Han pasado dos años desde el incendio en la estancia migratoria del INM en Ciudad Juárez, donde murieron 40 migrantes extranjeros que estaban encerrados y bajo el cuidado de las autoridades migratorias; el caso aún no llega a juicio, además en este tiempo tres funcionarios acusados por la tragedia dejaron la cárcel para enfrentar el proceso en libertad, uno sigue profugo y al comisionado Garduño le congelaron el proceso penal en su contra
Ana Evangelista recuerda que la tarde del 27 de marzo del 2023 fue la última vez que habló con su hijo Roberto, “me dijo que lo había detenido Migración y lo iba a regresar a El Salvador”. Él la llamó desde la estancia migratoria en Ciudad Juárez, donde horas después murió atrapado en medio de un incendio provocado en una celda cerrada bajo llave.
Roberto Antonio Henriquez Evangelista, el hijo de Ana, es uno de los 40 hombres migrantes extranjeros que la noche de ese día murieron encerrados asfixiados por el humo de las llamas en la estancia del Instituto Nacional de Migración (INM), sin que los oficiales que los tenían bajo su resguardo les abrieran la celda; una tragedia que además dejó a otros 27 con lesiones de por vida y a 15 mujeres sobrevivieron con estrés postraumático.
“Se siente uno impotente de saber que nadie está pagando por esta atrocidad que cometieron con tantas personas”, dice Ana, en entrevista telefónica con La Verdad Juárez desde California, en Estados Unidos donde esperaba recibir a su hijo. “Parece que la justicia en México es ciega”.
El reclamo de impunidad también lo lanza Rubbelsy Manrrique Pérez Rodríguez, uno de los 27 sobrevivientes. “¿Por qué tanto retraso con la justicia?… Si realmente las pruebas (de lo que ocurrió) están ahí”.
Además, solo tres de los ocho funcionarios de Migración imputados por la muerte de los migrantes enfrentan el proceso en prisión, tres de ellos dejaron la cárcel con el pago de una fianza y uno más está prófugo. En tanto que el comisionado del INM, Francisco Garduño Yáñez en enero pasado logró que se le congelara el procedimiento judicial en su contra por un plazo de 18 meses a cambio de seis acciones, entre ellas: ofrecer una disculpa pública a las víctimas. Esto último aún no ha ocurrido.
Otras tres personas, dos migrantes originarios de Venezuela y un guardia de seguridad privada, también se encuentran en la cárcel por esta tragedia.
Las autoridades mexicanas tampoco han reconocido como víctimas de esta tragedia a las mujeres migrantes que fueron liberadas de otra celda de la estación en medio del incendio, quienes padecen estrés postraumático por este suceso en el que más personas migrantes bajo el resguardo de las autoridades han perdido la vida en México.
Frente a este panorama, Marcos Edgar Zavala Cruz, abogado de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho –organización representante de ocho sobrevivientes y nueve núcleos familiares de víctimas fallecidas– considera que el Poder Judicial federal no ha hecho su trabajo. Tampoco la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) ni la Fiscalía General de la República (FGR).
“No se ha juzgado a nadie aún”, dice Zavala Cruz, quien reflexiona sobre lo ocurrido por la muerte de migrantes debido a la falta de ayuda, y por considerar que los acusados no son los únicos responsables de esta tragedia, sino también la política migratoria que criminaliza a las personas en movilidad.
‘Si evaden la ley, Dios se va a encargar de todos ellos’
La tragedia comenzó en la celda de hombres de la estancia migratoria en la ciudad, donde migrantes extranjeros encerrados bajo llave discutían enojados con guardias de seguridad y oficiales migratorios por la falta de agua, alimentos y amagos de deportación.
De acuerdo con una investigación colaborativa de La Verdad Juárez, Lighthouse Reports y El Paso Matters, las primeras llamas visibles en la celda se registraron a las 21:28 horas.
Casi seis horas antes, Ana Evangelista, recibió una llamada telefónica de Roberto. “Ese día que pasó la tragedia yo pude hablar con él, a las 3:38 de la tarde”, dice la mujer al relatar sobre esa plática y lo difícil que han sido los últimos dos años de su vida por la muerte de uno de sus dos hijos.
Roberto le contó que lo detuvo Migración mexicana el viernes 24 de marzo. Esa semana “los coyotes” –como nombra a los traficantes de personas que lo trasladaban– lo intentaron pasar a Estados Unidos tres veces. El martes cruzó la frontera junto con otras personas, pero lo agarró la Patrulla Fronteriza y lo regresaron por un puente a Ciudad Juárez; luego volvieron a cruzar el jueves, pero ese día lo regresaron nuevamente.
En su tercer intento, el viernes, fue detenido por las autoridades mexicanas y trasladado a la estación del INM donde murió.
Funeral de Roberto en El Salvador, 10 de abril de 2023. Fotografía: Tomada de FB | En Memoria De Roberto Evangelista
Ana recuerda que en la llamada Roberto le contó su frustración por no llegar a Estados Unidos, pero también le dijo que estaba conforme porque lo iban a regresar a El Salvador y eso lo ponía feliz, porque volvería a ver a sus hijas, que ahora tienen 11 y 6 años.
“Yo tenía la esperanza de volver a ver a mi hijo”, dice la mujer quien desde hace 19 años vive en California, en el oeste de Estados Unidos. “Él venía de El Salvador para acá, estuvo tres años rogándome que me lo trajera, yo no quería”.
Los videos captados por las cámaras de seguridad instaladas en la estancia del INM evidenciaron que los oficiales de Migración y los guardias salieron del área que se quemaba dejando atrapados a los migrantes varones. En ningún momento tratan de abrir la puerta de la celda del área de hombres, como se expuso en la investigación colaborativa de La Verdad Juárez que reveló detalles de ese acontecimiento, irregularidades, abusos y omisiones graves que contribuyeron a la letalidad del incendio.
Al día siguiente, el 28 de marzo, Ana se enteró del incendio y la muerte de su hijo.
“Estaba por entrar a mi trabajo, eran las 7:45 de la mañana, cuando me cayó una llamada por WhatsApp, era un amigo de mi hijo, de Guatemala, con quien venía en el trayecto, a quien también detuvieron el viernes, me dijo: ‘hubo un incendio, hay muchos fallecidos’”, recuerda.
La narración de esa llamada sigue: “No quiero preocupar, pero quiero que sepa, me dijo, que en el centro de detención de migrantes ayer hubo un incendio y dicen que hay muchos fallecidos, yo no sé si Roberto está fallecido o está en el hospital”.
Desde ese momento “sentí en mi corazón como que él ya no estaba…”, relata Ana con su voz alterada por el llanto contenido. “Fue un horror, bien terrible”.
Su corazonada se confirmó horas después. La hija de su compañero de vida, quien trabaja para una institución en El Salvador le confirmó el deceso con información de la cancillería de su país. Luego, la esposa de Roberto se trasladó a Ciudad Juárez y reconoció su cuerpo.
Al dolor de la muerte de su hijo, en Ana se sumó la frustración porque no pudo estar presente en el funeral y en el sepelio. “Eso fue muy difícil para mí, porque yo el día que lo llevaron (a enterrar), que fue el día 10 de abril, lo tuve que ver a través de una videollamada, para mi fue un momento muy difícil”.
“Ya no pude estar con mi hijo, ni con su familia”, dice Ana, quien por su situación de indocumentada no pudo salir de Estados Unidos para regresar a El Salvador, de donde salió en busca de mejores ingresos económicos para ayudar a su familia. Lo mismo que buscó Roberto.
A dos años de la tragedia, Ana reclama la impunidad en la que se mantiene esta tragedia.
“No hay justicia aún”, dice, “y si logran evadir la justicia de los hombres, algún día Dios se va a encargar de todos ellos”.
La noche del incendio Rubbelsy, nacido en Guatemala, se refugió en el baño de la estancia, se quitó la playera y la mojó para colocarla en su boca. Después de unos cinco o máximo 10 minutos perdió el conocimiento y cuando despertó habían pasado 20 días.
Ese tiempo estuvo intubado porque sufrió quemaduras en la vía aérea, en la cabeza y en una parte del oído derecho y dos quemaduras en el pulmón izquierdo. Él estuvo un mes hospitalizado y su recuperación fue lenta y dolorosa.
A dos años de esta tragedia, el hombre, de 40 años, aún enfrenta secuelas como son ataques de ansiedad y limitaciones para llevar a cabo actividades que requieren un esfuerzo físico.
A pesar de estos inconvenientes y de lo que le tocó vivir en la estancia migratoria, Rubbelsy narra cómo fue su nuevo comienzo en Estados Unidos, donde reside desde octubre del 2023.
Rubbelsy junto a su esposa e hijos cruzan a Estados Unidos por el puente internacional Paso del Norte que une a Ciudad Juárez y El Paso, Texas. 10 Octubre de 2023. Fotografía: Rocío Gallegos / La Verdad Juárez
Actualmente vive en Tennessee con su familia, integrada por su esposa, su hija de 13 años, un niño de 8 años y una bebé de días de nacida. Labora como operador ensamblador.
Es uno de los 22 hombres sobrevivientes del letal incendio que cruzó a Estados Unidos donde buscaron rehacer su vida, sin embargo, muchos de ellos regresaron a su país sin lograr el asilo que buscaban. Rubbelsy y su familia aún siguen su proceso migratorio, tienen cita en la Corte de inmigración estadounidense hasta diciembre del 2026.
“Pienso en lo afortunado que fui en sobrevivir, prácticamente fue un milagro”, dice el hombre que permaneció 20 días inconsciente, “porque prácticamente estuvimos en un horno”.
¿ Y la justicia?
Ahora Rubbelsy exige justicia y que no se olvide lo que se vivió en la estación migratoria de Ciudad Juárez la noche del 27 de marzo del 2023.
“¿Por qué tanto retraso de la justicia?”, cuestiona. “Es frustrante pensar en lo que vivimos y luego ver que incluso se privilegia a Garduño… aunque él físicamente no estuvo ahí, como dice, él es el que da las órdenes y pudo ordenar que abrierán la puerta de la celda, nadie abrió”.
La estación migratoria permanece cerrada desde el incendio donde murieron 40 migrantes extranjeros. Aunque la contención migratoria siguió por las autoridades del INM, las personas en movilidad que son detenidas en esta región fronteriza de Chihuahua se trasladan a la estación de Janos o hacia el sur de México.
“Es una burla”, dice Rubbelsy, “tanto a las víctimas como a los fallecidos”.
El sobreviviente se muestra incrédulo por la falta de justicia a dos años de la tragedia.
Francisco Garduño Yánez, comisionado del INM, al salir de los juzgados federales en Ciudad Juárez. Octubre 2024. Fotografía: La Verdad Juárez
Esta impunidad prevalece porque ninguno de los procesos penales abiertos han llegado a juicio, explica Marcos César Zavala Cruz, abogado de la organización representante de ocho sobrevivientes y nueve núcleos familiares de víctimas fallecidas. Además, dos causas judicializadas en 2023 aún tienen pendiente la celebración de sus audiencias iniciales.
“¿Por qué no se han dado los juicios?”, pregunta y se responde: “porque cuando nosotros empezamos a revisar los primeros tomos de la carpeta de investigación, nos dimos cuenta que las víctimas no habían sido tomadas en cuenta”.
Como no se garantizaba los derechos de las víctimas, quienes fueron totalmente desdibujadas, invisibilizadas, la organización interpuso juicios de amparo, que aún no se han resuelto.
“Acusamos a la Fiscalía, acusamos las omisiones de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, denunciamos las omisiones del juez de control, pero aún es fecha de que el Poder Judicial no resuelve ninguno de los amparos que se promovieron desde 2023 y principios de 2024”, explica en entrevista.
En medio de este estancamiento judicial, tres de los ocho funcionarios del INM imputados por la tragedia lograron dejar la cárcel con el pago de una fianza para seguir su caso penal en libertad. Esto son: Daniel G.Y., quien al momento del incendio se desempeñaba como representante local Noroeste del Instituto Nacional de Migración; Eduardo A.M., jefe de recursos materiales de la estancia migratoria en Ciudad Juárez; Juan Carlos M.C., quien al momento del incendio se desempeñaba como coordinador del Grupo Beta.
Otro de los funcionarios, Antonio Molina Díaz, quien enfrentaba el proceso en libertad, presuntamente está evadido desde mayo del 2023.
Solo tres imputados por la muerte de los migrantes enfrentan el proceso en prisión: El contralmirante Salvador G.G, quien era el encargado de la Oficina de Representación del Instituto en el estado de Chihuahua; así como Rodolfo C. de la T. y Gloria Liliana R. G., encargados de la estación en el horario del incendio.
Otras tres personas, dos migrantes originarios de Venezuela, Jeison D. C.R. y Carlos Eduardo C.R., y el guardia de seguridad privada, Alan Omar P.V., también se encuentran en la cárcel por esta tragedia.
A estas últimas seis personas mencionadas se les vence el plazo de la prisión preventiva en unos días y como aún no han sido juzgadas es posible que a partir de abril se les conceda el cambio de la medida cautelar y sigan el proceso en libertad.
El abogado Zavala Cruz considera que este caso exhibe que el sistema de justicia penal en México no tiene capacidad para procesar graves violaciones a derechos humanos.
“Nosotros simplemente queremos que todos los implicados atraviesen un juicio… y que haya justicia”, dice.
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Este es un texto de La Verdad Juárez, que forma parte de la Alianza de Medios de Periodistas de a Pie, de la cual somos integrantes. Aquí puedes consultar el trabajo original.
La visita al rancho Izaguirre provocó el reclamo de las madres buscadoras, que se sintieron, una vez más, burladas por las autoridades. Ni la fiscalía federal ni la estatal se hicieron responsables del caos y el dolor que provocó la falta de coordinación y la ausencia de explicaciones sobre lo ocurrido en el lugar. Por eso, cada visitante inventó su propia narrativa. Aunque quienes descubrieron ese predio insisten (con fotografías) en que las excavaciones donde se encontraron los restos fueron alteradas
Cuando regresa al rancho Izaguirre en Teuchitlán, ya no en secreto sino con autorización oficial, a Virginia Ponce se le estruja el corazón al ver que este sitio no está como lo recordaba: lo ve “limpio”, como desmantelado. No apesta a humedad, tampoco está polvoso ni abandonado; cientos de personas lo recorren, lo pisan y manosean ahora mismo —por invitación de las fiscalías federal y de Jalisco—, aunque ella, que rastrea sitios de exterminio, sabe que es la escena de muchos crímenes y seguramente conservaba evidencias forenses.
No puede reconciliar este sitio “maquillado” con el que se le metió en las pesadillas nocturnas tras una de las visitas furtivas que hizo con otras madres buscadoras en enero y febrero de 2025, cuando aún estaban crecidas las cañas en los terrenos colindantes. Esos días lo revisaron a escondidas y con miedo; momentos antes de irse, escucharon un grito: “¡Mamááá!”.
“Pensé que solo yo había escuchado, pensé que era mi mismo miedo que yo tenía, y no, mis compañeros escucharon ese lamento pidiendo ayuda. Y cuando escucho el video se oye ese ‘mamá’. ¿A cuál de las mamás de nosotras le estaba hablando? Fue muy triste y doloroso”, dice, y del puro recordar se le llenan los ojos de lágrimas a esta mujer que lleva 4 años y 9 meses en la búsqueda de su hijo Víctor Hugo Meza y que lidera el colectivo Madres Buscadoras de Jalisco.
“Encontramos prendas tiradas por toda esa parte de ahí, era un olor insoportable, un alteronón de zapatos por donde quiera. Todo tirado”, dice mostrando todo alrededor, donde ya no existe nada. Se queja de que esta visita a la que fue invitada por las autoridades a participar es una burla. “Nos trajeron como a un museo, pero siquiera en un museo tú ves o puedes preguntar, y aquí nadie te dijo a qué venías o qué trabajos habían realizado. Es una burla”.
Los reclamos son generalizados. “Nada que ver [de lo que había], ya limpiaron. Estaba tapada la ropa con una lona, y olía muy feo. De hecho, había una bata colgada con sangre, muchas cobijas aquí y en la parte de afuera. Ahora ya está muy pisado todo aquí”, asegura Adriana Ornelas, integrante también del colectivo —ella busca a su hijo veinteañero Paul Gabriel Sánchez—, y quien siente que desde enero a este rancho le han ido sacando cosas.
No están las gallinas y los gatos, la comida enlatada (sopas instantáneas, latas de sardinas, harina de hot cakes), la enorme pila de platos (más de 100), los tenis y botas que había en cajas nuevas, las dos bases de cama, los colchones, una estatua enorme de la Santa Muerte y más objetos que tampoco vio en las transmisiones que hizo el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, que ingresó el 5 de marzo acompañado del fotógrafo Ulises Ruiz, de AFP, cuyas imágenes de los cientos de zapatos y prendas de ropa abandonados y más de mil objetos sin dueño lucían como vestigios de una catástrofe de la que pocos sobreviven. La catástrofe del reclutamiento forzado, y de la desaparición de personas que azota a México.
A partir del 8 de marzo, cuando La Jornada llevó en portada la noticia del crematorio clandestino, la información comenzó a tomarse en serio y a publicarse en la prensa nacional.
Esos zapatos huérfanos y la noticia de que, desde septiembre de 2024, el rancho estaba bajo resguardo de la fiscalía estatal y, a pesar de que encontraron tres personas con reporte de desaparición (una muerta envuelta en un plástico) y detuvieron a 10 supuestos integrantes del cártel, abandonaron las evidencias, lograron que el país entero volviera los ojos a Jalisco, que se hicieran homenajes luctuosos a las víctimas en las plazas de 40 ciudades, y que la presidenta Claudia Sheinbaum anunciara que atender la desaparición de personas es una prioridad nacional.
Decenas de zapatos, ropa y maletas fueron encontrados en el rancho Izaguirre de Teuchitlán. (Facebook de Guerreros Buscadores de Jalisco)
Entre los dimes y diretes sobre en quién recaía la responsabilidad, si en el gobierno estatal porque desde septiembre se quedó a cargo de este narcorrancho, o en el federal porque lo descubrió la Guardia Nacional y el predio pertenecía a la delincuencia organizada, el miércoles 19 de marzo, un sonriente Alejandro Gertz Manero, titular de la Fiscalía General de la República (FGR), informó en rueda de prensa de todas las irregularidades cometidas por la Fiscalía General del Estado (FGE) al procesar la escena del crimen e invitó a los medios a que vieran con sus propios ojos ese rancho de la localidad La Estanzuela en el municipio de Teuchitlán.
Tras aventar el paquete a la fiscalía estatal para que, en menos de 24 horas, organizara el recorrido, esta extendió la invitación a colectivos de familias buscadoras de Jalisco, Colima, Guanajuato, Nayarit y Zacatecas, y a todas las que hubieran identificado, entre las fotografías de objetos hallados exhibidas en internet, alguna prenda de las personas que buscan.
Así, la visita a este campo de entrenamiento que en la prensa se llamó “la escuelita del terror” se convirtió en un “tour del horror” del que fueron víctimas Virginia, Adriana y tantas otras familiares que buscan.
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Las primeras denuncias de la estafa comienzan a las 13:59 horas. Cuando los periodistas están esperando que los dejen ingresar al rancho, dos mujeres salen corriendo, como traumatizadas. Una de ellas —camisa de manga larga a cuadros y el rostro cubierto con un pasamontañas porque a todas les advirtieron que podía ser peligroso dar entrevistas con la cara descubierta—, a quien no le dejan de temblar las manos con las que quiere ocultar las lágrimas, grita que las engañaron porque ya no hay nada, no está la fajina que ella pensaba que era de su esposo Juan José Ramos —desaparecido de su casa “hace 6 años y 20 días”—, y llora con la impotencia de quien siente que se lo volvieron a ocultar.
La esposa de Juan José Ramos, desaparecido en 2019, se sintió engañada porque en el rancho no había ninguna prenda y pidió que dejaran a los colectivos excavar en busca de indicios. (Marcela Turati)
“No hay nada. No hay prendas, no hay zapatos, no hay mochila, no hay nada. Se desaparecieron. No se vale. Compañeras de otro colectivo vinieron cuando se abrió y hay fotos de todo lo que hay, ahora no hay nada. Dicen que están en Semefo, pero nunca lo han publicado, pero hay muchos lugares donde hay montones de tierra. Que nos dejen entrar, escarbar, y verán que íbamos a sacar muchos indicios de nuestros desaparecidos. No se vale. Somos una burla. No hay nadie que te diga qué ha pasado con todo esto. Según que iba a venir de México una persona [de la FGR] y no llegó. Como siempre, somos burla de esta sociedad, de este pinche gobierno. Todo está bien manipulado, todo lo que hay adentro está manipulado. Esto nada más lo hacen para hacer un teatro. Había muchos zapatos, mucha ropa, muchas mochilas. Había de todo. Y ahora no hay nada”.
En la finca de 11,000 metros cuadrados es difícil seguir todo lo que pasa porque simultáneamente ocurren muchas cosas: un papá saca de entre la tierra un maletín azul y unos calcetines del bodegón donde supuestamente entrenaban a los sicarios, un sitio que ya había sido procesado por los peritos de la fiscalía; durante el recorrido irán surgiendo cepillos de dientes, peines, cosas que pertenecieron a alguien. Una mujer de Colima coloca sobre la pared un altar con la foto de su hijo desaparecido y unas veladoras para despedirlo (“si aquí estuvo”). Un empleado de Protección Civil trata de desalojar a la gente a gritos porque la pared del galerón principal está a punto de caerse por el peso de la multitud.
Por la ausencia de prendas, desde el principio del recorrido mujeres fuertes como las buscadoras, que cavan fosas, comenzaron a colapsar. En distintos rincones —rodeadas de decenas de cámaras que enfocan cada llanto, cada grito, cada maldición— se les ve desoladas porque sienten que, al llevarse las evidencias, les desaparecieron para siempre a sus familiares. Esas prendas que habían visto eran como señales que les mandaban los hijos, las hijas, los esposos, los padres, que buscan. Presienten que si los quemaron ahí, ya nunca los van a encontrar.
Uno de los momentos más duros lo protagoniza una de las integrantes del colectivo Guerreros Buscadores que aparecía en alguna de las transmisiones en vivo donde encuentran los 300 zapatos, la carta de despedida de un joven desaparecido, los fragmentos de huesos, y demás imágenes que revelaron lo que la sociedad y el gobierno no habían querido ver: que el cártel local traía a jóvenes retenidos a la fuerza para convertirlos en sicarios y los sometía a un brutal entrenamiento en el que quienes no matan, mueren. Cuando nota que bajo el adoquín que pisa se siente hueco, y sabiendo que la fiscalía estatal no hizo un buen trabajo pericial, se tira al piso y, como en trance, comienza a excavar con las uñas, mientras grita llorando:
—¡Traigan un pico y pala! —pide otra mujer que también lleva una gorra para el sol y viste una camiseta gruesa de manga larga como las que usan los exploradores, y que, aunque intenta calmarla, luego grita exasperada—: Si ellos [los peritos] no van a trabajar, que no nos den un tour como si fuera museo, como si fuera película de terror, es una burla para nosotras las víctimas…
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Nada auguraba que las cosas iban a salir tan mal. Únicamente se notaba la descoordinación federal y estatal, dado que las instrucciones a la prensa eran contradictorias. La FGR citaba el jueves 20, a las 12:00 horas, a las afueras de la fiscalía estatal, y la FGE indicaba que saldrían a las 11:00 de la delegación de la fiscalía general. Como si cada una hubiera querido adjudicar la responsabilidad a la otra.
“[Un día antes] por ahí de la tarde, de las 4, 5 de la tarde, empieza a circular la versión de que iban a salir de dos puntos porque no podían ponerse de acuerdo sobre el recorrido. Eso dura hasta las 10 de la noche, que finalmente deciden lanzar dos convocatorias. Pero, evidentemente, allá se notó que no había una logística y me parece que tampoco había una razón de fondo para acudir: si se les iban a presentar las evidencias o iba a haber una explicación”, explicó el periodista y columnista jalisciense Jonathan Lomelí López.
Por la Glorieta de los Niños Héroes, rebautizada como la Glorieta de las y los Desaparecidos porque está tapiada con imágenes de las personas buscadas por sus familias (en Jalisco hay al menos 15,000 registradas), pasaron los camiones —unos reportes mencionan 10, otros 12—, con lugar para 40 invitados cada uno.
Una hora después, los autobuses tipo maquileros que contrató el estado fueron los primeros que aparcaron en el sitio asignado como estacionamiento, a un kilómetro del portón negro con el dibujo de dos caballos encabritados, donde se lee: Izaguirre Ranch.
Se propuso una logística a los recién llegados: esperar a unas camionetas que subirían grupos de 10 personas, y hacer recorridos de 20 minutos para permitir el acceso a los siguientes visitantes.
A las 13:15 horas ya se escuchaba el grito de guerra de las familias, que, desesperadas por estar bajo el sol y entre el terregal, ansiosas por entrar al rancho donde estaban las prendas de quienes buscan, se saltaron a los funcionarios que les impedían el paso y comenzaron una caravana con el grito:
El grito de guerra que no ocultaba la furia de los primeros reclamos:
“Como le digo, señora, somos seres humanos, somos madres que buscamos a nuestros hijos nomás. ¿Cree que esto sea justo? ¿Eh? Aparte de que cuando andamos con la pala y el pico escarbando, ¿quién se arrima? ¡Nadie!, nadie se arrima. Y ahorita sí que es política, que es gobierno, que nos den trato digno. Que se pongan a pensar: tenemos a nuestros hijos desaparecidos. ¿Y que nos den este trato cuando nos están invitando y [dicen] que nos van a dar un trato digno? No se vale. No se vale, señora. Somos seres humanos, no somos animales”.
Se alcanza a escuchar a un papá buscador que en su celular toma la llamada de un noticiero: “No puedo decir que fueron 100, fueron 200 [cuerpos], no tengo la cantidad exacta. No te puedo dar una cantidad porque no eran cuerpos completos los que sacamos, quedaron una nada”.
La furibunda procesión se topó con el portón negro; la entrada parecía un hormiguero. La gente discutía para entrar.
Dentro de la finca esperaba el funcionariado estatal, cada quien con sus logos en los uniformes, pero nadie entendía qué hacían: no explicaban nada ni daban el recorrido como en los museos, solo cuidaban que no se traspasaran los sellos de seguridad. Los tres tristes psicólogos enviados por la fiscalía estatal tampoco estaban ahí cuando con más urgencia se necesitaban.
Desde las 13:30 horas ya eran televisadas por canales como el 44 las furiosas críticas de las madres que salían del rancho, como Patricia Sotelo, del colectivo Huellas de Amor, quien —rodeada de sus compañeras, todas reclamantes— dice a cámara: “Solo pisar el lugar es un dolor y se siente. Es una burla al dolor. Esperábamos caminar por nuestro pie cada rincón. […] Lo que hemos visto por la televisión, no nos dejan pasar, te formas como niño de primaria, tienes que seguir las indicaciones, seguir una hilera, nos dan 15, 20 minutos. […] Ya no hay nada, no nos dejaron entrar donde supuestamente era el dormitorio. Sabíamos que iba a venir Gertz Manero y el fiscal de Guadalajara, que nunca llegaron. Que Gertz tome su puesto, que no nada más cobre”.
A las 14:36, cuando la visita ya era un desastre, la fiscalía de Jalisco tuitea la foto de un oficio y un mensaje: “Hemos puesto a disposición de la @FGRMexico la totalidad de la información del caso del rancho Izaguirre para efectos de que puedan ejercer su facultad de atraer y encabezar la investigación”.
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Mientras a las madres que dedican el día entero a buscar con pico, pala y varillas a sus parientes desaparecidos solo les daban 20 minutos de acceso, otros contaban con privilegios, como Jorge Manuel Suárez Azcargota (@SUAREZDEJALISCO), el influencer VIP a quien el gobierno del estado coló antes del recorrido. En su transmisión se jactaba de haber sido resguardado por la fiscalía para ser el primero en echar una mirada a la bodega. Mostró la que creía que era “casa de una familia”. Enseñó lo que “una vez fue un estanque”. La cocina rudimentaria. Un baño. Las excavaciones. Los drones que sobrevolaban el espacio. Se sentía, dijo, una “vibra no cool”, muy pesada, fea, con una “carga muy cabrona”.
En su video en vivo le dio su llegue al fiscal general: “Se esperaba la visita de Gertz Manero, obviamente no está aquí, quizás se pueda tomar como una falta de cuidado, porque aquí están los colectivos, los medios, aquí en el punto cero tendría que darse la información”, dice en el mensaje que subió después.
No sería el único influencer en la “zona cero”. Al narcorrancho estaban por arribar otros desde la Ciudad de México, deseosos de entrar a verificar si en realidad ese sitio era un “campo de exterminio” y buscar los “hornos crematorios” que las madres habían difundido en sus transmisiones dos semanas antes, en imágenes en las que se ve a un hombre sumido medio cuerpo en un hoyo y a ellas cerniendo la tierra, depositando fragmentos de huesos en una bandeja de plástico.
En la Mañanera del 18 de marzo se informó que el tema de Teuchitlán formaba parte de una “guerra sucia”, que estaba siendo manipulado por 87,000 bots de la oposición con el fin de atacar al gobiero de la presidenta Claudia Sheinbaum y al expresidente López Obrador.
Algunos de los influencers y periodistas fueron a constatar en vivo si esas fotos de prendas abandonadas, y los hoyos con restos humanos que hicieron del rancho Izaguirre “el Auschwitz mexicano”, eran el montaje que la presidenta y diversos medios afines denunciaban como una campaña orquestada desde la derecha o con fines injerencistas para propiciar una invasión de Estados Unidos.
El recorrido era autodidacta. En el caminito a lo largo del predio había banderines amarillos, rojos y verdes en donde se encontró alguna posible evidencia. En el bodegón principal pusieron un cordón amarillo, pero entre el tumulto no se respetaba, ni siquiera se notaba. Otro sitio estaba clausurado con una tela.
En la visita solo se veía tierra aplanada. Raúl Servín, integrante de Guerreros Buscadores de Jalisco, el colectivo que hizo público el hallazgo, repetía que la fiscalía había rellenado los hoyos de los que sacaron fragmentos de huesos. “Yo lo vi cuando lo taparon. Todo lo alteraron”.
De las decenas de uniformados presentes (soldados, guardias nacionales, personal de derechos humanos, atención a víctimas, protección civil, fiscalía de desapariciones, FGE, comisión de búsqueda y un largo etcétera), ninguno daba razón de lo ocurrido en ese rancho, de los hallazgos, de las conclusiones. En las transmisiones en vivo de periodistas, y de feizbuqueros, yutuberos, tuiteros, tiktokeros e instagrameros llegados al rancho, se notaba esa torre de Babel, donde cada quien hablaba un lenguaje distinto. Donde unos vieron un comedor, otros vieron un sitio de desollamiento.
Periodistas internacionales que pisaban por primera vez el campo de entrenamiento de un cártel detallaban en inglés, ante las cámaras, los métodos de ejecución que se utilizaban en el predio, y hasta los lugares exactos donde se hacía cada cosa. A pesar de que lo ocurrido aún está bajo investigación. Aderezaban sus reportes con rumores, noticias, deducciones y entrevistas a sobrevivientes anónimos que dan sus testimonios en los noticieros.
No faltaban los morbosos que —ante las familias convertidas en un manojo de nervios mientras buscaban las prendas que reconocieron— parecían competir por quién hacía las preguntas más crueles, las más terribles o las más sangrientas para ganar más vistas.
“¿Usted cree que su hijo está aquí enterrado? Si fuera así, si él le pudiera escuchar, ¿qué mensaje le daría?”.
Solo las familias que en el primer trimestre de este año ingresaron al perímetro y encontraron las evidencias atinaban a esbozar explicaciones de lo que vieron. El señor Raúl Servín, que desde hace una década busca a su hijo Raúl, ofrece el recorrido que los medios necesitan. Habla de las dentaduras que hallaron (“piezas molares”), de la placa metálica del brazo de una persona que busca su colectivo, de los restos que sacó. Critica lo mal que excavaron los peritos de la fiscalía, que sus exploraciones no se comparan con la profundidad bajo tierra que él alcanza.
Una periodista se detiene para grabar una construcción donde se encontraron señalizaciones de carreteras contra las que se practicaba tiro al blanco, y muchos bidones, y dice ante las cámaras que los delincuentes tenían ahí “una barra” para descuartizar a sus víctimas.
Don Raúl Servín, vestido con su paliacate y su camiseta negra de manga larga que lleva a los rastreos, no quiere continuar, explica que a él no le tocó inspeccionar más adelante. Que solo recuerda que en un cuarto había bidones vacíos.
—¿Aquí se usaron combustibles?
—Sí. Las muestras están en que los que se llevaron no fueron cuerpos completos. Eso porque se llevaron las evidencias a México, no fueron cuerpos completos.
—¿Cómo se veía eso que quedó?
—Como esta piedrita que está ahí, así quedaban reducidas las partes de los cuerpos humanos que fueron quemados.
Los camarógrafos le piden que diga más, que siga adelante. Y él continúa. Personal de la fiscalía les limita el paso porque la visita ya ha durado más de la cuenta: son las 15:30 horas.
Entonces le lanzan la pregunta del millón, por la que existe un debate público y las familias buscadoras han sido acusadas de exagerar:
—¿Este es un centro de exterminio o solo un campo de adiestramiento, como dijo en su conferencia el fiscal (Gertz)?
—No sé cómo le llaman ellos. Como cuando estaba niño yo veía en las caricaturas que usaban esas pistolas como tipo láser que los exterminaban. Yo creo que ellos [el gobierno] pensaban verlo así. Entonces, cuando vine, dije: “No, lógico, pues, si estás quitando la vida a una persona y la estás quemando, pues es un castigo de exterminio”. Claro. Están aprendiendo [a matar] con otros cuerpos, entonces a lo mejor para ellos [el gobierno] no es de esa manera, pero desgraciadamente esa es la realidad para nosotros.
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A la mitad del recorrido, la hija de Adriana Ornelas —hermana de Paulo Gabriel, de 21 años, quien el año pasado fue sacado junto con sus patrones del negocio de instalación de estéreos donde trabajaba— notó el mensaje distorsionado que desde ese momento un supuesto periodista ya transmitía. Y le entró la desconfianza.
“Mi hija vio un influencer que decía que ahí no había nada. Que todo era actuado, que nos habían pagado, que somos de un partido… Da mucho coraje. Me pasaron el enlace del en vivo, ahí dicen eso”, señala su madre, quien no se dio cuenta; ese día daba contención a compañeras conmocionadas por tantas emociones vividas.
A partir de ese tourMontessori donde cada quien hizo lo que quiso, se hicieron notar periodistas e influencers que dictaminaron al instante, como si tuvieran vista de rayos X y fueran expertos en Ciencias Forenses: aquí no hay crematorios, no hay hornos, no hay nada quemado, no hay centro de exterminio. Y hasta fueron a informarlo en la Mañanera de la presidenta los días siguientes.
El fotógrafo Ulises Ruíz, quien acompañó a Guerreros Buscadores de Jalisco el 5 de marzo, cuando hicieron los hallazgos de los zapatos, la ropa, los restos óseos, volvió al rancho para la visita a medios, y contradice a quienes aseguran que nunca hubo nada: “[En el recorrido] yo vi [los hoyos] tapados”. Menciona que una de las excavaciones del colectivo que acompañó era como de un metro de profundidad. Pero el jueves del recorrido alcanzó a notar a lo lejos —porque el paso estaba cerrado— que ese pozo lucía rellenado.
“[Si en la Mañanera] declararon que no vieron hornos es porque nadie les dijo que los hornos de aquí no son como de pan o de pizza, que podrían ser bajo tierra. Yo he ido a otros dos o tres [sitios] de los que llaman hornos crematorios, con las madres de Buscando Corazones y con Guerreros [Buscadores], e indudablemente no tienen las características de un horno de pan ni horno de ninguna otra circunstancia que uno conoce de barbacoa; tiene diferentes especificaciones”, dijo en entrevista.
Para explicar las variaciones que no se entendieron en el recorrido compartió tres fotografías aéreas que tomó para la agencia AFP en el rancho Izaguirre usando un dron, en las que se puede observar la evolución de los sitios excavados —donde él vio que los buscadores extrajeron fragmentos de huesos— para compararlas con las del día del recorrido. Y una cuarta donde se aprecia la profundidad de las excavaciones.
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¿Para qué se organizó la visita? Aún no hay respuestas. Si lo que se buscaba era controlar la narrativa para bajarle la intensidad al momento —y no dar a Estados Unidos la excusa para invadir México en busca de terroristas, como planteaban algunas mesas de análisis—, y desvincular los campamentos de entrenamiento del sicariato con los campos de exterminio —como han sido denominados en México muchos sitios con fosas clandestinas—, algo salió terriblemente mal.
The Guardian: “Hornos secretos y restos humanos: un macabro lugar de exterminio en México saca a la luz las desapariciones forzadas”.
El País: “El horror de Teuchitlán abre sus puertas: ‘La única verdad es que no les importan los desaparecidos’”.
New York Times: “En un ‘campo de exterminio’, los rastros de los amados desaparecidos”.
CNN: “Los secretos del Rancho Izaguirre: entre el horror y la búsqueda de los desaparecidos”.
En los comentarios de medios estadounidenses no pocas personas escribían que México necesitaba “ayuda” para combatir a sus propios terroristas.
Si de algo sirvió el recorrido fue para dotar de imágenes de terror a los medios de comunicación que se alimentan también con los testimonios anónimos que surgen como hongos de quienes dicen haber estado en ese mismo rancho y haber salido con vida. Son tantos que llegan a ser dudosos, pero la crisis humanitaria ha durado tanto, y las denuncias de estos hechos han sido tan ignoradas en Jalisco (la primera fue en 2011), que tampoco es posible descartarlos.
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Si para algunas madres la visita fue “una burla”, “un circo”, “un teatro”, “un museo de nuestro dolor” o un “montaje”, conforme pasan los días sienten que pudo haber sido una trampa. Ni Adriana, ni Virginia, ni las madres buscadoras presentían la campaña de insultos en su contra que desataría.
“Qué bueno que el rancho se dio a conocer. Lo que no es bueno es que nos estén atacando a todos los colectivos, a todas las mamás, está muy feo. Nos están atacando a todas de vendidas, que porque [a nuestros hijos] no los cuidamos antes, que si estaban en malos pasos. Y eso es lo que más lastima —se le quiebra la voz—, que la gente no sea empática, que no saben que de nuestra propia bolsa pagamos para buscar a nuestros hijos. Yo, la verdad, ni veo noticias, pero me metí a Yutú a ver lo que sacaron, y dije: ‘Ojalá no les pase a ellos, que sufran lo que una anda sufriendo’. Anden bien o anden mal [nuestros desaparecidos], lo que queremos es regresarlos a casa”, dice Adriana desde su casa en Guadalajara, donde aún asimila lo ocurrido.
Aunque su colectivo mantuvo las visitas en secreto —porque los elementos de la Guardia Nacional que las escoltaban en las dos ocasiones que entraron solo les permitieron tomar imágenes, pero no las dejaron excavar ni hacerlo público en los medios, y aunque Virginia dice que avisaron de sus hallazgos a una MP de nombre Berenice, de la que no recuerdan el apellido, que no les hizo caso y les prohibió volver—, Adriana siente gratitud hacia Guerreros Buscadores de Jalisco porque rompió el silencio, dio a conocer el hallazgo y generó que voltearan a verlas a todas.
Aunque hoy las atacan. “[Le dicen a Ale] que ese drama debería de haberlo hecho para que no se lo llevaran”, dice dolida por los insultos contra la madre que acudió a la visita a Teuchitlán buscando la gorra, la mochila y una placa metálica que llevaba su hijo, y que en un ataque de histeria, de llanto, de dolor, cuando no encontró las evidencias que había visto, se tiró al piso a excavar con sus uñas.
Esta semana, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco anunció que “enfrenta una campaña de difamación y desprestigio sin precedentes”. También ha recibido amenazas.
El viernes 21 de marzo, en la Mañanera la presidenta Sheinbaum defendió la visita al rancho como un acto de libertad de expresión (no dijo nada de la alteración o destrucción de evidencias) para que cada quien se hiciera una opinión.
Ese mismo día en algunos medios ya comenzaba a criticarse el “invento del centro de exterminio” y de los hornos crematorios. Pero difundían también otra noticia: al rancho seguían llegando grupos de madres que pedían entrar, pero no les autorizaron el ingreso. En la televisión se veía a una madre y su hija, ambas del grupo Buscando Corazones en Jalisco, cargando los picos, palas y varillas cotidianas, vestidas con sus camisetas largas y los sombreros para el sol, auscultando las parcelas colindantes al predio Izaguirre; después anunciaban nuevos hallazgos: una sudadera, una gorra, un huarache y —lo más sospechoso— un calcetín quemado. También un plano decolorado del rancho del terror, donde el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses marcó los sitios de interés que luego no inspeccionó.
Las madres, imparables, siguieron excavando verdades.
**Foto de portada: Una madre buscadora, al darse cuenta de que el adoquín estaba hueco, intentó excavar el piso con las uñas. Intentaba encontrar la gorra y la mochila de su hijo desaparecido. (Marcela Turati)
www.adondevanlosdesaparecidos.org es un sitio de investigación y memoria sobre las lógicas de la desaparición en México. Este material puede ser libremente reproducido, siempre y cuando se respete el crédito de la persona autora y de A dónde van los desaparecidos (@DesaparecerEnMx).
*Marcela Turati es periodista, cofundadora de Quinto Elemento Lab y del proyecto A dónde van los desaparecidos. Autora del libro “San Fernando: última parada” (2023), sobre las desapariciones de personas en Tamaulipas y la búsqueda de sus familiares.
Después que comerciantes del mercado Baltasar R. Leyva Mancilla denunciaran mediante redes sociales que en este lugar había cámaras irregulares, esta mañana agentes policiacos y militares iniciaron una operación al interior de la central de abastos con el propósito de verificar o descartar esa información.
Los agentes, policías estatales, guardias nacionales y militares, iniciaron el recorrido poco después de las 11 de la mañana en el estacionamiento del mercado. Estuvieron en las diferentes áreas del mercado central de Chilpancingo, incluida el área de administración.
En algunas zonas había algunas cámaras, pero parte del propósito de esta operación fue hablar con los dueños de los negocios para saber si esos circuitos de videovigilancia pertenecían a ellos como una medida de prevención o, en su caso, tienen un propósito ilícito o criminal.
Esta central de abastos ya era vigilada por agentes desde el fin de semana pasado, derivado de un ataque armado en el área de carnes. En este contexto circuló la versión de que en el lugar había cámaras irregulares y que los agentes ni siquiera se habían dado cuenta.
En un recorrido por el mercado durante el fin de semana pasado no se observó a ningún agente adentro de las instalaciones.
“Más bien para alertar a las personas, ya que civiles desconocidos se encuentran en las entradas y salidas del mercado, revisando a personas que para ellos se les hacen sospechosas. Además se encuentran instalando cámaras en diferentes puntos que no son propiedad del Ayuntamiento o de la misma administración, ni siquiera de los negocios y comerciantes, tal parece que son para vigilar de manera ilegal como lo han hecho en Acapulco por miembros del crimen organizado”, este es un fragmento de un mensaje que un usuario dejó en redes sociales.
Este denuncia cobraba relevancia porque existe el antecedente reciente de Acapulco. Hace unos días, la Marina retiró de algunas calles del puerto 35 cámaras de videovigilancia que habrían instalados personas relacionadas al grupos del crimen organizado en postes de energía eléctrica y de telefonía. No es la primera vez que ubicaban y retiraban cámaras de este tipo.
Además, el mercado Baltasar R. Leyva Mancilla está en una vigilancia especial desde el fin de semana pasado por policías municipales, estatales, agentes de la Guardia Nacional y elementos del Ejército por el ataque a balazos que ocurrió la tarde del viernes en el área de carnes.
Aspectos de recorrido de agentes policiacos y militares en el mercado Baltasar R. Leyva Mancilla como parte de la operación para detectar cámaras irregulares.
En ese ataque a balazos mataron al presidente de la Unión de Tablajeros y Comerciantes de Chilpancingo, Daniel Lorenzo Campos Nava, y a uno de los colaboradores la carnicería Ruth, de la cual era propietario. El ayudante era un joven de unos 20 años.
Este episodio fue el último de una secuencia de ataques donde asesinaron e hirieron a otras personas relacionadas a la venta de carne carne de la ciudad, que dejó cuatro muertos en total y otros heridos. Tampoco es la primera ocasión que ocurren este tipo ataques y asesinatos contra miembros de este ramo comercial.
Después de esto los agentes vigilan el mercado, pero solo en la parte frontal, según la documentación que hizo este medio el domingo pasado en el sitio. Estaban en el estacionamiento y en la avenida Insurgentes
No había nadie en el área de carnes, donde seguían las flores y veladoras en memoria de Campos Nava.
Hasta la publicación de esta información no había resultados oficiales de la operación policial colectiva de detección de cámaras irregulares.
“Las fotos que hemos visto del rancho de Teuchitlán no solo son una muestra del horror, son también la pregunta que los familiares se hacen ¿cómo es posible?, que necesita respuesta y acompañamiento”, escribe Carlos Martín Beristain, integrante del GIEI para el caso Ayotzinapa, reconocido por su labor en varias partes del mundo con las víctimas de las violencias de Estado, quien señala que también muestra de la dolencia y la impunidad.
Hace años, visitando la sierra Tarahumara, los indígenas y pobladores de varios de esos pueblos colgados de las impresionantes montañas rocosas, me contaron que había jóvenes que eran reclutados para entrenamiento de grupos del narco. Algunos nunca volvían, otros lo hacían con las prácticas aprendidas del terror que habían sufrido, aplicado ahora a sus comunidades. Unos pocos conseguían escapar. Los rarámuris son los mejores corredores del mundo, pueden correr descalzos días y noches enteras, pero saben que se necesita algo más que varios maratones para huir del terror. En esa misma tierra fueron asesinados dos padres jesuitas, Javier Campos y Joaquin Mora, que habían estado en un encuentro con comunidades y agentes de pastoral donde hablábamos de cómo acompañar a las comunidades, enfrentar el miedo, potenciar el apoyo mutuo. De esas montañas que estremecen, uno nunca termina de volver.
En otras partes de México, cuando empezábamos a acompañar procesos de los familiares de personas desaparecidas con grupos como FUUNDEC de Coahuila o el CEDHEM de Chihuahua, varias veces escuché los relatos de centros de entrenamiento y de que personas que estaban siendo desaparecidas habrían sido llevadas para ser forzadas a algún tipo de trabajo o para incluirse en la dinámica de esos grupos de delincuencia tremendamente organizada. Y digo tremendamente organizada porque parece que los estados no se enteran, cuando en cambio son la estructura organizada del poder. Esos relatos siempre estaban a mitad de camino de la esperanza en que estuvieran vivos, del desaliento de que fueran forzados a colaborar, de la desesperanza de que estuvieran muertos. Para alguien que necesita pruebas, todo podía parecer parte de un mito.
Uno de los papás de los 43 normalistas desaparecidos, don Margarito, había sido llevado en su juventud a un campo forzado de cultivo controlado por el narco, del que pudo finalmente huir. O sea que existe reclutamiento forzado desde hace mucho tiempo. Ahora que la escalada de la violencia no ha tenido límite en México, para mantener la maquinaria se necesita gente entrenada, a base de morir para poder matar, una vieja fórmula llevada al extremo por los kaibiles en la guerra contrainsurgente en Guatemala en los años 80.
Cuando estábamos trabajando en los primeros meses en 2015 en el caso de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, leyendo el expediente, en uno de esos oficios abigarrados de lenguaje jurídico y burocrático, encontramos un documento que hablaba de que la PGJ de Guerrero había recogido ropa de los chavos que habían sido desaparecidos de uno de los autobuses que fueron a tomar para su marcha del 2 de octubre. Cuando preguntamos a la PGR por esa ropa, la respuesta fue que no sabían nada. Tirando del hilo llegamos a un almacén de la PGR donde había un rollo de ropa embalada, y otra parte de la ropa se encontró en un archivo de la PGJ de Guerrero. El impacto de ese hallazgo para los familiares fue brutal. La pregunta que asaltaba todo el tiempo era: ¿Cómo es posible que seis meses después descubriéramos que había ropa que nunca había sido identificada ni procesada?
En una sesión en la escuela normal, con todos los padres y madres sentados en las sillas donde tendrían que estar sus hijos desaparecidos, comenzamos una reunión cargada de emociones y detalles. La antropóloga del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) vino con todas las fotos de la ropa cuidadosamente tratada después de que fue descubierta y explicó a los familiares el trabajo que se había hecho con ella. La ropa estaba en condiciones espantosas porque no había sido recogida de forma adecuada ni preservada, tenía moho en muchas partes.
El equipo argentino hizo un trabajo de calidad excepcional, el examen de las camisas, de la ropa, del librito, de las cosas que aparecieron en la mochila, y traía todo preparado para compartir con las familias. Como integrantes del GIEI que éramos, explicamos que lo que íbamos a ver eran fotografías de la ropa y objetos que habían sido encontrados. La preparación para una reunión así, para lo que luego podría ser una diligencia formal con la PGR y el EAAF, era crucial. Se necesita crear un contexto favorable, explicar a las familias lo que se puede ver, darles tiempo para prepararse, responder a sus preguntas y sus dudas hasta donde sea posible. Ayudarles a poner un pie delante y otro detrás para una diligencia muy estresante. ¿Será la camisa de mi hijo? Esas botas se parecen. Yo le regalé algo igual. Es estresante y doloroso, pero las familias quieren saber y están dispuestas a enfrentarlo. La cuestión es cómo se prepara y acompaña ese proceso. Y cómo se responde a las preguntas que se resumen en una: ¿cómo es posible?
Hay un tiempo en que las cosas se muestran y otro en que se asimilan. Cada foto tiene sus detalles que tratan de identificar. En la reunión del caso de los 43, Don Mario se agarraba la cabeza y su cabello entre las manos era su llanto. Hay que explicar de vez en cuando algunos detalles. Los jóvenes se pusieron la camisa en el rostro para evitar los gases lacrimógenos, la ropa oscurecida en este caso no es sangre sino moho, el cuaderno es idéntico, los jóvenes se prestaban ropa unos a otros. Todo ello ayuda a poner los hallazgos en su contexto, a poder escuchar y atender.
La ropa, los objetos, humanizan la pérdida. Los restos óseos se parecen en todos nosotros, pero la ropa, los objetos tienen un valor simbólico clave, la ropa es el último rastro, la última huella de una presencia. Lo que se enfrenta ahí es algo que Sandra, la hermana de Richard, desaparecido en Colombia por la policía en 1995, sentía cada vez que iba a un lugar a buscar a su hermano: “que esté, que esté, que esté… y cuando iba a entrar, pensaba, que no esté, que no esté, que no esté, estaba como matándole y reviviéndole todo el tiempo”.
Las fotos de la ropa vienen con su estela de posibles sentidos, no solo de que estuvo ahí, sino de qué le pasó, qué le hicieron. El caso del Patio 29 en Chile, un caso con mala identificación de restos de personas desaparecidas por la dictadura de Pinochet, aumentó enormemente la demanda de atención psicosocial de familiares de desaparecidos, no solo de quienes estaban en ese caso, sino en todo el país.
Las evidencias del horror de esos zapatos y ropas muestran también la impunidad de las diligencias mal hechas o las denuncias nunca investigadas que se acumulan en México y su impacto en las familias se extiende por todo el país.
El caso de Rabinal, una masacre en los años ‘80 en Guatemala, fue una de las primeras exhumaciones que se hizo. Con los cuerpos de las víctimas maniatadas, aparecieron pruebas de lo sucedido que eran detalles de lo sufrido. La historia que había sido negada durante tantos años por los responsables y el Estado, estaba ahí. Ninguna reconstrucción del tejido social se puede hacer imponiendo la mentira, la insensibilidad o el olvido. En la investigación en la escombrera de Medellín de la Jurisdicción Especial para la Paz y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, por las desapariciones llevadas a cabo en la Operación Orión en 2002, y donde desde hace décadas hubo testimonios de que habían sido asesinadas y desaparecidas muchas personas que se encontrarían sepultadas entre cientos y cientos de toneladas de escombros, mucha gente pensó que no era cierto, que era el mismo mito del que fueron víctimas don Margarito o los rarámuri.
Cuando en diciembre de 2024, aparecieron en la escombrera los cuerpos de un hombre y una mujer finalmente identificados, en Colombia se desató una clarividencia que las mamás habían tenido desde hacía décadas, señalando que se podrían encontrar desaparecidos ahí, que apareció escrita en las calles de todo el país: «Las cuchas tenían razón». Las cuchas son las mamás en Colombia.
También en México. Las fotos que hemos visto del rancho de Teuchitlán no solo son una muestra del horror, son también la pregunta que los familiares se hacen ¿cómo es posible?, que necesita respuesta y acompañamiento. Las evidencias tienen que estudiarse científicamente, las pruebas protegerse, la negligencia o complicidad investigarse, y las familias tienen que ser atendidas con respeto a su dignidad. Todo lo demás es parte de una ceremonia de la confusión.
*Carlos Martín Beristain es médico y psicólogo vasco con amplia experiencia en atención psicosocial de víctimas en el mundo y como asesor de varias comisiones de la verdad en diversos países. Coordinó el informe Recuperación de la Memoria Histórica – REMHI, de Guatemala, formó parte del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) para el Caso Ayotzinapa y fue comisionado de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad de Colombia.
www.adondevanlosdesaparecidos.org es un sitio de investigación y memoria sobre las lógicas de la desaparición en México. Este material puede ser libremente reproducido, siempre y cuando se respete el crédito de la persona autora y de A dónde van los desaparecidos (@DesaparecerEnMx).
Estos cursos indican que serían impartidos por especialistas, pero en redes han sido criticados por sus vínculos políticos
Texto y foto: Animal Político
Chilpancingo
25 de marzo de 2025
Estrategas electorales ofrecen cursos, talleres y consultorías a personas candidatas a cargos del Poder Judicial, ya sea federal o local, para preparar su campaña rumbo a los comicios del próximo 1 de junio.
Los aspirantes aprenden desde branding personal e imagen pública, redes sociales para conectar con la audiencia y potenciar su campaña, entrenamiento para mejorar su desempeño ante medios de comunicación, oratoria y técnicas para pulir su discurso, por costos que van desde los 5 mil hasta los 45 mil pesos.
Que las personas juzgadoras ahora tengan que buscar el voto popular como los políticos ocasionó la apertura de “escuelas judiciales” tan pronto como la reforma judicial fue presentada o aprobada. Animal Político entrevistó a los fundadores de las principales: el Centro de Capacitación del Nuevo Poder Judicial (CC-NPJ) y El Instituto.
Centro de Capacitación tiene colaboradores que trabajaron con Zaldívar pero niega vínculo
Pese a ser una institución privada de reciente creación, el CC-NPJ imparte cursos en línea dirigidos a personas candidatas a ocupar un cargo en el Poder Judicial, a quienes por seis horas cobra entre 5 mil y 10 mil 500 pesos más impuestos.
De acuerdo con Xiuh Tenorio, director del CC-NPJ, desde enero a la fecha han impartido 12 cursos distintos —incluido un seminario internacional presencial celebrado el 7 de marzo—, en los que han capacitado a más de 350 personas, ya sea candidatas y candidatos y sus equipos de trabajo.
En su página de internet, nuevo poder judicial.mx, el Centro promociona la “nueva edición” de un curso titulado “Ejecución de campañas exitosas para personas juzgadoras”, en el que se les enseña estrategias en redes sociales y campaña digital, creación del mensaje y manejo de medios y el régimen normativo de campañas de personas juzgadoras.
También informa que abrirán las segundas ediciones de los cursos “Entender la elección del Nuevo Poder Judicial y las reglas para participar como candidato a persona juzgadora”, “Introducción al Nuevo Poder Judicial Federal en México” y “Comunicación Estratégica”, esta última en alianza con la agencia EP/C Comunicación Estratégica.
Además del curso “Branding personal e imagen pública”, que será impartido con Unánimo, integral political concierge, para construir “marca personal” y contar sus historias frente a las y los votantes.
Pese a indicar que estos cursos serían impartidos por expertas y expertos en diversas materias, en redes critican al Centro por la participación de personas como César Castillejos Rangel, quien fue director general de comunicación social para la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) durante la presidencia del exministro Arturo Zaldívar y quien actualmente se desempeña como director de alianzas estratégicas en TV Azteca.
También participa Gabriela Díaz Salinas, quien se desempeñó como titular del área de vinculación con organismos internacionales en la dirección general de Derechos Humanos durante la presidencia de Zaldívar. En uno de los “Diálogos nacionales para la reforma constitucional al Poder Judicial” fue criticada por afirmar que la Constitución “es un papel (…) el derecho no es la Constitución”.
“Los abogados tendemos a darnos golpes de pecho, que el artículo uno, el artículo dos. Yo no me sé ningún artículo de memoria y no por eso desconozco las teorías de la justicia social, la justicia que viene de abajo”, señaló durante su participación en el último foro en el que incluso aprovechó la oportunidad para criticar como “ilegítimos los salarios de los Ministros de la Corte”.
Xiuh Tenorio asegura que el exministro Zaldívar —quien renunció a su puesto en la Corte para sumarse a la campaña presidencial de la entonces candidata presidencial Claudia Sheinbaum y ahora ocupa el cargo de coordinador General de Política y Gobierno de la Presidencia de México— no tiene relación con el Centro de Capacitación.
“Tenemos un par de colaboradores que han trabajado en el Poder Judicial, particularmente en los tiempos de la presidencia del ministro Zaldívar, pero lo que estamos buscando es gente que conozca el Poder Judicial porque es parte de lo que se requiere en esta reforma […] yo en lo personal no tengo el gusto de conocer al ministro Zaldívar y te diría que no hay una vinculación del Centro con su persona, ni tampoco con el trabajo que él realiza en la actualidad”, señaló.
La reforma al Poder Judicial de la Federación comenzó a configurarse el 5 de febrero de 2024, cuando el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador envió un paquete de reformas constitucionales que denominó “Plan C”.
“Nosotros desde ese momento empezamos a analizar y veíamos que sí era un escenario factible, cosa que se comprobó en la elección federal del año pasado. Desde que se conocieron los resultados (de la elección) empezamos a trabajar en la constitución formal del Centro de Capacitación del Nuevo Poder Judicial, mismo que anunciamos el año pasado […] de ahí surgió la idea de hacer este Centro con una visión de largo plazo, donde la primera etapa es este proceso que está por celebrarse el próximo 1 de junio”, señala Tenorio.
Juezas y jueces, quienes más se inscriben a El Instituto
El Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégicas es una empresa de 2020 presidida por Roberto Trad y constituida en la Ciudad de México, según el Registro Público del Comercio. Este 2025 puso en línea quisierasertujuez.com, una página que ofrece un manual de campaña para candidatas y candidatos a personas juzgadoras.
“Este manual es nuestro primer producto para ti. Queremos que en menos de 24 horas tengas pensada tu campaña”, dice el documento de 19 páginas que promete estructurar una candidatura paso a paso, construir un mensaje sólido y creíble, estrategias digitales para aumentar el alcance y tácticas para movilizar votantes.
Pero al grupo de alrededor de 20 consultores especializados en fortalecer la participación ciudadana se asociaron empresas para así crear un centro de herramientas de campaña para el Poder Judicial.
“Ya está la reforma, ya está la elección. La pregunta no es cómo la echamos para atrás, sino cómo nos echamos para adelante. Quisiera ser tu juez nace un poco de eso, de la necesidad de un grupo de profesionales de adaptarse a esta nueva realidad”, cuenta Trad, quien ha sido estratega de campañas como la de Ricardo Anaya para las elecciones presidenciales de 2018; de Xóchitl Gálvez, cuando buscó la gubernatura de Hidalgo en 2010; y de los gobernadores de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, y de Coahuila, Rubén Moreira.
Desde noviembre de 2024, a casi dos meses de que la reforma fue aprobada, comenzó el trabajo de campo para El Instituto y sus socios, según el presidente de dicha empresa.
“El levantamiento de encuestas fue llevado a cabo por la empresa Áltica, con una muestra de 2 mil 250 entrevistas digitales a hombres y mujeres de 18 años y más, con credencial para votar vigente,
representando las cinco circunscripciones electorales de México. Asimismo, la empresa SIMO realizó cuatro grupos focales presenciales en la Ciudad de México, con participantes divididos en pro-Morena y pro-oposición, hombres y mujeres de 20 a 45 años”, refiere el manual.
Eso fue la base para crear el Taller Quisiera ser tu juez, cuyo costo es de 7 mil 500 pesos por cinco horas o el de Evaluación Estratégica de Candidatura que dura dos horas y cuesta 17 mil. También hay consultorías de dos horas por 17 mil 400 pesos que abordan redes sociales, identidad gráfica, lenguaje inclusivo, entre otras.
La consultoría más cara vale 45 mil pesos por cuatro horas acerca de narrativa, oratoria y discurso, lo mismo que el Taller de planeación estratégica para hasta cuatro miembros del equipo de campaña. Todo es en la modalidad en línea.
“Hasta ahorita la mayoría de las personas que se han acercado a nosotros a tomar las capacitaciones son personas candidatas a juzgadores, sus familias. Dos personas que están tomando esto como un proyecto de pareja, ella le está llevando la campaña”, detalla.
Trad asegura que a días de que empiecen las campañas, ya han dado seis talleres, sobre todo a quienes aspiran ser juezas o jueces.
“La mayoría son para cargos, digamos, territoriales menores, o sea, en el equivalente al Poder Ejecutivo, la mayoría son alcaldes y diputados locales, ¿no? O sea, jueces, juezas, algunos magistrados de circuito y algunos jueces locales también. Es la misma gente de carrera, digamos, la que se está inscribiendo, los niveles más bajos. Aunque hemos tenido, excepcionalmente, un par de candidatas y candidatos a la Suprema Corte de Justicia”, comenta.
La parte legal del manual fue realizada en colaboración con el despacho de abogados Ojesto Martínez y Asociados, que brinda consultoría jurídica electoral.
“Ojesto Martínez y Asociados dan una plática sobre el reglamento, lo que se puede cumplir, lo que no se puede cumplir. También se les explica cómo interpretar estas regulaciones, se les da una clase para que puedan interpretar y para que puedan cumplir la ley y hacer campaña cumpliendo la ley”, explica.
Hace 8 años, el 23 de marzo de 2017, asesinaron a Miroslava Breach Velducea afuera se su casa, cuando esperaba a su hijo menor para llevarlo a la escuela. Su crimen continúa impune.
Aún hay dos presuntos homicidas prófugos, el sistema criminal y político involucrado en su asesinato continúa intacto. Y en Chínipas, desde donde presuntamente salió la orden de su asesinato, las autoridades estatales y municipales promovieron hace un año, el culto al líder del grupo Los Salazares a través de una obra turística premiada por el gobierno estatal.
Texto: Patricia Mayorga / Raíchali
Chihuahua
Sabado 22 de Marzo del 2025
El exalcalde de Chínipas, Hugo Amed Schultz Alcaraz ha insistido que fue torturado para ser declarado culpable como cómplice del crimen en contra de la periodista Miroslava Breach Velducea, pero no ha logrado demostrarlo. Éste 3 de abril, se realizará una nueva audiencia para que un juez federal determine si cambian su medida cautelar de prisión preventiva por libertad condicional.
Hace 8 años, el 23 de marzo de 2017, asesinaron a Miroslava Breach Velducea afuera se su casa, cuando esperaba a su hijo menor para llevarlo a la escuela. Su crimen continúa impune.
Aún hay dos presuntos homicidas prófugos, el sistema criminal y político involucrado en su asesinato continúa intacto. Y en Chínipas, desde donde presuntamente salió la orden de su asesinato, las autoridades estatales y municipales promovieron hace un año, el culto al líder del grupo Los Salazares a través de una obra turística premiada por el gobierno estatal.
Sara Mendiola, directora de la Propuesta Cívica, la organización que acompaña el caso penal del asesinato de Mirolsava Breach, recordó que aún están prófugos el presunto autor intelectual Crispín Salazar Zamorano (uno de los líderes de Los Salazares que pertenece al cartel de Sinaloa) y Jasiel Vega Vega como autor material.
Ambos fueron identificados como presuntos homicidas por la Fiscalía Especializada en Atención a los Delitos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) y un Tribunal libró las órdenes de aprehensión hace alrededor de siete años.
“Nos encontramos en esta exigencia para que autoridades correspondientes hagan las labores de inteligencia necesarias para que sean llevadas a las instancias de justicia para ser juzgados por el homicidio de Miroslava”, externó Sara Mendiola.
Respecto de Hugo Schultz, Mendiola detalló que están en una pugna legal porque solicitó la liberación condicionada ante juzgado federal. La audiencia para debatir si se autoriza o no la libertad condicional es el 3 de abril. El delito por el que está preso es por haber sido partícipe auxiliador para la comisión del homicidio de Breach Velducea.
“No es una libertad anticipada sino un cambio de medida cautelar. Nos vamos a oponer a eso, no es acorde a la justicia por haber sido un autor importante para la planeación y concretización del crimen de Miroslava”, añadió la abogada.
Hugo Amed Schultz fue sentenciado a 8 años de prisión en un juicio abreviado en junio de 2021, una condena muy baja porque solicitó el procedimiento abreviado, indicó Sara Mendiola.
“En un país más mortífero a nivel mundial para la prensa, México está fuera de conflicto bélico pero aún así es donde a más periodistas se asesina y se desaparece. Sería un mensaje muy lamentable que le el juez cambiara la medida cautelar, frente a los altos índices de impunidad que también guarda el homicidio de Miroslava. El índice de impunidad de crímenes contra periodistas está arriba del 98 por ciento. Y sentencias emblemáticas como ésta, pueden perder este valor”, dijo Mendiola
El titular de la FEADLE, Ricardo Sánchez Pérez del Pozo, no ha respondido a solicitudes de entrevista para conocer el estado de búsqueda de quienes se encuentran prófugos ni los avances en la investigación.
CEAV, una institución indolente: Propuesta Cívica
Además de la justicia a medias en el caso de Miroslava Breach, luego de ocho años, la Comisión Especializada en Atención a Víctimas (CEAV) del gobierno federal, no ha reparado el daño a la familia de la periodista.
Sara Mendiola enfatizó que justicia a medias es impunidad completa y refirió que la CEAV ha sido una institución indolente, omisa, fraudulenta y ha dilatado el proceso para acceder a la justicia para la familia de Miroslava porque ha bloqueado, por años, la reparación del daño.
La abogada llamó a la CEAV a que se abstenga de generar más actos para dilatar dicha reparación. “Hemos pedido documentación desde 2020 hasta la fecha. Hemos solicitados en reiteradas ocasiones a la titular que atienda a la familia de Miroslava, que las reciba en reunión a las hermanas y no ha respondido. Lo que nos ha dicho es que no están obligados a recibirles, lo cual es lamentable porque es una institución que fue creada para atender , escuchar y apoyar a las víctimas”, agregó.
Sara Mendiola explicó que la reparación del daño a la familia debió proceder desde más de siete años, cuando asesinaron a Ramón Andrés Zavala Rodríguez ocurrido el 19 de diciembre de 2017. Él fue identificado como la persona que disparó contra Miroslava Breach, por lo que desde ese momento, el gobierno debió iniciar el proceso de reparación.
En ese momento, el caso estaba en manos del gobierno estatal de Javier Corral. Y a finales del mismo año, 2017, fue detenido Juan Carlos Moreno Ochoa, El Larry, quien fue sentenciado en abril de 2020 a 51 años de prisión, como uno de los responsables del asesinato. Con esa detención y condena, tampoco iniciaron el proceso de reparación del daño.
“El derecho humano a la reparación integral está consagrado en la Constitución mexicana y en legislación internacional, pero es meramente aspiracional en el país”, reclamó Mendiola.
El intento por justicia a medias es impunidad completa
En el año 2018 el caso del homicidio de Miroslava Breach fue atraído por la FEADLE, encargada de la investigación y detención de Hugo Schultz, quien ha intentado librar la cárcel con denuncias de tortura contra el exgobernador Javier Corral Jurado.
Sin embargo, el exgobernador expanista, encubrió a tres panistas involucrados en la grabación de llamadas telefónicas con Miroslava Breach, en las que le exigían que revelara sus fuentes de una investigación que realizó sobre “narcocandidatos”, publicada en marzo de 2016. Esas grabaciones y otras más, fueron localizadas en un laptop que se encontraba en una casa de seguridad cateada por la Fiscalía General del Estado (FGE).
En marzo de 2016, La Jornada y Proceso publicaron reportajes que señalaban narco candidaturas postuladas por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en algunos municipios de Chihuahua, durante el proceso electoral de ese año. El partido revocó dos candidaturas, entre éstas la de Chínipas, cuyo candidato era Juan Salazar Ochoa, sobrino de los líderes del grupo delictivo de la región.
De acuerdo con la investigación de la mismas fiscalía, en las grabaciones participaron tres panistas: Alfredo Piñera, quien era vocero del Partido Acción Nacional (PAN) estatal, encargado de grabar las llamadas; José Luévano, quien en ese tiempo era secretario general del PAN y durante el homicidio era secretario particular de Javier Corral, y quien ordenó grabar las llamadas, así como Hugo Schultz, quien pidió a la dirigencia del partido que le ayudaran a conseguir las grabaciones.
Schultz fue detenido en junio de 2021, cuando el caso ya estaba en manos de la FEADLE, ya que el gobierno estatal aseguró que no había elementos para investigar a ninguno de los panista, así quedó documentado en el archivo hemerográfico.
Schultz perdió el año pasado un juicio de amparo 38/2023, en el que solicitó un “juicio de reconocimiento de inocencia”, por lo que alegó que fue víctima de tortura para declararse culpable por el homicidio de la periodsita Miroslava Breach Velcudea (23 de marzo de 2017), por la Fiscalía Especializada en la Atención de Delitos contra la Liberta de Expresión (FEADLE), ya que no acreditó su denuncia.
El panista Hugo Amed aseguró ante el Tribunal Colegiado de Apelaciones en Ciudad Juárez, que él y otro testigo (familiar de la familia Salazar del grupo delictivos Los Salazares, que pertenece al cartel de Sinaloa) fueron torturados para declarar que el exalcalde tuvo participación en el asesinato de la periodista chihuahuense.
El Tribunal federal determinó negarle el juicio de amparo, de acuerdo con la directora de la organización Propuesta Cívica, que lleva el caso del asesinato de Miroslava.
“Hugo Schultz pidió un proceso de reconocimiento de inocencia, solicitó un juicio de reconocimiento de inocencia, alegando que había sido víctima de tortura a cargo de la FEADLE, que había sido amenazado por la misma fiscalía, de repercutir contra su hijo en caso de que él no se declarara culpable,, de que no aceptara la acusación”, explicó Sara Mendiola.
La abogada dijo que era predecible que el amparo no tuviera éxito porque no Hugo Schultz no aportó elementos probatorios para comprobar que fue víctima de tortura, no presentó pruebas de las amenazas en contra de su hijo.
Frente a esa situación, Propuesta Cívica dio contestación al amparo con el mismo procedimiento abreviado en junio de 2021, en el que condenaron al exalcalde de Chínipas a 8 años de prisión. Él aceptó acogerse a juicio abreviado, aceptó los hechos y la acusación de la FEADLE.
“Renunció expresamente y señaló estar plena y jurídicamente informado, renunció a su derecho desahogar pruebas y defenderse del juicio oral; otorgó una disculpa pública en esa audiencia y lamentó que sus actos realizados hubiesen repercutido contra la vida de la periodista Miroslava Breach y reconoció el valor que tiene la libertad de expresión en una democracia, el valor de la actividad que realizaba Miroslava Breach”, refirió Mendiola.
La abogada agregó que durante el desarrollo del procedimiento abreviado, Schultz además ofreció una disculpa pública en la audiencia de procedimiento abreviado, lamentó que sus actos hubiesen repercutido contra la vida de la periodista Miroslava Breach, reconoció el valor que tiene la libertad de expresión en una democracia y el valor de la actividad que realizaba Miroslava en Chihuahua.
Posteriormente, en 2023 Schultz presentó un amparo para solicitar el reconocimiento de inocencia, pero le fue negado el mes de marzo del año pasado.
“No procedió, el juez le dice que no hay fundamento, no aportó fundamento probatorio para comprobar de lo que se estaba doliendo, no se sometió a protocolo de Estambul. Nosotros pensamos que al menos iba a haber una peritaje por la vía idónea para comprobar la tortura y no hubo nada de eso”, acotó Sara Mendiola.
Ahora está en espera de que un juez determine si le concede o no, el cambio de medida cautelar para enfrentar la condena en libertad.
“Miroslava era una periodista que estaba informando a la sociedad, de relevancia social, y que fue asesinada por ejercer su labor periodística. En ese sentido tendría que haber una mayor relevancia aunada a su pena de prisión y es pena baja, porque solicitó juicio abreviado”, abundó Sara Mendiola
Miroslava era originaria de Chínipas, conocía perfectamente la Sierra Tarahumara, su trabajo fue crítico, denunció la constante violación de derechos humanos.
Los últimos meses puso énfasis en Hugo Schultz, quien a pesar de señalamientos de lazos con Los Salazares, fue nombrado funcionario de Educación indígena en el gobierno de Javier Corral. Sólo lo retiraron de su cargo hasta que se conoció que participó en grabaciones telefónicas de periodistas, incluida Miroslava, para entregársela al grupo Los Salazares, según lo informó el mismo Schultz en su comparecencia durante el proceso penal en contra de Juan Carlos Moreno Ochoa, El Larry, sentenciado a 50 años del homicidio de la corresponsal de La Jornada.
La situación en Chínipas y en la Sierra Tarahumara continúa igual. El sistema es el mismo y la impunidad prevalece en la región.
Una escalera financiada por líder de Los Salazares
En marzo de 2023 inauguraron en el cerro de El Recodo en Chínipas, la escalera considerada más grande del México con mil 348 peldaños, considerada un destino turístico destacado por el gobierno estatal actual.
Autoridades municipales y estatales han solapado la vida pública e impune de integrantes del grupo Los Salazares. Fue patrocinada por Alfredo Salazar Ramírez, apodado El Muñeco, detenido en 2012 y extraditado a Estados Unidos en diciembre de 2023 por el trasiego de drogas a Estados Unidos. Él era considerado lugarteniente de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, entre Chihuahua y Sonora, donde opera el grupo Los Salazares.
La evidencia del patrocinio es una placa colocada al pie del cerro con la siguiente leyenda:
Por el amor y cariño que le tengo al pueblo y su gente. Alfredo Salazar Ramírez. Municipio de Chínipas de Almada. Marzo de 2023
La inauguración de la obra turística fue el 20 de marzo de 2023 por el ayuntamiento de Chínipas, seis años después del asesinato de la periodista Miroslava Breach. De acuerdo con una hipótesis del homicidio que trascendió en el juicio de Juan Carlos Moreno Ochoa, esa fecha es el cumpleaños de Alfredo Salazar, por lo que decidieron cometer el crimen ese día como “regalo”.
Esa fecha coincide con la inauguración de la escalera, el 20 de marzo de 2023, a unos días del cumpleaños de Alfredo Salazar, en el marco de una gran fiesta anual. Él es hijo de Adán Salazar, líder moral del grupo delictivo que también está preso en Estados Unidos
Adán Salazar es el principal líder de Los Salazares, quien también fue detenido en 2011 y posteriormente extraditado a Estados Unidos por delitos relacionados con la producción y tráfico de drogas.
Esa actividad no es la única que evidencia la actividad pública de Los Salazares en Chínipas. En la pandemia de Covid-19, en 2020, distribuyeron despensas a nombre de Alfredo Salazar y cada despensa llevaba las iniciales AS. La gente entrevistada, cuyos videos fueron difundidos en YouTube, agradeció el regalo al “señor”.
En septiembre de 2023, la Secretaría de Cultura del gobierno de María Eugenia Campos Galván, publicó una convocatoria para promover los primeros pueblos tradicionales de Chihuahua. Recibieron 17 propuestas, entre éstas la escalera más grande de México y una de las más grandes de México y una de las más grandes de mundo.
El 11 de enero de 2024, el secretario de Turismo, Edibray Gómez Gallegos, realizó una rueda de prensa de su dependencia y los reporteros locales le cuestionaron la promoción de la escalera de Chínipas patrocinada por Alfredo Salazar. El funcionario aseguró que desconocía ese dato.
Gómez Gallegos, molesto, pidió a los medios hacer a un lado esos comentarios y en un tono elevado dijo:
No debemos perder el enfoque, se los pido. O sea, si queremos vender el camello, tenemos que hablar bien del camello. O sea, yo les pido a través de sus micrófonos, de sus periódicos: vamos a hablar bien de Chihuahua por el amor de Dios. O sea, si no hablamos bien, si transgiversamos (SIC) la información, pues por eso salimos en los noticieros nacionales e internacionales.
El secretario agregó:
“Yo les pido de todo corazón, aunque se burlen de mí por lo romántico, pues que hablemos bien de Chihuahua, somos chihuahuenses. Vamos a sentirnos orgullosos de Parral, de Camargo, de Casas Grandes, de Gómez Farías, de Belisario Domíngue, de los 5 pueblos mágicos que tenemos, de los 5 pueblos tradicionales que tenemos”.
“O sea, no podemos desviar la mirada pues hacia UNA TONTERÍA tontería realmente. Y lo digo yo, Edibray Gómez, secretario de turismo. O sea, yo les pido por el amor de Dios: vamos a vender Chihuahua, por Dios. Chihuahua es muy bonito, Chihuahua es mágico. Tenemos 17 (proyectos promovidos) y se fijan en uno. Por el amor de Dios, ayúdenme a vender Chihuahua”
El secretario de Turismo nunca respondió a una petición de entrevista, desde 16 de enero del año pasado.
El fiscal general del estado, César Jáuregui Moreno, dijo al enterarse de la promoción de la escalera más grande de México y la placa a nombre de Alfredo Salazar, que se investigaría el caso. Sin embargo, hasta ahora la dependencia no ha dado información sobre la presunta investigación.
Chínipas también fue promovida turísticamente por el gobierno de Javier Corral en su medio oficial, Cambio 16, donde lo difundieron después del homicidio de Miroslava Breach, como un lugar turístico.
Después de 8 años, el sistema político y criminal que ordenó y permitió su asesinato, continúa intacto.
Este es un texto de Raíchali, que forma parte de la Alianza de Medios de Periodistas de a Pie, de la cual somos integrantes. Aquí puedes consultar el trabajo original.
Aunque la Fiscalía General de la República conoce desde hace más de una semana sobre la existencia del rancho Izaguirre, formalmente no ha llevado a cabo la atracción del caso.
Texto: Siboney Flores y Marcela Nochebuena / Animal Politico
Ciudad de México
Jueves 20 de marzo del 2025
El fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, acusó a la fiscalía de Jalisco de no haber realizado las mínimas diligencias y la investigación correspondiente tras el hallazgo del rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, pero especialistas y organizaciones coinciden en que la dependencia federal también tenía facultades de atracción del caso que omitió ejercer.
Sumado a ello, cuestionaron que aunque la Fiscalía tiene conocimiento desde hace al menos semana y media de la existencia del rancho y de la carpeta de investigación iniciada en la dependencia local, la atracción del caso sigue sin formalizarse. Durante la conferencia de prensa del miércoles, Gertz Manero reconoció que aún no cuenta con ningún dato concluyente, dado que sigue sin tener acceso a los expedientes y a la totalidad de la carpeta.
“La conferencia que dio el fiscal Gertz Manero se enfocó específicamente en denostar el trabajo de la fiscalía local, que sin duda las negligencias que se narraron son sumamente graves. Sin embargo, de la Fiscalía General de la República todos esperábamos que ya estuviera dando cuenta de información sobre la investigación que ellos ya tendrían que estar haciendo”, señaló César Contreras, del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh).
Criticó que para este momento todavía no tengan toda la información ni hayan comenzado con los análisis periciales, técnicos y científicos que tendrían que realizarse para poder establecer la verdad de los hechos en el caso. La organización consideró sumamente grave que aún no se confirme la atracción de la investigación, por lo que debería resolverse lo más pronto posible.
“La Fiscalía General de la República, a partir del momento en que tenemos indicios suficientes para establecer delitos de carácter federal nos vamos a hacer responsables de esta investigación y de todos sus resultados. A partir del momento en que nosotros iniciemos ese procedimiento, lo primero que vamos a hacer son las diligencias”, refirió el fiscal luego de afirmar que su obligación es recibir todas las pruebas, hacerlas públicas y establecer las premisas y presunciones de los delitos federales que van a investigarse.
No obstante, la primera autoridad federal que tuvo conocimiento de la existencia del Rancho Izaguirre fue la Guardia Nacional (GN), a partir de una llamada anónima recibida en el C5 en la que se presumía que ahí existía un campo de reclutamiento y exterminio. Al llegar ahí –describió el propio fiscal–, fueron recibidos con armas de fuego y hubo un intercambio, tras lo cual tomaron el lugar, detuvieron a 10 personas hoy procesadas y encontraron otras dos con vida, que estaban privadas de la libertad, y una más que ya había fallecido.
Una vez ocurrido esto, la Guardia Nacional le entregó toda la información al ministerio público local. “La operación que se hizo en septiembre del año pasado la hizo la Guardia Nacional; por ser delitos del orden común los que encontró, le dio participación a la fiscalía del estado, que hizo todo un procedimiento en el que procesó a los 10 que están en la cárcel, no tuvo nada que ver el orden federal en eso, ni siquiera estábamos notificados”, justificó el fiscal general.
Ven problemas de coordinación entre fiscalías por caso Teuchitlán
Para el activista Contreras, las declaraciones del fiscal revelan, además, un grave problema de coordinación entre las fiscalíasy las instancias de seguridad pública, por lo que es un error afirmar que solo le correspondía a la fiscalía local dar vista a la Fiscalía General de la República. De hecho, esa acción no es indispensable para que la dependencia federal asuma competencia sobre una investigación.
“Necesita tener conocimiento por cualquier manera; una de esas maneras, efectivamente, tendría que haber sido la Guardia Nacional poniendo de conocimiento a la Fiscalía General de la República sobre estos hechos. Eso tendría que haber ocurrido, y si no, es una omisión grave de la Guardia Nacional”, apuntó el activista.
En esto coincide Joseph Olid, abogado penalista y académico del ITESO, quien explicó que la autoridad federal sí debió estar informada. “Por lo menos debieron de haber sido informados por la Guardia Nacional al momento que llegan al lugar. Más que nada porque se menciona que las otras personas portaban armas, que incluso hubo un enfrentamiento y eso por sí mismo ya configura dos delitos federales”, dijo. Se trata del delito de posesión o acopio de armas de fuego y el delito de homicidio calificado en grado de tentativa.
Olid subrayó que de haber existido una omisión de la Guardia Nacional, debió haber un segundo momento en el que también fueran notificados. “El ministerio público inmediatamente después de haber recibido todos los registros debió de haber informado. En el informe policial homologado se menciona que hay varias armas de fuego aseguradas y un enfrentamiento donde los elementos de la guardia nacional podrían haber sido víctimas de un delito”, detalló.
El que no exista una única investigación cuando ocurren delitos federales y locales en un mismo contexto termina por afectar la propia investigación, porque podría haber acciones que no se esclarezcan o incluso sean contradictorias entre federación y localidad, apuntó el académico.
Anna Karolina Chimiak, del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD), con sede en Jalisco, coincidió en que las declaraciones de las autoridades han evidenciado una dificultad para encontrar formas de coordinarse, debido a los diversos intereses que atraviesa el caso desde los diferentes órdenes de gobierno tanto como de los grupos criminales predominantes en el estado. Además, ha sido clara la tendencia de la FGR a deslindar a las autoridades federales, específicamente en lo relativo a la omisión de septiembre.
Sumado a lo anterior, a pregunta expresa, el fiscal general no pudo precisar la fecha exacta en la que la dependencia que encabeza tuvo conocimiento de la existencia del rancho y de la investigación iniciada por la fiscalía local. Pese a que se comprometió que más tarde el área de comunicación social confirmaría el dato a este medio, hasta el cierre de esta publicación no hubo respuesta.
“También es una omisión que la Fiscalía General de la República inmediatamente que tiene conocimiento de un rancho en donde se están realizando estos hallazgos de restos óseos, ya en este momento, no realice inmediatamente el procedimiento de atracción. No se necesitaba realizar un mayor procedimiento burocrático como el que está realizando ahora para poder asumir la investigación; tendría que haberla iniciado inmediatamente atrayendo su investigación a su competencia, como lo han señalado los colectivos de personas desaparecidas y las organizaciones que los han acompañado”, añadió Contreras.
La federación tiene derecho a realizar esta atracción según el artículo 5 de la Ley de la Fiscalía General de la República, que indica “la Fiscalía podrá ejercer su facultad de atracción en los casos que determine la constitución, que determine los tratados internacionales y las leyes aplicables”.
Dado que la atracción aún no se confirma, el Centro Pro se dijo preocupado de que la investigación federal que eventualmente se realice lleve al sesgo de acotar el hallazgo al de un campo de entrenamiento únicamente. Además, Gertz aseguró que si el ministerio público local, que tenía autonomía, cometió alguna irregularidad, se hará lo necesario para establecer responsabilidades de toda la cadena de mando.
Contreras precisó que la Ley General en materia de desapariciones es muy clara respecto a la responsabilidad de los servidores públicos, de todos los niveles, que presuntamente hayan cometido omisiones. Por ejemplo, en su artículo 24 establece que en casos de desapariciones relacionadas con delincuencia organizada, la federación será competente. De la misma manera, consigna la importancia de determinar responsabilidades administrativas de servidores públicos que obstaculicen las investigaciones o cometan irregularidades con la búsqueda e identificación.
“Tendría que iniciarse una investigación que puede ser administrativa, pero también penal, respecto de la obstaculización en la búsqueda e investigación del caso. Eso tendría que ser tanto de las autoridades locales, como investigar si en algún momento alguna autoridad como la delegación de la FGR en Jalisco tuvo conocimiento de estos hechos y no inició una investigación o no solicitó información para poder atraer el caso en su momento”, añadió.
La actuación de la fiscalía estatal
En respuesta a las declaraciones de Gertz Manero, Salvador González, fiscal estatal de Jalisco, divulgó un video en redes sociales en el que aseguró que apenas el mismo miércoles –12 días después de la difusión del hallazgo– se entregaría todo el expediente de la investigación a fin de que la FGR la atraiga.
Aseguró que desde el inicio de la actual administración estatal se han llevado a cabo diversas acciones para avanzar en el caso, por lo que hay 10 personas en prisión. Reiteró su colaboración al fiscal y propuso que a la visita que hará este jueves al Rancho puedan sumarse madres buscadoras, colectivos, activistas, académicos y organizaciones de la sociedad civil. Añadió que el gobernador, Pablo Lemus, propone la instalación de una Comisión de la Verdad.
La mayoría de las autoridades actuales de Jalisco que están dispuestas a cooperar con la federación ingresaron a sus funciones el 1 de diciembre. El gobernador Pablo Lemus relevó al entonces gobernador Enrique Alfaro. El fiscal estatal, Salvador González, relevó a Luis Joaquín Méndez Ruiz. Mientras que Blanca Trujillo, entonces fiscal especial en personas desaparecidas, se mantiene en la misma función, aunque un cambio a la ley orgánica de la Fiscalía la define ahora como vicefiscal en personas desaparecidas.
Cuando ocurrió el caso, el entonces encargado de que las investigaciones llegaran con el juez era Jaime Navarro Hernández, director general de la dirección de Seguimiento a Procesos. Pero, poco antes de finalizar la administración, en octubre de 2024, fue asesinado mientras estaba en el estacionamiento de una tienda de autoservicio en la colonia Jardines Alcalde, en Guadalajara. Ahora las funciones de la dirección de Seguimientos a Procesos fue absorbida por el área de la Vicefiscalía Especial Ejecutiva de Investigación Criminal, encabezada por Ernesto Hernández Escorcia.
El abogado penalista Joseph Olid explicó que a nivel estatal también tienen responsabilidad distintas áreas como el ministerio público local, pues el agente en el caso, fue “quien dio el mando y conducción y quien se quedó al inicio con esa patente de investigación”. También el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), un organismo público descentralizado, que debía resguardar las prendas localizadas en el predio.
Chimiak apuntó que la responsabilidad de las autoridades municipales ha quedado desdibujada, pese a que la Ley de Personas Desaparecidas del estado es clara en cuanto a que también la comparten.
El sitio permaneció meses sin resguardo de las autoridades, pues el colectivo Madres Buscadoras de Jalisco explicó a Animal Político que ingresó al predio en dos ocasiones, en diciembre de 2024 y enero de 2025. Semanas más tarde, el 5 de marzo, otro colectivo, Guerreros Buscadores de Jalisco, ingresó al Rancho Izaguirre con solo “empujar la puerta”, de acuerdo con declaraciones de las buscadoras.
Acerca de ello, el académico aclaró que las autoridades locales pudieron no haberlo realizado porque el mismo Código Nacional de Procedimientos Penales no establece medidas específicas de resguardo.
“Si se clausura un restaurante la Ley en Materia Administrativa te va a decir: ponle un sello, el sello tiene que tener estas características, va a tener una previsión de que si lo rompen, va a pasar esto. Pero, eso en lo penal no existe, a veces las autoridades le ponen sellos, letreros gigantes, cadenas, pero en realidad todo eso ni siquiera está previsto en la ley”, dijo Olid.
El fiscal general de la República, Gertz Manero, enfatizó durante su conferencia de prensa del miércoles que las autoridades de Jalisco, entre los meses de septiembre y octubre, no realizaron ni las mínimas diligencias ministeriales que le correspondían, como procesamiento de huellas, identificación de prendas o determinación del dueño del rancho. Ni siquiera se cumplió con el debido registro e identificación de todo lo hallado, ni se le dio intervención inmediata a la FGR, justificó.
Este es un trabajo original de Animal Político y es reproducido con su autorización.
Este 19 de marzo se cumplen siete años de la desaparición de Javier Salomón Aceves Gastélum, Marco Francisco García Ávalos y Jesús Daniel Díaz García, estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales CAAV; pese a que su desaparición forzada significó un antes y un después en la lucha social por la desapariciones en el estado, sus familiares han tenido que pelear contra una verdad fabricada en la que el Gobierno de Jalisco aseguró que los tres jóvenes fueron asesinados y que no hay forma de localizarlos porque sus cuerpos fueron disueltos en ácido.
“Verdad histórica” que fue desechada por un juez en mayo de 2024, pues en el expediente de investigación no existen pruebas periciales y forenses contundentes para cerrar el caso bajo la versión que aún sostiene como cierta la Fiscalía de Jalisco; por ello, a siete años, las familias de Marco y Daniel exigen no sólo que los busquen con vida sino que las autoridades reconozcan que todo ha sido un engaño que se orquestó para frenar la presión social generada por su desaparición.
“En el juicio una perito del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses señaló que en los bidones donde supuestamente habían disuelto a nuestros hijos no se encontraron restos humanos, únicamente diesel”, lo anterior fue mencionado por la señora Vicki -madre de Jesús Daniel Díaz García- en la rueda de prensa que se convocó para no olvidar que este 19 de marzo de 2025 se cumplen siete años de la desaparición forzada de Javier Salomón Aceves Gastélum, Marco Francisco García Ávalos y Jesús Daniel Díaz García, todos estudiantes de cine en la Universidad de Medios Audiovisuales CAAV.
El testimonio de la química forense que, por sí mismo pone en duda la versión oficial, formó parte del desahogo de la audiencia o juicio oral en Puente Grande que ocurrió entre el 1 de abril y el 17 de mayo del 2024, y en el que la Fiscalía General de la República -instancia que atrajo la investigación en 2018- “desahogó” las pruebas que tenía sobre el caso.
De ese proceso judicial se notificó que cinco personas recibieron sentencias condenatorias por 75 años de prisión por el delito de secuestro agravado, no por el desaparición, tal y como exigían las familias de los jóvenes estudiantes.
Las personas sentenciadas fueron Eduardo Geovani Gómez Reynoso, alias “Cochi”; Christian Omar Palma Gutiérrez, alias “QBA”; Jonathan Alejandro Anaya Delgadillo, alias “Kalimba”; Miguel Ángel Casillas Pérez, alias “Tun Tun” y Jonathan Josué Hernández Moreno, alias “Choco”; sin embargo, ese día se dejó en libertad a Alejandro N., pues no existieron pruebas contundentes de que éste hubiera participado en los hechos, algo que los padres desmienten, pues en la carpeta de investigación se sabe que éste sí fue copartícipe
“Lo más importante de ese juicio, no sólo fueron esas sentencias… sino que ese día el juez determinó que el caso no se podría cerrar porque no había elementos suficientes para señalar que nuestros hijos hayan sido asesinados y desaparecidos como asegura la Fiscalía”,explicó Sofía Ávalos, madre de Marco Francisco García Ávalos.
Para ella, el que eso haya pasado confirma que no hay forma de sostener la verdad que fabricaron las autoridades de Jalisco, pero también de que existe una obligación de que se busque con vida a los jóvenes, algo que lamentablemente nunca ha ocurrido.
“Desde el principio no se les buscó como deberían, por eso exigimos que se haga un plan para realizar una búsqueda en campo… para buscarlos con vida, ya que en estos siete años esto jamás de ha hecho”, explicó la señora Vicki, al tiempo que recordó que en los primeros días ella ofreció toda la información que tenía a la mano para que los buscaran, pero eso jamás pasó.
“Si ellos hubieran hecho bien su trabajo desde el principio, quizá, acá tendríamos a nuestros hijos, pero eso no pasó”, precisa la madre de Daniel.
Lo que pasó también en el desahogo de pruebas es que quedaron al evidente dos cosas importantes: 1) las múltiples inconsistencias en la integración de la carpeta de investigación que hizo la Fiscalía de Jalisco, y 2) la falta de trabajo pericial y de investigación de parte de la Fiscalía General de la República, instancia que tras atraer el caso no realizó ninguna nueva línea de investigación ni siquiera revisó la validez de las confesiones de los hoy sentenciados, pues al menos tres de ellos, en el propio proceso judicial, declararon haber sido torturados para firmar su participación en la versión oficial que armó la Fiscalía de Jalisco.
“Cuando el caso lo atrajo la FGR, teníamos la esperanza de que las cosas cambiarían, pero tras el paso del tiempo, pero más en el desahogo de pruebas ante el juez nos dimos cuenta de que presentaron la misma carpeta que les entregó Fiscalía de Jalisco… ni siquiera se esforzaron un poco y, a la fecha, tampoco han hecho nada”, explicó Sofía, quien hace menos de un mes intentó llamar a su ministerio púbico federal, pero ya no le contesta el teléfono.
Donde también existieron y existen inconsistencias, explica Miguel Díaz -padre de Jesús Daniel- es la presentación de las y los testigos claves en el caso, pues sin dar fundamentos contundentes, la FGR no explicó porque no fueron a declarar las últimas personas que vieron a los jóvenes antes de su desaparición:
“Nosotros señalamos lo importante que era que esas personas declararan, pero sólo se nos explicó que algunas personas no quisieron hacerlo por amenazas, otras porque no fueron localizadas… pero era importante que declararan, pero no lo hicieron”.
Quienes sí declararon, recuerdan las madres y el padre, fueron la decena de funcionarios públicos de la Fiscalía de Jalisco que desde el inicio hicieron mal su trabajo.
“Los que sí declararon fueron quienes al inicio nos dijeron que a los muchachos se los habían llevado de tal lugar, pero después en el expediente anotaban otro… lo que nos dijeron que en el lugar a donde los llevaron había estado tres días, pero después al leer el expediente decían que sólo estuvieron ahí de un día para otro… inconsistencias que nos hicieron y nos hacen desconfiar de lo que hicieron”, explicó el señor Miguel.
A casi un año, del “desahogo” de pruebas y de que la autoridad judicial determinara no sólo no cerrar el caso, sino de seguir con las investigaciones, las familias de Daniel y Marco denunciaron que no existe avance alguno del caso, pues lo único que se han girado son oficios para cotejar el ADN tomado a las familias con los cuerpos de personas fallecidas sin identificar, resguardos en diversos estados del país.
Pero de nuevas líneas de investigación, nada. Mucho menos saben de planes de búsqueda en vida, pues en estos siete años jamás les han presentado ninguna estrategia para buscar a Marco, Daniel y Salomón con vida.
“Lo que nosotros queremos es que los busquen, que salgan a buscarlos porque no lo han hecho en estos años… queremos que salgan a buscarlos porque algo me dice que mi muchacho está ahí en alguna parte”, precisó Vicki.
También exigen, como lo evidencia la señora Sofía, la realización de un proceso serio de investigación, pues ninguna de las acciones de la Fiscalía de Jalisco o de la Fiscalía General de la República han sido eficaces en la búsqueda de los jóvenes cineastas.
Actualmente, aunque el caso esté abierto para las familias está inactivo, pues nadie les ha notificado ningún avance, tampoco saben nada de la apelación por el auto de formal libertad que se dio a Alejandro N., pues las familias quieren que se revise el por qué se le dejó en libertad; por ello, le solicitaron a la presidenta, Claudia Sheinbaum, y al fiscal general, Alejandro Gertz, que revisen el caso y que se busque de manera inmediata a los tres estudiantes de cine.
¿Cómo ocurrió la desaparición forzada de los tres jóvenes?
La noche del 19 de marzo, tras finalizar una grabación en el fraccionamiento Colinas de Tonalá -ubicado en el municipio del mismo nombre- los tres jóvenes emprendían el camino de regreso a casa cuando el vehículo en el que viajaban se averió.
Al bajarse para identificar la falla mecánica fueron abordados por un grupo de hombres armados, presuntamente integrantes de la Policía Estatal, quienes los obligaron a tirarse al piso para después llevárselos por la fuerza a bordo de las camionetas negras en las que viajaban. Esta información fue confirmada por otros estudiantes que también habían acudido a la grabación y observaron a distancia lo que pasó con sus compañeros.
A través de un video, las autoridades de Jalisco mostraron una línea de tiempo con la que explicaron qué fue lo que pasó después de que los jóvenes fueran desaparecidos entre el kilómetro 19 y 20 del nuevo Periférico Oriente, en el municipio de Tonalá, por presuntos policías; sin embargo, tras las pesquisas, se dijo que no fueron policías sino integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que portaban uniformes apócrifos.
La Fiscalía precisó que, a través de 400 entrevistas, 15 cateos en diversos domicilios y la confesión directa de dos de los ocho responsables de los hechos, la desaparición de los jóvenes sucedió por una confusión pues el lugar donde éstos realizaron una filmación escolar (el día de su desaparición), había fungido como casa de seguridad de integrantes del Cártel de la Nueva Plaza (grupo que se creó tras una escisión del CJNG en la zona); específicamente, de Diego Gabriel Mejía Oliden, detenido el 15 de julio de 2015 tras habérsele localizado, en ese mismo domicilio, armas de alto calibre y droga.
Los tres jóvenes, según confesaron dos de los detenidos Gerardo N. y Omar N., fueron trasladados a una casa de seguridad ubicada en la calle Lechuza, en la colonia Pinar de Las Palomas en Tonalá, donde fueron golpeados y torturados para obtener información del por qué estaban en el domicilio y qué información tenían sobre sus rivales.
Pero los jóvenes nada sabían de esto, ya que el tiempo y las propias investigaciones han comprobado que ellos, no tenía vinculación alguna con la delincuencia organizada.
En esa casa de seguridad, según el expediente, los estudiantes fueron golpeados, razón por la cual se encontraron ahí rastros hemáticos que resultaron positivos con la información genética de Marco Francisco García Ávalos y Jesús Daniel Díaz García; sin embargo, de Javier Salomón Aceves Gastélum no se encontró registro de sangre.
Los hoy sentenciados por el delito de privación de la libertad (no por desaparición) también confesaron que después trasladaron a los estudiantes a una segunda casa de seguridad ubicada en la calle Amapola en la colonia Rancho de la Cruz también en Tonalá, donde aparentemente fueron asesinados para después disolver ahí en ácido sus cuerpos.
En dicho lugar, la Fiscalía aseguró haber localizado 46 tinacos y 56 litros de ácido sulfúrico, comúnmente utilizado por la delincuencia para disolver cadáveres; sin embargo, esta instancia no presentó los resultados de los análisis forenses realizados a los restos biológicos localizados en dichos tinacos o en las tuberías del domicilio; sus inferencias lógicas, basadas en la declaración de los detenidos y en los hallazgos localizados en el lugar, les hizo concluir que los estudiantes tuvieron ese triste final, pues así lo precisó, Elizabeth Torres, encargada de la investigación.
Lo cierto es que, a la fecha, no se han presentado los resultados de las confrontas entre el material genético localizado (más de 20 perfiles) y las muestras de ADN otorgadas por las familias de los estudiantes; la aseveración de que los cuerpos de los estudiantes fueron disueltos en ácido fue algo que la Fiscalía del Estado Jalisco no logró sostener científicamente en su rueda de prensa, aunque en ella y en el video utilizado se señalara que: “los estudiantes fueron privados de su libertad con la finalidad de dañarlos, para quitarles la vida, y posteriormente sus cuerpos fueron disueltos en ácido”.
Circunstancia que fue desmentida por peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, pues los estudios realizados en esos bidones no muestran ningún tipo de rastro de restos humanos, únicamente presencia de diesel.
Por ello, es que a siete años de la desaparición de Marco, Daniel y Salomón sus familias exigen que se les busque con vida.
Este es un texto de ZonaDocs, que forma parte de la Alianza de Medios de Periodistas de a Pie, de la cual somos integrantes. Aquí puedes consultar el trabajo original.
Las madres buscadoras de Guerrero se organizan en sus colectivos para acudir a Jalisco y cerciorarse, a partir de la revisión de las prendas halladas, si sus hijos estuvieron o no en el Rancho Izaguirre, de Teuchitlán, un lugar que pudo ser utilizado para entrenamiento forzado y exterminio.
Están a la espera de conocer más información de la Fiscalía General de la República (FGR), ahora que tomó el caso, sobre cuál será el mecanismo o método de cotejo o identificación, porque entre los familiares de buscadores locales comenzaron a brotar sospechas o inquietudes de que los suyos pudieron ser llevados a ese sitio ubicado en La Estanzuela, municipio de Teuchitlán, Jalisco.
Francisca Mayo Ramírez, quien fundó el colectivo Guerrero No+Desaparecidos en busca de su hijo Jonathan Munivez Mayo, desaparecido desde el 3 de noviembre del 2008 que policías municipales de Chilpancingo lo sacaron de la casa que rentaba el joven, tiene la sospecha de que su hijo pudo estar en el Rancho Izaguirre por dos coincidencias que escuchó durante el hallazgo.
Durante la narración que hicieron integrantes del Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco desde el interior del rancho, quienes descubrieron este sitio que antes fue cateado por autoridades, supo que en unas libretas halladas estaba el escrito el apellido Mayo y el apodo de Pelón que, coincidentemente, tienen relación con su hijo.
Contó que Mayo, su primer apellido y, por ende, el segundo de su hijo, no suele ser común, además le apodaban Pelón desde pequeño, porque le hicieron una cirugía y le raparon el pelo. Para la madre buscadora son dos elementos de peso que la tiene determinada ir a Jalisco aun si el resto de los integrantes del colectivo no se deciden.
Solo dará espacio a que la FGR proporcione más información después de documentar todas las prendas e indicios localizados en el rancho. Antes de que la federación tomará el caso, Francisca ya había notificado a la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas en Guerrero sobre su inquietud para que hiciera enlace con su par de Jalisco, pero ahora deben esperar los procedimientos que establezca la federación.
En otros colectivos locales circulan otras sospechas, pero esperarán hasta que tengan certezas.
La alameda Granados Maldonado de Chilpancingo fue establecida por un colectivo de familiares de desaparecidos como un sitio de memoria. Foto: Margena de la O.
El descubrimiento del rancho y las posibles operaciones que ahí realizaban volvió a trastocar las heridas de las madres buscadoras, incluidas las de Guerrero.
Francisca, de entrada, ha compartido que trae las emociones alteradas desde entonces. No sabe si es coraje, impotencia, dolor o, quizá, una mezcla de todo.
En eso coinciden otras madres que están al frente de otros colectivos en el estado, donde la desaparición de personas es consecuencia de un entorno atravesado por muchas violencias. “Es un sentimiento…creo que todas estamos, ay, yo lo tocó otra vez y me vuelve a afectar. Es un sentimiento de que ya nada más estamos en espera que nos digan de nuestros hijos, nuestros familiares”, dice Gema Antúnez Flores, presidenta del colectivo de Familiares en Búsqueda María Herrera, quien busca a su hijo Sebastián García Antúnez, desaparecido el 27 de febrero de 2011.
“En estos días no he podido dormir pensando que a lo mejor mi hijo pudo haber pasado por una situación así, de que lo torturaron, sabrá Dios en qué situación le quitaron la vida. Mientras no los encontremos siempre vamos a torturarnos; es una tortura sicológica la que vivimos todos los días, porque todo el tiempo estamos pensando si lo habrán hecho sufrir, si murió instantáneo y no sufrió, tal vez es mejor, pero no lo sabemos y todo el tiempo estamos torturándonos”, menciona Socorro Gil Guzmán, quien preside el Colectivo Memoria, Verdad y Justicia, y busca a su hijo Jonathan Romero Gil, desaparecido el 5 de diciembre 2018.
El caso de Teuchitlán también les confirma a las madres buscadoras que los servidores públicos de los diferentes niveles de gobierno no cumplen con una de las responsabilidades máximas, brindar seguridad a la ciudadanía, porque “sabemos que salimos de casa, pero no sabemos si vamos a regresar”, agrega Socorro.
Ante ese panorama de desatención, las madres y demás familiares buscadores de personas desaparecidas han tomado un papel trascendental en las acciones de búsqueda de los suyos. “La verdad que ese trabajo no tendríamos por qué hacerlo las familias o las mamás, sin embargo, lo hacemos porque es a nosotras a quienes nos faltan nuestros hijos. Las autoridades han dejado a un lado esto de las desapariciones, los tres niveles de gobierno se hacen de vista gorda, nos están minimizando, revictimizando”, insiste.
Francisca coincide con Socorro sin haberla escuchado, porque fueron entrevistadas por separado. “Nosotros somos los que los buscamos porque las autoridades no lo hacen, y si lo hacen, no como nosotros”, menciona.
El Rancho Teuchitlán fue revisado antes por servidores públicos y nunca reportaron los hallazgos que el colectivo de Jalisco expuso.
Hay algo más en lo que coinciden estas tres madres al frente de colectivos de familiares de desaparecidos en Guerrero, viajarán a Jalisco en busca de indicios en los hallazgos del rancho para ver si algo tienen que ver con sus hijos.
“Sí hay posibilidad de ir, yo creo que iremos algunas personas del colectivo”, menciona Gema.
Socorro ya tiene planeado junto a otras integrantes de su colectivo viajar a fin de mes a Jalisco, porque ha sabido por los medios de comunicación de la FGR también intenta bloquear la intervención de las madres buscadoras de Jalisco, cuando son ellas las que descubrieron ese lugar de entrenamiento forzado y exterminio.
“Yo no voy a esperar mucho tiempo”, agrega Francisca después de confirmar que el colectivo que dirige pedirá formalmente que le permitan tener acceso a los hallazgos del rancho.
Tras el endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos, cientos de migrantes han solicitado refugio en México para residir en Ciudad Juárez. Tan solo en el último mes, unas 600 personas de diferentes países realizaron su trámite con el apoyo de la oficina de movilidad de la Catedral. Son muchas sus razones para quedarse, pero la mayoría busca echar raíces de manera legal para evitar su deportación
Texto y Foto: Rocío Gallegos / La Verdad Juárez
Ciudad Juárez
Martes 18 de marzo del 2025
Ciudad Juárez– Cuando salió de Venezuela hace más de un año, María del Carmen Perdomo tenía como destino Estados Unidos, pero de allá la expulsaron en cuanto cruzó la frontera junto a su esposo, sus dos niñas y su niño, lo intentó de nuevo pero el cambio de políticas migratorias en el vecino país del norte la dejó varada en esta frontera
Ahora busca echar raíces legalmente en el país. Junto con su familia está en vías de recibir refugio en México y convertirse en residente permanente de esta comunidad fronteriza donde vive desde hace seis meses.
“No es fácil comenzar de nuevo” dijo María del Carmen, de 31 años, en una entrevista en el comedor de la Catedral de la ciudad, a donde acude cada semana por una despensa de las que distribuyen entre personas migrantes.
Aseguró que a su país ya no regresa y no buscará cruzar de nuevo a Estados Unidos por miedo a que la regresen de nuevo a su país. “En Venezuela vendí todo, no tengo nada, ni un colchón, ni a donde llegar, ya no regreso”.
La mujer, su esposo, hijas e hijo solicitaron su refugio en México a finales de enero, después de que Estados Unidos prácticamente restringió su frontera a la migración irregular, a los 15 días la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) les informó que fueron aceptados
“Nos respondieron que había sido aceptado nuestro asilo y que tenía que acercarme a Migración para hacer la primera firma” contó. “Me alegré, mucho”.
Como ella cientos de personas migrantes comenzaron a solicitar el reconocimiento de refugiado en el país desde Ciudad Juárez. Lo han realizado con la asesoría de organizaciones y personas que trabajan por los derechos de los migrantes.
Migrantes llenan los formularios para su solicitud de refugio en uno de los talleres de la Catedral. Fotografía: Rocío Gallegos / La Verdad Juárez
Se solicitó a la Comar estadísticas sobre este trámite en lo que va del año, pero aún no responden a la petición. Sin embargo, tan solo en el último mes casi 600 personas hicieron su solicitud para residir en esta frontera de manera legal con la ayuda de la oficina de movilidad de la Catedral, otras decenas están en proceso de concretarlo y unas más están en lista de espera para iniciar el trámite.
Cristina Coronado, de la oficina de movilidad y encargada del comedor de la Catedral, comentó que con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos se derrumbaron muchos sueños de migrantes que ya habían hecho su travesía hasta esta frontera, “había mucha frustración, mucha ansiedad. La gente se preguntaba qué voy hacer”.
“Nosotros escuchamos, apoyamos, orientamos cuando podemos a la gente, pero desde ese momento muchas personas se quedaron sin opción para ingresar legalmente (a Estados Unidos) y se dieron cuenta que podían ser deportadas a su país, entonces empezamos a escuchar de la gente que quería refugio en el país”, dijo Cristina.
Ante la nueva realidad, contó que echaron mano de varias personas e instituciones para armar un programa de apoyo gratuito a los migrantes que les solicitaban orientación para gestionar el refugio.
Se contó con la ayuda de una migrante de El Salvador que había solicitado refugio, “ella sabía lo que se les iba a pedir”, se acercaron con una abogada de la Defensoría Pública Federal, para que lleve algunos casos, con la universidad, para tomar algunas fotos que requieren las personas, con un estudio fotográfico para gestionar descuentos por el servicio y con Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés) para armar talleres de llenado de formularios y presentar solicitudes en paquete.
“En lugar de hacer el trámite uno por uno, porque esto es ya muy lento, y el trámite es muy tardado, entonces lo que decidimos fue acompañar a los migrantes desde cero, en la Catedral llenan los formularios, en forma de talleres, empezamos dando una explicación de qué es el refugio y sus implicaciones, luego les orientamos en el llenado de papeles”, cuenta Cristina al hablar sobre este programa de apoyo que inició el pasado 4 de febrero y a través del cual se ha realizado 183 trámites, para familias o personas solteras, procedentes de Venezuela, Colombia, Honduras, El Salvador, Guatemala, Perú, Ecuador, Haití y hasta de África.
Son en total como 600 personas, entre adultos e infantes, los que iniciaron el trámite, dijo Cristina, pero considera que ese el número va en aumento, por la cantidad de personas que se han acercado a solicitar información del apoyo para iniciar la gestión de refugio con ellos.
“Empiezan a llegar y empiezan a se pasan la voz”, comentó. “Porque pues ellos se dieron cuenta de que ya no hay posibilidades de cruzar la frontera, al menos no por ahora”.
Migrantes llenan los formularios para su solicitud de refugio en uno de los talleres de la Catedral. Fotografía: Rocío Gallegos / La Verdad Juárez
Estados Unidos ha sido el destino para muchos migrantes de distintas regiones del continente americano que huyen de la pobreza, la agitación política, desastres naturales o la violencia. Sin embargo, cruzar la frontera entre México y Estados Unidos se ha vuelto cada vez más difícil, dicen los migrantes, por un lado los altos costos de los polleros -como llaman a traficantes de personas- y ahora por las severas acciones del gobierno de Trump en su contra.
Desanimados por el panorama, la mayoría de los que estaban en esta frontera han retornado a sus lugares de origen o se trasladaron a otras ciudades del país, pero muchos han decidido quedarse a residir de manera legal en esta comunidad fronteriza.
“Entendí que las posibilidades están en donde uno la busque, siempre y cuando uno tenga esas ganas de progresar, salir adelante y tener su propio negocio”, dice Móises quien lleva en la ciudad 11 meses.
Él salió de Venezuela con su pareja y una hermana en busca de una mejor situación económica y por la situación política que dice se vive en su país, contó mientras esperaba información en la Catedral, donde ha recibido ayuda para su gestión de asilo, “para uno poder estar bien y estable acá en México”.
Confiesa que tenía miedo hacer su travesía por México, por las historias de violencia que se cuentan, pero dijo “bueno, entremos a México” y aseguró que ha sido superbien recibido y ha encontrado oportunidades para iniciar su emprendimiento de cortes de cabello.
“Como en todos lados hay personas buenas y personas malas” dijo, pero sus experiencias buenas son más, por eso no dudo en tramitar su estancia legal cuando se enteró que lo podía hacer con ayuda de personas de la Catedral, donde también recibió alimentos cuando recién llegó.
Móises aseguró que nunca intentó cruzar la frontera de manera irregular, buscó una cita por CBP One, lo intentó por casi un año pero nunca le salió, luego llegó Trump a la Casa Blanca y sus planes cambiaron.
Su historia es parecida a la de Yulieth Rojas, una migrante colombiana, de 28 años, aunque ella sí consiguió fecha para su cita ante autoridades migratorias de Estados Unidos, pero se quedó varada por la cancelación de CBP One el pasado 20 de enero, tras las investidura de Trump como presidente. Ella iba a cruzar el 8 de febrero.
La mujer no descarta regresar a su país, donde la espera su familia, pero mientras eso ocurre decidió tramitar refugio en México “para andar tranquila aquí, cuando uno ve a policías y militares”
El aumento en las solicitudes de asilo en México también se debe al incremento en las detenciones en operativos de las autoridades de Migración mexicana.
“Lo mejor es andar con un documento legal” comentó la Yulieth quien salió de su país en agosto del 2023 y llegó a la ciudad en tren.
Contó que ya se va a cumplir el mes de que hizo la solicitud de refugio con el apoyo del programa de la Catedral y aún está a la espera de una respuesta de las autoridades.
Yulieth dijo que le gusta Juárez. “Aquí conoces a mucha gente, muchos extranjeros, me he topado con gente muy buena con la que me llevo bien”.
En esto último coincide María del Carmen, la venezolana, quien asegura que su esposo consiguió un empleo como cargador en el mercado del centro y sus hijas iniciaron la escuela en septiembre pasado.
“Aquí hemos retomado nuestra vida, mi esposo trabaja, mis hijas van a la escuela y hay personas que son como ángeles que nos ayudan mucho”, mencionó la mujer, quien espera sus papeles como refugiada para trabajar y ayudar con los gastos de su nueva casa en esta frontera.
Este es un texto de La Verdad Juárez, que forma parte de la Alianza de Medios de Periodistas de a Pie, de la cual somos integrantes. Aquí puedes consultar el trabajo original.
Los hallazgos en el rancho Izaguirre lo ven como una muestra del infierno que pudieran estar viviendo sus hijas e hijos
Texto y Foto: Marlén Castro
Chilpancingo
Sábado 15 de marzo del 2025
Cecilia Balanzar, mamá de Mario Alberto García Balanzar, a quien desaparecieron policías municipales en Acapulco el 25 de mayo del 2023, dice que Teuchitlán le removió todo y ahora siente mucha angustia, no puede dormir y tiene la impresión de que no articula bien las ideas.
Cecilia es una de las madres buscadoras que, como parte de la Colectiva Memoria, Verdad y Justicia de Acapulco y Chilpancingo, se sumó a la jornada de vigilia y luto nacional en solidaridad con las víctimas de Teuchitlán, Jalisco, en donde hallaron un rancho con crematorios y restos humanos, el pasado 5 de marzo.
El tercer sábado de cada mes, la Colectiva Memoria, Verdad y Justicia realiza actividades en el zócalo de Chilpancingo.
Despliega las fotos de todas las personas desaparecidas que acompaña su colectiva y de colectivas de otras entidades del país, con la que se acuerpa para exigir justicia.
En esta ocasión, coincidió con la convocatoria de las colectivas de madres buscadoras de Jalisco, por el horror hallado en Teuchitlán. Las madres, hermanas y hermanos de los desaparecidos hoy están diferentes. El dolor está más por encima que otras veces.
Ese es el estado de Esther Deaquino Velázquez, madre de Luis Geovany Rodríguez Deaquino, a quien desaparecieron en esta capital el 14 de mayo del 2016.
Esther suelta el llanto a cada rato desde que escuchó la noticia del hallazgo del rancho Izaguirre en Teuchitlán, porque hace aproximadamente cinco años, cree haber escuchado a su hijo y ver sus manos en una noticia relacionada con la entrega de despensas de parte de un grupo del crimen organizado en Zapopan, Jalisco.
Ese día pensaba en Guicho, que era como ella lo llamaba, y pasaba rápido su dedo por el celular viendo todas las cosas que tenía Facebook, cuando de repente salió una noticia de Univisión, en donde escuchó la voz de su hijo.
“Gracias”, escuchó. Vio las manos de esa persona que no salía a cuadro. Eran las manos de Guicho y era su voz. Desde ese 2020 el corazón le ha estado diciendo que su hijo estaba en Jalisco y la noticia del hallazgo de ese campo de entrenamiento y exterminio, en un municipio de Jalisco, la atormenta.
Esta tarde de sábado, Esther se ha quebrado varias veces. Las personas de la colectiva acuden rápido a sostenerla. “Guicho, miniño te sigo buscando, papasito tu no merecías esto en tu vida, tu debías estar estudiando”, grita con ganas en el quiosco de Chilpancingo, como esperanzada de que su hijo la escuche.
En el quiosco, las familias prendieron veladoras y desplegaron lonas con las fotos de varias personas desaparecidas, también llevaron pares de zapatos de algunas personas que no han sido localizadas.
No es la única madre guerrerense que se está haciendo pedazos. Socorro Gil Guzmán, la presidenta de la Colectiva y progenitora de Jonathan Guadalupe Romero Gil, desaparecido también en Acapulco por policías municipales el 5 de diciembre del 2018, tiene los mismos sentimientos en estos momentos y desde días atrás.
“No ha sido fácil para nosotras esto. Desde que escuché lo de Teuchitlán no he podido dormir pensando en lo que pudieron haber sufrido, los jóvenes que estuvieron ahí”.
Socorro suplicó a quienes se llevaron a sus hijos. “Por favor, que se termine esta pesadilla que vivimos todos los días, dígannos dónde están nuestros hijos”.
El Colectivo Lupita Rodríguez Enciso de Chilpancingo también realizó actividades como parte de la jornada de vigilia y luto nacional. Fue en el punto conocido como la estatua del caballito, al sur de la capital, la tarde de este mismo sábado.
Las madres, padres, hermanas y hermanos de este grupo de desaparecidos de varias partes de la entidad exigieron una verdadera investigación para dar con los responsables de lo que ocurrió en el rancho Izaguirre.
La tarde del viernes, los colectivos Centro Minerva Bello, María Herrera, el Centro de Derechos Humanos Morelos y Guerrero No+desaparecidos hicieron también un acto en solidaridad con las víctimas de Teuchitlán.
El hallazgo de tres hornos crematorios clandestinos, realizado por el Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco en el Rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, ofrece una nueva postal de cómo la opera en el estado una maquinaria de muerte y desaparición, pero también da evidencia de cómo el trabajo colectivo de madres buscadoras puede arrancar a la impunidad y la barbarie todo aquello que desean ocultar, pero también es una muestra fehaciente de que el Estado mexicano no busca a las personas desaparecidas, pues el hallazgo se da en un lugar que había sido cateado por la Fiscalía de Jalisco y que estaba bajo resguardo de autoridades federales.
Texto y Foto: Darwin Franco/ Zona Docs
Jalisco
Jueves 13 de marzo del 2025
“El día de hoy nos encontramos en una búsqueda en un predio que según eso ya se había cateado, pero nos estamos encontrando varias fosas, hornos crematorios y la localización de varios huesos“, así inicia la narración de uno de los videos que grabaron, el 5 de marzo de 2025, integrantes del Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco al interior del Rancho Izaguirre, ubicado en la comunidad La Estanzuela del municipio de Teuchitlán, Jalisco. Lugar que antes y después del “cateo y aseguramiento” realizado por la Fiscalía del Estado de Jalisco, en septiembre de 2024, se presume fue utilizado como sitio de entrenamiento forzado y un lugar de exterminio.
“Ponte los guantes para que me muestres molares”, precisa la voz de una buscadora. Su compañera, guante en mano contesta: “aquí hay uno”. Y en primerísimo primer plano se muestran dientes, placas que en algún momento ayudaron a soldar huesos rotos y partes de craneo que las y los buscadores decidieron colocar dentro de una cubeta blanca tras la revisión minuciosa de los tres hornos crematorios localizados al interior del rancho.
Aquellos hornos que la Fiscalía de Jalisco no localizó porque no le dio tiempo de inspeccionar todo el lugar cuando ahí, en septiembre de 2024, detuvieron a 10 personas y hallaron el cuerpo sin vida de una persona. Dicho lugar tiene una dimensión menor a una hectárea y, pese a ello, las autoridades de Jalisco no concluyeron la total inspección del sitio, tal y como en su momento se lo demandaron las familias buscadoras.
Tras los “trabajos” realizados por la Fiscalía, el sitio quedó bajo resguardo de la Guardia Nacional.
Una llamada anónima, de un ex reclutador del lugar, alertó de nuevo al Colectivo de Guerreros Buscadores de Jalisco, razón por la cual regresaron al Rancho Izaguirre para dar cuenta del horror que ahí se hizo presente.
¿Cuánto tiempo? No es posible saberlo, aunque la cantidad de prendas y las centenares de zapatos encontrados dan evidencia de que el sitio operó de manera impune por varios meses sin que autoridad alguna sospechara de que ahí, como asegura Indira Navarro -líder del Guerreros Buscadores-, se entrenó y posiblemente asesinó a las personas que se reportaron como desaparecidas tras haber llegado a la Nueva Central de Camiones de Guadalajara, tras un ofrecimiento laboral.
Y el video sigue…
“En esta finca de entrenamiento se están localizando estos hornos crematorios… esta situación es muy delicada, pues al parecer se hacían los pozos se quemaban y se tapaban de vuelta… y así es como estamos localizando… ¿Mary qué estás viendo?”.
Lo que vemos a cuadro en la transmisión del colectivo es dantesco. Una madre buscadora armando con sus manos la dentadura de una persona. Y lo hace para que quien ve el “en vivo”, grabado para el perfil de Facebook de Guerreros Buscadores, pueda tener credibilidad de que no se trata de restos óseos de animales, sino de personas que fueron no sólo asesinadas, sino calcinadas para que toda huella de la violencia que se ejerció en su contra se perdiera bajo tierra.
Sin embargo, ahí estuvieron las manos de las madres buscadoras para extraer de la tierra restos humanos con el objetivo de darles identidad, si es que aún es posible hacerlo porque el alta exposición al fuego -o algún otro combustóleo- de acuerdo a expertos forenses, elimina toda posibilidad de extraer alguna muestra genética.
“Aquí también encontramos mucha ropa, maletas y así es el escenario que se ve el día de hoy. Lamentablemente, esto es una: ¿cómo le podemos llamar? ¿fosa o crematorio? Lo que vemos son huesos calcinados… lo que nos comentó la persona anónima es que hacían hoyos para hacer las cremaciones”, afirma Indira Navarro.
Y el video continúa, mientras la madre buscadora nos muestra a sus compañeros a ras de tierra buscando restos óseos o nos deja ver a otras que tratan de acomodar la ropa que se encontraba dentro de una bodega. Y ahí es cuando la pila de zapatos -como aquellos que se muestran como poderoso artefacto de memoria de las víctimas del holocausto en el Museo de Auschwitz-Birkenau, ubicado en Polonia- se hace presente como una evidencia de que ahí cientos de personas fueron despojadas de todo para quedar a merced de una delincuencia organizada para quien los cuerpos de aquellos que desaparecen son mercancías que pueden desechar o intercambiar.
Una muestra de que la necromáquina -como nombra Rossana Reguillo a la insaciable maquinaria de muerte operada desde el narcotráfico- existe, pero su potencia no radica en la cantidad de zapatos presentes, sino en lo que éstos en conjunto hacen visible: cientos de personas que llegaron ahí de manera forzada para ser despojadas de todo. Y las ropas localizadas por las madres buscadoras son la evidencia de que ahí estuvieron, pero ahora no. O quizá, sí… pero ya no de la forma en la que la esperanza nos incita a pensarles.
Tras el trabajo valiente de las familias en el Rancho Izaguirre, la Fiscalía de Jalisco se vio forzada a registrar cada una de las prendas, a las que para fines de investigación denominó indicios, los cuales numeró del 1A al 50J. En total, 492 indicios de prendas que van desde pantalones, blusas, suéteres, camisas, playeras y mochilas. Dicha lista puede consultarse aquí.
Hacer un recorrido por cada una de estas piezas es profundamente doloroso, pues como explicaban las madres en el video, ver tal o cual prenda dispara preguntas como: ¿era la prenda que usaban cuándo les desaparecieron? ¿era la ropa que llevaban a quienes aquí les quitaron la vida? Preguntas que quien llamó al colectivo no reparó en contestar, pues sólo habló para decirles que regresaran a Teuchitlán porque ahí operó un sitio de exterminio y entrenamiento forzado.
En el listado que compartió la Fiscalía de Jalisco, los 400 zapatos localizados en el lugar no aparecen como indicios de investigación.
Transmisiones que devuelven identidades
“Buenas tardes, buenas tardes… espero se conecten para seguir la transmisión” se escucha en un segundo video que da continuidad al trabajo de Guerreros Buscadoras de Jalisco.
“La persona que nos llamó nos dijo que en este lugar donde están estas ropas eran donde dormían las personas que fueron desaparecidas, eso nos dijo quien nos llamó… si ven o reconocen alguna prenda no duden de acudir a la Fiscalía”.
En los comentarios al video, las preguntas se multiplican: ¿encontraron alguna identificación? ¿podrían mostrar más las prendas para ver si no están la de mi familiar?
Las respuestas no se dieron por completo en el video “en vivo”, pero sí en fotografías posteriores que el Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco publicó en sus redes sociales, tal y como la siguiente imagen en la que aparece una collar con tres imágenes: la de una mujer, la virgen de Guadalupe y la del San Francisco de Asís.
Días después se supo que la joven que aparece en el relicario era conocida como “La China”, era madre de un hijo y fue reportada como desaparecida desde 2024.
Una conocida de nombre Myriam Hernández, a través de su perfil en Facebook, escribió:
“Fuiste una buena madre buscando un mejor futuro para tu hijo, siempre te recordaremos como una guerrera. Tu hijo se queda en buenas manos. Siempre te recordaremos como una mujer fuerte, no sabemos cuánto sufriste, pero al menos sabemos que ya descansas en paz. Te amamos, Chinita. No es un adiós, sino un hasta pronto. Dios te tenga en su Santa Gloria”.
También localizaron credenciales, una perteneciente a Édgar Fabián Solis Santamaría, con residencia en Tlajomulco de Zúñiga, y otra de Eduardo Lerma Lito, originario de Cortázar, Guanajuato.
Sobre Fabián no se localizó reporte alguno de desaparición; de Eduardo se supo que fue desaparecido el 26 de febrero de 2024 en Lagos de Moreno, Jalisco. Incluso, de él se encontró una carta con el siguiente mensaje:
“Mi amor si algún día ya no regreso solo te pido que recuerdes lo mucho que te amo y digas: se me fue mi enojón berrinchón y celoso. J.G.L .Eduardo Lerma Nito 02 mayo 2003 Cortázar, Guanajuato”.
Afortunadamente, el joven fue localizado con vida a finales de ese mismo año.
A la par de las prendas también se encontraron artículos personales, y algunos mensajes escritos en libretas, como el que se puede ver a continuación y donde se hace un listado de la forma en la que se referían a las personas que se encontraban ahí.
“Lo que nos dijeron es que aquí era una escuelita, así nos dijo el anónimo, que acá se traían a las personas que eran desaparecidas… era un centro de entrenamiento y exterminio, eso fue lo que nos dijeron”, precisa una de las integrantes del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.
Como el Rancho Izaguirre, otros sitios más
Aunque este puede ser uno de los hallazgos más relevantes, centros de adiestramiento forzado y sitios de exterminio, con características similares, han sido localizados en Jalisco desde el 2017, aquí parte de este terrible recuento.
27 de julio de 2017: La Fiscalía General de Jalisco desmanteló múltiples campamentos en el municipio de Tala, utilizados como “narcoescuelas” por el CJNG. Estos sitios servían para reclutar y entrenar a nuevos miembros, a menudo mediante engaños y coerción. Las víctimas eran jóvenes atraídos por ofertas laborales falsas y luego sometidos a entrenamientos forzados en manejo de armas y tácticas de combate.
22 de noviembre de 2017: En el municipio de Cañadas de Obregón, se descubrió un campamento clandestino del CJNG. Este hallazgo formó parte de una serie de intervenciones en las que se identificaron instalaciones similares en diversas regiones de Jalisco, evidenciando la expansión y operatividad del cártel en el estado.
9 de agosto de 2021: La Secretaría de la Defensa Nacional aseguró un campo de adiestramiento del CJNG en el municipio de Jilotlán de los Dolores, Jalisco. En el lugar se encontraron cartuchos, chalecos tácticos con las siglas del CJNG y otros equipos utilizados para entrenar a miembros del cártel.
25 de marzo de 2023: La Guardia Nacional localizó un campamento clandestino en el municipio de Zapotlán del Rey, Jalisco. Se decomisaron armas, artefactos explosivos de fabricación artesanal y otros materiales bélicos. Se presume que el sitio era utilizado por el CJNG para entrenamiento y operaciones ilícitas.
Octubre de 2023: En Teocaltiche, Jalisco, las autoridades desmantelaron tres centros de videovigilancia clandestinos operados por el crimen organizado. Estos centros contaban con múltiples pantallas y equipos tecnológicos para monitorear actividades en la región, evidenciando la sofisticación de las operaciones delictivas.
Colectivos que buscan a personas desaparecidas en Jalisco, denuncian que tras lo ocurrido en Teuchitlán, tienen dudas de que los trabajos hechos en otros sitios similares no se hayan realizado de manera adecuada. Razón por la que piden trabajar de manera adecuada, para que este sea ya el último sitio con dichas características.
“Aquí nadie se lava las manos”: gobernador de Jalisco
Luego de que el fiscal general, Alejandro Gertz, anunciara que la dependencia a su cargo no sólo atraería el caso sino que “daría un informe muy preciso de cuáles son los antecedentes, quiénes estaban protegiendo esa área”, el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, aseguró que en su gobierno no se lavará las manos de nadie.
“Independientemente de que estos hechos en Teuchitlán no sucedieron en el sexenio de la Presidenta Sheinbaum ni en mi sexenio, en Jalisco nadie se lava las manos y aquí le vamos a entrar a resolver y a deslindar responsabilidades”, afirmó en un video en el que en Casa Jalisco aparece con diversos mandos estatales y federales relacionados con dependencias encargadas de la búsqueda de personas desaparecidas.
Y agregó que más de que el caso se vaya a la Fiscalía General de la República, su gobierno seguirá trabajando de manera conjunta con las autoridades, pero también con los colectivos de búsqueda para que este fenómeno (las desapariciones) se termine por completo.
Por su parte, en comunicado de prensa, la Fiscalía del Estado confirmó que, en efecto, en septiembre de 2024 en ese lugar se dio la detención de 10 personas, de las cuales dos fueron liberadas por falta de apruebas, y se localizó a una persona sin vida, aunque no precisó si ya se logró ser identificada.
También indicó que tras la labor realizada por el Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, la Vicefiscalía en Personas Desaparecidas detectó una modalidad que no había sido utilizada por lo grupos criminales locales, pues “además de calcinar los restos, éstos fueron ocultados bajo una losa de ladrillo y una capa de tierra”.
Así mismo se señaló que por instrucciones del Fiscal González de los Santos se giraron instrucciones para iniciar una investigación ante los órganos de control internos para deslindar responsabilidades “por eventuales omisiones en la búsqueda de septiembre y, de proceder, se sancione al funcionariado que corresponda en estricto apego a la ley”.
También la dependencia emitió un mensaje a las familias buscadoras:
“Se advierte que la existencia de un artículo personal en el sitio no representa que quien la utilizaba esté sin vida, ya que durante el operativo de septiembre de 2024 hubo un enfrentamiento entre autoridades y civiles, y un número indeterminado de personas huyó del sitio para evitar ser detenidas”.
Hasta el momento, la Vicefiscalía en Personas Desaparecidas ha registrado los siguientes indicios:
5 lotes de restos óseos fragmentados y con indicios de exposición térmica
400 prendas e indumentaria, como ropa, calzado y mochilas
96 casquillos de diversos calibres
3 cargadores
1 aros aprehensores metálicos
3 libros
1 libreta
1 identificación oficial
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Este es un texto de Zonadocs, que forma parte de la Alianza de Medios de Periodistas de a Pie, de la cual somos integrantes. Aquí puedes consultar el trabajo original.