Ella es Rosio Sánchez, una mexicana que pone el nombre de su país muy en alto. Ha cocinado con los más grandes chefs del mundo y su taquería, La Hija de Sánchez, es un sitio obligado en Copenhague, Dinamarca. Conoce la historia de esta implacable cocinera mexicana.
¿Quién es Rosio Sánchez?
La mexicana que domina Dinamarca con su increíble propuesta gastronómica, descubre quién es esta implacable chef/ VISA WOAP
Desde hace varios años que esta mexicana ha dado mucho de qué hablar. Aunque nació en Chicago, sus padres de origen mexicano, siempre le inculcaron el amor por México y su comida.
Rosio ha destacado por ser una cocinera con una trayectoria muy exitosa, trabajó en el mítico restaurante danés NOMA, del chef René Redzepi. La mexicana se destacó en su estadía como una implacable Jefa del Área de Pastelería.
Lo que la llevó a ser muy valorada por el chef danés y a convertirse en una de las mejores en su área. Al poco tiempo, decidió cambiar de rumbo, lo que la llevó a ofrecer en el país escandinavo, algo que muy pocos conocían, auténtica comida mexicana.
Una exitosa empresaria y cocinera mexicana en Europa
Con 5 proyectos en curso, la mexicana se ha convertido en una sorprendente empresaria que está dominando la escena gastronómica de Copenhague/ Cantina Hija de Sánchez
Tanto fue su éxito en NOMA, que en poco tiempo abriría su primer proyecto “La Hija de Sánchez”, una taquería mexicana, la cual se convirtió en uno de los favoritos del público danés.
A pesar de no ser un restaurante tradicional de Dinamarca, hoy en día, Hija de Sánchez está considerada como una parada obligada en Copenhague. Aquí Rosio se encarga de preparar todos aquellos antojitos que más extraña de México.
Con un talento y creatividad desbordantes, prepara los tacos más tradicionales de México, pero con un giro especial que solo ella podría ofrecer.
Seguro ya conocías la increíble trayectoria de esta famosa chef, conoce un poco más de su trayectoria profesional/ Anders Hursa
Abierto desde el 2015, esta taquería enaltece el valor de los ingredientes regionales y la relevancia de respetar el producto. Es por ello, que importa gran parte de sus productos desde Oaxaca, especialmente el maíz, porque un buen taco debe tener una buena tortilla.
Actualmente, la mexicana tiene 5 negocios vigentes. Convirtió a la comida mexicana en una efectiva fórmula de negocio en Dinamarca. La chef Rosio Sánchez evolucionó para convertirse en una exitosa empresaria que ofrece un pedacito de México, aunque sea a mordidas.
¿Qué ofrece una taquería mexicana en Dinamarca?
La taquería Hija de Sánchez es un recorrido a través de la gastronomía contemporánea de México. Un acercamiento a los ingredientes y técnicas mexicanas para que los comensales puedan vivir una experiencia lo más auténtica posible.
En sus taquerías, la chef mexicana busca utilizar productos de calidad por encima de todo/ Hija de Sánchez
La elaboración de tortillas es uno de los mayores retos para cualquier restaurante mexicano en Europa. La importación de maíz mexicano es esencial para que puedan disfrutar de tortillas recién hechas.
La chef Rosio Sánchez lleva su taquería al máximo nivel, no es un lugar convencional, es la oportunidad de disfrutar comida mexicana con un toque de modernidad.
En la Hija de Sánchez no te puedes perder los tacos al pastor, también están los de barbacoa, frijoles y arroz, col asada y por temporada, de carnitas. Para acompañar un buen taco, una michelada o un agua de jamaica.
¿A qué se debe el éxito de Rosio Sánchez en Dinamarca?
Apostar por el uso de productos mexicanos y la autenticidad de las recetas, ha sido parte del éxito de Rosio Sánchez. Conseguir productos de calidad y utilizar técnicas que le permitan equilibrar entre tradición y modernidad, también ha sido clave.
Estas son las taquerías mexicana que están dominando Copenhague/ Hija de Sánchez
Presentar parte de la cocina tradicional mexicana pero con una mirada fresca y muy moderna, ha llamado la atención del público danés. Además de ocupar algunos de los ingredientes locales y más apreciados por los comensales europeos.
Rosio Sánchez es la prueba de que los mexicanos pueden lograr el éxito en cualquier parte del mundo. Llevar la auténtica comida mexicana ha sido un gran éxito, sin importar que sea a miles de kilómetros de México.
Una cocinera implacable que demuestra año con año, no sólo sus habilidades culinarias, sino también su gran capacidad para crecer y convertirse una exitosa empresaria.
Madres que luchan contra la violencia vicaria, integrantes de la colectiva Madre Yo Sí te creo se manifestaron frente a Ciudad Judicial para visibilizar sus historias y extender un pliego petitorio dirigido a las y los jueces que llevan sus expedientes.
Entre los juzgados señalados se encuentra el Juzgado Quinto de Distrito en Materia Civil en el Estado de Jalisco con residencia en Zapopan, el Juzgado Sexto de Distrito de Amparo en Materia Penal en el Estado de Jalisco con residencia en Puente Grande, la Sexta Sala del Supremo Tribunal del Estado de Jalisco y el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito.
Reconocen que la autoridad judicial ha fallado en ofrecerles a ellas y a sus hijas e hijos justicia pronta y expedita, con perspectiva de género y centrada en el interés superior de la niñez. Situaciones que, denuncian, las deja en la indefensión y expuestas a la violencia de sus agresores vicarios.
Sara, Noemí Antón y Alejandra Benitez forman parte de Madre Yo Sí te creo, colectiva en Jalisco que reúne a por lo menos 60 mujeres que luchan contra la violencia vicaria en el estado. La mañana de este martes se manifestaron a las afueras de Ciudad Judicial para poner en evidencia a las autoridades judiciales -federales y estatales- responsables de llevar sus casos y los de sus hijas e hijos, pero que han fallado en garantizarles justicia pronta y expedita.
“Cansadas de pasar por tantas instituciones sin obtener justicia” expresaron las integrantes de esta colectiva, reunidas leyeron su pliego petitorio en el que reclaman procesos judiciales que cumplan con la aplicación de una “auténtica perspectiva de género”, así como, centrada en el interés superior de la niñez.
“Que se juzgue con una auténtica perspectiva de infancia, velando por los derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, y se entienda que están separando a las infancias de sus madres sin tener algún elemento para justificar estas acciones” manifestaron como el punto número uno de su lista.
Historias como la de Sara, dejan en evidencia los patrones de impunidad, violencia institucional y patriarcal que ejerce el sistema de procuración de justicia para las mujeres que son víctimas de violencia vicaria en detrimento de sus derechos y sin garantizar la protección de las infancias que se encuentran en riesgo. Además de las prácticas violentas que los agresores vicarios siguen ejerciendo en contra de estas mujeres ante la complicidad que otorga la omisión y negligencia de jueces, juezas, magistrados y magistradas.
Sin fundamentos legales en su contra, las autoridades de justicia determinaron, en 2023, que Sara no podía tener a sus hijos, por lo que, le fueron entregados a su ex marido por un periodo de ocho meses. Este tiempo fue suficiente para que el progenitor consiguiera la custodia de los menores de edad.
Meses más tarde, a finales de 2023, Sara se vio obligada a “negociar” con el padre de sus hijos y cediéndole la propiedad que ambos habían comprado en el matrimonio, logró que le permitiera verlos nuevamente. Sin embargo, de manera maliciosa este hombre la denunció por el delito de sustracción de menores, pese a haberse tratado de un acuerdo en común. “Después de un feliz reencuentro con su madre en la playa” refiere la colectiva, sus hijos le fueron arrebatados una vez más en las instalaciones de Ciudad Niñez.
Este hombre intentó “conciliar” y a cambio de retirar la denuncia le pidió 30 mil pesos, lo que no sucedió.
Sara sólo ha visto a sus hijos una vez cada semana durante los últimos 17 meses en el Centro de Convivencias, mientras que, es su ex marido quien mantiene un proceso abierto por violencia familiar reclasificada a equiparada, “ni esto ha sido suficiente para proteger a los menores y regresarlos al hogar que tenían al lado de su madre”, reclama la colectiva.
Más de un año después, el 19 de abril de 2024, Sara obtuvo una sentencia a su favor, que dicta que la custodia de sus hijos le debe ser restituida, pero a nueve meses de esta determinación no se ha cumplimentado.
“Es fecha en que no se resuelve el recurso de revisión ni se reintegran los menores al hogar materno donde ellos tenían su vida, su rutina escolar y eran bien atendidos” advierten en su pronunciamiento.
A través de su pliego petitorio, las integrantes de esta colectiva han exigido alto a la revictimización que existe hacia las infancias dentro de las instituciones que deben de protegerles:
“Que nuestras hijas e hijos dejen de ser revictimizados en las instituciones que deberían protegerlos y garantizarles estar en un hogar sano y libre de violencia” señalan en el punto dos.
A ellas les queda claro lo que a las autoridades no: estas infancias, que son sus hijas e hijos, deben tener acceso a la justicia sin demoras y sin obstáculos, para evitar que se les exponga a más entornos de violencia. Y es que, como lo han denunciado en múltiples ocasiones:
“Que se entienda que los menores están siendo sometidos al mismo dominio y violencia psicológica que fue usada contra las mujeres cuando estuvieron en la relación de pareja” advierten en el punto cuatro de su pliego petitorio.
Para estas madres, es vital que las autoridades encargadas de garantizarles la justicia lo hagan con perspectiva de género, pues les resulta “inaudito” que progenitores que mantienen denuncias penales en su contra por violencia queden a cargo de sus hijas e hijos. Es inverosímil, refieren, que el Estado considere que son las personas más aptas para la guarda y custodia de estas infancias.
Prueba de este patrón reiterado de parte de las autoridades de justicia es el caso de Noemí Antón, quien para 2022 había presentado varias denuncias por violencia en contra de su ex pareja y padre de sus hijos, quienes en ese momento tenían 1 y 2 años de edad.
Pese a las denuncias, este sujeto de nombre Carlos “N” la atacó en la vía pública, como una represalia. La lesionó con una navaja en el cuello, la fosa renal y la mano. A decir de la colectiva, “al ser paramédico de profesión, él sabía que estas heridas son graves y ponen en riesgo la vida”. Escapó del lugar después de que Noemí activara el pulso de vida que llevaba consigo.
Carlos “N” se encuentra en prisión preventiva y, si bien, el delito por el que fue detenido y encarcelado corresponde al de feminicidio en grado de tentativa, la Sexta Sala del Supremo Tribunal del Estado de Jalisco, a través del Toca 564/2022, decidió reclasificar a lesiones.
“Si se permite que el delito se reclasifique como lesiones, se reduciría la pena al agresor de Noemí y aumentaría la impunidad a delitos graves como éste, dando a los agresores luz verde para continuar ataques de este tipo, aunque las amenazas incluyan a dos menores” reclama Madre Yo Sí te creo.
Tras la reclasificación, Noemí decidió iniciar un juicio de amparo (497/2023) ante el Juzgado Sexto de Distrito de Amparo en Materia Penal, pero le fue negado. “Actualmente el Segundo Tribunal Colegiado encargado de la revisión de amparo 119/2024 determinó reponer este último juicio de amparo, en dicho Juzgado Sexto de Distrito De Amparo en Materia Penal” explicó la colectiva.
No obstante, frente a estos procesos abiertos, denuncia Noemí, Carlos “N” le sigue amedrentando y amenazando por medio de mensajes. En estos le advierten que su integridad y la de sus hijos están en riesgo.
“Que se tomen en cuenta los antecedentes de violencia los cuales fueron en aumento; las denuncias previas, ya que no fue la primera vez y observar que los mecanismos de protección, restricciones y hasta el pulso de vida no detuvieron las agresiones; es intento de feminicidio, no lesiones” señalan en el punto número seis de su pliego.
Finalmente, Alejandra Benitex denunció en 2022 a su expareja por violencia familiar y, como represalia, el hombre decidió interponer una demanda en su contra haciendo uso de mentiras, para obtener la custodia provisional de sus hijos. Ya que estas presiones no surtieron efecto, cinco meses después fue demandada nuevamente, “yo no retiré la denuncia penal en su contra, la cual era la condición para que me retirara las dos demandas y tener un acuerdo de custodia compartida” explica Alejandra.
La violencia avanzó, pero la justicia no. Su ex pareja le negó ver a su hijo durante un mes entero y la obligó a pagarle una pensión alimenticia. Luego de un año, en octubre de 2023, las autoridades judiciales determinaron resolver a favor del padre de su hijo, otorgándole la custodia definitiva e incluida en ésta la asignación del pago de gastos y costes y pensión alimenticia definitiva con retroactivo. Esto sin tomar en cuenta que ella ya llevaba un año pagando al progenitor.
Alejandra apeló la determinación ante la Cuarta Sala del Supremo Tribunal del Estado y falló a su favor, no obstante, su expareja interpuso un amparo, aludiendo que éste es violatorio de los derechos de un menor de 11 años.
“Si vieran por los derechos del menor, resolverían de una vez” señaló Alejandra.
Los casos de Sara, Noemí Antón y Alejandra Benítez, afirma la colectiva Madre Yo Sí te creo, exponen la realidad de cinco niñas y niños en estado de riesgo, tres de ellos separados de sus madres de manera innecesaria y dos que pudieron perderla “en manos del que se dice su padre”.
“La justicia no es pronta ni expedita, estos tres casos llevan de 2 a 3 años, mientras los únicos que ganan son los abogados que se aprovechan de procesos judiciales dilatando las resoluciones cuando son a favor de los menores y sus madres. Así mismo, los progenitores demuestran que son capaces de levantar denuncias, interponer demandas y dañar el vínculo madre-hijo con tal de tomar venganza en contra de nosotras, las madres, lastimándonos con lo que más nos duele: nuestros hijos, nuestra libertad y nuestra integridad”.
“Hoy levantamos la voz por todas y todos, porque los hijos de una son los hijos de todas. Dejamos constancia de que mamá está aquí, mamá no te abandonó, mamá te ama y mamá no se rinde”, concluyeron.
Este trabajo fue elaborado por ZonaDocs, que forma parte de Alianza de Medios a la cual pertenecemos y es publicado con su autorización.
Rosa Velia Salazar, artesana y líder en Yameto, Sinaloa, transformó su vida tras superar la violencia familiar. Con creatividad, pesca y artesanías de conchas, sacó adelante a sus hijos y su comunidad. Reconocida por su talento, enseña y lucha por mejorar su entorno. Inspiración y resiliencia.
Texto: Redacción Espejo
Foto: DE MEMORIA Y VERDAD: HISTORIAS DESDE LA PESCA
Viernes 29 de noviembre del 2024
Chilpancingo
Rosa Velia Salazar Garay vive en Yameto desde hace 46 años. Llegó en plan de trabajo y ahí se quedó. Hace manualidades para ayudar en el sustento económico de la familia. Su creatividad es reconocida en su comunidad y en las comunidades aledañas. Las conchas son sus mejores aliadas para hacer lo que le gusta.
Tras sufrir violencia familiar, decidió separarse y sacó a sus 7 hijas e hijos adelante. Entre la naturaleza, encontró una oportunidad buscando las conchas más hermosas que estuvieran a su paso y después convertirlas en hermosas creaciones, sabe que pocas personas saben valorar el esfuerzo que implica hacer las artesanías, pero eso ya no la desanima.
Al inicio intentó hacer bisutería, pero no era suficiente y se enseñó a pescar, le empezó a vivir mejor, pero con carencias; le prestaron una casa de lámina rota a la que le entraba el agua y por las noches sin un abanico les picaban los moscos. La pesca le dio para ir mejorando el espacio y sus hijas e hijos empezaron también a pescar tiburón para ayudarla.
Un día una promotora cultural del DIF, Chayito, la invitó a que se capacitara para hacer artesanías, no lo dudó y agarrándose de la riqueza que hay a su alrededor, asistió a la capacitación. Después empezó a ser un apoyo a las maestras que daban capacitaciones y se daban cuenta de su voluntad de aprender y participar.
Un día después de un taller le reconocieron su empeño y la invitaron a trabajar como tallerista, su trabajo era reconocido entre aplausos por su capacidad de compartir conocimiento, esa fue su iniciación en las artesanías. Fueron varias las comunidades que recorrió compartiendo su talento y lo que iba ganando le servía para ella y su familia.
Se considera una mujer humilde, pero sabe que el resto de la comunidad la considera a ella una gran maestra. Con más de 50 diplomas acumulados, sigue luchando con gusto por lo suyo. Ese fue un paso para escapar de la violencia familiar y su ex esposo que también vive en Yameto, ha visto su progreso y cómo lo comparte con sus hijas e hijos.
Su trabajo ha sido expuesto en otros lugares y a Baja California fue a compartir su experiencia. En su infancia vivió en una cueva en el cerro con su familia y se bañaba en el río, por lo que ha sabido apreciar los avances; sin embargo no cambiaría como vivió por “la vida recia” que hay ahora”, de pequeña no le tocó comer comida chatarra y ahora no piensa hacerlo.
Su papá y mamá eran de un ranchito llamado Villa Unión, en Durango, cuidaban unas cabezas de ganado y su paga era leche, se recuerda en un burro cuidando las vacas. También cuidaba frijoles. Sabe que en su familia hicieron lo que pudieron para sacar adelante a ella y sus 13 hermanas y hermanos, enseñando valores, pero con carencias afectivas y materiales.
Trabajó como cuidadora de una adulta mayor en la ciudad de Durango, con eso logró comprar libros y pagarse los pasajes a la escuela. Su desayuno era un pedazo de tortilla y un vaso de leche; su comida un camote tatemado y leche; en la noche una calabaza con leche. En temporada de elotes, le tocaba comerlos.
En la secundaria empezó a llevar una carrera comercial, no le gustó la contabilidad porque necesitaba el idioma inglés. Al huir de ese estudio, se vino a Sinaloa. En Dautillos le recomendaron que fuera a Yameto, porque necesitaban a alguien en la primaria, por lo que le presentaron un maestro que la llevó a Conafe. Ya tenía cuatro hijas e hijos, pero los dejó en otra comunidad en donde los cuidaban.
Le juntaron como 20 niñas y niños y empezó a trabajar. Le pagaban poco, pero la apoyaron con hospedaje, ella estaba en plan de trabajo, aunque solo le duró 2 años. Después le dieron la oportunidad con adultos mayores, también por 2 años. De maestra comunitaria, brincó a la pesca. Conoció a su nueva pareja y se iban a mar alto a trabajar.
Rosa sacaba tiburones hasta cuando estaba embarazada, en el primer día sacó 7 tiburones. Se enseñó a pescar botete, camarón y jaiba. Remendó las tarrayas que se rompían. Ya de grande y separada de su pareja, sus hijos la empezaron a acompañar al mar; a la fecha, sus hijos también pescan.
Cuando llegó a Yameto era un paraje sin casas de materiales sólidos, no había agua, luz ni caminos que conectaran. Las casas las hacían de zacate, tejían el mangle y las hacían paredes. Había canoas y no pangas.
“No se sufría”, dice de los buenos tiempos de la comunidad, cuando creció la población y se podía vivir del mar. Los programas empezaron a apoyar con lanchas, motores y la vida fue mejorando, las casas se hacían de madera, porque había más recurso económico y les llegó una planta de luz. “Luego fue un ranchito, no un paraje”.
Para hacer las obras de su comunidad, Rosa fue pionera en la lucha, todo inició con 40 pies de casa, luego el dispensario médico, iglesia, comedor comunitario y todo por lo que trabajó arduamente. Se le unieron sus hijas, fue cuando lograron la pavimentación y la toma del agua, antes se bañaban con agua de los canales.
Se siente realizada y sigue trabajando por cumplir sus sueños, desea que haya un espacio en el que personas adultas mayores y niñas y niños en situación de calle puedan vivir. La drogadicción y deserción escolar, es algo que lamenta ver y le preocupa. Quisiera también que se mejore el camino a la comunidad.
Hasta la fecha va a trabajar en ocasiones en la almeja y el ostión. Con orgullo se dice artesana, como Jesucristo que trabajaba la madera con sus manos. La mayor satisfacción es compartir su conocimiento para hacer figuras con conchas. Enseñar y participar, su parte favorita de vivir una vida que le costó conseguir y ahora agradece.
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Este es un trabajo fue hecho por Espejo, que forma parte a la Alianza de Medios a la cual pertenecemos.
Texto: Amapola Periodismo
Foto: Redes
Martes 30 de julio de 2024
Chilpancingo
El bloqueo por más de 24 horas que la autollamada policía comunitaria La Tecampanera mantuvo en la carretera federal Iguala-Ciudad Altamirano, a la altura de Teloloapan, para exigir al gobierno la búsqueda de varias personas que fueron secuestradas, presuntamente, por la organización criminal La Familia Michoacana (FM), fue desalojado la madrugada de este martes 30 de julio por la Guardia Nacional, el Ejército y la Policía Estatal, informó el gobierno estatal.
En el operativo, hubo 20 detenidos que no pertenecen a la autodefensa, informaron fuentes de la propia policía comunitaria.
El subsecretario de Asuntos Políticos y Sociales de la Secretaría General de Gobierno, Francisco Rodríguez Cisneros, afirmó que desde la una de la mañana de este martes la vía federal está despejada.
«Ya se encuentra despejada tanto la vía federal Iguala-Ciudad Altamirano como la vía estatal Teloloapan-Apaxtla; y hay un fuerte presencia de la Secretaría de la Defensa Nacional, de la Guardia Nacional, Policía Estatal. Y los bancos, tiendas departamentales han reiniciado sus actividades a partir de este martes», aseguró el funcionario estatal.
Desde el lunes 29 de julio, las autodefensas de La Tecampanera cerraron la vía e impusieron un toque de queda en Teloloapan, debido a que, aseguraron, se espera la incursión a esta zona de La Familia Michoacana.
La Tecampanera denunció que la FM privó de su libertad a cuatro trabajadores de una empresa gasera de Teloloapan el 19 de julio en el municipio vecino de Ixcateopan.
Líderes de la autodefensa de Teloloapan, señalada de tener vínculos con el grupo criminal La Bandera (antes Guerreros Unidos), también atribuyó a la FM el ataque con drones explosivos a las comunidades de El Terrero, Nuevo Sendero, La Laguna, Guadalupe y El Arenal.
A raíz del ataque, unas 90 familias de esas localidades se desplazaron a la cabecera municipal de Teloloapan, en donde desde hace una semana duermen en una casa de un empresario.
Versiones extraoficiales dieron a conocer que durante el desalojo en las dos vías, las fuerzas federales y estatales detuvieron a 20 integrantes de las autodefensas.
El lunes 29, los comercios de todos los giros comerciales, de Teloloapan, así como oficinas de los gobiernos estatal y municipal, sucursales bancarias y tiendas de autoservicio cerraron debido a que se esperaban enfrentamientos entre los policías comunitarios y la FM.
Los transportistas también suspendieron el servicio.
De acuerdo con fuentes oficiales, los líderes de la Tecampanera fueron los que ordenaron la paralización de todos los servicios en Teloloapan.
Como parte del “Plan C”, la presidenta electa Claudia Sheinbaum respalda llevar a la Constitución la prohibición del maíz transgénico blanco.
Texto: Animal Político
Foto: Archivo Amapola Periodismo
“La soberanía alimentaria sin siembra de maíz transgénico” es una de las metas del siguiente sexenio. Para lograrlo, la administración de Claudia Sheinbaum planea fijar en la Constitución –mediante una de las reformas que integran el “Plan C”- la prohibición para sembrar y producir maíz transgénico para consumo humano.
En México hay más de 64 especies de maíz, pero existen dos variedades principales: blanco y amarillo. El primero se produce exclusivamente para el consumo humano, y lo podemos encontrar en las tortillas que comemos cada día. Mientras que el amarillo se destina al procesamiento industrial y a la alimentación animal.
El maíz transgénicoes un maíz al que se le inserta un gen, de otro organismo vivo, —comúnmente de una bacteria—, para que adquiera características que naturalmente no podría tener como tolerancia a la sequía o tolerancia a herbicidas como el glifosato.
Por ello, su siembra en el país es considerada por los especialistas como un riesgo, pues puede contaminar y modificar los genes de los maíces nativos existentes en México.
La reforma adherida al Plan C contempla prohibir la siembra del maíz blanco y amarrillo transgénico en suelo nacional, y permite unicamente la importación de maíz amarillo transgénico para consumo animal.
La postura es idéntica al decreto presidencial emitido en febrero de 2023 por Andrés Manuel López Obrador. Solo que en esta ocasión, pretende llevarlo a la Constitución.
“Todo el maíz blanco (de México) no es transgénico y va a seguir siendo no transgénico. La dieta de los mexicanos seguirá siendo derivado de maíz producido aquí en México”, dice en entrevista con El Sabueso Julio Berdegué, agrónomo mexicano y próximo secretario de Agricultura y Desarrollo Rural
“Tenemos 64 razas de maíces nativos, son nuestros ancestros… ese maíz criollo o nativo a nosotros nos interesa mucho ayudar con políticas públicas a que las comunidades lo sigan cosechando, produciendo y consumiendo”.
Riesgo de sembrar maíz transgénico en México
El riesgo de sembrar maíz transgénico, según especialistas consultados, consiste en que todavía se tiene un conocimiento muy limitado sobre las consecuencias de mezclarlo genéticamente con maíces criollos, ya que pueden existir variaciones en las especies, ocasionando pérdida de calidad y propiedades de manera irreparable.
“Algunos genetistas han encontrado que el gen que determina esa característica, ese sabor al pinole, tiene una frecuencia génica del 0.02%, es muy bajita, esa frecuencia génica dominada por otros genes como un transgénico pueden hacer que desaparezcan esos genes (del pinole)”, explica Carlos Ávila Bello, profesor investigador de la Universidad Veracruzana, y quien ha centrado sus estudios sobre el maíz en la Sierra de Santa Marta en Veracruz.
Inclusive podría desaparecer el teocintle —el familiar silvestre del maíz —, cuyos genes comúnmente son utilizados en investigaciones y desarrollos científicos para mejorar el maíz en aspectos de calidad nutritiva, resistencia a enfermedades, entre otras cosas.
En cuanto al consumo humano, se sabe de la posibilidad de que la semilla transgénica pueda ocasionar alergias o toxicidad, o resistencia a antibióticos, como el caso del maíz transgénico de la marca Starlink en Estados Unidos.
Para usar una semilla transgénica se debe de importar de países como Estados Unidos, Argentina o China, donde producen empresas como Monsanto, Syngenta, Dupont, Bayer Cropscience, y Dow, por lo que se dependería de empresas extranjeras para realizar la producción.
Además, implica el uso de la tecnología del glifosato, un herbicida que se ha documentado puede ser absorbido por las mazorcas e incluso se pueden encontrar restos suyos en los derivados del maíz, como tortillas, totopos y frituras, cuenta Carlos Ávila Bello, profesor investigador de la Universidad Veracruzana
Maíz blanco en México
Actualmente en México no se siembra maíz blanco transgénico, solo maíz blanco nativo en diferentes regiones, que implica una siembra a nivel del mar o hasta los 3 mil metros de altura.
Productores de Estados Unidos, en el marco del Tratado de Libre Comercio, intentaron ingresar el maíz blanco transgénico al mercado nacional, pero se dio la prohibición presidencial de 2023.
El promedio anual de producción de maíz blanco nativo es de 27 millones de toneladas, de acuerdo a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader). Con esta producción, el país es casi autosuficiente para el consumo humano.
El año pasado (2023), México sólo compró 490 mil toneladas de maíz blanco a otros países para abastecer el consumo interno del país.
Bajo el contexto de autosuficiencia, Julio Berdegué, agrónomo mexicano y próximo secretario de Agricultura y Desarrollo Rural celebra el decreto de López Obrador y asegura que la siguiente administración está 100% de acuerdo en la prohibición, además de descartar que la transgenia sea la única tecnología que el país podría emplear para mejorar la calidad del maíz. Tecnología que actualmente no es implementada en el consumo local.
Maíz amarillo transgénico seguirá llegando a México
El maíz amarillo transgénico no será sembrado en el país, pero sí podrá seguir siendo importado para alimentar ganado, como aves y cerdo, y para usos industriales como producción de aceite y almidón, pues México esté lejos de ser autosuficiente en producción, según Julio Berdegué.
“Nos interesa incentivar la produccion de maiz amarillo en nuestro pais, que será no transgénico, para ir reemplazando todo lo que son importaciones”, apunta.
En el país solo se produce maíz amarillo nativo, con un promedio anual de 15 millones de toneladas. Y en entidades como Yucatán, en su península, las comunidades tienen la particularidad de consumirlo para la producción de sus tortillas.
México adquiere en promedio anual otras 19.7 millones de toneladas más de maíz amarillo —estos sí transgénicos—, de los cuales 88.7% provienen de Estados Unidos, detalla el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA ).
Se prevé que, para finalizar el 2024, México tenga una disminución en su importación y sea un total de 14 a 16 millones de toneladas de maíz amarillo transgénico.
Aunque no se produzca maíz amarillo transgénico, su transportación a lo largo del país implica un riesgo de contaminación a las especies nativas, pues el polen puede terminar en los campos de cultivo que se ubican a lado de las carreteras, apunta Rafael Ortega Paczka, ingeniero agrónomo y académico de la Universidad Autónoma de Chapingo,
Este riesgo ha permanecido por más de 30 años, pues desde la década de 1990 se ha dado preferencia a la importación de este tipo de maíz.
“Nosotros tuvimos autosuficiencia en los años de 1970, luego durante el sexenio de Carlos Salinas comenzó a ser más barato importar el maíz amarillo que sembrarlo, por eso se descuidó. Ahora enfrentamos varios problemas, aumentó la población, ha habido nuevos usos para el maíz y las grandes superficies de las mejores tierras donde se sembraba el maíz, en el Valle de México, en la llanura de Guadalajara, en el Valle de Toluca, el Valle de Puebla, están sepultados por ciudades”, explica Paczka.
¿Qué alternativas existen al maíz transgénico?
La empresa Monsanto mantuvo una demanda durante cuatro años frente a un decreto presidencial en México —que actualmente no está vigente— y que buscaba prescindir del glifosato y del maíz transgénico blanco y amarillo.
Entre sus alegatos, Monsanto aseguraba que una semilla transgénica tiene asegurada su calidad y puede cosecharse en situaciones adversas dentro de una masiva producción de un solo cultivo. Incluso, usuarios en redes sociales retomaron los dichos de dicha empresa para defender el uso de la transgenia, y “obtener productos de calidad”.
Pero la transgenia no es algo que se permita en la siembra de productos básicos con facilidad a lo largo del mundo. Por ejemplo, la Unión Europea no ha permitido que se siembren trigos transgénicos, y ni Japón ni China permiten la transgenia en el arroz.
Berdegué es optimista y considera que además de la prohibición constitucional en México, la transgenia será superada por otro desarrollo científico que muestre menos consecuencias negativas. “Yo creo que de aquí a unos años más, en algunas décadas, debe ser una tecnología superada”, asegura.
Carlos Ávila Bello, profesor investigador de la Universidad Veracruzana y quien ha centrado sus estudios sobre el maíz en la Sierra de Santa Marta en Veracruz, explica que no es necesaria una tecnología futurista para comenzar a mejorar el maíz, pues ya existen alternativas nacionales con las que se puede trabajar.
“La base mundial para el mejoramiento genético es una raza de maíz mexicano, que se llama tuxpeño, ese es un maíz de alta producción, que ha sido la base para el mejoramiento genético no transgénico, tradicional, que no le mete genes extraños al maíz… y se pueden hacer programas públicos con los pueblos originarios para estudiar”, apunta como una propuesta de solución.
Además de la transgenia y uso de semillas nativas, existe otra tecnología, se trata de las semillas híbridas. Estas consisten en la mezcla de dos variedades de maíces y cuya combinación puede hacerse de manera manual o artificial.
Ejemplo de producción manual de semillas híbridas, de acuerdo al Manual de Greenpeace.
En el mercado de México se disponen de estas semillas híbridas, algunas son producidas en el centro de investigación del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y garantizan altos rendimientos.
Sin embargo, las semillas híbridas producidas por marcas comerciales despiertan la sospecha entre campesinos.
“Hemos visto que quienes adoptan la siembra de maíces híbridos que provienen de (transnacionales) no pueden sembrar el siguiente año, la semilla ya no germina… sospechamos que tienen una tecnología que hace años llamamos terminator, esa tecnología lo que hace es amarrar al productor al mercado, (cada cosecha) ya no tiene la semilla y tiene que comprar de nuevo”, cuenta Ávila.
Gobierno quiere investigar genes del maíz para cosecha en condiciones extremas
Aunque en las últimas décadas no ha existido un considerable apoyo a la investigación del maíz, para mejorar su calidad y producción, la próxima administración asegura que pretende realizar estudios sobre los maíces nativos del país.
“A nosotros nos interesa mucho sobre los estudios de los maíces criollos en los ámbitos nativos en dos aspectos; uno la investigación desde las ciencias sociales, para entender mejor cómo esas comunidades cuidan, conservan, seleccionan, utilizan esos maíces, y también nos interesa mucho la investigación biológica, genética y agronómica para entender esa enorme diversidad genética de las especies”, dice Berdegue.
El próximo secretario de Agricultura todavía no tiene en mano datos sobre un posible presupuesto o detalles de cómo harán posible la investigación del maíz en México, pero asegura que el reto será investigar los genes de cada uno de los 64 tipos que hay en el país.
“Cada una de esas razas pues tiene un genoma, un contenido genético y no lo conocemos, conocemos la puntita del iceberg, cuando yo te digo es un tesoro de diversidad genética, bueno, ¿en qué consiste ese tesoro exactamente? ¿Habrá genes para las altas temperaturas? ¿En cuál de las razas? ¿Habrá genes para las sequías? ¿Habrá genes para nuevos usos como los farmacéuticos?, cuestiona Berdegué.
Pretende que los resultados de las investigaciones sobre el maíz sean de dominio público. “Que sean propiedad de la nación mexicana y de las comunidades indígenas que han construido esos maíces, y no pueda ser un conocimiento que pueda ser apropiado por alguna empresa que viene, colecciona semillas y utiliza esos genes para uso privado-particular”, asegura.
Tezquitzin, ropa artesanal, es un negocio familiar de prendas para vestir y bisutería hechas a mano por personas originarias de Chilapa y sus alrededores.
La tienda se ubica en Chilpancingo y va a cumplir cinco años de vestir a niñas, niños, hombres y mujeres del estado, del país e incluso del extranjero.
Cada una de las prendas son confeccionadas, bordadas o pintadas por alrededor de 10 personas que laboran en Tezquitzin.
Una ingeniera civil creó este emprendimiento. Se trata de Mariela Morales Román, de 27 años. Mariela emprendió este negocio en el año 2019 cuando una persona le encargó cinco camisas elaboradas en la región Montaña baja, sin embargo, las prendas nunca las recogieron por lo que se tuvo que quedar con ellas.
En esas fechas ella no había planeado tener su propio negocio, pero como las camisas no las usaría y ya había invertido en ellas, decidió ofrecerlas a través de Facebook en los grupos de venta.
Sin saberlo aún, en ese momento, inició un negocio que le cambiaría su futuro en el ámbito económico y laboral.
De las cinco camisas que le habían encargado y que no recogieron vendió unas piezas y otras le quedaron, pero la gente le empezó a preguntar sobre otras prendas diferentes, así fue como a Mariela le surgió la inquietud de emprender, además su familia y ella saben confeccionar, bordar, elaborar bisuterías y eso era un plus que le ayudaría en su negocio.
El primer año realizó las ventas en línea, pero al siguiente decidió abrir un local para que la gente que le compraba tuviera más confianza y existiera la posibilidad de que pasaran los clientes a ver de manera física las prendas.
Otro motivo que la llevó a dar ese paso fue que se convirtió en mamá y quiso darse un respiro para ella y para su hijo ya que en el lugar que laboraba como ingeniera civil le demandaba mucho tiempo.
A diferencia de muchos negocios, Tequitzi no cerró sus puertas en la pandemia, al contrario, de acuerdo con Mariela, tuvo muchas ventas, pero se efectuaron en línea y exportó muchas piezas a Estados Unidos, lo que le permitió no cerrar su local.
Las redes sociales, principalmente Facebook, fueron de gran ayuda para que su negocio creciera, mucha gente la contactó por ese medio para conocer más acerca de sus prendas, le preguntaban acerca de vestidos para quince años o para novias, de blusas y accesorios y fue así como agregó nuevos productos a su negocio.
Las camisas fueron el principal producto que empezó a vender, luego la gente le pedía “duos” que son prendas para parejas hechas con los mismos colores y diseños.
La emprendedora comentó que lo que le permitió crecer y que muchos de los clientes elijieran sus productos es la atención que les da y que, por lo menos en la plaza donde se ubica, es la única que se dedica a la confección.
“Lo que el cliente necesita se elabora sin ningún problema, a veces me dicen que vieron una prenda en Facebook, pero quieren que le quite o le agregue algo y lo hago”.
Mariela contó que sabe confeccionar un poco gracias a que veía como su mamá lo hacía, que incluso cuando ella y sus hermanas eran niñas su mamá les hacía sus uniformes.
En Tezquitzin su tía es la que se encarga más de eso porque es la que sabe y la que estudió, su mamá también se está preparando con cursos en ese ámbito para hacer los trabajos de la tienda.
*Ser emprendedora en Chilpancingo*
Mariela lamentó que los mismos guerrerenses no valoren el trabajo de sus paisanos porque hay ocasiones en las que preguntan por el precio de alguna prenda, se les hace cara y regatean, pero no conocen el trabajo que hay detrás de esa prenda o aunque lo conozcan pretenden que debe de ser más barato. Devalúan lo hecho a mano, aunque es precisamente lo que lo hace especial, lamenta.
“A veces quiero decirles (a las personas que regatean) que intenten hacer una prenda para que vean que no es fácil como creen y que lo hecho a mano es más complicado aún”.
Los principales materiales que usan para elaborar las prendas son la tela, los hilos y las agujas.
El proceso de elaboración y el precio de las prendas varía de acuerdo con el diseño o el tipo de prenda; una camisa cuesta desde 750 hasta mil 800 pesos.
El tiempo de elaboración de una camisa puede ser de tres semanas, dependiendo de la complejidad de la prenda o los detalles, un vestido para quince años o de novia pueden tardar en elaborarlo hasta seis meses.
Esos aspectos no los valoran muchos de los clientes y pretenden que las artesanas bajen el costo de las prendas.
La violencia que se vive en la ciudad es otro problema que afecta en gran medida en su negocio, Mariela recordó que en los días en los que Chilpancingo se paralizó por la violencia contra los conductores del transporte público casi no tuvo ventas porque la gente no tenía cómo desplazarse o tenía miedo de salir de sus casas.
Lamentó la situación que se vive en el tema de la seguridad porque a los emprendedores les afecta demasiado.
«Tenemos que pagar renta y los demás servicios sin importar que haya tenido ventas o no, es un gasto que se tiene que cubrir».
*Metas y logros de Mariela*
Mariela quiere regresar a ejercer su carrera, su meta es hacerlo, pero no dejar su negocio, sino que quiere que crezca más, que más gente lo conozca.
De las cosas que se siente orgullosa es ser patrocinadora de pasarelas y concursos como Míster Turismo, Señorita Turismo, entre otros, lo que le permite que la gente conozca más de su trabajo y sus prendas.
Tezquitzin patrocina con sus prendas a Miss Earth Guerrero que está concursando a nivel nacional, le realizan una sesión de fotos y esa es la manera en que más personas conocen las prendas que venden.
Miss Earth es un concurso de belleza femenina que se realiza cada año y donde se califican la belleza, la inteligencia, seguridad, elegancia y porte que poseen las candidatas.
A Mariela la contactan a través de redes sociales para preguntarle sobre ciertas prendas que vieron en esos concursos y eso ayuda que sus ventas aumenten.
Tezquitzin ropa artesanal está ubicada en la Plaza Alcatraz en el andador Emiliano Zapata número 11 en el centro de la capital.
Texto y foto: Andrea Mendoza Viernes 16 de febrero 2024 Chilpancingo
En la plazuela del barrio de San Francisco se halla una casona antigua color naranja, con un letrero pequeño que dice Arcadia, centro cultural.
Arcadia, que en griego significa lugar utópico, es el imaginario ideal de artista y poetas, un lugar de armonía y paz; un recinto creado en la época romanticista y renacentista donde el artista podía echar a volar su imaginación: era el paraíso de ninfas, hadas y entes sobrenaturales que habitaban en la antigua Grecia, había música, magia y poesía, un espacio para la naturaleza y el arte.
La Arcadia, del barrio de San Francisco, tiene una recepción en la que destacan los colores azul y naranja, los que acentúan el toque colonial de este espacio.
En las paredes hay diferentes pinturas de artistas guerrerenses y otros más de la colección privada del fundador, Florencio Salazar Adame.
Arcadia también es un hotel y cafetería, inaugurado en el 2022, un espacio donde todos los objetos decorativos parecen ser obras de arte moderno.
Como centro cultural lleva a cabo exposiciones temporales de artistas guerrerenses, presentaciones de libros y proyecciones de documentales. Tiene un plus para los amantes de la lectura: El libro viajero.
*¿En qué consiste el libro viajero?*
El libro viajero es una dinámica en la cual un libro y las personas que gustan de la lectura se funden en un viaje.
Cualquier persona puede ir los lunes a Arcadia y decidir, entre varios libros, cuál llevarse. Al terminar el libro, este debe de seguir su viaje, por lo que es devuelto nuevamente a Arcadia para que otra persona se lo lleve e inicie una nueva aventura.
Omar Flores, administrador y colaborador del centro cultural, comenta que es importante promover la lectura en los guerrerenses. Esta dinámica reúne a personas de todas las edades, quienes todos los lunes se presentan en Arcadia para tomar uno de los libros donados.
Solo puedes llevarte un libro por mes, pues hace unos meses las donaciones de libros no se daban abasto ante los lectores chilpancingueños que se llevaban más de tres libros cada semana.
Diferentes dinámicas dentro de Arcadia.
Además del libro viajero, Arcadia tiene una sala de arte donde monta exposiciones temporales de diferentes artistas.
En esta sala exponen tanto artistas guerrerenses como artistas internacionales, unas de ellas fue la exposición maestros del arte polaco a cargo de Maziej Zletara y retratos del artista guerrerense Bernardo Rosendo.
Arcadia es uno de los pocos espacios que hay en Chilpancingo donde se promueve el arte, la cultura y lectura.
Sus exposiciones y las diferentes dinámicas del libro viajero y las proyecciones de cine son totalmente gratuitas.
El equipo de Arcadia comenta que las donaciones de libros siempre son bien recibidas, y el centro cultura es un apoyo para ellos y para que se creen más instancias de cultura.
El mezcal, las máscaras y la buena charla son la personalidad de este espacio
Texto: Margena de la O
Fotografía: Oscar Guerrero
Chilpancingo
Martes 6 de septiembre del 2022
José Luis Correa Catalán llena dos botellas de mezcal, una natural y otra con un preparado de cajel, al fotógrafo Pedro Agüayo, quien visita por primera vez El Calehual.
Él y una mujer que lo acompaña recorren el primer nivel de la casa del anfitrión, un espacio con 450 máscaras de diferentes puntos de las siete regiones del estado, y decenas de litros de mezcal de Axaxacualco (Eduardo Neri) y Apango (Mártir de Cuilapan), dos elementos simbólicos de Guerrero, los que, a la vez, configuran la historia del linaje de los Correa.
Una vez servidos los mezcales, Correa explica las diferencias entre las máscaras de los tecuanes, según la región del estado en que fueron elaboradas. Después intercambian comentarios del uso ritual de la máscara, en particular de Acatlán, Chilapa, y de Zitlala, dos lugares nahuas de la Montaña baja de Guerrero donde la ritualidad es muy importante.Lo hacen mientras recorren el lugar.
El Calehual es una habitación con paredes cubiertas por el casi medio millar de máscaras de todos los tamaños, sin contar las miniaturas que cubren los arcos de unas de las divisiones, y algunas antigüedades. Ante eso, es casi imposible no engancharse y preguntar, y preguntar, y preguntar.
La mujer comentó al principio que sería una visita rápida, la que se alargó para escuchar atentos a Correa. Les dijo, por ejemplo, que algunas máscaras son decorativas u ornamentales, como las que elaboran los artesanos en San Francisco Ozomatlán, Huitzuco y de Ayahualulco, Chilapa, “la nueva tendencia de la máscara en Guerrero a partir de los setentas” que nunca perdió su valor artesanal.
También les compartió sobre la importancia de los saberes y las técnicas empleadas en los tres grupos en que divide su colección: las auténticas asociadas a una danza tradicional, las réplicas que mantiene para fines de archivo, y las decorativas que también tienen alguna asociación con las danzas y ritualidades, con las adecuaciones de las nuevas generaciones de mascareros y sus contextos.
Cuando los visitantes se despiden –asegurándose de llevar las dos botellas de mezcal que compraron–, anticipan a Correa que volverán, porque a El Calehual siempre se regresa. Para construir este texto, por ejemplo, se visitó el lugar más de un par de veces, la primera para conocerlo, las siguientes sólo por gusto.
Pedro Agüayo expuso, como argumento para una siguiente visita, su deseo por aprender más sobre las máscaras y las danzas de Guerrero.
Un dato que se conoce al visitar El Calehual es que la máscara de diablo colgada cerca de la ventana, desde donde se ve la calle 18 de marzo, es de las primeras que obtuvo Correa para su colección. Se trata de un diablo hecho por los artesanos de San Francisco Ozomatlán, una comunidad nahua ubicada a orilla del río Mezcala, considerada como el lugar del país donde se producen más máscaras de madera, de acuerdo con lo que han documentado algunos medios de comunicación.
O que la máscara más antigua en la colección es un diablo de un pueblo de Teloloapan, hecha en los años veinte.
Es probable que se asombre después de saber que en 2020, después de tres años de buscarlo en San Martín, Quechultenango, Correa logró que don Cuco Gudiño, uno de los dos últimos mascareros sanadores –que fungen como una especie de chamán en sus comunidades– de los que sabe sobreviven en el estado, le traspasara una colección de siete máscaras originales de la generación de danzantes de los años cincuentas. Son máscaras que corresponden a los danzantes originales de esa época, una de ellas es la de un hombre apellidado Bello, la gente lo reconoció porque la máscara tenía los ojos muy juntos, como él.
La visita de la pareja ocurrió la tarde del 29 junio pasado, pero así suelen ser todas las visitas a El Calehual, que el mismo Correa define como una galería urbana, donde confluyen una especie de simbiosis que superan la degustación y la contemplación, porque queda de manifiesto la manera en que otros saberes se expresan.
Además, compartió más adelante, después de atender a sus clientes, es fundamental entender las máscaras y las danzas como dos eslabones contiguos, y a las máscaras con el mezcal, como un eterno ritual de Guerrero.
Para que estos elementos tengan ese sentido, Correa juega un papel muy importante, de entrada, garantiza una amena charla, por todo su bagaje intelectual y artístico, y todo su conocimiento sobre las máscaras, tema que ha abordado hasta en un plano académico. Su investigación de maestría lleva por título La vida social de las máscaras en Guerrero, 1970-1990.
Después, una degustación de un buen mezcal. En El Calehual ofrecen y sirven cuatro gamas de mezcal: el natural o blanco; los destilados, como el de borrego y el de pechuga; los macerados, como el amargo, el de damiana, el de hierbas, y por último, los licores que son hechos con frutas de la región. En total, unos 150 tipos de mezcales.
El elemento incorporado más reciente al mezcal, las máscaras y la charla en El Calehual, son los quesos de prensa que la familia de Correa trae de Chichihualco y Tlacotepec para ofrecerlo en venta; siempre hay prueba. Este complemento es otra ala de su historia familiar, porque está conectado a la Sierra de la zona Centro, donde se mantiene parte de la familia de su madre, Nohemí Catalán García.
Una mezcalería convertida en galería
La historia de El Calehual comenzó hace varias décadas; sólo en su espacio actual lleva 20 años. La abuela paterna inició con la venta de mezcal en la casa familiar, un poco desde la clandestinidad, porque en Chilpancingo se consideraba que era una bebida para peones, cuenta Correa.
Por esa razón, con el paso de los años, vendían el mezcal a la usanza de las más antiguas pozolerías de Chilpancingo, fundadas por las familias tradicionales de la ciudad, quienes adaptaban una parte de sus casas para el negocio y compartían parte de su intimidad con los clientes.
Además de que hace años el mezcal de Guerrero enfrentó la estigmatización de que no era bueno y la familia de Correa, a través del El Calehual, se sumó a la tarea de cambiar esa idea. “Nos tuvimos que volver anfitriones para explicarles qué era el mezcal, qué era lo que se estaban tomado”, comenta.
Ahora, con un espacio propio, pero dentro del perímetro familiar, ofrece a sus visitantes y clientes la posibilidad de conocer diferentes lugares de Guerrero sin salir de Chilpancingo, de reconocerse a través del mezcal y las máscaras, convirtiéndose a la vez en un recinto que responde a “contextos, memorias, ritualidades” del estado.
Está en el primer nivel de una estructura modificada, con frente tanto a la avenida Ignacio Ramírez como a la calle 18 de marzo, en el centro de la ciudad.
Correa es quien está al frente del proyecto en la actualidad, pero sus padres, José Luis Correa Rivera y Nohemí Catalán García, también tienen el crédito del arranque y de que se mantenga, porque tienen una conexión familiar con el mezcal. El 13 de julio pasado, en su perfil personal de Facebook, Correa publicó una fotografía de su padre en el esplendor de El Calehual, con el siguiente pie de foto: “La mano detrás de El Calehual. Mi alquimista favorito”.
Aquí algunos datos de la tradición mezcalera de la familia de Correa. De lado de su padre solían tener mezcal en casa para elaborar remedios, amargos o licores, por la tradición que les traspasaron sus bisabuelos de Tixtla y Mochitlán. De ahí mismo proviene el hábito de elaborar licores con almíbar, propio de las frutas tradicionales, como el cajel, un cítrico ya complicado de conseguir en Guerrero. Su abuela, cuenta Correa, solía preparar antes esos licores con agua ardiente.
En La Reforma, un pueblo de Heliodoro Castillo, su bisabuelo y su abuelo materno producían mezcal para intercambiarlo en Chichihualco, cabecera de Leonardo Bravo, por insumos para alimentar a su familia.
El nombre de la galería está asociado al maguey, planta con la que se produce el mezcal. El calehual es el quiote que crece en medio de la planta cuando ya es veterana y puede alcanzar varios metros de altura; cuando ese tallo florece anuncia la muerte del agave, según se lee en una ficha sobre agroalimentación difundida por el gobierno federal.
Entre los mezcaleros de Guerrero se supo que en los plantíos, al calehual lo dejan crecer sólo entre algunas plantas para garantizar la reproducción silvestre del maguey. Para abastecer la demanda de El Calehual, Correa y su familia mantiene relación con productores de Axaxacualco y Apango, sus principales proveedores.
En El Calehual prevalece la idea inicial (y quizá ese es el motivo de que se mantenga) de ofrecer una buena bebida y un espacio íntimo de diálogo que inicia sobre las tradiciones y costumbres de un pueblo y puede concluir en un debate sobre temas políticos o sociales.
El lugar es recomendado de boca en boca por los clientes que, al salir de ahí, se convierten en amigos. Para llegar ahí hay que conocer a Correa, a su familia o a sus amigos.
Quizá esa es la razón por la que Correa le da todo el crédito a ellos de la apariencia y el alcance actual de El Calehual. La mayoría forman parte de los círculos en los que se desenvuelve: es historiador, artista plástico y un joven interesado en los sucesos sociales y políticos de Guerrero.
“Los clientes fueron nutriendo el lugar, donando (máscaras y antigüedades), y de ahí me di cuenta que había una posibilidad de hablar del estado, aventurándose a Guerrero a partir de las cosas”.
Los primeros en donarle máscaras fueron Teresa Leyva, quien le llevó 20, y Ricardo Klimek, quien le donó otro número importante; ambos son habitantes conocidos de la ciudad. Otras piezas, él mismo las adquirió o intercambió, al principio por lo estético, después por un interés de estudio.
El intercambio de máscaras sigue haciéndolo con conocidos o curiosos, que después se convierten en aliados porque los mueve el mismo interés de saber más de las máscaras y las danzas de Guerrero.
El 18 de julio pasado, lo dejó asentado en sus redes sociales, hizo un intercambio de máscaras con César Aparicio, un joven originario del barrio de San Antonio de Chilpancingo, quien, según escribió en un posteo, tiene una colección de máscaras específica de danzas de este municipio, como la de Los siete vicios: “Un Abraján por otro Abraján. César me pasó una Diablita tradicional elaborada por don Ernesto Abraján y yo le pasé un diablo, también de don Ernesto Abraján”.
El mezcal y las máscaras, un sincretismo de la ritualidad en Guerrero
Aun cuando Guerrero está en la lista del puñado de estados con denominación de origen del mezcal, lo que les concede al estado supuestos beneficios de desarrollo económico, el mezcal está asociado a un asunto más profundo: la ritualidad de los pueblos que tienen sus maneras particulares de vincularse con el entorno.
Las máscaras también son evidencia de ciertas maneras de interpretación del ambiente, y “tienen también mucho que ver con el mezcal, porque en las fiestas patronales de Guerrero el mezcal está junto con pegado, es parte de la festividad, de la ritualidad. Es una manera de ponerle un lugar donde también hay una eterna ofrenda de las máscaras”, comenta Correa sobre estos elementos vinculados a la manera en que se organizan ciertas comunidades.
Por ejemplo, las máscaras lo llevaron a conocer un mundo menos evidente, que congrega una amalgama de discursos de las comunidades. Son piezas que la misma comunidad crea como depósito de su memoria o como testigas de momentos o procesos históricos importantes, como los étnicos o de conflictos raciales en Guerrero. “Entonces, las máscaras resultan ser también el mejor testimonio de un estado que tiene una gran política de olvido sobre sus raíces”.
Para Correa, las máscaras configuran una vía que permite romper “los bronces” o las versiones institucionales que todo folcloriza y ofrece únicas versiones.
“¡No! Las máscaras hablan de cuestiones mucho más complicadas, inclusive contradictorias, acerca de lo que creemos que es la patria o el territorio”.
El Chilate, además de ser representativa del estado de guerrero, se ha convertido en la fuente de ingresos de muchas familias
Texto: Itzel Urieta
Fotografía: José Luis de la Cruz (Portada) y José Miguel Sánchez
Miércoles 24 de de marzo del 2021
Chilpancingo
¿A qué sabe el chilate? Lo primero que se degusta es el cacao, un regalo de sabor de los merititos dioses.
Luego, el toque refrescante de la bebida fría quita el golpe de calor. Si estabas molesto, la carga energética que te proporciona el chilate cambia tú estado de ánimo.
Lo mejor de todo, cuando se toma un vaso de chilate, se siente tranquilidad. Estás consumiendo un producto cien por ciento natural, porque los ingredientes del chilate son de producción artesanal y la elaboración de la bebida, también.
El ingrediente principal del chilate es el cacao, el cual tiene algunas propiedades que aportan beneficios. Es alto en antioxidantes, lo que ayuda a reducir el estrés y mal humor.
Las gaseosas a las que en México llamamos refrescos son bebidas con altos niveles de azúcares y conservadores que nos causan obesidad y enfermedades como la diabetes.
Eso no es todo.
El chilate es una bebida prehispánica. Cuando se bebe, hay una conexión con nuestras raíces, así reafirmamos nuestra identidad y sentido de pertenencia.
A las bebidas elaboradas con cacao se les conocía como oro líquido en las culturas anteriores a la colonia. El cacao llegó a ser utilizado como moneda.
De acuerdo con diversas fuentes, la palabra chilate proviene del náhuatl chiliatl en donde chilli significa chile y atl agua, que en conjunto se denomina agua de chile. Pero la bebida no lleva chile.
Se trata de una bebida muy popular en el estado de Guerrero, originaria de la región conocida como Costa Chica, que ha migrado a diferentes municipios como Acapulco y Chilpancingo.
La persona que lo prueba queda encantada con su sabor.
Además de ser una bebida representativa del estado de guerrero, se ha convertido en la fuente de ingresos de muchas familias guerrerenses.
Tal es el caso de Consuelo Medina, una de las tantas personas que se dedica a la venta de chilate en la capital, originaria de Ometepec, de la Costa Chica, pero desde hace varios años radica en Chilpancingo junto con sus dos hijas, Ángela y Ángeles.
Doña Consuelo tuvo que migrar de su natal Ometepec debido a la falta de trabajo.
“Tenía dos hijas que mantener y no tenía trabajo, tenía que buscar la manera, la necesidad me hizo llegar a Chilpancingo”, recuerda con un poco de nostalgia.
Doña Consuelo encontró en el chilate una manera de apoyarse económicamente.
La tradición del chilate lo traía en la sangre.
“Yo recuerdo que mi abuela hacía chilate, pero no para vender, si no para consumo propio de la familia, y yo le ayudaba, me gustaba hacerlo y ahí aprendí.”
Cada quince días doña Consuelo y sus hijas dedican todo su día a la preparación de la pasta del chilate que venderán en la semana.
Comienzan por partir el piloncillo. Ocupa una caja entera. Toma una pieza, la coloca en un molcajete y con un marro comienza a golpear hasta deshacerlo.
“Lo más laborioso es partir el piloncillo, después que ya partí el piloncillo, ciento que viene lo más fácil”.
Una vez teniendo el piloncillo, comienza toda una experiencia de aromas y sabores que envuelven al chilate y lo dotan de su característico sabor. Se comienza a asar el cacao, el arroz y la canela en el comal. El olor de estos ingredientes inunda el ambiente por un par de minutos hasta que están listos.
Con los ingredientes, llena cinco cubetas de 20 litros cada uno. Las coloca por capas: una de cacao, una de arroz, una de piloncillo y otra de canela, hasta acabar.
Ya con las cubetas llenas y con la ayuda de sus hijas se dirigen a la tortillería Lore, ubicada en el tradicional barrio de San Mateo, en donde molerán 100 kilos de ingredientes, para transformarlos en la pasta que posteriormente dará vida al chilate.
El molino que horas antes sirvió para moler nixtamal (maíz cocido con el que se hacen las tortillas) recibe los ingredientes del chilate. Esta acción genera un ruido estruendoso y en ocasiones llega a lastimar los oídos, sin embargo, el olor de lo que se está moliendo hace olvidar ese malestar.
El lugar se inunda de olor a chocolate.
Este proceso dura aproximadamente dos horas. Los ingredientes mezclados y molidos, el cacao, la canela, el arroz y el piloncillo, emergen de la parte baja del molino como una pasta café con olor a chocolate.
El trabajo no termina aquí. Ahora toca embolsar los 100 kilos de pasta. Las tres integrantes de la familia acostumbradas a esta dinámica lo toman como un momento familiar, platican, se divierten, ríen, y todo esto, con el olor a cacao de fondo.
Una vez terminado este proceso, refrigeran y está listo para la preparación, muelen la pasta del chilate en la licuadora para posteriormente colarlo y servirlo.
30 litros de chilate se colocan en un tambo, se le agregan los hielos los cuales también son un ingrediente fundamental para el chilate ya que estos, se encargarán de darle ese toque refrescante a la bebida.
Para doña Consuelo lo más importante es ofrecerles un producto de calidad a sus clientes, es por ello que ella misma se encarga de hacer los hielos. Ella misma pone agua natural a congelar para hacer sus propios hielos, dice y no opta por comprar hielo en barra. Después de agregar los hielos, todo está listo para salir a vender.
A las nueve de la mañana doña Consuelo abre su puesto a un costado de la Alameda Granados Maldonado, de Chilpancingo, exactamente en la esquina de la calle Nicolás Catalán con Benito Juárez.
Ahora si todo está listo para deleitar los paladares capitalinos con una bebida guerrerense, originaria de la Costa Chica, pero que llegó a otras regiones y conquista paladares con su sabor.
Harry Potter levanta el brazo y sacude su varita. Una luz que muchas veces se convierte en chispas o fuego anticipa el resultado de su magia. Casi siempre es así desde que la compró con el señor Ollivander, quien le entregó un instrumento de pluma de cola de Fénix, una de las dos que existen en Hogwarts, el mundo de la magia.
–La varita escoge a su dueño, señor Potter. Nunca está del todo claro por qué, pero, lo que sí está claro, es que podemos esperar grandes cosas de ti (…) –le dice Ollivander al joven mago con anteojos de espejuelos redondos.
Cruz Antonio Contreras Mastache tiene 10 años. Es 2001. Está sentado junto a cuatro de sus primos en el Cinema 80, una sala que funcionó en la céntrica calle Hidalgo, que peleaba longevidad con el Independencia, otro cine de la ciudad de Iguala, donde nació y creció. Miran Harry Potter y la piedra filosofal.
Las películas que se proyectaban en Cinema 80 llegaban meses después. El estreno de una cinta era un acontecimiento en Iguala, cuentan habitantes de la ciudad. Esto ocurrió con la película de los niños magos.
Cruz sale del cine y sigue deslumbrado con los actos de magia. Quedó inquieto por saber qué producen las luces y chispas de las varitas. La exaltación de ese momento se lo debe a su tío Miguel Mastache, quien los invitó a la función.
Esta cinta inspiró la vida de Cruz y lo llevó hasta el equipo que creó Spider-Man: Un nuevo universo (Spider-Man: Into the Spider-Verse), ganadora del Óscar 2019 como mejor película animada.
“Yo iba al cine y quería que algún día apareciera mi nombre ahí”, dice Cruz, de 29 años, a través de una videollamada desde Vancouver, Canadá, 19 años después de aquella función en el Cinema 80. Trabaja como artista de efectos de personaje para Sony Pictures Imageworks, una de las compañías de efectos visuales más importantes en el mundo.
Como lo hacen las varitas mágicas, los efectos visuales escogieron a Cruz.
Un salto de fe
Preguntaron a Peter Parker cuándo estaría listo para ser Spiderman, y él respondió: “Nunca lo sabes. Sólo es un salto de fe”.
Con esta paradójica frase que determina al personaje del hombre araña, Cruz encuentra sentido a su vida actual. “El trabajo duro vale la pena, pero admito que he tenido golpes de suerte”, comenta después de contar cómo inició su carrera de artista de efectos de personaje.
En realidad es la historia de su arrojo para mostrarle al mundo quién era.
Cuando concluyó la carrera de Animación y Arte Digital, que estudió en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Cuernavaca, Morelos, trabajó por año y medio en esa ciudad en una empresa que, entre risas, confiesa que nunca supo a qué se dedicaba con exactitud, pero él creaba modelos de aparatos electrónicos en tercera dimensión para dejar claro a los clientes cómo funcionaban.
Supo que ahí no estaba su lugar, aun cuando la paga era buena. Las chispas de la varita mágica de Harry Potter todavía relumbraban en su cabeza. Como desde hace tiempo lo dejó de ser Iguala, donde regresa en ocasiones a ver a su familia.
Determinado, en 2016 envió su historial académico y laboral a cuanta compañía de efectos visuales se le ocurrió y consultó por el mundo. “Cuando digo que lo mandé a más de 100 estudios, es cierto”, dice y vuelve a reír.
Quien contestó su mail interesado en su trabajo fue Moving Picture Company, una importante empresa de efectos visuales con sede en Vancouver. Ese mismo año, Cruz se mudó a la ciudad canadiense a trabajar.
Antes de continuar con su historia él mismo explica en qué consiste su empleo. Se encarga de hacer los efectos visuales alrededor de los personajes. Crea el movimiento del pelo, la ropa y plumas –en caso de que el personaje las lleve– ante cualquier acto que estudia la Física, como la gravedad.
Justo es de las ciencias Física y Matemática de dónde Cruz echa mano para las reacciones que necesitan sus personajes.
Estuvo en el departamento de efectos de MPC por un año y medio. En ese tiempo participó en producciones como Los cazafantasmas (Ghostbusters), La Torre Oscura (The Dark Tower), Liga de la Justicia (Justice League).
A finales del 2017 le llegó el ofrecimiento de sumarse a Sony Pictures Imageworks. En ese momento en la empresa por la que se mudó a Vancouver se involucraba en la cinta Pokemon: Detective Picachu.
La nueva oferta de trabajo para Cruz incluía las cintas Hotel Transylvania 3: monstruos de vacaciones, Pie pequeño, y una tercera de la que no le dieron detalles, pero él mismo llamó la “película misteriosa”.
Trabajar en la película Pokemon lo hizo dudar en aceptar incorporarse a la nueva empresa. “Me dije, Sony es un nombre muy pesado”. Entonces, aceptó el nuevo trabajo.
La película misteriosa que Sony Pictures Imageworks tenía en planes para Cruz era Spider-Man: Un nuevo universo, la ganadora del Óscar 2019.
A veces sólo es cuestión de dar un salto de fe.
Destino forjado
Cuando Pharrell Williams y Michelle Yeoh leyeron en el guion Spider- Man: Into the Spider-Verse, la quinta cinta de la nominación al Óscar 2019 como mejor película de animación, los aplausos y gritos crecieron en el Dolby Theatre de Los Ángeles, California, Estados Unidos.
En Sony Pictures Imageworks, desde Vancouver, Canadá, Cruz estuvo atento al nombre premiado. Esperó con una exaltación similar a cuando era niño y estaba en el Cinema 80 de Iguala. A las ceremonias de los Óscares sólo van altos ejecutivos.
En la oficina todo estaba listo para el brindis de celebración. Los premios que anteceden al Óscar ya los habían ganado. Uno de ellos: el Globo de Oro.
El triunfo estuvo anunciado. Los artistas presentadores de la terna sonrieron y mencionaron la cinta animada ganadora: el hombre araña.
Los pasos que antecedieron el salto
Un día de paseo por el zócalo de Iguala, su abuela Galdina Hernández le pidió a Cruz que leyera a su madre, Soledad Mastache Hernández, lo que decía en un alto anuncio que miraban a lo lejos. Era uno de los espectaculares con datos de la ciudad. Cruz leyó todo lo que ahí estaba escrito. No tenía ni seis años.
“Mi mamá se impresionó”, comenta Cruz. Ese episodio ocurrió en medio de una charla que tuvo con su madre, quien le advertía que pronto ingresaría a la escuela primaria y que ahí comenzaba la complejidad para un estudiante.
Lo que no sabía Soledad es que desde los cuatro años, Cruz ya sabía leer, gracias a las clases de su abuela en casa.
Desde muy pequeño decidió su personalidad. Lo tiene claro ahora: “Soy tímido. Soy una persona…muy señor. No me gusta salir, nada de fiestas”, comenta.
Cruz fue muy dedicado en la escuela. De eso quedó constancia en la primaria Braulio Rodríguez y la secundaria Jesús Reyes Heroles, de Iguala.
También fue muy destacado en la preparatoria del ITESM, donde también estudió la carrera universitaria, porque su madre, profesora de tiempo completo, escatimó en juguetes, pero no en sus estudios.
El artista le cuestionó a su madre por qué los Reyes Magos nunca atendieron sus cartas.
Esa dedicación ahora la demuestra en Vancouver, Canadá, donde sigue con su vida profesional. En estos momentos está involucrado en una película que estará disponible en Netflix, y que trabaja de la mano con Glen Keane, el famoso animador de personajes para Walt Disney Studios, como La bella y la bestia y Tarzán.
Las chispas que fueron destino
Cruz era un manojo de nervios el día de su cita de trabajo con Moving Picture Company, superior a cualquier otra búsqueda de empleo. Ese momento estaba conectado a su infancia, a la escena mental que lo lleva directo a su tío y primos en el viejo cine de Iguala.
La entrevista se la aplicaba Garman Herigstad. Antes rastreó su historial y supo que se trataba del supervisor del equipo de efectos visuales de Harry Potter y la piedra filosofal. El creador, en términos prácticos, de las chispas que salían de la varita del joven mago. “Me estaba muriendo de miedo”, dice sobre ese momento.
Tuvo varias inseguridades, pensó que su trabajo podría no convencer a Garman. De no llenar las expectativas, eso lo habría destrozado. Pero como si se tratara de un decreto de infancia, un destino o un acto de magia, el autor del instante que inspiró su vida, le concedió la oportunidad de probarse en el cine animado.