“No sabemos nada”: familiares mantienen búsqueda de 24 desaparecidos en Acapulco tras 86 días del paso de Otis

Familiares continúan la búsqueda de 24 personas desaparecidas, quienes podrían estar debajo de las embarcaciones que siguen hundidas en el mar, pero que las aseguradoras se niegan a retirar.


Texto: Marcela Nochebuena/ Animal Político 

Foto: Luis Madrid/Animal Político 

18 de enero 2024

 

A 86 días del impacto del huracán Otis en Acapulco, familiares siguen en la búsqueda de 24 desaparecidos y no se sabe cuántos más podrían estar aún bajo los restos de más de 450 embarcaciones que siguen hundidas en el mar.

Son los mismos 86 días en los que Enrique ha buscado a su hermana Abigail incansablemente, con todos sus recursos físicos y emocionales. Afuera de la Base Naval, minutos antes de la reunión semanal a la que acude junto con las demás familias cada martes a la 1 de la tarde para ser informado por la Marina de México, cuenta que a veces ya hay una sensación de agotamiento, a veces desánimo, entre el grupo.

Esa es la razón por la cual –según ellas mismas revelan— cuatro mujeres, también familiares de personas cuya pista se perdió en el mar la noche del huracán, permanecen en unas sillas acomodadas bajo una carpa blanca, a la espera de que la reunión inicie, y prefieren ya no hablar públicamente.

 

Hermano de desaparecida por Otis narra cómo ha sido la búsqueda

En el día 86, Enrique Andrade accede a volver al punto regular de anclaje de la embarcación Litos, en la que trabajaba Abigail y donde desapareció la madrugada del 25 de octubre.

Mientras señala el lugar exacto donde habitualmente permanecía el Litos –ahora vacío al lado de un yate hundido del que solo se ve la mitad desde la superficie—, afirma con convicción:

“En Puerto Marqués nos encontramos. A quien estoy buscando es a mi hermana Abigail Andrade Rodríguez de la embarcación Litos. En la embarcación Litos se encontraban cuatro personas con mi hermana. Ese día, no nada más la embarcación Litos, sino muchas embarcaciones, se fueron a resguardar a la Base Naval”, relata.

Recuerda de nuevo que a las 12:20 la embarcación pidió auxilio en Punta Bruja, por lo que se ha sabido. En los primeros días, su búsqueda era simplemente caminar, porque no había cómo trasladarse a diferentes puntos. Con el tiempo, fue acercándose a más familiares con los que unió fuerzas.

Dueños de embarcaciones no han tramitado el seguro, por lo que las aseguradoras dicen que no pueden removerlas. Foto: Luis Madrid/Animal Político

Para el día 15 después del impacto del huracán, las familias fueron coincidiendo unas con otras, comenzaron a repartirse lugares, a acudir a hospitales, a los refugios y a los servicios forenses. Ahí también tuvieron que dejar sus muestras de ADN.

“Hasta el momento estamos ya en el día 86, y hasta el momento no sabemos nada. No ha aparecido en los hospitales, no ha aparecido en la Semefo; son 24 personas desaparecidas en el grupo que yo estoy, de diferentes embarcaciones, de las cuales a través de la Marina hacemos recorridos todos los días”, añade.

Enrique busca a su hermana Abigail que trabajaba en una embarcación la noche que Otis devastó Acapulco. Foto: Luis Madrid/Animal Político

De la Base Naval, describe Enrique, salen entre tres y cuatro embarcaciones, en las cuales abordan uno o dos familiares. Todos los martes se hace la reunión de la 1 de la tarde, se concentran en el punto y se hace mención de todo lo hallado –pertenencias personales o partes de las embarcaciones—, y los lugares donde se han hecho las búsquedas y los recorridos.

“Cuando nos muestran todo por imagen –porque todo es por imagen, no nos muestran la prenda de lo que recuperan presencial—, después de un proceso, la Marina lo entrega a Fiscalía, y los mismos familiares acudimos a Fiscalía para recuperar esa prenda personal de cada una de las diferentes personas desaparecidas”, cuenta Enrique.

 

Desconocen quién indicó a las embarcaciones ir a la Base Naval la noche del huracán

Hay otras personas, particulares, que se han sumado a la búsqueda con actividades de buceo. Algunos han hecho mayores hallazgos que la propia dependencia. Hasta el momento, se desconoce quién dio la indicación de que las embarcaciones se trasladaran a la Base Naval.

Sin embargo, el capitán Ricardo, quien sobrevivió, ha relatado que tras darse cuenta de que ahí corrían peligro, decidieron moverse con la intención de regresar a Puerto Marqués, pero en Punta Bruja –casi llegando—, Otis golpeó con toda su fuerza. Los vientos rompieron los cristales de la embarcación y las olas de más de cuatro metros los obligaron a saltar. En ese momento le perdieron la pista a Litos, que iba unos metros adelante.

A 86 días, se han encontrado solo partes de la embarcación, cerca de la isla de La Roqueta, no del lado donde llegan las embarcaciones, sino en el que corresponde al mar abierto. Una de ellas es, incluso, la moto acuática que transportaba el barco. La balsa de la embarcación Litos, para 12 personas, no ha sido encontrada, pero sí algunas prendas del uniforme de la tripulación –que no lo portaba aquel día—.

Restos de un barco en Acapulco. Foto: Luis Madrid/Animal Político

 

Piden mover los restos de embarcaciones

En la reunión del martes 16 de enero, relata el hermano de Abigail, la Marina les comentó que ahora sí van a mover las embarcaciones que todavía están hundidas, o unas encima de otras, para descartar que se encuentren ahí personas atrapadas. En esos casos, según les han dicho, la dependencia ha hecho búsquedas con drones y buzos.

Enrique revela que el dueño de la embarcación ha seguido pagando las quincenas a los familiares directos de las personas desaparecidas. Incluso, en los primeros días, preguntó en qué podía colaborar para las acciones de búsqueda. A la Marina, Enrique aún le pide una búsqueda a más de cien millas, mar adentro.

“La Marina me ha contestado que hay embarcaciones que están haciendo recorridos en los litorales donde ya no compete para ellos. Incluso hay embarcaciones pesqueras que están mar adentro, y que ellos, como ya notificaron la desaparición de las personas, a través de eso estamos esperando también una respuesta”, añade.

Las búsquedas también han tenido un costo para Enrique: un palo enterrado en la planta del pie, e infecciones en la piel o en el estómago. “Esta lucha ha sido muy dura… Yo voy a seguir adelante… La misma Marina me comenta que no tienen un submarino pequeño, que no tienen equipo más sofisticado para rastrear a una profundidad más adentro”, afirma.

 

Capitán sobreviviente vive sin apoyos de dueños de embarcación para la que trabajaba

Si en el caso del Litos el dueño estuvo pendiente y sigue pagando los sueldos de sus empleados, el capitán Vicente Herrera Carrillo, y único sobreviviente del Rosemary –del que estaba a cargo hace 9 años— se ha enfrentado a la situación opuesta: hasta la fecha, los dueños no se han acercado ni le han llamado ni han hecho ningún ofrecimiento de apoyo. Tampoco recibe ya ningún pago, que era semanal.

Su esposa, su hijo y su nieto desaparecieron en la madrugada del 25 de octubre, a bordo de la embarcación. “Esa es mi mayor preocupación, que queremos encontrarlos, ya sea el barco, pero hasta la fecha no hemos encontrado absolutamente nada, ni pistas de ese barco”, relata.

El capitán Vicente recuerda cómo se aferró hasta el último momento a la embarcación, pero la presión terminó expulsándolo. Después no supo nada, hasta que pudo agarrarse a un tronco. Dice que si hubieran tenido aviso del tamaño del fenómeno, habrían abandonado el barco. “Ni protección civil, capitanía de puerto ni la Armada de México no nos dio ningún comunicado”, asegura.

El capitán Vicente Herrera Carrillo sobrevivió a Otis, pero busca a su esposa e hijos desaparecidos esa noche del huracán. Foto: Luis Madrid/Animal Político

Aunque hay avances y pormenores en las reuniones, dice, no hay hallazgos. Vicente busca a María Hilaria Delgado Valdovinos de 55 años, Luis Sebastián Herrera Delgado de 9, y Luis Alberto López Sarabia de 4.

Un chaleco salvavidas del Rosemary y un tenis de su nieto mantienen su esperanza.

 

El “cementerio” de las embarcaciones

En el club de Yates, en la playa Caleta, en la Marina y en todo el litoral del Acapulco viejo, el escenario es el mismo a 86 días del paso de Otis: lanchas, yates y todo tipo de embarcaciones yacen a medio hundimiento, amontonadas unas sobre otras a lo largo de la costa, identificadas por boyas o con partes voladas a uno y otro lado.

Bajo los condominios y los hoteles adyacentes a la Marina es evidente a simple vista la pedacería, los contenedores que el viento aventó a tierra y un “cementerio” de embarcaciones que nadie sabe quién va a mover ni cuándo. Tampoco se sabe con exactitud si otros cuerpos yacen debajo.

Diego, integrante de la Brigada Otis –iniciativa de la sociedad civil para prestar ayuda a Acapulco— ha descendido a los puntos donde las embarcaciones permanecen hundidas, y asegura que hay personas fallecidas a quienes no se ha podido rescatar porque las aseguradoras se han negado a mover las embarcaciones.

“Han puesto de su parte (la Marina), no tanto como todos esperábamos que llegaran a hacerlo, pero tiene como un mes que hicieron el primer sobrevuelo con familiares a bordo y no se ha vuelto a hacer ningún otro, pero realmente el punto de inflexión han sido las aseguradoras”, apunta.

Cementerio de embarcaciones tras Otis. Foto: Luis Madrid/Animal Político

Muchos de los dueños de las embarcaciones no han hecho el trámite del seguro, por lo que las empresas aseguradoras prohibieron moverlas, tocarlas o acercarse a ellas; sin embargo, la mayoría de los cuerpos están debajo de los barcos.

“Yo estuve buceando desde el 28 a más o menos el 2 de noviembre, diario en esa zona, y te puedo decir de primera mano que es cierto, está repleto de cuerpos el club de yates, y el tema es que no se pudieron hacer labores de rescate debajo de esas embarcaciones porque las mismas aseguradoras no los pueden mover”, explica.

Además, hay muchas pertenencias ahí que pueden ayudar a identificarles, pero para ello sería necesario remover la mayoría de las embarcaciones, lo cual también presenta la complicación del escombro que hay en las zonas –vidrio, madera, astillas, láminas y contaminantes químicos—.

 

Las cifras de desaparecidos en Acapulco por Otis

Según el último informe de la Marina, se estima que en Acapulco se extraviaron 438 embarcaciones y en Puerto Marqués 20. Del total de 458, se han hallado 74 en Acapulco y 21 en Puerto Marqués. En quince barcos, según la dependencia, hubo personas desaparecidas; se han encontrado 11 y siguen buscando cuatro. Veinticuatro personas siguen desaparecidas, y 17 cuerpos han sido recuperados.

Para Diego aún hace falta que las actividades sean más transparentes, que los familiares tengan mayor acceso a las pertenencias halladas, así como equipo técnico y maquinaria especializada –sobre todo para la limpieza de los escombros— con los que ya no cuentan.

Enrique y el capitán Vicente solo piden que se agilice más la búsqueda, y que se llegue a una mayor profundidad.

Foto: Luis Madrid/Animal Político

Privan de la libertad a nueve personas en Buenavista de Cuéllar, región Norte del estado

Texto: José Miguel Sánchez

14 de enero 2024

Chilpancingo

 

Nueve personas fueron privadas de su libertad por hombres armados durante una fiesta familiar en la comunidad de Santa Fé Tepetlapa, municipio de Buenavista de Cuéllar, en la zona Norte de Guerrero.

De acuerdo con un informe policíaco, las nueve personas estaban en una fiesta familiar y alrededor de las 10:30 de la noche del sábado 13 de enero un grupo de hombres armados entraron al lugar y se los llevaron por la fuerza.

La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que se trata de Israel N, Juan Manuel N, Carlos N, Emmanuel N, Rubén N, José Manuel N, Alfredo N, Rodolfo N y Santiago N. Hasta el momento no existe una denuncia formal de la desaparición masiva.

Policía Ministerial, Ejército y Guardia Nacional recorren la comunidad de Santa Fe Tepetlapa, donde ayer sábado hombres armados privaron de su libertad a nueve personas. Foto: Oficial FGE

El reporte policíaco mencionó que al menos 15 hombres armados vestidos con ropa tipo militar, encapuchados y con armas de alto poder, llegaron en dos camionetas negras y se llevaron a las nueve personas.

Este hecho se le atribuye al grupo del crimen organizado conocido como La Familia Michoacana, que opera en gran parte de la zona Norte y Tierra Caliente del estado.

La tarde de hoy, la FGE emitió un comunicado donde informó que a pesar de no existir una denuncia formal junto con elementos del Ejército, Guardia Nacional y Policía Ministerial iniciaron labores de búsqueda.

“La Policía Investigadora Ministerial continúa con las investigaciones de gabinete y campo para poder establecer la hipótesis de lo sucedido y dar con el paradero de las ahora víctimas”, se lee en el comunicado de la FGE.

Este hecho es la segunda desaparición masiva que ocurre en la zona Norte. Entre el 23 y 28 de diciembre del 2023, desaparecieron a 14 personas en Taxco de Alarcón, cuatro fueron halladas con vida.

Del resto aún se desconoce su paradero.

Carta a los Reyes Magos en Guerrero: “me pueden traer a mi papá”

Texto y fotos: Itzel Urieta

14 de enero del 2024

Chilpancingo

 

“Pensaba que como los reyes eran magos me iban a traer a mi papá”, pedía Vicdie Angelique Vicente Dieguez cada 6 de enero a los Reyes Magos.

Vicdie, de 12 años, estuvo este domingo 14 de enero en la celebración de Día de Reyes organizada por el Colectivo de Familiares de Personas Desaparecidas Lupita Rodríguez, en un salón al poniente de Chilpancingo.

Para Vicdie la esperanza de encontrar a su papá cobra fuerza cada 6 de enero, porque pide a los Reyes Magos que se lo traigan.

Cuando Vicdie Angelique tenía un año y tres meses, desaparecieron a su papá Longino Vicente Morales, el 22 de junio del 2012, después de acudir a una reunión de trabajo.

Vicdie no recuerda mucho de su papá. Lo conoce a través de las fotografías y de las historias que le cuenta de él su madre, Bladina Dieguez Castro.

A los cuatro años Vicdie notó que la ausencia de su papá era recurrente, cuando era pequeña su madre le decía que su papá iba a reuniones lejos o fuera del estado y por eso no estaba en casa con ellas.

Mural con fotografías de padres desaparecidos en el festejo de Día de Reyes, este 12 de enero del 2024. Foto: Itzel Urieta

Con el paso del tiempo, Bladina habló con Vicdie. Le dijo que su padre estaba desaparecido, que lo buscaban y mientras no lo encontraran sin vida, había esperanzas.

Para Bladina, todos estos años sin Longino han sido difíciles.

“A veces ella me dice: como que me estoy resignando de no ver a mi papá, pero conservo esos bonitos recuerdos de él como videos y fotografías”.

Vicdie conserva regalos que su padre le compró durante el año y tres meses que convivió con ella. Eso le da esperanza.

Bladina continúa en la búsqueda de Longino, no hay avances en la investigación. En 2014, lo único que hayaron de Longino fue la ropa que llevaba puesta el día de su desaparición. Se la entregaron a Bladina y no le dijeron más sobre él.

Vicdie acude a terapia psicológica para sobrellevar la desaparición de su padre.

Bladina trató de que año con año, en Día de Reyes, Vicdie tuviera un juguete para no pasar inadvertida esta fecha.

Las celebraciones de Día de Reyes para Vicdie eran triste por la falta de su papá. Ella como la mayoría de las niñas y niños, creían en los Reyes Magos como los seres espirituales que llegan cada 6 de enero a entregar juguetes a las niñas y niños que se portaron bien.

“En los reyes yo pedía juguetes y también pedía a mi papá. Cuando veía que no me lo traían me ponía triste porque yo seguía con las esperanzas”.

Vicdie y Bladina se unieron al Colectivo Lupita Rodríguez hace seis años. Al llegar al colectivo Vicdie conoció a otras niñas y niños en la misma situación que ella, con una madre o padre desaparecidos.

Al conocer a otras niñas y niños como ella, Vicdie se dio cuenta que no era la única en esa situación y le dio tristeza ver a más niños con el dolor de no tener a un ser querido.

Estos festejos del colectivo representan para Vicdie y los demás niños y niñas con algún familiar de desparecidos, un momento de distracción y felicidad.

“Me sirve mucho porque convivo con otros niños que también tienen mucho dolor”.

Niños de padres desaparecidos celebran el Día de Reyes, este 12 de enero del 2024. Foto: Itzel Urieta

A Vicdie este tipo de actividades del colectivo la hace feliz, también a los demás niños.

En las cartas dirigidas a los Reyes Magos realizadas por las niñas y niños del colectivo, la petición es la misma, volver a ver a su familiar.

“Hoy Día de Reyes, como siempre les pido que encuentren a mi hermano Alberto Fonseca Leyva y lo traigan de regreso a casa, sería el mejor regalo para mí y mi familia”, se lee en una de las cartas escritas de un menor.

Durante el festejo se les ofreció a las infancias un espectáculo infantil, piñatas, aguinaldos, juguetes y la tradicional rosca de reyes.

Para Vicdie la celebración de Día de Reyes es triste, por la ausencia de su padre.

Los Reyes Magos no le trajeron a su papá en su infancia, ahora, tiene la esperanza de que en sus 15 años, su regalo sorpresa sea ver a su papá nuevamente.

Hallan con vida a cuatro de 14 desaparecidos en Taxco

Texto: José Miguel Sánchez 

8 de enero del 2024

Chilpancingo

 

Durante la sesión de hoy de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, la Fiscalía General del Estado (FGE) informó de la localización con vida de cuatro de las 14 personas reportadas como desaparecidas en Taxco de Alarcón, entre el 25 y 28 diciembre del 2023.

“Después de realizar operativos en la zona norte de la entidad, se logró la localización con vida de cuatro personas con relación a los hechos ocurridos del 22 al 26 de diciembre del 2023”, mencionó durante su participación en la sesión de la Mesa, el director de comunicación social de la FGE, Carlos Alberto Hernández Monje.

La FGE no dio más detalles del caso, sólo mencionó que continúan los operativos para hallar a las demás personas desaparecidas.

“Los trabajos de búsqueda se han focalizado en comunidades como Huixtac, Noxtepec, Atzala y el municipio vecino de Tetipac, en la región Norte de Guerrero”, agregó Hernández Monje.

Las personas localizadas son Alan Rubén Sainz Morales, de 18 años, Diego Jeovanny Sainz Morales, también de 18, y Brayan Alexis Sainz Morales, de 22; los tres hermanos fueron privados de su libertad por hombres armados el 25 de diciembre, en el relleno sanitario de Taxco, se desempeñaban como trabajadores de recolección de residuos.

También se localizó a Tomás Eladio Bustos Hernández, de 68 años, a quien, de la misma manera, hombres armados lo privaron de la libertad el 26 de diciembre pasado.

Continúan desaparecidas otras 10 personas en Taxco, entre ellas, la encargada del relleno sanitario y otras dos personas que desaparecieron el 28 de diciembre y que sus fichas fueron publicadas por la FGE a inicios de este 2024.

Las personas que continúan desaparecidas son Fermín Alberto Sainz Avilés, José Carlos Hernández Ávila, Marcela de Jesús Valladares Jacobo, Hannia Monserrat Salgado Salas, Wendy Alejandra Salas Gutiérrez, Cinthya Yoselin Lagunas Zagal y Juan Carlos Damián Marquina.

Después de la Sesión de la Mesa para la Construcción de la Paz, las fichas de las cuatro personas halladas fueron desactivadas por parte de la FGE.

Suman 14 personas desaparecidas en Taxco

Texto: Itzel Urieta
Foto: Fiscalía General del Estado de Guerrero
3 de enero del 2024

Chilpancingo

En Taxco 14 personas continúan desaparecidas después de ser privadas de su libertad entre los días 23 y 27 de diciembre en el relleno sanitario de dicho municipio ubicado en la zona Norte de la entidad.

De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), desde el 29 de diciembre implementaron una operación de búsqueda para dar con el paradero de las 12 personas, entre ellas, la directora del relleno sanitario, varios trabajadores administrativos y trabajadores del reciclaje de residuos.

Hoy la FGE emitió otras dos fichas de búsqueda de otras dos personas desaparecidas en Taxco durante las mismas fechas que privaron de su libertad a la directora del relleno sanitario.

Bajo el Protocolo Alba, la FGE emitió la ficha de búsqueda de Cinthya Yoselin Lagunas Zagal, de 22 años, quien, de acuerdo con la ficha, fue vista por última vez el 28 de diciembre en el punto conocido como el crucero de Tehuilotepec, en la periferia de Taxco.

La segunda ficha de búsqueda es la de Juan Carlos Damián Marquina, de 24 años, visto por última vez el 28 de diciembre del 2023.

En la ficha de Juan Carlos no se menciona el lugar donde fue visto por última vez.

Hasta la fecha, las autoridades no dan con el paradero de las personas que presuntamente fueron privadas de la libertad por un grupo de civiles armados que ingresaron al relleno sanitario.

Las primeras fichas de búsqueda pertenecen a Fermín Alberto Sainz Avilés, de 28 años, José Carlos Hernández Ávila, de 43, Alan Rubén Sainz Morales, de 18, Brayan Alexis Sainz Morales, de 22, Diego Jeovanny Sainz Morales, de 18, Tomás Eladio Bustos Hernández, de 68, Marcela de Jesús Valladares Jacobo, de 37, Hannia Monserrat Salgado Salas, de 20, y Wendy Alejandra Salas Gutiérrez, de 38.

Con las nuevas dos fichas suman 14 personas desaparecidas en Taxco durante los últimos días del 2023.

Hasta el momento no se tiene información del paradero de las 14 personas.

Privan de su libertad a la directora del relleno sanitario de Taxco y a varios trabajadores

Texto: Itzel Urieta
Fotografía:  José Luis de la Cruz / Archivo
28 de diciembre del 2023

Chilpancingo

Un grupo de civiles armados privó de la libertad a la directora del relleno sanitario de Taxco, Anabel Gutiérrez, a un trabajador del Ayuntamiento y a varias personas dedicadas al reciclaje de residuos.

Los hechos de acuerdo con los comentarios en redes sociales ocurrieron desde el martes 27 de diciembre, entre las 12 y tres de la tarde, pero trascendió hasta la noche del miércoles 28.

La información difundida en redes sociales y la que se conoce hasta el momento es que los civiles armados arribaron a la Unidad de Desechos Sólidos, ubicada en el barrio de El Panteón.

El grupo de civiles armados se llevó por la fuerza a las víctimas, aun no se sabe nada de su paradero.

El número de trabajadores y de personas dedicadas al reciclaje de residuos privados de su libertad es impreciso. Algunos medios de la región mencionan que se llevaron a 12, otros que a seis.

Ni el alcalde de Taxco, Mario Figueroa Mundo, o el Ayuntamiento emitieron algún comunicado al respecto.

La Fiscalía General del Estado (FGE) emitió un comunicado donde informó que abrió una carpeta de investigación por «desaparición cometida por particulares».

 

En la imagen, Marina y Policía Estatal recorren las calles de Chilpancingo, como parte de una operación de vigilancia, en noviembre del 2021. Foto: José Luis de la Cruz/ Archivo.

También informó que durante la madrugada de hoy realizaron un operativo en el poblado de Huixtac donde denunciaron que había personas privadas de su libertad.

A dicho lugar llegaron elementos de la FGE, Ejército y Guardia Nacional pero no hallaron a las personas.

De acuerdo con el comunicado en dicho lugar hallaron dos automóviles y una motocicleta con reporte de robo.

En los últimos meses en Taxco ocurrieron varios hechos violentos. El 25 de diciembre localizaron los cadáveres de Lucero Torres Iturralde y Jorge Mejía Reyes, ambos profesores estaban desaparecidos.

Antes de ser hallados sin vida, en redes sociales trascendió la noticia de que habían sido privados de su libertad por civiles armados.

La denuncia no se hizo ante ninguna institución.

En noviembre, tres periodistas fueron privados de su libertad en el mismo municipio, quienes fueron liberados después de varios días.

Veracruz: Un paraíso protegido transformado en fosa clandestina

El Colectivo Solecito de Veracruz logró recuperar este año 17 cuerpos del islote de Punta Puquita, que forma parte del Sistema Lagunar de Alvarado. Ahora explora un segundo islote y planea ingresar en otros tres. Los criminales, afirman especialistas, escogen estos lugares por ser zonas protegidas, de difícil acceso, donde se complica hallar los restos bajo el agua y el lodo


Texto: Ana Alicia Osorio González / A dónde van los desaparecidos / Pie de Página 

Foto: Colectivo solecito / Pie de Página

10 de diciembre 2023

 

VERACRUZ. – “Parece un lugar paradisiaco”, dice una de las buscadoras. El verde del manglar, el sonido de las aves y la tranquilidad que se respira hacen difícil creer que en Punta Puquita, un islote localizado al sur del Sistema Lagunar de Alvarado (SLA), una zona de Veracruz protegida por su biodiversidad, se hayan descubierto restos humanos.

 

Pero no es el único lugar, en este complejo de lagunas, donde se han ocultado cadáveres. En un segundo islote también se han hallado cuerpos, y se sospecha que podría haber en tres más, convirtiendo algunas áreas de este ecosistema en un cementerio clandestino.

 

Rosalía Castro Toss, madre de Roberto Carlos Casso, desaparecido en 2011, y cofundadora del Colectivo Solecito de Veracruz, señaló que los indicios que llevaron a estos sitios, que no identifican por razones de seguridad, provienen de carpetas de investigación sobre personas desaparecidas.

 

Se han localizado también restos humanos en el Parque Natura, un área natural protegida de 80 hectáreas, ubicada en Xalapa; como en el caso del SLA, son lugares de difícil acceso por su importancia ambiental, lo que complica hallar los cuerpos que los criminales buscan desaparecer, indicó Anaís Palacios Pérez, integrante del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD).

 

A este hecho se agrega que, en estas zonas, los trámites para realizar búsquedas, como la necesidad de averiguar quién es el dueño del islote y conseguir su autorización, retrasan el proceso para que los colectivos y las autoridades puedan ingresar.

 

Tras dos años de explorar un área de manglares que deben tener cuidado en no destruir, con agua y lodo hasta las rodillas, acosados por el calor y los insectos, las y los buscadores de Solecito lograron recuperar de Punta Puquita los restos de 17 personas, pendientes aún de ser identificadas.

 

El SLA, con una extensión de 267 mil hectáreas, abarca seis municipios del estado: Alvarado, Tlalixcoyan, Ignacio de la Llave, Acula, Tlacotalpan e Ixmatlahuacan; también incluye secciones de los ríos Papaloapan, Acula, Blanco y Limón. Es el segundo humedal más extenso del Golfo de México, después de la laguna de Tamiahua, ubicada al norte de Veracruz.

 

La importancia de su ecosistema, con 19 mil hectáreas de bosques de manglares, mamíferos como el manatí, en peligro de extinción, y más de 300 especies de aves, permitió que desde 2004 fuera protegido por la Convención de Ramsar, un acuerdo internacional que promueve “la conservación y el uso racional de los humedales”. También ha sido incluido por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) en categorías como región marina prioritaria y área de importancia para la conservación de aves.

 

El complejo está formado por más de cien lagunas interiores salpicadas de islotes, algunos deshabitados; a lugares como Punta Puquita solo es posible acceder en lancha. Por su valor medioambiental, el SLA debería ser un sitio vigilado, consideró Lucía de los Ángeles Díaz Genao, madre de Luis Guillermo Lagunes, desaparecido en 2013, e integrante de Solecito, quien no se explica que sea una zona de fosas clandestinas.

Punta Puquita pertenece al Sistema Lagunar de Alvarado; está deshabitado y tiene una extensión de 24 kilómetros cuadrados. Foto: Colectivo Solecito

 

‘Un patrón claro’

Fue en 2017 cuando la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz, investigando la desaparición de tres elementos de la Secretaría de Marina, llegó a la comunidad El Arbolillo, perteneciente al municipio de Alvarado y colindante con la laguna del mismo nombre, que forma parte del SLA.

Ese año, la FGE halló 47 cráneos y abandonó la búsqueda. En 2019, las buscadoras de Solecito volvieron a ingresar y, hasta 2022, recuperaron 71 cuerpos y más de 5 mil restos óseos. En un solo día, el 3 de diciembre de 2019, se localizaron 40 fosas clandestinas.

Algunos de esos restos se encontraban entre los manglares de la laguna; fue la primera vez que tuvieron que usar bombas para extraer el agua y recuperar los “tesoros”.

En El Arbolillo escucharon relatos sobre bolsas con cadáveres que eran transportadas en lanchas para depositarlas en islotes y otros puntos del sistema lagunar.

En 2020, la Comisión Nacional de Búsqueda realizó su primer ingreso al SLA, en Punta Puquita. Hasta ahora, las familias no han sido informadas sobre cuántos restos recuperaron –el colectivo ha declarado que fueron cinco cuerpos–, qué indicios los llevaron al islote, y cuál es el avance del proceso de identificación.

Fue hasta 2021 cuando las integrantes de Solecito pudieron rastrear Punta Puquita. Aunque sabían, por los pobladores, de las lanchas con restos que circulaban por la zona, una carpeta de investigación sobre la desaparición de una persona, en la que se mencionó el islote, les permitió obtener los permisos necesarios. De abril a junio de este año lo exploraron, y en octubre comenzaron su búsqueda en el segundo islote.

Con el hallazgo de restos, dijo Brenda Cerón Chagoya, encargada de despacho de la Comisión Estatal de Búsqueda de Veracruz (CEBV), corroboraron la sospecha de que el SLA era utilizado por los criminales como cementerio clandestino. “Es importante que se lleven a cabo búsquedas en estos sitios, ya que vemos un patrón claro”, señaló.

Palacios consideró que el uso del sistema lagunar para enterrar cuerpos comenzó después de que las integrantes de Solecito descubrieran en 2016 Colinas de Santa Fe, un predio cercano al puerto de Veracruz donde se hallaron 302 cuerpos en 152 fosas. Este lugar se ubica a poco más de 80 kilómetros de Alvarado.

Según la defensora de derechos humanos, por el grado de descomposición de algunos de los cuerpos recuperados, creen que Colinas de Santa Fe aún permanecía activo cuando ingresó el colectivo. Por esta razón, los criminales buscaron otro lugar donde desaparecer los cadáveres, y lo hallaron en el SLA y las comunidades cercanas.

“Al estar bajo vigilancia no solo de las familias sino de las autoridades, y estar siendo objeto de búsquedas, los grupos delincuenciales ya no tienen ese espacio [Colinas de Santa Fe] donde depositar de manera clandestina los restos y optan por un nuevo lugar. Esa dinámica se traslada a otro sitio y se forma una especie de corredor [en el sistema lagunar]. […] Los grupos delictivos no pedían permiso, la bronca [para las familias] fue entrar a esos lugares”, indicó.

Para las familias del colectivo fue complicado concretar las búsquedas en los islotes debido a que las carpetas de investigación que los mencionaban tenían deficiencias que retrasaron la solicitud de las órdenes judiciales para poder ingresar.

Cerón Chagoya indicó que el sistema lagunar es un sitio complejo para ocultar cuerpos debido a su difícil acceso, pues solo se puede llegar en lancha. Los criminales, dijo, tenían la ventaja de que era poco probable que se sospechara de la existencia de fosas clandestinas en el lugar y, en caso de descubrirlas, recuperar los cadáveres sería también complicado.

Las y los buscadores, junto con diversas autoridades, partían desde el puerto de Alvarado hacia el islote, al que solo se puede llegar en lancha. Foto: Colectivo Solecito

 

Las dificultades de la búsqueda

Punta Puquita es un islote deshabitado del municipio de Alvarado; tiene una extensión de 24 kilómetros cuadrados y se ubica a 30 minutos en lancha de la cabecera municipal. Hasta ahí llegaron las y los buscadores de Solecito en compañía de integrantes de la CEBV, la FGE y la Policía Estatal.

Es una zona de manglares que se inunda en temporada de lluvias, por lo que en caso de precipitaciones había que suspender las búsquedas hasta que saliera el sol y el agua de la laguna recuperara su nivel normal, despejando la tierra para poder explorarla.

Fernando –quien pidió, por razones de seguridad, no ser mencionado con su nombre real– tiene 53 años y colabora con el colectivo. Es uno de los dos o tres buscadores de Solecito que acudían al islote, debido a que el número de personas era limitado porque disponían de pocas lanchas y, además, tenían que asegurarse de no dañar el área.

A las ocho de la mañana, Fernando y sus compañeros se reunían en una plaza comercial de Boca del Río; desde ahí se dirigían al embarcadero de Alvarado, donde les esperaba un viaje en lancha hasta Punta Puquita.

Cuando llegaban al islote, se vestían con un overol que los cubría desde los pies hasta el pecho, elaborado con un hule grueso y negro para impedir que el lodo y el agua tuvieran contacto con el cuerpo; este equipo fue comprado por el colectivo para proporcionarles mayor seguridad.

Después se ponían unas botas de goma, pero en muchas ocasiones se les llenaban de agua y dificultaban su movilidad. Por eso debían tener cuidado de no meterse al fondo de la laguna y estar atentos a donde pisaban, pues el terreno era traicionero y en ocasiones creían que se trataba de tierra firme y acababan sumergidos entre el agua y el lodo.

“Se ve bonito por fuera, pero a 15 metros de ahí [la costa] te comen los moscos, es un sonido que zumba; es muy pesado, hay mucho lodo, las botas se van hasta adentro y ya no podemos avanzar mucho, solo en una parte de la orilla, unos 50 metros [hacia la laguna] es lo máximo que podemos llegar porque de ahí se hunde uno, ahí mismo hay lodo y llega hasta la cintura”, dijo Fernando.

Normalmente, si descubren indicios de que la tierra fue removida, las y los buscadores introducen una varilla de hierro para determinar, por el olor a putrefacción, si se trata de una fosa clandestina. Pero en el manglar la tierra no muestra esas señales, pues muchas veces está cubierta de agua, por lo que debían de utilizar en todo momento la varilla.

Una vez que encontraban un indicio, debían activar las cuatro bombas con las que contaban, dos de la CEBV y dos del colectivo, para quitar el agua que cubría los posibles cuerpos. A veces, al dar el primer palazo, la fosa se llenaba del agua que había debajo de la tierra; también hallaron restos en la laguna, lo que dificultó aún más la recuperación.

A menudo, las bombas no alcanzaban a sacar toda el agua, por lo que debían utilizar cubetas y trabajar con rapidez, para asegurarse de que los restos no resultaran dañados en el proceso o se perdieran entre el agua de la laguna.

“Nosotros tuvimos complicaciones para trabajar y tuvimos que esperar que bajara el agua [después de cada lluvia]; es un lugar, como te decía, que uno no entiende cómo van y entierran personas ahí […]. Es una búsqueda supremamente complicada; hay una cierta estabilidad en el cuerpo, que es más pesado que el agua, pero se mantiene así hasta que uno lo va a extraer… Es muy complicado por el tema del agua”, señaló Díaz Genao.

Una vez que excavaban, si hallaban restos humanos ingresaba el área de Servicios Periciales de la FGE para retirarlos, mientras los buscadores seguían sacando toda el agua posible. Después, los llevaban a la orilla, a un terreno más firme, donde procedían a lavarlos y limpiarlos para hacer el resguardo necesario.

Este es el mismo proceso que siguen durante la búsqueda en el segundo islote, que comparte las mismas características de Punta Puquita y, por lo tanto, las dificultades.

En estos lugares, los buscadores no solo batallan con el agua, también deben cuidarse de no dañar los manglares, que permiten la conservación de diversas especies, pues su destrucción es un delito federal.

Las personas que participaron en la búsqueda tuvieron que usar un overol que los protegiera del lodo y el agua. A las dificultades de explorar terrenos sumergidos, se sumaron los insectos. Foto: Colectivo Solecito

“Es complejo para nosotros porque nos enfrentamos a distintos contextos; por ejemplo, los aparatos [georradares] con los que cuenta la comisión que son especializados, también para la localización de algunas alteraciones en el suelo, en esta ocasión no pueden ser utilizados, ni tampoco algún tipo de dron acuático porque el contexto de las raíces de los manglares es complejo, entonces tenemos que hacer todo de manera manual, con mucha cautela para no dañar las zonas naturales”, explicó Cerón Chagoya.

En el proceso de búsqueda están acostumbrados a enfrentarse con mosquitos y otros insectos. Salvo que, como ocurrió en 2021, los apicultores obtengan un permiso del gobierno para criar abejas, pese a que se esté llevando a cabo una búsqueda.

Castro Toss contó que en esa ocasión tuvieron que huir del lugar por las picaduras que sufrieron algunas integrantes y hubo que detener los trabajos porque, aunque después de tres días se llevaron las colmenas, las abejas regresaban y seguían siendo un riesgo.

Esta situación también provocó temor entre el colectivo porque expuso la vulnerabilidad en la que se encontraban, al trabajar en un islote aislado al que cualquiera podía llegar.

“Estamos entrando a sitios que han sido trabajados por la delincuencia organizada, entonces esto es un riesgo, además de estar recuperando [restos] en estos lugares y, bueno, tiene sus complejidades, justo porque la forma de llegar es distinta [en lancha], esto nos habla de la forma en que posiblemente pudieron haber llevado a las víctimas a estos lugares”, señaló la funcionaria de la CEVB.

Un día, Fernando regresó de Punta Puquita con una lesión en la espalda causada por el esfuerzo de estar sacando las pesadas cubetas de agua una y otra vez mientras intentaba no hundirse en el lodo, por lo que no pudo continuar con la búsqueda, pero está seguro de que le tocará acudir a otros sitios del SLA.

Los restos recuperados en Punta Puquita aún no han sido identificados, pues según Castro Toss resulta difícil por el ambiente húmedo en que se encontraban, pero recuerda que hallaron cuerpos con credenciales, que le tocará a las autoridades estatales investigar.

“Estaban muy deteriorados, pero hay unos [cuerpos], no recuerdo cuántos, que traían credencial de elector, y esa no se echó a perder a pesar de estar en el agua”, afirmó.

Cerón Chagoya explicó, a manera de ejemplo, que los huesos son una especie de esponja que absorbe el agua, lo que debilita su estructura y dificulta la identificación de los restos, por lo que serán analizados por Servicios Periciales de la FGE.

Palacios, del IMDHD, dijo que la descomposición de los cuerpos, por estar sumergidos –un proceso denominado saponificación–, deja como única opción para identificarlos las pruebas de ADN, ya que por su estado no es posible distinguir marcas particulares ni lesiones o heridas.

Estos hechos se suman, agregó, a la crisis forense que vive el estado de Veracruz, donde existe una gran cantidad de cadáveres que no han sido identificados –en 2020, la cifra estimada era de 1,391 cuerpos–, y todavía no cuenta con un centro de resguardo temporal. El gobierno del estado ha informado que se está construyendo en Coatzacoalcos y estará listo en 2024.

Un sistema vivo

Entre los islotes que conforman el SLA se mueven diariamente numerosas personas en lanchas, ya sea para pescar, comercializar productos o trasladarse, ya que los centros principales de venta de pescado y las cooperativas del sector, que constituye la principal actividad comercial de la zona, se encuentran en Alvarado.

 

En el sistema lagunar hay ocho comunidades en islotes con manglar y 224 en áreas cercanas, según la Conabio. Trasladarse de un islote a otro puede significar más de una hora de camino; comparten características como inundarse con frecuencia en temporada de lluvias y encontrarse en un área protegida.

 

En estos islotes también existen conflictos de propiedad, pues unos son ejidos, otros tienen un único dueño o bien pertenecen al gobierno, pero en ninguno es posible cambiar el uso de suelo.

 

La Conabio ha advertido que la conversión de estas superficies en terreno de ganadería o agricultura ha afectado gran parte del manglar. Detectó además otras amenazas para la zona como la tala de árboles, la contaminación del agua por desechos industriales y agrícolas, y la introducción de especies exóticas.

 

A estos problemas se agrega su uso como zona de fosas clandestinas. Ni las secretarías de Medio Ambiente federal y estatal, ni la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, ni la Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente se han pronunciado hasta ahora sobre este hecho. Se buscó a las procuradurías federal y estatal, pero no se obtuvo respuesta.

 

Para los otros tres islotes del SLA que Solecito quiere explorar, Castro Toss dijo que ya están solicitando los permisos, pero es difícil debido a que son varios dueños y necesitan identificarlos, localizarlos y conseguir su autorización para las búsquedas.

 

En el caso de Punta Puquita, los distintos propietarios dieron el permiso, pero en el islote donde acaban de ingresar se percataron, tras hacer un rastreo, de que no tenía dueño, por lo que finalmente la FGE presentó el caso ante un juzgado, que dio la orden de realizar la búsqueda.

 

En este segundo islote y en los siguientes tres, por pertenecer también al SLA, el colectivo sabe que enfrentará retos parecidos a los de Punta Puquita, pero a la vez se pregunta cómo pudieron utilizarse estos sitios, donde debe haber vigilancia, para desaparecer personas.

 

“Es una zona complicadísima y de manglar, que está bajo el cuidado de organizaciones y del Estado. Esas zonas son prioridad, están superprotegidas, con vigilancia todo el tiempo”, señaló Díaz Genao. “Ahí no hay descuido porque es continua la supervisión de la zona”.

 

 

 

www.adondevanlosdesaparecidos.org es un sitio de investigación y memoria sobre las lógicas de la desaparición en México. Este material puede ser libremente reproducido, siempre y cuando se respete el crédito de la persona autora y de A dónde van los desaparecidos (@DesaparecerEnMx).

“Este libro es el libro de mi vida”: Cecilia Flores, madre buscadora

“¿Por qué los buscamos?: ¡Porqué los amamos!” fue la consigna que con amor y fuerza en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en la presentación del libro “Madre Buscadora, Crónica de la Desesperación” realizado por la líder de las Madres Buscadoras de Sonora, Cecilia Flores, quien destacó que esta labor de búsqueda no sólo es por sus dos hijos desaparecidos, sino por todas y todos los desaparecidos del país.


Texto: Sofía Arana Velasco / Zona Docs

Fotografía: Mario Marlo / Zona Docs

04 de diciembre 2023

 

“La lucha es por ellos, mis hijos, esta lucha empezó por amor, por honor a mis desaparecidos, con la esperanza de que nunca me voy a rendir” declaro Cecilia Flores, activista mexicana, fundadora y líder del colectivo “Madres Buscadoras de Sonora”, esto en la presentación de su libro titulada: Madre Buscadora, Crónica de la Desesperación, el cual presentó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

La madre buscadora en este libro narra no sólo su experiencia en la búsqueda de sus hijos Alejandro Guadalupe -quien fue desaparecido el 30 de octubre de 2015 en Los Mochis, Sinaloa-, y Marco Antonio -quien fue desaparecido el 4 de mayo de 2019 en Bahía de Kino, Sonora-, sino también su involucramiento con otras madres y familias buscadoras a lo largo y ancho del país.

En el caso de Jalisco, Cecilia Flores encabezó de las primeras búsquedas de campo masivas que se realizaron en entre marzo y abril de 2022 en diversos municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Su presencia, incluso, dio pie a la fundación del colectivo Madres Buscadoras de Jalisco.

Estas madres y familias buscadoras acompañaron a Cecilia Flores en su presentación y lo hicieron portando sus camisas y lonas con la fotografía de sus seres queridos desaparecidos en el Salón No. 6 de la FIL Guadalajara.

Jalisco es el estado del país con la cifra más alta de personas desaparecidas con 14 mil 956; al respecto, Cecilia destacó la falta de apoyo del gobierno federal y del estatal, quienes se han empeñado en maquillar las cifras, tratando de presentar una realidad que no existe, lo que ha obligado a colectivos de familias buscadoras a cumplir con las labores que la autoridad, por ley, debería de desempeñar.

“Jalisco es el estado número uno con más desapariciones y con más hallazgos de fosas clandestinas, lamentamos que aquí las madres tengan que acarrear con todo este dolor y junto con ello la búsqueda”, precisó la líder de Madres Buscadoras de Sonora.

Así mismo, la madre buscadora hizo un llamado a la empatía social, pero también aprovechó la oportunidad de hacer un mensaje a quienes han desaparecido a sus seres queridos:

“Pedimos una tregua. ¡Piedad por nuestros desaparecidos y por las madres buscadoras! Les pedimos que nos los dejen en un lugar donde los podamos sepultar y un lugar digno donde descansar”.

Fotografía: Mario Marlo.

En la presentación del libro, los testimonios de las madres buscadoras también se hicieron presentes no sólo reconociendo la labor de Cecilia Flores, sino también el estado de indolencia de las autoridades, quienes no sólo no buscan a sus hijos sino que tampoco los quieren entregar a pesar de que ya los hayan identificado en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.

Este es el caso de la señora Clara, originaria de Yucatán, quien buscaba a su hijo Héctor de Jesús Huesca desde el 24 de mayo de 2020. Lamentablemente, éste fue localizado en una fosa clandestina que fue encontrada gracias a la labor de las Madres Buscadoras de Guadalajara; por ello, agradeció a Cecilia y las madres buscadoras lo que hicieron para localizar a su hijo, mismo que aún no le quieren entregar:

Aquí su testimonio.

En la presentación también tomó la palabra Virginia Ponce, coordinadora del colectivo Madres Buscadoras de Jalisco y madre de Víctor Hugo Meza Ponce -quien fue desaparecido el 20 de junio de 2020 en Tesistán, Zapopan-, quien agradeció el empuje que Cecilia Flores les dio para salir a buscar a campo a sus familiares desaparecidos, pero también invitó a la ciudadanía a apoyarles: “No necesitan pasar por esta situación, para entender nuestro dolor”.

De acuerdo con un conteo realizado por el diario El País, en México hay alrededor de 234 colectivos de búsqueda, estas agrupaciones representan un esfuerzo invaluable en la localización de personas desaparecidas, esto ante una problemática que, lamentablemente, se extiende a lo largo y ancho del país.

Estos grupos conformados por familiares, voluntarios y activistas, desempeñan un papel crucial en la búsqueda de verdad y justicia, en medio de una situación compleja y muchas veces desatendida por las autoridades.

Su labor, como se destacó en la presentación del libro, va más allá de buscar a quienes han sido desaparecidos, también brindan apoyo emocional a los familiares, generan conciencia sobre la magnitud del problema y presionan por acciones gubernamentales más efectivas.

Cecilia Flores representa un ícono dentro de los colectivos de familias que buscan a sus desaparecidos, pues en la búsqueda de sus hijos también ha acompañado a muchas madres y colectivos que acuden a ella para pedirle consejo.

Fotografía: Mario Marlo.

“Ceci, una mujer valiente”

La presentación del libro contó con la participación de Carlos A. Sánchez -abogado especializado en derechos humanos- quien afirmó que el libro: “refleja más que la realidad de Ceci, la realidad del país”.

Por su parte, la periodista Amalia Escobar, quien ha seguido y apoyado a las madres buscadoras, recalcó la resistencia de las familias buscadoras ante un gobierno que “desmiente e invisibiliza los hallazgos hechos por los colectivos”.

Adrián Lebarón, miembro de la familia Lebarón, quien a partir del asesinato de algunos miembros de su familia, en 2019,-se convirtió en un activista y defensor de derechos humanos compartió que el libro refleja “el valor y la fuerza de Cecilia”, pues pese a las amenazas en su contra se mantiene firme en la búsqueda de todas las personas desaparecidas.

Al final de la presentación, las familias y madres buscadoras comenzaron a corear: “¿Por qué los buscamos? Porque los amamos”, consigna que caracteriza el amor puesto en la búsqueda de las personas desaparecidas, misma que también busca hacer un enérgico llamado a la sociedad para que se solidarice y responda a esta causa.

El libro Madre Buscadora: Crónica de la Desesperación presenta una narrativa que hace sentir en carne propia, a través de la búsqueda de Cecilia Flores, lo que realmente se vive cuando se tiene un ser querido desaparecido.

Exigen periodistas de Chilpancingo la aparición con vida de sus colegas desparecidos en Taxco

Texto: Itzel Urieta

Fotografía: Especial 

Chilpancingo

24 de noviembre del 2023

Periodistas de Chilpancingo protestaron afuera de las oficinas de la Fiscalía General del Estado (FGE) para exigir la pronta presentación con vida de cinco personas desaparecidas en Taxco de Alarcón, tres de ellos comunicadores.

Antes, a las 11 de la mañana, un grupo de 15 periodistas se concentraron en las instalaciones del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Guerrero (Iepcgro) para acompañar a sus colegas Abel Miranda Ayala, Juan Antelmo García Castro, Efraín Iglesias, Baltazar Jiménez y Erika García Guevara, quienes fueron citados ante el órgano electoral para comparecer por una denuncia sobre violencia política de género interpuesta por la alcaldesa de Chilpancingo, la morenista Norma Otilia Hernández Martínez.

La denuncia que interpuso la alcaldesa fue contra dos medios de comunicación y cinco reporteros por adjetivarla como “lady pachangas” y difundir que su esposo está detrás de la toma de decisiones del Ayuntamiento municipal y que se reunió con un líder criminal.

De acuerdo con la alcaldesa todas estas afirmaciones son falsas y son violencia política en razón de género en su contra.

Está denuncia está en manos del Iepcgro, órgano que citó a los autores de dichas notas a una audiencia para expusieran sus argumentos ante la Comisión de Quejas y Denuncias sobre la difusión de esa información.

Ante tal situación, Miranda Ayala, quien es el secretario general de la Delegación 17 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP), dijo que hay temor por dicha denuncia porque la alcaldesa es acusada de tener relación con líderes de grupos delictivos.

“Temo por mi vida ante una alcaldesa que no sabe distinguir entre violencia política de género y críticas a su gobierno; es una persona que no distingue y que no acepta críticas a un gobierno que hemos visto se reúne con personas armadas”, mencionó al salir del Iepcgro.

Afuera del órgano electoral periodistas realizaron un mitin y expresaron su apoyo a Miranda Ayala y a los otros cuatro comunicadores, donde expusieron que la crítica hacía la alcaldesa de Chilpancingo es por malas acciones de su gobierno y no por su condición de mujer.

Después, al mediodía, otro grupo de periodistas protestaron en las instalaciones de la FGE para exigir la presentación con vida de Marco Antonio Toledo Jaimes, director del semanario El Espectador de Taxco y corresponsal de La Crónica, vespertino de Chilpancingo.

También exigieron la aparición inmediata de Silvia Naisa Avilés y Alberto Sánchez, administradores del portal de noticias Red 7, desaparecidos la noche del 22 de noviembre.

En el caso de Toledo Jaimes, de acuerdo con información de reporteros de la zona Norte, fue sacado de su casa junto con su esposa Guadalupe Denova Flores y su hijo de 28 años, Alberto Toledo Denova, por un grupo de hombres armados.

En la protesta, los periodistas catalogaron la desaparición de sus compañeros y sus familias como un ataque a la libertad de expresión en el estado.

La desaparición de los comunicadores fue confirmada por la FGE, institución que, de acuerdo con los reporteros y familiares de los desaparecidos, se ha limitado a emitir fichas de búsqueda a través de redes sociales .

Durante la protesta, el corresponsal de La Jornada, Sergio Ocampo Arista, integrante de la Asociación de Periodistas del Estado de Guerrero (APEG), mencionó que se ha comunicado con periodistas de Taxco y le dijeron que tienen miedo.

Ocampo Arista responsabilizó a los tres ordenes de gobierno “por la falta de garantías de seguridad en Guerrero, por que los periodistas en la entidad hemos sido víctimas de grupos criminales en su guerra por el control del territorio, lo que ha facilitado zonas de silencio”.

Familiares de tripulantes de embarcaciones exigen al gobierno que busque a capitanes desaparecidos la noche del huracán Otis

Texto: Amapola Periodismo

Fotografía: Oscar Guerrero 

Acapulco

15 de noviembre del 2023

 

Cerca de las 12 de la noche del 25 de octubre, cuando el huracán Otis con sus vientos y lluvia alzaba olas a grandes alturas, el pescador Ulises Castillo Hernández, El Ceviche, no midió las consecuencias y se tiró al mar para amarrar los cabos de su embarcación que estaba lejos del muelle El Paseo del Pescador.

El Ceviche no quería que su cayuco, al que bautizó como Valeria Abigail se lo tragara el mar, porque era el único patrimonio y sustento económico de su familia.

El Jerry, un amigo de Ulises, lo apoyó tirándole las luces desde su camioneta. El Jerry vio cuando Ulises se tiró al mar y se perdió entre las olas. Es la fecha que no aparece.

Familiares de tripulantes de embarcaciones desaparecidos cuentan que al amigo de Ulises Castillo le dio mucho miedo y se alejó del lugar y dejó abandonada su camioneta para ponerse a salvo de los vientos y el agua que ya inundaba la avenida Miguel Alemán, cerca de la playa Tlacopanocha.

Desde el 25 de octubre, la señora Yazmín Hurtado Alarcón y Valeria Castillo Hurtado, esposa e hija de Ulises Castillo se plantan al pie de un árbol en la rotando de Los Hombres Ilustres, cerca del muelle del Paseo del Pescador en espera que las autoridades les den noticias de que ya hallaron a su familiar.

Yazmín y su hija Valeria llegan desde las ocho de la mañana a este lugar al igual que familiares de otros tripulantes de yates y lanchas que llevan 21 días desaparecidos.

Yazmín de vez en cuando se para y camina hacia el muelle y fija su mirada en algún punto del mar donde ella supone que su esposo y la embarcación se perdieron entre las olas.

Sobre los troncos de los pocos árboles que quedaron en pie cerca del muelle están pegados carteles con las fotografías y los nombres de algunos de los tripulantes de embarcaciones que siguen desaparecidos.

Yazmín Hurtado se sienta en una piedra recargada de un árbol donde está pegada el cartel con la foto de su esposo Ulises.

“No todavía no aparece y estamos a la espera de que nos den información”.

Valeria Castillo, hija de Ulises, acusa al gobierno de no informar la verdad de la tragedia que ocurrió durante la entrada de Otis en Acapulco.

“Si el gobierno está diciendo que hay más de 600 embarcaciones y que la mayoría fueron destruidas y entonces dónde están los tripulantes?, pregunta Valeria.

De acuerdo con el compromiso que suscriben los tripulantes con el dueño de las embarcaciones, éstos deben de cuidarlas en todo momento aun cuando se registren tormentas o huracanes y en caso de que no lo hagan es motivo para una demanda judicial en su contra.

Eso lo establece un documento que, según los familiares de las víctimas, firman con los empresarios.

Los familiares de capitanes y marineros realizaron una nueva protesta el pasado domingo afuera de las instalaciones de la Zona Naval para exigir a las autoridades que busquen a sus familiares desaparecidos.

“Aquí en esta zona murieron muchos tripulantes solo hay que ver como quedaron las embarcaciones que quedaron encalladas en varios lugares como en el Club de Yates o en La Marina”, dijo Valeria Castillo, hija de Ulises.

 

Alfonso Arguello Benítez quien tres de sus familiares que la noche del 25 de octubre estaban en el yate Rose Mary siguen desaparecidos contó que hay testigos que se dieron cuenta que el miércoles 26 al menos diez cadáveres salieron a flote en el mar cerca del muelle del Paseo del Pescador.

“Obvio que en estos momentos ya no van aparecer los cuerpos flotando porque ya reventaron y se encuentran en el fondo del mar pero la Marina no los busca”, denunció Alfonso Arguello.

Los familiares desaparecidos que tiene Alfonso Arguello es su suegra, María Delgado Valdovinos, así como el hijo y nieto de ella, Luis Sebastián Herrera Delgado, de nueve años y Luis Alberto López Sarabia, de dos años.

La señora, su hijo y nieto acompañaron ese día a su esposo el capitán del yate Rose Mary, Inocente Herrera, el único que logró sobrevivir esa noche del 25 de octubre.

“Mi suegra acompañaba a su esposo en el yate porque le ayudaba y pues la verdad creo que no se esperaba fuera así de fuerte el huracán”, menciona Alfonso Arguello.

Dice que Sebastián Herrera, el pequeño de nueve años y nieto de su suegra María Delgado, le gusta mucho andar en el mar porque su sueño es ser capitán de una embarcación como su padre.

Alfonso Argüello criticó a las autoridades de los gobiernos federal y estatal el no haber obligado a los dueños de las más de 600 embarcaciones (yates y lanchas) que sus trabajadores no acudieran a al mar para cuidarlas.

“El gobierno ya sabía cómo venía de fuerte el huracán Otis y no tomó medidas preventivas para evitar muchas muertes en el mar y tierra aquí en Acapulco”, criticó Alfonso Argüello.

Desde el paso del Otis, los dueños de los yates y lanchas no se han acercado con los familiares de sus trabajadores que no aparecen.

“En el caso del dueño del yate Rose Mary no nos apoya en nada y la búsqueda la están haciendo buzos privados a quienes se les está pagando”, dijo Alfonso Argüello.

Menciona que un familiar que trabajaba en el yate Orca ya fue hallado muerto.

En el tronco de otra palmera de la Rotonda de los Hombres Ilustres está pegado una cartulina con la fotografía de Gustavo Hurtado Carranza, de 39 años, que estaba en una embarcación llamada Bacchus. La última vez que se le vio fue en la playa Icacos, la noche del 25 de octubre, el día del huracán.

Otro grupo de familiares de tripulantes de embarcaciones desaparecidos se instala frente a la playa Tlacopanocha.

En la página de Facebook del Club de Yates se pide la colaboración de las autoridades y la ciudadanía para la localización de 13 tripulantes de embarcaciones desaparecidos durante el huracán Otis.

A las dos de la tarde, Valeria Castillo y su madre Yazmín Hurtado se paran de su lugar y después de despedirse se dirigen para tomar el autobús que las llevara a su casa en la colonia La Laja. Hoy, otra vez, no tuvieron noticias.

Identifican cadáver de capitán de yate desaparecido durante el huracán Otis

Texto: Jesús Guerrero

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

10 de noviembre del 2023

 

Alma Aracely Gallegos recibió el cadáver de su pareja, el capitán del yate Said Say, Luis Martínez Balbuena, quien estaba desaparecido desde el paso del huracán Otis en Acapulco el pasado 25 de octubre.

Le informaron oficialmente de la muerte de Luis después de que hizo varias protestas con las que exigía a las autoridades su búsqueda.

Este viernes la Fiscalía General del Estado (FGE) le notificó vía telefónica que los resultados de ADN de familiares de su pareja coincidían con los de un cadáver que está en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo), ubicadas en la comunidad de El Quemado, en la zona rural de Acapulco.

«Desde hace 17 días estaba el cuerpo de mi pareja sentimental, pero en el Semefo no me decían nada», dijo en entrevista Alma Aracely.

Ella, al igual que otros familiares de tripulantes de yates y lanchas que desaparecieron derivado del huracán Otis, realizaron protestas para exigir su búsqueda.

«La última vez que hablé con Luis le dije que estaba muy preocupada, pero ya después no me contestó porque supongo que estaba luchando en el mar», narró Alma Aracely Gallegos.

Este miércoles 7 de noviembre, Alma Aracely se trasladó a Chilpancingo y colocó una cartulina en la puerta principal del Palacio de Gobierno, sede sel Ejecutivo estatal.

«Se busca», se leía y en la misma cartulina estaba la imagen del capitán del yate Said Say, Luis Martínez de 23 años.

Escoltas de funcionarios estatales que estaban en Palacio de Gobierno trataron de arrebatarle la cartulina a Alma Aracely; al final logró pegarla en la puerta.

Alma Aracely estuvo aquí en Chilpancingo para tratar de hablar con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y pedirle su intervención para la búsqueda de su pareja sentimental.

«Durante 17 días me tuvieron en la zozobra porque yo tenía la esperanza de que a Luis lo halláramos vivo», dijo.

Luego de que este miércoles familiares de tripulantes de embarcaciones que están desaparecidos arreciaron sus protestas para exigir su búsqueda, la titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Sandra Luz Valdovinos Salmerón, informó que hay varios equipos de búsqueda en distintos puntos de la bahía de Acapulco.

Familiares de tripulantes de embarcaciones que están desaparecidos acuden todos los días a las instalaciones del Club de Yates para esperar informes.

Hay versiones de familiares de que hay muchas personas desaparecidas que la FGE no ha dado a conocer.

Según la fiscal general hay 48 personas desaparecidas que, presuntamente, estuvieron en tierra y mar.

Sin rastro de capitanes y marinos desaparecidos durante el paso de Otis

Sus familiares continúan con protestas en reclamo de que autoridades se hagan cargo de las búsquedas en el mar


Texto: Amapola periodismo

Fotografía: Oscar Guerrero 

Chilpancingo

8 de noviembre del 2023

 

Alma Aracely Gallegos trasladó este miércoles su protesta de Acapulco a la sede del Poder Ejecutivo, en Chilpancingo, para exigir la búsqueda de su pareja sentimental, Luis Martínez Balbuena, quien es capitán del yate Said Say y está desaparecido desde el paso del huracán Otis en Acapulco, la madrugada del 25 de octubre.

A su llegada a la puerta de la sede del Poder Ejecutivo, varios escoltas de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda la atajaron a ella y a varios de sus familiares para que no pegaran una cartulina.

Los dos escoltas que vestían guayabera blanca y pantalón café dejaron que pegara la cartulina en la puerta principal del inmueble después de escuchar Alma Aracely que tuvieran un poco de humanidad.

Alma Aracely Gallegos y varios de los familiares de ella y de su pareja sentimental permanecieron durante una hora afuera del Palacio de Gobierno para pedir una audiencia con la gobernadora Evelyn Salgado.

“Se busca”, se leía en la cartulina donde además estaba la fotografía y el nombre de Luis Martínez.

“Nos vinimos a Chilpancingo porque allá en Acapulco la alcaldesa Abelina López ni la gobernadora Evelyn Salgado nadie sabe dónde están”, dice Alma Aracely.

Poco después de las cinco de la tarde, Alma Aracely y familiares se retiraron del Palacio de Gobierno.

Anunció que el lunes estará en la Ciudad de México para protestar afuera del Palacio Nacional y exigir al presidente Andrés Manuel López Obrador que ordene la búsqueda de su pareja sentimental.

Alma Aracely contó que la última comunicación que tuvo con Luis Martínez fue después de las 12 de la noche del miércoles 25.

“Yo le dije (a Luis Martínez) estoy muy preocupada, pero ya no me contestó porque se cortó la comunicación y se fue la luz”, comenta.

Compartió que la Capitanía de la Marina les reportó que sólo del sector privado hay 600 embarcaciones que navegan en las aguas de la bahía de Santa Lucía, entre yates, lanchas y cayucos. “Hay mucha gente desaparecida y seguramente muerta, pero el gobierno no informa ni los busca”, expone.

Para Alma Aracely la cifra oficial que dieron a conocer los gobiernos estatal y federal de decesos es “irreal”. El saldo oficial es de 48 personas muertas.

“Nosotros ya estamos desesperados porque, aparte de que el gobierno no busca a mi familiar, tampoco nos dan respuestas o nos atiende”, menciona.

Alma Aracely mostró una hoja blanca donde está impresa una fotografía de su pareja sentimental, quien tiene 23 años y desde hace cuatro años es capitán del yate Said Say.

Luis tripulaba esta embarcación que pertenece al Club de Yates, ubicado cerca de playa Caleta.

Muchos familiares de tripulantes de embarcaciones privadas que siguen desaparecidos acuden al Club de Yates por información de los buzos privados que hacen búsquedas.

Alma Aracely comentó que muchos familiares se preguntan por qué había tripulantes en las embarcaciones si sabían del peligro del huracán.

Detalló que en la Ley de Navegación, artículo 34, establece que los tripulantes (capitanes y marineros) son los responsables de las embarcaciones y que en caso de que no las cuiden se les puede acusar judicialmente y pagar los daños ocasionados.

Comentó que su pareja siempre tuvo miedo de ser acusado de que el yate tuviera algún desperfecto.

Contó que durante el huracán Max, que pegó a municipios costeros de Guerrero a principios de octubre pasado, Luis y los demás tripulantes cuidaron el yate Said Say. Dio que se enfermó de gripa por cuidar el yate.

“El martes 25 de octubre, cuando se fue de la casa para cuidar el yate, todavía estaba enfermo de gripa”, dice.

El lunes pasado por la tarde, Alma Aracely y familiares de otros tripulantes de embarcaciones que siguen desaparecidos se instalaron afuera de las instalaciones de la Zona Naval en Acapulco para esperar que el presidente Andrés Manuel López Obrador los atendiera.

El presidente llegó en un helicóptero del Ejército a la Zona Naval, donde tuvo una reunión con funcionarios federales, la gobernadora Evelyn Salgado, la alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez y el edil de Coyuca de Benítez, Ossiel Pacheco.

La reunión que duró dos horas y media y fue para evaluar los resultados de la reconstrucción de Acapulco y Coyuca de Benítez, afectados por el huracán Otis.

“Estuvimos afuera de la Zona Naval y el presidente se retiró, pero en helicóptero”, agrega.

Hoy un grupo de familiares de tripulantes de embarcaciones desaparecidos protestaron afuera de la Zona Naval para exigir a las autoridades la búsqueda de sus parientes.

En estas instalaciones fue instalado el centro de mando para la atención de efectos del huracán Otis, donde sesionan por lo menos dos veces al día la gobernadora, funcionarios federales y estatales, así como la fiscal General del estado, Sandra Luz Valdovinos Salmerón.

Fue la fiscal quien atendió a los manifestantes y les dijo que hay 27 equipos de búsqueda.

Durante la protesta en la Zona Naval, los familiares de los capitanes y marineros desaparecidos desplegaron pancartas con diversas consignas.

“Queremos que regreses Fer”, decía una pancarta en referencia Fernando Parra Morales, capitán del yate Litos, quien también está desaparecido.

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