En un contexto de violencia exacerbada, los policías armados con pistolas de alto calibre cuidan las oficinas ubicadas cerca del primer cuadro de la capital. Los elementos llegaron en dos patrullas y sin equipo antimotín como lo establece el protocolo la actuación policial de fuerza antidisturbios
Texto: Jesús Guerrero
Fotografía: Especial
2 de febrero del 2022
Chilpancingo
Diez policías estatales armados con fusiles R-15 se apostaron en la entrada de las oficinas estatales del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para evitar que normalistas de Ayotzinapa y militantes de organizaciones sociales se introdujeran al edificio y realizaran destrozos como lo han hecho en otras ocasiones.
El contingente de más de mil personas, entre estudiantes de Ayotzinapa, padres de los 43, colectivos de familiares de desaparecidos y maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación del Estado de Guerrero (CETEG) que marcharon en protesta por la violencia e inseguridad, desvió su camino.
El plan de la protesta de los manifestantes era caminar por la avenida Miguel Alemán y realizar un mitin frente a las oficinas estatales del Sol Azteca, partido del cual varios gobernantes como Ángel Aguirre Rivero han sido señalados como responsables de masacres y tragedias, como la del 26 de septiembre del 2014 en Iguala, donde fueron desaparecidos 43 normalistas.
De último momento, el contingente cambió el plan y los activistas marcharon por la avenida Ignacio Ramírez y dieron la vuelta por donde están las oficinas de este partido político que ya estaba resguardado con un grupo de agentes estatales.
Los policías que llegaron en dos patrullas portaban armas de cargo de alto poder y no con equipo antimotín como lo establece el protocolo la actuación policial de fuerza antidisturbios.
Blindar oficinas públicas, una vieja tradición
Desde el 2014 después de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala, los estudiantes, maestros y militantes de organizaciones sociales que demandan la presentación con vida de los jóvenes han atacado las instalaciones del PRD estatal aquí en Chilpancingo.
El edificio ha sido pintarrajeado con consignas por los 43, castigo al ex gobernador Ángel Aguirre y ha sido atacado con bombas molotov y petardos. Los daños materiales han sido cuantiosos.
En septiembre del 2021 cuando se cumplieron siete años de la desaparición de los 43, la puerta de acero del inmueble fue derribada por los normalistas y luego estallaron petardos y destrozaron el mobiliario de oficina.
Este edificio que todavía en la década de los ochentas albergaba las oficinas del desaparecido Partido Comunista Mexicano (PCM) pasó como propiedad del PRD en 1990.
Desde el pasado viernes 28 de este mes, elementos de la Guardia Nacional (GN) y policías estatales custodian las casetas de Palo Blanco, La Venta y Paso Morelos de la autopista del Sol Cuernavaca-Acapulco para evitar que estas sean tomadas por los normalistas de Ayotzinapa y los padres de los 43 desaparecidos y otras organizaciones sociales.
Desde hace siete años cuando inició el movimiento para exigir la presentación con vida de los 43 normalistas y su presentación con vida, los estudiantes tomaban las casetas para pedir cooperación económica a los automovilistas e informarles el motivo de su protesta.
Según los dirigentes estudiantiles de la Normal, los recursos económicos que obtenían por las cooperaciones en las casetas es para financiar el movimiento de protesta.
Este miércoles, a petición del dirigente estatal del PRD, Alberto Catalán Bastida, la gobernadora morenista Evelyn Salgado Pineda ordenó que se enviara un grupo de policías armados a las oficinas de este partido para evitar que sufriera una vez más destrozos por parte de los estudiantes.