En 2018 la ciudad de Chilapa fue catalogado como el segundo municipio más violento del país con una tasa de 139 asesinatos por cada 100 mil habitantes, cuando el promedio en México en aquel entonces era de 16.9
Texto: José Miguel Sánchez
Fotografía: Amílcar Juárez
20 de abril de 2022
Chilapa
El polémico obispo de la diócesis Chilpancingo – Chilapa, Salvador Rangel Mendoza después de tantos anuncios, finalmente dejó su cargo.
De manera oficial en su lugar llegó el franciscano José de Jesús González Hernández, de Jalisco. Este valorará si continúa con las prácticas de dialogar con grupos del crimen organizado como lo hacía su antecesor, según Rangel, para pacificar el estado.
La misa de toma de posesión canónica, como la llama la comunidad católica, se llevó a cabo en la catedral Asunción de María de Chilapa, la primera sede de la diócesis de Chilpancingo- Chilapa.
Este día los feligreses no notan que elementos de seguridad de distintas corporaciones resguardan el evento y se centran en recibir al nuevo obispo y despedir a Salvador Rangel, a quienes reciben con confeti, papel picado, cadenas de flores y coronas de pan tradicional de la región.
Un evento de recibimiento organizó la comunidad católica de la región Centro a los obispos, el cual comenzó con un recorrido de un kilómetro aproximadamente desde la estatua de Eucaria Apreza a la catedral ubicada en el centro de la ciudad.
Asistieron alrededor de 100 personas, entre feligreses, sacerdotes de la región y algunos funcionarios del ayuntamiento municipal liderados por el diputado local priista Jesús Parra García, ex alcalde de Chilapa y suplente de Ulises Fabián Nava, candidato a la alcaldía asesinado en 2015. Él le entregó las llaves de la ciudad a González Hernández.
A las afueras de la catedral hay mucha seguridad, agentes de tránsito y policía municipal resguardan los accesos y las calles aledañas, mientras patrullas del Ejército Mexicano y Guardia Nacional dieron rondines continuos.
Chilapa es la entrada a la región Montaña de Guerrero, la zona indígena del estado, y una de las ciudades más violentas. El pasado 31 de marzo fueron localizadas seis cabezas humanas sobre una camioneta en la avenida Eucaria Apreza, la principal de la ciudad, además en el lugar había un mensaje donde se decía que en Chilapa está prohibida la venta de ciertas drogas, el secuestro y la extorsión.
Horas después del hallazgo la Fiscalía General del Estado (FGE) dijo que inició una carpeta de investigación por el delito de homicidio calificado en agravio de seis personas. A casi un mes de los hechos el crimen está impune.
El Centro de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón indica que en los municipios de Chilapa y Zitlala más de dos mil personas fueron desplazadas por la violencia en los últimos años. Además, en 2015 Chilapa vivió la peor crisis de desaparición forzada del estado, luego del caso Ayotzinapa.
De acuerdo a la FGE en la zona, que representa la tasa más alta de violencia política por el asesinato de candidatos en el estado, operan dos grupos criminales, Los Ardillos y Los Rojos que, entre otras actividades, de acuerdo a los pobladores, han asesinado a ciudadanos, algunos pertenecientes a grupos de policías comunitarias.
Los Ardillos, de acuerdo a la información proporcionada por las autoridades son un grupo del crimen organizado que fue fundado por Celso Ortega Rosas, a quien se apodaban La Ardilla, padre de Bernardo Ortega Jiménez, ex alcalde de Quechultenango, ex presidente del congreso local por el PRD y actualmente diputado reelecto por el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Al morir el líder fundador Celso Ortega Rosas, sus dos hijos, Celso y Antonio Ortega Jiménez, hermanos del político, quedaron al frente de la organización.
En 2018 la ciudad de Chilapa fue catalogada como el segundo municipio más violento del país con una tasa de 139 asesinatos por cada 100 mil habitantes, cuando el promedio en México en aquel entonces era de 16.9.
Chilapa es conocida en el estado por sus artesanías, el tianguis que se instala los domingos en el mercado central, y por su catedral, pero pasó de ser una punto turístico a ser el segundo municipio más violento en el año 2014, sólo detrás de Tecomán en el estado de Colima.
En ese contexto de violencia Rangel Mendoza dijo que entabló comunicación con los grupos del crimen para liberar a personas secuestradas y desaparecidas.
Rangel Mendoza dejó el cargo a los 75 años, ya que de acuerdo con las leyes canónicas de la iglesia católica esa es la edad máxima en la que un sacerdote puede estar en funciones.
En su lugar llegó el presbítero José de Jesús González Hernández quien fue nombrado oficialmente obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa.
Durante la misa Salvador Rangel fue nombrado como obispo emérito y administrador apostólico.
Durante el recorrido los feligreses que acompañaron al nuevo obispo coreaban vivas y porras.
Al término de la toma de posesión, el nuevo obispo, González Hernández, ofició su primer misa. Unos 50 feligreses le ofrecieron obispo.
Mujeres con ropa tradicional de Acatlán y de Tepozonalco se acercaron al altar donde estaba González Hernández y le entregaron bolsas con maíz, frijol o fruta.
Los sacerdotes regalaron cuadros, algunos con el logo de la diócesis Chilpancingo – Chilapa, además de un retrato de Hernández González.
Ya nombrado obispo emérito Rangel Mendoza le deseó suerte a González Hernández y le dijo que tiene una gran responsabilidad porque en Guerrero: «existe un buen número de católicos y es un pueblo religioso», así se despidió Salvador Rangel.
En su primer sermón, Hernández González agradeció a la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, a la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez y al diputado priista Jesús Parra por las atenciones recibidas.
No mencionó la violencia que se vive en la zona.