«Venimos a buscar a nuestros hijos no a los culpables», dicen los religiosos supliendo el papel investigativo de la Fiscalía General del Estado, al recuperar a víctimas
Texto: Jesús Guerrero
Fotografía: José Luis de la Cruz y Oscar Guerrero / Archivo
2 de marzo del 2022
Chilpancingo
Ante la inacción de las autoridades federales y estatales para contener la violencia en Guerrero, representantes de la iglesia católica ha interceden con grupos del crimen organizado para que dejen en libertad a sus víctimas y evitar que los asesinen o desaparezcan.
Es el obispo de la diócesis Chilpancingo Chilapa, Salvador Rangel Mendoza y el sacerdote de la iglesia de Zumpango, José Filiberto Velázquez lograron salvar con vida a unas diez personas que estaban en poder de grupos delictivos.
Tanto el obispo, quien ha mostrado abiertamente la interlocución que tiene con integrantes de varios grupos criminales que operan en Guerrero, como el sacerdote que acompaña a víctimas de desaparición forzada, desplazamiento forzado interno y otros delitos, dicen que ellos trabajan bajo la consigna: «venimos a buscar a nuestros hijos no a los culpables».
«El trabajo de persecución e investigación es de la Fiscalía, no de nosotros», aclaró, el sacerdote, José Filiberto Velázquez.
Velázquez narra que lo que ellos hacen es mediar con los integrantes de alguna organización delictiva, pero de ninguna manera «nos sentamos con ellos a comer o a beber».
El padre, fundador de la organización de derechos humanos Centro de Derechos Humanos «Minerva Bello», contó que a mediados del 2021 logró negociar con integrantes de un grupo delictivo de Chilapa la libertad de cuatro jóvenes.
«Los padres de los cuatro muchachos me contactaron y me pidieron que buscara la manera de hablar con esas personas y pues logré contactar con ellos (los del grupo delictivo) y los liberaron», dijo.
En el caso de los cuatro jóvenes que fueron privados de su libertad afirmó que él pudo contactar con algunos feligreses que acuden a las misas para que ellos pudieran hablar con los secuestradores.
Mencionó que esas personas de esa organización delictiva les dijeron que los cuatro jóvenes que tenían secuestradas se dedicaban a traficar cristal en Chilapa.
El cristal, es una droga sintética cuyos efectos pueden ser mortales.
«Nos pidieron (los de la delincuencia) que habláramos con los padres de los cuatro muchachos para que se comprometieran a que sus hijos ya no volverían a realizar ese tipo de actividades delictivas.
El párroco que actualmente presta sus servicios en una iglesia de Zumpango de Neri, contó que los padres de los muchachos secuestrados ignoraban que se dedicaran a esas actividades ilícitas.
Señaló que dos días después de que habló con los integrantes de ese grupo delictivo dejaron en libertad a sus víctimas sin hacerles ningún daño.
El presbítero dijo que si no se hubiera actuado a tiempo seguramente los cuatro muchachos ya formaran parte de la gran lista de personas desaparecidas en Chilapa.
«Se oye mal que uno hable con esas personas (delincuentes) pero es mejor dialogar para encontrar personas vivas que buscar personas muertas», afirmó.
Desde el 2021, José Filiberto tiene medidas cautelares por parte del gobierno federal debido a que recibió amenazas de una organización criminal que opera en el Estado de México.
También varios de sus familiares que aún viven en aquella entidad fueron amenazados.
«Tengo un botón de pánico y cuando me traslado a un lugar yo aviso para que me brinden seguridad», aseveró.
Por su parte, el obispo de la diócesis Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, señaló que existen «ciertos arreglos» entre el gobierno y las bandas criminales en Guerrero para que estas últimas actúen en la impunidad secuestrando y desapareciendo gente.
«Nosotros, en mi caso, yo he logrado hablar con esas gentes (delincuentes) y convencerlos para que dejen en libertad a sus víctimas», expresó.
Recordó que él intercedió para que dos grupos dejaran en libertad a varias personas que las tenían secuestradas en la localidad de Tierra Colorada.
«También hemos logrado que un grupo de la delincuencia hayan liberado a varios sacerdotes», expresó el obispo quien después del mes de abril próximo dejará de ser obispo debido a que ya se jubiló.
En julio del 2021, familiares del ex jugador del equipo de futbol Los Avispones y trabajador de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) Alberto Castañón Flores le pidieron al obispo Salvador Rangel Mendoza su intervención para que un grupo de la delincuencia que opera en Chilpancingo lo dejara en libertad.
Rangel Mendoza accedió buscar que grupo tenía cautivo a Alberto Castañón pero finalmente el ex empleado de la SCT, fue hallado muerto el 5 de agosto del 2021, 40 días después de su secuestro.
Desde hace siete años en que el Papa Francisco lo nombró obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel ha entablado diálogo con diversos grupos de la delincuencia organizada de Guerrero y según él, para lograr la paz e incluso para negociar la libertad de personas que han sido capturadas por esos grupos.
El obispo presume que a lo largo de estos siete años de estar en Guerrero ha podido platicar con líderes de los grupos delictivos que operan en la Sierra, Iguala, y Chilapa.
Durante el gobierno del priísta Héctor Astudillo Flores, Rangel Mendoza le propuso a éste negociar con los líderes del narcotráfico para, según él, pacificar el estado.
Astudillo rechazó la propuesta del obispo.
Con la morenista Evelyn Salgado Pineda, Rangel Mendoza también le hizo la misma propuesta pero tampoco ha obtenido respuesta positiva.
En las próximas semanas, José de Jesús González Hernández, va a suplir en el obispado a Salvador Rangel Mendoza.
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