Una masacre de 23 personas y más feminicidios, recuento de la violencia en octubre

Antecedentes del ataque en San Miguel Totolapan

Texto: Margena de la O 

Fotografía: Carlos Navarrete 

7 de noviembre del 2022

Chilpancingo

 

En octubre pasado, en Guerrero asesinaron en promedio por día a cuatro personas. El número total de víctimas durante el mes fue de 127, es decir, 23 casos más que los documentados el mes anterior, de acuerdo con el comparativo de los conteos mensuales de asesinatos hechos por este medio. En septiembre se contabilizaron 104 víctimas.

En octubre ocurrió una masacre, en un sólo día asesinaron a 23 personas –las autoridades estatales sólo reconocen a 20– en San Miguel Totolapan, en las que están incluidos el alcalde Conrado Mendoza Almeda y su padre, Juan Mendoza Acosta, ex presidente municipal del mismo lugar. Tan sólo el 5 de octubre pasado asesinaron en una misma secuencia de hechos a un 29 por ciento del total de víctimas del mes.

Hechos que hasta ahora no son clarificados por completo, ni siquiera en el número de las víctimas, porque el gobierno el estado no modificó los números del reporte que difundió al siguiente día de los hechos el gobierno federal en la conferencias mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, aun cuando en la Tierra Caliente, región a la cual pertenece el municipio donde ocurrió la masacre haya otras versiones que se conocen a cuenta gotas por lo que han recabado reporteros, porque tampoco es fácil obtener información en un lugar en esta condiciones de violencia.

Por un grupo de reporteros que viajó de Chilpancingo a San Miguel Totolapan al día siguiente de los hechos, se supo que los habitantes sumaban más víctimas, los 23. El reportero Israel Flores, asentado en la Tierra Caliente, escribió en una nota para periódico El Sur que el martes 1 de noviembre habrían sepultado en San Miguel Totolapan a otra persona que quedó herida de la masacre, y que las tumbas de las otras víctimas sepultadas estaban abandonadas, como muestra de que sus familiares “huyeron”.

También expone que hay mucha resistencia de los habitantes de la cabecera municipal para hablar de las víctimas: “ (…) mucha gente del pueblo tiene temor de hablar; evita decir nombres de los fallecidos, donde vivían o incluso si saben de más personas que pudieran estar heridas”.

La única explicación institucional hasta ahora ofrecida como parte de la investigación la dio el el subsecretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja, quien señaló al grupo criminal de la Familia Michoacana de ser el responsable de la masacre. Antes, al día siguiente de los hechos, el mismo subsecretario atribuyó los hechos a Los Tequileros, a quienes identificó como rivales de la Familia Michoacana, sólo porque días antes circuló en redes sociales un video de unos hombres que dijeron ser miembros de ese grupo criminal y porque se atribuyeron el asesinato de un funcionario del gobierno municipal que ocurrió unos días antes dela masacre.

Lo que ocurrió en San Miguel Totolapan representa un caso del mes, quizá el más aberrante, por el número de víctimas, pero sobre todo porque ocurrió en un mismo día y en una misma cadena de hechos, pero las estadísticas del mes que Amapola, periodismo transgresor realiza a partir de las noticias que publican los medios de comunicación local, arrojan que el municipio donde más asesinatos hubo a lo largo de mes fue Acapulco, con 52 personas asesinadas. Pero, se insiste, a lo largo del mes.

Para llegar al numero de 127 víctimas durante el mes, es importante hacer algunos apuntes, por ejemplo, que todos los días de octubre hubo personas asesinadas, o dicho de otra manera, en ningún día del mes los victimarios dieron tregua. En septiembre en dos días no hubo víctimas, los días 23 y 30.

También que las 127 víctimas se contabilizaron en 19 municipios diferentes, ya se dijo, encabezados por Acapulco (52 víctimas), seguidos por San Miguel Totolapan (aquí se contabilizaron las 23 personas que informaron los pobladores, y no las 20 que exponen las autoridades), y después por Zihuatanejo, Eduardo Neri, Buenavista de Cuéllar, Coyuca de Benítez (con tres cada uno); y por Copala, Tecoanapa, Pilcaya, Taxco, Cocula (con dos cada uno).

La lista de municipios la cierran Acatepec, Ayutla, Juchitán, Huitzuco, Tepecoacuilco y Atoyac con una víctima cada uno.

En el mes, la mayoría de víctimas son hombres, 114 de ellos asesinados, entre ellos un bebé. El resto, es decir, 13, son mujeres. En ese aspecto las cifras tiene el mismo comportamiento que en septiembre, donde también hubo más víctimas hombres, pero en el texto anterior se puso énfasis en la historia de mujeres por la saña evidente en los 10 asesinatos documentados.

Esta vez ese elemento no cambió, los 13 asesinatos de mujeres ocurridos en octubre también tienen rasgos de ese patrón. El 6 de octubre fue hallado el cadáver de Julia Magdalena, una trabajadora administrativa del Hospital de la Madre y el Niño Guerrerenses (HMNG) de unos 45 años. Era evidente el golpe que le dieron en la cabeza, se leía en los reportes policiacos. Lo dejaron al costado de su carro, en la colonia Tetipan, ubicada cerca de la colonia Mirna Acevedo, del lugar conocido como La Avioneta, rumbo hacia la comunidad de Petaquillas.

Las colectivas de mujeres que monitorean, documentan y acompañan a familiares de mujeres víctimas de violencias en Guerrero han puesto énfasis en que los asesinatos de mujeres sean abordados por las autoridades desde el inicio como presunción de feminicidio, sobre todo si se pone atención que el estado tiene dos alertas por violencia de género, porque la violencia hacia las mujeres es real y es grave.

El 23 de octubre pasado, las compañeras y compañeros de trabajo de Julia Magdalena marcharon en la ciudad de Chilpancingo para exigir avances en la investigación del caso. Además, expusieron, los obstáculos que sortearon junto a los familiares de la víctima para que la Fiscalía General del Estado (FGE) reclasificara el caso como feminicidio, porque sólo fue suscrito como homicidio.

Acudieron a la protesta para exigir una investigación pronto, cuando esto deberían ser una garantía.

Julia Magdalena era trabajadora, tenía dos hijos, una joven y un niño. Cuando salió de su casa el 5 de octubre por la noche, le dijo a ellos que iría a comprar a la tienda, pero ya no regresó.

“Un feminicida anda suelto en Chilpancingo”, dijo una enfermera del HMNG que participó en la marcha para exigir castigo por el asesinato de su compañera, y esa consigna no puede estar más cargada de verdad.

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