Texto: Itzel Urieta
Fotografía: Oscar Guerrero
Chilpancingo
Entre las angostas calles del barrio de San Antonio, en Chilpancingo, un hombre con túnica blanca y corona de espinas camina mientras carga en su espalda una enorme cruz de 90 kilos. Es la representación de Jesús, interpretado por Luis González Alvarado.
Unas 500 personas, entre feligreses, devotos católicos y personas que sólo acudieron a mirar, avanza el contigente del viacrucis por las principales calles de San Antonio.
El contigente del viacrucis lo encabeza una figura del Padre Jesús de Petatlán, detrás iba la representación humana de Jesús y los soldados romanos, quienes lo azotaban, después los sumos sacerdotes judíos, María madre de Jesús, y las mujeres piadosas.
Más atrás del contigente caminaron los penitentes: un grupo de hombres y mujeres realizaron su propia penitencia con su cruz; muchos de ellos caminaron descalzos sobre el concreto caliente del mediodía.
Todo esto comenzó en la plazuela del barrio de San Antonio, cerca del centro de Chilpancingo, la cual lucía llena de personas. Niñas, niños, mujeres y hombres adultos acudieron a presenciar la representación de Semana Santa en el barrio.
Esta representación la realizan desde el 2003, por la pandemia de la Covid-19 la pospusieron tres años, este 2023 la retomaron.
Es de las pocas representaciones con personajes reales en la capital, la mayoría de los participantes eran originarios de San Antonio y ensayaron unos cuatro meses, tres horas diarias, para hacerlo.
Jesús, el personaje principal fue interpretado por Luis González Alvarez, él esperó tres años para este momento; obtuvo su papel en el 2020, pero la pandemia pospuso su participación.
El grupo de organización de Semana Santa respetó su papel y le permitieron interpretarlo este año.
Luis se preparó física y espiritualmente para ser Jesús.
De acuerdo con la iglesia católica, Jesús fue condenado a muerte un Viernes Santo, antes de morir crucificado, realizó un recorrido llamado viacrucis, en el que cargó una cruz pesada; fue azotado y maltratado, pero cumplió con lo que dictaba la sagrada escritura.
En la representación escenificaron las últimas horas de Jesús, es decir, los momentos de azotes y torturas a los que fue sometido por los romanos.
A las 10:30 de la mañana, en la plazuela de San Antonio, comenzó el juicio contra Jesús y la flagelación. A las 11:00 horas el recorrido de Jesús (representado por Luis) con la cruz.
La cruz pesa 90 kilográmos aproximadamente. Luis hizo el recorrido con su túnica blanca, huaraches, corona de espinas, y entre golpes y empujones.
El recorrido de dos kilómetros pasó por las calles Heroínas del Sur, Ignacio Allende y Altamirano, regresaron por Heroínas para volver a la plazoleta de San Antonio.
Durante el recorrido los soldados romanos golpeaban a Jesús con látigos de cuero.
Quienes eran los soldados romanos gritaron: «¡Levántate, no eres tú el dios de los judíos!». Después le dieron latigazos en su espalda al intérprete de Jesús.
Como lo dicta la tradición católica, fueron 13 estaciones, cada una dirigida por el párroco de la iglesia.
Algunos momentos importantes de acuerdo con la ilgesia católica representadas por los actores fueron las tres caídas de Jesús, el reencuentro con María (su madre), la ayuda del cirineo a cargar la cruz, la participación de Verónica cuando limpia el rostro de Jesús y el suicidio de Judas.
En total, unas 40 personas participaron en esta representación.
Durante el recorrido, personas del barrio y de las colonias cercanas ofrecieron agua y fruta a los feligreses.
Además de la representación del viacrucis, el grupo de penitentes del barrio también participó en el recorrido. Fueron 22 personas, entre hombres y mujeres, que con una cruz, descalzos, túnica blanca y una corona de espinas, cumplieron alguna manda o agradecieron por algún milagro.
Algunas personas vieron la representación desde los balcones de sus casas y, aun cuando todo era actuación, hubo quien no evitó cerrar los ojos mientras golpeban a Luis (Jesús), o quienes con cara de tristeza lamentaron el momento.
Al regreso a la plaza de San Antonio, a las dos y media de la tarde, ocurrió la crucifixión. En este punto, Luis se notaba cansado.
Para simular esta fase lo amarraron de pies y manos en la cruz de madera que cargó durante todo el viacrucis.
Con ese acto finalizó la representación del Viernes Santo en San Antonio, después del paréntesis de tres años por la pandemia.
Durante el recorrido no hubo incidentes. Estuvieron presentes unos 500 feligreses de Chilpancingo en todas las actividades del Viernes Santo en el barrio de San Antonio.
Elementos de la Marina Armada de México, de la Polícia Estatal, Municipal y Protección Civil acompañaron el recorrido.
La presencia de los elementos de la Marina sorprendió a algunas personas. Estuvieron presentes debido a la operación en conjunto con la Policía Estatal, Policía Municipal y elementos de seguridad federal, por el repunte de la violencia en Chilpancingo.
En el recorrido, el sacerdote de San Antonio que dirigió el viacrucis habló sobre amor al prójimo, el cuidado a los hijos y a la familia.