En cuatro años, los estados con menores tasas de civiles muertos en presuntos enfrentamientos con policías son Aguascalientes y Chiapas.
Texto: Animal Político
Fotografía: José Luis de la Cruz / Archivo
10 de enero de 2022
El sábado 19 de abril de 2020, policías estatales de Guerrero abatieron a cuatro presuntos sicarios en el poblado de El Naranjo, municipio de Leonardo Bravo. Entre ese día y el domingo se registraron en la zona 13 muertes violentas y dos detenciones tras enfrentamientos entre supuestos grupos criminales y las autoridades, pero la corporación solo se atribuyó el fallecimiento de cuatro personas.
Este fue uno de los 157 choques armados que la policía de Guerrero registró entre 2018 y 2021, uno cada diez días. En ellos murieron 94 supuestos atacantes y 19 uniformados. Esto convierte a Guerrero en uno de los cuerpos más letales de las corporaciones estatales: cada dos semanas desde hace cuatro años, un presunto civil armado perdió la vida en confrontación con los agentes.
Los otros dos estados con mayores índices de muertos en choques entre policías y civiles son Veracruz y Zacatecas. El primero registró 112 muertos desde 2018, pero con 338 enfrentamientos en los que fallecieron 16 uniformados. Es decir, que sus agentes se enfrentaron a presuntos delincuentes una vez cada tres días y provocaron una baja cada nueve. Córdoba aparece como el principal foco rojo del estado, con 18 enfrentamientos en tres años y con sucesos luctuosos como los incidentes de febrero de 2020, cuando sujetos armados atacaron una comisaría y a diversas dotaciones: murieron dos estatales, dos municipales y tres de los presuntos atacantes. Veracruz es el estado en el que mayor número de choques armados se registró entre supuestos integrantes del crimen organizado y policías.
Zacatecas tiene cifras relativamente bajas aunque también significativas. En los últimos tres años se han registrado 140 enfrentamientos en los que murieron 66 presuntos atacantes y 36 policías. Es decir, que se registraron choques armados cada ocho días y cada 16 murió un atacante. Aquí, por el contrario, el número de uniformados muertos por balas atacantes se dispara: cada mes un funcionario estatal perdió la vida en choques con presuntos delincuentes.
Opacidad en Tamaulipas o Baja California
Estas son algunas de las revelaciones de las solicitudes de transparencia efectuadas por Animal Político, que pidió a los 31 estados de la federación conocer cuántos enfrentamientos armados mantuvieron sus policías desde 2006, cuántos atacantes murieron o resultaron heridos y cuántas bajas sufrió la corporación. Esto permite tener una perspectiva sobre la violencia registrada en los distintos territorios desde que Felipe Calderón declaró, hace 15 años, la denominada “guerra al narcotráfico”. Aunque el primer dato relevante es la opacidad: apenas 15 estados (Aguascalientes, Coahuila, Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas) dijeron disponer de esta información y en la mayoría de los casos estaba limitada a los últimos años.
Otros, como Baja California o Yucatán, se limitaron a no responder. Algunos, como Quintana Roo o Guanajuato, aseguraron no tener datos mientras que en Tamaulipas, la secretaría de Seguridad Ciudadana aseguró no ser “competente” para ofrecer información sobre los enfrentamientos de sus agentes y las bajas causadas por estos. Entre los estados que no respondieron están algunos de los que encabezan las estadísticas de homicidios, como Guanajuato o Baja California, y también otros como Tamaulipas donde la presencia del crimen organizado hace habituales los enfrentamientos y cuyos policías han sido señalados por vulneraciones a los derechos humanos.
De los datos que pudo recabar Animal Político se desprende que entre 2018 y 2021 se registraron 812 enfrentamientos armados en 15 estados de la República, con un saldo de 464 civiles armados muertos y 210 policías. Es decir, que por cada agente fallecido, los uniformados mataron a dos atacantes. Sin embargo, esta cifra no es exacta, ya que hay estados donde la letalidad de los policías es muy elevada, como en el caso de Guerrero, y otros como Sinaloa o Michoacán en los que existe equilibrio entre el número de víctimas provocadas por los atacantes y por los policías.
Entre Guerrero, Veracruz y Zacatecas acumulan 272 muertes de presuntos atacantes, lo que supone más de la mitad de los estados que ofrecieron sus datos. Esta proporción es más baja si nos referimos a los agentes asesinados: 64 de los 210 registrados murieron en estos tres estados.
Coahuila y Michoacán son dos estados con alto número de enfrentamientos y civiles y policías muertos. En el caso del territorio fronterizo fueron 51 presuntos atacantes muertos en 21 choques con 8 policías que perdieron la vida. En este caso, las cifras se incrementan mucho por los 23 muertos que se registraron en el municipio de Villa Unión en diciembre de 2019, cuando un grupo de hombres armados atacó la corporación, matando a cuatro policías, y fueron posteriormente abatidos por policías estatales.
En el caso de Michoacán, las cifras muestran un mayor equilibrio entre las fuerzas estatales y los grupos delictivos. Desde 2018, al menos 34 presuntos agresores fallecieron en 63 choques armados, en los que 26 policías perdieron la vida. En este estado, el enfrentamiento entre el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y sus rivales de Cárteles Unidos capitaliza la violencia. Sin embargo, también se han registrado masacres de policías, como la emboscada en la que 14 oficiales fueron asesinados en El Aguaje, municipio de Aguililla, en octubre de 2019.
Más policías muertos que atacantes en Chihuahua
Chihuahua (24 muertos en 14 enfrentamientos desde 2020, con 36 policías fallecidos) marca una excepción. Se trata de uno de los pocos estados en el que sus cifras dicen que murieron más uniformados que atacantes.
Por detrás aparece Jalisco, con 22 civiles y 11 policías muertos en 44 confrontaciones; San Luis Potosí, con 17 presuntos atacantes y 4 agentes fallecidos en 20 choques; Sonora, con 10 agresores y 14 policías muertos pero sin registro de enfrentamientos y Sinaloa, con 5 civiles y 1 policía muertos en 22 confrontaciones.
Los estados con menores tasas de civiles muertos en choque con las autoridades son Aguascalientes, donde una persona falleció, por diez policías; y Chiapas, con otro civil y otros dos policías muertos desde 2018.
La falta de información proporcionada por las secretarías impide realizar un mapeo más claro sobre muertos y enfrentamientos con las corporaciones. Además, las instituciones tienen a reducir el número de muertes causadas por sus elementos. Por ejemplo, el Ejército llegó a asegurar que en 15 años de la denominada “guerra contra el narco”, sus efectivos únicamente habían matado a 43 personas que eran ajenas a choques armados, aunque una revisión realizada por Animal Político mostró que se incluyó como agresores a víctimas de ejecución extrajudicial.