Frías Organista: una vida de arte dentro del Zoochilpan

Texto: Alberto Ramírez Santos 

Chilpancingo

24 de enero del 2024 

Marcial Frías Organista, de 64 años, es un pintor que desde hace 28 años está al frente del taller de pintura que se ubica en el interior del Zoológico de Chilpancingo Zoochilpan.

Los conocimientos acerca del dibujo y la pintura que ahora tiene los ha adquirido de forma empírica a lo largo del tiempo y con mucho esfuerzo.

“Lo que hago, la gente le llama arte, yo solo me distraigo haciéndolo”, expresó el pintor mientras trazaba con su lápiz un dibujo animado de un pez en una cartulina reciclada.

Marcial Frías Organista realiza un dibujo a mano en una cartulina, el 19 de enero del 2024. Foto: Andrea Mendoza

Muchos jóvenes recuerdan a Marcial con cariño porque más de una vez asistieron a su taller de pintura al visitar el zoológico con sus familiares y les dio algún consejo.

“A este señor lo recuerdo desde que tenía como seis años, desde que tengo memoria él está aquí dibujando para los niños”, comentó Michelle García, una joven que mientras pasaba por el taller admiraba lo que el artista hacía.

Este emprendimiento lo inició con cinco personas más, pero al paso de unos meses sus compañeros se desesperaron por no ver grandes resultados y decidieron irse.

“Ellos esperaban que al mes o a los dos meses iban a tener grandes ganancias, pero no es así, hay que trabajar duro para lograr las cosas, tener paciencia y fe en uno mismo”.

Frías Organista tenía claro sus objetivos y sabía que era un proyecto a largo plazo, así que decidió continuar él solo. Comentó que no es nada fácil el camino porque la sociedad y el gobierno no le apuestan al ámbito cultural.

Para tener en funcionamiento su taller dentro de las instalaciones del zoológico, tiene que pagar una renta mensual de 720 pesos.

Talle de dibujo del pintor Marcial Frías en el interior del Zoochilpan, el 19 de enero del 2024. Foto: Alberto Ramírez

El pintor externó su preocupación, pues dice que cada vez hay menos personas interesadas en la cultura y prefieren estar sumergidos en cosas banales con la tecnología .

Cuando inició, realizaba dibujos a mano. Trazaba animales que vivían en el zoológico, pero tuvo que cambiarlos por personajes de televisión, que ahora son los que más les llama la atención a los participantes del taller.

En la actualidad utiliza la técnica de serigrafía, eso le ayuda a que su trabajo sea más rápido porque hay ocasiones en las que asiste mucha gente al taller, esto sucede con frecuencia los fines de semana, pues son días en los que la mayoría de la gente tiene tiempo libre.

Tuvo la posibilidad de trabajar con dibujos impresos, pero esto conllevaba un gasto extra porque le costaban caros y a veces no le resultaban sus cuentas por lo que prefirió continuar con la serigrafía.

Cuando hay poca gente en su establecimiento y tiene tiempo libre, el pintor también realiza dibujos a mano en la parte de atrás de las cartulinas que dejan los participantes, opta por reciclar y de esa manera cuidar el medio ambiente.

Si alguien le encarga algún dibujo y le dicen en qué tipo de material lo quiere, les comenta que solo trabaja con material reciclado de su taller, si el cliente no acepta esa única condición, prefiere no hacer ese trabajo, seguir su forma de trabajar y serle fiel a sus ideales.

Al conversar con los niños que participan en el taller, trata de motivarlos y les dice que no es necesario tener materiales caros, el arte lo pueden hacer en cartulinas o cualquier otro material reciclado.

Los dibujos que realiza a mano también le ayudan a su economía, sin embargo, la mayor fuente de ingreso es el funcionamiento de su taller, por lo que depende totalmente de que las niñas, niños, jóvenes y adultos pinten algunos de sus dibujos.

Los precios de los dibujos que hace para vender fuera de su taller o encargos que le hacen, varían de acuerdo con el tamaño o dificultad de esta o también de los marcos que se le ponga.

Sus trabajos cuestan desde 300 a 1,000 pesos, todo va a depender del material y técnica que use, pero siempre trata de darlos a un precio accesible.

A lo largo del tiempo enfrentó diversos obstáculos, pero el más fuerte fue la pandemia por el COVID-19 porque al estar todos en cuarentena su taller dejó de funcionar.

La falta de participantes al taller es evidente. Hace años Frías Organista compraba cartulinas por millares, ahora es mucho menos lo que tiene que adquirir por la falta de demanda de los dibujos en el taller.

Talle de dibujo en el Zoochilpan casi vacío el 19 de enero del 2024. Foto: Alberto Ramírez

“Recuerdo que hace algunos años tenía tres trabajadores conmigo porque no me daba abasto, pero ahora solo soy yo y a veces viene un muchacho de vez en cuando a ayudar porque ya es poca la gente”, relató Marcial.

El pintor comentó que tuvo varias oportunidades de laborar dentro de algunas instituciones, pero siempre rechazó esas propuestas porque le pedían hacer cambios a su forma de trabajar y no quiso cambiar su forma de trabajar y de pensar.

De acuerdo con Frías Organista, el gobierno no da dinero para actividades culturales, mencionó como ejemplo al recién anunciado cierre del centro cultural El Zanate Azul y otro centro cultural de Acapulco que se llamaba La Quebrada.

“El gobierno solo quiere que los centros de cultura quebremos y utilizar el establecimiento para sus militares, nosotros tenemos ideas pero no las toman en cuenta”, lamentó.

Su taller ha marchado sobre ruedas, pero el artista comentó que ya se cansa rápido y que son muchas las personas que le proponen que les venda su negocio, pero no quiere venderlo a cualquier persona y tampoco puede heredarlo a su único hijo porque apenas es un niño.

Comentó que cuando llegue el momento, incluso es capaz de regalar su negocio siempre y cuando la persona que lo vaya a recibir esté realmente comprometida con el arte y no solo lo vea como negocio, porque es muy importante para él.

Cómo labor altruista fue al Centro Federal de Readaptación Social de Chilpancingo (Cereso) a realizar talleres de pintura y serigrafía para que las personas presas aprendieran a realizar alguna actividad cultural.

Recuerda que fue en varias ocasiones, pero llegó la actual administración y ya no le permitieron seguir con esa actividad.