Tlacolol – La biblioteca del Congreso, un monumento de la corrupción

Esta historia bien la podríamos resumir con un dicho, “biblioteca que se construye chueca jamás se endereza”.

Sí, hablamos de la construcción de la biblioteca del Congreso de Guerrero que para cuando concluya –si es que algún día la concluyen– será un monumento… a la corrupción.

Les contamos, de entrada, esta construcción ya se presupuestó en dos años consecutivos. ¡Que alguien nos explique!

La primera vez fue en 2022, en el Presupuesto de Egresos del gobierno del estado, en el anexo 21-A, al Congreso del Estado le asignaron cinco millones de pesos para un “cercado perimetral” y otros 20 millones para la construcción de “instalaciones comunes, biblioteca, salón de reuniones, salón de plenos, estudio de grabación, oficinas de atención, servicio médico, sindicato, equidad de género y transparencia”.

Este dinero lo asignaron del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas (FAFEF), un rubro que de acuerdo con la Ley de Coordinación Fiscal está destinado principalmente para el “saneamiento financiero”, es decir, para amortiguar deuda pública, sanear el pago de pensiones, modernizar sistemas de recaudación locales, y registros públicos de la propiedad y del comercio local, o catastros.

También este fondo debe utilizarse para proyectos de investigación científica y desarrollo tecnológico, sistemas de protección civil, apoyo a la educación pública, y para apoyar proyectos de infraestructura concesionada en donde se combinan recursos públicos y privados.

Acá la primera irregularidad, utilizaron un fondo que no es para construir obras pública, pero sobre todo es una incongruencia en un estado como Guerrero donde su crisis financiera es tan profunda como su corrupción, con una deuda pública casi impagable, con constantes protestas de adultos mayores por sus pensiones, sin apoyo a la investigación científica y con una infraestructura educativa paupérrima.

¿A poco para Guerrero es prioritario una biblioteca para las diputadas y los diputados? ¿De qué privilegios gozan?¿Leerán? (Sería bueno preguntarle cuáles son sus tres libros que han marcado su vida, así como a Quique Peña, ya nos imaginamos qué barbaridades responderían).

La segunda vez que presupuestaron la construcción de la biblioteca fue en el Presupuesto de Egresos de este año. Esta vez le asignaron a la Secretaría de Desarrollo Urbano, Obras Públicas y Ordenamiento Territorial 15 millones de pesos para la “terminación del edificio de la biblioteca del Congreso del Estado”, pero ya no con dinero del FAFEF, sino en el rubro de Inversión Estatal Directa (IED).

Hagamos la suma. Entre 2022 y 2023 le han presupuestado 40 millones de pesos a la construcción de la biblioteca.

En el primer año fueron en total 25 millones y, ¿qué creen?, la obra está tirada, ni siquiera le han pegado un tabique. Ni uno solo.

¿Qué hicieron con esos 25 millones de pesos? ¿A poco no les alcanzó? Pues, no.

El 22 de diciembre, la gobernadora, la morenista Evelyn Salgado Pineda, junto con su papá, el jefe del clan, el senador de la República, Félix Salgado Macedonio, dieron el banderazo para la segunda etapa de la construcción de la biblioteca.

Esa vez, la gober anunció un presupuesto de 20 millones, que se supone se tuvo que ejercer en 2022, pero resulta que desde ese día la obra sigue botada o sólo que con el clan de los Salgado se esté instaurando un nuevo modelo de ejecución obras públicas: se dan los banderazos de obras en 2022 con presupuesto de 2023.

Del anuncio de la gober, la presidenta de la Jucopo, Yoloczin Domínguez Serna, aclaró que de esos 20 millones de pesos ya se habían gastado nueve millones 600 mil pesos en la demolición y cimentación. Sí. ¡Nueve millones 600 mil pesos para derrumbar el edificio!

Hagamos las cuentas: si inicialmente teníamos 25 millones y se gastaron casi 10 en la demolición, entonces, nos quedan 15 melones. ¿Dónde están esos 15 millones? ¿Dónde está el “cercado perimetral”? ¿Quién se los quedó? ¿Qué hicieron con ellos? ¿Quién va dar una explicación? ¿O están esperando a que se olvide el asunto? ¿No es un subejercicio?

Pero volvamos al inicio, “biblioteca que se construye chueca jamás se endereza”.

La construcción de una nueva biblioteca en Congreso de Guerrero nunca fue una necesidad, más bien fue un capricho (o negocio) de El Reyecito, el ex coordinador de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), el morenista Alfredo Sánchez Ezquivel.

Sin ningún argumento técnico, El Reyecito se empecinó para que demolieran la biblioteca y construyera una nueva.

En dos dictámenes, la Secretaría Protección Civil determinó que no era necesaria la demolición del edificio pese a los daños provocados por el sismo de septiembre del 2021 y otros imperfectos.

Aún así, El Reyecito insistió en que la demolieran, es decir, quería una obra y maniobró para que la realizara la empresa de Servando de Jesús Salgado Guzmán, un personaje que en la pasada legislatura fue diputado por el PT, luego de Morena y terminó en la bancada del PRD e intentó reelegirse por el PAN.

¿Por qué El Reyecito insistió en que la obra la construyera la empresa de Salgado Guzmán? ¿Qué intereses tenía en la demolición y construcción de una nueva biblioteca? ¿Qué le ofrecieron?

Con el nuevo relanzamiento de la obra, la cosa no deja de ir chueca, hasta ahora la secretaria de Obras Públicas y Ordenamiento Territorial, Irene Jiménez Montiel, ha omitido informar quién ganó la licitación de la obra, tampoco si la dependencia a su cargo ya cuenta con los dictámenes, permiso o licencia de bancos de materiales (excavaciones donde se extraen grava, piedra y arena), así como los derechos de propiedad que expiden las autoridades del municipio como lo establece la Ley de Obras Públicas y sus Servicios número 266.

En todo este enredo, el colmo sería que la obra siga en manos de la empresa de Salgado Guzmán o ¿se atreverán a asignarla a una de las empresas de la familia de El Chicle, el coordinador general operativo de la Oficina de la gobernadora, Rubén Hernández Fuentes? Sólo es una pregunta, con eso que nos cuentan que es el mero mero que palomea las obras.

Esta triste historia por supuesto no termina aquí, va para largo. ¿Qué creen? La Auditoría Superior de la Federación (ASF), nos cuentan, ya inició una investigación de todo este desmadre. Así que atentos.

CHIRRIONAZO.- El miércoles 4 de enero en la mañana, la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, mejor conocida como “Norma Pachangas” echó la casa por la ventana con dinero del erario público para festejarle a un grupo numeroso de periodistas de Chilpancingo, porque supuestamente era su día. Pero mientras la edil repartía regalos y pagó el desayuno a sus aduladores (periodistas), la gente de las colonias siguen sufriendo la falta del servicio de agua potable porque la CFE le cortó el suministro de energía eléctrica nada más ni nada menos porque no pagan. Así de ese tamaño se las gasta la alcaldesa que pretende brincar a otro cargo en el 2024.

Colaboración especial en Amapola periodismo de sus brothers, sus panas, hermanos, su sangre y su clicka: Arturo de Dios Palma, Emiliano Tizapa Lucena y Jesús Guerrero Salgado. eltlacololcolumna@gmail.com Aquí nos pueden enviar sus comentarios y chismesitos.

 

*Tlacolol es una columna satírica que cuestiona los hechos y dichos de lo que acontece en Guerrero. La opinión vertida en esta columna es responsabilidad de sus autores. Agradecemos el espacio a Amapola Periodismo por respetar la libertad de expresión y no censurar nuestras opiniones e interpretaciones.

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