Tanque de oxígeno a medias para familiar de Griselda enfermo de la Covid-19

En las últimas semanas ha escaseado el oxígeno en diferentes partes de Guerrero, necesario para pacientes contagiados con el SARS-CoV-2. El estado subió los contagios acumulados y se encuentra en semáforo rojo


 

Texto: Jesús Guerrero

Fotografía: Amapola Periodismo

28 de enero del 2021

Chilpancingo

 

Con tanque en mano, Griselda llega a un establecimiento ubicado en la avenida Juan N. Álvarez en el centro de Chilpancingo. Pide que le llenen de oxígeno medicinal el tanque que servirá para oxigenar los pulmones de un familiar que tiene la Covid-19. El empleado le advierte: “mire no vamos a poder llenar su tanque al 100 por ciento, aunque va a quedar un poco más de la mitad”.

 

El empleado le cobra a la joven 230 pesos por la mitad del tanque de oxígeno. Si lo hubiera llenado serían 250 pesos.

 

Desde las primeras semanas de este mes de enero, fuera de este establecimiento se ven filas de personas cargando su tanque para que los llenen de oxígeno, esto pone en evidencia, por un lado, los problemas a los que está llevando la Covid-19, y por el otro, a pensar en qué algo ocurre, más que el oxígeno escasea.

 

“Se nos está escaseando el oxígeno porque hay muchos enfermos de coronavirus aquí en Chilpancingo y la gente se cura en su casa porque los hospitales están llenos o bien no confían de que les den buena atención”, comenta una persona que, al igual que Griselda, necesitaba llenar su tanque.

 

Griselda se percató de que en la fila donde esperaba había tres personas de Tixtla que llevaban sus tanques para llenarlos.

 

Roberto Alarcón, quien es el encargado del establecimiento, le pide a Griselda que vaya a la localidad de Petaquillas dónde también hay un negocio donde venden oxígeno. Petaquillas está a una distancia de 15 minutos de la ciudad de Chilpancingo.

 

Roberto comenta en entrevista que en las dos últimas semanas el oxígeno sólo les dura tres o cuatro horas porque hay mucha demanda. Como muestra de esto dice que la empresa de Acapulco que les surtía oxígeno tres días a la semana dejó de hacerlo por escasez, “ahora nosotros tenemos que ir en una camioneta a Acapulco para llenar nuestros cilindros”.

 

En los más de 40 años que lleva funcionando su negocio, en realidad propiedad de su papá, nunca antes habían tenido problemas de desabasto.

 

 

Un tanque con capacidad de 680 litros de oxígeno le puede durar a un enfermo de cinco a seis horas, y el de 9, 500 litros de 40 a 50 horas.

 

Un tanque de oxígeno chico cuesta 250 pesos y el grande, el de 9 mil 500 litros, mil 425 pesos. En medio de estas dos proporciones hay otros tamaños y precios.

 

La renta de cualquiera de estos cilindros es de hasta 2,000 pesos a la semana dejando un depósito de entre 5,000 y 10,000 pesos, de acuerdo con una consulta que se hizo en establecimientos y con personas que compran oxígeno en esta pandemia.

 

Roberto dice que para evitar que las personas se aglomeren en la calle haciendo fila les pide que le dejen su cilindro y les avisa por teléfono cuando ya estén llenos. “Ahorita tengo aquí 30 tanques que no he podido llenar porque no tengo oxígeno, el que tenía se me agotó en tres horas”, comenta en entrevista hace unos días.

 

En Chilpancingo hay otros cuatro establecimientos que también sufren de desabasto de oxígeno.

 

Expone que en las dos últimas semanas los dueños de la empresa de Acapulco le han dicho que casi todo el oxígeno se lo surten a los hospitales del ISSSTE y de la Secretaría de Salud estatal, porque están saturados de enfermos con la Covid-19.

 

Agrega que en diciembre la pandemia estaba controlada, pero cree que la situación se desbordó por las fiestas de fin de año. “La gente no entendió y se enfiestó y ahora hay mucha gente enferma”.

 

Pero no solamente es aquí en Chilpancingo o Acapulco donde escasea el oxígeno, también existe este problema en Ciudad Altamirano, en la región Tierra Caliente.

 

 

Establecimiento de venta de oxígeno, ubicado en la avenida Juan N. Álvarez, en el centro de Chilpancingo, estuvo cerrado el miércoles 20 de enero ante la escasez.

 

Tierra Caliente mantiene la misma alerta de escasez

Según las autoridades, el hospital Covid, ubicado en Coyuca de Catalán, está lleno de enfermos y muchos más se atiende en sus casas. Otros se trasladan a Toluca, estado de México, para internarse en hospitales privados.

 

Sólo este 19 de enero, se registraron seis fallecimientos en ese lugar, entre ellos dos maestros del Instituto Tecnológico de Ciudad Altamirano.

 

Un catedrático falleció debido a que sus familiares no pudieron conseguir oxígeno. “La gente se pasea por los establecimientos buscando que le llenen su tanque de oxígeno pero se van con las manos vacías”, cuenta un habitante de Arcelia.

 

A su juicio, la pandemia se desató en los nueve municipios de la región porque en diciembre hubo jaripeos y fiestas en las casas. Contó que una maestra de Ciudad Altamirano presumió en perfil del Facebook que en diciembre estaba en una playa de Acapulco y el martes 19 murió de coronavirus.

 

El gobierno de Guerrero relajó las medidas en las vacaciones decembrinas, cambió de naranja a amarillo, el color en el semáforo que mide la pandemia, y al terminar ese periodo los casos acumulados aumentaron casi mil más, de acuerdo con las cifras oficiales.

 

El alcalde de Tlachapa, Martín Mora Aguirre, dijo que es tanta la demanda de oxígeno que en Ciudad Altamirano la gente se queda hasta 24 horas fuera de un establecimiento esperando que le llenen su tanque. “Tenemos aquí 20 tanques grandes de 6,000 litros y seis concentradores que se los prestamos a los enfermos”, agrega.

 

En el caso de los tanques, personal del Ayuntamiento tiene que buscar dónde hay oxígeno. “Hemos ido a llenarlos (los tanques) a Huetamo, Michoacán o a Tejupilco, Toluca, Estado de México y hasta la Ciudad de México, porque aquí en Tierra Caliente no hay oxígeno”, cuenta.

 

Los precios varían, en un lugar vale 1,400, en otros 1,200 y en algunos más 1,600, comparte el alcalde.

 

Por los casos acumulados en Guerrero de coronavirus a los 10 meses – 30,471 confirmados y 3,004 defunciones–, el gobierno de Guerrero iluminó con rojo (alerta máxima) el semáforo de la pandemia.

 

 

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