Medallas y nuevas marcas personales consiguen para atletas guerrerenses en competencia nacional

Texto: Itzel Urieta
Fotografía: Cortesía 
29 de agosto del 2023

Chilpancingo

 

Integrantes del Club de Deporte Adaptado Avispones de Chilpancingo obtuvieron cinco medallas durante su participación en el Warrior Athletes del Para atletismo, Ciudad de México 2023.

El abierto Warrior Athletes del Para atletismo es una competencia que reúne a atletas de todos los estados de la República y algunos de otros países; en total participaron unos 400 para atletas. La competencia se realizó los días 18, 19 y 20 de agosto.

La delegación de Guerrero fue representada por seis para atletas que forman parte del club, quienes trajeron medallas porque lograron las primeras posiciones de la competencia y rompieron marcas personales en sus participaciones.

El Club de Deporte Adaptado es para personas con alguna discapacidad. Entrenan todos los días a las dos de la tarde en un espacio que es parte de las instalaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y los sábados en la Unidad Deportiva CREA a las 11 de la mañana, sin costo.

Edith Nájera Náreja, originaria de Ojo de Agua, municipio de Heliodoro Castillo, obtuvo el primer lugar en la competencia de 100 metros planos.

Edith perdió su pierna izquierda en un accidente de motocicleta en 2015 y comenzó a entrenar en el club en el 2022.

Marco Antonio Cortez Molina, de Chilpancingo, logró dos medallas de segundo lugar, una en impulso de bala y otra en lanzamiento de disco.

Él perdió ambas piernas por una negligencia médica. Lleva dos años en el club y ya ganó medallas en otras competencias.

Efrén Corona Zaragoza logró la cuarta posición en lanzamiento de clava y superó su marca personal.

Un accidente lo dejó cuadripléjico. Ingresó al club para distraerse y vencer la depresión que sufrió después del accidente, pero superó sus propias expectativas y es una destacado para atleta.

Leonardo de Jesús Martínez Catalán, de Chilpancingo, también participó por primera vez en una competencia nacional. Obtuvo el segundo lugar en lanzamiento de jabalina.

Orlando Nava Abarca se colocó en la quinta posición en lanzamiento de clava. Karol Hussain Mateo Carballido, de Chilapa de Álvarez, también participó por primera vez, y obtuvo el tercer lugar en impulso de bala.


En contexto: Medallas y nuevas marcas personales consiguen para atletas guerrerenses en competencia nacional

Medallas y nuevas marcas personales consiguen para atletas guerrerenses en competencia nacional


Para llegar a esta competencia, el club realizó actividades de fondeo y gestiones con diferentes actores políticos e instituciones de gobierno para viajar a Ciudad de México.

El entrenador del club, Diego Reyna Cortés, mencionó que estas competencias sirven a los para atletas como preparación rumbo a otras competencias nacionales e internacionales.

Marco Antonio, Leonardo de Jesús y Karol Hussain continúan su preparación para los juegos Para Nacionales de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), que serán en octubre.

«Hemos tenido un crecimiento considerado, de uno pasamos a ocho. Me siento satisfecho con los resultados si seguimos así, en dos o tres años podemos pelear algún lugar para una competencia internacional», dijo Reyna Cortés.

«Regresaron muy motivados para seguir entrenando y creciendo; se están dando cuenta que el trabajo rinde frutos», agregó.

Reyna Cortés agradeció a quienes apoyaron al club para sus competencias e invitó a que más personas se sumen al apoyo para lograr mejores resultados.

«Se requiere del apoyo constante. Entre más se sumen, más apoyo hay y entre más apoyo mejores resultados”, mencionó.

Integrantes del Club de Deporte Adaptado Avispones, de Chilpancingo, y su entrenador, Diego Reyna Cortés, durante el Abierto Mexicano Warrior Athletes. Foto: Cortesía Diego Reyna.

 

Equipo de futbol de Ocotito logra reunir los recursos para participar en campeonato a Marruecos

Los integrantes durante semanas hicieron gestiones en oficinas públicas, como el Congreso local, y colectas ciudadanas


Texto: José Miguel Sánchez

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

Los integrantes del equipo de futbol Epefut-Ocotito, sus padres y el cuerpo técnico, lograron superar su último obstáculo, después de que consiguieron que el costo de sus boletos de avión de la Ciudad de México a Cancún los asumieran algunos diputados del Congreso local.

El equipo, conformado por 18 jugadores, estudiantes del nivel medio superior, comenzó dese hace un mes una serie de gestiones y actividades para obtener recursos económicos que les permita viajar a Rabat, capital de Marruecos, a jugar en el Campeonato Mundial de Futbol Escolar, organizado como el Comité Olímpico Internacional.

Los jóvenes futbolistas lograron, con ayuda de sus padres, a través de boteos y de solicitudes a las instituciones gubernamentales, el recurso para viajar a Marruecos y representar a México en un torneo mundial de futbol.

Lo único que les faltaba era costear los vuelos de la Ciudad de México a Cancún, para de ahí tomar el otro vuelo que los conectara con Marruecos.

A tres días de comenzar el torneo los jugadores lograron conseguir el apoyo en el Congreso local.

El miércoles 19 de julio el equipo, el cuerpo técnico y madres y padres de familia acudieron a reunirse con diputados de Morena para solicitar el apoyo económico que les faltaba.

“Le buscamos y afortunadamente aquí jugadores, padres de familia haciendo el esfuerzo desde el valle del Ocotito lo logramos y nos vamos motivados porque ya estamos a nada de partir a este mundial”, dijo el director técnico del equipo Martín Pureco Leyva.

El 24 de julio comienza el mundial en Rabat, pero concentración de los jugadores es el 23, por lo que el equipo vuela el 21 de julio para llegar a tiempo.

Será el 23 de julio que se defina contra qué país jugarán su primer partido, por el momento sólo tienen conocimiento que en su grupo están Marruecos, Inglaterra y Bélgica, por lo que su primer partido puede ser con cualquiera de ellos.

“Fue una gestión de varias semanas, la verdad tuvimos contra tiempos y se hicieron distintas actividades ante personajes políticos, del gobierno y empresarios, tuvimos que botear en Chilpancingo, Tierra Colorada, Ocotito, rifas, los padres ya quedaron endeudados y si recibimos ayuda y hubo quienes nos cerraron la puerta pero lo importante es que la gestión se hizo y lo logramos”, dijo Pureco Leyva.

“Esta es una participación única e histórica”, agregó.

El camino para llegar a Marruecos

El Epefut-Ocotito es una escuela de futbol dirigida por Pureco Leyva, que comenzó a ganar diferentes torneos locales, regionales y nacionales.

Para ganar el pase a Rabat, y representar a México, jugaron cerca de 30 partidos, en la mayoría salieron victoriosos.

En la competencia nacional quedaron en el tercer puesto, pero una serie problemas administrativos y técnicos imposibilitaron a los dos primeros lugares a obtener el pase al mundial.

Ahora 18 jóvenes del Ocotito, Tierra Colorada, Zoyatepec, La Palma, Palo Gordo y Mazatlán, comunidades rurales de la zona Centro de Guerrero, representarán a México en un torneo mundial de futbol.

Estos poblados se ubican entre Chilpancingo, capital de Guerrero y Acapulco; comunidades que en los últimos años es asediada por la violencia ocasionada por distintos grupos delictivos.

Aún con estas dificultados 20 personas de Ocotito quieren hacer historia y representar a México a nivel mundial. Son 18 jugadores y dos integrantes de cuerpo técnico, que lograron en un mes, juntar cerca de un millón de pesos para cubrir los gastos de traslado, hospedaje y alimentación.

Integrantes de Epefut-Ocotito buscaron en el Congreso local apoyo económico para asistir al un mundial estudiantil de futbol en Rabat, capital de Marruecos, en África. Foto: Óscar Guerrero

Contenido patrocinado por el Congreso del estado de Guerrero 

Barra Feminista: rompiendo techos de cristal desde la tribuna

La Barra Feminista nació en el contexto de la pandemia y se ha mantenido como un espacio seguro para las mujeres que aman el futbol 


Texto: Adrianelly Hernández / Lado B

Fotos: Cortesia Barra Feminista

Ciudad de México

La lluvia no silenció las consignas ni ahuyentó a las camisetas moradas que comenzaron a reunirse en la explanada del Estadio Azteca. Sobre Calzada de Tlalpan, cientos de personas corrían entre charcos y puestos atestados de camisetas americanistas, en medio de aquello estaban ellas, decenas de mujeres con lienzos y banderas moradas, algunas con playeras amarillas, pero todas con un común denominador: ser la Barra Feminista, ese grupo que nació en el contexto de la pandemia y se ha mantenido como un espacio seguro para las mujeres que aman el futbol.

Dentro del estadio, las banderas feministas de la Barra ondeaban en la parte baja de la cabecera norte, el espacio que el club América destinó a este grupo de animación. El futbol sin violencia ganó terreno en una noche histórica. «¡Ahí están las de la Barra Feminista!», «se alcanza a ver el ‘si gana una, ganamos todas’», se escuchaba decir en las gradas, entre las más de 58 mil personas que acudieron a la cita entre Águilas y Tuzas para la gran final.

La invitación de América, la apertura a una afición sin violencia

El pasado 5 de junio se estableció un nuevo récord de asistencia en el futbol femenil mexicano: 58 mil 156 personas presenciaron el segundo campeonato de América, en un contundente 4-2 sobre las Tuzas del Pachuca. Entre las asistentes se encontraba la Barra Feminista, un grupo de mujeres que surgió en 2020 para apoyar a las jugadoras, un apoyo sin distinción de colores, pero con el objetivo de enfatizar que la sola presencia de mujeres en las canchas es hacer añicos otro techo de cristal, de esos que frenan su desarrollo en distintos ámbitos.

Lo especial de la presencia de la Barra el pasado 5 de junio fue que por primera vez un club, en este caso el América, abrió las puertas para que acudiera al partido como grupo de animación, una meta alcanzada si se considera que en distintos estadios ha sido señalada o se ha obstaculizado su presencia.

«El acercamiento con América se dio mediante un correo electrónico que enviamos a Claudia Carrión, le dijimos qué hace la Barra y le contamos las complicaciones que tuvimos la final pasada para poder estar juntas por la numeración de los boletos, lo que complicó nuestra logística (…) la intención de este proyecto es el acompañamiento seguro en los espacios, lo que implica que estemos todas juntas y no siempre podemos hacerlo», explicó Pilar Tlatempa, una de las coordinadoras de la Barra, quien narró cómo se acercó a la directora deportiva de las Águilas del América.

“Al día siguiente recibimos una llamada por parte de Sandra, la encargada de ‘grupos y porras’ del club y nos comentó que estaban interesadas en que América Femenil tuviera su propia afición y abrirle la puerta a otro tipo de aficiones”, añadió Pilar.

Ella y el resto de coordinadoras de la Barra Feminista lanzaron la convocatoria mediante los chats privados del grupo, para poder organizar a quienes se sumarían a esta invitación, la primera que un club les ha hecho en poco más de tres años de existencia, por lo que también representó un reto.

La experiencia para las integrantes de la Barra es descrita como positiva, sobre todo porque pudieron estar en conjunto y disfrutar de un futbol sin violencia, tal como lo explican los principios del grupo; no obstante, el contexto sigue dejando en duda cuánto falta por hacer para cambiar el concepto que se tiene de las aficiones y sobre todo de las barras en el futbol, así lo explica Pilar:

“Nos toca reflexionar qué tipo de relación queremos tener con los clubes, porque aunque Claudia y Sandra entienden cuál es la esencia y el objetivo de la barra, a nivel estructural, las barras y porras somos vistas como peligrosas, por ende, los protocolos de seguridad terminan siendo violentos, como el hecho de estar rodeadas de granaderas, la revisión exhaustiva al entrar al estadio, medidas extremas que toman con las personas equivocadas (…) entendemos que esta lógica apela a las prácticas violentas de las barras y grupos de animación en los últimos años, pero tocará dialogar para que estos protocolos puedan modificarse con base en las características de cada grupo, como en este caso nosotras”.

A tres años de la Barra Feminista

«Es que no pueden entrar como Barra», fue el comentario que recibieron en el Estadio Olímpico, el 14 de marzo de 2020, cuando acudieron organizadas por primera vez a un juego de la Liga MX Femenil, al Pumas contra Cruz Azul del torneo Clausura 2020, que además era el primero de las universitarias en el estadio, sin embargo sí les permitieron la entrada en grupo  y, aunque las mandaron a la parte alta del recinto, ese fue el histórico día de su debut.

En medio de aquel juego, la Barra Feminista lanzó  sus primeras consignas: “¡futbolista, hermana, aquí está tu manada!”, “¿en dónde están, en dónde están los directivos que van a pagar igual?”, mensajes que llamaron la atención del resto de asistentes y de medios de comunicación que retomaron su presencia:

“Desde minutos previos al partido se podía observar a diversas mujeres que portaban en las muñecas el símbolo de la lucha feminista, es decir, el icónico pañuelo verde”, publicó el portal ContraRéplica; “Colectivo feminista se manifiesta en juego de la Liga MX Femenil”, tituló Mediotiempo.

Luego del debut la pandemia detuvo al futbol femenil durante varios meses y la presencia de afición en los estadios. Sin embargo, cuando fue posible el regreso, la Barra Feminista se encontró con que ingresar en grupo a las tribunas no sería sencillo. La imposibilidad de que las integrantes se sentaran juntas, el no poder mostrar lienzos con consignas feministas o portar la camiseta morada que las identifica fue una constante.

Y es que sin conocer cuál es la dinámica de la Barra Feminista (futbol sin violencia y apoyo sin distinción de colores), las autoridades de los distintos estadios del país toman medidas bajo el precepto de que una Barra representa conflicto y violencia, aunque estas mujeres lo combatan.

En el estadio Nemesio Díez, para el partido entre México y Puerto Rico del 12 de abril de 2022, la seguridad impidió que varias integrantes de la Barra entraran con sus camisetas moradas, les pidieron cambiarlas o cubrirlas con chamarras. ¿La razón? No pudieron explicarlo, no con algún reglamento o artículo que lo estipulara, pues aunque la Liga MX tomó medidas a partir del altercado entre barristas de Gallos y Atlas en el estadio Corregidora de marzo de ese año, la aplicación en casos de futbol femenil quedó incierta.

Otra situación vivida en el Estadio Hidalgo fue impedir que mostraran sus lienzos, los cuales tienen frases como “si gana una, ganamos todas”, “barra feminista”, “futbol sin violencia”, no obstante, el cuerpo de seguridad decidió vigilarlas, con el prejuicio de que algo violento podría suceder.

Por otro lado, no solo son los cuerpos de seguridad de los estadios los que obstaculizan la presencia o expresiones de la Barra Feminista, también han recibido agresiones verbales o abucheos por parte del resto de la afición, que al verlas con colores distintos a sus equipos, las considera enemigas, además de que la presencia de un grupo de mujeres en un territorio considerado masculino, como el futbol y los estadios, es señalado y visto como ajeno.

Avanzar con el mismo latido del feminismo

Shelma Cerrillo es parte de la Barra Feminista prácticamente desde su primera aparición. La describe como una comunidad segura en la cual las mujeres pueden compartir su afición por el futbol, pero donde también se comparten valores e ideologías relacionadas con la exigencia de mejores condiciones para las jugadoras.

Gracias a una invitación por whatsapp, Shelma pudo integrarse al chat privado, donde se comparte información y se organizan las idas a los estadios. “Vi a la Barra Feminista en el Estadio Olímpico el 14 de marzo, cuando las escuché gritando consignas que me hacían sentido y las vi con sus pañuelos verdes y playeras moradas, me sentí identificada, yo llevaba una manta, porque aún tenía el ímpetu de la marcha del 8M que había sido días atrás; me sentí identificada por la exigencia de mejores salarios y porque se nombraron feministas (…) ese día me acerqué y me uní a sus porras, ese es mi primer recuerdo con ellas”.

Acerca de la invitación de América al Estadio Azteca, Shelma destaca que les favoreció el no tener complicaciones para entrar juntas al partido. “Esto ayudó a que otras compas se animaran a ir con nosotras porque buscan un espacio seguro y eso buscamos en la Barra”. Para Shelma, la invitación del club azulcrema es un logro, ya que al estar juntas, sus voces pudieron escucharse más. “No solo nuestras voces, sino los mensajes, los cuales queremos que lleguen a más personas, la única forma de conseguirlo es teniendo cada vez más mujeres en la Barra, más presencia en los estadios”.

Sobre las sensaciones de vivir esta experiencia en el Azteca, con el récord de asistencia y en una final inédita, Shelma lo cuenta así: “es indescriptible, sucedió en uno de los estadios más importantes a nivel mundial, en una final inédita, por primera vez con una final de vuelta en Cdmx, también fue nuestra primera vez haciendo nuestras banderas (…) fue muy emocionante, me quedo con un gran sabor de boca, aunque hay otras cosas que hay que reflexionar”.

Shelma se refiere a lo mencionado anteriormente por Pilar: la seguridad extrema, el que encapsulen a las barras con granaderas y también que al estar en la zona de grupos de animación, se encontraban junto a la Monumental y a la Imparable (grupos de apoyo a América Femenil), pero al no compartir las mismas prácticas, se sintieron en riesgo.

“Nosotras gritamos consignas a favor de ambos equipos, eso puede incomodar a las barras locales, por apoyar a las rivales (…) festejamos el gol de América y también el de Pachuca y eso es algo que la gente no lo entiende tan fácil (…) aunque éramos un gran número, no era tan fácil hacernos escuchar, ya que las otras barras eran más grandes, hasta cierto punto, pensamos que puede llegar a ser peligroso convivir con ellas”.

Hackear el concepto de ‘barra’

El concepto de ‘barra’ se refiere a un grupo de personas que comparte ciertas características, que apoya a un club y que, por lo tanto, se considera un colectivo.

Además de ello, distintas líneas de investigación social señalan que las barras encarnan lo que la sociedad identifica como transgresiones, vandalismo y conductas fuera de la norma, lo que incluye actos violentos y agresivos contra “el otro” o “la otra”, es decir, aquellas personas que no son “de mi equipo”.

Sin embargo, la Barra Feminista va en contra de todo ello, y aunque usa el concepto de ‘barra’, es un hackeo a la palabra para demostrar que se puede ser barrista sin caer en la necesidad de humillar o violentar a quien está enfrente.

De acuerdo con autoras como Luisa Miranda, Ingrid Urrego y Diana Vera, las barras entran en el imaginario social como un espacio de identidad colectiva, cuyas expresiones son simbólicas y en las que no hay respeto por la diferencia, es decir, existe una enemistad o rivalidad hacia ‘el otro’, en este caso, el equipo de frente y su afición, lo que suele generar actos de violencia, pero la Barra Feminista ‘hackea’ este concepto y si bien dentro de ella hay mujeres que apoyan a América, Pumas, Chivas, Pachuca, Rayadas o Tigres, pueden convivir sin inconvenientes porque el objetivo del colectivo es apoyar a todas las mujeres que participan en el futbol.

“La esencia de la Barra Feminista es generar un espacio de sororidad, un espacio seguro, donde hay empatía por la otra, por las rivales, un espacio en el que se busca apoyar a las futbolistas, resaltar las desigualdades no solo salariales sino de las condiciones que tienen, la esencia de este grupo es de lucha y unión”, lo explicó Shelma Cerrillo.

La Barra Feminista ha venido a cambiar el paisaje de la afición al futbol femenil y a resignificar el concepto de barra, para alejarlo del prejuicio de violencia y humillación a las rivales, para convertirlo en un lugar en donde “otro futbol es posible”.

 

Esta nota fue publicada originalmente en LADO B, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original.

 

Lupita, la campeona de las artes marciales de Chilpancingo en la ruta de títulos internacionales

La primera vez que peleó era una niña de tres años: hacía sparring (peleas de entrenamiento) en las salas donde entrenaba a otros jóvenes su padre. Dos años después participó en su primer torneo de artes marciales en Veracruz, donde ganó después de derrotar a todos sus adversarios, la mayoría niños. 


Texto y fotografía: Carlos Navarrete Romero

Chilpancingo 

 

Lupita Soto tenía tres años la primera vez que se puso los guantes, cinco cuando participó en su primer torneo de artes marciales y entre 13 y 14 cuando impartía su primera clase de Kung Do Lama. Ahora que tiene 29 años ya es cinturón negro tercer grado en Kung Do Lama y cinturón azul en Jiu Jitsu brasileño. Antes fue campeona nacional de Full Contact (2013) y subcampeona de Shootfighting (2016) y busca conquistar el Campeonato Nacional de Artes Marciales Mixtas de los próximos días en Monterrey, Nuevo León.  

De conseguir este último título significaría la posibilidad de Lupita de representar a Guerrero y a México en torneos internacionales de artes marciales.

Lupita es originaria de Chilpancingo, es la tercera de cuatro hermanos (un hombre y tres mujeres) en una familia donde todos practican Kung Do Lama, una arte marcial mixta creada por el mexicano Rigoberto López y de la que su padre, Silvestre Soto Contreras, es precursor en Guerrero. 

La primera vez que peleó era una niña de tres años: hacía sparring (peleas de entrenamiento) en las salas donde entrenaba a otros jóvenes su padre. Dos años después participó en su primer torneo de artes marciales en Veracruz, donde ganó después de derrotar a todos sus adversarios, la mayoría niños. 

Estaba habituada a combatir contra niños. En los 90, la presencia de mujeres en los deportes de contacto era mínima y los entrenamientos y peleas de Lupita casi siempre fueron con varones, incluso más grandes, lo que le permitió desarrollar habilidades para enfrentar a personas más altas, pesadas y corpulentas. 

Lupita recuerda que por ser mujer muchos de sus adversarios minimizaron su habilidad y fuerza durante las competiciones, lo que, al principio, le generó malestar, después le sacó ventaja. Porque no hay nada más errado que un advesario confiado.

“Siempre me pasaba que en los torneos los niños se ponían atrás de mí, porque como era niña pensaban que me iban a ganar, pero se llevaban su sorpresa. Era parte del bullying por ser niña, a veces me hacían caras o decían cosas, yo me acuerdo que me daban ganas de llorar, pero mi hermano o mis papás me decían que tenía que aguantar. Así que cuando yo entrenaba mi papá me hacía caras y me sacaba la lengua, lo hacía para prepararme mentalmente, para que eso ya no me afectara, y sí me sirvió”, comparte en entrevista.

Con 26 años de experiencia en las artes marciales es difícil llevar la cuenta de todas las peleas y todos los triunfos, pero son muchos. En cada competencia ha logrado un lugar en el podio; tiene medallas y trofeos de sobra. 

En 2019 llegó al segundo lugar del ranking nacional femenil de peso mosca, en la categoría de avanzados, posición que le permitió ser seleccionada para el campeonato Panamericano que se celebraría en 2020 en Cancún, sin embargo éste fue cancelado por el confinamiento de la pandemia por la Covid-19.

Este año retomó el camino de las competencias, ahora en busca de representar a México y a Guerrero en las ligas internacionales de Artes Marciales Mixtas (MMA por sus siglas en inglés).

El año pasado intentó mantenerse en el ranking, que es la antesala de cualquier torneo internacional, pero por  falta de patrocinadores y apoyo gubernamental no pudo participar en el Torneo Nacional de MMA que se celebró en Monterrey, lo que le hubiera permitido defender su puntaje.

Hoy dice sentirse en excelente forma para recuperar su posición, por lo que participará en el Campeonato Nacional que se llevará a cabo en Monterrey entre el 24 al 26 de junio.. Hace unos días publicó un video en sus redes sociales pidiendo apoyo de patrocinadores a fin de solventar los gastos que implican su preparación física.

“He estado trabajando duro, he estado entrenando fuerte, me siento fuerte, me siento segura, voy contra personas que son experimentadas, pero en lugar de que eso me haga sentir con miedo o desmotivada, me siento con ganas de poner en práctica todo lo que he estado entrenando. Estoy muy emocionada de regresar a la competencia y poner otra vez al estado en un buen lugar”, comenta.

La evidente buena condición física y mental de Lupita no es casualidad. En su preparación la acompañan un entrenador físico, un psicólogo deportivo, un nutriólogo y un profesor de artes marciales.

 

La disciplina también ha jugado un papel importante: todos los días inicia su entrenamiento a las ocho de la mañana. Durante casi cuatro horas realiza ejercicios enfocados a deportes de contacto para mejorar la técnica y la fuerza de sus golpes, perfeccionar sus derribes y manejar la explosividad, muy necesaria en las MMA. Para a las 11:30 horas.

Por la tarde retoma sus ejercitación desde otta posición. De cinco de la tarde a ocho de la noche es maestra de Kung Do Lama de estudiantes desde los cuatro hasta los 30 años, y de las nueve a las 22:30 horas entrena Jiu Jitsu brasileño. A veces le agrega una hora más de combate con costal.

De ganar el próximo Campeonato Nacional en Monterrey, Lupita pelearía contra la actual campeona para disputarse la representación del país en el siguiente Campeonato Panamericano o algún otro torneo internacional. 

La siguiente competencia es muy importate para Lupita no sólo por el título, porque el triunfo le interesa más allá. De ganarlo su historia serviría de inspiración para que más mujeres ingresen a las filas de las artes marciales.

“Es necesario que haya más niñas, más mujeres inmersas en este deporte, porque a veces tienden a pensar que una mujer que hace artes marciales pierde su feminidad, pierde cosas estéticas y para nada, una puede ser fuerte sin perder la estética que la hace mujer. Buscamos ser un punto de referencia para que ellas puedan ver que las mujeres pueden estar en ese tipo de eventos”, agrega.

Lo que debe saber Lupita es que ella ya es una referencia.

Te puede interesar: Emilio Barrera continúa tejiendo la tradición del rebozo

Avispones: De la tragedia del 2014 a la gloria

Texto: Arturo de Dios

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo 

 

No pudo ser de otra forma. En el límite. En la muerte súbita: en el noveno penal. Hasta la última oportunidad Avispones logró el ascenso a la Segunda División del fútbol profesional en México.

No pudo ser de otra forma, por la simple razón que no conocen otra: la adversidad es algo endémico en este equipo. Este miércoles el juego fue trepidante, Avispones rozaron la victoria y en minutos la derrota les siguió los pasos. Casi todo el primer tiempo lo fueron ganando 2-0, hasta que en los últimos minutos Real Ánimas Sayula, de Jalisco, anotó para reducir la ventaja.

Comenzó la segunda parte y el visitante se fue con todo; vinieron los errores de Avispones. El equipo jalisciense anotó su segundo gol y empató, después el tercero y tomó ventaja. Los de Chilpancingo se desinflaron. El equipo se desorganizó. Comenzó la desesperación: pases equivocados, llegadas sin intención. En el minuto 54 en el área de Real Ánimas Sayula el árbitro marcó penal. La oportunidad esperada para recuperar algo de lo perdido: que el partido, por lo menos, se fuera al alargue.

El número 10 de Avispones, Jesús Dávila, El Killer, tomó el balón, lo colocó en el manchón penal, dio algunos pasos hacia atrás, tomó impulso y pateó. Lo voló. La oportunidad se perdió y el tiempo se convirtió en el rival más peligroso.

En el minuto 80 en un contragolpe de Real Ánimas Sayula el balón pegó en el travesaño. Avispones se salvó de lo que pudo ser el final.

“¡Se necesita un milagro!, ¡se necesita un milagro!”, gritó el narrador en la transmisión en vivo que realizó la agencia de noticias Irza en las redes sociales.

En el minuto 86, el árbitro marcó una falta a metros del área de Real Ánimas Sayula. El portero de Avispones dejó su portería y se fue a arrematar.

“Esperemos que llegue el milagro”, dijo el narrador sin muchas esperanzas.

36 segundos después se cobró el tiro libre: el balón atravesó el área rival y apenas un rozón fue necesario para que el gol llegara. El empate. El alargue. Una nueva oportunidad.

En ese momento en el estadio todo fue estrepitoso: todos se levantaron, gritaron, festejaron.

“¡Milagro!, ¡milagro!”, lanzó un grito desgarrador el narrador.

El tiempo concluyó y llegaron los penales. Como dicen los clásicos todo quedó a la suerte. Al error.

La serie comenzó. El 10 de los visitantes tiró y anotó. Luego vino el 10 de Avispones, también anotó. Se redimió. Volvió a anotar el visitante. El número 16 de los locales tomó el balón, lo colocó, se preparó y disparó; lo tiró a media altura y el portero atajó. Otra vez la angustia. Otra vez la adversidad. Otra vez la posibilidad de perder.

Llegó el cuarto penal de la serie regular. El número 29 de Avispones, Santiago Flores, un niño de cuerpo escuálido, de 15 años, se paró frente al balón. Miró la portería, se arregló las calcetas con calma, como si no fuera un momento definitivo. Volvió a mirar la portería, se quedó parado. Dio unos pasos hacia atrás y con calma se fue acercando a la pelota. Disparó. Gol. Engañó al portero.

El último disparo. El portero de Avispones tomó el balón, disparó y anotó. Vino Real Ánimas Sayula, si lo anotaba todo terminaba. La ilusión del ascenso de Avispones se podría derrumbar. La hazaña se quedaría a un paso.

El número 8 de los visitantes se paró frente al manchón penal. El portero de Avispones no había atinado ningún penal.

“Ya no eres La Bestia de los penales”, reclamó el narrador al portero por no haber parado ninguno.

El 8 se encarreró, disparó y el balón se fue a un lado. Avispones volvió a librar la derrota.

“!Milagro! ¡milagro!”, volvió a gritar el narrador.

No fue un milagro, pero sí fue suerte porque el portero no tuvo necesidad de meter las manos.

La serie regular terminó, quedaron empatados: 4-4. Vino la muerte súbita, en cuanto llegara el primer error todo se terminaba. Siguieron cuatro disparos más, hasta que el número 9 de Real Ánimas Sayula falló, el portero —que en ese momento pocos confiaban— se estiró por completo y metió el manotazo.

De nuevo todo estaba en manos de Avispones. De nuevo una oportunidad. Otra vez la victoria se asomaba: si lo metía lograban el ascenso por primera vez en sus 34 años de historia.

“La Bestia hizo lo suyo, pero hay que meterla”, gritó de nuevo el narrador con la garganta amarrada.

El número 4 de Avispones tomó el balón, es sus pies tenía, tal vez, la última oportunidad.

“Vine Edson, el de Azoyú. Cinco, cuatro, tres, dos, uno…goool”, enloqueció el narrador. Enloqueció el estadio.

Avispones a la Segunda División.

Este partido fue la metáfora perfecta de lo que es el equipo Avispones. La adversidad, la angustia, el sufrimiento. El ir de tras. De que un milagro los salve. De que en el último momento logren el objetivo.

Llegar hasta ahí para Avispones no fue sido nada fácil. Recorrieron un camino sinuoso dentro y fuera de la cancha. Lo más complicado estuvo fuera del campo de juego: en las últimas 36 semnas el rival más letal al que se enfrentaron fue la incertidumbre.

El sábado pasado perdieron la final del Grupo A de la Tercera División ante Deportiva Venados de Yucatán. La final del Grupo B fue entre Mazorqueros y Real Ánima de Sayula. Este miércoles jugaron por un tercer boleto para el ascenso entre los dos subcampeones de los dos grupos.

La asistencia de Avispones a la final en Yucatán estuvo en riesgo: hace unos días no tenían el dinero suficiente para los boletos de avión, el hospedaje y los alimentos de los jugadores, el equipo técnico y los directivos.

Al final se logró. Los diputados le entregaron 100 mil pesos para los boletos de avión y a través de colectas y donativos juntaron el resto.

“¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué tuvieron que pasar 36 semanas para que nos volvieran a ver? ¿Acaso necesita hacer uno algo extraordinario para que lo volteen a ver?, reclamó el director técnico de Avispones, Arturo Juárez Molina a los diputados locales que ese jueves que les ofrecieron un desayuno como despedida hacia la final que jugó en Yucatán.

En diciembre, les dijo el Juárez Molina, estuvieron apunto de dejar la liga por falta de dinero.

Pero esa no es la primera vez que les pasa. Hace tres años, Avispones estuvo a punto de quedar fuera de la liga por falta de dinero para pagar la inscripción y el registro de los jugadores.

Esa vez el equipo salió a las calles de Chilpancingo a botear para recaudar fondos y juntar los casi 200 mil pesos que le exige la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) como inscripción en esa categoría.

La falta de dinero está relacionado con hechos de violencia.

El primero ocurrió hace casi ocho años. La noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, cuando policías municipales y delincuentes atacaron el autobús donde viajaba el equipo de regreso a Chilpancingo, más de cien tiros quedaron marcados en la carrocería.

Esa noche Avispones ganaron 3 a 1 al equipo de Iguala, los jugadores regresaban contentos por su victoria. Sin embargo, en Iguala había una persecución armada contra los normalistas de Ayotzinapa.

Cuando iban por el cruce de Santa Teresa, armados y policías municipales les dispararon sin piedad. Asesinaron a David Josúe García Evangelista, un niño de 13 años. Esa noche no jugó, estaba todo planeado para que debutará el siguiente fin de semana. También asesinaron al chofer del autobús, Víctor Manuel Lugo Ortiz. Miguel Ríos Ney, otro jugador, se salvó porque su padre lo sacó de la maleza para llevarlo a un hospital.

Después de esa noche, la FMF dictaminó que ningún ayuntamiento podría ser el dueño de una franquicia de un equipo de fútbol de Tercera División. Entonces se constituyó una organización civil para que administrara.

El ayuntamiento de Chilpancingo dejó de hacerse cargo del equipo y limitó su participación a apoyos.

El otro hecho de violencia ocurrió apenas hace tres años. El 22 de mayo 2019, el presidente del equipo Marco Iván Rodríguez Navarrete fue hallado muerto, con señas de tortura sobre la carretera Tixtla-Chilpancingo, después de haber estado desaparecido dos días.

Rodríguez Navarrete se había convertido en el gestor del equipo.

Avispones desde hace tiempo funciona en los límites, hace unos años, por ejemplo, un jugador que vive en Chilpancingo gana 500 pesos quincenales; mientras que los foráneos, los que vienen de otros municipios cobran mil pesos, que incluye su pago, más su hospedaje y su alimentación.

“Muchas veces no tenemos qué ofrecerle a los chavos, muchos nos cuestionan que el equipo tiene 30 años y no sube de categoría, pero la razón es que mientras no se le invierta no habrá posibilidad de crecer”, explican los integrantes de la asociación civil.

La incertidumbre económica se traduce en incertidumbre deportiva, muchas veces por la falta de condiciones, los jugadores, sobre todo los foráneos, se ven obligados a desertar, a dejar el equipo a media temporada.

Por esa razón siempre buscan registrar a más de 30 jugadores, para que en media temporada el equipo no se desarme.

Avispones no tiene estadio; juegan en el Polideportivo de Chilpancingo, que es propiedad del gobierno de estado, pero todo lo que ingresa cuando juega el equipo cada quince días en entradas y en la venta de bebidas, nada se les queda.

“Es momento de celebrar, esto demuestra que en Guerrero sí queremos salir adelante, sí queremos triunfar, pero en nuestra realidad es muy difícil, sin apoyo es muy complicado”, dijo el narrador en un tono mezclado de alegría, coraje, nostalgia.

Y sí, es momento de celebrar, porque pronto volverá la incertidumbre y la adversidad a Avispones.

Te puede interesar: Con música, baile y poesía dicen no a la privatización del parque Pezuapa

Pasan Avispones a la final en trepidante partido

Texto: Jesús Guerrero 

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

Los Avispones de Chilpancingo que desde hace 30 años participa en la liga de tercera división profesional de fut bol pasó por primera vez a una final del torneo regular al vencer en un trepidante partido a su similar Guerreros de Dios con un marcador de dos a cero.

El marcador del uno cero lo abrió el mediocampista avispón, Ángel Mata en el minuto 31 del primer tiempo.

Los más de dos mil aficionados que llenaron las graderías de las tribunas estallaron en júbilo cuando el espigado jugador logró vencer al portero de Los Guerreros de Dios con un fogonazo que se anido en las redes.

Con cuando menos otras tres oportunidades de gol que tuvo Los Avispones y algunos destellos del equipo contrario de la Ciudad de México terminaron los primeros 45 minutos del primer tiempo y otros tres minutos más de compensación que otorgó el árbitro central.

El segundo tiempo empezó igual de trepidante. La afición de los Avispones cantaba, gritaba y aplaudía.

La escuadra de la Ciudad de México salió al terreno de juego con una misión imposible: Igualar el marcador y meter otros dos goles para pasar a la final.

Y es que en el primer partido que se celebró en su estadio en la Ciudad de México Los Avispones les ganaron con un marcador de uno a cero.

Casi en el minuto 70 cuando faltaban 20 minutos para que el partido concluyera, el jugador con el número 10 Jesús Dávila recibió un pase en el área chica del equipo rival, driblo con maestría futbolística a un defensa y lanzó un zapatazo raso, fuerte y colocado.

La locura nuevamente estalló en las tribunas.

El marcador final quedó dos a cero a favor de Los Avispones en este segundo partido.

Los Avispones esperan el ganador de los otros dos semifinalistas entre Los Delfines de Veracruz y el Yucatán.

La esperanza que cundió entre los aficionados de Los Avispones es de que ahora sí, después de 30 años, de sinsabores y de la tragedia de septiembre del 2014, este equipo podrá estar en la segunda división de ascenso de fut bol profesional.

Salir de la versión móvil