En el lugar, albergado en Ciudad Universitaria, se exhiben una de las dos colecciones de fósiles que existen en Guerrero. De ambas es responsable la Universidad
Texto: Beatriz García
Foto: Amílcar Juárez
9 de mayo del 2022
Chilpancingo
Hace 15 años, alumnos de Biología de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) hallaron en la colonia Margarita Viguri Viguri de Chilpancingo fragmentos óseos fosilizados de un gonfoterio, un animal similar al elefante que existió hace dos millones de años. Estas piezas ahora son exhibidas en el Museo Paleontológico de la Uagro que fue inaugurado el pasado 1 de abril en Ciudad Universitaria de Chilpancingo.
La paleontología es la ciencia que estudia e interpreta los fósiles para conocer el pasado de la vida sobre la tierra y permite entender la biodiversidad actual, la distribución de los seres vivos sobre la tierra, de acuerdo con el Servicio Geológico Mexicano (SGM).
El SGM sostiene además que la paleontología ha contribuido en aportar elementos para afirmar la teoría de la evolución de los seres vivos y la deriva de los continentes. Al mismo tiempo expone que ofrece información valiosa de cara al futuro, porque es una herramienta para el análisis de cómo los cambios climáticos pueden afectar al conjunto de la biósfera.
Lo anterior sostiene la importancia de que la Uagro cuente con un museo de este tipo y con piezas recolectadas por los mismos universitarios.
El museo está ubicado en las instalaciones del Instituto de Investigación Científica de Ciencias Naturales que depende de la Facultad de Ciencias Químico Biológicas, y comparte espacio con el jardín botánico de la Uagro, otro proyecto que germinó en esa facultad.
Un museo que podría ser precedente a nivel nacional
En el Museo Paleontológico de la Uagro hay una colección de casi 40 piezas de fósiles de animales, en su mayoría de invertebrados marinos, porque hace más de 100 millones de años el sur de México era mar, explicó el responsable del museo, el biólogo Santiago Barrios Matías.
En día de la inauguración de este espacio, el director de la Facultad, Oscar del Moral Hernández, expuso que sería un esfuerzo coordinado entre la facultad, el museo, que tiene su propia estructura, y el Jardín Botánico para generar un sitio de acceso universal al conocimiento de la riqueza biocultural, la conservación y el aprovechamiento de la diversidad de los ecosistemas extremos de México, con la integración con la cultura y las artes.
El biólogo Barrios Matías, en entrevista, comentó que esta colección de fósiles es una de las únicas dos colecciones que hay en el estado. La otra está en la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Uagro, ubicada en Taxco el Viejo, municipio de Taxco.
Este museo se creó con recursos económicos que otorgaron el año pasado a los universitarios desde el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), mediante un proyecto para establecer jardines etnobiológicos.
El proyecto del jardín etnobiológico al que accedieron les requería echar andar un herbario, un jardín botánico y un museo. Para el caso concreto del museo, lo recursos los invirtieorn en la construcción de fachada nueva, y compra de vitrinas y muestrarios para exhibir la colección de piezas fosilizadas que estudiantes de la facultad recolectaron en diferentes partes del estado.
La paleontología comienza a tener un papel más importante entre los distintos museos del país, además de que siempre ha estado presente en museos de arqueología, historia y arte. En la actualidad hay más de 30 museos dedicados exclusivamente a esta disciplina a lo largo y ancho del país, se lee en el artículo Los Museos y la Paleontología en México de la revista Arqueología Mexicana.
En la lista de museos no incluye ninguno de Guerrero, pero ahora los universitarios, con la consolidación del Museo Paleontológico en Ciudad Universitaria, podría aparecer próximamente en esas referencias.
Cuatro épocas de seres vivos que habitaron en Guerrero
La colección exhibida en el Museo de Paleontología en el Instituto de Investigación está organizada en cuatro partes, las eras en que se clasifica la existencia de los seres vivos: el periodo cuaternario, de seres vivos de hace dos millones a la actualidad; el periodo cretácico, de hace 113 millones de años; el jurásico, de seres que vivieron hace 170 millones de año, y el más antiguo, el pérnico de hace 268 millones de años.
“Hace años yo impartía la materia de paleontología que habla de los fósiles invertebrados y vertebrados, y parte de la colección es de los muchachos de Biología, de hace unos 15 años en adelante, y aquí se resguardaron”, comparte el biólogo.
Antes de explicar sobre las piezas que hay en el museo, la alumna de Biología, Beatriz González Gálvez, aclaró que faltan detalles para consolidar por completo el museo, como colocar fotografías y datos de las piezas. Cree que en este mayo ya esté completo.
La estudiante, quien hace su servicio social en el museo, destacó que en Guerrero está comprobado que no habitaron dinosaurios, a diferencia del norte del país. La mayoría de los fósiles recolectdos es fauna marina la que hay en la entidad, como moluscos, erizos, caracoles, y los del gonfoterio que hallaron en la colonia Margarita Viguri.
Explicó además que las más de 40 piezas en resguardo del museo no todas están en exhibición, a causa de su tamaño. De éstas sólo 25 están identificadas, y algunas sólo por su género y especie. Del resto, comentó, sus compañeros siguen en busca de su identificación.
Los alumnos se basan en biografía especializada, algunas consultas son de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) o del Instituto Politécnico Nacional (IPN), con la que además de tomar medida a los fósiles, revisan minuciosamente sus características.
La pieza con menor antigüedad que se tiene en el museo es una cabeza de cocodrilo, en el que destaca un colmillo que se localizó en la Costa Grande. Esta pieza del periodo cuaternario, menciona el responsable del museo.
La cabeza de cocodrilo formó parte del antiguo Museo de Historia Natural que tenía la Uagro en los años setenta, donde había aves, fósiles de invertebrados, animales disecados como plumas, pero el museo se destruyó con el terremoto del 1985. Lo único que se rescató fue esta pieza que quedó bajo el resguardo del Instituto de Investigación de Ciencias Naturales.
Otra pieza que destaca en este museo es la del animal parecido a un elefante hace 15 años. El responsable del museo fue parte del hallazgo de los fósiles: un colmillo, una vértebra y una costilla.
Un vecino de la colonia Margarita Viguri Viguri avisó a los alumnos que había restos de fósiles en una zona de la colonia. El profesor y los alumnos acudieron, pero al final no rescataron todas las piezas, porque la dueña del predio les negó extraerlas, pedía dinero a cambio.
Entre las piezas que los universitarios no pueden identificar, dijo el profesor, destacan unas muestras que recolectaron en Olinalá, región Montaña, hace tres años.
“Son como unas esferas, están ornamentadas, no sabemos ni qué grupo es. Hay otras especies con líneas, pero no sabemos si es un animal, no sabemos qué es, la encontramos hace como ocho años”, cuenta el maestro.
Otras piezas que destacan en el museo son del periodo cuaternario, hojas fosilizadas localizadas en Colotlipa, municipio de Quechultenango. Del periodo cretácico, gasterópodos –un tipo de moluscos– recolectado en Atliaca, municipio de Tixtla; caracoles de Tenexatlaco, municipio de Chilapa; amonitas –similares a los moluscos– localizados en Ahuexotitlán, también perteneciente a Chilapa.
Otras piezas que hay en el museo, pero en particular del periodo cretácico, son una amonita, una esponja, un caracol y erizos hallados en Ahuexotitlán, Chilapa. Del periodo jurásico está una impronta de amonita y una amonita, una de Ahuexotitlán y la otra de Tecojcoyunca, municipio de Cualac, y del periodo pérnico hay amonitas y braquiópodos, similares a los moluscos que hallaron en Olinalá.
“Este espacio es para que niños, jóvenes y adultos conozcan qué organismos vivían en el territorio, para que se olviden que el mundo es estático; siempre ha estado en movimiento”, menciona el biólogo.
En los próximos días, con los recursos obtenidos con el proyecto financiado por el Conacyt, el profesor y algunos alumnos emprenderán una nueva excursión en Olinalá y Cualac, para seguir con la recolección de piezas.
El museo ya tuvo sus primeras visitas, alumnos de las preparatorias 9 y 33 de Chilpancingo, y de la Facultad de Biología, pero el espacio está abierto para todos de lunes a viernes de diez de la mañana a dos de la tarde.