Existe agua suficiente para Chilpancingo, lo que faltan son acciones institucionales

Texto: José Miguel Sánchez

Fotografía: Amílcar Juárez / Archivo

Chilpancingo

Guerrero comenzó el año con 7 por ciento de su territorio seco y 93 por ciento sin sequía, de acuerdo con el último reporte del Monitor de Sequía en México publicado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Aun cuando el panorama parece alentador, la realidad es que los habitantes de Chilpancingo continúan con desabasto de agua en sus hogares.

Los municipios que presentan una sequía moderada son José Azueta, La Unión y Coahuayutla en la Costa Grande; Tlacoachistlahuaca, Xochistlahuaca en la Costa Chica; Zirándaro, Cutzamala de Pinzón y Coyuca de Catalán en la Tierra Caliente.

La sequía moderada es el mínimo nivel de sequía que maneja dicho estudio, por lo que en Guerrero la falta de agua no es catalogada como un problema, caso contrario de los estados de Tamaulipas, Nuevo León y Querétaro que presentan una “sequía excepcional”.

El caso de Chilpancingo está catalogado como anormalmente seco, lo que significa que no hay sequía o falta de agua de manera preocupante.

La estadísticas difundidas por Conagua mencionan que 90 por ciento, casi la tercera parte de la entidad, está “anormalmente seca” o “DO”, que es como se catalogan los tipos de afectaciones.

Aun cuando en Guerrero, de acuerdo con los datos de Conagua, no existe un problema sobre el agua, el desabasto de agua en ciudades como Chilpancingo y Acapulco cada día crece sin que alguna autoridad pueda resolverlo.

En colonias del norte de Chilpancingo como la Azteca, Villas Laurel, PPS desde hace mes y medio la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (CAPACH) no garantiza el abasto de agua, de acuerdo con denuncias de algunos vecinos.

De acuerdo con la activista por el medio ambiente y coordinadora del Comité de Cuenca del Río Huacapa-Río Azul, Ángela Memije Alarcón, el caso de la falta de agua se debe a tres factores principales que impide a los ciudadanos de Chilpancingo el acceso al agua.

El primero es que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tenga una tarifa especial para los organismos operadores de agua. En el caso de CAPACH, de acuerdo con la última información que han hecho pública desde el organismo, debe a CFE 68 millones de pesos.

El otro caso es la voluntad política y financiera para que operen las seis plantas tratadoras que hay en la cuenca del río Huacapa; sólo opera la de Chilpancingo y no en un 100 por ciento, denunció Memije Alarcón en entrevista telefónica.

“En Chilpancingo tenemos mucha agua, pero hacen falta acciones de todos los niveles de gobierno para que podamos juntos resolver el tema”.

Otro de los problemas que genera el desabasto de agua o que en los centros de captación no haya suficiente agua, según la activista es la falta de estrategias de reforestación.

“No hay campañas verdades de reforestación, se tiene que reforestar Omiltemi que es la cabeza de la cuenca y el tema está olvidado por las autoridades y nosotros como sociedad hemos asumido el papel, pero no es suficiente”.

Actualmente habitantes de la comunidad de Acahuizotla desde el pasado viernes mantienen tomado el sistema de bombeo que está en su comunidad y que abastece de agua a una parte importante de la capital.

El pasado viernes, los pobladores de Acahuizotla tomaron las instalaciones de la planta de bombeo y suspendieron con ello el suministro de agua a la capital, porque la alcaldesa Norma Otilia Hernández Martínez incumplió compromisos que hizo para realizar obras de beneficio social.

Agua suficiente para Chilpancingo hay, de acuerdo con los estudios y análisis de la Conagua, lo que falta son otros esfuerzos institucionales.


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