José María Cos, cronista, periodista y editor de la prensa insurgente

Texto: José Miguel Sánchez

Fotografía: Pagina Historia de México

Chilpancingo

 

José María Cos fue un teólogo originario de Zacatecas que participó activamente en la Guerra de Independencia, su labor se destacó por ser el impulsor y editor de dos periódicos liberales, además de representar, como diputado, a su estado en el Primer Congreso de Anáhuac.

De acuerdo con la Real Academia de la Historia, Cos nació en la entonces provincia de Zacatecas en 1770, donde estudió gramática y retórica para después trasladarse a la ciudad de Guadalajara, donde obtuvo el título de doctor en Teología.

Su primer acercamiento con el movimiento independentista fue en 1810, cuando se desempeñaba como cura de la comunidad de Burgo de San Cosme, cercana a la ciudad de Zacatecas.

Ante la inminente llegada de las tropas insurgentes a la ciudad de Zacatecas, el Ayuntamiento encomendó a José María Cos a dialogar con los líderes independentistas para evitar una toma violenta de la ciudad.

La Enciclopedia Histórica y Biográfica de la Universidad de Guadalajara le atribuye a José María Cos “haber impedido que Zacatecas fuera arrasada por la violencia de la guerra y facilitar su incorporación como plaza simpatizante de los insurgentes con el mínimo de sangre derramada”.

En 1845 la comunidad de Burgo de San Cosme fue nombrada Villa de Cos, en honor a José María Cos; en la actualidad es un municipio del estado de Zacatecas.

Después de dialogar con los insurgentes y tras un año de mediar entre ellos y el gobierno virreinal un cese al fuego, Cos decide incorporarse al movimiento insurgente en 1811.

La decís la tomó porque al tratar de establecer un diálogo con el virrey Félix María Calleja, este desconfió de él, lo tomó por espía y lo apresó.

Al ser liberado se adhiere a la entonces Suprema Junta de Zitácuaro, liderada por Ignacio López Rayón, la cual fue el órgano político y administrativo de los insurgentes y el antecedente directo del Primer Congreso de Anáhuac, celebrado en Chilpancingo.

«En Zitácuaro José María Cos conoció a fondo la causa insurgente y se unió a ella. Era un hombre hábil y persuasivo, por lo que en muy poco tiempo logró vencer el recelo y resistencia de aquellos con los que se encontró cuando arribó a la sede de la Suprema Junta», se lee en el artículo histórico José María Cos y los inicios de la prensa insurgente, escrito por las historiadoras Minerva Ordoñez Arizmendi y Fatima Martínez Mejía.

A inicios de 1812 las tropas españolas tomaron Zitácuaro, la Suprema Junta es disuelta y sus líderes se dividen en distintas zonas del país para continuar el movimiento armado, con el compromiso de reagruparse en Sultepec, en el hoy Estado de México.

Inmediatamente después que se disuelve la Junta de Zitácuaro, López Rayón y Cos se trasladaron a Sultepec para instalar el cuartel insurgente.

El conocimiento en gramática y retórica del teólogo lo llevó a crear y editar los periódicos El Ilustrador Nacional y El Ilustrador Americano.

«En tres meses y con grandes esfuerzos logró imprimir y hacer circular quince periódicos que tenían como objetivo informar a la gente la otra cara de la guerra, aquella que los medios oficiales no daban a conocer, tergiversando los hechos para generar una opinión favorable a la causa realista», se lee en otro párrafo del artículo.

Ante la dificultad de conseguir una imprenta e insumos para editar e imprimir los periódicos, Cos construyó una imprenta rústica, pero funcional.

La tinta tampoco era fácil de hallar, así que para la impresión del primer número utilizó añil, un material que se usaba en la región para teñir rebozos.

En la primera edición del Ilustrador Americano, Cos escribió el siguiente texto en el que escribe sobre el proceso de improvisar su imprenta.

«Una imprenta fabricada por nuestras propias manos entre la agitación y estruendo de la guerra y en un estado de movilidad, sin artífices, sin instrumentos, y sin otras luces que las que nos han dado la reflexión y la necesidad, es un comprobante incontestable del ingenio americano siempre fecundísimo en recursos e incansable en sus extraordinarios esfuerzos por sacudir el yugo degradante y opresor».

Ante la necesidad de una imprenta verdadera, López Rayón solicitó a Los Guadalupes –organización secreta de hacendados y funcionarios virreinales que simpatizaban con la causa independentista– una imprenta funcional que permitiera facilitar la labor de Cos.

En abril de 1812, Los Guadalupes enviaron a sus esposas en una misión secreta a entregar la imprenta. Al ser mujeres de la alta sociedad y esposas de funcionarios pasarían desapercibidas en los retenes realistas.

La historia relata que las mujeres como pudieron escondieron los utensilios de la imprenta en su carreta y en las faldas de sus esponjosos vestidos.

A la mitad del camino fueron detenidas por un reten realistas, pero «las damas hicieron broma con ellos y después de declarar con naturalidad que se dirigían a San Ángel para asistir a una jamaica (desayuno), y de invitarlos para que los acompañasen, cosa que contribuyó a desvanecer cualquier duda, los realistas dieron permiso al coche para continuar su ruta».

Después de que los insurgentes obtuvieron su imprenta, Cos editó ocho ejemplares de El Ilustrador Americano en Sultepec.

El constante seguimiento de los realistas a los tropas insurgentes los obligaron a abandonar Sultepec, por lo que Cos siguió a López Rayón a Tlalpujahua, Michoacán, y llevó consigo la imprenta.

En Tlalpujahua, José María Cos publicó hasta el número 20 de El Ilustrador Americano, y poco después partió hacia Guanajuato para reunirse con José María Liceaga, situación que lo alejó de los medios impresos.

«Aunque la información contenida en estos periódicos es bélica, Cos no olvidó la importancia de difundir la ideología, ganar simpatizantes, fomentar la libertad de expresión y generar una percepción de triunfo y de opinión favorable hacia el movimiento», se lee en al artículo.

En septiembre de 1813, José María Morelos y Pavón al ver que estaba disuelta la Suprema Junta de Zitácuaro organizó el Primer Congreso de Anáhuac, el cual sería el primer órgano de gobierno de America.

El 13 de Septiembre de 1813 sesiona por primera vez el Congreso de Anáhuac, en Chilpancingo, y José María Cos asistió como representante de su natal Zacatecas y firmó los Sentimientos de la Nación, el primer marco jurídico de America.

“Los periódicos rebeldes difundieron el pensamiento liberal de la nación. Su ejemplo inspiró y convenció a los insurgentes de la importancia de contar con un medio que hiciera las veces de vocero de la causa”, se lee en el artículo José María Cos y los inicios de la prensa insurgente.

En 1815 Cos participa en a redacción de la Constitución de Apatzingán, primera ley que rigió el gobierno de la naciente República mexicana.

Finalmente, en 1817, después de varios desencuentros con los líderes independentistas, José María Cos decide recibir el indulto que ofreció el entonces virrey Carlos María de Bustamante a otros insurgentes como Andrés Quintana Roo y Leona Vicario.

La Enciclopedia Histórica y Biográfica de la Universidad de Guadalajara da cuenta que tras el indulto, Cos regresa a las labores de la iglesia y es enviado a Pátzcuaro, Michoacán, donde es “dedicado a la dirección espiritual de monjas y al confesionario”.

El 17 de noviembre de 1819, José María Cos falleció víctima de una grave infección en la garganta.

 

Este contenido está patrocinado por el Congreso del Estado de Guerrero

 

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