Tlacolol-Gobierno de Evelyn Salgado: Dos años de silencio y omisión

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Por: Arturo de Dios, Emiliano Tizapa y Jesús Guerrero.

En dos años, Evelyn Salgado Pineda estableció su estilo de gobernar: el desdén.

Ninguna masacre, asesinato, desplazamiento de pueblos enteros, la toma de ciudades por parte de grupos armados, que las escuelas, los comercios se vean forzados a cerrar por días, son lo suficientemente importante como para que Evelyn Salgado muestre algún interés. Ante el aumento de los homicidios dolosos, de la violencia y la inseguridad, su gobierno se ha mostrado omiso, displicente.

Guerrero puede estarse cayendo a pedazos —como ya ha ocurrido— y Evelyn Salgado prefiere estar en un evento de su partido, Morena; en la Ciudad de México acompañando al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, o en un evento a puerta cerrada en Casa Guerrero o en el Palacio de Gobierno.

Dar respuestas a los problemas que sufre el estado no ha sido la alternativa de la gobernadora.

Para no hacer un recuento de sus dos años de gobierno, sólo tomaremos las últimas semanas. ¿Qué dijo cuando la alcaldesa de Chilpancingo, su compañera de partido, Norma Otilia Hernández Martínez, apareció en videos junto con el líder de Los Ardillos, Celso Ortega Jiménez? Nada. ¿Cuándo la capital fue tomada y después de despobló? Guardó silencio. ¿Se solidarizó con los familiares de los 20 choferes asesinados? Ninguna palabra de aliento. ¿Qué dijo la gobernadora cuando asesinaron al fiscal regional en Coyuca de Catalán? Calló. ¿Se pronunció cuando asesinaron al delegado de la Fiscalía General de la República? Nada. Y en esta última semana, cuando atacaron la casa de la alcaldesa de San Jerónimo, Glafira Mereza Prudente; cuando asesinaron al líder de la autodefensa de la UPOEG, Bruno Plácido Valerio; cuando atentaron contra el director del Centro de Defensa de los Derechos de las Víctimas de la Violencia Minerva Bello, el sacerdote Filiberto Vázquez Florencio. ¿Qué dijo? Nada. Guardó silencio. Calló.

Esa es su forma de gobernar, ignorando, apostándole al olvido, a que la próxima tragedia haga que olvidemos la anterior. En otras ocasiones ha optado por colocarse como víctima, incluso, por encima de las verdaderas víctimas.

Un día después del asesinato de Bruno Plácido, Evelyn Salgado estuvo en Acapulco presentando un espectáculo de acrobacias de aviones. Estuvo sonriente, contenta, desentendida de la realidad del estado.

No sólo eso, minutos después del crimen del líder de las autodefensas, la gobernadora publicó en sus redes sociales que estaba emocionada por la presentación del grupo musical Mocedades en el Auditorio Sentimientos de la Nación, ubicado a un poco más de un kilómetro de donde asesinaron a Bruno Plácido.

Pero nadie se puede decir sorprendido por esta forma de gobernar de Evelyn Salgado. Nadie. Todos fuimos testigos de cómo llegó al poder. Todos vimos como su padre, el senador Félix Salgado Macedonio la echó al ruedo sin que estuviera preparada, sin tener un equipo, un proyecto, una idea de lo que es gobernar.

Evelyn Salgado ganó la elección montada en la estructura de su padre, incluso en la boleta electoral apareció junto a su nombre el apodo de La Torita, para vincularla a Félix Salgado.

Sólo para que no se nos olvide: a Félix Salgado el Instituto Nacional Electoral (INE) le canceló la candidatura por no haber presentado gastos de precampaña. Luego operó para que Evelyn Salgado lo sustituyera, como en los viejos tiempos del PRI, heredando cargos y candidaturas.

Esto fue un clásico dedazo avalado u ordenado por López Obrador.

Ahora que gobierna es lo mismo: está montada en la estructura política de su padre. Sólo falta echar una revisión al gabinete. Ahí están los amigos, los compadres, los socios, los subordinados de Félix Salgado.

Es un gabinete integrado por Félix Salgado y no por Evelyn Salgado.

Un día de diciembre del 2021, habían pasado dos meses de que tomó protesta como gobernadora, en una reunión de fin de año, una secretaria, que continúa en el cargo, contó:

“A mí me invitó Félix Salgado al gabinete, con él platiqué. Me dijo que yo sería la secretaria pero que él nombraría las subsecretarías. Ese no es el problema, el problema es que a quien colocó en esos cargos no saben nada y ahora tengo que estarles explicando en qué consiste el trabajo”.

Esto es sabido por todos, pero es necesario traerlo de vuelta para entender porqué Evelyn Salgado gobierna como gobierna: acotada, encerrada, blindada, sin margen de decisión.

No tiene el control completo del gobierno, lo comparte con su padre y con los amigos de su padre. Y ahora, al parecer, con su pareja sentimental, Rubén Hernández Fuentes. Tal vez por eso ha optado por el desdén como estilo para gobernar.

Las decisiones las comparte con Félix Salgado y, a dos años de gobierno, ninguno de los dos ha asumido por completo el papel del mandatario. Por un lado, la gobernadora no muestra cuáles son sus prioridades, cuál es su proyecto de gobierno, qué le interesa resolver primero.

La mandataria está convertida en un misterio, muy pocos saben qué piensa sobre los problemas del estado. Y cada día lo refuerza: gobierna blindada, encerrada en Casa Guerrero o en el Palacio de Gobierno, a través de las redes sociales. Evelyn Salgado se mueve como lo hacía el priista Enrique Peña Nieto, sólo en espacios “controlados”. No se expone.

Desde hace meses ha demostrado que no está dispuesta a rendir cuentas, ni ante la población ni ante los medios de comunicación. Tampoco está dispuesta a que la cuestionen. Desde hace mucho —tanto que ya olvidamos cuánto tiempo— no se detiene para dar una entrevista. Muchos reporteros se han quedado con las ganas de preguntarle si considera que la alcaldesa de Chilpancingo debe pedir licencia o si estuvo de acuerdo en que ocho alcaldes de la región de la Tierra Caliente hayan bloqueado la carretera para impedir que la Fiscalía General del Estado (FGE) se llevara 14 vehículos asegurados propiedad presuntamente de los hermanos Hurtado Olascoaga, líderes de la organización criminal La Familia Michoacana.

La estrategia que han implementado es el silencio. Y está gastando mucho dinero público en eso. Como en los viejísimos tiempos del PRI, Evelyn Salgado está intentando comprar todas las líneas editoriales de todos los periódicos y portales electrónicos, así como de los programas de radio y televisión. En la mayoría de los casos lo ha logrado y se ve todos los días en sus portadas. Con Evelyn Salgado es temporada de chayotes.

En estos dos años, lo único que ha establecido es que gobierna en familia.

La familia de los Salgado Pineda está en la cumbre de la vida pública de Guerrero. En este tiempo a muchos de sus integrantes les salieron todos los talentos y, sobre todo, están cumpliendo “sus sueños”.

Comenzando por el jefe del clan. Félix Salgado en dos años convirtió al estado en su parque de diversiones. Está entretenido en su albergue para perros de la calle, Perritos felices que, por si fuera poco, es la única obra que avanza a pasos agigantados en el estado. En unos meses, un cerro lo convirtió en un albergue con decenas de casas para los animales, con consultorio, juegos infantiles, tirolesa, comedor y hasta una ambulancia igualita como las que da el gobierno de su hija.

La pregunta del millón: ¿de dónde está saliendo el dinero? Félix Salgado dice que de donaciones y de su sueldo. ¿De quién recibe donaciones? ¿De empresarios? ¿De otros políticos? O de sus seguidores que muchos de ellos lo persiguen con la auténtica intención de que les dé un empleo en el gobierno de su hija.

Félix Salgado —que en los hechos tiene el papel de vicegobernador— debería ayudar a su hija, los problemas de Guerrero son graves y profundos, después tendrá tiempo para seguirse divirtiendo.

Otra que la anda pasando chévere, es su hermana Liz Salgado Pineda, la presidenta del DIF estatal, y cómo no, si la dependencia que dirige está atiborrada de dinero, nada más ni nada menos que tiene un presupuesto de casi 900 millones de pesos.

La otra hermana, Sol Salgado Pineda, también debe andar recontenta. Ella dirige el periódico de la familia, El Guerrero. Ese diario surgió el día en Evelyn Salgado rindió protesta como gobernadora y, ¿qué creen? Desde ese día no le falta publicidad.

En sus páginas hay poca información pero eso sí la publicidad de todos lados sobra.

A sus reporteros les paga 80 pesos por nota y fotografía publicada, no los contrata, no les da seguro ni prestaciones.

Hasta el sobrino, Félix Salgado Jr. le surgió lo de la cantada, la cosa que sólo canta en eventos oficiales, así como los de antes que usaban el poder para el beneficio personal.

Y el recién llegado a la familia, Rubén Hernández Fuentes, el novio de la gobernadora, también la anda pasando bien.

No sólo es su pareja, es el coordinador operativo de la oficina de la gobernadora y no sólo eso, su hermano Óscar Omar Hernández Fuentes, el director de Costos, Presupuestos, Licitaciones y Contratos de la Secretaría de Desarrollo Urbano, Obras Públicas y Ordenamiento Territorial (SDUOPOT).

Los hermanos Hernández Fuentes son representantes legales de empresas constructoras y, cada vez con mayor fuerza, se sabe que son quienes deciden y designan la obra pública en el estado.

En estos dos años, la gobernadora y su familia han gobernado muy poco pero lo bueno es que la están pasando requetebién.

CHIRRIONAZO. El jueves 26 por la mañana la gobernadora dará un mensaje con motivo de su segundo informe de gobierno en la explanada del Palacio y por la tarde de ese mismo día, hará lo propio la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, pero en la plancha del zócalo. Dicen que ya hay cruce de apuestas para ver quien de las dos junta más acarreados en sus eventos oficiales. Dicen que por el lado de Evelyn estará la familia feliz, y con Norma Otilia, mucha gente de acá rumbo a Petaquillas….así es que hagan sus apuestas.

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