Ningún relleno sanitario de Guerrero cumple con normas para manejo de residuos, dice Propaeg

El de Acapulco es el que más problemas reporta, de manera particular con el manejo de lixiviados. La administración municipal fue multada con un millón 100 mil pesos por esa razón


Texto: Itzel Urieta

Fotografía: José Luis de La Cruz / archivo 

Chilpancingo

 

Sin una política pública para la recolección de basura, algunos ciudadanos crean maneras de no generar residuos y a otros no les representa un problema y mucho menos generan un acción.

José María Alarcón Pérez es un joven estudiante que pasea por el zócalo de la capital, en su mochila lleva su bote de agua y en una de sus bolsas posteriores, basura de frituras y galletas.

Se le pregunta su relación con la basura y la generación de residuos. “Creo que es importante generar una nueva forma de pensar en el tema de la basura, hay que ser conscientes del impacto ambiental que genera todo lo que hacemos”, responde.

José María contó que junto con su madre tienen una composta en el patio de su casa, ahí van a parar todos los residuos orgánicos que generan en la cocina.

“Las cáscaras de huevo, hojas, restos de comida van a dar a la composta y no a la basura, creo que eso es algo importante”, menciona.

José María también separa las botellas de pet que junta o llegan a su hogar; las vende a un centro de reciclaje o las dona.

Vive en colonia Azteca, al norte de la Chilpancingo. El camión de la basura municipal pasa una vez a la semana por allá. Recordó que antes era más complicado que los camiones recolectores pasaran por su casa.

Antes, cuando el camión no pasaba por su casa, esperaban el servicio de la “basura jefa”, unas camionetas de particulares que recogen la basura y cobran por eso, lo que generaba un gasto extra.

“Yo sé que eso no va ayudar a acabar con el problema de la basura o la contaminación, pero considero importante hacer algo para disminuir aunque sea un poco”.

Casos como José María, pocos, pero existe un cambio de pensamiento generacional en el que a los jóvenes les importa la educación ambiental.

Otras personas a las que se tuvo acceso para saber cómo funciona la generación de residuos en su casas, la situación fue diferente.

La familia Cortés Nava todo lo que no tenga uso lo lleva a la basura, los residuos orgánicos, sólidos y pet en la misma bolsa, sin separarlos.

Pero el problema va más a allá de las personas en su casa, la poca basura que pueda generar José María y que separa van al mismo sitio que la familia Cortés Nava, al relleno sanitario de Chilpancingo.

El caso de los rellenos sanitarios es complejo, actualmente la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Guerrero (Propaeg) reconoce que la gran mayoría de los rellenos en Guerrero no cumplen con las normas ambientales y aún así su uso es constante e indispensable.

“La mayor parte de rellenos sanitarios no cumplen completamente con la Norma 089 de Manejo de Residuos”, menciona el titular de la Propaeg, Carlos Toledo Manzur.

De todos los rellenos sanitarios que existen en Guerrero, ninguno cumple con las normas para el manejo de los residuos.

Existen datos desde el 2018 que indican la falta de atención de los municipios en el tema, y a cuatro años de eso ninguno cumplió con la Norma. Entre las normas que deberían cumplir están el cercado perimetral, la capacidad por número de habitantes y el buen manejo de los lixiviados.

El relleno sanitario más grande del estado es el de Acapulco y es el que tiene más problemas con el manejo de residuos. Uno de los principales es el manejo de los lixiviados.

Los lixiviados son los líquidos que generan los residuos y circulan entre toda la basura que generan en los tiraderos de basura. Este líquido es considerado muy contaminante para la tierra y los cuerpos de agua cercanos a los rellenos sanitarios.

“En la inspección que hicimos encontramos que la mayor parte de las tinas de lixiviados estaban saturadas. Una lluvia genera derramas a los cuerpos de agua”, explica Toledo Manzur.

Agregó que el manejo de los lixiviados es muy importante porque estos son una fuente de contaminación directa para el suelo y el agua.

En el caso de Acapulco, Toledo Manzur dio a conocer que por el tema del relleno sanitario y los lixiviados ya existe una sanción. “Tenemos establecida una multa al municipio equivalente a un millón 100 mil pesos”.

Reconoció que se trabaja en conjunto para poder revertir la multa. Una opción es la creación de una planta de compostaje que reduciría los residuos en el puerto.

De acuerdo con el servidor públicos, en Guerrero se generan 1,500 toneladas de basura diarias. Acapulco es el municipio que genera más basura, 800 toneladas de basura al día.

Le sigue Chilpancingo, con 400 toneladas y después Iguala y Zihuatanejo, con alrededor de 200.

Sobre las posibles soluciones, Toledo Manzur dijo que la economía circular y la separación de residuos por parte de la sociedad y empresas es una alternativa viable.

Del 100 por ciento de la basura que genera al día el estado, 50 por ciento es orgánica. “Sacar lo orgánico simplemente ya implica disminuir la presión de los sitios de disposición final”.

Otro 15 por ciento corresponde a materiales que pueden reciclarse como papel, cartón y plástico.

El resto son residuos que no se pueden reciclar ni darles otro tratamiento.

“Si la sociedad tuviera la cultura de separar, reciclar eso significaría que tendríamos cinco veces menos necesidades de disposición final y, por lo tanto, los rellenos sanitarios tendrían una vida útil cinco veces más de lo que actualmente tienen”.

Toledo Manzur dijo que tienen previsto pedirles a los negocios y grandes empresas un Plan Integral de Gestión de Residuos. Es decir, las empresas desecharán sus residuos bajo la observación de la Propaeg.

En la imagen, aspectos del basurero municipal donde los recolectores hacen el trabajo de separar y reciclar. Fotografías de febrero del 2021. Foto: José Luis de la Cruz (Archivo)

 

 

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