Este relleno sanitario millonario, ubicado en linderos de Tixtla, fue declarado listo por las autoridades municipales de Chilpancingo para que en un mes comience operaciones, pero existe una oposición que prevé contaminación en los mantos acuíferos, mientras en el municipio otra vez se agotan las opciones para tirar la basura
Texto y Foto: Margena de la O
Matlalapa
Viernes 21 de marzo del 2025
Después que el ingeniero reposara todo su peso, que es de unos 60 kilos, en la piedra que puso bajo su pie y sobre la geomenbrana del vaso del nuevo relleno sanitario donde Chilpancingo depositará la basura que se genere en la ciudad, quedó incrustado uno de los picos de la roca que pocos antes tomó del suelo.
Fue solo la primera prueba rápida y comenzó a dudar de la calidad de los materiales usados en la construcción del relleno sanitario que el Ayuntamiento de Chilpancingo prevé comenzar a operar en un mes en tierras de Matlalapa, que pertenece al municipio de Tixtla.
Afianzó sus dudas tempranas conforme avanzó en el recorrido porque, además, notó que en ninguna parte de esa lámina impermeable que cubre la celda está la marca de fabricación ni los números de su grosor, datos relevantes para confiar en la calidad de los materiales, según explicó.
El ingeniero civil tiene experiencia en la revisión de la calidad de los materiales que usan para construir los rellenos sanitarios, porque a esto se dedica de manera profesional, y por la conexión que tiene con Matlalapa, su padre es originario del lugar, ofreció su experiencia para hacer una evaluación rápida sobre el nuevo relleno sanitario que, de acuerdo con el secretario de Medio Ambiente, Cambio Climático y Sustentabilidad Municipal, Tulio Ismael Estrada Apática, cumple con todas las normas. En este texto se guardará la identidad del ingeniero para evitar alguna afectación profesional.
El recorrido que hizo el ingeniero por el perímetro de la celda ocurrió este miércoles 19 de marzo a mediodía. Lo acompañaron Reyes Duarte y Alberto Cantú, integrantes del grupo de personas que han declarado de manera pública su oposición contra la operación del relleno sanitario porque creen será generador de contaminación en la zona.
Sospechan que los lixiviados de la basura contaminarán los mantos acuíferos de los que se surten o benefician habitantes de Matlalapa y otros puntos de Zumpango, cabecera de Eduardo Neri. Creen que el relleno sanitario, hasta ahora una celda, es insuficiente para la cantidad de basura que genera Chilpancingo, lo que significaría otro problema en un corto tiempo, porque los residuos podrían derribarse hacia las barrancas que están inmediatas al margen del vaso.
El relleno sanitario está ubicado en terrenos de Matlalapa, que pertenece a Tixtla, y está ubicado a un kilómetro de distancia del margen de la carretera de cuota que va de Chilpancingo hasta la cabecera de ese municipio vecino.
Fue planteado como un proyecto intermunicipal que incluye a Tixtla, Eduardo Neri y Chilpancingo, pero en realidad fue pensado para depositar los desechos solo de la capital del estado, ahora que el basurero a cielo abierto del Huiteco ya está saturado después de ocho años de operación, aun cuando estaba previsto para tres, de acuerdo con lo que reportaron en su momento autoridades municipales. Este basurero comenzó a operar en 2017.
El relleno sanitario de Matlalapa y la oposición al proyecto no son un caso nuevo, lleva años en controversia.
Los antecedentes del proyecto
El relleno sanitario de Matlalapa fue contemplado desde el periodo del exalcalde Mario Moreno Arcos (2012-2015) como un proyecto intermunicipal en un espacio que compraron a un particular del municipio de Tixtla, pero no avanzó porque siempre hubo oposición.
El exalcalde Marco Antonio Leyva Mena (2015-2018) lo retomó y hasta sumó funcionalidades al proyecto, como una planta de separación de residuos sólidos, un rastro, una central de abastos y un parque.
Pero el Cabildo de Tixtla, en ese entonces encabezado por el alcalde Hossein Nabor Guillén, se opuso a la realización del relleno sanitario porque carecía de certezas de que no contaminaría el ecosistema, incluidos los mantos acuíferos. A esa postura estaban sumados habitantes del pueblo de Matlalapa, como Reyes Duarte, que desde entonces está en contra del proyecto.
Todo esto, documentado en la prensa local, detuvo el proyecto, lo que complicó la situación en Chilpancingo porque el basurero municipal de La Cinca, ubicado al sur de la ciudad, estaba agotado; su tiempo de vida fue prolongado por muchos más de lo establecido. El ayuntamiento lo clausuró en enero de 2017 por una orden judicial, porque el descontento de los vecinos, afectados por los malos olores, creció al grado de oponerse a que siguiera en operaciones.
El cierre del basurero y, a la vez, la negación a abrir Matlalapa, generó un problema con la basura en la ciudad porque no había dónde depositarla. La gente sacó las bolsas llenas de residuos a la calle por varias días hasta convertirlas en un basurero improvisado. El periodo de Leyva Mena como alcalde es recordado por ese episodio de desagrado.
Ese mismo año fue abierto un basurero provisional a cielo abierto en un predio del Huiteco, una localidad de Chilpancingo pero conecta con Matlalapa. A este basurero, de acuerdo con lo publicado por los medios locales de comunicación en ese entonces, las autoridades no le daban más de tres años, pero a estas alturas, ocho años después, sigue en operaciones.
Desde la carretera de cuota Chilpancingo con Tixtla se ve cómo la basura vomita en lo alto de un cerro. Es el basurero del Huiteco que está lleno.
El actual gobierno municipal celebra que ya está listo el relleno sanitario de Matlalapa para que comience a funcionar en un mes. “Es un relleno sanitario que tiene todas las características que debe de tener tanto del orden del medio ambiente como en salud”, dijo el alcalde Gustavo Alarcón Herrera en una entrevista.
Continúa el recorrido guiado por el relleno sanitario
Recorrer a la redonda el margen de la celda con la que comenzaría a operar el relleno sanitario no llevó ni cinco minutos, lo que expone dimensiones regulares, pero el secretario de Medio Ambiente, Cambio Climático y Sustentabilidad Municipal informó que ese espacio tiene viabilidad para unos seis años.
Es decir, es el tiempo que les llevaría en llenar –con los procedimientos incluidos– la celda con los residuos que se generan en la ciudad. El terreno es mucho más amplio, de acuerdo con el secretario son 97 hectáreas en total, pero la celda ocupa un espacio menor.
Si en la ciudad generan hasta 450 toneladas de basura diarias, según los datos de Servicios Públicos Municipales, área encargada de la recolección de basura, el ingeniero que recorre el nuevo relleno sanitario calcula que el vaso de la celda estaría lleno en dos o tres meses. Sus comentarios fueron a partir de lo que observó en el lugar, porque al igual que Reyes y Alberto, no conoce el proyecto formal del gobierno municipal.
“La verdad le vemos inviabilidad, primero en lo económico, porque creo que es un relleno muy pequeño que se va saturar rápidamente y habría que saber si es viable en lo que se está gastando por el poco tiempo que va a durar (…). Si son 400 toneladas de basura que se generan al día en Chilpancingo, en un lapso de tres meses ya se estará empezando a saturar”.
Conocer el proyecto y todos los permisos ambientales son parte de las exigencias que los opositores han planteado en las conferencias de prensa que ofrecieron en la ciudad de Chilpancingo, pero Estrada Apática comentó que nunca han acudido a su oficina para mostrárselos. Aseguró que cuenta con toda esa documentación que tampoco facilitó.
El alcalde informó que el relleno sanitario debió significar un costo entre 15 y 17 millones de pesos. Aclaró que no tiene precisiones porque el proyecto involucró a más administraciones, entonces, “no tenemos toda la información”. Mínimo 15 millones de pesos para uso por unos meses, según la versión del lado de los opositores o unos seis años, según la de autoridades.
Conforme el ingeniero recorría la celda en el relleno sanitario notó que el terraplén, o sea el margen que rodea el hueco o el vaso donde depositarán la basura, es angosto, de entre 1.10 y 1.20 metros. La función del margen sería contener la basura después que el espacio esté lleno para evitar un desborde.
En este caso, como el margen es angosto y la profundidad del vaso de regular, no ofrecería mucho espacio adicional. Inmediato al margen está una barranca, donde podrían ir a dar los residuos si la celda queda saturada, adelantó el ingeniero.
En ese momento intervinieron Reyes y Alberto con la sospecha de que ese podría ser un plan oculto del proyecto e insistieron en la exigencia de que el relleno sanitario no opere en la zona por la contaminación que provocaría.
Otro aspecto en el que han puesto énfasis los opositores es que los lixiviados (líquidos tóxicos) de la basura contaminen los mantos acuíferos porque, según Alberto, en la zona hay mucha agua.
Como parte del proyecto del relleno sanitario, en el lugar hay un deposito o pila de lixiviados conectada al interior del vaso para drenar los líquidos tóxicos de la basura.
A juicio del ingeniero el contenedor es un tanto pequeño, pero independiente de eso, planteó otra interrogante: qué pasará después con los lixiviados, como desconoce el proyecto no sabe si contemplan el cárcamo de rebombeo para que estos líquidos regresen a los residuos mediante un tratamiento (descomposición bacteria) y convertirlos en composta. Explicó que sería lo óptimo.
Planteó otros tantos aspectos en este punto: “No sabemos en el fondo del vaso qué va a llevar para amortiguar la caída de la basura, para que no esté directamente con la geomembrana, ya que la basura trae pedazos de escombros, varillas, botellas, acrílico lo que en su momento podrían perforar la geomembrana y hacer coladeras por donde se filtre el lixiviado”. Este aspecto cobra relevancia porque nunca localizó la marca de la geomembrana, lo que le dejó dudas sobre su calidad.
La tensión
Aun cuando todo está listo para que comience a funcionar el relleno sanitario para depositar la basura que se genera en Chilpancingo, de acuerdo con las autoridades municipales, el grupo de opositores al proyecto advirtieron que no permitirían su operación, porque, insistieron, quieren evitarse un problema a corto plazo; consideraron que el lugar pronto estaría lleno de basura.
Para el secretario ese escenario que plantearon los opositores no pasará, porque el proyecto contempla otros programas orientados a la recolección y separación de la basura que hasta ahora no existen. La basura llega sin separar hasta el basurero, solo algunos recolectores separan el pet al momento de recoger los residuos.
Mencionó que como nunca antes el proyecto fue cuidado, porque cumple con todas las normas ambientales y de salud.
Planteó que antes la mayoría de los tiraderos en el estado abrieron de manera inadecuada y no entiende por qué ahora con este proyecto hay tanto desacuerdo. Acusó a los opositores de conducirse mediante un interés, pero nunca explicó de qué tipo.
Estableció una diferencia entre un basurero y un relleno sanitario, que estriba en los procesos sobre el manejo de los residuos. El proyecto de Matlalapa, aclaró, es un relleno sanitario que garantiza seguridad en el manejo de los residuos.
En la ruta de establecer cuáles son las diferencias, dijo, por ejemplo, que el Huiteco es un basurero que en su momento fue observado y que ahora quedó rebasado, por ende, representa contaminación.
Con esto planteó también la urgencia de que comience a operar el nuevo relleno sanitario, pero eso todavía es una moneda al aire.