Cambio Climático: ¿Estamos llegando al punto de no retorno? (Parte 1)

En 1988, un año después de la publicación del “Informe Brundtland” que introdujo la noción de sostenibilidad a la agenda global, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Meteorológica Mundial inauguraron el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés).

La misión del IPCC es agrupar científicas de todo el mundo para estudiar y atender el cambio climático. Esta misión se cumple con la publicación de reportes periódicos, publicados en tres partes correspondientes a los tres grupos de trabajo del IPCC.

En agosto de 2021 se publicó el primer volumen del sexto reporte de evaluación (AR6), atendiendo la base científica y física del cambio climático.

En marzo de 2022 se publicó el segundo volumen, abordando las consecuencias socioeconómicas y las estrategias de adaptación. Finalmente, a principios de abril, se publicó el tercer volumen, que documenta las estrategias existentes para mitigar el cambio climático. Aquí la primera parte de este análisis puntual.


Texto: Andrés de la Peña / Zona Docs

Fotografía: Zona Docs

21 de abril de 2022

 

Punto de no retorno: el primer volumen del AR6 y lo que sabíamos hasta ahora

El primer volumen del AR6 fue un cubetazo de agua fría para el mundo, pues reveló que las consecuencias del cambio climático serán más dramáticas y más inmediatas de lo que creía la comunidad científica internacional; se encontró que varios fenómenos, como el aumento en el nivel del mar, se han vuelto completamente irreversibles, incluso en los mejores escenarios.

Desde 2014, con base en la evidencia sobre vías de solución plausibles y sobre los potenciales daños, se estableció la meta global de limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados sobre el nivel preindustrial para el año 2100.

Este primer volumen del AR6 dejó claro que la humanidad no está nada cerca de lograr su meta. De hecho, con el nivel de emisiones actual, habremos emitido suficientes gases de efecto invernadero como para fracasar oficialmente para el año 2030.

Qué tan atrasados estamos: el “presupuesto de carbón”

Un concepto útil para visualizar la realidad de estos datos es el “presupuesto de carbono”: la cantidad de gigatoneladas de dióxido de carbono que puede emitir la humanidad antes de fracasar en su meta de limitar el calentamiento global.

A partir de 2020, a la humanidad le “quedaban” 400 gigatoneladas de dióxido de carbono si quería mantener un 67% de probabilidades de sobrepasar los 1.5 grados centígrados de calentamiento: cerca de 300 gigatoneladas menos a las que se habían estimado en el reporte anterior.

Consecuencias socioeconómicas: el segundo volumen del AR6

El AR6 innovó sobre el AR5 al pasar del sistema de escenarios “RPC” al sistema de escenarios de caminos sociopolíticos compartidos (SSP por sus siglas en inglés). El panel estableció 5 SSP atendiendo a diferentes niveles de calentamiento global estimados para el año 2100, proyectando desde 1.9 a 8.5 grados centígrados de calentamiento.

El segundo volumen aborda las principales consecuencias socioeconómicas y ecosistémicas del cambio climático bajo el sistema de escenarios SSP, así como las principales estrategias de adaptación que podrían minimizar las pérdidas.

Estos escenarios son útiles para una diversidad de usos. Uno de ellos es la categorización de riesgos. El segundo volumen del AR6 toma estos escenarios y asocia cada uno con 5 causas de preocupación (RFC por sus siglas en inglés), que se refieren a cadenas de eventos preocupantes por el impacto que tienen en los sistemas humanos y naturales.

Las RFC son las siguientes: ecosistemas únicos y amenazados (RFC1); eventos meteorológicos extremos (RFC2); desigualdad en la distribución de los impactos del cambio climático (RFC3); agregación de impactos del cambio climático (RFC4); “eventos singulares de gran escala”: puntos de no retorno y cambios irreversibles (RFC5).

De acuerdo con los escenarios, el riesgo en estos cinco rubros en el escenario más optimista, el SSP1-1.9, es “alto” para los dos (RFC1 y RFC2) y moderado para los demás. Sin embargo, para el escenario medio (SSP2-4.5) ya se considera “muy alto” el riesgo en los primeros dos rubros y alto en los demás.

El principal punto que comunica este cuidadoso trabajo de proyección es el siguiente: cada fracción de diferencia que se pueda hacer en cuanto a la temperatura global tiene un impacto significativo en la sociedad.

Los daños en México hasta ahora: lo que no se puede prevenir

La situación particular de Norteamérica es compleja. Se trata de una región sumamente diversa y con gran variación de latitud: desde las placas árticas con las cuales colinda Canadá hasta las zonas tropicales al sur de México. Por ello es una región con muchos riesgos e impactos posibles.

El cambio climático ya ha reducido la productividad agrícola regional en un 12.5% desde 1961. Sin embargo, México ha sido el país más afectado por este efecto, habiendo perdido entre el 25% y el 30% de su productividad agrícola por efectos relacionados exclusivamente con el cambio climático. Otro riesgo importante para México es el de salud pública: la salud mental, la mortalidad y la morbilidad son sensibles a la temperatura y los climas extremos.

Igualmente, como uno de los países más biodiversos del mundo, México enfrenta un riesgo de degradación de ecosistemas marinos, costeros y terrestres. Esta degradación tiene efectos secundarios, ya que los ecosistemas amortiguan diferentes choques. Por ejemplo: los manglares rompen olas cuando hay huracanes, evitando inundaciones.

El IPCC estima que Norteamérica también ve amenazadas sus reservas de agua dulce, por lo cual se espera que la región tendrá menor superficie arable y menor acceso a agua de calidad. Esto perjudica a la alimentación en el continente, y amenaza todas las cadenas de alimentos.

La temperatura promedio anual aumentó dentro de Norteamérica, y seguirá aumentando. El noroeste de México observó un aumento en las temperaturas máximas de verano y menos lluvia a lo largo del año, lo cual afectará a la agricultura y ganadería. Son inevitables sequías más profundas y más largas en todo el país, pero el norte será el más afectado por estas.

La precipitación es otro sistema más que se verá gravemente afectado: la intensidad y frecuencia de eventos de precipitación intensa de un solo día ha aumentado desde mediados del siglo XX.

También ha aumentado la proporción de huracanes en categorías altas, afectando a las dos costas del país; los ciclones tropicales estacionales incrementarán su volumen de agua y la velocidad de sus vientos. En todo el mundo, el calentamiento global implica temporadas de lluvias más cortas, con menos lluvia en total cada año pero con eventos de precipitación dramáticos y capaces de producir inundaciones.

El derretimiento de hielo marítimo e incremento en el nivel del mar son seguros, por lo que se esperan mayores inundaciones en las dos costas del país. También se espera una mayor frecuencia e intensidad de olas de calor, particularmente en el norte y en la región del Golfo de México.

Percepción en Norteamérica: ¿existe el cambio climático o es todo una conspiración?

A pesar de que existe un consenso sobre el cambio climático antropogénico en la comunidad científica, existe una polarización y un debate activo sobre su existencia en el nivel público y político, así como sobre sus riesgos para la sociedad.

En un entorno de desconfianza hacia los expertos, las instituciones, los medios de comunicación e incluso los grupos ambientalistas, el IPCC detecta que la percepción pública limita la toma de decisiones.

La politización de la ciencia es un fenómeno más prevalente en Estados Unidos, en el contexto del trumpismo. Sin embargo, el AR6 menciona dos estudios en México: uno encontró que solo el 73% de las mexicanas considera que el cambio climático representa una amenaza mayor a la economía, el medio ambiente y la sociedad; el segundo encontró que solo el 85% cree en el cambio climático causado por la acción humana.

El reporte declara:

“La desinformación retórica sobre el cambio climático y socavamiento deliberado de la ciencia también han contribuido a percepciones erróneas sobre el consenso científico, la incertidumbre, y han desestimado el riesgo y urgencia”.

En el mismo sentido, se señalan las omisiones y actuaciones irresponsables por parte de los medios de comunicación, que han alimentado la creación de un “debate”:

“La norma periodística del “balance” de perspectivas (dar igual peso a lo que dicen la comunidad científica y su oposición en cuanto al reporteo climático) sesga la cobertura al amplificar desigualmente algunos mensajes que no se sostienen en la ciencia, contribuyendo a la politización de la ciencia, el esparcimiento de desinformación, y reduciendo el consenso público para la acción”.

Los riesgos clave para Norteamérica

Dentro de los daños económicos que se esperan, también se incluye la expectativa de impactos en el turismo. En el caso mexicano, el reporte menciona el peligro de blanqueamiento y muerte de los arrecifes de coral en la península de Yucatán y en el Golfo de México. Igualmente, se espera una intensificación en las mareas de sargazo en las costas del Golfo y también en las del Océano Pacífico.

Esta amenaza es de particular importancia para México dado que es una de las potencias turísticas mundiales. El mismo reporte cita un estudio conducido en 2019 donde se encontró que el 30% de los hoteles en el Golfo de México están expuestos a inundaciones por el aumento en el nivel del mar, mientras que 66% se encuentran situados en playas en proceso de erosión. Algunos arrecifes ya se han visto impactados, como el arrecife de la bahía de Akumal, en Yucatán, que perdió un 79% de su cobertura entre 2011 y 2014.

La seguridad alimentaria es otro tema delicado en el reporte. Habrá una pérdida de productividad, pero la inocuidad de los alimentos también se ve amenazada: con mayores temperaturas se espera mayor prevalencia de parásitos y enfermedades transmitidas mediante la ingesta de alimentos contaminados.

El IPCC proyecta ver más prevalencia de la bacteria vibrio parahaemolyticus en almejas, los coliformes, la salmonella, la bacteria campylobacter acarreada por moscas y transmitida en la comida, el cólera, entre otras.

También se verá impactada la producción hidroeléctrica: en Canadá se esperan aumentos debido al deshielo, pero en México se espera una pérdida de por lo menos 20%. Esto es grave, ya que la energía hidroeléctrica representa el 25% de la capacidad instalada y es la energía renovable más prevalente en el país, mientras que la energía solar y eólica no representa más del 5%. Al mismo tiempo, las altas temperaturas incrementarán la demanda eléctrica al intensificar las necesidades de refrigeración.

Finalmente, las siguientes décadas producirán grandes números de desplazados climáticos, que tendrán, desde el marco del derecho internacional público, la facultad de solicitar refugio en México:

“La migración y los desplazamientos asociados con los peligros climáticos se están volviendo más frecuentes en Centroamérica y Sudamérica, y se espera que continúen aumentando”.

La frecuencia de sequías, tormentas tropicales, huracanes, deslaves e inundaciones ya intensifican el desplazamiento en Guatemala, Honduras y El Salvador, donde se ve amenazada la seguridad alimentaria. Brasil podría perder 900 mil habitantes debido al desplazamiento que producirá tan solo el aumento del nivel del mar.

Guerrero 2024: elección sin decisión