Desaparece guerrerense de tres años en Guanajuato mientras sus padres trabajan como jornaleros en ese estado

Texto: Jesús Guerrero

Imagen: Facebook Alerta Amber Guanajuato 

Domingo 19 de mayo del 2024

Chilpancingo

 

El guerrerense de tres años Javier Modesto Moreno desapareció el 15 de mayo en Guanajuato mientras sus padres trabajaban como jornaleros en El Jaguey, municipio de La Romita, de aquel estado del centro del país, denunció el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.

En un comunicado, Tlachinollan menciona que existe la sospecha de que varias personas en una motoneta y dos vehículos se habrían llevado a Javier, hijo del matrimonio de Anselmo Modesto Martínez y Maura Moreno Agustín.

El día de la desaparición, Javier estaba sentado a la sombra de un árbol, a unos 50 metros de donde sus padres trabajaban en el corte de tomate, pero cuando éstos acudieron como a las cinco de la tarde al sitio donde estaba su hijo, ya no lo encontraron.

La familia Modesto Moreno, originaria de la comunidad indígena na savi Joya Real, municipio de Cochoapa el Grande, región de la Montaña, desde hace meses trabaja en esos sembradíos de Guanajuato.

«Los padres de Javier están muy preocupados por la integridad de su hijo. Hay mucha inseguridad en esa zona de Guanajuato generada por los grupos del crimen organizado”, señala Tlachinollan.

De acuerdo con este organismo, existen los antecedentes de que otras familias que se van a ese zona a trabajar como jornaleros han sido víctimas de robo de sus vehículos, por parte de la delincuencia organizada.

El organismo defensor de derechos humanos exigió a las fiscalías de Guanajuato y Guerrero que trabajen de manera coordinada para lograr la localización del niño de tres años.

En la ficha de búsqueda de Javier Modesto, se establece que éste mide medio metro de estatura, complexión delgada, piel color blanca, cabello negro y lacio.

De acuerdo con el último informe de Tlachinollan, en 2023, 12,493 jornaleros agrícolas de municipios indígenas de la montaña alta se fueron a trabajar a los campos agrícolas de los estados del norte del país, en condiciones de explotación laboral e incluso poniendo en peligro sus vidas por sufrir algún ataque de los grupos del crimen organizado.

La migración de esas familias a trabajar a esas zonas del país, ocasionó que 3,997 niñas y niños abandonaran sus estudios de primaria y de preescolar.

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