Autoridades de Guerrero dejan en ruinas primaria de Acapulco tras Otis; familias acuden a la justicia para que la reparen


Madres y padres de 56 alumnos de la primaria ‘Rafael Ramírez Castañeda’ en Acapulco, Guerrero, promovieron un amparo para obligar a las autoridades a reconstruir la escuela que quedó destruida tras los huracanes Otis y John.


Texto: Manu Ureste /Animal Político

Foto: Especial (para Animal Político)

Lunes 9 de junio del 2025


Por los barrotes oxidados de la ventana sin cristales se observa el interior del aula, una sala de unos pocos metros cuadrados con paredes deslavadas y la pintura desconchada, cubierta por un frágil techo de lámina que ya está carcomido por el implacable sol de Acapulco, en la costa de Guerrero.

Se trata de una de las 12 aulas de la escuela primaria ‘Rafael Ramírez Castañeda’, en la colonia La Sabana del puerto, que atiende a casi 600 niños y niñas estudiantes. Al interior de esa misma aula, apoyadas sobre una de las paredes, yacen amontonadas unas sillas rotas de plástico de color naranja, y unos pupitres de madera ya putrefacta. Junto a ellas, hay una mesa –probablemente la del maestro o la maestra— que tiene un enorme y aparatoso boquete sobre la madera corroída por la humedad y el calor.

Enfrente, apoyadas sobre la otra pared donde hay colgada una pizarra, hay más sillas rotas amontonadas y también sillones tipo de oficina cubiertos por una gruesa capa de polvo y barro. Y en el suelo hay varias láminas rotas del techo, y restos de cascotes de concreto y escombros junto a unas botellas vacías de cerveza que alguien dejó ahí tiradas.


Foto: Especial.

En las aulas contiguas, la escena es prácticamente igual de desoladora: paredes y muros dañados, cables y conectores de electricidad que cuelgan del techo, más pupitres tirados por todas partes, y más escombros. Incluso, en algunas de las aulas ya no hay ni techo de lámina, ni barrotes protegiendo los ventanales.

Lo que sí hay en algunas fachadas de las aulas son las pintas de las pandillas que acceden con total libertad y facilidad a esta primaria, que a pesar de estar ubicada en una colonia con altos índices delictivos en Acapulco –que de por sí ya es una de las ciudades más violentas de México y el mundo, con al menos 645 asesinatos en 2024 y casi 200 hasta abril de 2025, en apenas 4 meses— lleva más de un año y medio sin la barda perimetral que impide el acceso de desconocidos al recinto donde estudian cientos de niños y niñas entre los turnos de mañana y tarde.

Por esta escuela, literal, pasó un huracán y la arrasó.

O para ser más precisos, pasaron dos, pues el primero que destrozó el inmueble –junto a buena parte de Acapulco–, fue Otis, que en octubre de 2023 dejó 50 personas muertas, cientos de heridos, y miles de millones en pérdidas económicas por los daños en infraestructura. Y casi un año exacto después, el huracán John volvió a dejar una estela de daños y pérdidas económicas y materiales. Esto, sin contar que medio año antes de Otis, un potente sismo –de los habituales en la costa de Guerrero—ya había generado daños de diversa consideración en los inmuebles de la ciudad portuaria, incluyendo a esta escuela primaria, cuya barda quedó cuarteada antes de que la tumbara el huracán.

Autoridades de Guerrero incumplen promesa de reconstruir primaria destruida por Otis y John

Las autoridades prometieron reconstruir y reparar todos los centros educativos de la ciudad tras los fenómenos naturales. Sin embargo, a casi dos años de Otis, hoy estás instalaciones son más propias de un recinto abandonado y casi en ruinas, que el lugar donde reciben clases casi 600 estudiantes.

Por ello, padres y madres de 29 niños y 27 niñas del turno vespertino acudieron con un grupo de abogados y abogadas de las organizaciones civiles ‘Toma tu Remo’ y ‘Perteneces’ para pedirles ayuda, quienes, ante las evasivas de las autoridades de atender el asunto, promovieron un amparo ante la justicia para obligarlas a reconstruir la escuela.

Sin embargo, a pesar de que la justicia ya ordenó a la Secretaría de Educación de Guerrero y al Instituto de Infraestructura Educativa guerrerense a que rehabiliten el centro, por considerar que los niños y niñas no están recibiendo clases en un espacio seguro, las autoridades –denuncian las abogadas– se han dedicado a “tirarse la bolita” entre ellas y han hecho caso omiso al mandato.

“En las leyes está establecido que se debe garantizar el bienestar y la armonía en un centro educativo público, pero ahora mismo esta escuela no es un espacio digno ni seguro para los niños y niñas”, lamentó un maestro que pidió anonimato.

Previo a la publicación de este reportaje, Animal Político buscó a la SEP de Guerrero para pedirle una entrevista o postura sobre la situación de esta escuela primaria en Acapulco, e incluso le envió un escrito con la petición. Por medio de comunicación social, la SEP guerrerense respondió que debido a “la problemática con docentes de la CETEG” no estaban en condiciones de confirmar una entrevista con el secretario, dejando abierta la posibilidad a una posible futura entrevista.

Reconstrucción de primaria en Acapulco dañada por Otis: “Se tiran la bolita unos a otros”

Fernando Aragón es investigador y consultor en gestión de riesgos por desastres naturales y cambio climático. En febrero del año pasado acudió por parte de una organización civil a dos escuelas públicas en Chilpancingo, la capital guerrerense, y en Acapulco, donde visitó la primaria ‘Rafael Ramírez Castañeda’ como parte de un trabajo de campo para analizar las condiciones de las escuelas para enfrentar peligros por desastre climáticos, y proponer mecanismos y formas de reducir esos riesgos.

“Habían transcurrido como cinco meses, más o menos, del huracán Otis, y la escuela todavía seguía en condiciones bastante deplorables, muy deteriorada”, plantea Aragón en entrevista.

“Muchos techos habían volado y la barda perimetral, casi en su totalidad, estaba destruida, por lo que cualquiera persona de fuera podía acceder. Tampoco se había restablecido la energía eléctrica, ni el abasto regular de agua potable. En otras palabras: no había las condiciones mínimas para que operara la escuela”, subraya.

Algo más de un año después, en mayo de este 2025, otro docente que pide anonimato para evitar posibles represalias laborales, asegura que la escuela continúa prácticamente en las mismas condiciones deplorables que atestiguó el investigador Fernando Aragón.

“Si bien nos va, hay un avance en la reconstrucción del 20 por ciento”, asegura.

El agua potable, por ejemplo, dice que les llega por tandeo unas tres veces a la semana. En cuanto a la electricidad, las aulas tienen luz pero porque se tomó de otra línea eléctrica que alimenta la escuela. Sin embargo, esa línea está muy saturada y el transformador, de repente, truena y se va la luz. En la parte de atrás del inmueble, donde se cayó la barda, el poste de electricidad sigue tirado y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) aún no ha ido a repararla.

“Todo está lleno de escombros y materiales por el suelo que volaron con el huracán. No parece una escuela”, hace hincapié el docente, que incluso apunta que tienen que dar clases con los niños fuera de los salones, en el patio, por las malas condiciones de las aulas.

Otro maestro explica que durante las vacaciones de Semana Santa de este 2025 llegó personal de la aseguradora que la SEP tiene contratada, Agroasemex, para este tipo de casos. Llegaron luego de que en diciembre del año pasado la organización Perteneces obtuvo, a raíz del amparo, una suspensión para que las autoridades hicieran algo. Sin embargo, los trabajadores de la aseguradora abrieron una zanja para comenzar las obras de reparación, y poco después se retiraron sin dar una explicación.

“Nada más cobraron, se retiraron y la escuela se quedó a medias”, denuncia el maestro.

Raquel Cherqueño, abogada de la organización civil ‘Perteneces’, explica en entrevista que luego de que promovieron el amparo en noviembre pasado, el propio tribunal mandó a su personal para corroborar las malas condiciones de la primaria, y en diciembre les concedieron una suspensión a partir del cual se instruyó a la SEP a que reparara la escuela.

“Sin embargo –plantea Cherqueño–, la SEP respondió diciendo que no puede hacer nada porque está involucrado el seguro. Es decir, le pasa la bolita a la aseguradora Agroasemex”.

“No obstante –matiza a colación-, esto no es del todo cierto, porque si bien hay un seguro, pues la obligada a dar la cara es la propia institución educativa, que fue quien contrató a la aseguradora”.

“Mientras tanto, los niños y niñas se encuentran en riesgo por las malas condiciones de la primaria, a pesar de que las autoridades del estado dijeron que iba a haber apoyos para las escuelas dañadas por los huracanes. Pero, hasta ahora, las familias de esta escuela no han visto nada de ese apoyo”.


Foto: Especial.

Lorena Aragón es abogada de la organización ‘Toma tu Remo’. En entrevista, lamenta que, a pesar de que la justicia les concedió la suspensión a raíz del amparo, “todavía no haya una respuesta de las autoridades”, y critica que la otra institución implicada en el asunto, el Instituto Guerrerense de Infraestructura Educativa “también se lave las manos” asegurando que “no tiene capacidad ni poder de gestión con la aseguradora Agroasemex, porque el contrato fue firmado con la SEP”.

“Se están tirando la bolita unos a otros”, critica también la abogada.

“La inseguridad para los niños es alarmante”: maestros de primara dañada por huracanes en Acapulco

Además de las malas condiciones del plantel educativo, todos los docentes entrevistados coinciden en apuntar que uno de los puntos que más les preocupa es la barda perimetral destruida por el huracán Otis y el hecho de que cualquier extraño pueda acceder a la escuela con cientos de niños y de niñas, cuya seguridad es responsabilidad de los maestros y maestras.

Por ejemplo, plantea otro docente, hace unas semanas estaban teniendo una reunión con padres y madres, cuando vieron a un hombre merodeando por el baño de las niñas.

“Eso es algo alarmante”, dice el maestro. “No supimos si era alguien drogado o que estaba mal de sus facultades mentales, pero con tantos niños y niñas, es un riesgo muy grande”.

Incluso, el maestro asegura que en la colonia, ubicada en lo alto de un cerro y muy alejada de la zona turística y más protegida de los hoteles de la costera Miguel Alemán, a veces se escuchan balazos y luego ven a los agresores que pasan por el patio de la escuela corriendo para huir, “como si fuera su casa”.

“Aquí las autoridades de la Secretaría de Educación, el gobierno estatal, y la presidencia municipal, dicen que los maestros no hemos buscado hacer una estrategia para resguardar la integridad del alumnado. Pero nosotros no podemos hacer todo. Porque si se mete alguien, no solo está en riesgo la vida de los alumnos, sino que también va de por medio nuestra propia vida”, concluye el maestro.

 

Este es un trabajo original de Animal Político, un medio aliado de Amapola, periodismo transgresor, y lo reproducimos con su autorización. Consulta aquí el texto original.

Suspensión parcial de clases por falta de transporte en la capital

Texto: José Miguel Sánchez

11 de febrero del 2024

Chilpancingo

 

A ocho días de la suspensión total del transporte público en la capital, varias escuelas de todos los niveles ya optaron por suspender clases aún sin la confirmación oficial de las autoridades educativas.

Las principales escuelas secundarias de la capital como la Raymundo Abarca Alarcón, la Antonio I Delgado y la Wilfrido Massieu ya anunciaron la suspensión para mañana 12 de febrero.

En el caso de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), las preparatorias número 1 y 9, ubicadas en el centro de Chilpancingo, anunciaron que habrá clases de manera virtual.

Llamado a clases virtuales de la Preparatoria No.1 de la Uagro por suspensión de transporte público. Foto: Facebook oficial de la Preparatoria No. 1

En algunas primarias de las colonias, a los grupos de madres y padres de familia les avisaron la suspensión de clases para mañana.

Casos como la Escuela Primaria Quetzalcóatl, ubicada en la colonia Azteca; la primaria 24 de Febrero, en la colonia López Portillo, y la secundaria técnica 150 anunciaron la suspensión de clases.

Caso contrario de las primarias Fray Bartolomé de las Casas, en el centro de la ciudad y la Nicolás Bravo, en la colonia Obrera, que anunciaron que se reanudan las clases con normalidad.

Los planteles toman estas decisiones sin el aval de alguna autoridad educativa.

La Secretaría de Educación Guerrero (SEG), durante los cinco días hábiles que duró la suspensión total del transporte, no emitió algún comunicado.

Comunicado de la página oficial de la Esfaid para la suspensión de clases el 12 de febrero del 2024. Foto: captura de pantalla

El lunes, que comenzó el problema de la falta de transporte, en una entrevista el titular de la SEG, Marcial Rodríguez Saldaña, dijo que no había suspensión y que las clases se tenían que desarrollar con normalidad.

El rector de la Uagro, Javier Saldaña Almazán, durante los ochos días de la falta de transporte tampoco se pronunció al respecto.

El lunes 5 de febrero, algunas facultades y unidades académicas iniciarían el semestre febrero-julio y no lo hicieron.

Algunas escuelas privadas también anunciaron la suspensión de clases para el día de mañana.

A pesar de que la Secretaría General de Gobierno, a través de un comunicado, informó que mañana se restablecerían las clases y con ello la totalidad del transporte público.

Temen que terreno para escuela sea para un cuartel

Por eso, aún con las condiciones en las que trabajan y que ya iniciaron las obras de construcción, docentes, madres, padres y estudiantes no se mueven de La Bloquera, el espacio que consiguieron con marchas, bloqueos y tomas de edificio


Texto: Marlén Castro

Foto: Andrea Mendoza

Chilpancingo

02 de febrero del 2024

 

Génesis y Pedro no están hoy en clases en la Escuela Primaria Rafael Ramírez Castañeda, al norte de Chilpancingo. Ambos enfermaron.

Génesis ya no regresará. Su salud se deterioró por las condiciones en las que recibe clases. Su mamá buscó otra escuela para no arriesgarla. Su nariz sangra por el polvo. Tiene sinusitis.

Pedro lleva dos semanas en las que asiste un día y falta dos o tres, también por problemas en las vías respiratorias.

En la Escuela Primaria No hay aulas. No hay baños. No hay agua. Es una galera para carros arruinados y materiales en desuso.

Hay ruido y mucho polvo.

Las butacas rojas tienen polvo, las paredes improvisadas con lonas tienen polvo.

El profesor de cuarto grado, Saúl Cruz Nava, al concluir el recreo, intenta retomar la clase pero no puede. Los carros de volteo que pasan frente a la escuela improvisada apagan su voz, disminuida por hablar todos estos días a todo pulmón.

En estas condiciones, 170 menores entre los seis y 12 años, intentan estudiar.

Pocos lo logran.

Niñas y niños de la primaria Raúl Ramírez Castañeda intentan tomar clases en aulas improvisadas. Foto: Andrea Mendoza

Sin cancha, pero en recreo

Son las 10:30 del jueves 1 de febrero. No hay timbre que anuncie el receso. La maestra o el maestro de cada espacio donde debería haber un aula avisa y sus estudiantes salen de entre las lonas o cortinas.

Como no hay cancha, las y los estudiantes no juegan, solo caminan por la superficie de tierra suelta. Como en cada escuela, algunas madres de familia llegan con el desayuno para sus hijas e hijos. Se acercan a la malla ciclónica que a principios de año colocaron para generar algo de seguridad en este espacio abierto.

Niños y niñas de la primaria Raúl Ramírez Castañeda en su receso. Foto: Andrea Mendoza

Entre estas madres de familia llega María Robledo. María tiene tres hijos. Los dos mayores estudiaron en el edificio arruinado de la Primaria Rafael Ramírez Castañeda, ubicada en la calle Taxco, sin número, de la colonia San Rafael Norte.

La generación de Manuel y Jesús, los hijos de María, fue la 2010-2016. Les tocó ir a una escuela enmohecida por la inundación del 2013, el año del huracán Ingrid y la tormenta tropical Manuel.

Desde entonces, las madres y padres de familia de la escuela comenzaron a hacer peticiones para reubicar la escuela. Ahora Manuel y Jesús son dos jóvenes de preparatoria.

María cuenta que llevar a sus hijos a la escuela después de la inundación le daba miedo, por las condiciones en las que quedó el edificio. No tenía otra, las demás escuelas de la zona estaban saturadas.

María y sus hijos ya no padecieron lo peor. Los temblores del 2017 y 2019 afectaron la estructura del edificio y en 2020 se detectó una falla geológica en varias colonias del norte de Chilpancingo, la San Rafael es una de ellas, entonces Protección Civil ordenó el desalojo del inmueble.

Ahora María lleva a la primaria a Diego, su hijo más pequeño, a quien ya no le tocó estar en el edificio, sino en las canchas de la escuela Galeana y ahora en esta galera polvorienta. Diego tiene una virtud. Aprende bien y rápido. Tiene buenas calificaciones, cumple con sus tareas y no se enferma seguido como otras niñas y niños.

“De lo único que se queja es del frío. Mami tengo mucho frío siempre me dice”.

En enero hubo días con bajas temperaturas. Los menores entran a las ocho de la mañana.

Termina el recreo. Nunca se escucharon los gritos y algarabía de los menores. Aquí no hay forma de jugar a las encantadas, agarradoras, al avión. Aquí no se puede improvisar nada. Los menores no tienen razón para reír.

El ruido de los volteos que acarrean el material extraído y la retroexcavadora apagan cualquier otro sonido. Al fondo de La Bloquera comenzó lo que podría ser la construcción de su edificio.

Camiones y maquinaria de construcción cerca de las instalaciones improvisadas de la primaria Raúl Ramírez Castañeda, donde niños y niñas intentan tomar sus clases. Foto: Andrea Mendoza

Aquí nos quedamos: Comité de Reconstrucción

Miguel Ángel Ventura Ramos es otro profesor de la Escuela Primaria Rafael Ramírez Castañeda, además de eso, asumió la tarea de organizar a las madres y padres para demandar al gobierno la reubicación de la escuela. Aunque este terreno tiene materiales del Ayuntamiento y lo consiguieron después de varias movilizaciones, no es propiedad municipal, sino del gobierno estatal.

Consiguieron la donación de parte del gobierno municipal, en 2022, después de bloqueos. Cuando ese paso ya estaba dado, el Instituto de Vivienda y Suelo Urbano (Invisur) reclamó La Bloquera como propio. Otra vez bloqueos, tomas de edificios y marchas. Invisur accedió a donar el predio por la presión.

A mitad del sexenio del priísta Héctor Astudillo Flores, en 2019, la Escuela Primaria consiguió la asignación de 10 millones de pesos para la construcción.

Pero en 2020 se presentó el dictamen de protección civil acerca de la falla geológica que afectaba sobre todo a la primaria. Se detuvo el proyecto, porque necesitaban conseguir otro predio para la reubicación. Se vino la pandemia. Se fue la pandemia. En 2021 comenzaron las movilizaciones para conseguir este predio.

El 22 de enero, docentes, madres, padres y estudiantes marcharon por las calles de Chilpancingo y tomaron el edificio gubernamental Juan Álvarez. Ese día, el gobierno estatal se comprometió a que el lunes 29 de enero iniciarían los trabajo para la construcción de la nueva escuela en La Bloquera.

El lunes no hubo ningún movimiento. Sólo llegaron funcionarios a solicitar una prórroga de una semana. Las madres y padres recibieron esa información, pero advirtieron que radicalizarían sus protestas.

El martes 30 llegó la maquinaria pesada y la obra comenzó. Por eso en medio de las clases transitan carros de volteo cargados de piedras y tierra para desalojar el material que arrancan con la excavadora.

Aunque la obra ya inició y que las clases no se desarrollan en las mejores condiciones, el Comité de Reconstrucción decidió que la Escuela Primaria siga funcionando aquí, porque aún tienen dudas de si las obras de extracción de material serán para iniciar la construcción de su edificio.

Las razones de estos temores son porque la gobernadora Evelyn Salgado Pineda no se presentó a dar el arranque de la obra. Porque anunció 50 obras este año y, entre ellas, no figura la primaria.

En este terreno acordaron que no sólo se construirá la Primaria Rafael Ramírez Castañeda, sino también el Jardín de Niños Moisés Guevara.

“Estas dos obras no son pequeñas, entonces, ¿Por qué no las anuncia entre las 50 de este año?”, pregunta Ventura Ramos.

En una reunión de trabajo cuando negociaban la donación del predio, gente cercana a la alcaldesa Norma Otilia Hernández Martínez compartió que este terreno estaba destinado para un cuartel de la Guardia Nacional.

Ese es el temor, salirse y después de mucho ir y venir, les digan que los reubicarán en otro terreno, porque aquí hay otro proyecto.

Sustraerse del ruido para iniciar la clase

Cuando acaba el receso, al profesor Saúl Cruz Nava, le cuesta trabajo retomar la clase.

“Vamos a abrir su libro de…”. Pasa un volteó. Se calla. “Abran su cuaderno en la página…”, ahora un carro grande que circula por la calle toca su claxon por unos segundos. Sus estudiantes se sientan, se levantan, algunos afinan su oído para escuchar mejor. Otros mejor platican entre ellos. En su espacio solo atiende a 15 niñas y niños.

Saúl Cruz Nava imparte su clase a niñas y niños a pesar de las condiciones desfavorables. Foto: Andrea Mendoza

El profesor Saúl no se rinde. Respira para tranquilizarse. Aunque lleve a sus pulmones una mezcla de polvo y aire.

Vuelve a dar indicaciones. Sus estudiantes fijan sus ojos en el profesor, toman sus cuadernos, abren de acuerdo con la instrucción y, después de varios intentos, se sustraen del ruido exterior.

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