Texto: Margena de la O
Foto: Facebook oficial Alejandro Arcos Catalán
Miércoles 9 de octubre del 2024
Chilpancingo
Petaquillas es un pueblo de Chilpancingo que forma parte de un corredor que conecta hasta Quechultenango, municipio de donde son originarios los líderes del grupo criminal Los Ardillos, los hermanos Celso e Iván Ortega Jiménez. Esto lo convierte en un lugar muy vigilado –y no precisamente por las instituciones del Estado– y de peligro para algunos. Se llega por la parte sur de la ciudad.
Ese camino habría transitado el presidente municipal de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, según el secretario de Seguridad Pública Federal, Omar García Harfuch, la única autoridad que hasta el momento ha ofrecido información. Este martes 8, en la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el funcionario compartió que el alcalde acudió solo a Petaquillas a una reunión particular, sin escoltas.
“Lo que sabemos; obviamente no podemos mencionar por la secrecía de la investigación, pero el alcalde iba a acudir a Petaquillas, a una reunión, solo. Sale de Chilpancingo y se va rumbo a Petaquillas en su camioneta, sin escoltas, sin chofer. Sabemos que iba a una reunión específica; no iba acompañado; se pierde comunicación en una comunidad y posteriormente el hallazgo del cuerpo sin vida del alcalde”.
El secretario se reservó detalles, aun cuando admitió que tenían mucha información, acerca de con quién o quiénes se reuniría Arcos Catalán.
Aclaró que las investigaciones las lleva la Fiscalía General del Estado (FGE), pero que ha mantenido un contacto permanente con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, para apoyar las investigaciones.
En Guerrero, las autoridades locales no han ofrecido, hasta ahora, una versión oficial de los hechos. La FGE, que investiga el caso, sólo confirmó el asesinato mediante un breve boletín donde, en realidad, exponía que investigaba el homicidio de Alejandro “N” y que abrió una capeta de investigación.
Este martes por la noche Ampola Periodismo preguntó al enlace de Comunicación Social de la FGE si existía alguna información adicional o una versión oficial de lo que pasó con el alcalde de Chilpancingo, y contestó que no había más información.
La gobernadora, quien tampoco se distingue por mantener abiertos los canales de comunicación, no ha ofrecido una explicación de lo ocurrido. Sólo posteó en sus redes sociales oficiales un video donde dice que condena los hechos y habla de coordinación entre los niveles de gobierno y una supuesta garantía de gobernabilidad.
La unión de los cabos sueltos
Lo oficial es que el alcalde tendría una reunión en el rumbo de Petaquillas, donde tienen su mayor flujo Los Ardillos.
En un mapa que hizo este gobierno estatal el año pasado para ilustrar la presencia de los grupos criminales, al cual se tuvo acceso, Chilpancingo está sombreado de dos colores, azul, con el que distingue a Los Ardillos, y un tono magenta, con el que marca el binomio Los Tlacos/Cartel de la Sierra.
El periódico Reforma publicó a ocho columnas este martes, que el alcalde se habría reunido con Los Ardillos, pero sin precisar cuándo ocurrió el encuentro.
No es la primera vez que se sabe de este tipo de reuniones entre servidores públicos locales y miembros de este grupo criminal. El caso más público es el de la exalcaldesa de Chilpancingo Norma Otilia Hernández Martínez reunida con Celso Ortega Jiménez, porque el video del encuentro se filtró por redes sociales.
Como parte de la información que dio García Harfuch más tarde de que fueron públicas las ocho columnas del medio, el alcalde acudió a la reunión en su camioneta. El cadáver del alcalde fue abandonado en una camioneta color blanco en una colonia ubicada al oriente de Chilpancingo.
Uno de los colaboradores de Arcos Catalán, de quien no se citará el nombre, compartió que la camioneta donde dejaron los restos del edil era la misma en la que él viajaba para ir a Tepechicotlán, un pueblo de Chilpancingo que está adelante de Petaquillas, sobre el mismo corredor.
Desde el Ayuntamiento de Chilpancingo se propagó la versión de que el domingo 6 de octubre que lo asesinaron, Arcos Catalán acudía a Tepechicotlán solo, para verse con los habitantes comunidad que salieron afectados por las lluvias de John, pero que ya no llegó.
Es poco común que un alcalde, o cualquier otro servidor público o funcionario, viaje solo a una actividad relacionada con su encargo. A esas alturas, a Arcos Catalán ya le habían matado a dos colaboradores.
La versión de la visita a Tepechicotlán coincide con el último posteo de ese domingo en el perfil oficial de Facebook de Arcos Catalán, el cual incluye unas fotografías en las que él no aparece, donde dan a conocer que fue activada la “brigada especial para atender a las familias afectadas”. El posteo quedó a las 16:59 horas.
La visita de la que informan en el perfil del alcalde, de acuerdo con personas que estuvieron en el pueblo, en realidad corresponde a la de un recorrido de la tarde del jueves 3 de octubre, donde estuvieron funcionarios del gobierno estatal, al cual Arcos Catalán no llegó.
La tarde de jueves fue asesinado uno de sus colaboradores cercanos, el secretario general del Ayuntamiento de Chilpancingo, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, en una calle del centro de la ciudad. Al parecer, ese fue el motivo de que no llegara a Tepechicotlán.
Era su segunda pérdida de personas cercanas. El 28 de septiembre, un par de días antes de que tomara protesta –el relevo del ayuntamiento se dio el 30 de septiembre–, asesinaron a quien, se sabía, sería su secretario de Seguridad Pública, Ulises Hernández Martínez.
El domingo 6, a los pocos minutos del_
posteo de la visita a Tepechicotlán –que no era de ese día– comenzó a circular en grupos de redes sociales que en la calle Moctezuma, de la colonia Villa del Roble, en la parte oriente de la ciudad, cerca del libramiento a Tixtla, abandonaron una camioneta con restos humanos. El primer mensaje al que se tuvo acceso con esa información es de las 17:08 horas.
Después de eso vinieron varias horas de especulaciones, porque aun cuando circularon fotografías de los restos humanos abandonados, incluida la cabeza cercenada que exponía la identidad del alcalde, la confirmación de la FGE ocurrió hasta la noche, a las 21:02 horas.
A las 20:54 horas, el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, ya lo había confirmado en su perfil de la red social X.
Pasaron casi cuatro horas para que hubiera una confirmación de la FGE sobre el asesinato del alcalde, aun cuando los habitantes de Chilpancingo pedían en sus redes sociales que aclararan lo que pasaba. En el perfil del Facebook del Ayuntamiento de Chilpancingo subieron un comunicado de confirmación hasta las 23:25 horas de ese domingo.
El costo de que una autoridad sea expuesta de reunirse con algún líder criminal es alto, según refleja el caso de la exalcaldesa de Chilpancingo. La expulsaron de su partido, Morena y durante más de un año fue relegada por autoridades estatales y colegas políticos, incluida la gobernadora. Desde la filtración del video, nunca se les volvió a ver juntas en actos oficiales.
Las administraciones estatales y municipales separaron sus agendas.
La incógnita todavía es con quién o quiénes se habría reunido el alcalde.
La campaña, algunos antecedentes
Durante la campaña del pasado proceso electoral, dos de los candidatos a la presidencia municipal de Chilpancingo, Jorge Salgado Parra, de Morena-PT-PVEM, y Víctor Martínez Toledo, de Movimiento Ciudadano, denunciaron que no pudieron hacer proselitismo en ciertas comunidades, en particular del Valle del Ocotito y unas zonas del corredor hacia Quechultenango, porque se los prohibieron personas del crimen organizado.
Quien sí acudió a estos lugares, porque hay registros públicos, y porque lo denunciaron los otros candidatos o colaboradores de éstos, fue Alejandro Arcos Catalán, postulado por la coalición PRI-PRD-PAN.
El expriísta Martínez Toledo, quien fue síndico y diputado local con esas siglas, expuso que desde el 20 de abril pasado, a él le dejaron claro “esas personas”, como se refirió a los criminales, esa imposibilidad.
“Solamente él (Alejandro Arcos) tiene autorización, los demás no tenemos autorización, salvo acuerdo como el que saca el candidato de Morena, Jorge Salgado, que ya subió a los pueblos santos, pero quisiéramos preguntarle con quién sacó permiso, nosotros no podemos hacer campaña desde Petaquillas”, es un párrafo de una declaración de Toledo Martínez publicada por el periódico El Sur el 23 de mayo pasado.
El Ocotito es parte de la zona rural de Chilpancingo; y para llegar también se enfila hacia el sur de la ciudad. Las comunidades a las que le prohibieron el paso fue Petaquillas, Tepechicotlán, Julián Blanco, Dos Caminos, Buenavista de la Salud, El Ocotito, Mazatlán, Mohoneras, Azinyahualco e Inscuinatoyac. De esta denuncia también hay registros en este medio.
Del lado del otro candidato, la denuncia la hizo gente de su equipo. En la sesión del jueves 9 de mayo pasado de la Junta Local del Instituto Nacional Electoral (INE), el representante suplente del PT ante el órgano electoral, Marco Antonio Barrera Salas, denunció que unos hombres impidieron a colaboradores de Salgado Parra llegar a Mazatlán, ubicado rumbo a El Ocotito, y se regresaron a la ciudad. En este portal hay más detalles de esa denuncia.
Todo esto ocurrió en medio de una pugna político-partidista, porque Salgado Parra representaba la coalición liderada por Morena, partido que tenía la administración municipal con Norma Otilia Hernández Martínez, quien fue exhibida con el líder de Los Ardillos. Al final, Arcos Catalán se quedó con la alcaldía con una diferencia mínima sobre Salgado Parra, de poco más de 1,700 votos, después de que hubo un recuento.
El color azul del mapa criminal diseñado por autoridades estatales sombrea gran parte de la región Centro y otras partes de Guerrero, pero quien vive en la capital sabe que es la mayor de sus fortalezas es la zona rural, por la vigilancia desplegada.
Pero la interrogante principal sigue sin respuesta: ¿a qué iba Alejandro Arcos solo a Petaquillas?