto Contreras y basada en el libro de Ángeles Doñate que nos presenta la historia de Ikal, un niño que por el trabajo de su padre llega a Apizaco, una zona rural en Tlaxcala. Ahí, Ikal por primera vez tiene la oportunidad de estudiar.
Tomás, el padre de Ikal, es un obrero que trabaja en la construcción de unas vías de tren. Por ello, son una familia nómada que no permanece en un lugar durante mucho tiempo, por lo que Ikal está acostumbrado a la falta de amigos; además, esto dificulta su acceso a la educación.
Pero al trasladarse a esta región conoce a Valeria, Tuerto y Chico, quien es varios años más grande que él. También conoce a Quetzal, el perro que lo acompaña a dondequiera que vaya. Ellos se convierten en sus mejores amigos.
Los chicos experimentan las cotidianidades que existen al crecer en el campo; de igual forma, con su inocencia y esencia infantil logran sobrellevar las adversidades que conlleva habitar en un lugar alejado de la modernidad de las grandes ciudades.
Donde viven, existe una única escuela, la cual es un vagón de tren. Ahí toman clase con la maestra Georgina, quien ha dedicado gran parte de su vida a la enseñanza y se volverá la mayor influencia en la vida de Ikal.
Es la profesora quien le abre las puertas a los niños para desarrollarse no solo en el ámbito académico, sino también de forma personal. Georgina ejerce apasionadamente su vocación, y es este amor a la enseñanza lo que realmente inspira a sus alumnos a seguir adelante. Ella entiende que cada niño es un mundo completamente diferente, y que por lo tanto no puede exigir que todos respondan igual. En sus clases les inculca disciplina sin caer en los juicios ni regaños, y sabe que con los niños hay que buscar estrategias constantemente para que ellos mismos se sientan atraídos al aprendizaje. Los educa para que nunca se nieguen ante el conocimiento, y principalmente, para que crezcan como buenas personas, empáticas y solidarias.
Fue por esa ideología que Ikal se animó a aprender a leer, cosa a la que en un principio no le veía sentido, hasta que su maestra encontró la manera de formar ese hábito en el niño sin necesidad de presionarlo ni apurarlo.
Una reflexión sobre la enseñanza
Un problema que siempre ha existido con la educación es que muchas personas que llegan a dar clases no tienen realmente una vocación por la enseñanza, unos lo hacen por dinero, otros porque no les abrió otra oportunidad laboral.
Se piensa que el hecho de conocer mucho sobre algún tema es sinónimo de poder enseñarlo, pero la docencia es una habilidad que no posee cualquiera; se requiere de paciencia, empatía y una buena capacidad para expresarse. Un profesor debe estar consciente del peso que puede llegar a tener su clase sobre el alumno, tiene el poder de atraerlo hacia alguna materia, o al contrario, hacer que no le guste en lo absoluto. Hay gente que cambia su plan de vida debido a un mal maestro y, en contraparte, existen quienes son inspirados por uno bueno.
Otra cuestión es que se trata de educar a todos por igual. El sistema educativo busca generar individuos que entren en el mismo molde, sin tomar en cuenta los distintos contextos que llevan a los estudiantes a actuar como lo hacen. Se ignora, principalmente en niños y adolescentes, que son seres dispersos, que juegan, que tienen sus propios hobbies e intereses y que no se les puede imponer ni obligar a tener cierta conducta, más bien hay que aprovechar esta diversidad para crear planes que llamen su atención, que vayan más allá de la teoría en las aulas.
Por otro lado, la película nos habla de las trabas legales para la educación. Nos muestra al inspector de la Secretaría de Educación Pública que, por órdenes de sus superiores, debe dar la noticia en las escuelas rurales que éstas serán cerradas debido al nuevo plan de desarrollo, sin explicar nunca cuál es el famoso plan, ni cómo clausurar las instalaciones podría ser un bien común.
Quien propuso este nuevo plan no pensó en la cantidad de personas que quedarían desempleadas ni en los niños que serían privados de una educación básica, simplemente se le hizo fácil poner fin a las escuelas que son únicas en su región.
Es muy sencillo hablar de progreso cuando no ves que existen realidades que serán fuertemente afectadas por este mismo.
En México, hemos visto que a las autoridades encargadas no les interesa la educación sino todo el dinero que hay de por medio, por lo que se dan el lujo de idear reformas que no benefician más que a sus bolsillos perjudicando a toda una población. Primeramente, a la más desprotegida, pues es un sector al cual nunca se han acercado y por lo tanto les parece irrelevante.
El último vagón nos enseña que la educación es un tema que hay que atender a fondo, puesto que dependiendo de cómo se ejerza puede cambiar por completo la vida de los estudiantes. Debe ser practicada con pasión, desde el amor a la enseñanza y el interés por esta debe venir desde las instituciones que la administran hasta quienes la desempeñan en las aulas.
Esta película está disponible en Netflix.
Este texto es propiedad de Pide de Página y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Puedes leer el original en este enlace.
A través de un ejercicio de apropiación del espacio público, presentaron por primera vez el cortometraje “Él, detrás del arma”, un trabajo que documenta la historia personal de su director, Gabriel Esdrás y que retrata la experiencia de un joven que habita un estado, una ciudad y un barrio atravesado por escenarios distópicos y de caos.
La proyección fue posible gracias a Docu al Parque. Ahí estuvieron presentes “Los Mamarrachos”, un grupo de artistas del grafiti originarios del barrio de Mezquitán en Guadalajara -lugar donde se desarrolla la pieza-, y quienes sin ser actores o actrices profesionales participaron en la grabación.
Texto y fotografías por Leslie Zepeda / ZonaDocs
9 de mayo del 2023
En mayo de 2020, Giovanni López fue detenido y ejecutado extrajudicialmente por policías municipales Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco. Estos hechos sucedieron en el marco de las restricciones sanitarias por la pandemia de COVID-19, por lo que, la justificación de los agentes de seguridad fue que tenía que ser sancionado por no llevar cubrebocas.
Este hecho generó indignación en la población, mayormente en las y los jóvenes que se manifestaron en diferentes puntos de la ciudad contra el abuso policial en plena pandemia. La respuesta del Gobierno de Jalisco fue la misma: represión policial ahora contra quienes se manifestaron e, incluso, hacia quienes sólo transitaban por zonas aledañas a las movilizaciones que se llevaron a cabo entre el 4, 5 y 6 de junio de 2020.
Esto es lo que impulsó a Gabriel Esdrás, un joven estudiante de cine en la Universidad de Guadalajara. En aquel entonces, tenía 18 años. Para él, la realidad que vivía parecía más bien una distopía, es decir, una ciudad habitada por el caos. Esto lo llevó a crear y dirigir su cortometraje, “Él, detrás del arma”. Esta producción fue grabada en las calles y con las personas que habitan el barrio de Mezquitán en Guadalajara. Apenas en enero de este año culminaron de filmar.
“En ese tiempo estaba el incendio de la primavera, todo el cielo estaba naranja. Fui a comprar tortillas, vi el cielo quemándose, estaban sucediendo las manifestaciones (para exigir justicia para Giovanni López) y estaba la pandemia aparte. Entonces, era como un ambiente distópico… mi vida seguía más o menos normal, pero todo se estaba yendo al carajo”, afirmó Gabriel Esdrás.
Bajo esta idea inicial es que su director comenzó a desarrollar la historia. Y es que, además de incitarlo la realidad que percibió en ese entonces, también lo inspiró a crear el corto desde su propia historia. Por ello, Gabriel Esdrás reconoce que se trata de una historia autobiográfica, reconoce:
“El corto nace de esta ‘maduración a huevo’, de a huevo tienes que doblegarte ante el sistema, no ser lo que tú quieras hacer y sobrevivir a esta distopía que vivimos Yo tenía 18 años en ese entonces, por eso el personaje que aparece en el corto, Samuel, también tiene 18 años. Y luego Marcos, el otro protagonista, su hermano que tiene que cuidar de él, trabajar para mantenerlo, dejar de grafitear, que es lo que siempre le ha gustado, para ser guardia de seguridad y mantener a su familia porque las condiciones no son aptas para que se desenvuelva en cualquier ámbito artístico”.
Mezquitán es el hogar de Gabriel Edrás, ahí creció y se ha desarrollado. Así lo narra, pues en su cortometraje decidió contarlo desde las experiencias de “Los Mamarrachos” un grupo de habitantes del barrio, que, al igual que él, forman parte de esta comunidad. Hombres y mujeres que se dedican al grafiti, con múltiples tatuajes y que constantemente son estigmatizados por ello.
Para Gabriel Esdrás implicó cierta complejidad dirigir en este caso a actores primerizos, sin embargo, consideró que el casting fue primordial para el resultado positivo que obtuvo. Lo que buscó fue la espontaneidad, sobre todo actores y actrices del barrio que se desenvolvieron con naturalidad y personas extrovertidas que no tuvieron temor a actuar. El reto que tuvo que atravesar fue el económico, ya que el presupuesto para realizarlo fue limitado:
“El guion se escribió con ellos, o sea, pensando en ellos. Para la libertad de que fueran sus propios diálogos, en sus espacios. “Los mamarrachos” se portaron de una manera super altruista, me apoyaron de una manera increíble y mostraron un amor por el grafiti que es lo que les gusta Los procesos fueron mucho de platicar y encontrar cosas dentro de ellos que podrían usar para actuar. Entonces, supongo que la mayor complejidad fue que no teníamos dinero y que lo hicimos así de la nada. La escuela nos dio un apoyo de 5 mil pesos y con eso hicimos todo”, destacó el director.
Con una importante asistencia, con decenas de personas presentes, se llevó a cabo la primera presentación de “Él, detrás del arma”, un evento contra cultural como lo nombraron, donde previamente se proyectaron una serie de cortometrajes que, según Gabriel Esdrás, son problemáticas que actualmente atraviesan a Jalisco, como: las desapariciones, el abuso policial, la gentrificación, entre otros. Además, acudieron integrantes de “Los Mamarrachos”, quienes se dedicaron a crear grafitis en el mismo muro donde se proyectó su cortometraje.
“La idea es eso: re apropiarnos de nuestros espacios, más ahora con el gobierno de Pablo Lemus de Movimiento Ciudadano -alcalde de Guadalajara- que quiere despoblar el centro de la gente del barrio y hacerlo para ricos, sacarnos a las periferias. Si creamos esta comunidad y hacemos ese músculo de la sociedad, vamos a tener más posibilidades de defendernos. No tenemos que ir a museos o galerías, podemos hacerlo en un muro, podemos proyectarlo en un muro y eso va a ser suficiente; romper con el arte burgués”, insistió Gabriel Esdrás.
José Luis fue uno de los invitados a grafitear el muro. Él trabaja por su cuenta como muralista, se ha dedicado a hacer grafiti en muros de negocios y para algunas marcas. Al igual que el director del cortometraje, ha habitado el barrio de Mezquitán toda su vida. “Para mí el grafiti es parte de mi estilo de vida” dijo al reconocer que tanto él como sus compañeros del barrio han sido criminalizados por el arte que hacen.
Para esta ocasión José Luis decidió pintar a un policía de manera ridiculizada con rasgos grandes y marcados mientras alumbra con su lámpara:
“Todos los policías son bastardos para mí, porque he tenido muy malas experiencias con todos. No es la primera vez que me pasa algo así, desde muy pequeño, y a la fecha, los policías siempre se han portado ‘mala leche’. Yo desconfío muchísimo de que alguno de ellos se me acerque. Aquí los policías, en la zona de Mezquitán, son bien ‘castroles’, entones es tirarles un poco. La idea es ridiculizarlos. Es un policía reportando y buscando al que está pintando, al que está caminando y anda fachoso. Es como una crítica a ellos directamente hacia la yugular”.
No es casualidad lo que narró José Luis. Hace poco, policías lo detuvieron a él y a otros compañeros al terminar de pintar un mural por el que les pagaron y tenían autorización de llevarlo a cabo:
“Tuvimos una experiencia muy mala con la policía hace poquito. Estábamos pintando el mural en la colonia La Nogalera y estábamos haciendo un mural, de hecho, con permiso y todas las de la ley. Pero alguien nos reportó que porque estábamos ahí haciendo desmadre y por estar sentados en la banqueta con un envase vacío de caguama. Nos levantaron y nos llevaron a la cárcel, sin justificación”.
Así, entra la creación del grafiti de distintos artistas, la primera proyección de “Él, detrás del arma”, el festejo y el baile se cumplió con el objetivo de apropiarse de las calles donde se grabó esta pieza: el barrio de Mezquitán, pero, sobre todo, como una forma de resistencia ante las violencias que enfrentan y que motivaron la creación de ese cortometraje.
En su libro ‘Fruto’, la periodista y escritora Daniela Rea defiende la premisa de que todas las personas han sido cuidadas y, por ello, deben ser conscientes de quiénes les brindaron esos cuidados y comprometerse a otorgarlos también.
Texto: Herminia Miranda / Animal Político
Fotografía: Ediciones Antilope
8 de mayo del 2023
Los cuidados no son una actividad que implique solo a las madres, sino que deben involucrar a todos en la sociedad, advierte la periodista y escritora Daniela Rea, quien señala que históricamente en esta labor se ha dejado solas a las mujeres y, además, se les exige criar hijos “buenos y productivos”.
Con la premisa de que no todas las mujeres somos madres, pero todas hemos cuidado y hemos sido cuidadas, en Fruto, su más reciente libro —publicado por Ediciones Antílope—, Rea narra diferentes perspectivas del cuidado y de cómo lo desarrollan las mujeres.
A través de diversas historias, empezando por la de su propia madre, Rosario, y la de ella misma como mamá de Naira y Emilia, muestra las contradicciones que existen en esta labor.
Laura, Channi, Alejandra, Jenny, Avelina y otras mujeres cuentan sus casos y las circunstancias que provocaron que, por ejemplo, una de ellas, siendo apenas una niña, comenzara a hacerse cargo del cuidado de sus hermanos. Otra relata qué sucesos la llevaron a que cuide de sus nietos y otras más hablan sobre en qué momento tuvieron que atender a una madre enferma o a una víctima de violencia.
El libro también muestra una mirada de lo que para algunas mujeres implica la crianza de sus hijos: los cuestionamientos, los miedos y la soledad que se puede experimentar al ser madre.
En entrevista, Rea insiste en que los cuidados no representan un tema que implique solamente a las madres, sino que deben involucrar a todas las personas en la sociedad.
“Como lo digo en el libro, no todas somos madres, pero todos hemos sido cuidados… No necesitan cuidado solo los niños, los ancianos o las personas con discapacidad, todo mundo necesita cuidado; si nosotras como mujeres en edad productiva estamos vivas es porque alguien nos cuidó”, sostiene.
La autora también señala que se debe de revisar cuál es el compromiso del Estado, de la sociedad, de la familia, de las empresas o de los espacios laborales con una persona que cuida.
En México, el trabajo de cuidado no pagado representaba —al corte de 2020— poco más de una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con el Inegi, superando a cualquier otra actividad, advierte Rea.
📌 Cuidar nos conserva, nos sostiene y nos reúne, pero también nos arrasa y nos agota. En "Fruto", de @DanielareaRea, se abordan las contradicciones del cuidado para mostrar que las historias de crianza no se reducen a las madres, sino que nos involucran a todas. pic.twitter.com/zpfjNwisO9
En las hojas de Fruto, Rea argumenta que las mujeres gestan la fuerza de trabajo: la paren, la crían, la hacen crecer, la cuidan, la visten, la educan, la entregan y, en ocasiones, se las arrebatan cuando se las roban o la desaparecen “como si fueran una mercancía”.
Así —señala—, además de que la reproducción ha quedado sometida al mercado, al capital, donde esa reproducción es necesaria, una mujer tiene aún otros desafíos. Hoy, no solo se le exige ser madre, sino también destacar en lo que realiza. “Tienes que seguir siendo una chingona en lo que haces”, resume la autora.
“Nos exigen criar hijos buenos, pero nos dejan solas en el proceso. Esa es una cosa brutal que implica una injusticia, que tiene como consecuencia culpa en nosotras, esa cosa que le llaman depresión postparto, nos hacen sentirnos locas, deprimidas. Valdría la pena plantearnos otros términos, dejarnos de echar la culpa”, expone.
“Es entender que las personas que todos los días salimos a trabajar, que todos los días consumimos, que es lo que le interesa al capital, quién trabaja y quién no, son personas que existen porque alguien los cuidó. En ese sentido es que las mujeres estamos produciendo la fuerza del trabajo”, plantea.
Rea pone el dedo sobre las exigencias de la misma sociedad en torno a cómo se debe ser madre.
“Además de la pérdida de identidad, la confusión de la identidad, tiene que ver con que ni siquiera nos dan espacio a que encontremos nuestro lugar, nuestra identidad, en este nuevo momento que es convertirse en mamá. Es cuidar a alguien de quien depende la vida absolutamente”, dice.
“Yo lo entendí tiempo después, platicando este proceso, que no era tanto que mi hija me borrara mi identidad, que mi hija no me permitiera saber quién era yo, sino todas estas expectativas y demandas sociales y externas que siguen empujando sobre nosotras”.
Crianza colectiva
Rea apuesta a que puede darse la crianza colectiva, a pesar de que el ambiente “cada vez es más hostil para hacer los cuidados”, lo cual quedó demostrado desde 2020 por la pandemia de COVID-19.
Sin embargo, señala que no se tendría que haber llegado a la necesidad de que una tía o vecina cuide a los niños, sino que en el país tendrían que haberse formado espacios libres y seguros donde los hijos puedan estar y, a la vez, haya tiempo para dar cuidados dignos.
“Siento que hay condiciones externas que la están dificultando (la crianza colectiva), pero aún así hay que imaginar cómo le hacemos”, dice.
En este contexto, recomienda que los hombres se den cuenta de qué implica que alguien los haya cuidado toda su vida.
“Me gustaría que vieran a su alrededor, poner atención en quién nos ha cuidado, cómo, acompañar y comprometerse. Me gustaría que el libro fuera una invitación a pensar en la persona que te ha cuidado y comprometerte con ese cuidado”, subraya.
Tonatihu Cabrera Beltrán, de 13 años, realizó su primer cortometraje animado en el que expone su preocupación por el medio ambiente, las energías contaminantes y el futuro del planeta.
Se trata de una animación de cuatro minutos en la que describe un futuro devastado por la contaminación y la radiación producto de la energía nuclear.
Para el corto, Tonatihu realizó 130 dibujos de manera digital. Le invirtió 500 horas, entre dibujos, edición, animación y el guion. Cada movimiento requirió de un fotograma para generar los movimientos. Todo esto lo realizó él.
En el corto, Tonatihu se autoretrata, con la ropa que llevaba puesta el día que lo comenzó y con su característica cabellera larga rojiza.
La primera escena es un plano de detalle, donde Tonatihu abre los ojos; despierta y sólo ve devastación y desolación.
Después observa un entorno de tierra seca y cuarteada, donde yace el cadáver de un perro. El personaje, o sea, Tonatihu, tiene una regresión en sus pensamientos, lo que en cine se conoce como un flashback, y recuerda ve ese mismo entorno de un vivo color verde, con personas habitándolo.
Pero regresa a su realidad y ve una enorme central nuclear de la que sale un líquido verde, donde hay letrero que dice, “Cuidado, radiación”.
El líquido verde que escurre de la planta nuclear llega a los ríos y a los mares. Cierra con una imagen del planeta tierra en el que el agua azul se tiñe del líquido verde.
Después hay se escucha una narración de la importancia de las energías renovables.
Aunque el corto fue para una tarea escolar,muestra la preocupación de un niño por el futuro del planeta en el que vive.
En entrevista para Amapola, periodismo transgresor, Tonatihu cuenta qué lo motivó a hacerlo.
La tarea era explicar en un video el punto siete de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 20-30.
Los ODS son 17 en total, diseñados como un “plan para lograr un futuro mejor y más sostenible para todos”, de acuerdo con el sitio oficial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Estos objetivos globales fueron establecidos en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, con la meta de ser alcanzados para 2030. En el objetivo siete, se trata de la Energía Asequible y no Contaminante.
La tarea consistía en que el alumno explicara en un video este objetivo. La petición era un video grabado, pero Tonatihu decidió ir más allá y poner en práctica sus aptitudes, y realizó una animación digital.
Pero él lo explica simple.“Sólo descargué las aplicaciones de edición de videos, hice los dibujos los fui colocando para formar el video”. No requirió de una gran computadora o grandes editores de vídeo, solo su tablet y mucha imaginación.
“Me preocupa la situación en la que vivimos y ya había investigado mucho y leído sobre lo peligroso que son las plantas nucleares y, por eso, decidí hacer así el video”, contó.
Para realizar la animación, Tonatihu, a sus 13 años, ya domina algunos programas de edición de video y audio.
Además tiene todo un contexto visual y de artes en casa. Su padre, Víctor Cabrera Alonso, se dedica a la fotografía y video y lo que sabe se lo ha enseñado.
Su madre, Tonatzin Beltrán Cortés, es maestra de artes en nivel secundaria, maneja y practica diferentes artes plásticas, además es promotora cultural de los pueblos originarios.
Víctor y Tonatzin tienen un negocio de artesanías guerrerenses en el que toda la familia colabora. Muchas de las piezas en ventas son realizadas por la familia.
Una educación distinta
La materia para la que hizo el video se llama Marco legal, equivalente a Educación Cívica y Ética.
Tonatihu estudia en la Escuela Secundaria Nicola Tesla, ubicada en San Luis Potosí, pero toma sus clases desde Guerrero.
Este modelo educativo fue decisión en familia.
Tonatihu está en un programa escolar con clases pensadas y diseñadas para ser a distancia.
Entre el plan de estudios de esta secundaria privada hay otra materias al plan común del nivel básico, como Lengua Materna, Idioma, y Marco Legal, en las que abordan temas sociales y políticos de la actualidad.
Este método de enseñanza, de acuerdo con Tonatzin Beltrán Cortés, madre de Tonatihu, es porque el niño siempre tuvo una educación en casa.
“Esto porque queríamos alejarlo del sistema educativo tradicional que está ya muy viciado”, dijo.
Tanto la madre y como al abuela de Tonatihu son maestras y recibió la educación básica en casa; los tres últimos años asistió a una secundaria bilingüe, pero por el confinamiento generado por la Covid-19, la mayor parte de sus clases fueron virtuales.
Cuando ingresó a la secundaria, sus padres buscaron una alternativa para su educación y dieron con la Secundaria Nicola Tesla.
Así Tonatihu, a través de clases diseñadas para ser a distancia, y con todo lo que recibe en casa, aprende y desarrolla habilidades como la animación.
Conoce a Fátima Ezzahra Housni, ella es una de las #CientíficasEnRegión. La investigadora trabaja actualmente en proyectos de dietas sostenibles, en consumo alimentario y dietas humanas, así como en el efecto que éstas tienen en el medio ambiente. Esta es la penúltima entrega de esta poderosa serie. ¡Conoce su historia!
Texto: Jasmin Hurtado / Letra Fría
Fotografía: Cortesía Fátima Ezzahra Housni / Letra Fría
24 de abril del 2023
Ciudad Guzmán, Jalisco
«Me dicen la doctora Fátima porque mi apellido es muy complicado. Todos me dicen así», cuenta Fátima Ezzahra Housni, originaria de Marruecos y profesora investigadora del Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara. También es egresada de la Universidad de Cadi Ayyad Marruecos, con especialidad en Geología.
La científica quien desde hace casi 20 años radica en México, también tiene un doctorado en Ciencia del Comportamiento con Orientación en Alimentación y Nutrición, y es miembro de la Red International de Investigación en Comportamiento Alimentario y Nutrición (RIICAN) desde 2015.
«Los conocimientos los generamos a partir de objetivos específicos e hipótesis que se pueden comprobar, eso es la ciencia«, señala la doctora Fátima.
En su etapa de estudiante de licenciatura, ingeniería y después la maestría profesional, fue en donde conoció sus habilidades para contestar preguntas, además de las ganas de resolver todas las interrogantes que se hacía y su pasión por buscar más allá de lo que sus maestros le decían. «Tenía más preguntas. No quería seguir órdenes o manuales, quería buscar más allá de lo que me estaban dando y decidí estudiar una maestría en ciencia y ese fue mi primer acercamiento».
Al principio de su carrera, Fátima quería vivir en el océano, no tenía planes de casarse o tener hijos, sólo deseaba dedicarse a descubrir, pero en su llegada a México encontraría una realidad frustrante que la orillaría a tomar una pausa en su carrera.
«Todo era frustrante para mí, porque cuando llegué a México dejé el doctorado, llegué acá y me dijeron, necesitamos un maestro de francés». Todo lo que deseaba hacer de su vida y la ciencia, su trabajo en el instituto europeo de investigación y en ese momento ser maestra de francés le resultaba complicado, pero eso no la alejaría de soñar con lo que quería.
Tiempo después de ser maestra de francés, decidió retomar sus estudios con otro doctorado y continuó con lo que había pausado. Después de retomar la escuela y trabajar en sus investigaciones se dio cuenta que estaba haciendo lo correcto por varios factores: el reconocimiento de su trabajo por otros investigadores, el trabajo de los alumnos y el potencial que han demostrado a lo largo de sus carreras y, por último, las aportaciones que ha hecho a la sociedad y la satisfacción que eso le ha generado.
Actualmente, Fátima Ezzahara Housni trabaja en proyectos de dietas sostenibles, el consumo alimentario, dietas humanas y el efecto que tienen sobre el medio ambiente, como la cantidad de consumo de alimentos ultra procesados, ricos en azúcares y grasas, que no solo afectan a la salud, sino también agotan los recursos naturales como el agua y que, además impactan al clima, como el problema de la huella de carbono.
«Estamos trabajando en promover dietas sostenibles, una dieta que respeta la cultura, que respeta la parte social que ya es saludable desde la parte nutricional y biológica, pero que también tenga un efecto menor sobre el medio ambiente», compartió.
La científica considera que este tipo de proyectos podrían ser la solución para el futuro. Para ello se deben cumplir 4 elementos importantes: que el producto que consumas sea económicamente favorable, sea saludable, que forme parte de la dieta cultural y que el impacto ambiental sea mínimo.
Es esta relación alimentación-medio ambiente en lo que sus investigaciones se han centrado, en mantener una estabilidad de alimentación. Un ejemplo de ello se mostró en la pandemia, «llegó una crisis y la gente no tenía qué comer, pero no podían salir a buscarlo, no tenía una estabilidad», dijo.
Comentó que fue frustrante el que un día se cerraran las fronteras y se dependiera de importaciones, en lugar de pensar en producir, en tener una soberanía alimentaria. «Prestamos nuestras tierras para exportación, todo está ligado. Se están acabando los recursos y nosotros también, porque cuando comemos favorecemos esto, entonces ¿cómo tratar de intervenir y educar a la gente?», cuestionó.
Otro de los problemas a los que se ha enfrentado la doctora es la falta de recursos, que es lo que más afecta las investigaciones. Un ejemplo de ello, es el proyecto que trabajan actualmente en una comunidad de San Luis Potosí, en el que se pretende apoyar con agua: «Imagínate, medio balde de agua es lo que tienes y debes bañarte, entonces económicamente están muy bajos, dependen de una tiendita y tiene una deficiencia en nutrientes y estamos sufriendo para encontrar recursos«, explicó.
Ahora deben generar estrategias para apoyar con un huerto, pero no hay agua y tampoco recursos. Compartió que ayudar se vuelve complicado, cuando cajas ecológicas cuestan 5 mil pesos y no hay dinero, y aún más cuando año con año disminuyen los apoyos a investigaciones, pero las exigencias no bajan.
Pero pese a las limitantes de recursos económicos, la investigadora compartió que generaron un software que se llama Nutricology, que sirve para hacer cálculos automáticos a la dieta y calcular el impacto ambiental, «por ejemplo, tú me dices, como una tortilla al día o una manzana y yo automáticamente voy a estar calculando cuánta agua se gasta», detalló.
Fátima y su equipo también hicieron el primer estudio a nivel Jalisco de cómo el sobrepeso y obesidad impacta al agua. Además, realizaron el primer cálculo de la huella hídrica en la dieta mexicana que no existía a nivel internacional, de la que pueden dar una cifra en promedio, de cuánta agua gasta un mexicano por día, generando una metodología.
«El índice de cocción para comer o lavar y nosotros lo agregamos a una ecuación y esto es lo que hemos aportado en los últimos años a esta región. Sin embargo, continuamos con evaluaciones para disminuir el impacto y tratar de mejorar«, explicó.
Actualmente, la doctora Fátima junto con la doctorante Mariana Lares Michelle, trabajan en la implementación de una aplicación móvil en una comunidad de Zapotlán el Grande similar a Instagram, en donde se podrá trabajar en una dieta sostenible que ayude a bajar de peso y que al mismo tiempo las personas puedan ver su proceso. En esta aplicación se incluirán chats y fotos con una comunidad que piense en el futuro.
«No queremos convertir a veganos ni vegetarianos. La dieta sostenible es una dieta equilibrada, con menos consumo de alimentos de origen animal, pero no quitarlas», enfatizó.
Aunque continúan con las pruebas piloto, la aplicación es un producto de este semestre y además incluirá vídeos, recetas y el apoyo para sustituir alimentos, además de llevar un registro de su alimentación.
La científica cree que las nuevas generaciones tendrán más conciencia y cuidado del medio ambiente, porque desde niños se les enseña a ser responsables con sus actos. Esto aumenta la esperanza para el futuro.
Este texto es propiedad de Letra Fría y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Puedes el original en este enlace.
Músicos de México y Venezuela integran la orquesta filarmónica Raíces, un nuevo proyecto que apuesta por llevar la música clásica latina a las zonas violentas de México y transformar el tejido social.
Texto y fotos: Isabel Briseño / Pie de Página
27 de marzo del 2023
Ciudad de México
Según Leonard Bernstein la música son preciosas notas y sonidos unidos de tal forma que disfrutamos al oírlos.
Un hombre de tez morena que agita los brazos y las manos de manera intensa, pareciera que hasta descontrolada, dirige con precisión a un nutrido grupo de músicos que brillan bajo los focos del teatro Isabela Corona. Todos hacen lo que el compositor y pianista norteamericano Bernstein define como música: Una combinación de sonidos reunidos de acuerdo a un plan que el resultado sea emocionante o divertido o conmovedor o interesante o todo a la vez.
Cuerdas, vientos, percusiones y metales se reunieron en la zona centro de la ciudad, venidos muchos en bicicletas o en transporte público desde las periferias para ofrecer con notas musicales diversas formas de sentir en un espacio y en un tiempo.
Edwin Mijares toca desde los 8 años de edad en una orquesta filarmónica de su país: Venezuela. Fue alumno, profesor y director de El Sistema (un programa de formación musical venezolano). Parte de la esencia de su enseñanza es el anhelo de transmitir lo que recibió desde niño.
El mexicano Jaime Elías Fernández, es timbalista de la orquesta. Jaime es enseñado en la música por sus padres, que también son músicos. Aprende desde los 5 años. Nace musicalmente en el programa hermano del sistema de Venezuela. pero en el de la Ciudad de México: Orquestas y Coros Juveniles de la Ciudad de México, donde también inició desde joven como alumno y posteriormente como profesor. Actualmente es docente de música y administrativo en la Secretaría de Educación Pública.
César Vidaguren, violinista venezolano, también se formó en El Sistema, en Venezuela . El músico llegó a Veracruz formando parte de los maestros de la orquesta Esperanza Azteca. Posteriormente se fue a Ciudad de México, donde actualmente radica.
Los tres son parte de la directiva del proyecto Raíces. Coinciden en la forma de pensar y trabajan en equipo para materializar su plan, que inspirado en sus respectivas familias, apuesta por la construcción de un mejor tejido social.
En Tultepec ambos violinistas venezolanos imparten clases para formar nuevas generaciones de músicos. Edwin en el año 2020 abre una escuela para violinistas, “eso fue otro milagro porque la academia nace en pandemia”.
Los alumnos valoran mucho el aprendizaje y eso anima a los maestros a ir hasta aquella zona, aunque tarden dos horas de viaje en llegar hasta allá. Algunos de estos alumnos forman parte de la nueva orquesta.
“La música sana heridas”
Andrea Ortiz Armenta tiene 21 años y vive en Cuautitlán Izcalli. Estudió en la escuela de Bellas Artes de Tultepec. Andrea cree que aún hacen falta más mujeres músicas que sean una inspiración. El machismo es otro aspecto al cual debe enfrentarse al dedicarse a la música.
“Es difícil encontrar un lugar en donde te sientas segura o libre al tocar, ya que en algunas orquestas en las que estuve, a las mujeres nos imponían una vestimenta específica que no dejara ver la piel. Lo que debe destacar es la música, no su cuerpo, nos decían algunos directores”.
De manera circunstancial trabaja en una orquesta de cámara en donde puede recibir entre 400 y 800 pesos por ir a tocar una hora en misas o eventos.
Para dedicarse a la música, Andrea sabe que tiene que practicar todos los días y ser capaz de enfrentar la desmotivación cuando algo no le sale, “te cuestionas si sirves para la música”.
“La música es una forma de llenarnos de muchos sentimientos para poder expresarnos con nuestros instrumentos y que el público pueda sentir lo que estamos tocando”, añade.
Su obra favorita es el concierto para violín de Tchaikovski, le provoca mucho sentimiento y es una de las primeras obras que conoció cuando aprendió a tocar. Su sueño aprender a tocarla.
La joven violinista también aspira a estudiar en la escuela de laudería en Querétaro para construir instrumentos de cuerda.
La música cura porque con tan solo leer una partitura y poder tocarla se sanan heridas. Andrea le recomienda a quienes estén interesadas en la música que se acerquen y no tengan miedo a no aprender: “A veces tenemos la mentalidad de que es muy difícil pero si hay ganas, no importa la edad para hacer lo que te llene el corazón”.
“Fácil no ha sido”
Valeria Hernández comenzó a estudiar violín desde los 12 años en una escuela privada. Actualmente tiene 19 años y radica en Tultepec, Estado de México.
Fácil no ha sido. Responde la joven a la pregunta sobre cómo ha sido su camino en la música. Su padre tiene la idea de que la música no va a dejarle nada por lo que le solicita continuar con sus estudios y concluir una licenciatura independiente a su vocación musical, pese a ello, Valeria disfruta el proceso.
Un reto que Valeria ha vivido como mujer que se abre camino en la música es el ego de algunos hombres, “muchos se sienten superiores a las mujeres y algunos me han hecho querer sentir menos”.
Para Valeria la música es el lenguaje que usa para comunicarse sin la necesidad de hablar para expresar lo que siente. También ha encontrado en las notas madurez e independencia.
Valeria recomienda a los padres y madres, no obligar a sus hijos e hijas a estudiar algo que no quieren porque solo les dificultan su camino y la felicidad.
La raíz de un sueño.
El mismo día en que emprendió el vuelo del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, es que comenzó a gestarse la idea de la orquesta. Una semana antes, en una página de Facebook se publicó una convocatoria. “Necesitamos músicos venezolanos para que toquen en un evento importante”, leyó la mamá de César e hizo los contactos con la embajada de Venezuela.
El 21 de marzo de 2022, doce personas se presentaron a tocar a ese evento importante y así nació la ilusión y el sueño de formar una orquesta sinfónica usando El Sistema venezolano, concebido y fundado en 1975 por el maestro y músico venezolano José Antonio Abreu para sistematizar la instrucción y la práctica colectiva e individual de la música a través de orquestas sinfónicas y coros, como instrumentos de organización social y de desarrollo humanístico.
Un sistema de formación que de acuerdo con Mijares ha funcionado en Venezuela desde el año 1975 con el dicho que tenía el maestro José Antonio Abreu: “Cambiar una pistola por un violín a los niños”. En la Ciudad de México, Orquestas y Coros Juveniles lo logró durante poco más de 3 décadas, constituido en los años ochenta logrando que varios jóvenes salieran de entornos complicados y violentos.
Pensar en grande
La música es movimiento, siempre va a alguna parte cambiando y fluyendo de una nota a otra. El proyecto Raíces pretende generar cambios profundos, es por eso que está formado por dos partes. La primera es la Orquesta Filarmónica que tiene como objetivo promover, exaltar y dar a conocer la música latina sinfónica.
“Hay muchos compositores latinoamericanos que han compuesto excelente obra y no se tocan, los músicos prefieren tocar Beethoven, Mozart pero a los músicos latinos los tienen olvidadísimos; inclusive algunos han muerto y nunca escucharon una de sus obras con una orquesta”, resalta el maestro Mijares.
La otra vertiente de este proyecto son los centros de formación musical para niños y jóvenes con la finalidad de crear orquestas infantiles y juveniles no solamente sinfónicas, sino también con instrumentos tradicionales. Los centros de formación apostarán por trabajar con valores y con disciplina.
“Es darles una esperanza de vida, pretendemos llevar los centros a donde hay droga, donde hay maltrato infantil, familias disfuncionales y la música se convierta en un respiro, en un lugar de reposo para ellos”.
Por ello, estos centros pretenden llegar a los lugares más populares del país así como a los barrios más peligrosos.
“La idea es que esos niños sean rescatados a través de la música, valores y la disciplina”
A través de un elemento artístico como la música se pretende sensibilizar a las juventudes e infancias ante las manifestaciones culturales del mundo, comenzar con las populares mexicanas, con las típicas mexicanas tradicionales y de ahí ir a las venezolanas, las colombianas, peruanas, alemanas para abrirles todo un panorama que les permita, aunque no se desempeñen como músicos en un futuro, tener una sensibilidad artística pero también una ante las manifestaciones y necesidades del otro.
Complejo pero no imposible que un proyecto con estas ambiciones se establezca y mantenga en un país como México. Para realizarlo, apuestan por la incorporación de la iniciativa privada para evitar depender de la temporalidad del apoyo a cuentagotas de los gobiernos.
La música educa para salir de la naturaleza violenta. Raíces pretende tratar de reconstruir el tejido social a través del trabajo musical de una comunidad y una orquesta es una gran sociedad de individuos distintos con un mismo propósito: hacer música.
Es parte de la naturaleza humana disfrutar con la música. Sentados, relajados y disfrutando notas que saltaron, chocaron, se movieron, brincando, destellando y resbalando, el público se olvidó que afuera la lluvía les esperaba, tampoco importó que al día siguiente laboraban, esos y otros problemas se olvidaron; la interpretación y la música cumplieron entonces su objetivo y la gente disfrutó.
Este texto es propiedad de Pie de Página y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Puedes leer el original en este enlace.
Es febrero del 2022 a la una de la tarde. Arlette Pamela aplica vacunas contra la Covid-19 dentro de las instalaciones del Princess Mundo Imperial, donde se desarrolla el Abierto Mexicano de Tenis. Una alerta en su celular le notificó sobre un nuevo correo electrónico, lee que es una de las 60 seleccionadas para participar en el Programa Internacional del Aire y el Espacio de la NASA.
Había pasado una fase del programa. Venía más. De los 60 seleccionados hicieron seis equipos, cada uno elaboró un proyecto con miras a ejecutarse en el espacio. El equipo de Arlette ganó.
En diciembre próximo pisará por segunda vez la NASA, en el Centro Espacial Kennedy, Estados Unidos, ahora para presenciar el lanzamiento de su proyecto al espacio, donde permanecerá seis meses para estudiar.
En antecedente que le llevó a la meta
Arlette Pamela Silva Hernández tiene 26 años, es originaria de Agua Caliente, localidad rural del municipio de Acapulco. Al ingresar al Instituto Tecnológico de Acapulco a estudiar Ingeniería Bioquímica definía el camino qu se trazó mucho antes.
La joven concedió una entrevista telefónica a Amapola, periodismo transgresor, donde contó que a los 10 años, un hecho trágico en la familia la determinó en una meta, estudiar a profundidad el cáncer.
Pamela perdió a su tío por cáncer en la garganta. A sus 10 años pensó que un día sería médica y estudiría las causas y buscaría las alternativas para ese padecimento.
Cuado Arlette comenzó a estudiar Ingeniería Bioquímica pensó: cambio el camino pero no la meta. Esta carrera le permitiría incursionar de alguna manera en el área de la salud.
En el Instituto Estatal de Cancerología hizo su residencia y su tesis fue acerca del cáncer.
La ingeniería y la NASA
Arlette se enteró de la convocatoria que lanzó la NASA en 2021 para el Programa Internacional del Aire y el Espacio, pero la pandemia por la COVID-19 le impidió ingresar. El 2022 fue decisivo, ingresó.
La joven hizo un proyecto sobre procedimientos oncológicos no invasivos, idea que ya planteaba en su tesis.
Explicó que hay constancia de que los astronautas al estar sometidos a la gravedad cero en el espacio tienen un desarrollo celular distinto que, en bioquímica, podría servir para el combate al cáncer. Es decir, la creación de una cámara antigravedad como tratamiento.
Para los ingenieros de la NASA el proyecto de Arlette calificó y la convirtió en una de las 60 jóvenes seleccionadas del mundo para participar en el Programa Internacional del Aire y el Espacio.
Arlette es la primera acapulqueña y primera guerrerense en formar parte de este programa de la NASA. El espacio que se ganó la llevó en noviembre del año pasado a Alabama, Estados Unidos, a las instalaciones de la NASA.
La segunda fase de su proyecto
La ingeniera bioquímica pisó por primera vez la NASA el 13 de noviembre del 2022.
De los 60 seleccionados crearon seis equipos. Los ingenieros de la NASA les plantearon un problema sobre ingeniería bioquímica y cada equipo debía desarrollar un proyecto, sólo uno sería el ganador y permanecería en el programa.
Del 13 de noviembre al 20 de noviembre del año pasado trabajaron intensivamente de ocho de la mañana a ocho de la noche en capacitaciones que recibieron de astronautas connotados, de las ocho de la noche hasta la madrugada Arlette y su equipo trabajó en el proyecto, los siete días de la semana.
Crearon un mecanismo que tiene la finalidad de moverse como un músculo y permitir la apertura de objetos mediante mecánica, algo así como una pinza.
El 20 de noviembre a la ingeniera y sus compañeros de equipo les informaron que su proyecto resultó ganador y que este diciembre del 2023 será lanzado al espacio para estudiarlo durante seis meses y determinar si es útil para cubrir una necesidad en la tierra. Arlette irá a presenciar ese lanzamiento en el Centro Espacial Kennedy.
Pero para ir debe recorrer otro camino, buscar apoyos económicos para su traslado. Lo único que le ofrecen en Estados Unidos es su estancia.
Arlette
Actualmente Arlette está en Acapulco, busca la aceptación en un posgrado, pero a la vez tiene ofertas de trabajo fuera del país y del estado, además de la oportunidad de ir a entrenar como astronauta análoga en Polonia.
Es una mujer muy activa, porque además de sus proyectos es voluntaria en el cuerpo de bomberos de Acapulco; es primera respondiente en la Cruz Roja Mexicana, hace brigadas de salud con compañeros y forma parte de la asociación civil Transformación Colectiva con Equidad.
Todo esto la mantiene activa y la complementan, pero sigue con la mirada anclada en sus metas profesionales. Cree que es importante insistir, persistir y no desistir de los sueños personales, aun cuando los medios o apoyos parezcan desdibujados.
La guerrerense Lupita Soto Miranda ganó el Campeonato Nacional de Artes Marciales Mixtas celebrado la semana pasada en Monterrey, Nuevo León.
Después de una destacada participación en la justa deportiva, avalada por la Federación de Artes Marciales Mixtas (FAMM), la originaria de Chilpancingo se hizo del primer lugar en el podio de la categoría avanzados, peso mosca.
En breve entrevista, Lupita Soto dijo que está a la espera de que la FAMM informe sobre el ranking nacional y reiteró su interés por representar a México y a Guerrero en competencias internacionales, como lo dijo en una entrvista previa publicad en Amapola periodismo.
«Me siento muy contenta, es algo que había estado buscando. El entrenamiento, la voluntad y la disciplina, todo relacionado, hizo que esto se volviera realidad”, comentó.
Lupita Soto tiene actualmente 29 años y es cinturón negro tercer grado de Kung Do Lama, arte marcial de la que es maestra, y cinturón azul en Jiu Jitsu brasileño.
Además de ella, el guerrerense Gibran Hernández logró el subcampeonato nacional en la categoría avanzado, peso walter.