Texto: Amapola Periodismo
Foto: Jessica Torres Barrera
Este texto fue publicado el 11 de septiembre de 2022
Chilpancingo
Soy sobreviviente de la noche de Iguala. Entré a la Normal en el año 2014 y egresé en 2018. En mi generación hubo dos secretarios generales, Ángel Mundo Francisco, quien renunció y David Flores Maldonado, conocido como La Parka.
Corría el mes de agosto del 2014 cuando tuvimos una reunión de asamblea donde el secretario general de ese momento, David Flores, apodado La Parka con los dos secretarios de Actas y de Organización informaron que Ayotzinapa aportaría los camiones para la marcha del 2 de octubre, para conmemorar la masacre estudiantil de 1968.
David llega a ser dirigente porque Ángel Cegueda, apodado La Mami, renunció a ser secretario general. Presentó un documento explicando que por imposibilidades físicas, creo que tenía una enfermedad, no podía seguir. Nadie votó por un nuevo líder.
Como La Parka era el delegado nacional ante la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), se podría decir que por jerarquía tomó el lugar.
Los de primero sabíamos que Ayotzinapa iba a aportar los camiones para la marcha del 2 de octubre, para conmemorar la masacre estudiantil, pero hasta el 19 de septiembre que hubo una reunión de brigadeo, que es cuando el Comité estudiantil convoca a las academias, teníamos entendido que descansaríamos cuatro días, no que iríamos.
Necesitábamos almacenar víveres, gasolina, camiones para las organizaciones, pero jamás se habló que esa responsabilidad de los autobuses era de la academia de primero. Sabíamos que Ayotzinapa los pondría y ya.
De último momento, ese 26, La Parka decidió que fuéramos a Iguala, porque para empezar dijeron que fuéramos a Chilpancingo, pero como había seguridad por parte de policías estatales en las dos terminales, nos mandaron hasta Iguala.
Podría decir que desde la organización, la ida a Iguala fue confusa. Se ve la infiltración desde que mandaron a la academia de primero, porque como recién egresados no teníamos idea de la toma de autobuses.
Salieron de Ayotzinapa dos autobuses con normalistas de primer año. Se los llevan a Iguala, y ya al momento de supuestamente que tomaron las unidades, a nosotros nos llega la noticia de que ya habían asesinado a dos chavos. Comienza la movilización para organizarnos e ir a apoyar en un segundo grupo. Yo me fui en ese segundo grupo.
Suceden los hechos la noche del 26, la madrugada del 27. Nunca regresaron a la escuela nuestros compañeros. Con ellos entramos, convivimos con ellos. Pensamos en algún momento que estarían en la cárcel, en Barandilla municipal, pero ya los asesinatos se habían dado, el de Julio César Mondragón Fontes –quien fue desollado–, Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo.
Por eso creo que hay infiltrados en Ayotzinapa, encargados de la desestabilización de la escuela. Los infiltrados dividían a las generaciones, iban por grupo, hacían negocio a nombre de los chavos que asesinaron, se colgaban el nombre de ellos, obtenían beneficios por parte del gobierno; grupos nada más, no todos.
Te das cuenta por generaciones, yo me di cuenta desde el primer año. En la segunda generación, después de los hechos, vuelven a hacer lo mismo. En la tercera generación, que egresa, al igual que las demás, lo mismo, pero ya con un beneficio de casi la mayoría. La Parka era el principal infiltrado.
El gobierno nos ha infiltrado para intimidar a la gente, para que no haya movilización ni nada. Ahorita las cosas están peor en Ayotzinapa. No hay una consciencia crítica en los alumnos y se están perdiendo los círculos de estudio.
Pongo de ejemplo a la generación de este año: ellos son los responsables de que se haya incrementado la violencia, ahorita se habla de que ya llegó el Cartel Nueva Generación, y entre otras cosas que dejaron mal a la escuela. Los estudiantes de ahora tienen problemas con los maestros. Hicieron a un lado el movimiento, negociaron. Hacen que Ayotzinapa pierda su valor por lo que les da el gobierno.
*En 2014 era presidente del país Enrique Peña Nieto y gobernador Angel Aguirre. Estos hechos en Ayotzinapa ocurren después del desgaste gubernamental por la reforma educativa. Esta generación vivió la transición política, la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, y la caída del partido hegemónico, el PRI.