Suman en el estado 35,556 contagios confirmados de Covid-19 y 3,666 defunciones a causa de esta enfermedad
Texto: Beatriz García
Fotografía: José Luis de la Cruz
4 de marzo del 2021
Chilpancingo
En la capital la vida parece fluir “normal”. El cambio del semáforo epidemiológico de rojo a amarillo, sin pasar por el naranja, por la pandemia de la Covid-19, no hace la diferencia en las calles de Chilpancingo, donde la afluencia de personas permea desde hace tiempo.
El gobierno del estado oficializó el cambio de color y al día siguiente el gobernador Héctor Astudillo Flores anunció el Abierto Mexicano de Tenis, que se realizará del 15 al 20 de marzo en Acapulco. En el comunicado que emitió precisó que la derrama económica que deja este evento es de 800 millones de pesos.
La consiga con la que el gobierno del estado ampara esta decisión es que se deben seguir los protocolos sanitarios, porque el cambio es para recuperar los ingresos y empleos, y para eso abre la puerta a los actos masivos, como podría ser el Abierto de Tenis.
Tan sólo en la capital, desde hace meses, las personas tuvieron la necesidad o simplemente salieron, después de un largo encierro, a los bancos, a las tiendas, a los supermercados, a los restaurantes. Hay quienes, entre usuarios, locatarios, empresarios y comerciantes que cumplen con las medidas sanitarias, y otros simplemente salen como si la pandemia no existiera.
Este miércoles, en la avenida Guerrero se notaron las consecuencias de la decisión sanitaria, en la sucursal de Banco Azteca, supuestamente para no saturar de clientes las instalaciones, indicaron que en una fila esperaran su turno. Se formaron unas 30 personas que terminaron por obstaculizar el paso de los transeúntes. Mientras que dentro se regula en número de personas, fuera hay un descontrol; es el único espacio para que la gente camine por la avenida.
Los túneles de desinfección permanecen a los alrededores del zócalo, fuera de las tiendas comerciales de la colonia Universal, en la terminal. Si corres con suerte al pasar te rocían una buena cantidad de desinfectante, otras veces apenas la brisa toca tu cabeza, otras veces nada.
A casi un año de que se declarara la cuarentena en el país, sitios como los bancos tienen marcados los señalamientos que indican la distancia. Algunas personas toman en cuenta las indicaciones, otros no. En el banco Santander, ubicado en el zócalo, las filas a diario son inmensas, no hay señalamientos y los clientes no respetan la sana distancia, porque tampoco hay espacio, hay un permanente flujo de personas en la zona.
También entre los comerciantes de alrededor del centro de la ciudad, unos traen cubrebocas y otros no.
Las actividades y aforos permitidos en semáforo amarillo para Guerrero del 1 al 14 de marzo son: hoteles y establecimientos de alojamiento temporal, se aumentó su capacidad del 30 al 50 por ciento; la misma capacidad se autorizó para playas, yates de recreo, deportes acuáticos, albercas públicas.
Ese 50 por ciento también aplica para transporte público, supermercados, tiendas de autoservicio, departamentales, almacenes, centros comerciales, zócalos, aunque sigue prohibido el ingreso de niños.
En Chilpancingo el zócalo sigue cercado con vallas para evitar aglomeraciones en su interior. Pero al mismo tiempo también provocó que alrededor, donde hay tiendas y bancos, principalmente, se sature y aglomere la gente.
En enero pasado que Guerrero volvió a color rojo en el semáforo epidemiológico, después de un aumento de casos porque las autoridades autorizaron de naranja a amarillo para el periodo vacacional de diciembre a lugares turísticos, hubo operativos de diferentes cuerpos policiacos y de Tránsito estatal y municipal.
Por primera vez los choferes de trasporte público, en la mayoría, se les vio usar el cubrebocas. Antes las denuncias eran constantes que la mayoría de las Urvan trabajaban su capacidad saturadas; los choferes llevaban usuarios sentados y parados. Por esa razón los operativos.
Las brigadas de trabajadores del gobierno del estado y el municipio que invitan mediante un megáfono a cumplir las medidas sanitarias siguen recorriendo calles y avenidas. Se distinguen con playeras blancas, gorras del mismo color, mamparas en las que indican los medidas a seguir y con gel antibacterial en mano.
Este cambio en el semáforo epidemiológico también se da previo a la temporada vacacional de Semana Santa.
El ayuntamiento de Chilpancingo presentó un cartel a propósito del cambio de color que dice: “El semáforo amarillo es para recuperar ingresos y empleos, no tu vida social”.
Pero con esta decisión del gobierno del estado da cabida para que los visitantes lleguen a las zonas turísticas del estado y para que los guerrerenses salgan a los lugares y eventos que ellos mismo promocionan. En eso estriba la derrama económica que siempre ponderan en sus reportes.
Lo mismo pasó en diciembre. Turistas llegaron a los puertos a pasar la celebración de Navidad y año nuevo, y una vez concluido el periodo vacacional se regresó a semáforo rojo, porque los contagios de SAR-CoV-2 aumentaron.
Hasta el miércoles, de acuerdo al reporte diario de Salud estatal, sumaban 35,556 contagios confirmados de la Covid-19, y 3,666 defunciones. De los acumulados 639 están activos. En las últimas 24 horas se registraron 123 nuevos casos.