En la acción gráfica por Ayotzinapa una brigada de artistas plasmó en las paredes su denuncia por la participación del Ejército Mexicano en la desaparición de los 43 normalistas, hecho que siempre fue denunciado y recientemente confirmado en el tercer informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI)
Texto: Axel Hernández / Ojos de Perro Contra la Impunidad
Fotografía: Axel Hernández y Paola Macedo
26 de abril del 2022
“¿Qué quieren hacer qué? ¿Un mural? ¡Ah! ¿Son de Ayotzi? ¡Píntenle!”, les dijo don Vicente, un hombre de la tercera edad, habitante del barrio del Santuario en Tixtla, al grupo de jóvenes que tocó su puerta para preguntarle si podían intervenir una de las paredes exteriores de su casa.
Cruzando la calle, un muro gris va perdiendo terreno ante pinceladas de colores verdes y amarillos que dan vida a un par de iguanas. Los peatones miran con extrañeza a esas personas desconocidas que dibujan letras en la pared mientras un grupo de niños curiosos se acercan a ellos, atraídos por las botellas llenas de pintura y la posibilidad de pintar en los bardas.
La brigada es conformada por artistas urbanos de la Ciudad de México que, junto a estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos, acudieron a diferentes comunidades aledañas de Ayotzinapa, una comunidad del municipio de Tixtla, ubicado en la zona Centro de la entidad a hacer una denuncia a través del arte.
Lo plasmado en las paredes denuncia la participación del Ejército Mexicano en la desaparición de los 43 estudiantes normalistas, hecho que siempre fue denunciado y recientemente confirmado en el tercer informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) publicado hace un mes.
La “Acción Gráfica Fue el Ejército, justicia y verdad Ayotzinapa” se llevó a cabo del 14 al 19 de este abril y contó con la participación de una veintena de personas entre muralistas, artistas gráficos, graffiteros y graffiteras que, armados con brochas, pinceles y botes de pintura, respondieron al llamado de los normalistas para plasmar su rabia y decirle al pueblo tixtleco y al mundo quién, de acuerdo a todas las pruebas existentes, fue el culpable de los hechos del 26 de septiembre del 2014.
En las paredes quedaron plasmadas las distintas agresiones que ha vivido la Normal Rural Raúl Isidro Burgos en sus 96 años de historia. La escuela tiene una larga tradición de intervenir sus instalaciones con murales que incluyen mensajes políticos, creados por diferentes artistas en convocatorias surgidas a lo largo de los años.
Sin embargo, esta fue la primera vez en que se planteó trasladar esta práctica a las comunidades. “Salimos de la normal porque creemos que es importante sacar la rabia de los lugares donde normalmente nos concentramos” comenta Hule, integrante del Colectivo 88, una de las organizaciones convocantes a esta actividad.
La pared blanca de don Vicente que hace esquina en las calles Carmen Alcaraz y Acamapixtla, se volvió el lienzo de tres artistas que mezclaron sus técnicas. Con brocha y pincel formaron un paisaje del valle de Tixtla que es contemplado por el rostro de una mujer realizado con aerosol.
Es el rostro de la esposa de Don Vicente, fallecida años atrás, que ahora vuelve a estar presente en el barrio y en el pueblo enarbolando las consignas “Fue el Ejército” y “Nos faltan 43”.
En la contraesquina, los niños curiosos dejaron de ser espectadores para convertirse en pequeños muralistas que sembraron unas coloridas flores en la pared. En esa casa vive la madre de un estudiante que recientemente ingresó a la normal, ella accedió a que intervinieran su casa porque conoce a algunas de las familias que, a siete años, siguen buscando a sus hijos y está consciente de su dolo, pero también de que su lucha sigue vigente. Les pidió a los jóvenes que escribieran la palabra “Justicia” en medio de las iguanas.
Lo sucedido el 26 de septiembre del 2014 en Iguala, es un hecho que ha quedado muy presente en los habitantes de Tixtla ya que varios de los estudiantes desaparecidos vivían en comunidades de este municipio, una de ellas es Omeapa, hogar de Jhosivani Guerrero de la Cruz. También de Emiliano Gaspar de la Cruz y Everardo Rodríguez Bello.
Ahora, en el centro de este pequeño poblado, entre la primaria y la iglesia, existe un espacio rehabilitado mediante el arte para recordarle a todos los que día a día pasan por ahí, que sus paisanos no han sido olvidados.
Fueron los niños y niñas quienes más entusiasmo demostraron, cómo en barrio de El Troncón, donde un grupo de pequeños hicieron una pausa de sus actividades cotidianas y tomaron por asalto varias paredes aledañas al mural.
En Atliaca, una de las brigadas intervino tres muros de la plaza central, en uno de ellos quedó plasmado un pelón con el gesto de rabia tan característico de los normalistas cuando gritan consignas en sus movilizaciones; curiosamente, la fotografía usada por el autor Oner y que rescató de una nota periodística, resultó ser un retrato de Torta, uno de los normalistas que estaba apoyando a los artistas.
A la vuelta de la esquina, en un mural de dos pisos fueron pintados un jaguar y un guerrillero junto a una representación de la ancestral fiesta relacionada al Pozo de Oztotempa, lugar donde según la tradición, habitan los dioses; fueron los niños, después de contarle a los artistas cómo son sus costumbres, quienes dieron origen a la idea de esta obra.
De aquí es originario Israel Caballero Sánchez, otro normalista desaparecido desde hace 91 meses al día de hoy. “Atliaco” uno de los sobrevivientes a la llamada “Noche de Iguala” e integrante del Colectivo los Olvidados de Ayotzinapa cree que estos murales son una medio para preservar la memoria de Israel en su lugar de origen, a la par que se reafirma la consigna de vivos se los llevaron y vivos los queremos.
Una vez superada la desconfianza de las comunidades hacia estos jóvenes desconocidos y de aspecto citadino, las personas les ofrecieron agua y alimentos, una muestra de solidaridad que fue gratamente recibida por los acalorados artistas, acostumbrados a los estigmas en contra su arte propios de las zonas urbanas donde viven, que padecen la persecución policial por el carácter ilegal de sus intervenciones en el espacio público.Con el transcurso de los días, la Acción Gráfica se convirtió también en un espacio de encuentro para los artistas con la población de Tixtla.
“Nos dimos cuenta de que somos gente del barrio luchando por los mismos ideales y nos podemos unir con gente de otros lados que igual y no son de barrio, pero son de pueblo, no es igual la lucha, pero es parecida. Luchábamos por los mismos ideales, luchamos por el agua, por el territorio, por recuperar a nuestros compañeros que están desaparecidos.” narra en entrevista Frnrc, integrante del Jonkies Crew, otro de los colectivos participantes.
El encuentro también se vivió entre los mismos artistas, a través de este ejercicio de creación colectiva basado en la solidaridad y la autogestión, pudieron conocer a personas del mismo gremio con las que comparten la convicción de brindarle todo su apoyo a una nueva generación de estudiantes normalistas.
Esta generación mantiene su exigencia de verdad y justicia a la administración del presidente, Andrés Manuel López Obrador. Exigen que cumpla sus compromisos adquiridos en campaña para con el caso Ayotzinapa.