Norma Sarabia, la reportera de nota roja en Tabasco que quería ser maestra

“Me quedan tres sábados. ¡Por fin voy a terminar, manito!”, fue uno de los últimos comentarios que recordará de ella uno de sus compañeros periodistas de la zona, Miguel Buitrón.


 

Itxaro Arteta l Animal Político

13 de junio del 2019

 

Los fines de semana, Norma Sarabia rompía su rutina como reportera de nota roja para ir tomar clases a la Universidad Popular de la Chontalpa, Tabasco. Estaba por terminar la carrera de psicología, y ya con el título quería dar clases.

“Me quedan tres sábados. ¡Por fin voy a terminar, manito!”, fue uno de los últimos comentarios que recordará de ella uno de sus compañeros periodistas de la zona, Miguel Buitrón.

Pero esos sábados ya no llegarán, porque este martes fue asesinada en la puerta de su casa en Huimanguillo, por dos hombres que le dispararon y huyeron en un vehículo.

Norma, que tenía 46 años, se esforzó por estudiar una licenciatura porque era “entrona”, como lo era igualmente para conseguir noticias, según la describe Laurencio Palma, también periodista de Huimanguillo y que la consideraba como su prima, por lazos de parentesco de sus padres.

Además, sacaba adelante a un hijo de 15 años con autismo, que vivía solo con ella y hoy queda huérfano, al que tenía que comprarle medicamentos que cuestan alrededor de dos mil pesos. Por eso, complementaba su trabajo como corresponsal con el de secretaria en una escuela, en la que pronto se volvería maestra.

Palma cuenta a Animal Político que a Norma siempre le gustó cubrir hechos policiacos, y nunca se metió en temas políticos.

“Era muy trabajadora, le gustaba mucho. Le gustaba llegar primero a la noticia, corría en su carrito, un Chevy, que se compró en pagos. Así empezó”, asegura.

“Ella era entrona, para la nota era entrona. Agarraba e iba, y se metía, o si no agarraba a los policías o amigos y ya le mandaban las fotos. Así vivía. Quién sabe pero conseguía la información, muy luchona para conseguir su información”.

Llevaba 15 años como periodista, colaborando con el diario Tabasco Hoy y con Presente, del grupo editorial El Sol del Sureste, a los que les mandaba información de su municipio, de 180 mil habitantes, ubicado al extremo oeste del estado, colindante con Chiapas y con Veracruz.

Esa ubicación convirtió a Huimanguillo en una zona peligrosa. Por ahí cruza gran parte de la carretera federal Cárdenas-Coatzacoalcos, conocida localmente como un “corredor del huachicol”, es decir, una ruta de robo de combustible. Un tema que se volvió común en las noticias que escribía Norma.

“Sacaba notas del huachicol, un día que detuvieron a alguien con no sé cuántos litros de combustible, y les ponía su nombre, le gustaba sacar todo. Ahora empezó el huachicol y en eso trabajaba, con eso se metía, y se metía fuerte. Yo le decía ‘no mamita, no te metas tanto en eso, no te vaya a pasar algo’, y ella decía que no pasaba nada”, recuerda Palma.

Cuenta que ella se sentía segura porque solo hacía su trabajo, solo esperando ganarse el pago por sus notas para poder estudiar y atender a su hijo. “Daba la vida por su hijo”, asegura su amigo. Pero siempre de manera honesta, por eso incluso decía que no le interesaba cubrir políticos, porque no quería que le ofrecieran nada.

Su amigo no se enteró de que tuviera amenazas recientes. Dice que hace unos tres años, hubo un subdirector de seguridad pública que sí la amenazó y hasta pusieron una denuncia, pero más recientemente nada. Palma no encuentra una razón para que la hayan matado en un atentado que fue directo a ella y sin dejar pistas.

“Yo lo veo raro porque ella no tenía problemas de nada, andábamos trabajando limpio, trabajaba limpio… No sé, no entiendo… No podemos creerlo sus amigos, porque ella no estaba metida en problemas de nada, o no sé si habrá publicado una nota que alguien haya dicho algo, no sé. Inesperado totalmente, era muy limpia, muy de respeto, la apreciábamos mucho. De hecho ni tomaba, ni un vicio ni nada. ¡Hasta nos cuidaba!”, explica.

La Fiscalía de Tabasco señaló el miércoles en un comunicado que “no se descarta ninguna línea de investigación”, pero no dio más información ni logró detener a quienes le dispararon.

Solo indicó que como parte del protocolo de protección a periodistas, había iniciado los trámites ante la Fiscalía General de la República (FGR) para dar seguridad a los familiares de Sarabia.

 

 

 

Este texto fue elaborado por el equipo de Animal Político y lo reproducimos con su autorización.

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