Estudiantes de Universidad exigen sede de escuela en Tixtla, Sosa les dice que será en Ojitos de Agua

​Texto: Jesús Guerrero

Fotografia: Especial

Tixtla

 

A la coordinadora de las Universidades del Bienestar Benito Juárez (UBBJ), Raquel Sosa Elízaga, le llovieron reclamos en la reunión de tres horas que tuvo con los estudiantes, pero no cambió su postura de que la sede universitaria será en Ojitos de Agua y no en la cabecera.

En una reunión tensa que empezó a las seis de la tarde y concluyó a las nueve de la noche de ayer miércoles en el auditorio del Ayuntamiento, los jóvenes exhibieron frente a Sosa Elízaga pancartas en donde manifestaban sus demandas.

«Queremos nuestra escuela en la cabecera», «exigimos libertad de expresión», decían algunas de las consignas.

Los estudiantes y maestros de esta Universidad con Licenciatura en Enfermería y Obstetricia fueron citados a las cinco de la tarde, pero la funcionaria federal llegó una hora después.

Esta reunión de Sosa con los jóvenes se originó a raíz de que el pasado viernes 21 de octubre interceptaron en la carretera Tixtla-Chilapa al convoy que encabezaba el presidente Andrés Manuel López Obrador a quien le dijeron que ya va para casi cuatro años y no han construido su escuela pero además que la sede se quede en la cabecera.

López Obrador los atendió y dijo que Sosa estaría con ellos; aseguró que el edificio escolar se quedará en Tixtla.

Los jóvenes interpretaron estas palabras del presidente de que la construcción del edificio sería en la cabecera.

«Efectivamente, la sede será en Tixtla, Ojitos de Agua esta en el municipio de Tixtla y está ubicada a ocho minutos de aquí», dijo Sosa a las y los estudiantes que casi llenaron el Auditorio Municipal.

«Eso no es cierto, no son ocho minutos de viaje, además no hay transporte», se escuchó la voz de una estudiante en las filas de atrás.

Sosa Elízaga no escuchó el reclamo. Junto a la funcionaria estuvieron el alcalde Moisés Antonio González Cabañas, el comisariado ejidal de Ojitos de Agua, el coordinador de la Universidad, Abel Alonso Hernández y algunos regidores del ayuntamiento morenista.

Durante el ríspido diálogo, Sosa pidió a los estudiantes que no crearan un conflicto, que no gritaran e insultaran.

«No hay que gritar, yo estoy aquí para dialogar con ustedes pero en este momento la opción de la sede es Ojitos de Agua porque ya tenemos avanzados los estudios técnicos de la factibilidad del suelo».

Una de las estudiantes dijo a la coordinadora de las UBBJ que en estos casi cuatro años que el gobierno no ha construido el edificio hay varias propuestas de terrenos para que se lleve a cabo la obra.

«Aquí hay dos personas que quieren donar terrenos para que construya la escuela en la cabecera municipal», dijo la joven.

La coordinadora de las UBBJ planteó a los estudiantes que esos terrenos que ellos proponen servirán para extender la sede construyendo dos clínicas.

Uno de los argumentos que expusieron los estudiantes para rechazar la sede de su escuela en Ojitos de Agua es de que en esa comunidad, a 15 minutos de la cabecera, no hay transporte público, internet, agua y drenaje.

«La mayoría de nosotros venimos de fuera y si la sede de la escuela es fuera de Tixtla se nos multiplican nuestros gastos», dijo.

Sosa recordó a los jóvenes que ninguna de las universidades del Bienestar del país tiene su sede en las cabeceras municipales.

«La instrucción que tenemos del presidente es de que nuestras universidades tengan su sede en las comunidades para que los estudiantes tengan el contacto con los campesinos», dijo Sosa a los estudiantes.

La discusión subió de calor cuando Leobardo Alejandro Flores, quien se identificó como padre de uno de los estudiantes de la Universidad, exigió a Sosa que atendiera la orden del presidente y solucione el conflicto.

Los gritos de los estudiantes retumbaron el Auditorio cuando Alejandro Flores propuso a Sosa la donación de cuatro hectáreas de terreno para que se construya la escuela.

«Lo que vemos es de que aquí se quiere hacer una imposición a ver porqué no hace una consulta entre los estudiantes y que ellos digan en que lugar quieren que se construya la escuela», planteó Alejandro Flores a Sosa, quien lo escuchaba con la cabeza agachada.

Las palabras de Flores provocaron otra vez los gritos de los jóvenes.

Durante el diálogo, también llovieron reclamos a la anterior alcaldesa Ericka Alcaraz Sosa, del PRD, y al actual edil morenista, González Cabañas.

«Las autoridades municipales anteriores y las de hoy son también responsables de este conflicto», acusó un padre de familia. González Cabañas alzó las cejas en señal de sorpresa.

Los estudiantes han acusado a González Cabañas de desdeñar la escuela al calificarla como «patito» o universidad «pedorra».

Durante una de sus varias intervenciones, Sosa Elízaga recordó que la ex alcaldesa (Erika Alcaraz Sosa) se comprometió a comprar el terreno para la construcción de la escuela en la cabecera pero finalmente se frustró porque no reunió todo el dinero para adquirirlo además de que se detectó que el predio tenía problemas legales.

Cuando los reclamos subían de tono, Sosa dijo que en las protestas de los estudiantes hay intereses políticos.

«Yo conozco Guerrero, conozco a la CETEG (Coordinadora Estatal de Trabajadores de Educación Guerrero) y Ayotzinapa y otras organizaciones», afirmó Sosa dando a entender que en este conflicto tienen metidas las manos los normalistas y los profesores disidentes.

Después, en la entrevista, Sosa dijo que respeta a la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa.

Una estudiante entregó a Sosa un documento con una serie de peticiones entre ellas la destitución del coordinador de esta Universidad, Abel Hernández.

Después de la protesta que realizaron el pasado viernes ante el presidente, el director los hostiga y amenaza, denunciaron.

Sosa recibió la petición y dijo a los estudiantes que sí tienen pruebas de que los acosan y hostigan se procederá.

La coordinadora de las UBBJ dijo a los estudiantes que en este momento la única posibilidad real es que la sede de la escuela sea en Ojitos de Agua.

«Vamos a crear todas las condiciones para que la escuela tenga todo, agua, transporte, señal de internet y nosotros esperamos que en enero próximo inicien los trabajos», prometió a los jóvenes en una de sus últimas intervenciones.

A las nueve de la noche, el Auditorio ya estaba casi vacío. Todavía un alumno quería intervenir pero Sosa lo atajó.

«Ya son las nueve ya me quiero retirar», dijo.

«Un minuto, nomás», pidió el estudiante.

Sosa concedió el micrófono y el joven hizo un reclamo.

La funcionaria ya no contestó. Se le notaba cansada.

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