Represalias contra dos trabajadoras de Salud por participar en movilizaciones

A una la dieron de baja y a la otra la cambiaron de adscripción


 

Texto y fotografía: Beatriz García

1 de marzo del 2021

Chilpancingo

 

El 8 de febrero a la enfermera del Hospital General de Huitzuco, Laura Salmerón Angelina, le informaron que estaba dada de baja.

 

Un mes anterior, Laura participó en una serie de movilizaciones para exigir mejoras laborales, recontrataciones y bases.

 

El mismo 8 de febrero los trabajadores eventuales marcharon en la capital rumbo a las oficinas del Poder Ejecutivo del estado para exigir mejoras laborales, recontrataciones y bases. Ese día, los trabajadores fueron desalojados por policías antimotines.

 

Laura no cuenta con un documento oficial de que fue dada de baja. La jefa de Enfermeras del Hospital General de Huitzuco, Mariana Pacheco Castrejón, de forma verbal le comunicó que estaba suspendida. Fue al área de Recursos Humanos y ahí se enteró que estaba dada de baja.

 

Solicitó un documento oficial. Solo le dijeron que eran indicaciones de oficinas centrales de la Secretaría de Salud y Asistencia (SSA), que si tenía dudas acudiera a la Secretaría de Finanzas del estado.

 

La jefa de Enfermeras le comunicó que debía seguir yendo al Hospital hasta que la dieran de baja. Su pago quincenal no ha sido suspendido.

 

Al siguiente día que supuestamente la dieron de baja, Laura se presentó al Hospital. Checó su asistencia en un aparato digital pero se percató que la máquina no registró su asistencia.

 

De inmediato llamó a oficinas centrales para preguntar su situación. Le dijeron que se presentara a laborar porque su contrato estaba vigente y que si faltaba iba a tener problemas.

 

Al siguiente día quiso volver a checar y nuevamente el aparato no registró su asistencia.

 

 

Ese día en el hospital la abordó nuevamente la jefa de enfermeras. Le reclamó que no quería entender, que ya no formaba parte de la institución y que se retirara, porque si algo se perdía la iban a culpar.

 

Al siguiente día redacto un documento para notificar al administrador del Hospital su situación, pues en oficinas centrales le dijeron que él debía mediar el problema. Lo entregó pero no resolvió nada. Entonces tuvo que venir a la capital a notificar en oficinas centrales, quedaron en reubicarla. Laura sigue en espera de su reubicación.

 

La situación de la enfermera es incierta, no sabe en qué momento le dejarán de depositar, porque en oficinas centrales le dicen que se presente y en el hospital le dicen que está dada de baja, y que si se presenta la sacarán los guardias.

 

La trabajadora consideró que esta situación que padece son represalias a raíz de manifestarse en apoyo de sus compañeros en enero para exigir mejoras laborales, recontrataciones y bases.

 

La enfermera no cuenta con prestaciones como seguridad social. Además, padece consecuencias de salud porque el año pasado se infectó de la Covid-19.

 

Hizo un llamado a las autoridades del estado para atender su situación, porque su hijo de seis años depende totalmente de ella.

 

 

Cambio de adscripción

La psicóloga Anadelia Hernández Cruceño adscrita a la Jurisdicción Sanitaria 03 Centro, comisionada al Hospital de la Madre y el Niño Guerrerense, también padece consecuencias de su movilización y apoyo a compañeros.

 

“El 11 de febrero me notifican vía mensaje de Whatsapp que tenía que acudir al Hospital del Niño y la Madre Guerrerense porque tenían que darme información. Acudo y en Recursos Humanos me entregan un oficio, haciéndome mención que queda cancelada definitivamente mi comisión”, expuso.

 

Su labor en el hospital era atender a adolescentes y mujeres adultas en la mayoría de las áreas del Hospital.

 

El jefe de Recursos Humanos, Severo Espíritu Valenzo, le entregó un oficio en el que señalaba su baja a partir del 16 de febrero, y hay otro oficio que le giró el director del hospital Adiel Molina Bello.

 

La justificación que dan es que no hay productividad en el Hospital, por eso terminaba su comisión.

 

La psicóloga aprovechó para denunciar que desde que llegó al Hospital vivió hostigamiento, agresiones a su persona y a su trabajo por parte de los jefes inmediatos del Departamento de Medicina Preventiva y Epidemiología.

 

“Nunca nos han dado una copia del contrato laboral, nos han pagado casi cuando va a vencer el contrato”, denunció

 

Explicó que es una de las razones por las que se movilizó en enero; para exigir mejoras laborales.

 

A la psicóloga le indicaron que su cambio es a Tlacoapa, municipio de la Montaña alta del estado. Incluso este lunes debió presentarse a laborar.

 

“Ya tengo aquí a mi familia. Tengo una hija de ocho años que depende totalmente de mí”, explicó.

 

Tanto la enfermera como la psicóloga tienen la esperanza de que el secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos, resuelva la situación de cada una.

 

La psicóloga espera que no tenga que irse a la Montaña. Cambiarse sería un cambio drástico en su vida y la de su hija.