Yacksajandi y la fusión del arte circense y las tradiciones guerrerenses

Última actualización:

Texto: Itzel Urieta

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

Yosajandi Osorio Pastor es antropóloga de profesión, pero desde los 20 años halló su pasión en el arte urbano.

Todo comenzó en el semáforo del panteón de Chilpancingo cuando ella esperaba a una persona y vio a una mujer artista urbana con el hula hoop: un aro que se coloca alrededor de las caderas, piernas, brazos o hasta el cuello para hacerlo girar.

Después de un año de práctica aprendió a dominarlo, entonces inició su camino en el arte urbano.

Comenzó a ponerse en los semáforos y a dar show con el hula hoop a cambio de cooperación voluntaria de los automóvilistas.

Hace cinco años, junto a su pareja Yack, Yosajandi emprendió Yacksajandi Chilpancirco, un show donde fusionan parte de las tradiciones de Chilpancingo con el arte urbano y presentan en fiestas infantiles, 15 años, bodas y diversos eventos.

Yacksajandi Chilpancirco tuvo un momento complicado en la pandemia por Covid-19, lo que los limitó en sus presentaciones. Cuando las restricciones bajaron, retomaron su trabajo en los semáforos y llegó la oportunidad de presentar su show en el Zoológico Zoochilpan, junto con otros artistas urbanos de la capital. Acudían los domingos al zoológico y daban tres funciones.

Yacksajandi comienza a ver los frutos de su constancia en el arte urbano.

Yacksajandi y su trabajo comunitario

Uno de los objetivos de este proyecto es llevar el arte urbano a lugares donde las niñas y los niños tienen pocas opciones para entretenerse.

Su show lo han llevado a comunidades como El Calvario, la comunidad indígena Emperador Cuahutémoc, Llanos de Tepoxtepec, todas pertenecientes a Chilpancingo, y Tierra Colorada, cabecera de Juan R Escudero, entre otras.

Adaptan algunos de sus presentaciones para mostrar situaciones violentas que no puede ser permitidas; una de sus últimas representaciones fue sobre la violencia en el noviazgo.

Este tipo de actvidades las dan gratuitas. «Hemos tratado de llevar shows así, llevamos shows comunitarios y dar talleres a los niños», mencionó Yack.

A Yosajandi y a Yack les gusta ver cómo los niños, niñas y adultos se divierten en sus shows y se han preparado para mejorarlos y cumplir con sus propósitos: hacer e incentivar el arte urbano, y acercarlo a las comunidades rurales y de resistencia

Yack y Yosajandi manejan diferentes temáticas en sus presentaciones. Yosajandi domina el hula hoop y un espectáculo con fuego, y Yack es payaso, animador, hace malabares, maneja el monociclo, y hace trucos y acrobacias.

Tienen animación en zancos, show de fuego completo y el show guerrerense. Reunir todo el material y profesionalizar sus shows les llevó unos cuatro años.

«Fuimos profesionalizandonos en el arte, primero compramos unas cosas, y es hacer sacrificios de dedicir entre ir al cine o comprar material», dijo Yosajandi.

La fusión de arte y las tradiciones

«Nosotros estamos enamorados de nuestras raíces, de nuestras tradiciones del estado. A mí me gustan mucho las danzas, la cultura. Nosotros tratamos de fusionar entre lo circense y lo tradicional», dijo Yack.

Yacksajandi Chilpancirco apuesta a ser el primer ciro que fusiona tradiciones y arte urbano.

Los vestuarios los elabora Yosajandi y utiliza símbolos de la cultura del estado, como el jaguar.

Su show consiste en combinar danzas tradicionales con técnicas de acrobacia.

«Representamos la matanza del tigre pero con un lanzador de cuchillos, igual llevando los pasos de las danzas, llevando los trajes repesentativos», explicó Yack.

También montaron La Iguana, uno de los sones guerrerenses más importantes, cutilizan una iguana, y hacen el baile con parado de manos y acrobacias.

Esperan que el circo sea una forma de difundir las tradiciones y generar una cultura de la paz en las niñas, niños y espectadores.