Maíz transgénico blanco, por qué lo rechaza Sheinbaum y qué propone para su sexenio

Como parte del “Plan C”, la presidenta electa Claudia Sheinbaum respalda llevar a la Constitución la prohibición del maíz transgénico blanco.

Texto: Animal Político

Foto: Archivo Amapola Periodismo

“La soberanía alimentaria sin siembra de maíz transgénico” es una de las metas del siguiente sexenio. Para lograrlo, la administración de Claudia Sheinbaum planea fijar en la Constitución –mediante una de las reformas que integran el “Plan C”- la prohibición para sembrar y producir maíz transgénico para consumo humano.

En México hay más de 64 especies de maíz, pero existen dos variedades principales: blanco y amarillo. El primero se produce exclusivamente para el consumo humano, y lo podemos encontrar en las tortillas que comemos cada día. Mientras que el amarillo se destina al procesamiento industrial y a la alimentación animal.

El maíz transgénicoes un maíz al que se le inserta un gen, de otro organismo vivo, —comúnmente de una bacteria—, para que adquiera características que naturalmente no podría tener como tolerancia a la sequía o tolerancia a herbicidas como el glifosato.

Por ello, su siembra en el país es considerada por los especialistas como un riesgo, pues puede contaminar y modificar los genes de los maíces nativos existentes en México.

La reforma adherida al Plan C contempla prohibir la siembra del maíz blanco y amarrillo transgénico en suelo nacional, y permite unicamente la importación de maíz amarillo transgénico para consumo animal.

La postura es idéntica al decreto presidencial emitido en febrero de 2023 por Andrés Manuel López Obrador. Solo que en esta ocasión, pretende llevarlo a la Constitución.

“Todo el maíz blanco (de México) no es transgénico y va a seguir siendo no transgénico. La dieta de los mexicanos seguirá siendo derivado de maíz producido aquí en México”, dice en entrevista con El Sabueso Julio Berdegué, agrónomo mexicano y próximo secretario de Agricultura y Desarrollo Rural

“Tenemos 64 razas de maíces nativos, son nuestros ancestros… ese maíz criollo o nativo a nosotros nos interesa mucho ayudar con políticas públicas a que las comunidades lo sigan cosechando, produciendo y consumiendo”.

Riesgo de sembrar maíz transgénico en México 

El riesgo de sembrar maíz transgénico, según especialistas consultados, consiste en que todavía se tiene un conocimiento muy limitado sobre las consecuencias de mezclarlo genéticamente con maíces criollos, ya que pueden existir variaciones en las especies, ocasionando pérdida de calidad y propiedades de manera irreparable.

“Algunos genetistas han encontrado que el gen que determina esa característica, ese sabor al pinole, tiene una frecuencia génica del 0.02%, es muy bajita, esa frecuencia génica dominada por otros genes como un transgénico pueden hacer que desaparezcan esos genes (del pinole)”, explica Carlos Ávila Bello, profesor investigador de la Universidad Veracruzana, y quien ha centrado sus estudios sobre el maíz en la Sierra de Santa Marta en Veracruz.

Inclusive podría desaparecer el teocintle —el familiar silvestre del maíz —, cuyos genes comúnmente son utilizados en investigaciones y desarrollos científicos para mejorar el maíz en aspectos de calidad nutritiva, resistencia a enfermedades, entre otras cosas.

En cuanto al consumo humano, se sabe de la posibilidad de que la semilla transgénica pueda ocasionar alergias o toxicidad, o resistencia a antibióticos, como el caso del maíz transgénico de la marca Starlink en Estados Unidos.

Para usar una semilla transgénica se debe de importar de países como Estados Unidos, Argentina o China, donde producen empresas como Monsanto, Syngenta, Dupont, Bayer Cropscience, y Dow, por lo que se dependería de empresas extranjeras para realizar la producción.

Además, implica el uso de la tecnología del glifosato, un herbicida que se ha documentado puede ser absorbido por las mazorcas e incluso se pueden encontrar restos suyos en los derivados del maíz, como tortillas, totopos y frituras, cuenta Carlos Ávila Bello, profesor investigador de la Universidad Veracruzana

Maíz blanco en México

Actualmente en México no se siembra maíz blanco transgénico, solo maíz blanco nativo en diferentes regiones, que implica una siembra a nivel del mar o hasta los 3 mil metros de altura.

Productores de Estados Unidos, en el marco del Tratado de Libre Comercio, intentaron ingresar el maíz blanco transgénico al mercado nacional, pero se dio la prohibición presidencial de 2023.

El promedio anual de producción de maíz blanco nativo es de 27 millones de toneladas, de acuerdo a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader). Con esta producción, el país es casi autosuficiente para el consumo humano.

El año pasado (2023), México sólo compró 490 mil toneladas de maíz blanco a otros países para abastecer el consumo interno del país.

Bajo el contexto de autosuficiencia, Julio Berdegué, agrónomo mexicano y próximo secretario de Agricultura y Desarrollo Rural celebra el decreto de López Obrador y asegura que la siguiente administración está 100% de acuerdo en la prohibición, además de descartar que la transgenia sea la única tecnología que el país podría emplear para mejorar la calidad del maíz. Tecnología que actualmente no es implementada en el consumo local.

Maíz amarillo transgénico seguirá llegando a México

El maíz amarillo transgénico no será sembrado en el país, pero sí podrá seguir siendo importado para alimentar ganado, como aves y cerdo,  y para usos industriales como producción de aceite y almidón, pues México esté lejos de ser autosuficiente en producción, según Julio Berdegué.

“Nos interesa incentivar la produccion de maiz amarillo en nuestro pais, que será no transgénico, para ir reemplazando todo lo que son importaciones”, apunta.

En el país solo se produce maíz amarillo nativo, con un promedio anual de 15 millones de toneladas. Y en  entidades como Yucatán, en su península, las comunidades tienen la particularidad de consumirlo para la producción de sus tortillas.

México adquiere en promedio anual otras 19.7 millones de toneladas más de maíz amarillo  —estos sí transgénicos—, de los cuales 88.7% provienen de Estados Unidos, detalla el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA ).

Se prevé que, para finalizar el 2024, México tenga una disminución en su importación y sea un total de 14 a 16 millones de toneladas de maíz amarillo transgénico.

Aunque no se produzca maíz amarillo transgénico, su transportación a lo largo del país implica un riesgo de contaminación a las especies nativas, pues el polen puede terminar en los campos de cultivo que se ubican a lado de las carreteras, apunta  Rafael Ortega Paczka,  ingeniero agrónomo y académico de la Universidad Autónoma de Chapingo,

Este riesgo ha permanecido por más de 30 años, pues desde la década de 1990 se ha dado preferencia a la importación de este tipo de maíz.

“Nosotros tuvimos autosuficiencia en los años de 1970, luego durante el sexenio de Carlos Salinas comenzó a ser más barato importar el maíz amarillo que sembrarlo, por eso se descuidó. Ahora enfrentamos varios problemas, aumentó la población, ha habido nuevos usos para el maíz y las grandes superficies de las mejores tierras donde se sembraba el maíz, en el Valle de México, en la llanura de Guadalajara, en el Valle de Toluca, el Valle de Puebla, están sepultados por ciudades”, explica Paczka.

¿Qué alternativas existen al maíz transgénico?

La empresa Monsanto mantuvo una demanda durante cuatro años frente a un decreto presidencial en México —que actualmente no está vigente— y que buscaba prescindir del glifosato y del maíz transgénico blanco y amarillo.

Entre sus alegatos, Monsanto aseguraba que una semilla transgénica tiene asegurada su calidad y puede cosecharse en situaciones adversas dentro de una masiva producción de un solo cultivo. Incluso, usuarios en redes sociales retomaron los dichos de dicha empresa para defender el uso de la transgenia, y “obtener productos de calidad”.

Pero la transgenia no es algo que se permita en la siembra de productos básicos con facilidad a lo largo del mundo. Por ejemplo, la Unión Europea no ha permitido que se siembren trigos transgénicos, y ni Japón ni China permiten la transgenia en el arroz.

Berdegué es optimista y considera que además de la prohibición constitucional en México, la transgenia será superada  por otro desarrollo científico que muestre menos consecuencias negativas.  “Yo creo que de aquí a  unos años más, en algunas décadas, debe ser una tecnología superada”, asegura.

Carlos Ávila Bello, profesor investigador de la Universidad Veracruzana y quien ha centrado sus estudios sobre el maíz en la Sierra de Santa Marta en Veracruz, explica que no es necesaria una tecnología futurista para comenzar a mejorar el maíz, pues ya existen alternativas nacionales con las que se puede trabajar.

“La base mundial para el mejoramiento genético es una raza de maíz mexicano, que se llama tuxpeño, ese es un maíz de alta producción, que ha sido la base para el mejoramiento genético no transgénico, tradicional, que no le mete genes extraños al maíz… y  se pueden hacer programas públicos con los pueblos originarios para estudiar”, apunta como una propuesta de solución.

Además de la transgenia y uso de semillas nativas, existe otra tecnología, se trata de las semillas híbridas. Estas consisten en la mezcla de dos variedades de maíces y cuya combinación puede hacerse de manera manual o artificial.

Ejemplo de producción manual de semillas híbridas, de acuerdo al Manual de Greenpeace.

En el mercado de México se disponen de estas semillas híbridas, algunas son producidas en el centro de investigación del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y garantizan altos rendimientos.

Sin embargo, las semillas híbridas producidas por marcas comerciales despiertan la sospecha entre campesinos.

“Hemos visto que quienes adoptan la siembra de maíces híbridos que provienen de (transnacionales) no pueden sembrar el siguiente año, la semilla ya no germina… sospechamos que tienen una tecnología que hace años llamamos terminator, esa tecnología lo que hace es amarrar al productor al mercado, (cada cosecha) ya no tiene la semilla y tiene que comprar de nuevo”, cuenta Ávila.

Gobierno quiere investigar genes del maíz para cosecha en condiciones extremas

Aunque en las últimas décadas no ha existido un considerable apoyo a la investigación del maíz, para mejorar su calidad y producción, la próxima administración asegura que pretende realizar estudios sobre los maíces nativos del país.

“A nosotros nos interesa mucho sobre los estudios de los maíces criollos en los ámbitos nativos en dos aspectos; uno la investigación desde las ciencias sociales, para entender mejor cómo esas comunidades cuidan, conservan, seleccionan, utilizan esos maíces, y también nos interesa mucho la investigación biológica, genética y agronómica para entender esa enorme diversidad genética de las especies”, dice Berdegue.

El próximo secretario de Agricultura todavía no tiene en mano datos sobre un posible presupuesto o detalles de cómo harán posible la investigación del maíz en México, pero asegura que el reto será investigar los genes de cada uno de los 64 tipos que hay en el país.

“Cada una de esas razas pues tiene un genoma, un contenido genético y no lo conocemos, conocemos la puntita del iceberg, cuando yo te digo es un tesoro de diversidad genética, bueno, ¿en qué consiste ese tesoro exactamente? ¿Habrá genes para las altas temperaturas? ¿En cuál de las razas? ¿Habrá genes para las sequías? ¿Habrá genes para nuevos usos como los farmacéuticos?, cuestiona Berdegué.

Pretende que los resultados de las investigaciones sobre el maíz sean de dominio público. “Que sean propiedad de la nación mexicana y de las comunidades  indígenas que han construido esos maíces, y no pueda ser un conocimiento que pueda ser apropiado por alguna empresa que viene, colecciona semillas y utiliza esos genes para uso privado-particular”, asegura.

La sequía reventó al “granero de México”

Ahora mismo hay incertidumbre sobre los precios de los granos que se produjeron en Sinaloa, pues el maíz ya reporta baja productividad por falta de riego y el mercado del frijol y garbanzo ya cuenta con sobreproducción.


Texto: Marcos Viscarra/Revista Espejo

Foto: Cortesía de Gobierno de Sinaloa

Sábado 13 de abril 

 

Sinaloa es un estado que anualmente utiliza hasta 800 mil hectáreas para sembrar. Un buen año, que puede tomarse así cuando hay agua suficiente, se utilizan hasta 560 mil para maíz, pero en la actual temporada solo se usaron 200 mil.

“El problema va a estar en el rendimiento, porque le faltó un riego al maíz”, dijo Marte Vega en entrevista para Revista ESPEJO.

La gran producción agroalimentaria es el referente para nombrar a Sinaloa como el “granero de México”, pero la sequía ha reventado este gran centro siembra y cosecha. Ahora mismo no sabe cuántas toneladas de maíz, el producto estrella de éste Estado, podrán cosecharse, pero entre productores reconocen que será un año malo.

“Estamos hablando de que ya son 3 años malos…”, continuó Vega, quien dos días antes de hablar de esa preocupación estuvo sentado con funcionarios federales y empresarios industriales para exigir una atención en un precio justo de los granos.

La cotización actual se compondría de 176 dólares, que es el precio a futuro, más 76 dólares que es el costo de las bases, por un tipo de cambio de 16.44 pesos por dólar. El valor aproximado sería de 4 mil 142 pesos por tonelada.

La sequía convirtió al campo sinaloense en un problema con pocas salidas, se depende de las bolsas extranjeras y una baja producción del producto más importante del Estado.

¿CÓMO SE DETERMINÓ LA SUPERFICIE DE SIEMBRA?

El 1 de octubre se hace el corte por la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Se hace el cálculo sobre cuánta agua hay en las presas y se determinan los volúmenes pueden usarse en la distribución para el campo.

Se hacen reuniones en conjunto con módulos de riego, los cuales proponen una estrategia y se discute hasta llegar a un acuerdo.

La actual temporada limitó los cultivos por un bajo nivel de agua en las presas ante una muy reducida captación por falta de lluvias en 2023, se prefirió otorgar volúmenes de agua para permisos de siembra para productos de baja demanda, aunque eso provocó un gran problema.

EL PROBLEMA DE LA SOBREPRODUCCIÓN

“Ahora hay sobreproducción de frijol y de garbanzo, aunque eso ya sabíamos que iba a pasar. Hay también un problema de rentabilidad para el maíz”, dijo Vega.

Anualmente se siembran unas 50 mil hectáreas de frijol, pero esta temporada fue el doble. Lo mismo ocurre con el garbanzo, un producto de exportación que se suele sembrar en unas 30 mil hectáreas, pero en ésta ocasión fueron 70 mil.

Los rendimientos ahora dan un resultado que revienta el mercado y, por lo tanto, reduce los precios por tanta oferta.

De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), éste 2024 puede haber complicaciones meteorológicas y el nivel de lluvias estará limitado, a causa de que se establezca un “año Niña”, un fenómeno climático que tiene como característica principal la reducción de lluvias.

Lo que ahora es posible contar, es que en los próximos cuatro meses no se tendrá registro de lluvias sostenidas y, por lo tanto, no habrá captación en las 11 presas productivas.

En el último reporte de la Conagua se estableció que las presas se encuentran con un 13 por ciento de su capacidad de almacenamiento y aún se tiene extracciones superiores a los 100 metros cúbicos por segundo.

“Vienen meses complicados y ya hay meses críticos”, mencionó Vega, señalando que de no poder tener un almacenamiento que supere el 50 por ciento de las presas se volverá a apostar por productos de baja demanda de agua y, de nueva cuenta, caer en sobreproducción y bajos precios.

El campo guerrerense en riesgo por maíz transgénico y sequias

La UNTA alerta sobre la posibilidad de que los mexicanos de todos modos consuman maíz transgénico porque la mayoría de los productos derivados del maíz son importado de Estados Unidos y aunque oficialmente no hay confirmación de que se utilice maíz transgénico, nada les impide a las empresas del país vecino hacerlo


Texto: Itzel Urieta

4 de enero del 2024

Chilpancingo

 

Productores de maíz en Guerrero apoyan la posición del gobierno federal de no dejar que Estados Unidos y Canadá importen maíz transgénico, lo que generó una controversia entre México y sus socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

En medio de las negociaciones del TLCAN, en octubre del 2021, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió una sentencia donde prohibió el ingreso de maíz transgénico, bajo el argumento de que los organismos genéticamente modificados (OGM) dañan permanentemente la biodiversidad.

Por este hecho, Estados Unidos argumentó que México violó el TLCAN, también llamado Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés). Su argumento fue la perdida de exportaciones y aseguraron que el decreto de la SCJN era proteccionista y emocional.

México se mantiene en la postura de no permitir el ingreso de maíz transgénico, por lo que se abrió un panel para discutir una salida al tema que, de acuerdo con el calendario, deberá resolverse este 5 de enero.

“Mi opinión es que el gobierno de México tiene razón, aunque todavía no está muy definido que tanto daño hace el maíz transgénico, meter el maíz transgénico en México causaría un ecocidio por el tema de que somos país de origen”, afirmó Ventura Reyes Urióstegui, líder estatal de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA).

Con la posible llegada masiva del maíz transgénico, la cultura milenaria de sembrar maíz orgánico, de escoger la mejor semilla para el tipo de suelo, temporada y altitud, está en riesgo de desaparecer.

“La introducción del maíz transgénico lleva también a que se monopolice la venta de las semillas y a la desaparición de las variedades de maíz que alimenta a la población de México», agregó el líder de la UNTA.

Foto: Oscar Guerrero / Archivo.

La disputa entre México contra Estados Unidos y Canadá por el maíz transgénico genera incertidumbre en el campo guerrerense, sumado a eso, la sequía y la falta de apoyos a los productores afecta la producción del principal alimento de los mexicanos.

Aunque el narcotráfico y la migración ocupan el centro mediático de las negociaciones del TLCAN, durante meses están detenidos en otro tipo de conflicto: una pelea por alimentos.

Para Reyes Urióstegui el tema va de la mano con la producción de maíz en México, la cual asegura deber ser una producción que garantice la autosuficiencia alimentaria.

La mayoría de los productos derivados del maíz son importado de Estados Unidos y aunque oficialmente no hay confirmación de que se utilice maíz transgénico, nada les impide a las empresas del país vecino hacerlo.

Es decir, en México no se puede sembrar este tipo de maíz transgénico, tampoco se debería importar, pero Estados Unidos es el mayor importador de este grano y sus normas no son claras sobre el producto que llega a México.

El maíz amarillo de Estados Unidos que se sospecha es transgénico se ocupa para la producción de alimento para animales, alimentos procesados y algunas harinas para hacer tortillas, por lo que el mexicano a pesar de no producir maíz transgénico, está expuesto a ese producto en su vida cotidiana.

Al pollo de granja se le alimenta con este tipo de maíz importado de Estados Unidos y las frituras procesadas también se hacen de este maíz, de acuerdo con lo relatado por Reyes Urióstegui en entrevista telefónica.

“La cultura del mexicano en el campo es siempre tener una parcela de maíz y eso nos lleva que siembra bastante maíz para autoconsumo, de distintas variedades que el campesino selecciones depende del clima, el suelo y la altitud”, dijo Reyes Urióstegui.

Foto: Salvador Cisneros / archivo. 10 de marzo del 2021.

La opción que tiene México contra el maíz transgénico es el maíz hibrido; un tipo de maíz que naturalmente, de manos de campesinos y académicos, combina especies de maíz nativo para mejorar la semilla.

En el caso del transgénico “el asunto es que las empresas semilleras transnacionales de Estados Unidos le han introducido genes que hacen resistente al maíz, sobre todo del glifosato, lo que genera que puedan aplicar herbicidas indiscriminadamente y al maíz no le afecta”.

“Esa alteración genética que hacen del maíz transgénico ayuda a los maíces para que no se lo coman las plagas, pero siendo para consumo humano esa alteración genética puede afectar al consumo”, agregó Reyes Urióstegui.

 

Con el maíz transgénico se pone en riesgo la reproducción natural del maíz: Especialista

Para el biólogo Epifanio Blancas Calva, especialista en aves polinizadoras, la introducción de especies genéticamente modificadas pone en riesgo la reproducción natural de las especies de plantas y aves.

El maíz es una planta que realiza sola su propia reproducción; las espigas sueltan su polen y lo recogen los cabellos del elote, lo que genera su reproducción.

“Los paquetes tecnológicos con lo que alteran las semillas son un problema porque son sumamente agresivos para el ecosistema y acaban con todo, con los polinizadores, insectos, hierbas y hasta la especie humana”, explicó Blancas Calva.

Otro problema con las semillas transgénicas, de acuerdo con el académico, es que son conocidas como terminator, porque se siembran una sola vez y al ser alteradas genéticamente por las corporaciones transnacionales ya no se reproducen y en la próxima temporada, se obliga a los campesinos a comprar la semilla a las mismas empresas.

“El proceso de la selección del maíz se dio en Mesoamérica y consiste en seleccionar una por una la semilla, de decir cuál siembro, cuál guardo y de esa manera hoy tenemos una gran diversidad de semillas y maíces que están adaptadas a las condiciones locales de cada punto del país”, agregó Blancas Calva.

“El proceso histórico de selección de semillas se está truncando, lo cual es gravísimo y muchas veces en la ciudad no nos damos cuenta del problema que representa eso», consideró el académico.

De acuerdo con Reyes Urióstegui la falta de lluvias este año y la falta de apoyos para los productores también ponen en riesgo la cosecha y los precios del maíz.

Los datos de la UNTA indican que puede haber una merma del 50 por ciento en la producción del maíz este año, a consecuencia de la mala temporada de lluvias.

Para Reyes Urióstegui, en Guerrero, no hay datos precisos sobre la producción el maíz. Los datos varían porque las instituciones “siempre quieren dar la impresión de que hay buena producción y no aceptan que se disminuye la producción”.

El dato oficial de la Secretaría de Desarrollo Rural indica que se produce un millón y medio de toneladas anuales; la cifra del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) es de un millón 300 mil toneladas, dato que coincide con otras dependencias.

El tribunal T-MEC sobre el maíz transgénico suscita inquietud con sus primeras decisiones

Texto: Timothy A. Wise/Pie de Página 

Foto: Michael Farrelly y Timothy A. Wise

31 de diciembre 2023

OAXACA.- Las fiestas navideñas en Estados Unidos no son nada comparadas con las celebraciones en México, menos aún comparadas con las del estado indígena sureño de Oaxaca, donde tengo la suerte de pasar las fiestas. Las escuelas y las oficinas gubernamentales salieron el 15 de diciembre y no vuelven hasta el 8 de enero. Las celebraciones son incesantes. 

Las procesiones religiosas y cívicas conocidas como calendas, con marionetas gigantes y bandas de música, cortan el tráfico. Los santos desfilan. Uno tras otro -la Virgen de Guadalupe, Nuestra Señora de la Soledad- es festejado con una celebración pública. Los belenes cubren la ciudad. Incluso el 23 de diciembre se celebra el Festival del Rábano en Oaxaca un concurso anual que se remonta 126 años atrás y en el que se tallan escenas y figuras en rábanos gigantes. El mezcal fluye libremente desde antes de Nochevieja hasta el día de Reyes, el 6 de enero.

Los Reyes Magos trajeron regalos, pero los Tres Panelistas facultados para resolver la actual disputa comercial entre Estados Unidos. y México sobre el maíz transgénico -Christian Häberli de Suiza, Hugo Perezcano Díaz de México y Jean E. Kalicki de EEUU.- no parecen tener el mismo espíritu.

Los Reyes Magos trajeron regalos, pero los Tres Panelistas facultados para resolver la actual disputa comercial entre Estados Unidos. y México sobre el maíz transgénico -Christian Häberli de Suiza, Hugo Perezcano Díaz de México y Jean E. Kalicki de EEUU.- no parecen tener el mismo espíritu navideño. 

Después de semanas de retrasos, el caso escrito de Estados Unidos en la disputa del Tratado Mexico-Estados Unidos-Canada (T-MEC) fue finalmente presentado, finalizado y traducido, con sus 70 páginas y 139 anexos. Se tardó hasta principios de diciembre porque México exigió una traducción oficial, no una versión automática. Es justo; hay mucho en juego en el caso. 

Antes de las vacaciones, los panelistas también entregaron respuestas tardías a grupos no gubernamentales que, siguiendo las directrices del T-MEC, habían escrito cartas solicitando «permiso» para presentar comentarios formales de diez páginas al panel. Unas 13 ONG enviaron cartas apoyando la defensa de México, como documentó el Insituto de Politica Agricola y Comercial (IATP, por sus siglas en ingles). También lo hizo la asociación de la industria biotecnológica BIO. El IATP presentó una solicitud, y yo también lo hice en mi calidad de investigador principal en un instituto de la Universidad de Tufts. De Mexico ofrecen comentarios la ANEC, Semillas de Vida, Grupo Vicente Guerrero, Poder del Consumidor, y PODER.

El 15 de diciembre, tres semanas después de la fecha límite prometida del 21 de noviembre (como se indica en las directrices del T-MEC), el panel nos notificó que BIO sería invitada a presentar comentarios y que 10 de las 13 ONG también estaban invitadas, entre ellas las cinco organizaciones mexicanas. La secretaría de la T-MEC publicó las decisiones y la justificación del panel (que en el momento de escribir estas líneas estaba «Pendiente de revisión»). Son ligeramente alentadoras, pero también potencialmente preocupantes.

Es una buena señal que el panel invitara a 10 ONG a presentar comentarios en apoyo de la defensa de México. Según se informa, el gobierno estadounidense recomendó que no se aceptara ninguno de ellos, sólo el de la industria biotecnológica. El gobierno mexicano apoyó todas las propuestas, incluida la de BIO, y afortunadamente el panel adoptó un enfoque más abierto. Estos comentarios proporcionarán una amplia y profunda información y análisis que sin duda ayudarán al panel en sus deliberaciones.

No se me invitó a presentar comentarios sobre el caso. Tampoco lo fueron la Unión Nacional de Agricultores de Canadá ni Farm Action de EE.UU. Habrían ofrecido una voz útil desde los agricultores del norte, argumentando que las restricciones al maíz transgénico de México representan una oportunidad de mercado, no una pérdida, para los agricultores estadounidenses y canadienses, que podrían obtener precios un 20% más altos por sus exportaciones si cambiaran al maíz no transgénico. 

En otras palabras, las restricciones al maíz transgénico de México podrían no perjudicar a los agricultores estadounidenses, sino darles un mayor valor por sus exportaciones de maíz. Yo habría presentado datos para respaldar esa afirmación, como escribí hace un año.

El panel del T-MEC no dio razones sustantivas para rechazar nuestras peticiones de presentar comentarios formales, pero la exclusión sugiere que pueden estar aceptando como dada la afirmación de Estados Unidos de que las restricciones al maíz transgénico de México tienen un impacto comercial negativo. Sin preguntas, aparentemente. 

Una señal más preocupante llegó en una de las cartas de aceptación. En su respuesta invitando a Amigos de la Tierra a presentar comentarios sobre la ciencia que justifica las preocupaciones de México sobre la seguridad del maíz transgénico en sus tortillas, el panel estipuló que tales comentarios deben:

«excluir cualquier discusión sobre ‘herbicidas a base de glifosato y endotoxinas Bt’, que es una cuestión de hecho que no está ante este Panel, y centrarse únicamente en los ‘impactos sobre la salud humana y el medio ambiente del maíz blanco transgénico’«

¿Excluir qué? Esas son las principales preocupaciones en materia de salud humana.

Las endotoxinas Bt son una de las dos principales formas de modificación genética del maíz, que insertan una bacteria en el genoma del maíz para matar al barrenador europeo del maíz y otras plagas. Como se indica en su carta, la propuesta de FOE presentaría una serie de nuevas pruebas de que la endotoxina Bt, que actúa sobre el intestino del barrenador del maíz, podría afectar a los intestinos de los organismos que consumen maíz transgénico Bt. Con el enorme aumento en los últimos años en México y los EE.UU. de las enfermedades relacionadas con el intestino, desde la enfermedad de Crohn hasta el intestino permeable, ¿qué podría ser más relevante para las cuestiones de salud humana?

Tal vez sólo los posibles residuos del glifosato rociado abundantemente en la otra variedad de maíz transgénico diseñado para tolerar Roundup y otras herbicidas a base de glifosato. Los residuos son un problema probado y muchas pruebas recientes relacionan bajos niveles de exposición durante largos periodos de tiempo con problemas de riñón, hígado y otros problemas de salud. 

La mayor parte del maíz blanco transgénico procedente de Estados Unidos presenta ambos rasgos, por lo que la mayor parte del maíz transgénico que entra en México puede presentar riesgos tanto por residuos de Bt como de glifosato. De hecho, ambos se han encontrado en tortillas y otros productos de consumo a base de maíz en México.

¿Cómo va a evaluar el grupo especial la afirmación de México de que está tomando medidas cautelares para proteger la salud pública si esos riesgos se excluyen desde el principio? Uno espera que el panel haya malinterpretado parte del lenguaje técnico de la carta de FOE. Si no es así, la restricción muestra o bien una profunda incomprensión de la ciencia de los transgénicos o un sesgo sistémico que excluye los principales riesgos para la salud en discusión, aceptando como dada la postura de EE.UU. de que los cultivos transgénicos son «sustancialmente equivalentes» a sus homólogos convencionales, por lo que no es necesario ningún estudio adicional. 

México insiste en que sus altos niveles de consumo de maíz mínimamente procesado exigen precaución en ausencia de pruebas científicas de seguridad. De hecho, Sin Maíz No Hay País de recién exhortó al gobierno mexicano que inicie una contrademanda a los EE.UU. por estas razones. Cualquiera de los dos defectos en el pensamiento del tribunal sugeriría una insensibilidad cultural que no augura nada bueno para un panel facultado para dictaminar sobre la integridad sanitaria, medioambiental y cultural de la apreciada cultura y dieta del maíz de México. 

Hablando de insensibilidad cultural, los panelistas dieron de plazo a México hasta el 4 de enero para presentar su defensa por escrito, dos días antes de Reyes. Los panelistas básicamente exigen que el gobierno trabaje en ello durante toda la elaborada temporada navideña mexicana. Me han dicho que el gobierno mexicano pidió una prórroga de dos semanas para tener en cuenta las fiestas, pero Estados Unidos se opuso y el panel rechazó la petición. 

Hay que recordar que el propio panel había incumplido su propio plazo en tres semanas para entregar las respuestas a las ONG, y que tiene derecho a ajustar el calendario de disputas del T-MEC a su discreción.

La Secretaría del T-MEC, que para esta disputa es administrada por la Secretaría de Economía de México, no pudo ser localizada para hacer comentarios sobre la adherencia del panel al calendario del T-MEC. ¿Por qué? Su respuesta automática indicaba que estarían cerrados del 18 de diciembre al 2 de enero por las fiestas navideñas. 

«Bah humbug» a todos los científicos, economistas, abogados y funcionarios mexicanos que pasarán las fiestas no en celebraciones familiares, observancias religiosas o eventos comunitarios, sino finalizando la respuesta de México a un caso estadounidense entregado en español a México más de un mes después de la fecha límite establecida en el USMCA.

Timothy A. Wise es Asesor Principal del Instituto de Política Agrícola y Comercial (IATP), donde su trabajo se centra en el Futuro de la Alimentación, basado en su libro, Eating Tomorrow: Agribusiness, Family Farmers, and the Battle for the Future of Food (The New Press, 2019). Es experto en temas relacionadas al maíz, los tradados de libre comercio, y las controversias sobre los cultivos transgénicos. Es investigador principal del Instituto de Desarrollo Global y Medio Ambiente de la Universidad de Tufts, donde fundó y dirigió su Programa de Globalización y Desarrollo Sostenible. Anteriormente dirigió la agencia de ayuda internacional Grassroots International. Es autor de Confronting Globalization:Economic Integration and Popular Resistance in Mexico, además de Eating Tomorrow. Vive en Cambridge, Massachusetts.

Campesinos de Tixtla pierden sus cultivos por lluvias

Fotografia: Oscar Guerrero

Casi un centenar de campesinos de Tixtla perdieron sus cultivos por las lluvias provocadas por la tormenta tropical Lester.

A causa de Lester se desbordaron cuatro arroyos que atraviesan la ciudad de Tixtla y desembocan en la laguna, lo que provocó que se llenara y desbordara.

Mario Vázquez, quien tiene su sembradío en el barrio El Santuario, perdió una hectárea de maíz.

Hasta el momento, las autoridades federales, estatales o municipales no han ayudado a los campesinos afectados.

Mario tampoco podrá vender sus flores, las lluvias tambien las dañaron.

Cuenta el campesino que perdió alrededor de 30,000 pesos por la inversión que hizo en semilla, fertilizante y pago de peones.

Mario es optimista, empezó a sembrar maíz de nuevo.

 

 

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La norma oficial sobre el maíz se perfila para seguir favoreciendo a Maseca y Minsa sobre productores locales

La Norma Oficial Mexicana 187, que regula la distribución y los usos y límites de la nixtamalización, aditivos, denominación y distribución de los productos de maíz en México, ha beneficiado los intereses de empresas como Maseca y Minsa por encima de productores locales de tortillas y molinos de nixtamalización. Y su actualización mantiene ese enfoque


Texto: Claudia Ocaranza/ Periodismo Empower*

Foto: Especial

Ciudad de México

 

Nuestro proceso de nixtamalización es más eficiente en cuanto a consumo de agua y energía que el método tradicional” y “Maseca, conserva el proceso tradicional de la nixtamalización: especialistas” son algunos de los mensajes que Maseca, subsidiaria del consorcio mexicano Gruma (BMV:GRUMA) y líder en el mercado de la harina de masa de maíz, ha generado desde  1950 para convencer tanto a los consumidores como a sus clientes, las tortillerías, de que su producto sigue el mismo proceso que la masa de maíz nixtamalizada y que es igual o mejor.

Hoy, esa narrativa, junto con otros factores como la crisis que enfrentan los pequeños productores de maíz y los molinos de nixtamal, y la necesidad de las tortillerías de generar más producto a menores costos, ha permeado el actual proceso para crear la nueva Norma Oficial Mexicana 187 (NOM-187). Según fuentes que participan, ha habido poca participación de la industria tradicional en contraste con la sobre representación de la gran industria, así como la inclusión de personas que representan tanto a empresas como a los intereses de algunas de las principales cámaras y consejos industriales del país al mismo tiempo.

“A la industria tradicional nos pusieron como titular a Maseca, como si no nos pudiéramos poner de acuerdo, como diciendo ‘no saben trabajar, pero los necesitamos porque ellos (Maseca) no tienen puntos de venta directa”, relató Blanca Mejía a Empower, representante del Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana y fundadora de Red Maíz, quien participó en la primera etapa del actual proceso de revisión y creación de la nueva NOM.

En la última versión de la nueva NOM-187, con fecha del 28 de mayo de 2022, que no ha sido aprobada ni publicada (pero a la cual Empower tuvo acceso a gracias a una filtración), aparecen como participantes del Grupo de Trabajo para la redacción de la misma  organismos y dependencias del gobierno, organizaciones de la sociedad civil, cámaras, consejos y comités nacionales y regionales, y empresas. Sin embargo, llama la atención que Gruma tuvo participación a través de varias subsidiarias: Mission Foods México, Investigación Técnica Avanzada, Harina de Maíz de Mexicali y Harina de Yucatán.

Al menos las dos primeras filiales de Gruma emitieron comentarios para la revisión de la norma, según minutas y tablas de observaciones a las que tuvo acceso Empower. Por otro lado, en las minutas aparecen personas que mantienen una doble función: como representantes de la industria en unas y como representantes de empresas en otras, como es el caso de Zully Corona Zurita, que acude a las primeras reuniones como la encargada de Bimbo y después, en otros encuentros, como parte del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).

Otra fuente, que solicitó el anonimato porque sigue siendo parte del proceso, confirmó que la sobre representación de la gran industria impactó en cómo se plantearon algunos temas específicos, como la definición de nixtamalización y la denominación, es decir, lo que se informa a los consumidores sobre los productos de maíz.

Nixtamalización tradicional contra la industrial

La última versión no pública de la revisión de la NOM define a la nixtamalización como el “proceso de cocer maíz en agua con hidróxido de calcio y posteriormente someterlo a un periodo de reposo, con el propósito de obtener el nixtamal de maíz que puede ser molido a masa o molido y deshidratado a harina”. Aunque es un avance en comparación con la definición original en la primera NOM-187 creada en 2003, donde no se incluye que el maíz con la cal debe ser sometido a un periodo de reposo, aún se queda corta para proteger a los molinos de maíz y a quienes hacen la nixtamalización en el estilo tradicional.

El tiempo de reposo es clave para que el maíz conserve sus beneficios y no tenga que ser adicionado con minerales, nutrientes y vitaminas, como hacen Maseca y Minsa (BMV:MINSA). Este paso de diferencia que las autoridades regulatorias exigen a la gran industria es promovido como una ventaja competitiva, según nixtamaleros y nixtamaleras tradicionales consultadas por Empower.

Blanca Mejía, tercera generación de productores de tortilla, explicó que “la gran industria deja reposar dos horas, nosotros 16 horas para que el grano se abra, absorba los minerales de la cal, el calcio y haga simbiosis uno con otro. Es como un marinado. Al pasar estas horas, el pericarpio (la cáscara del maíz) se ablanda y en los molinos se puede triturar con él. La gran industria retira el pericarpio porque, al pasar dos horas, está duro. Entonces lavan y secan el maíz, le agregan aditivos, aglutinadores y químicos para sustituir los beneficios y bondades del pericarpio”.

“Academia, sociedad civil y otros sectores no estuvieron de acuerdo con cómo quedó (la definición), pero otros grupos, la gran industria, sí estuvieron de acuerdo. Eso genera desbalance”, dijo la fuente anónima cercana al sector salud.

En ese desbalance, áreas dentro del negocio de la tortilla, como pequeños productores de maíz y molinos de nixtamal, quedan fuera de la conversación de la NOM. Santiago Muñoz, cofundador de Maizajo, un molino de nixtamal y tortillería ubicada en la Ciudad de México y que nixtamaliza de la forma tradicional, relató a Empower que “Maseca llega y les dice, ‘tú compra el producto, yo te pongo la máquina’, entonces es una familia de tres que los tres se dedican a eso. Entonces les traen la harina, le ponen agua, tienen su revolvedora y listo”.

“La palabra ‘nixtamalizada’ induce a los consumidores a creer que el producto cuenta con las propiedades de la nixtamalización, las cuales solo pueden ser obtenidas si se trata de masa de maíz. Por lo cual, el uso de la palabra ’nixtamalizada’ en productos que utilizan harinas y que no adquieren las mismas propiedades implica un engaño para los consumidores”, opinó la organización El Poder del Consumidor como parte de las observaciones abiertas a todos los participantes y a las cuales Empower tuvo acceso.

Aunque no se puede hablar de una interferencia de la industria en el proceso de la NOM-187, porque por ley está invitada a participar, en un análisis de los comentarios emitidos por empresas, cámaras y consejos representantes de la industria realizado por Empower se pueden encontrar los intereses por los que pugnó ese grupo, aunque en la última versión varias de las propuestas no fueron aprobadas.

Con respecto a la definición de nixtamalización, la Cámara Nacional del Maíz Industrializado (CANAMI) y el CNA propusieron que se permitiera “el uso de otros materiales alcalinos en el proceso de nixtamalización, ya que el hidróxido de calcio (cal) no es el único”. Su razón fue que con sales de calcio se hace un proceso más “sustentable y ecológico”.

El oligopolio de la harinización

Durante décadas, Maseca, del conglomerado Gruma, dirigió su publicidad a comunicar que la harina de maíz era benéfica para la salud porque está adicionada con vitaminas, además de ser “más sabrosas, más blancas”.

En un comercial de la década de 1990, se puede observar una fila de personas donde llegan otras preguntando frases como “¿aquí venden energéticos?, ¿aquí es donde se compra el calcio?, ¿ésta es la fila para lo más saludable? y ¿aquí es donde tienen ácido fólico?” y otras respondiendo “sí” a todas las preguntas. El anuncio termina con una voz en off diciendo “busca siempre las tortillerías que hacen sus tortillas con harina Maseca de maíz 100% natural que, además de tener calcio, están adicionadas con hierro, zinc y ácido fólico”.

Esa narrativa, sumado a otras estrategias instauradas por Gruma y Minsa, a las que el investigador Gustavo Vargas Sánchez denomina como un oligopolio, ha provocado una “harinización” del mercado de las tortillas. Algunas de esas estrategias son la idealización de la industrialización de la nixtamalización, creación de demanda y hacerse parte de un mercado con demanda rígida, como con la compra de tortillerías para ser materia prima indispensable, según su estudio “El mercado de harina de maíz en México. Una interpretación macroeconómica”.

También por años Gruma y Minsa se movieron en el mercado sin una NOM, hasta 2003 que se hizo la primera versión de la que ahora se va a sustituir. Pero, en esa ocasión, no hubo gran cantidad de grupos opositores a los intereses de la industria. En el listado de quienes participaron en la creación de la norma, aparecieron mayormente dependencias del gobierno y empresas, entre las cuales están Minsa y Gruma.

Gruma ha tenido posiciones en la élite económica desde su fundación en 1949. Fue fundada por Roberto González Barrera, también fundador de Grupo Financiero Banorte junto con Carlos Hank González. Los consejos de ambas empresas han estado controlado por la familia González. Actualmente Gruma es dirigida por Juan Antonio González Moreno. Desde 2016, trabajadores de Mission Foods, subsidiaria de Gruma, han enfrentado a la empresa por prohibirles ser parte del sindicato United Food and Commercial Workers UFCW) en Estados Unidos.

Entre 2016-18, Gruma tuvo contratos con el gobierno mexicano por 667 millones 677 mil 283 pesos, de acuerdo con Compranet a través de QuiénEsQuién.Wiki.

Por su parte, Grupo Minsa es parte del Consorcio Grupo G, S.A. de C.V., propiedad de los hermanos jaliscienses Rafael, Arando, Guillermo, Alfonso y Raymundo Gómez Flores y, su padre, Alfonso Gómez Somellera. Otras empresas que componen el Grupo son Consorcio Inmobiliario G, S.A. de C.V., Dina Camiones, S.A. de C.V., Almacenadora Mercader S.A. (ALMER) y Mercader Financial, S.A. SOFOM ER. Minsa fue fundada en 1993 cuando adquirió cinco plantas de harina de Maíz Industrializado Conasupo, S.A. de C.V. (MICONSA) y la marca Minsa.

El alcance político y empresarial de la familia Gómez tiene un carácter más local, ubicándose en el estado de Jalisco. Por ejemplo, Omar Raymundo Gómez Flores, consejero de Grupo Minsa desde 2018, ha sido senador por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) (2000-03). Además, fue coordinador del consejo asesor de Jalisco a Futuro, un proyecto de la Universidad de Guadalajara y el Consejo Económico y Social del Estado de Jalisco para el Desarrollo y la Competitividad (CEJSAL).

Además, Luis Antonio García Serrato, director general de Grupo Minsa desde 2017, estuvo involucrado en acusaciones de prácticas monopólicas de frijol en 2006, en contubernio con Manuel y Jorge Bribiesca Sahagún, hijos de Marta María Sahagún Jiménez, esposa de Vicente Fox Quesada, expresidente de México (2000-06). Cabe destacar que Altagracia Gómez, presidenta del consejo de administración de Grupo Minsa desde 2018, tuvo un programa de televisión con Alfonso Gómez, secretario de Educación del Estado de Jalisco.

Entre 2016-21, Minsa tuvo contratos con el gobierno mexicano por 120,661,606 pesos, según Compranet vía QuiénEsQuién.Wiki.

Tanto Gruma como Minsa están integradas a la CANAMI y al CNA, también participantes en el proceso de la NOM. González Barrera, dueño de Gruma, también forma parte del Consejo Mexicano de Negocios y de la CAINTRA.

El CNA, dirigido desde 2010 por Luis Fernando Haro Encinas y presidido por Juan Cortina Gallardo, también director de Grupo Azucarero México, S.A. de C.V., obtuvo, entre 2009-18, la cantidad de 48,699,831 pesos por parte del gobierno mexicano como pago por actividades como “apoyo para foros, talleres y otros eventos de capacitación”. El monto más grande que obtuvo de una transacción fue en 2016, cuando la SHCP otorgó 10,500,300 pesos para que el CNA realizara foros, talleres y otros eventos de capacitación en el marco del Programa de apoyo de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) para acceder al crédito y fomentar la integración económica y financiera para el desarrollo rural. Además, se opuso a la prohibición del glifosato en México.

Minsa refirió a CANAMI para hablar sobre la NOM y dijo no poder responder preguntas sobre sus procesos industriales por secreto comercial. CANAMI y Gruma respondieron no poder dar entrevistas sobre la NOM por haber firmado un acuerdo de confidencialidad con las autoridades que llevan el proceso.

Mejoradores de masa en detrimento de la salud pública

La definición de nixtamalización en la NOM-187 no diferencia entre el proceso artesanal y el industrial y eso se reflejará en la denominación, así como los aditivos usados y permitidos para el procesamiento del maíz, explicó Gabriela Guzmán, abogada del área legal de El Poder del Consumidor, a Empower.

El proyecto de la NOM-187, que ya está publicado en el Diario Oficial de la Federación, contempla a los “Aditivos Combinados” como “Mezcla de dos o más aditivos con diferentes funciones tecnológicas, la cual debe garantizar que los aditivos con Ingesta Diaria Admisible, conforme al uso sugerido por el fabricante, se usen en los niveles permitidos”.

CANAMI, CNA, Nestlé, Bimbo. Gremab e Investigación Técnica Avanzada (subsidiaria de Gruma) solicitaron eliminar el numeral donde se definía a los aditivos combinados, según el listado de comentarios a los que Empower tuvo acceso. Si fuera aprobado, podría significar aún menos control sobre el uso y la venta de ese tipo de aditivos por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). En efecto, en la versión de la norma que aún no se aprueba ni se publica, ya no aparece el numeral ni la definición de aditivos combinados.

El problema es que algunos de esos aditivos combinados son los que se conocen como “mejoradores de masa y mejoradores de tortilla, que actualmente no se encuentran etiquetados apropiadamente (…) es muy importante conocerlo [el contenido específico de cada aditivo] debido a que el nivel de exposición de los mexicanos, al consumir una gran cantidad de tortilla, es considerable, además de que las tostadas llevan asociado un calentamiento extremo de los conservadores y otros aditivos incluidos en dichas mezclas. No se conoce la exposición a la que se enfrentan los mexicanos al consumir tortillas con el contenido desconocido de dichos aditivos”, según emitió la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el listado de observaciones.

“Pues llegan en un vochito y te dan su catálogo. Tuve sus botellas alguna vez, le dije, ‘ay, a ver’, nada más por curioso. Son botes sin etiquetas. Sólo dice mejorador. Te dicen: ‘traigo los mejoradores de maíz’. Hay una madre que le ponen a la masa que se expande y te rinde más. Nosotros siempre les decimos que ni vengan”, relata Santiago Muñoz, de Maizajo, que no adiciona el maíz que compra directamente a pequeños productores.

Sin embargo, la demanda de productos de maíz y la falta de conocimiento han llevado a que algunos molinos de maíz adicionen sus masas. A Muñoz le tocó presenciarlo cuando acudía a nixtamalizar su maíz antes de tener su propio molino. “Le echaban un blanqueador con una botellita, salía un líquido transparente que le echan y la masa sale blanca. A mí cuando la masa sale blanca es que ya está echada a perder”.

La única referencia a aditivo combinado en la versión de la norma del 28 de mayo de 2022 está en una tabla que describe que, como parte de la información mínima de las bitácoras o registros, “en los aditivos combinados indicar el nombre específico de cada uno de los aditivos presentes en la mezcla, marca y datos del proveedor”.

Para Guzmán de El Poder del Consumidor, más allá de que se especifiquen los nombres de los aditivos en las mezclas, lo preocupante es que “el consumidor no está conociendo la verdadera naturaleza ni los riesgos y efectos de las mezclas para la salud. Posiblemente las empresas saben esos efectos pero no tenemos certeza de que la autoridad los conozca”.

Carta informativa de aditivos, redactada por los fabricantes

Lo que sí está definido son los aditivos alimentarios como Cualquier sustancia que en cuanto tal no se consume normalmente como alimento, ni tampoco se usa como ingrediente básico en alimentos, tenga o no valor nutritivo, y cuya adición al producto con fines tecnológicos en sus fases de producción, elaboración, preparación, tratamiento, envasado, empaquetado, transporte o almacenamiento, resulte o pueda preverse razonablemente que resulte (directa o indirectamente) por sí o sus subproductos, en un componente del producto o un elemento que afecte a sus características (incluidos los organolépticos). Esta definición no incluye ’contaminantes’ o sustancias añadidas al producto para mantener o mejorar las cualidades nutricionales.”

En ese rubro, la industria se mostró en contra de informar a detalle sobre los aditivos que usa en la masa. CANAMI y las subsidiarias de Gruma, Investigación Técnica Avanzada y Mission Foods México, propusieron, para proteger su secreto industrial, “emitir una carta de cumplimiento con el Acuerdo de Aditivos”, la cual el CNA fue encargado de escribir.

La “carta informativa de aditivos en productos regulados por la NOM-187-SSA1/SE-2021”, como se encuentra en el Blog del Grupo de Trabajo, define qué aditivos contiene el producto vendido. A partir de que se apruebe la NOM, si se aprueba en los términos en los que está la última versión, será redactada por los mismos fabricantes de aditivos y proveedores de harina de masa de maíz, como Gruma y Minsa, y entregada a las tortillerías y molinos de nixtamal, diciendo que su producto cumple con los límites señalados en el Acuerdo de Aditivos.

Es decir, la industria que busca regular la NOM-187 será responsable de expresar que cumple con la norma, la cual no especifica cómo la Cofepris hará vigilancia del cumplimiento del Acuerdo de Aditivos.

Entre 2012 y 2022, Cofepris realizó únicamente siete visitas de vigilancia y verificación del cumplimiento del Acuerdo de Aditivos para la NOM-187 por parte de empresas y personas físicas sobre el uso de aditivos autorizados para productos de maíz nixtamalizado, según respondió a una solicitud de información presentada para este reportaje. Las siete verificaciones se realizaron en 2021 en vistas de la reanudación de las operaciones en el contexto de la pandemia por COVID-19.

El Acuerdo de Aditivos al que se refiere la NOM “también tiene inconsistencias porque, a diferencia de una ley o una norma que tiene periodicidad para ser revisado, este no tanto. Una persona puede plantear un cambio y se puede hacer en cualquier momento”, opinó una fuente que participa en el proceso y prefirió el anonimato.

Un cartel informativo en las tortillerías

Cuando la NOM-187 sea aprobada, se obligará a las tortillerías a colocar un cartel visible al consumidor con la lista de ingredientes, los aditivos y las recomendaciones para consumir el producto.

“¿Quién va a revisar que se cumpla?”, preguntó Santiago Muñoz, quien reconoce las buenas intenciones de requerir ese cartel y asegura que su establecimiento, Maizajo, lo cumplirá.

En lo que se informa o no al consumidor, la definición de nixtamalización se vuelve clave, pues dado que la nixtamalización industrial provoca que el maíz pierda nutrientes, la harina de maíz nixtamalizada debe ser adicionada con ácido fólico, zinc y hierro y restituida con vitaminas B1, B2 y niacina. Y eso es informado en los empaques.

En el proceso de la NOM organizaciones de la sociedad civil e institutos de salud pugnaron porque esa información saliera de la denominación, pues el maíz nixtamalizado de forma tradicional no tiene que ser adicionado al no perder propiedades como en un proceso industrial.

A decir de una de las fuentes que participan en la elaboración de la norma, “la gente podría pensar que es más nutritiva la harina de maíz porque están adicionando todo eso. Pero, al final, la población no sabe que es una obligación legal y pone en desventaja a los productos de maíz nixtamalizado”.

En este rubro en específico no hubo oportunidad para mucha discusión, pues de inicio no se contemplaba como un punto a tocar. “Cofepris se saltó sus propios procesos porque había dicho que sólo iban a resolverse temas que salieran de los comentarios a la consulta pública y esto no salió ahí”, relató la fuente.

Por su parte, Gruma envió un comentario en el que justificó que se informe al público sobre las adiciones nutrimentales como un asunto normativo y de salud pública.

“Las mezclas de masas pueden ser (1) masa de maíz a la que se le adiciona harina, o (2) masa de harina a la que se le adiciona masa de maíz. Es importante que a la masa y la harina de maíz nixtamalizado se adicionen y restituyan vitaminas y minerales de acuerdo a la referencia normativa. La masa no debe quedar exenta de cumplir con una importante política de salud pública”, se lee en el documento al que Empower tuvo acceso.

Cambios en Economía, el proceso en pausa

La revisión de la NOM-187, iniciado en 2019, debió finalizar en abril de 2022; sin embargo, actualmente está en pausa después de la salida de Alfonso Guati Rojo como director general de Normas de la Secretaría de Economía (SE) el 31 de mayo y la llegada en su lugar de Eduardo Montemayor Treviño, originario de Monterrey.

El funcionario de 32 años fue director general de Procedimientos Constitucionales y Legales dentro de la SE siete meses antes de ser nombrado en su nueva posición. Antes de la SE, trabajó en bufetes legales privados. En 2013, se hizo socio del Grupo Industrial Mohav, productora y distribuidora de suplementos alimenticios, medicamentos e insumos de salud. También aparece como socio en el bufet legal My Dear Lawyers desde 2018 y de Frumarket SCL desde 2019, una empresa productora y comercializadora de productos agrícolas.

En sus declaraciones patrimoniales como servidor público, Montemayor sólo declaró su empresa My Dear Lawyers. De acuerdo con la información contenida en el registro público de la propiedad y del comercio digital (Siger), no ha habido cambios en las acciones o estructura corporativa de las empresas. En la plataforma Compranet, consultada vía QuiénEsQuién.Wiki, no aparecen contratos del gobierno para ninguna de esas firmas.

Montemayor Treviño colaboró activamente con Tatiana Clouthier, actual secretaria de la SE, durante el 2012 en el colectivo Antichapulinazo, que Montemayor representó en un proceso legal contra Fernando Larrazabal Betrón, alcalde panista de Monterrey, por pedir una licencia de su cargo para realizar campaña en aras de ser diputado federal.

Fuentes que participan en la revisión de la NOM-187 aseguraron que, en entrevistas realizadas durante agosto y septiembre de 2022, Montemayor Treviño no ha tenido acercamiento con ellos ni han sido llamados por la SE y ni por Cofepris para retomar el proceso. Ninguna de las dos dependencias estuvo disponible para entrevista antes del cierre de este reportaje.

Así, al día de hoy, 29 de septiembre de 2022, que se conmemora el Día Nacional del Maíz, no hay fecha para la publicación de la normativa más importante para la producción y comercialización de productos derivados de este grano, pilar histórico para la alimentación nacional e insumo básico de más de 110 mil tortillerías que hay en México, según el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) 2019.

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*Periodismo Empower tiene por objetivo dar más difusión a nuestro trabajo de investigación, incidir en la agenda noticiosa, revelar casos de irregularidades y corrupción empresarial y, sobre todo, seguir aportando nuestro granito de arena al movimiento por la transparencia y rendición de cuentas empresarial en America Latina.

 

Este trabajo fue publicado por el equipo de Pie de Página y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. 

 

Festejan Día Nacional del Maíz; el origen de este grano es aquí en Guerrero

Jesús Guerrero

Fotografía: Oscar Guerrero 

Chilpancingo

 

En el día nacional del maíz, el campesino Joaquín Rosas cuenta que en su comunidad de Xalpatláhuac, municipio de Tecoanapa, elaboraron abono orgánico que utilizan para sus siembras y ya están dejando de usar el fertilizante que les regala el gobierno federal desde el 2019.

Rosas al igual que otros productores y productoras del campo participaron en el primer festival por el día nacional del maíz que se instaló en la explanada de la plaza central Primer Congreso de Anáhuac, en esta ciudad.

“El fertilizante que es un químico muy fuerte ya está haciendo mucho daño a nuestra tierra y si no la cuidamos pronto dejará de producir nuestro maíz, chile, calabaza y frijol que son la base importante de nuestra alimentación”, cuenta Joaquín.

En esta feria que se instaló bajo el patrocinio de la delegación estatal del Bienestar, las autoridades municipales de Chilpancingo y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) se exhibieron mazorcas de maíz de diversas variedades que se producen en Guerrero.

César del Ángel Hernández Galeno, director general del Inifap, les dijo a los campesinos guerrerenses que desde hace años Oaxaca y Puebla se pelean el origen de este grano.

“Ustedes deberían de sentirse orgullosos porque unos estudios científicos concluyeron que el origen del maíz es aquí en Guerrero, en Texmalac, una comunidad del municipio de Iguala”, contó el investigador y funcionario del gobierno federal.

Esta revelación que hizo Hernández Galeno causó alegría en las mujeres y hombres que se dedican a la siembra del maíz y otros productos del campo.

Se escucharon muchos aplausos por lo que dijo Hernández, quien aseguró que se descubrió que hace más de ocho mil años nació el maíz en Guerrero.

Los más de cien productores y productoras del campo no solamente exhibieron las mazorcas de maíz en sus distintas variedades sino también los alimentos que se derivan de este grano y de otros productos.

Había muestra de tortillas moradas, blancas, tamales envueltos en hojas de maíz, garbanzos cocidos, calabaza en dulce, tacos, quesadillas, sopes o “picadas” como se les conoce aquí en Guerrero.

Una olla de peltre con elopozole de maíz con carne de puerco también estaba en exhibición y a la venta.

Joaquín Rosas colocó sobre una mesa unas diez mazorcas de maíz de diversas variedades.

Presumió una mazorca en especial que está no muy grande y regordeta.

“Este maíz lo producimos más rápido, en dos o máximo tres meses porque le echamos abono orgánico”, dice Rosas.

El campesino dice que en esa región de la Costa Chica hay la fama de que se produce un maíz de buena calidad tanto que los industriales de la masa y la tortilla de Guerrero y de otras entidades del país acuden a comprarles por muchas toneladas.

Rosas dice que la gente de su comunidad ya se acostumbró a la bomba con el herbicida que utilizan supuestamente para eliminar las plagas que le pueden caer a las siembras.

“También eso nos afecta a nuestras tierras y estamos creando una cultura de ya no utilizar esos químicos y ocupar el abono orgánico que nosotros mismos lo hacemos”, dijo.

El campesino confió en que pronto sus compañeros productores de Xalpatláhuac dejen a un lado el fertilizante y los herbicidas.

“Tenemos que regresar como hace muchos años cuando el maíz nacía solito sin necesidad de los químicos”, asegura Rosas.

Xalpatláhuac está ubicado a dos horas de Chilpancingo y la totalidad de la gente, alrededor de 2,000 se dedican a las labores del campo.

De esta comunidad de la Costa Chica son originarios cuatro de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala.

“Los padres de los cuatro muchachos de la normal también se dedican al campo”, dijo Rosas.

 

 

 

 

 

Aumenta precio de la tortilla ¿y qué hace la Profeco?

​Texto: Jesús Guerrero

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

 

El alza de los productos de la canasta básica alcanzó ya a la tortilla ya que desde este lunes el kilo está desde 24 hasta 30 pesos en Chilpancingo, Acapulco y Zihuatanejo.

Aquí en la capital en enero el precio de este alimento era de 20 pesos pero ahora está en 24, 28 y hasta 28 pesos el kilo en colonias alejadas o en el centro de esta capital.

«Aquí en Zihuatanejo subió hasta 30 pesos el kilogramo de la tortilla y eso ha originado que haya incrementos en los precios de la comida en los restaurantes y fondas», dijo un empresario en entrevista telefónica.

Los industriales de la masa y la tortilla justificaron que obedece al alza del precio del gas y a las refacciones de la maquinaria.

Pero además en Guerrero hay escasez de maíz debido a que la producción de este grano la acapara Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) para venderlo a los estados del norte del país.

Los industriales solicitaron al gobierno del estado que les subsidie mil toneladas de maíz a un precio de siete mil 500 la tonelada para evitar comprarla a nueve mil pesos ante los productores o intermediarios.

Según el censo, en Guerrero hay 3 mil 500 expendios de tortillerías y masa.

Desde la semana pasada los dueños de las tortillerías exhibieron en sus mostradores una cartulina en donde anunciaban el aumento de este producto:

Kilo de tortilla 24 pesos, kilo de masa, 15 pesos, decía uno de los carteles de una tortillería de la colonia Los Ángeles.

En otra tortillería, ubicada en la calle Ignacio Manuel Altamirano, en el centro de Chilpancingo, el kilo de este alimento es de 24 pesos cuando apenas hace dos semanas estaba a 22 pesos.

La gobernadora Evelyn Salgado Pineda dijo que la titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, Teodora Ramírez Vega, dialogará con los dirigentes de los industriales de la masa y la tortilla para que escuche sus planteamientos de que se les subsidie el maíz.

«Vamos a llegar a acuerdos, pero primero hay que dialogar con ellos», dijo.

 

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Campesinos cierran casi dos horas autopista para exigir fertilizante

Texto: Amapola Periodismo 

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

 

Para exigir la entrega de 800 toneladas de fertilizante, unos cien campesinos bloquearon casi dos horas la autopista del Sol Cuernavaca-Acapulco en el kilómetro 272 a la altura del punto conocido como El Parador del Marqués.

Los labriegos provenientes de los municipios de Mochitlán, Atlixtac, Chilpancingo y Leonardo Bravo, denunciaron que la Secretaría del Bienestar los excluyó de este programa.

Marcial Dircio Ortega, dirigente de la Liga Agraria Revolucionaria Emiliano Zapata (Larcez) afirmó que son más de tres mil productores siguen sin recibir el insumo para sembrar sus parcelas.

El grupo de manifestantes arribaron a la autopista alrededor de las once de la mañana y abrieron un carril cuando les dijeron que serían atendidos por las autoridades.

A las doce del día, varios funcionarios del gobierno estatal llegaron a este punto para dialogar con los campesinos y estos desbloquearon la vía.

Dircio Ortega, afirmó que en caso de que las autoridades no les resuelvan los campesinos están dispuestos a irrumpir en las bodegas donde están en fertilizante y sacar los bultos.

«Los campesinos ya tienen ubicadas las bodegas en las comunidades y en cualquier momento pueden meterse para sacarlo porque no recibimos ninguna respuesta», indicó.

Desde el 2019, el gobierno federal que encabeza el morenista Andrés Manuel López Obrador impulsó este programa de entrega de fertilizante de manera gratuita a los campesinos de Guerrero.

En este 2022 la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) anunció que serán 329 mil los productores de Guerrero beneficiados con este programa.

Sin embargo, a más de un mes de que inició la entrega de este insumo, organizaciones campesinas como la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), la Central Campesina Independiente (CCI) han denunciado las irregularidades en su dotación desde las fechas tardías y hasta el número de bultos además de que el gobierno federal utiliza este programa de manera clientelar.

 

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