Atsatsilistli, la pelea de relámpagos en Zitlala que garantiza las buenas lluvias del pueblo nahua

El Atsatsilistli consiste en peleas a puño limpio entre pares que desean ofrendar a sus ancestros y a su entorno natural


Texto: Amapola Periodismo 

Fotos: Carlos Navarrete

5 de mayo del 2023

Zitlala

 

Hombres y mujeres nahuas de Zitlala, municipio de la Montaña baja del estado, vestidos de jaguares, se congregaron hoy en el zócalo de la cabecera municipal, como cada año, para realizar su ritual milenario de petición de lluvias denominado Atsatsilistli.

Este ritual consiste en peleas a puño limpio entre pares que desean ofrendar a sus ancestros y a su entorno natural, en las que se utilizan reatas, que previamente fueron tensadas y curadas con mezcal), para el intercambio de golpes.

 

Atsatsilistli es una palabra de origen náhuatl que significa petición de lluvias y, de acuerdo con la tradición de los nahuas, los golpes realizados con la reata al cuerpo del contrincante representan los relámpagos que anuncian las lluvias para su cosecha.

Los participantes son quienes habitan en los diferentes barrios de la cabecera municipal.

Antes de iniciar la ceremonia, los participantes recorrieron las diferentes calles de Zitlala, después se dividieron en dos bandos y, entonces, ingresan a un pequeño ruedo a comenzar las peleas.

Los golpes se lanzan siempre al cuerpo y a la cabeza, que es adornada con una gran máscara de cuero, las peleas concluyen una vez que uno de los contendientes sede o se rinde.


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Mujeres de Zitlala pelean por petición de lluvias

Texto y fotografía: Luis Daniel Nava 

8 de mayo del 20220

Chilapa

 

Desde al menos 10 años, las mujeres de Zitlala participan en el ritual de petición de lluvias. Cada año son más las que se preparan para pelear no sólo por el gusto sino por mantener viva una tradición ancestral que les da identidad.   

Es la tarde del 5 de mayo, Mayra de 12 años y Sabina de 13, salieron de sus casas del barrio de San Mateo para integrarse al contingente de tecuanis o jaguares para pelear en la plaza principal.  

Es la primera vez que participan y lo hacen acompañados de sus padres y hermanos, entre ellos adolescentes y niños, también peleadores. 

Llevan trajes verdes y negros, máscaras de felinos elaboradas con cuero de res y una soga amarrada a la cintura y que termina en una especie de mazo atada a la mano, conocida como cuarta. A Mayra la fajó de la cintura el capitán Gregorio Tomatzin, heredero de una familia de peleadores.  

Antes el capitán pasó a las casas de Mayra y Sabina acompañado de una banda de música de viento, como lo hizo con todos los demás guerreros y guerreras. Es parte de la tradición. En el recorrido adultos, mujeres y niños gritan y bailan con la cuarta invocando al cielo.   

Este día también debutaron dos hermanos de Sabina, uno de 20 y el más pequeño de seis años. Su papá, Adrián Tepetitlán, les ha dejado la estafeta y su mamá Fabiola García los acompaña entusiasmada. 

“Me siento orgullosa de bailar en esta tradición, representar el barrio y la familia”, dice la adolescente.  

Al barrio de La Cabecera se unió Anselma Olea que desde hace tres años ha querido participar, pero se cruzó la pandemia y un accidente que tuvo.  

“Siempre me han gustado las costumbres y las tradiciones de mi pueblo. Cuando eres originaria de un pueblo que alberga tantas es importante conocerlas para encontrar tus raíces y origen […] Me sentí muy bien de ser parte de un ritual ancestral y reconocido a nivel nacional e internacional. Hasta donde pude rendí mi sacrificio y más que un sacrificio fue un placer participar”.  

A Anselma, recuerda, muchos le dijeron que no participara porque el ritual es para hombres y por el riesgo que implica.

En esta edición al menos 20 mujeres fueron parte del ritual, de ellas 12 entraron al cuadrilátero a pelear.  

Tradicionalmente las mujeres participan en otras etapas del ritual como en el encuentro de cruces y velas, los rezos, las ofrendas y la preparación de la comida.

No hay una fecha exacta en que las mujeres se integraron al ritual en la parte de las peleas, aunque se estima que es desde hace unos diez años. 

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