Las mujeres llegamos al poder, ¿y ahora qué?

Desde julio de 2018, en el municipio guerrerense de Ayutla de los libres, hay paridad numérica entre hombres y mujeres en los concejos de gobierno. Pero ello conllevó cosas: por un lado, que las mujeres se prepararan para gobernar. Y también atrajo, paradójicamente, la crispación del machismo. Mediante trabajo y talleres las mujeres revierten esta respuesta


 

Texto y fotos: Heriberto Paredes/ Pie de Página

27 de noviembre del 2019

 

Ayutla de los Libres

 

Afirma la escritora boliviana Liliana Colanzi que “mientras más sube una mujer en la escala del poder, se enfrenta a un grado cada vez mayor de violencia por parte de un sistema que la ve como usurpadora, y espera constantemente que se equivoque para señalarla y aplaudir su caída”. Pareciera que habla de lo que ocurre en el municipio de Ayutla de los Libres, Guerrero, lugar donde existe una paridad entre hombres y mujeres en el gobierno electo por usos y costumbres desde julio de 2018.

El nuevo ayuntamiento fue electo con fundamento en el artículo 2 de la Constitución Mexicana, los artículos 11, 124 y 128 de la constitución de Guerrero, la Ley 701 de Reconocimiento, Derechos y Cultura de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Guerrero y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Pero las relaciones de género al interior no cambiaron inmediatamente. Pero sí hicieron visibles los recelos y prejuicios que tienen los hombres contra las mujeres.

 

Llegamos. ¿Y ahora?

Luego de las elecciones del nuevo gobierno, una gran parte de las mujeres que conforman esta organización de usos y costumbres tenía muchas dudas respecto a las atribuciones que tenían al gobernar, no se conocían los mecanismos para establecer políticas públicas, así como los límites y los derechos con los que se cuenta como parte del ayuntamiento. Sin
embargo, fueron los hombres los primeros en descalificarlas y en querer aprovecharse de esta situación, aunque para ellos también fuera una situación de gobierno nueva.

A través de redes sociales se hacían cuestionamientos directos contra mujeres integrantes del gobierno. Se ponía en duda su papel en la política. En ocasiones se señalaban a las mujeres que son madres solteras o que tienen tatuajes. En este escarnio, hombres y otras mujeres señalaron que debían regresar a la casa y a la cocina.

 

Paridad numérica inequidad histórica

La estructura actual de gobierno está dividida por un Concejo Municipal Comunitario y un Concejo de Seguridad y Justicia. En la primera parte, participan como titulares 140 mujeres y 140 hombres. En la segunda sección, quien coordina la seguridad de todo el municipio es una mujer, Patricia Ramírez Bazán, mujer afromexicana originaria de la comunidad de El Mezón.

Pero, en estos casos, a la mujer se le exige más. Una mujer asistente al festejo –se omite su nombre, por petición de ella– narró la siguiente anécdota, que pinta entera esa inequidad:

Una de las propuestas que se hicieron al interior del gobierno comunitario fue que las mujeres dieran una parte de su sueldo para la manutención de la policía comunitaria. Pero esta contribución no se le pediría a los hombres. “Esto era injusto y teníamos que hacer algo para cambiar las cosas y gobernar más equilibradamente”.

 

Ramírez Bazán coincide:

“Las más atacadas en este gobierno hemos sido las mujeres, hemos sido hostigadas, muy cuestionadas sobre si podemos gobernar o no, porque la mayoría somos de comunidades, somos indígenas o afros”.

Patricia Ramírez Bazán

 

Ramírez Bazán se encuentra apurada en los últimos detalles de preparación para comenzar las festividades de cierre del programa “Liderazgo y gobernanza con perspectiva de género”.

 

Formación colaborativa

Desde febrero de 2019, los trabajos del programa de formación comenzaron. Primero, a petición de las mujeres integrantes del ayuntamiento y aprovechando la cercanía que dos investigadoras tenían con el proceso comunitario, se planificó y llevó a cabo un diagnóstico en todo el municipio. En segundo lugar, y tomando en cuenta los resultados de este ejercicio de recopilación de información, se planificaron las formas para dar inicio a la formación, para seleccionar los contenidos y herramientas.

“Como comisión, salimos a las comunidades para ver las principales problemáticas de las mujeres y ofrecimos capacitación en temas de derechos humanos, así como ayuda psicológica y jurídica” explicó Rufina Jiménez Avilés, responsable de la Comisión de la Mujer Indígena y Afromexicana del gobierno comunitario.

La doctora Gema Tabares, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), y la doctora Laura Valladares, titular del Departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) se comprometieron con su trabajo y con sus conocimientos para que este programa formativo se desarrollara como un espacio seguro, donde las mujeres participantes vencieran sus miedos y construyeran fortalezas para enfrentar los retos de gobernar. “Fue un proceso muy enriquecedor y muy valiente por parte de todas” señaló Tabares en la ceremonia de cierre.

 

Formación y celebración

Con el objetivo de “mostrar la participación de las mujeres desde las asambleas comunitarias de sus pueblos y colonias, para que ejerzan sus derechos y que esto les permita el desarrollo integral de sus comunidades y el ejercicio del poder público como reconocimiento a sus luchas y a la libre determinación”, la formación concluyó en noviembre de 2019 y de inmediato comenzaron los preparativos para el festejo.

La comunidad de El Mezón fue anfitriona. El lugar donde se llevó a cabo la fiesta se adornó con anticipación, se colocaron las sillas para que las mujeres que participaron en este proceso estuvieran cómodas. En las paredes se pegaron fotografías de varios momentos que dan cuenta de la alegría con la que se desarrollaron los talleres y las reflexiones colectivas. Al frente, una larga mesa para las personas que presidirían los festejos, coronas de flores amarillas y canastas llenas de plátanos, maracuyás, mezcal y chilate les esperaban.

En la cancha de la comunidad una banda de música tocaba incansablemente mientras el calor aumentaba sin control. Las caras de las organizadoras eran de nervios, pero sobre todo de alegría. Veían cómo la colaboración entre la academia y los procesos comunitarios es posible si se trabaja horizontalmente y se parte de la escucha y el aprendizaje mutuo. Todo parece indicar que este procesos es el primero de muchos por venir.

 

Una comunidad pionera en seguridad y equidad

Desde muy temprano, varias camionetas llenas de elementos de la Policía Ciudadana –parte del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG)– vigilan los caminos que llevan al Mezón. Se muestran confiados de que no habrá incidentes más allá de alguien que no supo controlar los tragos, algo bastante frecuente.

El contexto del lugar ha cambiado mucho desde que la seguridad está a cargo de las comunidades. En enero de 2013 en esta comunidad se presentaron a varias personas con un cargamento de marihuana de grandes proporciones; y con este hecho comenzó un proceso organizativo para frenar la violencia y el trasiego de estupefacientes por el territorio de Ayutla.

La extensión de la violencia, local y estatalmente conllevó al nacimiento de varios grupos de autodefensas y policías comunitarias. Sin embargo, el antecedente de la organización en las comunidades de la región de la Montaña, desde 1995, motivó que otras regiones en Guerrero siguieran el mismo camino.

Seis años después de que este lugar se convirtiera en un referente en temas de seguridad, se ha vuelto ahora pionero en materia de gobernanza con perspectiva de género. El hecho de que las mujeres hayan recibido una constancia y sean reconocidas en sus capacidades para gobernar da un respiro en la larga historia de violencia y señalamiento.

 

Llevar de la ley a los hechos

“Este gobierno ha sido por ley, paritario, pero uno de los desafíos ha sido hacer efectiva esta parte, porque al principio como que no les quedaba muy claro que tenía que ser la mitad hombres y la mitad mujeres. Que acepten que nosotras también tenemos voz y tenemos voto y que tenemos que opinar sobre el rumbo de este gobierno”, enfatizó claramente la Coordi Paty, como cariñosamente la llaman.

La fiesta se llevó a cabo entre agua de maracuyá, chilate, mixiotes de pollo y barbacoa de chivo, mezcal y cervezas para contrarrestar el calor. La música a cargo del grupo local Chilate con Hojaldre fue compuesta de chilenas que relatan episodios de la vida cotidiana en la Costa Chica. El convite trajo la presencia, además de las organizadoras, de la senadora Nestora Salgado y del abogado de la comunidad de Oxchuc, Chiapas, Gabriel Méndez López, quienes compartieron el gusto por el proceso concluido.

Luego de un año de trabajo intenso, poco a poco la situación comienza a cambiar y “ya hay asambleas de puros hombres que nos reconocen y reconocen nuestro trabajo”, comenta Paty con tono alegre. Todas las mujeres portan una cara sonriente durante el festejo, pero Rufina se desbordaba de emoción: “¡Estoy contentísima!”.

 

Un paseo por El Mezón

Las mujeres que se organizaron y que llevaron a cabo todo este trabajo formativo decidieron también invitar a la senadora Nestora Salgado, quien asistió al evento y escuchó las intervenciones programadas pero también a quién se le acercara durante esta visita.

Recibida por el comisario de la comunidad, Estreberto Palma Reyes, la senadora estuvo acompañada por la coordinadora Patricia Ramírez Bazán, quien se encargó de relatarle la organización de la seguridad comunitaria en el municipio a cargo de la UPOEG y la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), en común acuerdo. Fue la coordinadora y el comisario quien condujo a la comitiva a visitar las instalaciones de la Universidad de los Pueblos del Sur, UNISUR, para explicar el funcionamiento a partir de tequios o faenas, pero también para mostrarle la situación de marginación de este proceso y la necesidad de presupuesto para mejorar las instalaciones y asegurar los insumos de atención a las y los alumnos.

Por su parte, Salgado afirmó que estaba muy emocionada de estar en este festejo y se comprometió a que en menos de un año habría acciones concretas al respecto de la UNISUR.

 

 

 

 

 

 

 

Este trabajo fue elaborado por el equipo de Pie de Página y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie

Mujeres de humo, las cocineras tradicionales de Veracruz

Texto: Érika Choperena/ Animal Político 

26 de noviembre del 2019

 

La cocina es un espacio en donde suceden muchas cosas además de la preparación de comida. Hay aprendizaje, convivencia, familia, práctica, tradiciones y amor. En Veracruz también es el sitio de las Mujeres de Humo, un colectivo de cocineras tradicionales totonacas.

A pesar de que en los últimos años el Golfo ha vivido un letargo en la difusión de su patrimonio cultural, es un estado que tiene un suelo muy generoso y que no para de producir alimentos para México y el mundo.

 

 

Las zona de Totonacapan y las Mujeres de Humo

La región del Totonacapan se encuentra al norte del estado y también en Puebla e Hidalgo. Es amplia e importante: aquí, por ejemplo, se localiza la zona arqueológica de El Tajín, considerado como Patrimonio de la Humanidad.

El Totonacapan se extiende al sur hasta Tecolutla y tiene otras ciudades conocidas como Papantla. Aquí se desarrolló la cultura Totonaca, de ahí su nombre.

La cultura en esta zona de Veracruz es imprescindible ya que conjuga comida y arte, tanto que en 2012 se creó el Centro de las Artes Indígenas (CAI).

El CAI está conformado por 16 Casa Escuelas que tienen como tarea principal la conservación y preservación de lo ancestral. Fue en el marco de esto justamente donde ellas, las Mujeres de Humo, comenzaron a laborar en la Casa de la Cocina Tradicional (Pulakgkaxtlawakantawá en totonaco).

Aquí se materializó formalmente el sueño de las cocineras tradicionales de la zona con las Mujeres de Humo, entre ellos difundir los sabores y aromas de la zona del Totonacapan.

Los fogones les dieron identidad. Sus principales herramientas son el fuego y el humo de la leña, les ganaron el respeto como cocineras y les cambiaron el color de la piel y el cabello.

Piden permiso al fuego y a los ingredientes al inciar el día; cocinar para ellas es un ritual que las une con lo sobrenatural y que les da el maravilloso don de alimentar y amar a través de sus manos.

Comenzó con cuatro integrantes y ahora son más de 200, entre ellas Martha Soledad Gómez Atzín, también conocida como “Nana”. Un dato curioso es que fue un espacio donde se formó la chef Patricia Quintana.

“Nana” es la coordinadora del CAI y fue nombrada como embajadora de la cocina totonaca ante el mundo; su abuela le transmitió lo que ahora ella sabe y aprendió a amar el olor a humo por el tiempo que pasaba frente al fogón.

Los comales, el cucharón, los metates y molcajetes complementan el gran trabajo que hace este grupo que ya es más incluyente que nunca.

Ya no sólo se trata de mujeres: Eloy Nuñez es el primer hombre que se integra como cocinero rompiendo los estereotipos que se arraigan en las comunidades; la cocina ya empieza a considerarse un lugar donde todos participan.

En conjunto con la Secretaría de Cultura y el CAI, este colectivo logró editar un libro que hoy ya está a la venta. Además de las recetas tradicionales de la región del Totonacapan hay historias y hasta poemas.

Platillos y tradiciones

Veracruz fue y sigue siendo una puerta de entrada y de salida; el Golfo de México, los vientos y las montañas enriquecen al estado casi como a ningún otro. Los climas y el suelo dan una biodiversidad que es bien aprovechada por los habitantes del estado.

Llevar los ingredientes al espacio sagrado que es la cocina es todo un rito, parten desde la siembra de la milpa hasta su cosecha. La sustentabilidad que ahora es un deber ser frente a la cocina de todo el mundo aquí es la normalidad.

No dañan el medio ambiente y sus plaguicidas son mínimos y naturales; en algunas zonas los pájaros siguen haciendo un gran trabajo al dispersar las semillas de árboles y arbustos comenzando así la siembra. La armonía fluye entre naturaleza y seres humanos con ritmo.

Las Mujeres de Humo han rescatado más de 500 recetas tradicionales, algunas de ellas plasmadas en el libro que lleva el mismo nombre pero que a su vez no debe considerarse solamente como un recetario.

Entre los alimentos y platillos tradicionales de los totonacas destacan el atole de maíz morado, de tortilla quemada y de dulce con chile. También el pipián de flor de izote, los frijoles en guatape, las jaibas en chileajo y las enchiladas de semilla de mamey.

Las Mujeres de Humo plasman la historia de más de 500 años de tradición gastronómica en Veracruz.

 

 

 

 

 

Este trabajo fue elaborado por el equipo de Animal Político y lo reproducimos con su autorización

Había amenaza de muerte contra normalistas, si iban a Iguala

Nuevo testimonio del especial Ayotzinapa, vivir infiltrado


 

Texto: Margena de la O

Fotografía: Lenin Mosso / Archivo

26 de noviembre del 2019

Chilpancingo

Coincido con mis compañeros que dicen que la mayoría de la base estudiantil no estábamos de acuerdo con que Ayotzinapa se hiciera cargo de reunir los 25 autobuses para trasladar el contingente de la Federación Estudiantil Campesina Socialista de México (FECSM), a la marcha del 2 de octubre del 2014 en Ciudad de México. Menos con ir a Iguala. Lo teníamos prohibido desde el asesinato del dirigente social Arturo Hernández Cardona, ocurrido el 3 de junio del 2013.

David Flores Maldonado, el secretario general de los normalistas de Ayotzinapa en 2014, se comprometió en la asamblea nacional de las normales rurales de septiembre de ese año en Amilcingo, Morelos, con que nuestra Normal Rural fuera la sede de esa actividad. A ninguno nos consultó. También obvió lo que opinamos, cuando llegó y nos informó sobre su acuerdo y le dijimos que no había condiciones de reunir tantos autobuses en tan poco tiempo. Teníamos unos 10 días para hacerlo.

En resumen, “él no llegó a preguntarnos, él llegó a decirnos: a ver compañeros, se viene la marcha del 2 de octubre, la sede es Ayotzinapa, se tienen que secuestrar 25 autobuses, ¡hagan como le hagan, pero se va a llevar a cabo!”. ¿Por qué lo decidió? No sabemos todas sus razones, pero una de ellas sin duda fue que a David le gustaba quedar bien con las chicas.

Yo, Eduardo Moreno Peralta, integrante de la generación 2012-2016, la misma en que él cursó la normal, lo vi y escuché a la hora de la comida el 26 de septiembre del 2014 fuera del comedor de la Normal Rural de Ayotzinapa dándonos la indicación, junto a otros compañeros del Comité Ejecutivo Estudiantil. Todos los alumnos de segundo a cuarto año teníamos que retirarnos de la escuela.

A ustedes les dijo en la entrevista–que Amapola publica el 25 de septiembre del 2019– que desde el mediodía hasta el anochecer de ese 26 de septiembre él estuvo en Chilpancingo con su novia. La hora de la comida establecida en la Normal es entre la una cuarenta y dos cuarenta de la tarde, y fue en ese lapso que lo vi y escuché.

¿Por qué todos los de segundo a cuarto debíamos salir de Ayotzinapa? El acuerdo que David hizo en el pleno de la FECSM de que Ayotzinapa sería la sede para la actividad del 2 de octubre del 2014, fue que se tenían que garantizar los alimentos para un contingente de unas mil personas, para eso nosotros debíamos ahorrar los alimentos de todo el fin de semana. Sólo se quedaron los de nuevo ingreso, en ese entonces yo iniciaba el tercer año escolar.

“La intención (de David) es que no hubiera nadie en la escuela, con el argumento de que esa ración en vez de que nos la dieran a nosotros se apartara para dársela al contingente que íbamos a esperar”. Parecía cuchillo con eso de que nos saliéramos de la Normal, nos repetía: ‘compañeros, terminando de comer para que se estén retirando. ¡Para que se estén retirando!’.

Lo que supe es que los alumnos de primer año, aun cuando se quedaran en la escuela, no harían ninguna actividad, ni siquiera en la caseta del libramiento a Tixtla.

Aquí en el portal de Amapola están testimonios de otros de mis compañeros, casi parafraseando lo que digo sobre la retención de autobuses que decidió David y apoyaron los integrantes del Comité Ejecutivo Estudiantil de Ayotzinapa.

“Algunos miembros de la base estudiantil opinaron que debían reconsiderarlo porque era inviable que los estudiantes de nuevo ingreso consiguieran 15 autobuses, pues ellos apenas tenían unos días de ingresar y los de segundo y tercero no podían porque andaba en prácticas pero el secretario general y el secretario de Comunicación, a quien conocíamos como El Marquelia, estaban alegres y dijeron que sí se podía, porque, además, era un encargo de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), la máxima congregación del normalismo rural”. Esto es parte del testimonio 14 del trabajo Ayotzinapa. Vivir Infiltrado. En los testimonios 11 y 12 mis compañeros dan más información.

Bueno, el 26 de septiembre del 2014 que nos fuimos muchos de los estudiantes a nuestras casas para ahorrar la comida, el mismo día que ocurrió la noche de Iguala, en la Normal Rural de Ayotzinapa ya había unos ocho o 10 autobuses retenidos por nosotros.

Al siguiente día de que el secretario general bajó a la base estudiantil los detalles de su acuerdo en la asamblea nacional, mis compañeros de primer grado retuvieron los primeros dos o tres camiones.

De hecho unos días antes de la desaparición de nuestros 43 compas y el asesinato de otros tres, nosotros retuvimos dos camiones Estrella Roja en Iguala, aunque sabíamos que no podíamos entrar allá. Hubo muchos errores. Fue el 21 de septiembre, si no mal recuerdo, en la caseta de cobro de la carretera de peaje que conecta a ese lugar con la Ciudad de México.

Desde ese día ya sentimos la presión de los policías, había decenas de federales que nos vigilaban a cierta distancia cuando llegamos a la caseta. Eso nos demoró en retener los dos autobuses. Salimos de la Normal a la cuatro de la tarde y volvimos hasta las once de la noche.

“Si vuelven a venir a Iguala los van a matar”

Cuando digo que teníamos prohibido volver a Iguala desde el asesinato del Arturo Hernández, dirigente la organización Unidad Popular (UP), me refiero a que tuvieron repercusiones las acciones de protesta en las que participamos el día que encontraron su cadáver junto a otros dos integrantes de la organización en un terreno baldío a un costado de la carretera que va de Chilpancingo a Iguala.

En los medios de comunicación de Guerrero está documentado ese día en Iguala. El plan del 3 de junio del 2013 de integrantes de organizaciones sociales, incluida la Normal Rural de Ayotzinapa, era marchar en la ciudad para exigir la aparición con vida de ocho de los dirigentes de la UP desaparecidos el 31 de mayo de ese año, entre ellos Hernández Cardona. Pero antes de que eso pasara se supo de los tres cadáveres abandonados en un paraje: Cardona, Rafael Balderas Román y Ángel Román Ramírez.

La marcha planeada entonces aumentó de tono. En respuesta a la noticia, los activistas decidieron destruir puertas y ventanas del ayuntamiento de Iguala, el edificio de gobierno donde despachaba el alcalde de entonces, José Luis Abarca Velázquez. Quemaron documentos públicos y acusaron al alcalde de asesinar a sus compañeros.

Abarca sigue preso justo por el crimen de esos líderes sociales y es señalado de tener responsabilidad en los hechos del 26 de septiembre del 2014.

Cuando salimos de Iguala después de las protestas, los mismos compañeros de las organizaciones se comunicaron con quien era el dirigente estudiantil en 2013, para advertirle que desde ese momento ningún normalista de Ayotzinapa podía volver a esa ciudad. Sé que le dijeron: “Mira, lo que pasa es que los van siguiendo. Me dijeron que si vuelven a venir a Iguala los van a matar”.

El dirigente de ese entonces fue claro –yo formé parte de esa estructura estudiantil del 2013, tenía la Tesorería de Raciones (comedor)– con que no podíamos volver a Iguala, al grado que nos dio recomendaciones muy puntuales. “Los chicos que vivían en Iguala (evitarían cargar) la playera o el pants (pantalón deportivo) de la institución, por seguridad, porque teníamos esa amenaza: cualquier ayotzinapo que vieran en Iguala lo iban a levantar o lo iban a matar”.

Entiendo que se acudió a Iguala otra vez el 26 de septiembre del 2014 porque se agotaban las opciones. “Los autobuses que van para la Montaña, los Altamar, ya teníamos secuestrados unos. En Chilpancingo, tenían monitoreada la terminal, ya había guardias de policías estatales. No nos quedaba de otra que movernos hasta Iguala, pero no llegar a la terminal”.

En esta decisión del 2014, que implicó pasar por alto la advertencia con pisar Iguala, a mi juicio, tiene mucha conexión con la falta de disciplina, orden y formación política de los secretarios generales del Comité Ejecutivo Estudiantil de las últimas generaciones. El último dirigente que recuerdo tuvo el respeto de los estudiantes es Job Navarrete de la generación 2010-2014, a quien eligieron con toda la rigurosidad de nuestros estatutos.

Todo esto es muy triste. Me hace recordar que hemos perdido a varios de nuestros compañeros en acciones de lucha. Incluso algunos han muerto sin saber que su mejor amigo podría alcanzarlos pronto. Así ocurrió a Julio César Ramírez Nava, uno de los tres asesinados el 26 de septiembre del 2014, junto con Julio César Mondragón Fontes y Daniel Solís Gallardo.

Julio era muy amigo de Fredy Vázquez, un joven de 23 años de edad que murió arrollado por un tráiler en una actividad de boteo (recaudación económica) del 7 de enero del 2014 junto a Eugenio Tamarit de 20 años. Recuerdo que Julio y Fredy eran más que amigos, hermanos.

Digo que es triste porque estoy seguro de que Julio César Ramírez nunca imaginó que alcanzaría a su amigo Fredy sólo ocho meses después.

Financiamiento Amapola. Periodismo transgresor 2018

En Amapola. Periodismo transgresor estamos convencidos de que ser transparentes como medio de comunicación es tan importante como hacer periodismo de calidad y con rigor. Con esto, apelamos a que nuestras audiencias sientan confianza plena en nuestros contenidos. Creemos que el periodismo independiente puede ser un catalizador de mejores prácticas sociales, y como tal una herramienta en favor de la justicia, contra la corrupción y la impunidad.

 

 

Por esa razón y como prueba de que nuestro diálogo es con nuestros lectores y a ellos nos debemos, comentamos que, durante el 2018, Amapola obtuvo dos medios de financiamiento: cena anual de recaudación de fondos, lo cual representó el 13%. El porcentaje restante, 86. 6, lo obtuvimos a través de la Open Society Fundation.

Mujeres invisibles. La trata en Puebla, sin fronteras ni límites

La evidencia arrojada por diversos estudios realizados en los últimos años revela que en el estado se conjuntan varios factores que hacen posible la trata, principalmente con fines de explotación sexual. Y la desaparición de jovencitas es, sin duda, el indicativo que confirma la teoría


 

Texto: Ámbar Barrera, Dafne García y María José Andrade Gabiño/ Lado B

Ilustraciones: Conejo Muerto

25 de noviembre del 2019

 

Detrás de una publicación en una red social puede haber un caso de trata. Ahí, a la vista de todos, detrás de un perfil con fotos de mujer que publica imágenes sugerentes y lanza invitaciones abiertas a tener relaciones sexuales, puede haber una víctima, incluso menor de edad. Una víctima invisible, invisible la violencia que vive y las razones que la llevaron ahí.

Sucede en Puebla como sucede en otros lugares del país, pero aquí se conjugan factores ideales para la explotación sexual, tres principalmente: la ubicación geográfica, las redes delictivas que operan y la omisión de la autoridad.

 

Puebla limita con siete estados, uno de ellos es Tlaxcala.

Sobre la trata de mujeres en Tlaxcala, la organización internacional Open Society Justice Initiative dijo en su informe “Atrocidades innegables”, que se debe investigar como un crimen de lesa humanidad, debido a la gran afectación que ha causado y a las omisiones de las autoridades.

Y aunque Puebla no limita con la capital del país, tan solo 2 horas y media lo separan de la Ciudad de México, donde se ubica “el prostíbulo más grande de América Latina”, como se le conoce a los alrededores del mercado de La Merced, y donde, según un análisis realizado en 2014 por el Centro Madre Antonia –que desde hace más de 25 años acompaña a mujeres en situación de prostitución y trata en la defensa de sus derechos–, la mayor parte de las mujeres explotadas sexualmente provienen de distintos municipios poblanos.

Puebla forma parte de una región en el centro del país, junto con la Ciudad de México y el Estado de México, de violencia concentrada: secuestro, extorsión, homicidios, robo de combustible y desaparición de personas.

Es por eso que “la trata de personas se combina con estas actividades ilícitas y se dinamiza en las mismas rutas del trasiego de drogas, armas y migrantes”, concluye el estudio “Una mirada desde las organizaciones de la sociedad civil a la trata de personas en México”, presentado en octubre de 2017 por la red Hispanics in Philanthropy (HIP).

De acuerdo con el mismo estudio, en el estado hay un gran flujo migratorio interno –así como a la CDMX– en búsqueda de empleo y/o huyendo de desastres naturales, proyectos extractivistas y violencia por parte del ejército, paramilitares y delincuencia organizada. Una movilización que vulnera a las personas y las expone a ser víctimas de trata.

Entre los casos de trata identificados por la red Hispanics in Philanthropy encontraron intercambio de mujeres entre grupos delictivos para explotarlas sexualmente, y trata de jóvenes para estudios de compatibilidad, así como extracción de órganos.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en su reporte más reciente, reconoce a Puebla entre los diez estados que, año con año, registran más víctimas de trata, en su mayoría mujeres y niñas. Un dato que inevitablemente coincide con los altos índices de desaparición.

De 2011 a junio de 2017, de 10 mujeres que desaparecieron en Puebla 4 tenían entre 14 y 17 años de edad. Y las adolescentes son a las que menos encuentran después de reportada su desaparición, es decir, las que permanecen desaparecidas. El municipio con más casos de desaparición de mujeres es Tepeaca, a solo 50 minutos de Tenancingo, un municipio de Tlaxcala popularmente conocido como “la cuna de la trata”.

La cifra es, al menos, para pensarse: en Puebla desaparece una persona al día, sobre todo mujeres.

En un Diagnóstico Nacional sobre la Situación de Trata de Personas en México, realizado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) en 2014, se evidenció que 41.1% de las personas mexicanas víctimas de trata en el extranjero, especialmente en Estados Unidos, era de Puebla.

 

Este dato no se ha vuelto a actualizar: mujeres invisibles.

De enero a septiembre de 2019, en Puebla se han abierto 14 carpetas de investigación por el delito de trata de personas, un aumento significativo considerando que en 2018 se reportaron tan solo 11 casos. Pero la cifra es engañosa, pues es un delito que se denuncia poco y se investiga menos, y sobre el que no hay estadísticas definitivas confiables.

 

 

 

Índice de capítulos

 

  1. Mujeres invisibles
  2. La trata en Puebla sin fronteras ni límites
  3. Los números de la trata: no hay forma de dimensionar estadísticamente
  4. De amor, mentiras y trabajo: los métodos de trata
  5. Las víctimas de trata no son un número
  6. De qué hablamos cuando hablamos de trata

 

 

 

 

 

Este trabajo es del equipo de Lado B y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie

Zirándaro, en medio del crimen organizado y la omisión del Estado

Texto y fotografía: Equipo Amapola periodismo

25 de noviembre del 2019

 

“Tírenle al jinete”, se escuchó en un radio mientras uno de los desplazados advirtió que en los cerros, a la entrada de Los Alacranes, había civiles armados.

 

Elementos de la Guardia Nacional a bordo de dos camionetas pick up, cada una con su barret de 50 milímetros, apuntaron entre los árboles, previa advertencia al grupo de reporteros de protegerse.

 

Esta es la frontera entre Guerrero y Michoacán, muy lejos de la capital guerrerense. Hay unos 500 kilómetros de por medio. Una tierra disputada entre dos grupos del crimen organizado: El Cartel Jalisco Nueva Generación y la Familia Michoacana. Dicen especialistas en el estudio de las violencias que cada acción de los grupos del crimen organizado tiene una dimensión política, porque su principal característica es su conexión con la concentración y conservación del poder. “El crimen organizado ha sido empleado por los actores políticos como una fuerza adicional en contra de sus competidores”, afirmó Hung Campbell, el sociólogo estudioso de esta relación.

 

La violencia en esta zona es un asunto añejo. De aquí es originario quien fue dirigente del PRD, Aurelio Peñaloza García, asesinado en 1999. Peñaloza fue alcalde de esta tierra en la que nació el cardiólogo Ignacio Chávez Sánchez, quien fue rector de la UNAM. Por eso se llama Zirándaro de los Chávez.

 

En abril de 2017, fue privado de su libertad el ex alcalde y diputado federal, Catalino Duarte Ortuño, de quien aún se desconoce su paradero. Catalino Duarte es primo de los hermanos María de los Ángeles y Salomón Pineda Ortuño, ambos presos acusados de ser los líderes del grupo delictivo Guerreros Unidos. María de los Ángeles está vinculada a la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.

 

En unas 40 comunidades de esta parte de la Tierra Caliente, entre ellas Los Alacranes “ni la Marina, ni la Guardia Nacional, ni el Ejército pueden entrar. Ahí manda la delincuencia”, dijeron autoridades municipales a los reporteros que querían llegar a estas localidades de las que huyeron pobladores el pasado 10 de noviembre.

 

Ese domingo salieron, sólo con lo que traían puesto, alrededor de 1,400 personas de los pueblos San Rafael, Los Guajes, La Cañita, El Pino, La Parota del Cuartel y Los Alacranes. Estos pueblos quedaron abandonados.

 

Llegamos a Los Alacranes porque un grupo de pobladores pidieron en Guayameo –una de las comunidades más grandes de Zirándaro, donde se refugiaron 33 familias, unos 300 habitantes– al alcalde Gregorio Portillo Mendoza, a la GN y a la Policía Estatal que los acompañaran a rescatar algunas pertenencias.

 

Las autoridades no accedieron fácil. Los desplazados protestaron en Guayameo, el viernes a medio día, porque hasta ese viernes 22 de noviembre, después de 12 días de huir, llegaron a verlos.

 

El gobernador priista Héctor Astudillo Flores negó que hubiera desplazados y enfrentamientos, como denunció el alcalde morenista. También el gobierno federal planteó dudas de esta versión del desplazamiento de más de mil personas por las amenazas de un grupo del crimen organizado.

 

“Nosotros no venimos por acá seguido porque apenas contamos con cinco policías municipales”, justificó el alcalde.

 

Uno de los desplazados de Los Alacranes contó que el 10 de noviembre llegaron a su pueblo y a las comunidades vecinas enviados de los delincuentes. “Esa gente nos mandó decir (no sabe de qué grupo) que nos daban media hora para que abandonáramos el pueblo y pos salimos corriendo, sentimos terror, nos venimos sin traernos nada”.

 

Luego de los reclamos de unos 200 pobladores, desplazados, uniformados y autoridades municipales, encabezados por el alcalde, aceptaron acompañar a la gente a Los Alacranes, para ver que podían rescatar y traerse con ellos.

 

Alrededor de las 14:00 horas de ese viernes inició el retorno vigilado. Se llegó a Los Alacranes unos minutos después de las 17:00 horas. Al entrar, los uniformados se detuvieron en una casa para inspeccionarla. Antes revisaron su armamento. Fue entonces cuando se escuchó en la radio la orden de tirar al jinete, refiriéndose a los artilleros de la guardia nacional a cargo de las barret. Un desplazado gritó que había uniformados en los cerros. Los reporteros intentaron cubrirse pero no había nada fortificado para salvar sus vidas.

 

Desde las unidades artilladas, dos elementos al mando de las barret, buscaron a la gente entre los árboles. Se escuchó decir que había objetivos desplazándose. Huyeron cerro arriba. Nadie de la GN ni de la Policía Estatal disparó.

 

Ahí había sorpresas, indicios de que esa era “su casa”. Unos perros hambrientos devoraban carne que dejaron los que huyeron. En otra casa, la estufa tenía una cubeta con agua. Se pensó que uno de los que huyeron estaba por bañarse. Dejaron cartuchos de diverso calibre, zapatos, ropa, un teléfono celular. Los uniformados tomaron los artículos abandonados como evidencia.

 

En esta parte del año oscurece temprano. Una hora después de arribar a Los Alacranes, alrededor de las 18:00 horas, la noche empezaba a perfilarse. Se tomó la decisión de retornar ante la posibilidad de que quienes huyeron por los cerros regresaran, aunque los pobladores que iban por algunas cosas no consiguieron guardar nada.

 

No todos huyeron

San Rafael es otra comunidad de la que parte de su gente huyó. Se pasó por ahí durante el retorno vigilado. No todos se fueron de San Rafael. Un grupo de gente decidió quedarse a defender su territorio. Ahora son una comunidad armada.

 

Uno de ellos contó que San Rafael vive de la cosecha de maíz. Dijo que aquí el rendimiento puede llegar a ser hasta de 20 toneladas de grano por hectárea. Es decir, ésta es una zona altamente productiva. La media estatal es de 2.9 toneladas. San Rafael también es una comunidad ganadera. “Estos cabrones (los que ordenaron que se salieran) exigen que les paguemos 150 pesos al mes por cada cabeza de ganado”, se quejó un habitante.

 

Aquí en este pueblo, contó, desde hace tiempo no vienen los soldados, ni la policía, y tampoco había venido la Guardia Nacional. Dijo que solo el alcalde los ha visitado. “Estamos abandonados por el gobierno estatal y federal”, aseguró.

 

En San Rafael también hubo una protesta contra el gobierno por la falta de atención. En el centro de la comunidad reclamaron a la GN y a la PE. “Porqué vienen hasta ahora, cuando ya se han salido cerca de la mitad de los habitantes”. Dijeron que en esta comunidad, de alrededor de 1,000 personas, quedó la mitad.

 

Una señora recordó que la violencia inicio en 2018 pero se incrementó hace como dos meses, pero desde el 10 de noviembre que recibieron la amenaza de salir, los que se quedaron no han podido ir a surtirse de alimentos y no ha habido clases, desde preescolar hasta telebachillerato, porque los maestros no han regresado.

 

Contó que los delincuentes no dejan pasar el transporte a Ciudad Altamirano y Coyuca de Catalán. La única opción que tienen es Huetamo, pero hay cinco horas de diferencia.

 

Por eso, por el abandono estatal y federal, no les quedó más que armarse. Ahora vigilan los accesos a su pueblo para defender a sus hijos, a su tierra, a su ganado.

 

“Es mucho lo que nos han negado”, reclaman los nahuas a Obrador

Texto: Marlén Castro

Fotografía: Oscar Guerrero

24 de noviembre del 2019

 

Chilapa

 

–Presidente ¿Si le parece que es mucho lo que le pedimos…?

 

El representante de los pueblos nahuas Jeramías Cabrera Ortiz hizo esta pausa breve, necesaria para rematar su discurso frente al presidente Andrés Manuel López Obrador durante el encuentro con los pueblos originarios de Guerrero, celebrado este sábado en Chilapa.

 

–Es porque es mucho lo que nos han negado. –Cerró.

 

Durante la participación de Jeremías, la guerra de porras entre morenistas y priistas se detuvo. Estos actos a los que viene el presidente López Obrador terminan en un aplausómetro entre dos fuerzas políticas. Dos contingentes que se afanan en que la porra que corean apague la anterior.

 

En efecto, eran muchas peticiones de los pueblos nahuas. Caminos, escuelas, apoyo al campo, educación universitaria, que ésta sea bilingüe, reconocimiento a la Universidad del Sur (Unisur) servicios comunitarios: agua potable, luz; proyectos productivos que no dañen la tierra, seguridad para que vivan en paz, atender los problemas agrarios, respeto a la cultura, a los usos y costumbres.

 

Sólo eran las peticiones de los pueblos nahuas. Las solicitudes de los afromexicanos llegaron escritas y las entregó en manos del presidente un representante de los descendientes negros, proveniente de Cuajinicuilapa, municipio de la Costa Chica.

 

La lista de peticiones de Jeremías Cabrera, originario de San Miguel Oapan, de los Pueblos Nahuas del Alto Balsas, son los agravios contra los pueblos nahuas. Esos agravios dichos por alguien de los propios pueblos, frente a gente que ha ocupado por años los espacios de poder, sirven a López Obrador para criticar a quienes han gobernado. Se acomoda a su discurso de: “así era antes, ahora ya no, eso se acabó”.

 

 

El gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, pertenece a este segundo grupo. Sentado a un lado de López Obrador aplaude y sonríe. No tendría que hacerlo. Pero así es la política, tiene reglas sin escribir que no entienden quienes no aspiran a cargos políticos.

 

Antes de que llegara López Obrador a Chilapa, casi con una hora de diferencia, llegó Astudillo Flores y parte de su gabinete, como Mario Moreno Arcos, secretario de Desarrollo Social, Tulio Ismael Pérez Calvo, secretario de Finanzas. Cada uno rodeado de muchos colaboradores. A un acto en su tierra no podían faltar las priistas, otra vez diputadas y ex alcaldesas Verónica Muñoz Parra y Alicia Zamora, vestidas para la ocasión con indumentaria indígena. Hay tantos trabajadores del municipio de Chilapa aquí, presidido por el priista Jesús Parra García, que parece que el ayuntamiento se traslado al acto en la unidad deportiva. Portan una camisa que dice Pasión por mi tierra.

 

También llegó el senador Félix Salgado, que anda en frenética actividad política porque quiere ser de nuevo candidato a gobernador, ahora por Morena. Igual llegó Luis Walton Aburto, de Movimiento Ciudadano, que no se despega de lo que hagan los morenos, porque es por aquí por donde cree que tiene posibilidades de ser gobernador.

 

De alguna manera, las formas en los actos políticos han cambiado con este nuevo gobierno proveniente de un partido diferente al PRI. Todos los que asisten entran por el mismo sitio. No hay acceso de privilegio. Entraron por el mismo lugar discapacitados, personas de la tercera edad y colonos de todos los puntos de Chilapa que políticos que buscan cargos, como Salgado, Walton o Mario Moreno, aunque se sientan en espacios de invitados especiales.

 

Pero los especiales son los pueblos indígenas. Los habitantes nahuas están sentados en medio. A los costados, los invitados. Al frente, en el estrado, sólo está López Obrador, lleno de cadenas de cempaxóchilt con tres panes de Chilapa colgados, los franquean Astudillo Flores, el titular del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), Adolfo Regino, el presidente municipal Jesús Parra y los representantes de los pueblos nahua y afro.

 

Jeremías Cabrera enumera los agravios y suelta que si son muchas las peticiones es porque mucho ha sido el abandono. Adolfo Regino explica en qué consiste este encuentro con los pueblos originarios.

 

Astudillo aclama que está con la Cuarta Transformación porque está a favor del apoyo con los más pobres. Parte del auditorio le suelta una rechifla, que otra parte responde con los gritos de Guerrero, Guerrero, Guerrero.

 

No corean Astudillo. Si lo hicieran sería una confrontación.

 

Las porras de no estás solo, no estás sólo y es un honor estar con Obrador las contrarrestan con el grito de México, México, México y Chilapa, Chilapa, Chilapa, lo que le toca al alcalde Jesús Parra.

 

Como si quienes vitorearan al actual presidente estuvieran en contra del país, los que rechiflan a Astudillo en contra de Guerrero y los que critican a Parra en contra de Chilapa.

 

Cuando pasa López Obrador los ánimos se van para arriba, de ambos lados, unos corean Es un honor estar con Obrador, los otros que son mayoría, México, México, México. Es un hecho que dentro hay más priistas. No es asunto de ecuación. Es sencillo: el acto es un municipio gobernador por un priista en un estado gobernado por otro priista. Uno de los organizadores de parte del gobierno federal confió que el gobierno estatal pidió tres mil espacios en el acto. En las canchas se calculó una asistencia de cuatro mil personas.

 

 

López Obrador comienza a hablar y, como quieren escucharlo, los que lo vitorean, callan. Los que gritan México, México, México también lo hacen, no porque quieran escuchar al presidente sino porque a quienes deben callar, ya están en silencio.

 

López Obrador repite lo que dice en sus visitas, que este es un gobierno para todos, pero hay preferencia por los más pobres y olvidados. En este acto que tiene que ver con los pueblos originarios, dice que son los pueblos originarios, los auténticos dueños de México, su prioridad.

 

No es fácil, arenga, porque hay resistencias al cambio. Los conservadores se han apuesto a las transformaciones. Explica que conservadores son los que quieren conservar, mantener las cosas como estaban. El gobierno federal, dice, es un toro viejo, reumático, al que hay que empujar.

 

“Pero lo vamos a hacer caminar, me canso ganso”. Dice esto casi gritando. López Obrador conoce su auditorio y los efectos de sus palabras. Hace breve pausa. Su me canso ganso enciende los ánimos. Reinician las porras. “No estás solo, no estás solo” le responde la gente. El otro contingente México, México, México.

 

López Obrador retoma y para hacerlo alza la voz. Lo que sigue son dardos para algunos de los que están ahí. Para hacer caminar al toro viejo “hay que hacer a un lado la politiquería, la grilla, los individualismos, a los fantoches corruptos, a los que andan alboratados, acomodándose para el 2021”, dice y ahí hay muchos acomodaticios con proyecto político para el 2021.

 

“Se van a ir al carajo, el que no le tiene amor al pueblo no sirve para nada, se va a ir al basurero de la historia”, advierte. Aplauden todos. El gobernador, el alcalde, el representante del INPI. Abajo también lo hacen Walton, Salgado, el delegado único del gobierno federal, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, a quien no subieron al estrado y estuvo agazapado, sobre todo cuando un grupo extendió una pancarta para exigir que Sandoval deje de meter las manos en el Congreso local, donde la fracción de Morena está fracturada y no articula en conjunto ninguna iniciativa.

 

Anuncia para Guerrero apoyos para reforestar 50 mil hectáreas con árboles maderables y frutales, en donde se crearán 20 mil empleos fijos para los siguientes cinco años para la gente del campo.

 

Todas las primarias de Guerrero recibirán recursos directos para mejorar las instalaciones, que dependiendo del número de alumnos, recibirán desde 50 a 500 mil pesos.

 

Ofreció que el hospital de Chilapa, la principal demanda de los habitantes de este municipio, pronto será puesto en marcha. Recibió reclamos puntuales acerca del hospital, el que tiene ocho años concluido, un cascaron de cemento abandonado a la salida de Chilapa.

 

Ofreció que este jueves 28 de noviembre el secretario de Salud, Jorge Alcocer, y el director general del IMSS, visitarán Chilapa para ver qué pasa con el equipamiento y quede articulado al seguro social para que haya buen servicio para la población.

 

Termina el encuentro con ese resultado concreto. A López Obrador lo esperan el domingo en Tlapa, otras porras, otro escenario. Allá Morena gobierna.

 

Sin Límites. Ximena Ortega va a otro mundial de ajedrez

 

Texto: Beatriz García 

Foto: Angie García

22 de noviembre del 2019

 

Por segundo año consecutivo la ajedrecista chilpancingueña de 17 años de edad, Ximena Ortega Beltrán, obtuvo el pase al Mundial de Ajedrez que se celebrará en Rumania el próximo año.

El pasado 15 de noviembre, durante dos días, se llevó a cabo el Festival Nacional de Ajedrez de la Juventud 2019, realizado en Monterrey Nuevo León.

En este festival además de la ajedrecista, también estudiante de tercer grado de la preparatoria 9 Ernesto Che Guevara, participó el también estudiante de este plantel José Ángel Hernández Luna.

El año pasado Ximena, colocada como una de las 10 mejores ajedrecistas en el país en su categoría, obtuvo el pase que la llevó al mundial celebrado en Grecia, donde obtuvo el lugar 80 de 150 competidoras.

Ahora junto con José Ángel forman parte de la Federación Nacional de Ajedrez que representará al país en Rumania el próximo año.

 

Conoce la historia completa sin límites de Ximena en:  Ximena, del baloncesto al ajedrez

Perros abandonados un problema de salud pública

Texto y fotografías: Itzel Urieta y José Miguel Sánchez

22 de noviembre del 2019

 

El Oso es un perro callejero que llegó hace unos cinco años a la colonia del PRI, en Chilpancingo. Vivió ese tiempo junto con una familia que lo abandonó al irse del lugar ubicado al al suroeste de la ciudad.

 

Sin un hogar al Oso no le quedó de otra que deambular por las calles y ser perro callejero. Es uno de los 50 mil perros, que de acuerdo a cálculos de activistas a favor de los derechos animales, han hecho de esta población; incluso, han propuesto reglamentos para la Ley de Bienestar Animal aprobada desde 2014.

 

Años más tarde llegó a la colonia del PRI una perra que comenzó a andar junto con el Oso, los colonos la nombraron La Negra. Ya como equipo callejero, el Oso y la Negra decidieron unir sus vidas y a lo largo de este tiempo han vivido juntos como un par de camadas.

 

Estos perros reciben el apoyo de los vecinos, el desprecio y maltrato de otros. Pero hay perros que no corren con la misma “suerte” que la Negra y el Oso.

 

Si la Ley de Bienestar Animal aplicara sanciones, la familia que abandonó al Oso, sería castigada. En Acapulco se aplican sanciones a los que maltratan animales, incluido el matrato por abandono.

 

El papel de las instituciones

 

La Secretaria de Salud Guerrero tiene datos mucho más elevados que los activistas. De acuerdo a un registro de la dependencia, por cada 5.5 habitantes de la capital hay un perro callejero. Con base a ese cálculo habría 595 mil perros en situación de calle.

 

La Secretaria de Salud Guerrero, no hace mucho por los perros callejeros, su alcance se limita al control de enfermedades zoonóticas, que son las que los animales le pueden transmitir al hombre como la rabia, esto lo hacen a través de campañas de vacunación y esterilización en sus diversos centros de salud que hay en el estado y sólo en beneficio de los perros domésticos, porque a estos los llevan sus dueños para tener un control.

 

También llegan a atender perros comunitarios como a Oso, que de ser un perro callejero pasó a ese comunitario, ya que varios vecinos al ver la situación de Oso comenzaron a alimentarlo, darle agua y hasta vacunarlo. La mayoría de perros callejeros no alcanza este estatus.

 

En noviembre del 2013 más de un centenar de personas entre asociaciones protectoras de animales, ciudadanos y veterinarios marcharon por las calles de la capital, exigiendo al congreso local una ley que protegiera a los animales, y en diciembre de 2014 fue aprobada la Ley número 491 de Bienestar Animal. Que para muchos activistas es letra muerta si no hay sanciones contra maltratadores.

 

La legislación ordinaria todavía deja vacíos respecto a su cumplimiento, debido a que esta marca que cada uno de los 81 municipios en el estado tenga un centro de control canino y felino, y sólo las ciudades más importantes cuentan con el establecimiento: Acapulco, Chilpancingo, Taxco e Iguala.

 

El Centro de Control Canino y Felino de Chilpancingo es uno de los cuatro que existen en el estado, y el cual se encarga de la salud y control de enfermedades relacionadas con los animales y controlar, recoger y darle asilo a los callejeros, darlos en adopción.

 

Filiberto Pérez de la Cruz director del Centro de Control comenta que hay días en que recibe de cinco a seis reportes de perros en condición de calle, pero también hay días en los que no tiene ninguno. En el sitio se enfocan es en la vacunación y la esterilización de perros y gatos como método de prevención de la sobrepoblación canina en la capital.

 

El aporte de la sociedad

 

“Adóptame”, es una asociación civil que surgió hace 10 años. Desde antes que surgiera la Ley de Bienestar Animal, ellos se encargan de rescatar perros callejeros porque consideran que la sobrepoblación es tema muy grave, no sólo de salud pública si no para el bienestar de los animales: un perro en condición de calle sufre mucho.

 

Para ellos el perro rescatado de la calle no es sólo cuestión de cumplir una ley, sino también que el perro tenga condiciones dignas en todo el proceso desde que es rescatado, hasta que se da en adopción.

 

Todo este proceso comienza con un reporte que hacen las personas a la página de Facebook de “Adóptame”, la cual recibe de 10 a 20 reportes diarios, que por cuestiones de voluntarios y espacio para resguardar a los perros no pueden cumplir con todos, ya que no cuentan con un refugio como tal, y son los voluntarios los que resguardan a los perros en sus casas.

 

No todo el año son los mismos voluntarios. El número varia con el tiempo, han llegado a ser hasta 30 o 20, pero muchos se retiran al ver lo que implica el trabajo y el tiempo que requiere el cuidado de estos animales.

 

Cuando el perro es rescatado de la calle, se lleva a un veterinario para una revisión médica para definir su condición. Algunas veces lo medica, otras revisa su condición de sociabilidad: cómo es la convivencia con seres humanos y con otros perros, después entra el proceso de adopción donde se revisa si la persona que quiere adoptar y su casa está en condiciones para poder tenerlo.

 

Pero el proceso no termina ahí, al perro adoptado se le da seguimiento junto con el dueño, y si se detectan malas condiciones de vida al animal, se le puede retirar la custodia al dueño para que el perro pueda entrar otra vez en proceso de adopción.

 

Para organizaciones como “Adóptame”, el tema económico es el más complicado, pues para mantener las operaciones recurren a muchas maneras para conseguir dinero, entre ellas, la venta de manualidades que ellos realizan, la recolección y venta de botellas PET, de ropa y de algunos servicios que ofrecen como pasear mascotas.

 

No cuentan con ningún apoyo ofucual, cuando en la Ley de Bienestar Animal dice textual en el artículo 9, párrafo 3 que: “Crear los instrumentos económicos adecuados para incentivar las actividades de protección a los animales llevadas a cabo por asociaciones u organizaciones legalmente constituidas y registradas, y para el desarrollo de programas de educación, investigación y difusión en materia de la presente Ley”

 

Existen un punto en el que todos coinciden, la esterilización de los perros y gatos, es la manera de poder acabar con el problema de raíz, cada 6 meses las perras entran en celo y tienen por camada de 6 a 12 cachorros.

 

“Adóptame” fue parte de los que exigían en 2013 al Estado una ley que protegiera a los animales, pero lamentan que al momento de crear dicha ley, no se les tomó en cuenta a organizaciones protectoras de animales, y que aunque ya existe la ley el reto actual es hacer cumplirla.

 

Oso y Negra, son perros comunitarios muy queridos, pueden paser libremente por las calles de la colonia del PRI y nunca les falta comida.

 

Una niña de tres años presencia el asesinato de su padre en colonia de Chilpancingo

Texto: Marlén Castro

Foto: Especial

21 de noviembre del 2019

 

No fue una mañana violenta más. Fue la mañana en que una niña de tres años presenció el asesinato de su padre. Iba con él en la unidad 706 de la ruta CNOP-PRT. Eran las 12:30 del día cuando los vecinos de la calle principal de la colonia CNOP, en la  Sección B, escucharon los balazos.

Ana pensó que había explotado un neumático. “Se escuchó igual que cuando truena una llanta”, cuenta en la puerta de su domicilio. La razón es que nunca antes había escuchado unos balazos tan cerca.

Algunos vecinos supieron desde que escucharon las detonaciones que eran balazos y que había sido muy cerca.

Doña Oralia escuchó y se persignó inmediatamente. Dice que cuando escucha balazos piensa en sus hijos y nietos. Tiene nueve hijos y como cuarenta nietos y la mayoría vive en esta colonia del noreste de la ciudad. Cuando oyó a los vecinos decir que habían disparado a los pasajeros de una combi su piel se encrespó. Tenía sólo minutos que se había bajado de una. Pensó inmediatamente que ella podía haber venido en esa que habían atacado.

“Creo que era la que venía atrás de donde yo llegué”, cuenta mientras está pendiente del hombre que quedó asesinado dentro del transporte que, por suerte, ella no abordó.

“Estoy aquí no porque me guste el mitote. Me angustio porque tengo muchos nietos y todos usamos la combi”, justifica.

Se ve que acaba de llegar de algún lado. A diferencia de sus vecinas ella luce arreglada. La mayoría de las mujeres cargan pantalones deportivos y chancletas, vestimenta como para estar en la casa. Doña Oralia trae un mandil amarillo sobre su pantalón y blusa. Tan pronto llegó, dice, se puso el mandil para comenzar con sus quehaceres domésticos.

Antes de la noticia de este asesinato en la CNOP, con diferencia de unos 20 minutos, se supo de un ataque a balazos en el mercado Baltazar Leyva Mancilla. En ese lugar dispararon a un checador de ruta, casi bajo el puente peatonal que cruza la avenida Insurgentes. La Cruz Roja llegó pronto. En unos veinte minutos hizo presencia y se llevó al herido. Estaba vivo a pesar de sus orificios en el abdomen. Aunque más tarde moriría. Entonces se supo de otro ataque. Ahora en una colonia de la periferia, pero cerca del mercado.

El traslado fue rápido. Aunque ya había patrullas en la zona de los hechos, aún no colocaban la cinta amarilla para resguardar la escena del crimen cuando llegaron casi todos los medios que reportan estas noticias directas y que transmiten, sin preguntarse si hacen bien o mal, todo lo que está a su vista.

Lo que estaba a la vista era horrendo. El rostro de la víctima, un hombre joven, quizá de unos 27 o 28 años, estaba pegado al vidrio. Los ojos estaban abiertos. Podría verse el pánico en su cara.

La unidad del transporte público estaba estacionada bajo un almendro. Por lo que se infiere que no hubo una persecución y balacera antes del asesinato. Subía cuando ocurrió el ataque.

“Justo ahí es la parada”, explica doña Oralia. Es decir, el conductor se habría orillado para bajar a alguien y, ahí,  fue donde atacaron al papá de la niña.

La unidad no tenía ningún vidrio roto. Sobre la calle tampoco había ningún casquillo de bala. Los reporteros que cubren este tipo de información hicieron la primera conjetura. El disparo o disparos que mataron a la víctima los hizo alguien dentro de la misma unidad.  La víctima estaba a espaldas del asiento del conductor. Todavía estaba el conductor en su lugar cuando llegaron los medios. Unos policías lo bajaron y lo condujeron a una patrulla.

Entonces los policías comenzaron a colocar las cintas amarillas y retiraron a periodistas y curiosos. A la mayoría no les quedó de otra más que rodear por una calle paralela para volver al sitio por arriba. Del que se pudo apreciar poco. De este lado, un grupo de personas atendía a una niña de unos tres años de edad. Estaba quieta, paralizada, como una estatua de sal. Alguien le dio un boli (helado en bolsita) y la niña, sin la expresión que hace un niño cuando recibe un regalo así,  extendió la mano para recibirlo.

“Pobre criatura, porque una inocente niña tiene que presenciar algo así”, expresa doña Oralia y se vuelve a persignar. La niña de pantalón corto rosa, playera naranja, sandalias blancas, obedece a un policía que se vaya con él. Extiende su manita al uniformado que en la mano derecha porta un rifle de asalto y con la izquierda agarra a la niña.

A doña Oralia se le ruedan unas lágrimas. Dice que no puede evitar pensar en sus nietos. Los primeros vecinos en salir y enterarse de que los balazos habían cobrado una víctima más vieron a una niña pequeña al lado del hombre asesinado. La bajaron para que no estuviera ahí viéndolo y la tuvieron con ellos mientras llegaba la policía.

La niña camina agarrada al policía. La sube a una patrulla conducida por otro uniformado que porta también un rifle. La colocan en medio de los dos. Doña Oralia se limpia las lágrimas, otros tragan saliva. El rostro del padre sigue pegado a la ventanilla. Faltan como 30 minutos para que venga la unidad del Servicio Médico Forense (Semefo) que lo envolverá en una bolsa gris.  

 

 

 

 

 

 

Regina Martínez Pérez

Este perfil fue elaborado por Reporteras en Guardia, un colectivo independiente y sin filiación política conformado por más de 100 periodistas, editoras y realizadoras de 24 estados de México y de su capital, entre ellos Guerrero, con la finalidad de realizar las historias de las y los periodistas asesinados y desaparecidos del año 2000 mil al 2019.


 

Texto: Norma Trujillo / Reporteras en Guardia

21 de noviembre del 2019

 

Rafael Lucio, 1963-Xalapa, 2012
Muerte por estrangulamiento.

Un sentenciado. El asesino está prófugo.

En los primeros días del invierno de 2011, Regina Martínez viajó a su pueblo para pasar la Navidad con sus padres y su familia. Una orden de trabajo de la revista Proceso recibida en su BlackBerry —que apenas aprendía a utilizar—hizo que regresara a su casa de la colonia Felipe Carrillo Puerto, en Xalapa.

 

Desde afuera todo parecía normal, pero al entrar vio que del baño salía vapor y el piso estaba mojado, como si alguien se acabara de bañar. A los jabones de tocador les habían quitado la envoltura y estaban ahí, deshechos. Eran los primeros indicios de una amenaza que Regina solo compartió con algunos de sus amigos: “¿La pinche Procu qué va a hacer?”, cuestionaba.

 

Siempre fue reservada, incluso la noche en que la asesinaron algunos decían que había nacido en Gutiérrez Zamora, otros afirmaban que en San Rafael, varios más que en un pueblo cercano a Veracruz; a nadie nos dijo con exactitud de dónde era, y recientemente la versión que se propagó fue que era originaria de Teziutlán, Puebla.

 

En su acta de nacimiento aparece registrada con el nombre de Regina Martínez Pérez, nacida el 7 de septiembre de 1963 en la cabecera del municipio de Rafael Lucio, un pueblo que tiene como patrono a San Miguel Arcángel y que, hasta 1932, durante siglos fue conocido como San Miguel del Soldado. Sus padres, María Lorenza Pérez Vázquez y Florencio Martínez Romero, formaron una familia de 11 hijos.

 

Sus amigos más cercanos, entre ellos Guadalupe López, cuentan que no era fácil que Regina les abriera la puerta de su casa. A veces la acompañaban, después de comer o al regresar de un evento, y siempre les pedía que la dejaran en la esquina de su calle. Aunque le insistían en llevarla hasta su vivienda, nunca aceptaba. Nadie entraba a la intimidad de su hogar.

 

Era una mujer pequeña, medía menos de 1.50 metros. Tenía un carácter duro, burlón, y era tajante en sus opiniones. Cuando entraba en confianza, platicaba sobre su familia, contaba que no se llevaba muy bien con su hermano mayor, y que traía a la capital del estado a sus papás para las consultas médicas.

 

A veces cocinaba en las reuniones familiares, como el domingo anterior a su asesinato, cuando les preparó mole y arroz. Luego, al lavar los trastes, se hizo un corte en la mano que le sangró hasta el lunes. Pero lo suyo no era hacer confidencias: “Que les cueste a los malditos”, decía, conocer su vida.

 

Era muy reservada también con su familia, incluso les ordenó: “Cuando me pase algo, ustedes digan que ni me conocen”. Por eso, sus padres no fueron a despedirla al panteón Bosques del Recuerdo. De su familia, solo llegaron dos hermanos y una sobrina que observaba desde lejos; ningún otro pariente se acercó a depositarle una flor, solo sus amigos y conocidos acudieron al cementerio, en el que nada más se escuchaba el sonido de los rehiletes que adornaban las tumbas y, como fondo, el cantar de las chicharras.

 

Tras estudiar periodismo en la Universidad Veracruzana, Regina comenzó a trabajar como reportera en TV Más, la televisora estatal de Veracruz. Luego se trasladó a Chiapas, donde fue reportera de periódicos como El Sol de Chiapas y Número Uno.

 

A mediados de los 80 regresó a Xalapa y se integró a la redacción de Política, un diario fundado por Ángel Leodegario Gutiérrez Castellanos y Fausto Fernández Ponte que se distinguió por su línea crítica, en el que permaneció más de 20 años. Ahí le dio voz a los pobres, a los explotados y a la oposición política, como algunos periodistas también lo han hecho en este estado.

 

Después de trabajar un tiempo en La Jornada, cuando empezó a publicar en enero de 2000 como corresponsal de Veracruz en Proceso, ya era reconocida.

 

“Fueron 12 años de denunciar la corrupción, describir los efectos de los desastres naturales, los atropellos de militares, policías y autoridades civiles contra la población indígena, el uso demagógico del futbol por gobernadores y otros políticos, la violencia desbordada de Los Zetas y del Cártel de Jalisco Nueva Generación”, escribió Verónica Espinosa en Así era Regina…, publicado en mayo de 2012 en Proceso.

 

Destaca en su artículo la cobertura que hizo Regina del “dispendio y el descomunal endeudamiento” que dejó al término de su administración el priista Fidel Herrera, gobernador de Veracruz de 2004 a 2010. También menciona sus reportajes sobre el caso de Ernestina Ascencio, una indígena de 73 años originaria de Soledad Atzompa, un municipio de la sierra de Zongolica, que murió el 6 de febrero de 2007 tras denunciar que había sido violada y golpeada por soldados. Un crimen que intentó ser ocultado por la versión oficial difundida por el Presidente Felipe Calderón, que aseguró que había muerto por úlceras gástricas provocadas por una anemia aguda.

 

Regina era impulsiva en su trabajo, se desesperaba si algo resultaba diferente a lo que pensaba. Cubrió la crisis cafetalera de 1982 para Política, así conoció a los campesinos caficultores de la región de Coatepec.

 

Cirio Ruiz González, consejero titular en el Consejo Regional del Café de Coatepec, asegura que siempre estaba pendiente de lo que sucedía en las comunidades campesinas porque le interesaban sus problemas. “Acudía con nosotros porque decía que tenía que existir pluralidad, autogestión y nada de centrales campesinas como la CNC ni de partidos políticos”.

 

Recuerda cuando en el municipio de Emiliano Zapata se afirmaba que la Secretaría del Medio Ambiente había autorizado la instalación de un relleno sanitario. La población se inconformó y surgió un movimiento en defensa de los pequeños ríos, aunque finalmente el depósito de basura sería construido en 2004 en Pinoltepec y clausurado en 2015 por contaminar la laguna del Jagüey.

 

“Se invitó a periodistas, y entre ellos llegó Regina”, cuenta Ruiz González. “Pasó un rato, se acercó y me reclamó: ‘¿No que no hay nada con partidos? Mira’, y me enseñó una manta que decía: ‘El PVEM apoya la demanda de lospobladores de Emiliano Zapata. No al relleno sanitario’. ‘Tú nos invitas y mira, ¿ahora eres del Verde o qué?’, insistió. Yo no me había dado cuenta; por impulso fui con mi navaja y la rompí, sin pensar que los del partido ese me pudieran golpear, pero ella era así: reclamante, dura, aunque a veces también se equivocaba”.

 

En 1994, tras el levantamiento zapatista, el gobierno de Veracruz buscó reprimir las manifestaciones de campesinos e indígenas, pero en enero el precio del café era muy bajo y los agricultores no habían recibido apoyos, por lo que protestaron en las calles, recuerda Fernando Celis Callejas, asesor general de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras.

 

“Regina hizo una crónica y preguntó a los manifestantes sobre lo que estaba pasando en Chiapas. Así se supo que los campesinos de Veracruz estaban atentos a lo que sucedía con el movimiento zapatista”, señala.

 

También está el recuerdo de los integrantes del Frente Democrático Oriental de México “Emiliano Zapata” (FDOMEZ), del socialismo que logró cuajar en comunidades indígenas huastecas de la entidad y que conservan ese marxismo transculturizado y adoptado en su región, pero que en sus conferencias de prensa nos obligaban a esperar a que llegara Regina antes de empezar con sus declaraciones, no sin antes escuchar las protestas de las nuevas generaciones de comunicadores que reclamaban: “Si no esperamos tanto tiempo al presidente municipal, ¿por qué a una reportera?”.

 

“Porque ella estuvo apegada a la realidad, desde lejos porque nunca vino a nuestra tierra, no pudo estar cerca de nuestras comunidades, pero sí tenía respeto a los indígenas y campesinos”, afirma Braulio Morales Pascuala, integrante del FDOMEZ, y entonces salta a su mente cómo en la Huasteca Veracruzana, de los años 80 a 90, hubo una gran represión del Estado hacia quienes se manifestaban, pero aun así, Regina fue una de las periodistas que dio cobertura a sus problemas.

 

Un pasaje que muestra su persistencia e insistencia, o su “terquedad”, agrega, es aquella noche de 1994 “cuando nos quedamos en manifestación frente al Palacio de Gobierno, entonces gente del gobierno nos metió a un diálogo y la plática se alargaba. Nuestro reclamo era por los dos compañeros asesinados, torturados (Rolando y Atanasio Hernández), a los que les cortaron sus genitales y su lengua los policías del estado; durante el gobierno de Patricio Chirinos Calero no las cumplió, cuando Miguel Ángel Yunes Linares fue secretario de gobierno, y después encarcelaron a dos integrantes porque se fueron a manifestar al Distrito Federal. Entonces Regina, eran las 2 de la mañana y quería cerciorarse, abrió la puerta del salón Juárez en el que nos atendían y los funcionarios se molestaron”.

 

Regina se recluía los viernes por la tarde en su modesto hogar, en el que había un cuarto grande, una recámara y una cocina pequeña; no reaparecía hasta la mañana del lunes, ya fuera físicamente o por teléfono.

 

Recuerdo su honestidad, el día en que me confió cómo logró comprar esa casa donde la mataron: una profesora e investigadora universitaria se la había ofrecido tiempo atrás y le había dicho que, si ella quería, se la regalaba. Pero Regina le hizo una contrapropuesta: “Mejor se la voy pagando de a poquito”. Así lo hizo y, una vez que le dieron la base en Proceso y obtuvo su liquidación —tras un litigio por su despido— del periódico Política, saldó el monto de la casa, que se proponía escriturar en 2012.

 

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Este trabajo fue elaborado por el equipo de Reporteras en Guardia y lo reproducimos con su autorización.

Recibieron órdenes de matar a Arnulfo, dicen los implicados a la FGE

FPM exigen esclarecer quién o quiénes pagaron para eliminarlo y limpiar la imagen del activista


 

Texto: Jesús Guerrero, Carmen González y Antonia Ramírez 

Foto: Antonia Ramírez

21 de noviembre del 2019

 

Tlapa

Ubaldo Segura Pantoja, miembro de la dirigencia del Frente Popular de la Montaña (FPM), indicó que el fiscal, Jorge Zuriel de los Santos, reveló que los presuntos secuestradores y homicidas de Arnulfo Cerón Soriano confesaron que “ellos recibieron órdenes de ejecutarlo».

El cadáver de Arnulfo Cerón, después de 40 días desaparecido, fue hallado este miércoles 20 de noviembre a mediodía, enterrado en el punto conocido como Los Tres Postes, sobre la carretera Tlapa-Igualita, cerca de la cabecera de Tlapa.

Segura Pantoja indicó que el FPM exige a la Fiscalía General del Estado esclarecer quién o quiénes ordenaron y pagaron el secuestro y asesinato de Arnulfo Cerón y se castigue al autor o a los autores intelectuales.

Se le preguntó sobre las diferencias que Arnulfo Cerón tenía con algunos funcionarios del ayuntamiento de Tlapa, principalmente con el alcalde, Dionicio Merced Pichardo García, y a su jefe de Gabinete, Marco Antonio García Morales. Señaló que efectivamente tenía problemas con ambos personajes derivados del activismo social pero para no especular pidió a la FGE esclarecer cuanto antes de dónde vino la orden de ejecutarlo según habrían confesado los autores materiales.

Segura Pantoja señaló que los restos de Arnulfo Cerón los identificaron por una sandalia que llevaba el día de su desaparición el 11 de octubre, cuando se dirigía a una reunión de Alcohólicos Anónimos (AA), alrededor de las ocho de la noche, y un grupo armado se lo llevó a la fuerza.

Recordó que cuando su compañero desapareció la familia interpuso la denuncia ante la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común (AMPFC) de Tlapa pero no activaron los mecanismos de búsqueda de manera inmediata.

«Yo creo que si se las autoridades hubieran actuado con prontitud, Cerón estuviera con vida, y no muerto», externó.

 

Detenidos

La FGE indicó que habría siete hombres y dos mujeres detenidos por su presunta responsabilidad en la desaparición y homicidio del activista.

Jorge «N», alías La Chiva, detenido junto con tres hombres y una mujer en Morelos el pasado 24 de octubre, es el supuesto cabecilla de esta banda que operaba en Tlapa y municipios aledaños de la región de la Montaña.

La Fiscalía atribuye a esta organización la desaparición del alcalde perredista electo del municipio de Cochoapa el Grande, Daniel Esteban González y su chofer Juventino García Rojas, en septiembre del 2018.

 

FPM y Tlachinollan exigen limpiar imagen del activista

El FPM tomó el ayuntamiento de Tlapa para exigir la presentación con vida de Arnulfo Cerón, a los tres días de la desaparición. Este miércoles, minutos después de que se hallaron los restos del activista, el FPM, acompañado de Tlachinollan convocaron a una conferencia de prensa. Antes tenían programada una marcha pero la noticia del hallazgo modificó los planes.

El edificio municipal está cubierto con lonas, pancartas y frases escritas en paredes, que contienen mensajes a las autoridades para la búsqueda de Arnulfo. Resalta una consigna: Pichardo y Tony entréguenos ya a Arnulfo. Es un mensaje al presidente de las filas morenistas, Dionicio Merced Pichardo García, y a su jefe de Gabinete, Marco Antonio García Morales. Activistas sociales de la Montaña señalan a ambas personas en la desaparición, por las diferencias con Arnulfo Cerón, situación que era del dominio público.

Arnulfo Cerón denunció públicamente que el alcalde y el jefe de gabinete lo habían amenazado de muerte.

Además de exigir castigo a los culpables, en la conferencia de prensa en las escalinatas del ayuntamiento, el FPM y Tlachinollan hablaron sobre la honorabilidad y la trayectoria de Arnulfo Cerón, y pidieron limpiar la imagen del activista.

Abel Barrera Hernández, de Tlachinollan, indicó que Cerón era un defensor de los derechos humanos, a quien la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos en México lo declaró como un gran defensor y por esa razón el organismo vino a Tlapa a pedir que se buscara y se diera con su paradero.

Dijo que se seguirá hablando de la buena imagen de Arnulfo. Recordó que las autoridades locales lo criminalizaron al decir que se estaba enriqueciendo con todo lo que estaba gestionando, cuando su familia y él vivían en condiciones precarias.

Juan Sánchez Gaspar, del FPM, lamentó que se acusara a Cerón de ser “un vividor del pueblo”. Dijo que era importante desmentirlo desde el ayuntamiento, porque en el FPM no manejan presupuesto; sólo acompañan a la gente que lo necesita para entregar un documento y así les hagan caso.

Vidulfo Rosales Sierra, también de Tlachinollan, se enfocó en los comerciantes alrededor. Reclamó que no se hayan sumado a las actividades de búsqueda y para exigir justicia, cuando Cerón Soriano los defendió ante el ayuntamiento.

Precisamente, la defensa que asumió Arnulfo Cerón de los comerciantes ambulantes acentúo la relación ríspida con el alcalde Dionicio Merced Pichardo García y el jefe de Gabinete, Marco Antonio García Morales. El ayuntamiento quería desalojarlos y Arnulfo Cerón los defendió.

“Es injusto que hoy en día ninguno de los comerciantes se haya parado en las jornadas de lucha”, reclamó Rosales, aunque reconoció que había temor por los asesinatos y las desapariciones ocurridas en la ciudad.

 

 

 

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