Despliegue de Guardia Nacional no da prioridad a estados más violentos: tiene más presencia en CDMX que en Tamaulipas

La Guardia Nacional tiene más presencia en la Ciudad de México que en estados como Zacatecas, Tamaulipas, Colima, Michoacán y Sinaloa, distinguidos por sus altos niveles de violencia, de acuerdo con informe.


Texto: Alex Ortiz/Animal Político

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1 de agosto de 2024

En el estado de Colima, uno de los más pequeños de todo el país, los asesinatos son un mal que se padece a diario y no hay autoridad que los evite. Una muestra de esta violencia se dio apenas el pasado fin de semana, del viernes 26 al lunes 29 de julio, cuando se registraron 11 homicidios.

Siete personas fueron asesinadas a balazos mientras caminaban en la calle o esperaban afuera de una tienda. Una mujer fue víctima de homicidio al interior de su propia casa. Y los cuerpos o restos de tres personas fueron encontrados en la vía pública.

Estos no son casos aislados. Si algo se sufre en Colima, es la violencia, y eso lo demuestran las cifras oficiales del gobierno: durante 2023, en este pequeño estado del Occidente se registraron 891 asesinatos, equivalentes a 121 homicidios por cada 100 mil habitantes.

Incluso la Ciudad de México cuenta con más elementos de la Guardia Nacional, un total de 5 mil 253, aunque aquí la tasa de homicidios en 2023 fue de nueve por cada 100 mil habitantes, un cálculo 13 veces menor al de Colima. Esto pese a que la Ciudad de México es también la entidad con más policías locales.

La Guardia Nacional, creada en 2019 en sustitución de la Policía Federal, ha sido desplegada de forma desigual a lo largo del territorio mexicano, advirtió Causa en Común en un informe que fue presentado en el Senado de la República el día de ayer, 31 de julio.

El Quinto Informe del Observatorio de la Guardia Nacional y la Militarización en México muestra que, hasta marzo de 2024, la Ciudad de México tenía más elementos desplegados respecto a otros estados que se caracterizan por tener un alto nivel de violencia, en buena parte por las disputas y el control de los grupos del crimen organizado.

En esa situación se encuentran Zacatecas, donde hay mil 507 elementos de la Guardia Nacional; Tamaulipas, con 2 mil 867; Sinaloa, con 3 mil, 916, y Michoacán, con 4 mil 624.

Sobre este reparto de elementos de seguridad, el informe de Causa en Común señala: “A marzo de 2024, la Ciudad de México mantiene uno de los despliegues más importantes, pese a ser la entidad con la policías más numerosa del país y con índices delictivos más bajos que otras entidades con un menor número de elementos desplegados”.

El estado de Guanajuato, exhibido en varias ocasiones por el presidente López Obrador como uno de los más violentos del país, cuenta con la presencia de 5 mil 394 elementos de la Guardia Nacional, apenas 2% más que los que hay en la Ciudad de México.

En Chiapas, un estado de la República que actualmente sufre un problema grave de violencia por el crimen organizado en sus municipios que colindan con Guatemala, hay 5 mil 964 elementos de la Guardia Nacional, es decir, 13% más que los que hay en la capital del país.

Solo Guanajuato, Chiapas, Estado de México, Jalisco, Guerrero y Oaxaca tienen más elementos de la Guardia Nacional desplegados en comparación con la Ciudad de México, según la investigación de Causa en Común que se basa en los informes de seguridad del gobierno federal y en solicitudes de información hechas a las autoridades.

Causa en Común criticó a la Guardia Nacional por este tema debido a que en la Estrategia Nacional de Seguridad Pública se estableció que esta dependencia “establece su despliegue operativo, considerando la incidencia delictiva presente en el país e informado en el reporte de incidencia delictiva del fuero federal, por entidad federativa, publicado por el Centro Nacional de Información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública”.

Guardia Nacional detiene más por robo que por crimen organizado

A cinco años de la creación de la Guardia Nacional, la organización Causa en Común reportó que esta institución de seguridad suele realizar más detenciones por el delito de robo que por casos relacionados al crimen organizado.

El informe de la asociación civil destaca que el último Censo Nacional de Seguridad Pública Federal del Inegi, con datos al 2022, señala que ese año la Guardia Nacional logró la detención de 2 mil 814 personas, de las cuales el 50% fueron capturada por el delito de robo.

El robo es un delito del fuero común que es responsabilidad de las policías de los estados. Los hechos delictivos relacionados al crimen organizado corresponden a la Guardia Nacional, pero la institución solo detuvo a 38 personas por este delito durante 2022.

“Los resultados de la Guardia Nacional son muy pobres, según lo acreditan sus propios informes y los registros de incidencia delictiva”, expresó Causa en Común en su informe.

Más de mil militares trabajan en las secretarías de seguridad civiles

A la par que la Guardia Nacional ha tenido un despliegue desigual en los estados con más violencia en México, el Ejército ha ido ganando terreno incluso en instituciones de seguridad de los estados que tienen un carácter civil.

A través de solicitudes de información, Causa en Común detectó que mil 237 elementos con pasado militar trabajan en secretarías de seguridad de los estados. Lo hacen en puestos de secretarios, directores y administradores.

A la cabeza de estos elementos militares se encuentran al menos 15 secretarios de Seguridad que se formaron en las Fuerzas Armadas, pero ahora se encargan de las dependencias civiles de los estados que combaten el crimen.

Baja California, Baja California Sur, Colima, Guerrero, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas son las entidades federativas en las que hay secretarios de Seguridad con antecedentes militares actualmente.

Capitán identifica a 4 militares que dispararon a jóvenes en Nuevo Laredo

Dos voces han arrojado una luz sobre el asesinato de cinco jóvenes en Nuevo Laredo: el sobreviviente ileso, Alejandro Pérez Benitez, y el capitán militar Elio “N”. Los hechos apuntan a que los militares sí estuvieron involucrados en la ejecución.


Texto: Carlos Manuel Juárez / Elefante Blanco

Fotografía: Elefante Blanco

2 de marzo del 2023

Tamaulipas 

 

La noche del sábado 25 de febrero, Alejandro, de 21 años, salió con sus amigos al antro Mister Pig. Cerca de las 5:00 horas del domingo, los jóvenes dejaron el bar. Gustavo Ángel Suárez Castillo quedó en llevarlos a sus casas en su camioneta. Alejandro se subió detrás del conductor, su amigo de Laredo, Texas. El camino era tranquilo hasta que patrullas militares los siguieron, encontraron, chocaron y rafaguearon.

“Cuando se oyeron los balazos me quedé en la camioneta, ya después me bajé, al último, me puse de rodillas y escuchaba que decía que me mataran, cuando volteé para todos lados ya estaban todos muertos”, narra Alejandro Pérez Benitez.

De acuerdo con el testimonio judicial, un militar se acercó a Alejandro y le preguntó si quería morir o vivir. Él respondió que vivir y fue dejado sano a cambio de grabar un video donde declarara que sus amigos y él eran culpables.

Esta es la única parte de la versión de Alejandro que dista de la declaración del capitan Elio “N”, quien aceptó la inocencia de los jóvenes y ya identificó a 4 soldados que dispararon contra la camioneta.

El mando militar dio su testimonio del hecho ocurrido en la madrugada del domingo en la colonia Manuel Cavazos Lerma. En primera instancia detalló que el convoy de 20 militares se trasladaba en 4 vehículos en las siguientes posiciones: 3 Cheyenne y un Sandcat, con los números económicos 0916334, 0916351, 0916557 y 0916607.

“Al encontrarnos realizando reconocimientos terrestres y al circular por la calle… escuchando detonaciones de armas de fuego. desconociendo donde provenían dichos disparos, y al llegar a la calle… observamos un vehículo de color blanco tipo pick up, acelerando su marcha al ver la presencia del personal militar, por lo que se le dio seguimiento, siendo que dimos vuelta a la derecha en la calle observando que dicho vehículo civil le dio un golpe a otro vehículo estacionado. y al avanzar una cuadra y llegar al cruce de la misma colonia detuvo su marcha el vehículo civil, siendo en ese momento que dos vehículos militares lo emparejaron, siendo los numero económico 0916334 y 0916351, escuchando nuevamente disparos de armas de fuego. En ese momento, yo como responsable del personal antes mencionado escuché que varios elementos accionaron sus armas de fuego, sin que yo diera tal orden, por lo que de manera inmediata vía radio de frecuencia ordene alto al fuego, posterior a ello desciendo de la unidad preguntado al personal quien había disparado, por lo que de manera voluntaria espontánea los siguientes elementos me informaron que habían disparado“.

El capitán Elio narra que los militares acordonaron el área y ordenó una inspección al interior del vehículo. Los soldados encontraron 5 personas del sexo masculino, 3 sin vida, un civil herido, una persona mas sin daños y 2 más muertos al costado de la camioneta.

“Al continuar con la inspección en el interior del vehículo no se localizo nada ilícito”, dice el Capitán Elio

Ambos testimonios son parte de la indagatoria federal y también de la que abrió la Fiscalía General de Justicia Militar. Hasta ahora, el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, organismo que representa a las familias, ha reunido las versiones de los empleados del antro Mister Pig y contabilizaron más de 80 disparos, casi 100.

“Entonces esto fue una masacre”, consideró el presidente del comité, Raymundo Ramos Vázquez.

Ramos Vázquez espera que en las próximas horas la autoridad federal ponga a disposición a cuando menos los 4 militares que reconocieron haber disparado hacia el vehículo de los jóvenes.

Los cuerpos de Gustavo Pérez Beriles, Wilberto Mata Estrada, Jonathan Aguilar Sánchez, Alejandro Trujillo Rocha y el ciudadano estadounidense Gustavo Ángel Suárez Castillo ya fueron entregados a sus familiares; éste último fue trasladado a Laredo, Texas, para su sepultura.

Luis Gerardo, sobreviviente herido, despertó del coma con un ataque, por lo que el equipo médico decidió inducirle un nueva coma.

Una tercera voz

Sara Luna estaba dormida cuando escuchó disparos, pensó que era un sueño hasta que abrió los ojos, despertó y escuchó quejidos. Dentro de su casa estaban su nieta de 2 años y 6 meses, un niño de 6 meses y su esposo Javier.

“Los tiros llegaron a mi cuarto, pero no traspasó la pared. El que estuvo en más riesgo fue mi esposo porque estaba dormido en la cama esa, nomás que cuando empezó todo se aventó bajo la cama, por eso no le dieron”, contó a los abogados.

La mujer de 60 años padece de males renales ante el estrés por los disparos, su familia llamó al Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo para que auxiliaran y pudiera ser llevada al hospital.

“Cuando vinimos por acá porque no había agua y fue cuando quisimos abrir la puerta pero ya no nos dejaron, el soldado cerró la llave de paso y se oía que se quejaban. Yo me senté aquí con el andador y oía que se quejaba alguien más, pero no podíamos salir. Escuché quejidos como una hora y estos de acá nomás decían: “déjame ayudar a mi hermanito, carnalito, decía, me imagino que les decía a los soldados, carnalito, déjame ayudar a mi hermanito él no tiene nada que ver, él es ciudadano americano. En ningún momento se oyó que llegarán ambulancias”.

El choque

Un hombre con el rostro y las manos manchadas de sangre camina abrazado por 2 hombres y se acerca a un reportero.

—Mira mi hijo, viejo, ciudadano americano, somos ciudadanos americanos, viejo, todos. Nada tenía armas, no tenía nada, viejo —dice y en una mano sostiene a su hijo.

—¿Qué edad tiene tu hijo? —responde el reportero.

—21 años, Gustavo Ángel Suárez Castillo —contesta el hombre y sus acompañantes se lo llevan abrazado.

Esta fue una de las escenas menos difundidas pero más impactantes del enfrentamiento entre soldados mexicanos y pobladores de Nuevo Laredo, por la supuesta ejecución extrajudicial de 5 hombres en la colonia Manuel Cavazos Lerma.

El padre de Gustavo confrontó duramente a los soldados por la muerte de su hijo. En varias ocasiones intentó hablar, pero ante el silencio quiso golpear a los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que participaron en un operativo en la madrugada nuevolaredense.

De acuerdo con el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, en la madrugada del domingo 26 de febrero, un convoy militar disparó a una camioneta blanca marca Chevrolet que se encontraba en la calle Huasteca entre Jiménez y Méndez.

Las personas que estaban dentro del vehículo intentaron protegerse, solo una sobrevivió. Al escuchar los disparos, los vecinos salieron entre 4:30 y 5 horas para ver la escena al amanecer. Pasadas las 10 horas, la Sedena intervino en la escena del asesinato, moviendo la camioneta.

El caso con la identificación de las víctimas: Gustavo Pérez Beriles, Wilberto Mata Estrada, Jonathan Aguilar Sánchez, Alejandro Trujillo Rocha y el ciudadano estadounidense Gustavo Ángel Suárez Castillo. Este lunes, se reportó que Luis Gerardo seguía vivo, en estado grave, dentro de un hospital privado.

En fotografías se vio a personas con chaleco de la Fiscalía General de la República (FGR) caminando alrededor de los cuerpos. El personal empezó a procesar el sitio de muerte pero no terminó. Los cadáveres fueron recogidos por una funeraria ante la mirada de las familias.

Nuevo Laredo es el municipio con más casos documentados de violaciones graves a los derechos humanos, cometidos por elementos de las Fuerzas Armadas. Uno de los hechos recientes es la muerte de la niña Heidi Mariana, suceso que permanece impune.

 


Esta nota fue realizada por Elefante Blanco, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.

 

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