Son 16 colonias en esta situación, donde viven al menos 350 familias, quienes siguen en espera de una alternativa institucional
Texto: José Miguel Sánchez
Fotografía: Oscar Guerrero
Chilpancingo
Citlalli Guadalupe Bernabé Díaz adquirió en 2003 su casa a través de un crédito hipotecario a pagar en 30 años, 20 años después está riesgo de perder todo su patrimonio por una falla geológica y el deslizamiento de una ladera contigua que hay en el terreno donde fue levantada su vivienda.
En la misma situación están otras 15 colonias del norponiente de la capital. A todos los habitantes les afectada la falla geológica y están en alerta permanente por el posible deslizamiento de una ladera. Cada temporada de lluvias escuchan ruidos extraños de lo que parece ser un río subterráneo en su zona habitacional.
El hogar de Guadalupe Bernabé forma parte del conjunto habitacional Casas Geo, un espacio construido a principios de los 2000 en el que cualquier persona con algún crédito hipotecario como Fovissste o Infonavit adquirió una vivienda.
Estas construcciones son llamadas duplex y consiste en una sola construcción horizontal dividida en cinco viviendas.
Aquí viven o vivían todo tipo de trabajadores, desde maestros, trabajadores del sector privado, burocrático que se acercaron a Geo con su crédito para acceder a una vivienda propia.
Hasta ahí todo parecía normal, pero distintos desastres naturales y la inacción de las autoridades ante un crecimiento urbano sin planeación generó que esas viviendas fueran inseguras para vivir.
Para los vecinos, todo comenzó después de la tormenta tropical Manuel y el huracán Ingrid, en septiembre del 2013, donde las intensas y constantes lluvias, en un primer momento, reblandecieron la tierra y generaron pequeñas fisuras en el suelo.
Lo más complicado ocurrió con los temblores desde 2017, cuenta César Carballido, otro habitante de este conjunto habitacional.
Las casas presentaron cuarteaduras, desprendimiento e inclinación, lo que propició que muchas personas se salieran de sus hogares.
“Como es una sola construcción, una misma cadena y trabe, si algo le pasa a una a todas les afecta”, agregó César Carballido.
Las calles de dicho conjunto habitacional lucen en parte levantadas, en otras hundidas y encharcadas con aguas residuales porque por la misma falla ya tronó las ollas colectoras.
“Todas las casas están colapsando, esto es una bomba de tiempo”, mencionó Guadalupe Bernabé.
Hasta hoy (23 abril del 2023, día del recorrido), 10 casas de este conjunto ya fueron deshabitadas; las familias se salieron a renta a otro lugar y, además, pagan su crédito hipotecario.
“Esto ha sido una lucha constante por el reconocimiento de nuestra situación, el municipio ha estado renuente al apoyo, dijeron que iban hacer obras de mitigación y las han hecho mal”, denunció.
Ella aún vive en el conjunto; su vivienda ya está separada del suelo y el piso tiene algunas cuarteaduras.
“No nos vamos porque no tenemos otro lugar, si lo tuviéramos créeme que ya no estuviéramos aquí, lo que pedimos es una reubicación, nos dicen que van a venir hacer estudios y estudios, pero mejor que ese dinero se ocupe para ver de qué manera podemos ser reubicados”.
A la falla geológica, el crecimiento urbano desmedido y sin regulación se suma que detrás de las viviendas se levanta un gran cerro, que la agencia inmobiliaria sugirió mantener deshabitado, pero ahora existe un asentamiento irregular.
Como es una colonia irregular carece de tomas de agua y drenaje, por lo que construyeron fosas sépticas. Este sistema genera el reblandecimiento de la tierra y un desplazamiento del cerro.
Existen rumores entre los mismos habitantes que debajo del cerro pasa un río subterráneo.
El temor para las 300 personas que habitan este conjunto habitacional es que el cerro se desprenda y queden bajo tierra todos.
Para ese tema las autoridades tampoco tiene una solución.
“Con las lluvias el peso del cerro se va a venir, pero parece que las autoridades esperan una tragedia para actuar”, agregó la afectada.
“No somos parte de nadie”
Guadalupe Bernabé denunció que fueron abandonados por todas las instituciones, Casas Geo quebró en 2014 y el seguro de la vivienda no cubre ningún gasto de lo que sucede.
“Las instituciones se escudan y nos dicen, yo no te dije que compraras, el que compró fuiste tú yo solamente te di el dinero y tu decidiste dónde comprar, que en este caso fue Geo, pero a Geo alguien le tuvo que dar el permiso”.
En la misma situación están 16 colonias del norponiente de Chilpancingo, de acuerdo con los reportes de la Secretaría de Protección Civil de estado.
Son las colonias Villas Tlalmecac, 21 de Septiembre, Casas Geo, Edificios Geo, Casas Duplex, Fraccionamiento La Era etapa I y II, Las Estrellas, Santa Cruz Norte, Guadalupe, Siglo 21, San Rafael Norte, Ampliación San Rafael Norte, Santa Julia, La Terraza y Tlacaelle.
De acuerdo con José de Jesús Victoria Ríos, presidente del Comité de afectados del norponiente de Chilpancingo, en estas colonias hay al menos 350 familias afectadas, de las cuales 150 ya deshabitaron sus casas.
La única solución que les dieron las autoridades fue crear un semáforo por vivienda y colonia, donde rojo significa que la casa es inhabitable y tienes que desalojar; amarillo precaución, porque existen daños pero todavía pueden habitarla y verde, que significa que no hay problema o daños que comprometan la vivienda.
Lo que no les ofrecen a las personas con vivienda es un nuevo espacio dónde vivir.
“Los funcionarios nos visitan en tiempos electorales”
Los colonos afectados han pedido a las autoridades de los tres niveles de gobierno la aplicación de un plan emergente para su reubicación y la atención de las instituciones de Estado, como el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (FOVISSSTE) y al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), nadie responde de manera favorable.
Desde hace años, los colonos han recibido la visita de autoridades federales, estatales y municipales, incluso de otros legisladores, pero ninguno les ha resuelto.
“Todas las autoridades vienen y se toman la foto, se van y aquí nos dejan con el problema sin resolver”, mencionó Citlalli Guadalupe.
“Es una bomba de tiempo”, advirtió.