Segalmex incumple a productores de sal de San Jeronimito; sigue pendiente el trato de venta por 4,000 toneladas

Texto: José Miguel Sánchez 

Fotografía: Amílcar Juárez 

3 de junio del 2023

Chilpancingo 

 

Seguridad Alimentaria de México (Segalmex) desde hace cuatro meses no puede cerrar un trato con los productores de sal de San Jeronimito, municipio de Petatlán, en la Costa Grande Guerrero, y éstos temen no sacar la producción de la temporada.

El presidente de la Sociedad Cooperativa de Productores de Sal de San Jeronimito, Irving Rodríguez Salas, en entrevista telefónica contó que las autoridades de Segalmex les comentan que aún esta en proceso la solicitud de venta, por lo que no tienen una fecha clara.

Ante este panorama, la Sociedad Cooperativa acordó vender parte de la producción a particulares y acaparadores, lo que representa un disminución de sus ingresos porque los precios disminuyen.

“Todavía no sabemos nada, sólo nos dicen que está en proceso, pero ya decidimos que vamos a vender a los particulares que ya son clientes de la Cooperativa, aunque ellos siempre piden un precio menor”, mencionó Rodríguez Salas.

En la bodega de la Cooperativa tienen recolectadas 4,000 toneladas de sal que esperan ser vendidas a Segalmex.

La producción este año fue de 8,000 toneladas, el resto esta almacenada en distintos puntos del poblado, lo que también les representa un gasto.

Por toda la producción de este año los costales de sal ya no entran en la bodega, por lo que el patio y galeras de las oficinas de la Cooperativa ya están llenos, se tuvo que improvisar sobre la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo un espacio para almacenarlos y rentar otros.

La recolección de sal es por temporal, con la llegada de las lluvias las fincas productoras de sal se llenan de agua por lo que trabajarlas es imposible, pero es el proceso natural para en los siguientes meses volver a recolectar sal.

Rodríguez Salas llamó al titular de Segalmex, Leonel Cota Montaño, a que los voltee a ver, y no los deje solos; le pidió que cumpliera su palabra.

Costales de sal resguardados en la bodega de la Sociedad Cooperativa de Productores de Sal de San Jeronimito. Foto: Amílcar Juárez (Archivo Amapola).

 

La ASF presenta sus primeras denuncias por posibles actos de corrupción en el sexenio de AMLO: va contra Segalmex

Texto: Nayeli Roldán y Zedryk Raziel / Animal Político

Fotografía: Redes

24 de septiembre del 2022

 

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) presentó las primeras denuncias por presuntos actos de corrupción cometidos por funcionarios de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador. Se trata de dos denuncias interpuestas ante la Fiscalía General de la República (FGR) por irregularidades en el manejo de recursos públicos en Segalmex, Liconsa y Diconsa durante 2019 y 2020.

Autoridades federales confirmaron a Animal Político que ambas denuncias se interpusieron en la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) el pasado 11 de agosto, y que se suman a las carpetas de investigación iniciadas previamente contra varios exfuncionarios públicos.

Si bien no se conoce con precisión a cuánto asciende el monto del daño presupuestal que consignó la ASF en sus denuncias, una revisión a la Cuenta Pública de 2019 y 2020 muestra que se formularon 43 pliegos de observaciones por un mal uso de recursos públicos por 4 mil 793 millones 411 mil 130 pesos en ambos ejercicios fiscales.

En ese periodo, el director de Segalmex, Liconsa y Diconsa era Ignacio Ovalle, quien, pese al tamaño de las irregularidades, fue removido del cargo en marzo y nombrado titular del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed), sin que exista una investigación para deslindar responsabilidades.

Estas denuncias son las primeras interpuestas por la ASF por irregularidades detectadas en la actual administración. Hasta marzo de este año, las denuncias seguían concentradas en los presuntos delitos cometidos en el gobierno de Enrique Peña Nieto, especialmente en el esquema conocido como La Estafa Maestra.

En abril pasado, Animal Político publicó que los plazos legales para resolver irregularidades por más de mil millones de pesos en Segalmex y por la ‘desaparición’ de 4 mil medicamentos para tratar cáncer se agotaron desde noviembre de 2021, pese a lo cual la ASF no había interpuesto denuncias penales.

Las dos denuncias de la Auditoría por posible daño patrimonial llegan después de otras 38 presentadas desde enero pasado por la Procuraduría Fiscal de la Federación, la Unidad de Inteligencia Financiera, la Secretaría de la Función Pública y la propia FGR, según informó el titular de la SFP, Alberto Salcedo.

Como parte de ese cúmulo de denuncias, la FGR abrió una carpeta de investigación por una compra ilegal de certificados bursátiles fiduciarios privados con recursos públicos de Segalmex por 100 millones de pesos. Por este caso, quien fuera titular de la Unidad de Administración y Finanzas, René Gavira —subalterno de Ovalle—, fue vinculado a proceso y está en espera de que se lleve a cabo la audiencia intermedia.

Paralelamente, la FGR inició otra carpeta de investigación por el presunto delito de delincuencia organizada en contra de 15 exfuncionarios y ocho socios de empresas a los que acusó de simular la adquisición de 25 mil toneladas de azúcar por un monto de entre 418 y 465 millones de pesos.

Ninguna de las investigaciones de la FGR incluye a Ovalle, quien fue titular de Segalmex, Liconsa y Diconsa —y por ello jefe de todos los exfuncionarios acusados— durante el periodo en que se cometieron los supuestos delitos.

Las irregularidades denunciadas por la ASF

Según la información pública de la propia Auditoría, en 2019, el primer año del gobierno de López Obrador, el daño al erario en las tres instituciones fue de mil 327.6 millones de pesos, mientras que en 2020 el boquete fue de 3 mil 465 millones adicionales.

Al tratarse de pliegos de observaciones, la ASF considera que son recursos ejercidos cuyo destino se desconoce; en otras palabras, es dinero posiblemente desviado.

Por institución, el dinero público malversado en Segalmex asciende a 2 mil 031.2 millones de pesos; en Liconsa, mil 932.2 millones, y en Diconsa, 829.9 millones.

Una de las principales irregularidades documentadas por la ASF en Segalmex, Liconsa y Diconsa en 2019 y 2020 fue el pago de mil 445.7 millones de pesos por la supuesta prestación de servicios profesionales en apoyo al personal. Es decir, se trató de pagos a empleados “fantasma” contratados mediante el esquema de outsourcing.

La Auditoría también detectó pagos sin que se comprobara la recepción de productos y servicios como envases de PET (99.9 millones de pesos), costales blancos de polipropileno (182.1 millones de pesos), tarimas (67.2 millones de pesos), plaguicidas, abonos y fertilizantes (49.9 millones de pesos) y transporte de productos lácteos (620.5 millones de pesos).

El ente fiscalizador también documentó erogaciones injustificadas en contratos de coproducción para beneficiar a ciertos proveedores. Por ejemplo, se hicieron pagos por 293.4 millones de pesos sin contar con la documentación justificativa y comprobatoria que acreditara la recepción de los servicios asociados al proceso de producción de productos lácteos y derivados lácteos, y pagos por 518.4 millones sin acreditar la recepción de la leche fresca y los servicios de maquila de secado de la misma.

La ASF detectó asimismo pagos en exceso a productores de leche por 327.3 millones y salidas injustificadas de efectivo de las cuentas de Segalmex por 104.3 millones.

 

 

«No me acuerdo»: Ignacio Ovalle desconoce su firma y el oficio con el que autorizó inversiones ilegales en Segalmex

Con información aportada por la Auditoría Superior, la FGR denunció ante un juez federal el uso ilegal de 950 millones de pesos del presupuesto de Segalmex y Liconsa para la compra de certificados bursátiles fiduciarios privados.


Texto: Zedryk Raziel / Animal Político 

Fotografía: Facebook Segalmex oficial 

26 de mayo de 2022

 

Ignacio Ovalle Fernández, exdirector de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), declaró al Ministerio Público que no recuerda haber firmado el oficio mediante el cual autorizó el uso de al menos 100 millones de pesos de recursos públicos para la compra ilegal de certificados bursátiles, operación fraudulenta que investiga la Fiscalía General de la República (FGR) y cuyo expediente ya se presentó ante un juez.

En su declaración ministerial, Ovalle —quien fue removido de Segalmex pero obtuvo un nuevo cargo en la Segob— incurrió en varias contradicciones, por ejemplo, que no recordaba haber visto el documento que lleva su firma, o que no podía corroborar la autenticidad del trazo porque este se veía borroso; incluso, admitió que pudo haberlo firmado, pero sin darse cuenta de lo que estaba autorizando, porque a diario recibía documentos para signarlos.

Animal Político reveló la existencia del oficio mediante el cual Ovalle autorizó en febrero de 2020 a su entonces director de Administración y Finanzas, René Gavira Segreste, a efectuar las inversiones en la bolsa con recursos públicos de Segalmex, empresa paraestatal creada por la actual administración obradorista.

“Después de que se me puso a la vista copia simple del documento titulado ‘Papel certificado fiduciario de Segalmex’, del 6 de febrero de 2020, en el cual se observa en la parte final (…) la autorización para la compra de papel certificado bursátil fiduciario, con cupón de seis meses, a un plazo máximo de un año y un rendimiento anual de 11%, así como de las inversiones a corto y mediano plazo, en las que la empresa obtenga rendimientos favorables; y posterior a ello, se observa la firma de René Gavira Segreste, titular de la Unidad de Administración y Finanzas de Segalmex, como solicitante, y mi supuesta firma de autorización, en mi carácter de director general de Segalmex. Al respecto, deseo manifestar que no recuerdo haber tenido a la vista el original de este documento (en) el cual aparece mi supuesta firma”, dijo Ovalle en su declaración, que rindió ante el Ministerio Público el pasado 1 de abril y a la que este medio tuvo acceso.

Pocos días después de su declaración, el 19 de abril, Ovalle fue removido de la dirección de Segalmex sin mayor explicación y fue enviado al Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed) de la Secretaría de Gobernación.

Durante la entrevista con los fiscales de la FGR, el funcionario dijo que no podía reconocer la autenticidad de su firma porque no le estaban presentando el oficio original, sino una copia.

“De la firma que aparece en el documento, y que se me atribuye, no podría reconocerla, ni mucho menos ratificarla, debido a que el documento que se me pone a la vista es una copia simple, que no se encuentra legible y no se aprecia de manera nítida la firma que se me atribuye”, refirió.

Pero después dijo que, suponiendo que sí hubiera firmado el oficio, pudo no haberse dado cuenta de la relevancia de su contenido, porque, en su cargo de director de Segalmex, solía signar numerosos documentos a diario y no revisaba todos, pues, justificó, para eso estaban los directores generales.

“Ahora bien, en caso de que dicho documento, si lo hubiera firmado, éste pudo haber sido introducido entre un conglomerado de documentos que firmo a diario, y que por su volumen no me es posible leer a detalle cada uno de ellos, pues para eso se establecen las direcciones generales a las que les corresponde la revisión exhaustiva de los temas especializados, y de los cuales me dan cuenta mediante acuerdo. Por lo que, reitero, no recuerdo que se me haya informado del tema, y mucho menos que lo haya autorizado en esas condiciones, debido al riesgo que implica la inversión bursátil”, aseguró.

Ovalle –que en el gobierno de Carlos Salinas fue director de Conasupo, el antecedente de Segalmex– reconoció que la ruta legal para autorizar las inversiones bursátiles era someter la propuesta a consideración del Consejo de Administración, máximo órgano de dirección de la empresa paraestatal, y no la firma del oficio que finalmente suscribió.

“Tampoco recuerdo haber tenido un acuerdo sobre ese tema (de las inversiones) con René Gavira Segreste, ya que, por la trascendencia del monto que sería motivo de inversión, lo hubiera llevado como acuerdo ante el Consejo de Administración de Segalmex; esto, debido a que todos los asuntos relevantes de la dependencia que represento, los presento ante el Consejo para su aprobación”, comentó.

Este medio envió un correo electrónico a la dirección de comunicación social del Inafed para preguntar si su titular quería emitir un posicionamiento o comentario, pero, hasta el cierre de esta edición, no se recibió respuesta.

Procesan solo a subalterno 

Con información aportada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la FGR denunció ante un juez federal el uso ilegal de 950 millones de pesos del presupuesto de Segalmex y Liconsa para la compra de certificados bursátiles fiduciarios privados.

La acusación no solo señala que dichas inversiones fueron ilícitas, sino que, además, se denunció el “extravío” de 10.6 millones de pesos en rendimientos que no fueron depositados a las cuentas institucionales.

Del total del monto invertido, 850 millones de pesos fueron tomados del presupuesto de Liconsa, y los restantes 100 millones del de Segalmex, ambas instituciones dirigidas por Ovalle.

La ASF concluyó que las operaciones bursátiles violaron los “Lineamientos para el manejo de las disponibilidades financieras de las entidades paraestatales”, pues tanto Segalmex como Liconsa perdieron el control directo sobre el dinero invertido.

A pesar de que existe el oficio de autorización de inversiones suscrito por Ovalle, solo el entonces director de Administración y Finanzas, René Gavira –quien ejecutó la instrucción– fue vinculado a proceso el pasado 6 de abril por el delito de uso indebido de facultades.

“Con la finalidad de robustecer el flujo de efectivo de la Entidad, obtener los mejores rendimientos a mediano plazo sobre los recursos propios que afectan la operación de Segalmex, como Director General del Ente, se autoriza la compra de papel certificado bursátil fiduciario con cupón de seis meses a un plazo máximo de un año, y un rendimiento anual del 11%. Así como de las inversiones a corto y mediano plazo en las que la empresa obtenga rendimientos que favorezcan las finanzas de la misma”, dice el documento de autorización firmado por Ovalle y que fue obtenido por Animal Político mediante solicitudes de transparencia.

Ovalle no solo autorizó la inversión ilícita de recursos públicos en la bolsa, sino que omitió informar al Consejo de Administración de Segalmex y Liconsa, órgano superior de dirección al que debía reportar el estado de las finanzas de las empresas públicas bajo su cargo, según consta en las actas del Consejo y de la Asamblea de Accionistas de Liconsa-Segalmex, que también fueron obtenidas vía transparencia.


Este texto es propiedad de Animal Político y lo reproducimos con su autorización. Puedes leer el original en este enlace. 

Ignacio Ovalle autorizó inversiones ilegales con recursos de Segalmex; un subalterno es el único procesado por ello

Cuando fue director del organismo, Ovalle autorizó comprar bonos bursátiles con un valor de 950 millones de pesos, una acción ilegal. Aunque ya dejó Segalmex, sigue en el gobierno como titular del Inafed.


Texto: Zedryk Raziel y Nayeli Roldán / Animal Político

Fotografía: Oficial 

2 de mayo del 2022

 

Durante su gestión como director de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), Ignacio Ovalle autorizó el uso de 950 millones de pesos de recursos públicos para la compra ilegal de certificados bursátiles, según consta en documentos oficiales que fueron firmados por él. Aunque la Fiscalía General de la República (FGR) ya llevó el caso ante un juez federal, solo uno de sus subalternos ha sido vinculado a proceso, mientras que Ovalle fue destituido pero continúa en el gobierno, ahora como titular del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed).

El monto invertido fue recuperado por el gobierno el 13 de enero de 2022, después de que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) comenzó a fiscalizar las finanzas de Segalmex, pero los 10 millones 600 mil pesos de rendimientos generados por las operaciones bursátiles “se extraviaron”, pues no fueron regresados a las cuentas bancarias oficiales y se desconoce su destino.

Animal Político buscó a Ovalle para una entrevista al respecto, pero no hubo respuesta.

Los recursos utilizados para invertir en la bolsa eran presupuesto de Segalmex —organismo creado por la actual administración— y de Diconsa, instituciones dedicadas a atender a la población más vulnerable a través de la venta de leche a bajo costo y la distribución de granos y fertilizantes en las zonas más marginadas del país.

A través de solicitudes de transparencia, Animal Políticoobtuvo el oficio firmado por Ovalle el 6 de febrero de 2020, en el que se confirma que él autorizó a René Gavira, entonces titular de la Unidad de Administración y Finanzas, que realizara las inversiones bursátiles, supuestamente para “autogenerar a futuro recursos financieros propios” con los que Segalmex cumpliría con su objetivo de garantizar que la población más pobre tuviera acceso a la alimentación.

“Con la finalidad de robustecer el flujo de efectivo de la Entidad, obtener los mejores rendimientos a mediano plazo sobre los recursos propios que afectan la operación de Segalmex, como Director General del Ente, se autoriza la compra de papel certificado bursátil fiduciario con cupón de seis meses a un plazo máximo de un año, y un rendimiento anual del 11%. Así como de las inversiones a corto y mediano plazo en las que la empresa obtenga rendimientos que favorezcan las finanzas de la misma”, dice el documento en poder de este medio.

El oficio está firmado por Gavira, quien solicitó la inversión, y por Ovalle, autorizando el uso de los recursos.

La ASF señaló que esas operaciones bursátiles fueron ilegales porque, por la naturaleza de los instrumentos financieros, las instituciones perdieron el control directo sobre las inversiones, contraviniendo los Lineamientos para el manejo de las disponibilidades financieras de las entidades paraestatales.

Además, las inversiones generaron rendimientos por 10.6 millones de pesos, que no fueron depositados a las cuentas de las paraestatales y cuyo destino se desconoce.

Ovalle no solo autorizó la inversión ilícita de recursos públicos en la bolsa, sino que omitió informar al Consejo de Administración de Segalmex y Liconsa, órgano superior de dirección al que debía reportar el estado de las finanzas de las empresas públicas bajo su cargo, según consta en las actas del Consejo y de la Asamblea de Accionistas de Liconsa-Segalmex, que también fueron obtenidas por Animal Político vía transparencia.

Solo hasta que la ASF comenzó la fiscalización de las finanzas de Segalmex, Liconsa y Diconsa correspondientes al ejercicio 2020, Ovalle giró instrucciones en marzo de 2021 para dar marcha atrás a la compra de certificados y recuperar los recursos públicos comprometidos, según consta en las actas del Consejo.

Un mes después, el 16 abril, instruyó que se presentara una denuncia ante la FGR por el hecho ilícito que, ahora se comprueba, él mismo había autorizado.

La Secretaría de la Función Pública (SFP) también detectó estas y otras irregularidades en Segalmex, Liconsa y Diconsa, mismas que denunció ante la FGR en enero de este año.

Sin embargo, pese a los desvíos multimillonarios en las empresas paraestatales, ninguna investigación incluye al exdirector Ovalle, quien, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, fue director de la Conasupo, la antecesora de Segalmex.

El único funcionario acusado es el subalterno de Ovalle, Gavira, extitular de Administración y Finanzas, quien fue vinculado a proceso por el delito de uso indebido de facultades. Durante la fiscalización realizada por la Auditoría, Gavira declaró a los auditores que su jefe, Ovalle, fue quien le ordenó hacer dichas inversiones, aunque en ese momento no presentó pruebas.

Por la compra de los certificados, la FGR presumía inicialmente que se configuraba el delito de lavado de dinero, pues parte de los rendimientos fueron transferidos a una cuenta bancaria particular. No obstante, al llegar la audiencia inicial de vinculación a proceso, la FGR retiró esa acusación y solo imputó a Gavira el uso ilícito de atribuciones y facultades.

La Auditoría ha documentado diversos esquemas de presunto desvío de millones de recursos públicos en Segalmex, institución que desde su creación había sido dirigida por Ovalle. El 19 de abril pasado, fue removido del cargo y ahora ocupa la dirección del Inafed, órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación (Segob), encabezada por Adán Augusto López.

El ocultamiento 

Aunque el oficio firmado por Ovalle en febrero de 2020 justifica las operaciones financieras efectuadas por Gavira ese año, la ASF detectó que las inversiones bursátiles ilícitas comenzaron desde 2019, dos meses después de que Ovalle y Gavira asumieron sus cargos en Segalmex y Liconsa.

El 14 de diciembre de 2018, en la primera sesión del Consejo de Administración de Liconsa, se votó y aprobó el nombramiento de Ovalle como director general de la empresa paraestatal, así como de Segalmex y de Diconsa, en presencia del titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Villalobos, quien encabeza el sector.

“El licenciado Ignacio Ovalle agradeció y comentó al presidente (Villalobos) que pondrá todo lo que está de su parte para que un día no se arrepientan de esta votación, a lo que el presidente le comentó que nunca se van a arrepentir de este nombramiento, indicando que está en muy buenas manos la responsabilidad”, indica el acta del Consejo.

En esa sesión, y a propuesta de Ovalle, se aprobó también el nombramiento de Gavira como titular de la Unidad de Administración y Finanzas.

Casi de inmediato, el 25 de febrero de 2019, se ejecutó la primera compra de certificados bursátiles fiduciarios privados con recursos de Liconsa y Segalmex, según constató la ASF en la auditoría de cumplimiento forense 330-DE. Las siguientes compras fueron el 15 de abril, el 19 de junio y el 18 de septiembre de ese año, y siguieron el 13 de marzo y el 25 de junio de 2020. La suma total de los recursos públicos comprometidos fue de 950 millones de pesos. El 30 de junio, Gavira fue removido del cargo.

La ASF documentó que las inversiones se dieron mediante un Contrato de Intermediación Bursátil entre Liconsa y CI Casa de Bolsa, SA de CV, para que esta institución bancaria comprara, vendiera y administrara certificados bursátiles en representación de la paraestatal. El pago de las inversiones se garantizó con el patrimonio del Fideicomiso Irrevocable de Administración y Pago No. CIB/350, suscrito entre CI Casa de Bolsa, que quedó como fiduciaria, y la empresa Financiera Corafi, SA de CV, designada fideicomitente y que es investigada por presuntas operaciones de lavado de dinero.

Ovalle no reportó ninguno de los movimientos financieros efectuados por Gavira al Consejo de Administración, que es el máximo órgano de dirección de Segalmex y Liconsa y que tiene la obligación de vigilar que las disponibilidades financieras se manejen conforme a la ley. Como director general, Ovalle tenía la obligación de reportar al Consejo, en cada sesión, un informe de los ingresos y egresos de las paraestatales a su cargo, así como de los estados financieros, conforme los Estatutos Sociales de Liconsa.

El entonces director reemplazó a Gavira por Jesús Óscar Navarro Gárate, a quien Ovalle ordenó iniciar la recuperación de las inversiones ilícitas que él mismo había autorizado.

En la sesión del 18 de marzo de 2021 del Consejo de Administración y de la Asamblea de Accionistas de Liconsa, Ovalle informó por primera vez, y sin dar más detalles, que “está en curso la liquidación de diversos documentos de valores a favor de (la empresa)”.

El 16 de abril, se presentó la denuncia de hechos ante la FGR por el mal uso de los recursos públicos de Liconsa y Segalmex en contra de quien resultara responsable.

Para entonces, ya estaba en curso la fiscalización de la Cuenta Pública 2020 por parte de la ASF. Y, además, un despacho externo designado por la SFP —Salles Sainz Grant Thornton— ya había detectado la compra ilegal de certificados bursátiles al analizar los estados financieros de Liconsa.

En la sesión del 25 de junio de 2021, el estudio de los auditores externos fue presentado al Consejo de Administración.

“Como resultado de la auditoría que efectuamos a los Estados Financieros adjuntos, tuvimos diversas limitaciones para efectuar nuestro trabajo, por lo que no pudimos satisfacernos de la corrección de diversos montos relevantes, relacionados con las siguientes operaciones: Flujo de Efectivo y equivalentes al 31 de diciembre de 2020 que asciende a 1 mil 256 millones de pesos, incluye 875 millones que corresponden a recursos y valores privados que no cumplen con los ‘Lineamientos para el manejo de la disponibilidades financieras de las entidades paraestatales de la Administración Pública Federal’, emitidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en 1 de marzo de 2006, debido a que la Entidad no tiene control directo de dichas inversiones”, citaba el reporte.

El comisario público de la SFP que forma parte del Consejo de Administración de Liconsa exigió a Ovalle una explicación sobre dichos señalamientos, pero el director no dio respuesta, de acuerdo con el acta de la sesión.

Para la recuperación de los recursos invertidos en valores bursátiles de manera ilegal, se firmó un Convenio de Reconocimiento de Adeudo de Corafi Asesores Ejecutivos, SA de CV, en su calidad de deudor, en favor de Liconsa y Segalmex, en su carácter de acreedores, suscrito entre el representante legal de Corafi y el director de Asuntos Jurídicos de Liconsa.

Fue hasta el 13 de enero de 2022 que Liconsa recuperó directamente en sus cuentas bancarias 855 millones 225 mil pesos, mientras que Segalmex recuperó los 100 millones de pesos invertidos. Aunque se retornó la totalidad de las inversiones, no se recibieron en las cuentas de las paraestatales los 10.6 millones de pesos de rendimientos que “se extraviaron”.

 

Este texto fue elaborado por el equipo de Animal Político y lo reproducimos con su autorización.

La FGR detecta posible lavado de dinero en Segalmex: llevará el caso ante un juez e indaga otras 20 denuncias por corrupción

La fiscalía se prepara para llevar ante un juez federal el caso por posible lavado de dinero derivado de la colocación de bonos bursátiles por 950 mdp. René Gavira Segreste, quien trabajó en Segalmex y Liconsa, es el principal exfuncionario en la mira.


Texto: Zedryk Raziel y Nayeli Roldán / Animal Político

Fotografía: Oficial Segalmex 

14 de marzo del 2022

 

La Fiscalía General de la República (FGR) investiga más de 20 denuncias sobre presuntos casos de corrupción y desvío de recursos cometidos en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), organismo creado en esta administración, así como en sus empresas operativas Diconsa y Liconsa. El caso más avanzado es por el presunto lavado de dinero en operaciones bursátiles ilegales y será el primero que llegará a los jueces.

Se trata de la colocación de bonos bursátiles por 950 millones de pesos de recursos públicos, autorizada por René Gavira Segreste, exdirector de la Unidad de Administración y Finanzas de Segalmex y Liconsa. De acuerdo con las indagatorias de la Fiscalía Anticorrupción, si los bonos aumentaban su valor, las ganancias eran transferidas a Gavira, mientras que las pérdidas eran absorbidas por las empresas paraestatales.

Aunque Gavira es el principal imputado, la fiscalía apunta a más cómplices del delito dentro y fuera de Segalmex, desde funcionarios hasta socios de empresas. Además, durante las investigaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), una vez fuera del cargo, Gavira aseguró que el director de Segalmex, Ignacio Ovalle, le ordenó hacer dichas inversiones bursátiles, aunque no presentó pruebas de ello.

Este caso derivó de la denuncia de la Unidad Jurídica de Liconsa del 16 de abril de 2021, más otras pruebas ofrecidas por la ASF, por las que la Fiscalía Anticorrupción inició una carpeta de investigación y ha conseguido pruebas suficientes para presentar dicho caso ante un juez federal por los delitos de lavado de dinero y ejercicio indebido de la función pública, confirmaron fuentes ministeriales a Animal Político.

La fiscalía también sigue investigando la veintena de denuncias presentadas por la ASF y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a través de la Procuraduría Fiscal, por diversas irregularidades como el presunto desvío de 811 millones de pesos de recursos de Liconsa, que fueron pagados a empresas sin que estas entregaran los bienes contratados.

Los pagos que están bajo investigación se justificaron mediante convenios o contratos de coproducción y venta de leche y productos lácteos, los cuales fueron asignados por Gavira.

Con información de la ASF, la FGR detectó que los contratos fueron adjudicados de manera directa con múltiples irregularidades, por ejemplo, que el objeto social de algunas empresas estaba relacionado con los bienes raíces o el desarrollo de software, o bien, que carecían de infraestructura y subcontrataron a otras compañías.

Acusado señala al director Ovalle 

En la revisión de la Cuenta Pública de 2020, la ASF documentó que Gavira, exdirector de la Unidad de Administración y Finanzas de Segalmex y Liconsa, efectuó entre 2019 y 2020 inversiones bursátiles ilegales con recursos del presupuesto de esas instituciones por un monto de 950 millones de pesos y, además, “extravió” rendimientos por un monto de 10.6 millones.

Del total de las inversiones de capital autorizadas por el exdirector, 850 millones de pesos provinieron del gasto de Liconsa y otros 100 millones del presupuesto de Segalmex, lo que violó los “Lineamientos para el manejo de las disponibilidades financieras de las entidades paraestatales”, pues ambas instituciones perdieron el control directo sobre el dinero invertido, según estableció la ASF en las auditorías de cumplimiento 330-DE y 327-DE, efectuadas a Liconsa y Segalmex como parte de la revisión de la Cuenta Pública 2020.

El 20 de julio de 2018, se firmó un Contrato de Intermediación Bursátil entre Liconsa y CI Casa de Bolsa, SA de CV, para que esta institución bancaria comprara, vendiera y administrara certificados bursátiles en representación de la paraestatal. El 11 de febrero de 2020, se firmó un contrato semejante para Segalmex.

El pago de las inversiones de Liconsa se garantizó con el patrimonio del Fideicomiso Irrevocable de Administración y Pago No. CIB/350, suscrito el 27 de julio entre CI Casa de Bolsa, que quedó como fiduciaria, y la empresa Financiera Corafi, SA de CV, designada fideicomitente. Dicha Sociedad Financiera de Objeto Múltiple (Sofom) también es investigada por presuntas operaciones de lavado de dinero.

Tras la salida de Gavira de Segalmex, en junio de 2020, la dependencia detectó el desfalco con los certificados bursátiles e inició gestiones para intentar recuperar las inversiones ilegales.

El encargado de estas gestiones fue el sucesor de Gavira en la dirección de Administración y Finanzas, Jesús Óscar Navarro Gárate, por instrucciones del director general de Segalmex, Ignacio Ovalle, según declaró el nuevo director al grupo de auditores de la ASF.

El nuevo director de Administración declaró que, al tener conocimiento de las inversiones bursátiles ilegales, dio parte a la Unidad Jurídica y se puso en contacto con personal de CI Casa de Bolsa, para tramitar la recuperación de recursos hasta por 850 millones de pesos en certificados bursátiles fiduciarios.

El 19 de marzo de 2021, se firmó un Convenio de Reconocimiento de Adeudo de Corafi Asesores Ejecutivos, SA de CV, en su calidad de deudor, en favor de Liconsa y Segalmex, en su carácter de acreedores, suscrito entre el representante legal de Corafi y el director de Asuntos Jurídicos de Liconsa.

Derivado de ese acuerdo, Liconsa recuperó directamente en sus cuentas bancarias 30 millones de pesos el 23 de septiembre de 2020, 155 millones 225 mil pesos el 17 de diciembre de 2021, 250 millones el 12 de enero de 2022 y 420 millones el 13 de enero, para un total de 855 millones 225 mil pesos.

Aunque se retornó la totalidad de la inversión de Liconsa, los informes de la ASF no dan cuenta de que se haya logrado la misma recuperación de los 100 millones de pesos “colocados” por Segalmex (también por instrucción de Gavira), amén de los 10.6 millones de pesos en rendimientos que “se extraviaron”.

Navarro Gárate sostuvo que su antecesor, Gavira, “actuó por su propia iniciativa, sin autorización alguna”, para efectuar las inversiones bursátiles. No obstante, el propio Gavira declaró al equipo auditor que quien le dio la orden de efectuar las inversiones fue precisamente Ovalle, aunque no presentó pruebas de ello. Los dichos de Gavira se dieron en octubre de 2021, cuando este ya no trabajaba en Segalmex.

“El director general (…) autorizó las compras de Certificados Bursátiles Fiduciarios Privados; no recuerdo el documento con el cual recibí esta autorización, pero recuerdo que verbalmente sí se autorizó”, aseguró. Cuando el grupo de auditores le cuestionó por qué ordenó destinar recursos públicos a las operaciones bursátiles, Gavira respondió que no recordaba la razón.

“No me acuerdo, yo seguí la sugerencia de mi tesorero, que estaba fundada en la inercia de empresas privadas que traían las inversiones anteriores en la compra, y por lo que sugirió CI Casa de Bolsa, mi asesora financiera”, comentó. El equipo de la ASF cuestionó al subdirector de Tesorería General de Liconsa sobre la aseveración de Gavira; el funcionario dijo que eso era “totalmente falso”.

El extitular de Administración y Finanzas también dijo que el Comité Central de Inversiones y Operaciones Bancarias “autorizó en cada caso las posteriores colocaciones de recursos”. No obstante, la Tesorería General aseguró que Gavira decidió y autorizó las inversiones bursátiles previo a que dichos movimientos se hicieran del conocimiento del comité.

Desde 2020, Gavira y su círculo de familiares era investigado por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que detectó que los ingresos del exfuncionario no correspondían con sus declaraciones patrimoniales y fiscales, de acuerdo con una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad. En tanto, la Sofom Corafi es investigada por autoridades de la SHCP y la FGR por lavado de dinero y fraude fiscal.

El “extravío” de 10.6 mdp 

Gavira firmó un convenio modificatorio al Contrato de Intermediación Bursátil entre Liconsa y CI Casa de Bolsa el 25 de febrero de 2019, y, ese mismo día, ordenó la primera compra de Certificados Bursátiles Fiduciarios Privados.

La ASF reunió evidencia de las cartas de instrucción a CI Casa de Bolsa mediante las cuales el entonces director de Administración y Finanzas ordenó la compra de capital por diversos montos —que suman 950 millones de pesos— entre febrero de 2019 y junio de 2020.

En dichas cartas, se estableció que los rendimientos por las inversiones bursátiles serían de una tasa fija anual del 11% y que se depositarían semestralmente a las cuentas de Liconsa y Segalmex. La última orden de compra de certificados se efectuó el 25 de junio y, cinco días después, Gavira fue removido del cargo.

La ASF señaló que, de una de las órdenes de inversión por un monto de 200 millones de pesos, no se acreditó el retorno de los rendimientos generados por 10 millones 633.3 mil pesos, mismos que debían ser depositados a Liconsa el 10 de diciembre de 2020.

“El equipo auditor identificó que, al 31 de diciembre de 2020, no se acreditó el pago de los rendimientos correspondientes a la compra de Certificados Bursátiles Fiduciarios Privados con clave de emisión CI350CB serie 19-6, los cuales, de acuerdo al estado de cuenta de Liconsa, SA de CV, de custodia internacional BBVA Bancomer, SA, Institución de Banca Múltiple con número de cuenta terminación *635, tenían como fecha de amortización el 10 de diciembre de 2020, sin que Liconsa llevara el seguimiento de los mismos”, concluyó la ASF.

 

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