Resistencia en Agua Clara: un camino de lucha por la madre tierra

Cinco años de defensa comunitaria en Chiapas, enfrentando la adversidad y la opresión, en un territorio marcado por la resistencia indígena.


Texto: Carlos Almazán / Chiapas Paralelo 
Foto: Frayba
26 agosto del 2024

El pasado 24 de agosto, en el ejido Agua Clara, Salto de Agua, el colectivo Tsijilba bij, que en tseltal significa «Nuevo Camino», celebró su quinto aniversario, en la que reafirmó su compromiso con la defensa de su territorio y la protección de la Madre Tierra.

Desde su fundación en 2019, el grupo ha enfrentado una serie de desafíos, entre ellos agresiones y hostigamientos, principalmente debido a su postura como defensores de derechos humanos y su afiliación al Congreso Nacional Indígena (CNI). Sin embargo, la comunidad tseltal de Agua Clara ha mantenido una resistencia inquebrantable.

El colectivo Tsijilba bij surgió en un contexto de creciente militarización y explotación de recursos naturales en Chiapas, especialmente en la región de Salto de Agua.

La construcción del Tren Maya, un proyecto emblemático del gobierno federal que busca conectar diversas regiones del sureste de México, ha sido una de las principales preocupaciones para esta comunidad. Para la comunidad, el Tren Maya representa no solo una amenaza directa a su tierra y modo de vida, sino también un intento de despojo y colonización moderna, disfrazado de desarrollo económico.

Resistencia en Agua Clara: un camino de lucha por la madre tierra

El 4 de agosto de 2019, integrantes del colectivo fueron víctimas de actos de violencia e intimidación, una fecha que marcó un antes y un después en su lucha. Aquel día, la comunidad fue atacada, pero en lugar de doblegarse, Tsijilba bij encontró en la violencia una razón más para seguir adelante, recordando constantemente que su lucha no es solo por ellos; sino por las generaciones futuras y por todos aquellos que han sufrido la opresión en su territorio.

Desde su fundación, Tsijilba bij ha sido una voz activa en la denuncia de la militarización en su región. La presencia de la Guardia Nacional en Chiapas ha sido vista como un elemento desestabilizador, que lejos de traer seguridad, ha incrementado la tensión y la violencia en las comunidades indígenas.

«Según el colectivo, la militarización se ha convertido en una herramienta para reprimir y controlar, especialmente contra aquellos que se oponen a los megaproyectos que promueve el gobierno federal​».

Además de la oposición al Tren Maya, Tsijilba bij también ha denunciado otros proyectos extractivos que afectan directamente a su comunidad. Entre ellos se encuentran las minas de grava que se utilizan para la construcción del tren, así como la tala de árboles como pino, cedro y caoba, que provienen de regiones cercanas como Palenque y Ocosingo.

A lo largo de estos cinco años, Tsijilba bij ha logrado tejer redes de solidaridad con otras comunidades y organizaciones tanto a nivel nacional como internacional. Han participado en movilizaciones y acciones conjuntas con otros pueblos indígenas, reforzando la idea de que la lucha por la tierra y la vida no es una causa aislada, sino una batalla compartida por todos aquellos que se enfrentan a la opresión y la injusticia.

Resistencia en Agua Clara: un camino de lucha por la madre tierra

Este texto es original de Chiapas Paralelo y es reproducido por Amapola Periodismo como parte de una alianza de medios. Puedes leer la nota original aquí.

Agua, tierra y libertad, clama la 5ta Asamblea Nacional por el Agua

Este fin de semana se llevó a cabo la quinta edición de la Asamblea Nacional por el Agua, la Vida y el Territorio. Los de arriba quieren que olvidemos que somos parte de la naturaleza, pero nosotros nos empeñamos en defender a nuestra madre tierra, advirtieron.


Texto y foto: César Ernesto Hernández / Revista Espejo 

19 de agosto del 2024 

 

Ciudad de México – Con el lema “No habrá paz, vida y futuro sin Agua”, este fin de semana se llevó a cabo la 5ta Asamblea Nacional por el Agua, la Vida y el Territorio en la Ciudad de México.

Con presencia de 800 delegados de 269 organizaciones y colectivos de los territorios y pueblos indígenas de todo el país, la Asamblea trabajó en seis mesas en las cuáles respondieron a tres preguntas: ¿Cómo y quién despoja y contamina el agua y el territorio?, ¿Cuál es la respuesta del narcoestado? y ¿Con quiénes caminamos para fortalecer la resistencia?

El trabajo de la Asamblea, iniciado tras la toma del edificio del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) en 2021 como una iniciativa del Congreso Nacional Indígena, busca generar procesos de cooperación para fortalecer la lucha de los pueblos y organizaciones en defensa del agua, la vida y el territorio.

Desde su nacimiento, la asamblea se ha declarado como autónoma, autogestiva, antipartidista, anticapitalista, antipatriarcal, antifascista y antimilitarista.

“La asamblea es una respuesta necesaria a la violencia gubernamental, ante el saqueo capitalista que amenaza la vida y los territorios. Busca unir esfuerzos para resistir y luchar dignamente sin pedir permiso ni perdón”, señala la organización.

En sí, a través de las mesas, la asamblea y la redacción de acuerdos y conclusiones, la asamblea busca fortalecer la organización comunitaria y propone acciones efectivas frente a la crisis hídrica desde la acción y la denuncia.

Existimos porque resistimos

Este año, la asamblea se llevó a cabo los días sábado 17 y domingo 18 de agosto en la Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes“, dónde con una gran carpa, pósters y los camiones que traían a los delegados desde las regiones del país, se cerró la avenida México-Coyoacán en una especie de protesta organizativa para acordar las próximas acciones de los pueblos frente a la crisis hídrica y la lucha por los territorios en todo el país.

Luego de llevarse a cabo las mesas de trabajo, el domingo 18 de inició el día con un desayuno comunitario con arroz, tortas de huevo, pozole, té y café como un primer gesto de comunidad y convivencia entre los asistentes. Más tarde, en reunión plenaria se leyeron las conclusiones de las seis mesas de trabajo y se llevó a cabo una rueda de prensa en la cual se dieron a conocer los acuerdos tomados por los pueblos organizados.

Tras una presentación de los delegados presentes, durante la amplia rueda de prensa se leyó la declaratoria final, en la cual los pueblos indígenas reiteraron a empresas, autoridades y crimen organizado que para los pueblos indígenas el agua es sagrada; esto ante la intención reiterada de “los de arriba” para que las comunidades olviden que son parte de la naturaleza.

En ese sentido, la asamblea reiteró su compromiso por defender a la madre naturaleza de las nuevas formas de despojo, destrucción y acaparamiento escuchadas durante los dos días del evento, como “la perforación de pozos y construcción de tuberías para la industria, simulando el cumplimiento del derecho al agua, pero otorgando concesiones ilimitadas para las industrias, mineras y empresas, mientras a la población es limitada”.

“Para los pueblos el agua es sagrada porque nos da vida, nos da existencia, nos da comida, nos da medicina; por eso pedimos permiso al territorio, por eso no lo traicionamos, no lo vendemos. Si la tierra y el agua enferman nosotros también, si el agua muere, nosotros y la vida, todo se acaba; si el agua ya no cae nada florece, nada vive”, se indicó en la declaratoria.

“Para ellos, los de arriba, resulta fácil mirar nuestro territorio e identificar las fuentes de agua, minerales y tierras fértiles; trazar carreteras, vías de tren, gasoductos para transportar mercancías y proveer a la industria. Les es fácil mirar el mapa y decir que población desplazar y eliminar. ·En esta guerra sangrienta, que no es más que una continuidad de la que inició hace más de 500 años, los pueblos seguimos en resistencia, caminando en ese territorio llamado México, en ese lugar llamado mundo, y en este caminar nos encontramos con nuestra historia y con nuestros pueblos y comunidades”, se puntualizó.

Por otro lado, la organización repudió el actual sexenio de Andrés Manuel López Obrador, al cual calificaron de capataz al servicio de los grandes intereses económicos con proyectos como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, y el proyecto integral Morelos, entre otros; además señalaron que el próximo sexenio ha dado muestras de que seguirá con está línea.

“El sexenio termina y contrario a lo que prometieron no termina la guerra ni el despojo. Peor aún el próximo gobierno promete continuidad un segundo piso para los de arriba construido sobre los y las de abajo”, indicaron.

Entre las exigencias de la Asamblea se mencionó el cese de criminalización de defensores del territorio, la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa y los miles de desaparecidos; la investigación a Omar García Harfusch, justicia para los Yaquis desaparecidos por el estado, entre otros llamados a defensa del territorio en sitios como la Sierra del sur de Guerrero, la comunidad mazateca de los Ojitlán de Flores Magón Oaxaca, el alto a la destrucción de las reservas de agua de ríos subterráneos y cenotes en la Península de Yucatán y a la selva Calakmul.

Durante la asamblea participaron personas de comunidades de Ciudad de México, Michoacán, Querétaro, Veracruz, Edomex, San Luis Potosí, Colima, Chiapas, Hidalgo, Tlaxcala, Nuevo León, Puebla, Quintana Roo, Baja California, Sonora, Jalisco, Guerrero, Yucatán, Tamaulipas y Chihuahua. Asimismo, se contó con observadores enviados de países como Alemania, Italia, Francia, España, Canadá, Colombia, Perú, Suiza, Guatemala y Estados Unidos.

Este texto es original de Revista Espejo y es reproducido por Amapola Periodismo como parte de una alianza de medios. Puedes leer la nota original aquí.

Rostros del agua: Donde nace un río

La lucha por la defensa del territorio y el agua en la ciudad de México tiene muchos rostros, uno de ellos es el de Doña Fili, la vecina del Pedregal de Santo Domingo que, en 2015, empezó una lucha contra una empresa constructora que trataba el agua como basura. Esta es su historia


Texto: Flor Pagola, Caro Bas, Made Wattenberger, Eliana Gilet / ChingadxMadre y Kaja Negra / Pie de Página
Foto: Lizbeth Hernández
Diseño: Paola Macedo
11 agosto del 2024

CIUDAD DE MÉXICO. – Las vecinas del Pedregal de Santo Domingo, una colonia de cien mil habitantes al sur de Ciudad de México, tienen su historia ligada a la lucha por el agua potable. Cuando a inicios del 2015 descubrieron que una empresa constructora trataba al agua como basura y la echaba al vertedero, instalaron un plantón en la calle durante más de dos años, en la Avenida Aztecas #215. Allí, fueron pioneras en reclamar su derecho al agua potable de forma organizada en la capital mexicana.

La historia cuenta que las mujeres tuvieron que acarrear agua desde que el barrio nació, a principios de los años 70. El aguantador, un palo que colocaban sobre sus hombros con un bote en cada extremo para llevar el agua desde el pozo o la llave pública hasta sus casas, se volvió su marca identitaria. Es que cuando se ocupa un pedazo de tierra para vivir y se construye un barrio junto a las vecinas, el acceso al agua se revela pronto como un problema común, que es más fácil resolver entre todas. Medio siglo después, la historia las parió como defensoras del agua potable ante la avaricia inmobiliaria.

María de los Ángeles Fernández, Fili, como se la llama de cariño, es una referente de la lucha por la vivienda en la capital, y desde su generosidad, comparte esa historia con las jóvenes visitantes que suele conocer en manifestaciones y charlas.

Cuando Doña Fili recibe una invitada a su casa, la mujer diminuta, de arrugas profundas y ojos sonrientes, tiene la costumbre de regalarle una piedra de su altar. El surtido de rocas volcánicas comparte espacio con imágenes de luchadores de todo el continente: Emiliano Zapata, Monseñor Romero y Víctor Jara, el periodista Javier Valdéz y el defensor nahua Samir Flores. Todos iluminados por la llama constante de una veladora.

A veces, Fili entrega las piedras envueltas en un paliacate rojo, el pañuelo típico del trabajador campesino, representativo también de la lucha indígena zapatista, quienes tuvieron que taparse la cara “para ser vistos”. Esas piedras han atestiguado el devenir de la colonia, el Pedregal de Santo Domingo, que tiene el mérito de haber sido, en 1971, la mayor ocupación de tierra urbana de América Latina.

“Las casitas eran tan iguales que te podías meter en una, como si fuera la tuya. Decíamos: que todos tengamos casa, aunque sea de lámina, pero que todos tengamos casa”, recuerda Fili.

En esta zona de suelo rugoso y hostil en la alcaldía Coyoacán, fueron las vecinas quienes se organizaron para comprar dinamita y abrir las calles. Mientras los hombres trabajaban en fábricas y las mujeres en hogares ajenos de zonas acomodadas, los fines de semana, todas salían a construir la colonia. Fili lo recuerda así:

“Fue algo muy bonito, porque compartíamos el trabajo. Tus manos quedaban sangradas de cargar tierra, piedra, y al otro día tenías que trabajar. Era un trabajo muy fuerte, pero como sabías que era para ti, no te cansaba, aunque no había luz ni agua, ¡no había nada! Ni el Gobierno estuvo, más que para intentar desalojarnos. Pero si no tenías agua, un chavito te llevaba un bote lleno y ya tenías agua. La misma gente era la que te ayudaba”.

Con el tiempo y el trabajo colectivo, los vecinos cambiaron las paredes de lámina por cemento. En 1997, el primer jefe de gobierno de izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas, entregó a los pobladores de Santo Domingo las escrituras de sus casas. Luego de tres décadas de lucha, las vecinas lograron que el Estado reconociera su legitimidad y la de los hogares que habían construido. Con eso, llegó la conexión a la red de abastecimiento pública de agua potable, que cambió el aguantador por la fiscalización de su funcionamiento.

* Este reportaje forma parte de Los Rostros del Agua. Historias de defensoras urbanas en Montevideo y Ciudad de México que reúne experiencias de mujeres activistas que defienden el agua. Realizado por Kaja Negra y la Cooperativa de periodismo, este trabajo contó con el apoyo de la beca ColaborAcción 2024, de la Fundación Gabo y Fundación Avina.

Este texto es original de Pie de Página y es reproducido por Amapola Periodismo como parte de una alianza de medios. Puedes leer la nota original aquí.

Previa a visita de AMLO, pobladores y policías comunitarios cierran vía para exigir detención de grupo armado

Texto: Amapola Periodismo

Fotografía: Especial

Chilpancingo 

 

A unas horas de que el presidente Andrés Manuel López Obrador visite Guerrero, policías comunitarios y pobladores de la Montaña baja bloquean la carretera Chilapa-José Joaquín Herrera para exigir la detención de integrantes de un grupo delictivo.

El cierre de la vía, es a la altura de la comunidad de Alcozacán, del municipio de Chilapa.

Jesús Plácido Galindo, dirigente de la policía comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de Pueblos Fundadores (Crac-Pf) dijo que la protesta es porque los agentes de la Guardia Nacional solo tienen instalado un retén en la carretera pero no se mueven para buscar al grupo armado que según él, desde hace siete días están atacando a los pueblos con disparos de arma de fuego y drones con explosivos.

Mencionó que este jueves los miembros de Los Ardillos lanzaron drones con explosivos en la comunidad de Tula.

“Primero tiraron un dron a las nueve de la mañana, luego otro a las once y el tercero a la una de la tarde y los habitantes de Tula denunciaron esta acción a los de la Guardia Nacional y les dijeron que ellos no escucharon nada”, dijo el líder de las autodefensas.

En el plantón que se instaló este jueves participan mujeres, niños y policías comunitarios de la Crac-Pf.

Apenas este martes 21 de junio, un grupo de reporteros que fueron a cubrir una conferencia de prensa con los dirigentes de la Crac-Pf estuvieron atrapados durante un enfrentamiento que protagonizaron las autodefensas y e integrantes de otro grupo armado en el cerro de la comunidad de Tula. En este hecho, no hubo personas heridas o asesinadas. Después de estos hechos, el Secretario General de Gobierno, Ludwing Marcial Reynoso Núñez, calificó de «mucha casualidad» que se haya registrado esta balacera cuando estaban los reporteros. Según el funcionario durante los días lunes y martes ellos verificaron la situación de esa zona y no detectaron algo anormal. Plácido Galindo le pidió al Reynoso Núñez que acuda a esa zona para que verifique bien lo que están sucediendo. «Lo que pasa es de que el gobierno quiere justificar su inacción diciendo mentiras para seguir protegiendo a los dirigentes de esa organización criminal», señaló el dirigente de la Crac-Pf en entrevista telefónica. Reconoció que está instalado un retén de la Guardia Nacional en la carretera a la altura de la comunidad de Tula pero, según él, este filtro de seguridad de nada sirve porque los ataques contra los pueblos siguen. «Nosotros no queremos que los policías y agentes de la Guardia Nacional estén ahí parados en la carretera y lo que pedimos es de que actúen», expresó. Plácido Galindo afirmó que la protesta que realizan este jueves es para que el presidente Andrés Manuel López Obrador se dé cuenta de lo que en verdad ocurre en Guerrero. Este viernes 24, López Obrador realizará una gira de trabajo en Tlapa, Malinaltepec y San Luis Acatlán para supervisar los trabajos de los caminos artesanales que puso en marcha su gobierno en 22 municipios de la región de la Montaña y Costa Chica. «Que el presidente venga mejor a resolver los conflictos que hay en Guerrero en donde las comunidades viven situaciones de violencia ante el acoso de los grupos del narcotráfico», dijo. En opinión del dirigente de las autodefensas esos caminos artesanales que están construyendo en la Montaña van a durar muy poco porque están hechos con mala calidad. «Esos caminos serán arrasados por las lluvias», pronosticó.

Plácido Galindo justificó que los habitantes de 23 comunidades de los municipios de Chilapa y José Joaquín Herrera se hayan armado y constituirse en una policía comunitaria.

«El gobierno no nos dejó otra opción de armarnos y defendernos ante el acecho y acoso de los grupos criminales que quieren apoderarse de nuestros pueblos para envenenar a nuestros jóvenes», dijo. En enero del 2020, la Fiscalía General de Guerrero, reconoció que integrantes de la organización de Los Ardillos fueron los responsables del asesinato de diez músicos de la comunidad de Alcozacán. Desde esa fecha, las hostilidades entre la Crac-Pf y la otra organización no han parado.

 

 

 

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