Tixtla, la ciudad del miedo y la complicidad del gobierno

Por: Arturo de Dios Palma, Emiliano Tizapa Lucena y Jesús Guerrero Salgado

 

El 30 de julio fue hallado el cadáver de Marco Antonio Benegas Cortés, en un paraje de Tixtla. Tenía ocho días desaparecido.

Marco Antonio, de 33 años de edad, aspiraba a ingresar a la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. Fue visto la última vez la tarde del sábado 22 de julio en la normal donde iniciaba su “semana de prueba” para ser admitido como alumno.

La desaparición y asesinato de Benegas Cortés es el reflejo de lo que se ha convertido Tixtla: un pueblo sin ley.

Desde hace más de una década distintas organizaciones criminales, asociadas con las autoridades en turno se han adueñado de este municipio.

En 2015, José Luis Ortega Abarca, alías La Gringa, medio hermano del entonces alcalde de Tixtla, el perredista Gustavo Alcaraz Abarca, fue asesinado a balazos por presuntos integrantes de la organización criminal de Los Ardillos.

La Gringa era funcionario de la administración que encabezaba su medio hermano y además uno de los principales operadores en Tixtla de la organización criminal de Los Rojos. Obedecía órdenes de su jefe inmediato, Zenén Nava Sánchez, El Chaparro, principal líder de esta agrupación en Chilapa.

Zenén Nava fue detenido en 2019 y actualmente está preso en la cárcel de Acapulco.

El asesinato de La Gringa, en 2015, marcó la llegada a Tixtla de la organización criminal Los Ardillos y también el arranque de una nueva administración municipal encabezada por el perredista Hossein Nabor Guillén, en enero del 2016, después de ganar las elecciones extraordinarias al priísta, Saúl Nava Astudillo.

Nava Astudillo fue asesinado a tiros por hombres armados en enero de 2022 en pleno centro de Tixtla, ya bajo el dominio total de Los Ardillos.

Así, Tixtla es actualmente un polvorín y sin gobierno. 

Y esto se vio en distintas fechas de julio pasado cuando hubo una cascada de hechos de violencia en municipios de la zona Centro de Guerrero por la pugna entre las organizaciones de Los Tlacos y Los Ardillos.

A plena luz del día, durante julio, hombres armados asesinaron a cuatro choferes de dos taxis y dos camionetas urvan de transporte de rutas foráneas en distintos puntos de Tixtla. Los cuatro cadáveres estaban calcinados en sus unidades.

El 9 de agosto, en la conmemoración del 241 aniversario del natalicio del general Vicente Guerrero, los habitantes de Tixtla se sorprendieron cuando vieron en las calles el despliegue de soldados del Ejército, Guardia Nacional, Marina, y Policía Estatal.

Pero esta operación no sería utilizada para darle seguridad a los tixtlecos sino a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, funcionarios estatales, diputados federales y locales que ese día asistieron a Tixtla a la ceremonia oficial.

Terminó el evento oficial y la retirada de las fuerzas federales y estatales.

En Tixtla el morenista Moisés Antonio González Cabañas es el alcalde de este municipio y desde que asumió el cargo, en 2021, Los Ardillos han fortalecido su poder. Nada se mueve en ese municipio sin que esta organización criminal se entere.

Las desapariciones y asesinatos en Tixtla se han incrementado en los dos últimos años. La prueba es el caso del aspirante a alumno de Ayotzinapa, desaparecido y asesinado y cuyo caso la Fiscalía General del Estado (FGE) no ha dicho nada.

Desde 2015, en que Los Ardillos desplazaron a Los Rojos en Tixtla, políticos del PRD han tenido un crecimiento electoral. Una de las principales figuras es Bernardo Ortega Jiménez quien cuatro veces ha sido diputado local, tres por el distrito 02 y una vez por la vía plurinominal. Es, pues, una rara máquina electoral.

Erika Alcaraz, integrante del grupo político de Ortega Jiménez, fue diputada local de 2015 al 2018 y luego brincó a la alcaldía de Tixtla en el período 2018-2021.

Durante la administración de Erika Alcaraz, Los Ardillos se afianzaron en Tixtla.

La noche del 6 de junio de 2021, González Cabañas no creía haber ganado la alcaldía en Tixtla derrotando a Erika Alcaraz, quien pretendía reelegirse en el cargo. 

¿González Cabañas en serio se sorprendió de su victoria o solo dijo medias verdades?

En 2018, González Cabañas perdió ante Ortega Jiménez en la elección a diputado por el distrito 02. 

El morenista sólo ganó la cabecera de Tixtla, pero fue abrumadoramente rebasado en las urnas por Ortega Jiménez en Mochitlán, Quechultenango, Mártir de Cuilapan y Zitlala.

González Cabañas es egresado de la normal de Ayotzinapa que como alcalde no tiene el control del municipio. En los primeros meses de haber asumido el cargo lo obligaron a destituir a varios funcionarios y le impusieron a otros.

La policía municipal tampoco está bajo su control. El morenista es sólo un administrador y no tiene el control político de su municipio.

González Cabañas se la lleva de «a muertito» dejando el espacio vacío para que gobierne la delincuencia.

Por cierto, durante la ceremonia oficial por el natalicio de Vicente Guerrero el pasado 9 de agosto, la gobernadora morenista Evelyn Salgado habló de la heroicidad del consumador de la Independencia, pero omitió referirse a la situación que viven los tixtlecos y de otros municipios sacudidos por las organizaciones criminales.

El mensaje de la mandataria hace recordar a viejos políticos del PRI y PRD que en los actos oficiales del 9 de agosto lo utilizan para su lucimiento político.

Candidatos del PRI a gobernadores como José Francisco Ruiz Massieu, Rubén Figueroa Alcocer y René Juárez Cisneros arrancaron su campaña política en Tixtla y una de sus principales promesas que les hicieron a los tixtlecos fue la construcción de la red de drenaje y planta tratadora.

En la administración de Juárez Cisneros se construyó la red de drenaje que no funcionó y la planta tratadora de aguas residuales que está abandonada en las afueras de Tixtla, rumbo a la comunidad de Atliaca.

En su discurso del 9 de agosto a Evelyn Salgado se le olvidó resaltar la importancia que tiene este municipio de Tixtla en la historia de Guerrero.

Por ejemplo, que durante la época de las leyes de reforma, en 1851, Tixtla pasó a ser la capital del estado y en la guerra por la Independencia del país fue el principal centro de operaciones de Vicente Guerrero.

Tixtla siempre ha vivido situaciones difíciles, desde conflictos poselectorales, desastres naturales y autoridades municipales que se han enriquecido del erario público.

Lo que ha marcado a Tixtla y la historia del país, es la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala en 2014.

Lo que hoy afrontan los tixtlecos es que ni siquiera pueden tener una vida normal porque no saben en qué momento podrían ser víctimas colaterales de la violencia provocada por Los Ardillos. Y en esto, la autoridad simplemente está de adorno o de florero, como dice el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Chirrionazo: La tarde del 9 de agosto se hizo entrega del reconocimiento de Barrio Mágico a El Santuario, en Tixtla, al que González Cabañas invitó a otros ediles y funcionarios, y todavía, nos cuentan, que pidió a los pobladores que aportaran dos mil mixiotes para la gorra, obviamente lo mandaron a volar al alcalde morenista, quien tuvo que pagar la comida de sus invitados. 

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