Texto y fotografía: Itzel Urieta
30 de octubre del 2022
Chilpancingo
Desde hace más de 20 años en los hornos de la panadería La Hidrocálida se preparan diversos panes tradicionales de la región.
Yesi y Angélica Pacheco atienden el puesto de la Hidrocálida en la séptima edición del Festival del Pan.
Su papá es quién hace el pan con ayuda de sus yernos. De acuerdo con Angélica, su padre aprendió sobre el mundo de la panadería a los 12 años, por lo que lleva aproximadamente 50 años en este oficio.
Todo el negocio es familiar, Yesi y Angélica también apoyan. Hornean y hacen algunos adornos a los panes como la cemita. Los yernos también apoyan en el negocio.
En esta temporada de Día de Muertos, La Hidrocálida vende más el pan de mono con azúcar rosa, la amargosa y su especialidad, el espinazo del diablo.
El espinazo del diablo es un pan de la casa, con una receta especial que pocos conocen, el nombre se debe a que es una gran pieza de pan que asemeja la forma de un espinazo.
Además de La Hidrocálida, en la Feria del Pan 2022 se dieron cita 14 panaderías tradicionales de Chilpancingo.
Otra de las panaderías presentes es La Chilapeña, con 34 años en la elaboración y distribución del pan.
La Chilapeña se especializa en pan estilo Chilapa, porque los que iniciaron el negocio eran originarios de Chilapa, municipio conocido por su gastronomía y su pan tradicional.
Gabriela Sánchez contó que la tradición del pan de Chilapa es porque cuando llegaron los frailes a evangelizar la zona venía un sacerdote agustino que era chef y tenía conocimiento sobre pan.
De ahí surgió una mezcla de recetas entre las originarias y las traídas por los españoles y así nació el pan de Chilapa que conocemos hoy.
Lo que más se vende en esta temporada en La Chilapeña es el pan de muñeco con azúcar rosa, el pan de muerto tradicional redondo con huesitos encima y los camarones.
Otra panadería tradicional es la Panadería San Mateo, dirigida por Marcos Nava Damián. Desde 1980 deleitan a los chilpancingüeños con sus panes.
Panadería San Mateo también es una panadería familiar en la que los hijos, nueras y nietos ayudan en el negocio.
Hacen todo tipo de pan. En esta temporada venden más los monos de azúcar y las amargosas.
El Festival del Pan es un apoyo para las panaderías locales de la ciudad.
De acuerdo con Gabriela Sánchez, los dos años de la pandemia por Covid-19 afectaron sus ventas.
«Fuimos uno de los sectores más afectados por la pandemia, afortunadamente ya nos estamos recuperando poco a poco».
La festividad de Día de Muertos permite que las ventas en las panaderías locales se eleven.
Para las familias de la capital que acuden a comprar, el pan es fundamental para sus ofrendas.
«Es importante recordar a nuestros difuntos en estas fechas. La tradición nos dice que vienen los muertitos y se llevan cosas, una de esas cosas, es el pan que es más tradicional», comentó Margarita Nava Rodríguez, quien asistió al festival a comprar pan.