¿Qué es el acompañamiento en las interrupciones de embarazo?

Ser escuchada y tener atención personalizada de los malestares que ocurren durante la interrupción de un embarazo son los principales objetivos que tiene el acompañamiento


Texto: Andrea Mendoza

Foto: Amapola Periodismo/Archivo 

14 de agosto de 2024

Chilpancingo

 

Antes de que el aborto fuera legal en México y otras partes del mundo, el aborto se practicaba de manera ilegal, muchas veces en situaciones precarias y peligrosas para la mujer. El acompañamiento, era y es una forma en la que mediante la sororidad y el acuerpamiento las mujeres pueden llevar este proceso de forma segura y en compañía.

Nadia Helena Guerra Gardida en su tesis de maestría sobre ‘el acompañamiento feminista durante el aborto’ define el acompañamiento como «una contra resistencia ante la hegemonía médica; el acompañamiento propicia ambientes de buen trato donde se atienden las necesidades emocionales».

Es decir, las mujeres que realizan este acompañamiento no buscan ser médicos, sino que buscan brindar el apoyo emocional que muchas veces no es dado en centros médicos donde se realizan dichas interrupciones.

Karla, una joven de 24 años, contó que hace dos años tuvo un aborto. Tenía 22 y había terminado con su novio de cuatro años; en ese ir y venir de las relaciones sexo-afectivas quedó embarazada. Karla, al igual que muchas jóvenes y adolescentes se asustó, apenas terminaba la universidad.

Karla asistió al módulo de partería en la alameda, ubicada en el centro de Chilpancingo. “No recibí un mal trato, me explicaron que tenía que hacerme un ultrasonido y después de eso, verían que seria lo mejor para mí”, contó la joven.

Aunque la interrupción del embarazo sea legal desde el 2022 en el estado de Guerrero y en otros 12 estados, es cierto que no hay un acompañamiento emocional que vaya de la mano con el proceso médico en los hospitales y módulos que practican la interrupción legal del embarazo.

Karla no quería pasar este momento a solas, pero tampoco quería contarle a su exnovio con quien tenía más de un mes sin hablar, ni a su madre por temor a ser reprendida por sus creencias religiosas.

Hasta que recordó que una de sus amigas, de nombre Ilse le había contado que había recibido una capacitación para acompañamiento abortivo. “Ilse es feminista y desde que se fue a estudiar a Ciudad de México está muy de cerca con los derechos de la mujer”, explicó Karla.

El acompañamiento que hizo Ilse fue de apoyo emocional, escucharla, brindarle atención y hacerla sentir cómoda en todo momento, pues el proceso de interrupción con medicamento y en casa dura hasta un día, aunque las primeras ocho horas son las de riesgo.

¿Dónde hallar mujeres que den acompañamiento y como ser una?

En Chilpancingo hay organizaciones y colectivas feministas de Chilpancingo que mediante redes indican que brindan este servicio a toda aquella mujer que lo necesite.

Las organizaciones responden de inmediato a las peticiones de apoyo, de acuerdo con lo constatado por el medio para la elaboración de este contenido.

La respuesta para proporcionar apoyo ocurrió en un promedio de dos horas.

También los grupos de nenis y trueque de mujeres que hay en Facebook dan estos tipos de apoyo.

“No dudes en contactarme, yo puedo ayudarte”, “si quieres hacerlo en casita, como y segura yo puedo ayudarte”, respondieron en una de estas colectivas de inmediato a la pregunta si daban acompañamiento.

También hubo quien criticó la petición.

“Ve a la clínica de partería y de paso que liguen las trompas para que ya no vuelvas a asesinar a un inocente”,

Aunque había dos posturas visibles, el acuerpamiento y la sororidad de las mujeres era mayor.

“No necesitan darnos razones ni justificaciones, es una decisión libre de estigmas”

La Red Guerrerense por los Derechos de la Mujer es una de las colectivas en Guerrero que ofrece acompañamiento abortivo en todo el estado.

Janis comenzó en el años 2019 cuando recibió su primera capacitación para acompañamiento abortivo por la fundación nacional Mary Stopes en Acapulco, antes de que la interrupción del embarazo fuera legal, porque el aborto siempre existió aunque fuera en la sombra de la ilegalidad.

Janis y sus compañeras de diferentes colectivas aprendieron cómo acuerpar a las mujeres que decidían por elección interrumpir su embarazo. En ese momento, Janis y sus compañeras aprendieron maneras de cuidar a aquellas mujeres que desde la ilegalidad decidían no ser madres.

La Red Guerrerense por los Derechos de la mujer tiene como enfoque principal no juzgar a ninguna mujer por sus elecciones.

“No necesitan darnos razones ni justificaciones, es una decisión libre de estigmas”, comentó Janis, quien ha acompañado a muchas mujeres por medio de la colectiva.

Janis comenta que aunque el aborto se despenalizó hace dos años, en la practica parece que nunca ocurrió.

“Probablemente en el ámbito legal fue despenalizada, pero en el estigma social no lo fue”. Janis contó cuál es la experiencia que ha tenido acompañando a mujeres de la sierra y montaña.

Tiempo atrás, recibió la llamada de una joven de la montaña quien quería practicarse un aborto. Janis le comentó que lo mejor era asistir a la clínica más cercana, donde de manera legal se lo podían realizar.

“Esto es para poder regresarle responsabilidad al Estado, porque tienen que cumplir con lo que dictan las leyes y para hacerlos cumplir su función lo primordial para nosotras es mandar a las mujeres a practicar su interrupción en las unidades correspondientes”, comenta Janis.

Pronto Janis se percató que dicha opción no sería la más adecuada para aquella chica de la montaña, donde los habitantes son pocos y todos se conocen entre sí. “Tenía familiares en la unidad”, dice Janis.

Aquella joven recibió el acompañamiento, Janis la asesoró en cuanto al medicamento, cada cuanto podía tomarlo y le comentó las posibles reacciones que tendría su cuerpo.

Aquella joven realizó su interrupción en el silencio y en secreto, pero en esta ocasión no porque fuera ilegal, sino porque el estigma social puede pesar más que las leyes.

“Hay algo que no te he dicho”: un retrato íntimo de tres mujeres que deciden interrumpir su embarazo

“Hay algo que no te he dicho” de la realizadora Massiel Hernandez es una película documental que se presenta en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara con la intención de mostrar la historia de tres mujeres que están decididas a interrumpir su embarazo, acción con la desafían a la sociedad conservadora y su propia familia en un país que criminaliza el aborto.


Texto: Alondra Ángel Rodríguez / Zona Docs 

Fotografía: Zona Docs

15 de junio de 2022

 

En México, abortar no es fácil. La criminalización y los estigmas que se tienen respecto a este derecho hace complicado que las mujeres o las personas con capacidad de gestar puedan hacerlo con plena libertad y garantías; por ello, “Hay algo que no te he dicho” es una película documental que ofrece un enfoque más humano al proceso que atraviesan quienes deciden interrumpir su embarazo por distintas razones.

En entrevista con ZonaDocs, Massiel Hernandez -fotógrafa, realizadora y gestora cultural- nos propone un retrato íntimo de cómo Carmen, Melina y Fanny atravesaron este proceso marcado por el miedo y la presión social:

“Una motivación particular es el cómo estos temas no se hablaban aunque es algo muy cotidiano en la vida de las mujeres y las personas con capacidad de gestar. Son historias que no necesariamente se tienen que contar a todo el mundo, pero que el esconderlas tiene un trasfondo muy complejo para las mujeres que se enfrentan a estas decisiones llenas de miedo y culpa”.

Cómo nació todo

Massiel acompañanta de aborto y ese estar en la lucha por los derechos sexuales y reproductivos, desde tiempo atrás, le hizo darse cuenta de los estigmas y limitaciones que se pueden tener respecto al tema, además le permitió conocer la historia de muchas mujeres:

“Poder tener acceso a conocer los panoramas a los que se estaban enfrentando las mujeres fue mi motivación para decir: yo quiero hacer una película sobre esto, porque también tenía esas ganas de poder abordar el tema del aborto desde ese lugar, donde las voces de las mujeres estuvieran en primer plano”.

Dentro de esta película documental se comparten las historias que atraviesan quienes deciden ejercer el derecho de decidir sobre su propio cuerpo, pero sobre todo “Hay algo que no te he dicho” es una invitación a la empatía.

“Se trataba de colocar el tema desde las experiencias y los matices de las personas, ya que no se vive igual; por ello, buscamos retratar esto más allá de la militancia en la que está involucrado el tema para ubicar y ver al aborto desde un espacio más íntimo centrado en cómo se vive en este proceso”.

Además de hablar sobre la importancia que tiene despenalización del aborto en el país, la película documental busca combatir penalización moral, esto para poder generar reflexiones respecto al tema desde una perspectiva más humana, pues hay historias dignas que merecen ser contadas de la manera más amorosa.

“Es como si entráramos a la casa de alguien y esa metafóricamente es la intención de la película. De repente te están contando algo muy íntimo donde te encuentras miles de matices y una historia de vida que va más allá de lo que puede estar pasando”.

La lucha dentro del proceso de creación

A pesar de los contextos tan complejos, la criminalización del aborto, las limitaciones y barreras que se pueden tener en la sociedad y la fiscalización del cuerpo en la cultura hetero patriarcal, esta pieza cinematográfica rescata el que las mujeres siguen tomando con autonomía sus propias decisiones todos los días.

Y eso que Massiel Hernandez asume como algo valioso es lo que le permite resignificar el cómo las mujeres: “están decidiendo bajo sus términos lo que es mejor para sus vidas”.

Por ello, en esta pieza cinematográfica se presentan tres historias de diferentes personas gestantes que por una u otra razón decidieron no continuar su embarazo: Carmen, Melina y Fanny.

El propósito de hablar de sus vivencias es sacar el aborto de esa visión trágica, dramática, de oscuridad; es decir, no se trata de hacerlo ver como algo terrible o como lo peor que les puede pasar a las mujeres, sino de reflejar la diversidad que hay en las experiencias y cómo cada una de éstas se viven de una manera diferente.

Dentro del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, la película tuvo una muy buena aceptación por parte del público:

“había que brindar esta experiencia y creo que la gente ha conectado muy bien con el documental, fueron proyecciones muy conmovedoras y muy enriquecedoras, estoy muy contenta de poder al fin darle vida”. expresó Massiel Hernandez.

La realizadora también comentó que el documental por el momento se encuentra en la etapa de festivales nacionales e internacionales, pero los planes son que esta película pueda seguirse proyectando pasada esta primera etapa: “queremos que está película tenga una buena vida bonita y que pueda llegar a muchos públicos y muchos espacios”.

Massiel Hernández

Este texto es propiedad de Zona Docs y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Puedes Leer el original en este enlace. 

 

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